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Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
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Souls&Swords - Foro interpretativo inspirado en Bleach :: Gotei :: Escuadrón Rei - Respeto :: Portales para el mundo humano
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Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
Una vez más, los pasos resonaban en los pasillos del décimo-tercer escuadrón, ésta vez los de Aoki Murakami, Aoki para los amigos - y los enemigos-. Había sido mandado a llamar por uno de los de su escuadrón, y había venido al dangai con la seguridad de que con él solo bastaría, pues dudaba que hubiesen sido muchos los que fueron al mundo real. Traía consigo una mochila del cuarto escuadrón, con la insignia del mismo plantada en grande donde más se veía, así como en el asa.
Ya por los pasillos, se notaba una fragancia que no suele olerse digamos, en los pasillos del undécimo escuadrón, por ejemplo, a pesar de que tiempo ha, si que se podría oler. Aoki reconocía el perfume desde la otra punta de Seireitei, Hokori había pasado por allí no hacía mucho, impregnando con su olor las paredes como si, involuntariamente marcase su territorio. Aoki era una especie de animalito en celo, con excepcional olor para el perfume femenino, y reconocía a casi todas las féminas del lugar por el mismo.
Efectivamente, al girar una angulosa esquina se encontró al fondo del nuevo pasillo el imponente haori blanco sin mangas, característico de todo capitán, y la hermosa melena negra como el carbón y lisa como la seda, característica unicamente de Hokori Yoruko. Allí plantada se encontraba una belleza entre bellezas, reconocida en todo el Seireitei, además, de una shinigami ejemplar, que recién había conseguido el mayor título al que aspira un shinigami: El de capitán. Ya hacía un tiempo desde que no se veían, y ahora la situación había cambiado. Para Aoki no, pero para ella quizá si, quizá ahora fuese más difícil arrancarle una carcajada, hablarle de "-chan" o cualquier cosa que antes hacía involuntariamente. Tendría que tener cuidado.
Seguro estaría preocupada por algo, porque aun el escándalo que formaban sus zapatos en el entarimado suelo del sitio, ni siquiera se giró. Una vez entró en la sala, despegó sus labios con la firme intención de sacarla de sus cavilaciones.
- Buenas tardes Yoruko - Dijo en tono cercano, pero sin excesivas confianzas. Si quisiese que mostrase más respeto, tendría que hacerlo, y si fuese al contrario, se aliviaría la tensión del cuerpo de Aoki. En ambos casos, Aoki confiaba en que se lo haría saber, además tras una leve mirada a ambos lados, se aseguró de que ahora estaban solos en el cuarto... Que intimo...
- Primero: Enhorabuena por tu ascenso - dijo haciendo una sutil reverencia de cabeza, poco común en él, pues lo normal quizá hubiese sido guiñarle un ojo. Esto empezaba a costarle mantenerlo. - y segundo: ¿Se sabe algo de lo que está pasando ahí abajo? y lo que es más, ¿hay forma de saberlo? preguntó esperando que la zona estuviese monitorizada y se advirtiese de algún malherido para la consecuente reacción del cuarto escuadrón, así como el descenso al mundo real de Aoki.
Ya por los pasillos, se notaba una fragancia que no suele olerse digamos, en los pasillos del undécimo escuadrón, por ejemplo, a pesar de que tiempo ha, si que se podría oler. Aoki reconocía el perfume desde la otra punta de Seireitei, Hokori había pasado por allí no hacía mucho, impregnando con su olor las paredes como si, involuntariamente marcase su territorio. Aoki era una especie de animalito en celo, con excepcional olor para el perfume femenino, y reconocía a casi todas las féminas del lugar por el mismo.
Efectivamente, al girar una angulosa esquina se encontró al fondo del nuevo pasillo el imponente haori blanco sin mangas, característico de todo capitán, y la hermosa melena negra como el carbón y lisa como la seda, característica unicamente de Hokori Yoruko. Allí plantada se encontraba una belleza entre bellezas, reconocida en todo el Seireitei, además, de una shinigami ejemplar, que recién había conseguido el mayor título al que aspira un shinigami: El de capitán. Ya hacía un tiempo desde que no se veían, y ahora la situación había cambiado. Para Aoki no, pero para ella quizá si, quizá ahora fuese más difícil arrancarle una carcajada, hablarle de "-chan" o cualquier cosa que antes hacía involuntariamente. Tendría que tener cuidado.
Seguro estaría preocupada por algo, porque aun el escándalo que formaban sus zapatos en el entarimado suelo del sitio, ni siquiera se giró. Una vez entró en la sala, despegó sus labios con la firme intención de sacarla de sus cavilaciones.
- Buenas tardes Yoruko - Dijo en tono cercano, pero sin excesivas confianzas. Si quisiese que mostrase más respeto, tendría que hacerlo, y si fuese al contrario, se aliviaría la tensión del cuerpo de Aoki. En ambos casos, Aoki confiaba en que se lo haría saber, además tras una leve mirada a ambos lados, se aseguró de que ahora estaban solos en el cuarto... Que intimo...
- Primero: Enhorabuena por tu ascenso - dijo haciendo una sutil reverencia de cabeza, poco común en él, pues lo normal quizá hubiese sido guiñarle un ojo. Esto empezaba a costarle mantenerlo. - y segundo: ¿Se sabe algo de lo que está pasando ahí abajo? y lo que es más, ¿hay forma de saberlo? preguntó esperando que la zona estuviese monitorizada y se advirtiese de algún malherido para la consecuente reacción del cuarto escuadrón, así como el descenso al mundo real de Aoki.
Murakami Aoki- Post : 763
Edad : 34
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
La capitana se había quedado sola en aquella sala que se le antojaba inmensa en aquellos instantes. Suspiró levemente quedándose de pie de espaldas a la entrada con la mirada fija en la puerta por la que debían volver los enviados al mundo humano. Sus pensamientos tomaban cada vez una dirección más oscura y peligrosa pero con un movimiento de su cabeza y una voz profunda que reconoció en un instante alejó de su mente aquellas imágenes.
La shinigami se giró para encarar al que fue uno de sus mejores subordinados tiempo atrás en su división. Le dedicó una sonrisa encantadora y amable en su rostro de porcelana aunque sus ojos se mostraban la preocupación digna de aquella situación.
-Me alegro de que estés aquí, Aoki -dijo y en un solo movimiento se acercó a él abrazando al gran muchacho apoyando la cabeza sobre su torso.
Lo apretó ligeramente hasta que recuperó la compostura dando un paso hacia atrás ajustando de nuevo su haori sobre sus hombros. Necesitaba ese abrazo. Tal vez se hubiera pasado en aquel momento pero estando ambos solos poco le importaba a ella lo que dictaran las normas de comportamiento. Demasiadas cosas juntas habían pasado en poco tiempo y muchas preocupaciones acumuladas para la capitana del 2º escuadrón. No es que no pudiera con sus responsabilidades pero hasta que no había experimentado en sus propias carnes todo lo que había tenido que soportar su capitán, Ikuze-taicho no se había dado cuenta de lo que tenía que admirar de la entereza y la calma de ese shinigami tan joven.
-Gracias. No sabemos nada por ahora y no me atrevo a alejarme de aquí. Podrían volver en cualquier momento. Por eso te hice llamar. Ahora mismo tenemos constancia de que Kobayashi Hayato, Ryuga Katsu y Shihoin Kato están en el mundo real. Pero no se en que condiciones. Estoy preocupada por si algo les ha pasado -confesó en aquel momento al teniente poniéndolo al corriente de lo que había pasado hasta ahora. -Esperaremos algo más antes de descender, Aoki. Espero que no sea necesaria nuestra presencia en el mundo human...
La shinigami se giró para encarar al que fue uno de sus mejores subordinados tiempo atrás en su división. Le dedicó una sonrisa encantadora y amable en su rostro de porcelana aunque sus ojos se mostraban la preocupación digna de aquella situación.
-Me alegro de que estés aquí, Aoki -dijo y en un solo movimiento se acercó a él abrazando al gran muchacho apoyando la cabeza sobre su torso.
Lo apretó ligeramente hasta que recuperó la compostura dando un paso hacia atrás ajustando de nuevo su haori sobre sus hombros. Necesitaba ese abrazo. Tal vez se hubiera pasado en aquel momento pero estando ambos solos poco le importaba a ella lo que dictaran las normas de comportamiento. Demasiadas cosas juntas habían pasado en poco tiempo y muchas preocupaciones acumuladas para la capitana del 2º escuadrón. No es que no pudiera con sus responsabilidades pero hasta que no había experimentado en sus propias carnes todo lo que había tenido que soportar su capitán, Ikuze-taicho no se había dado cuenta de lo que tenía que admirar de la entereza y la calma de ese shinigami tan joven.
-Gracias. No sabemos nada por ahora y no me atrevo a alejarme de aquí. Podrían volver en cualquier momento. Por eso te hice llamar. Ahora mismo tenemos constancia de que Kobayashi Hayato, Ryuga Katsu y Shihoin Kato están en el mundo real. Pero no se en que condiciones. Estoy preocupada por si algo les ha pasado -confesó en aquel momento al teniente poniéndolo al corriente de lo que había pasado hasta ahora. -Esperaremos algo más antes de descender, Aoki. Espero que no sea necesaria nuestra presencia en el mundo human...
Hokori Yoruko- Post : 387
Edad : 39
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
La pequeña shinigami, al entrar Aoki en la habitacion, se giró simulando tranquilidad, y le abrazó fuertemente. Aoki notó como sus brazos no abarcaban el considerablemente grande tronco de éste, notándo ambas manos de Yoruko en su espalda. Era adorable ver a una capitana hacer un gesto tan cariñoso y tan cercano. Aoki le devolvió el gesto, apretándola entre sus brazos con suavidad, como una pieza de porcelana envuelta en esos anchos ropajes como eran los de shinigami. Y además, por su fueran pocos, llevaba el inmenso e impoluto haori blanco, soberbio y majestuoso, que a la mayoría de shinigamis les vendría grande, y a otros muchos, le sería costoso portar por el alto peso que conyeva, pero yotuko sabía llevarlo con elegancia, como si llevase años con esa responsabilidad sobre sus hombros... Quizá estuviese relacionado con el hecho de ser noble.
Teniendola bien sujeta, Aoki la levantó una cuarta del suelo sin aparente esfuerzo, sosteniendola en el aire por unos instantes, y dejándola sentir el aliviante reiatsu de Aoki, capaz tanto de curar heridas físicas, como de aliviar molestias internas, y de seguro le vendría bien, aunque por una vez, sería más reconfortante el abrazo en sí, que los efectos que se supone producían. Una vez más, Aoki sintió como una sonrisa afloraba en su rostro, al ver un gesto tan agradable por parte de una capitana, y lo que es mas, una amiga.
En unos instantes, Aoki la colocó en el suelo, le apoyó la mano sobre su cabeza, y le hizo un gesto cariñoso, despeinándola un poco. Entonces Hokori se retiró unos pasos, se ajustó el uniforme, el haori, y se arregló el pelo (con dos simples gestos lo tenía como siempre). Parecía muy agobiada, y que ese abrazo era justo lo que necesitaba, justo en el momento que lo necesitaba. Jamás recordaba haberla visto tan angustiada como lo estaba unos segundos antes, así que supuso que tendría algo que ver el enorme peso del soberbio haori blanco.
Y pensar que el mayor gesto de cariño que se demostraron fue semanas mas tardes de ser separados... Tras esta bonita y memorable escena, que quedaría grabada a fuego en la mente de Aoki, ella comenzó a hablar, en su particular tono sereno. Yoruko, aunque su cabeza estuviese apunto de estallar de nerviosismo, sabía mantener la compostura, simplemente esta vez, prefirió no quedárselo todo para ella, y desahogarse en cierta medida, una vez presentada la oportunidad. Su explicación de los hechos, vino precedida por el agradecimiento por el abrazo...
Tras la extensa explicación, durante la cual Aoki asintió casi a cada palabra, para demostrar su atención (aunque en ocasiones se quedó mirando los brillantes labios de los que provenían), Aoki comenzó a responder:
- De acuerdo, ante todo, mantente calmada tu misma, ¿vale? Piénsalo un momento, hay un capitán y dos tenientes, además de los dos shinigamis del primer escuadrón para librarse de un par de arrancars, seguro que no pasa nada. - Le dijo Aoki con gesto tranquilo, e invitándola a tranquilizarse con las manos. Continuó con la misma postura, y con el mismo tono relajado y pausado - Además, en el caso de que pasara algo, no será grave, y podré curarlos enseguida, que es para lo que he venido. Y si pasa algo, pedirán mas refuerzos, y llegaremos en un santiamén. ¡Además! ¡Está Kato! ¿Qué puede pasar? Seguro que vuelven pronto. - Aoki, tenía su parte intranquilo, pues estaba durando demasiado para que un capitán, dos tenientes, y dos shinigamis, acabasen con dos tristes arrancars. Lo que Aoki no sabía eran los detalles de la situación, el tema de la máscara, y el hecho de que estuviesen peleando contra dos espadas, con limitador.
Teniendola bien sujeta, Aoki la levantó una cuarta del suelo sin aparente esfuerzo, sosteniendola en el aire por unos instantes, y dejándola sentir el aliviante reiatsu de Aoki, capaz tanto de curar heridas físicas, como de aliviar molestias internas, y de seguro le vendría bien, aunque por una vez, sería más reconfortante el abrazo en sí, que los efectos que se supone producían. Una vez más, Aoki sintió como una sonrisa afloraba en su rostro, al ver un gesto tan agradable por parte de una capitana, y lo que es mas, una amiga.
En unos instantes, Aoki la colocó en el suelo, le apoyó la mano sobre su cabeza, y le hizo un gesto cariñoso, despeinándola un poco. Entonces Hokori se retiró unos pasos, se ajustó el uniforme, el haori, y se arregló el pelo (con dos simples gestos lo tenía como siempre). Parecía muy agobiada, y que ese abrazo era justo lo que necesitaba, justo en el momento que lo necesitaba. Jamás recordaba haberla visto tan angustiada como lo estaba unos segundos antes, así que supuso que tendría algo que ver el enorme peso del soberbio haori blanco.
Y pensar que el mayor gesto de cariño que se demostraron fue semanas mas tardes de ser separados... Tras esta bonita y memorable escena, que quedaría grabada a fuego en la mente de Aoki, ella comenzó a hablar, en su particular tono sereno. Yoruko, aunque su cabeza estuviese apunto de estallar de nerviosismo, sabía mantener la compostura, simplemente esta vez, prefirió no quedárselo todo para ella, y desahogarse en cierta medida, una vez presentada la oportunidad. Su explicación de los hechos, vino precedida por el agradecimiento por el abrazo...
Tras la extensa explicación, durante la cual Aoki asintió casi a cada palabra, para demostrar su atención (aunque en ocasiones se quedó mirando los brillantes labios de los que provenían), Aoki comenzó a responder:
- De acuerdo, ante todo, mantente calmada tu misma, ¿vale? Piénsalo un momento, hay un capitán y dos tenientes, además de los dos shinigamis del primer escuadrón para librarse de un par de arrancars, seguro que no pasa nada. - Le dijo Aoki con gesto tranquilo, e invitándola a tranquilizarse con las manos. Continuó con la misma postura, y con el mismo tono relajado y pausado - Además, en el caso de que pasara algo, no será grave, y podré curarlos enseguida, que es para lo que he venido. Y si pasa algo, pedirán mas refuerzos, y llegaremos en un santiamén. ¡Además! ¡Está Kato! ¿Qué puede pasar? Seguro que vuelven pronto. - Aoki, tenía su parte intranquilo, pues estaba durando demasiado para que un capitán, dos tenientes, y dos shinigamis, acabasen con dos tristes arrancars. Lo que Aoki no sabía eran los detalles de la situación, el tema de la máscara, y el hecho de que estuviesen peleando contra dos espadas, con limitador.
Última edición por Murakami Aoki el Miér Feb 10, 2010 2:37 am, editado 1 vez
Murakami Aoki- Post : 763
Edad : 34
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
La muchacha le dedicó una sonrisa cómplice a su acompañante y se colocó el cabello con dos simples gestos de su mano. En aquel momento escuchó las palabras de Aoki frunciendo levemente el ceño. Era cierto que el comunicado de Amai no decía nada de la extraña proveniencia de los dos shinigamis del 1º Escuadrón. Agachó la mirada levemente y se cruzó de brazos intentando encontrarle sentido a todo esto.
-En aquel aviso faltaba información que conseguimos después -dijo mirando a Aoki de nuevo con el ceño fruncido ahora que no estaba tan optimista como su ex-compañero. -Según el 13º escuadrón, por el dangai no ha pasado ningún miembro del 1º escuadrón. Seguramente no sean shinigami... -terminó diciendo.
Dedicó una mirada a la puerta y dando un giro esquivó con gracia felina el enorme cuerpo de Aoki y abrió las puertas justo a tiempo para ver a una pequeña shinigami del 13º escuadrón dirigirse hacia alguna parte. Los ojos de la joven capitana se clavaron en el rostro de la muchacha y esta se quedó tensa al ver el haori que portaba.
-¿Dónde se encuentra Chiesa-taicho? -preguntó mirandola de manera inquisitiva.
-Es... está en la sala de observación del mundo humano -respondió ella hablando de manera atropellada.
-Necesito que se me informe de la situación en el mundo real, debemos saber si necesitan refuerzos. Están tardando demasiado... Ve -ordenó con un tono más cordial al verla tan nerviosa en aquel momento.
La pequeña respondió con un sonidito de afirmación en aquel momento e inclinando la cabeza en señal de asentimiento y muestra de respeto se marchó flechada hacia su nuevo destino. Yoruko se giró de nuevo y cerró la puerta tras ella volviendo a mirar a Aoki.
-Debemos estar atentos, pase lo que pase -dijo con aquel tono que el teniente del 4º conocía tan bien. Aquella era una situación delicada y terriblemente inquietante y pese a las intenciones de ambos de relajarse, la tensión de la habitación era palpable.
-En aquel aviso faltaba información que conseguimos después -dijo mirando a Aoki de nuevo con el ceño fruncido ahora que no estaba tan optimista como su ex-compañero. -Según el 13º escuadrón, por el dangai no ha pasado ningún miembro del 1º escuadrón. Seguramente no sean shinigami... -terminó diciendo.
Dedicó una mirada a la puerta y dando un giro esquivó con gracia felina el enorme cuerpo de Aoki y abrió las puertas justo a tiempo para ver a una pequeña shinigami del 13º escuadrón dirigirse hacia alguna parte. Los ojos de la joven capitana se clavaron en el rostro de la muchacha y esta se quedó tensa al ver el haori que portaba.
-¿Dónde se encuentra Chiesa-taicho? -preguntó mirandola de manera inquisitiva.
-Es... está en la sala de observación del mundo humano -respondió ella hablando de manera atropellada.
-Necesito que se me informe de la situación en el mundo real, debemos saber si necesitan refuerzos. Están tardando demasiado... Ve -ordenó con un tono más cordial al verla tan nerviosa en aquel momento.
La pequeña respondió con un sonidito de afirmación en aquel momento e inclinando la cabeza en señal de asentimiento y muestra de respeto se marchó flechada hacia su nuevo destino. Yoruko se giró de nuevo y cerró la puerta tras ella volviendo a mirar a Aoki.
-Debemos estar atentos, pase lo que pase -dijo con aquel tono que el teniente del 4º conocía tan bien. Aquella era una situación delicada y terriblemente inquietante y pese a las intenciones de ambos de relajarse, la tensión de la habitación era palpable.
Hokori Yoruko- Post : 387
Edad : 39
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
- ¡¿Dos arrancars haciéndose pasar por shinigamis?! ¡Lo que me quedaba por ver! - pensó Aoki con la nueva información de Yoruko. Pensaba contestar, pero como si se acordase de repente, Yoruko salió disparada escurriéndose junto al cuerpo de Aoki y este se dedicó simplemente a seguirla con la mirada. Lo hizo hasta que la capitana alcanzó la puerta de la habitación para abrirla a toda prisa. Entonces Aoki giró en el sitio para comprobar que al otro lado había una shinigami de estatura pequeña con gesto perplejo. Obviamente que te sorprenda una capitana mientras correteas por la división no te pasa todos los días, y, sorprenderse, es lo menos que se puede hacer.
Yoruko le disparaba preguntas a quemarropa, como si fuese sospechosa de algo, lo cual no tranquilizaba a la joven shinigami. Pero una vez explicada su razón de tensión, la chica se vio aliviada ligeramente, dispuesta simplemente a cumplir órdenes. Tras la orden la chica desapareció de la puerta casi a la carrera.
La reciente experiencia en el cuarto escuadrón, le dictaba a Aoki que las cosas como las hace uno mismo, no es capaz de hacerlas nadie. Tras este pensamiento, se lo hizo saber a su antigua compañera inseparable de armas.
- Yoruko, voy a bajar a ver que tal va la cosa. En cuanto vea la situación, volveré para informarte. De seguro voy a llegar antes que esa joven con la información que requerimos. La verdad, empieza a parecerme extraño que tarden tanto para abatir a dos simples arrancars. -. Aoki se volvió a girar, completando el ángulo de 360 grados, para volver a encararse a las puertas espirituales. Desenvainó su katana en un movimiento ágil y miró a Yoruko de espaldas. - Enseguida vuelvo - se limitó a decir. Guiñó un ojo y se encaró a las puertas. Estaba decidido a recabar la información por sí mismo.
Yoruko le disparaba preguntas a quemarropa, como si fuese sospechosa de algo, lo cual no tranquilizaba a la joven shinigami. Pero una vez explicada su razón de tensión, la chica se vio aliviada ligeramente, dispuesta simplemente a cumplir órdenes. Tras la orden la chica desapareció de la puerta casi a la carrera.
La reciente experiencia en el cuarto escuadrón, le dictaba a Aoki que las cosas como las hace uno mismo, no es capaz de hacerlas nadie. Tras este pensamiento, se lo hizo saber a su antigua compañera inseparable de armas.
- Yoruko, voy a bajar a ver que tal va la cosa. En cuanto vea la situación, volveré para informarte. De seguro voy a llegar antes que esa joven con la información que requerimos. La verdad, empieza a parecerme extraño que tarden tanto para abatir a dos simples arrancars. -. Aoki se volvió a girar, completando el ángulo de 360 grados, para volver a encararse a las puertas espirituales. Desenvainó su katana en un movimiento ágil y miró a Yoruko de espaldas. - Enseguida vuelvo - se limitó a decir. Guiñó un ojo y se encaró a las puertas. Estaba decidido a recabar la información por sí mismo.
Murakami Aoki- Post : 763
Edad : 34
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
La joven capitana escuchó las palabras del teniente pero negó con la cabeza. Se había cruzado de brazos apoyando la espalda sobre una de las paredes de la sala para contener sus ansias de bajar a toda prisa y ver que era lo que estaba pasando. No era una buena idea.
-Todo tiene su proceso, Aoki. O es que has olvidado lo que es el protocolo. Es labor del 13º escuadrón mantener vigilado el mundo humano y no debemos interferir, por muy ansiosos que estemos -dijo apretando sus manos sobre sus brazos contrariando la voz calmada con la que hablaba en aquel momento.
Cerró los ojos un instante pensando en todo lo que había pasado. Según lo que sabían, Hueco Mundo había enviado como mínimo dos arrancar a recuperar una máscara que fue arrancada a un hollow largo tiempo atrás. Esa misma máscara había conseguido someter la mente de un antiguo oficial del Gotei hasta convertirse en un asesino despiadado sediento de sangre. La mera idea de que algo así volviera a ocurrir sobre todo en aquel momento la hizo estremecerse levemente. Pero aquel nombre le era demasiado conocido como para que se le fuera de la cabeza.
-Kaito... Kaito Rizumu... -murmuró de nuevo en voz baja pero se podía casi escuchar las ruedas dentadas de su mente moviéndose mientras se estrujaba el cerebro intentando recordar donde había leído aquel nombre.
Sin embargo tampoco pudo dedicarle mucha atención antes de que las puertas empezaran a abrirse. La joven capitana se separó de la pared y miró con ojos ansiosos en camino iluminado deseando con todas sus fuerzas que volvieran todos. Se colocó al lado de Aoki y clavó la mirada en la entrada. Tenían que volver. Sabía que lo harían aunque aquel mal presentimiento seguía presente y no le gustaba nada.
-Todo tiene su proceso, Aoki. O es que has olvidado lo que es el protocolo. Es labor del 13º escuadrón mantener vigilado el mundo humano y no debemos interferir, por muy ansiosos que estemos -dijo apretando sus manos sobre sus brazos contrariando la voz calmada con la que hablaba en aquel momento.
Cerró los ojos un instante pensando en todo lo que había pasado. Según lo que sabían, Hueco Mundo había enviado como mínimo dos arrancar a recuperar una máscara que fue arrancada a un hollow largo tiempo atrás. Esa misma máscara había conseguido someter la mente de un antiguo oficial del Gotei hasta convertirse en un asesino despiadado sediento de sangre. La mera idea de que algo así volviera a ocurrir sobre todo en aquel momento la hizo estremecerse levemente. Pero aquel nombre le era demasiado conocido como para que se le fuera de la cabeza.
-Kaito... Kaito Rizumu... -murmuró de nuevo en voz baja pero se podía casi escuchar las ruedas dentadas de su mente moviéndose mientras se estrujaba el cerebro intentando recordar donde había leído aquel nombre.
Sin embargo tampoco pudo dedicarle mucha atención antes de que las puertas empezaran a abrirse. La joven capitana se separó de la pared y miró con ojos ansiosos en camino iluminado deseando con todas sus fuerzas que volvieran todos. Se colocó al lado de Aoki y clavó la mirada en la entrada. Tenían que volver. Sabía que lo harían aunque aquel mal presentimiento seguía presente y no le gustaba nada.
Hokori Yoruko- Post : 387
Edad : 39
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
NPC:
Aoki seguía dudando delante de las puertas espirituales, no sabía si entrar para echar una mano o mantenerse junto a Yoruko manteniendo el protocolo. Se decidió. Colocó el pié en el borde de las puertas y lanzó todo el peso de su cuerpo hacia delante, pasando ya una gran parte del mismo.
El estridente sonido de uno de los aparatos que traía en la mochila, salió de la misma retumbando en todo el cuarto. Era un ruido molesto, casi de despertador, que hacía que lo cogieras si o si. Aoki se detuvo, ya con un pie dentro, y giró su cara para constatar el sonido. Se volvió rápido y se abalanzó sobre la mochila extrayendo de la misma el dispositivo y conectando un pequeño botón para hacerlo sonar.
- ¿Sí? Soy Aoki. -. La voz salió del aparato cargada de interferencias y ruido de fondo al otro lado del altavoz que se corrigió enseguida. - ¡Aoki-sama! No sabía si conseguiría contactar con usted con este trasto, pero al parecer si. Está aquí la teniente del decimotercer escuadrón, y me indica que hay problemas en el mundo real, y que, de parte de su capitán, se solicita el descenso de un equipo médico. ¿Enviamos a alguien? - preguntaba con aire calmado Shumpei por medio del aparato. Aoki dirigió una rápida mirada a Yoruko-taichô, para poner sus ideas en órdenes... Tenía que ser grave para enviar a la teniente del decimotercer escuadrón hasta el mismísimo cuarto escuadrón para pedir ayuda directa al teniente de la misma. Tomó aire visiblemente, dejando que su pecho se hinchase y echando sus hombros hacia atrás.
- ¡¡QUE NOBORU SE LA TRAIGA ENSEGUIDA!! - dijo Aoki soltando todo el aire en un grito. Ya estaba alterado, había problemas graves. Cortó la comunicación sin dar lugar a réplicas. Aoki se mostraba más estricto de lo que solía hacerlo, pero esta vez era necesario.
Miró intensamente a Yoruko, sin pronunciar palabra. Su cabeza daba infinitas vueltas, haciendo cálculos, planes, y percatándose que cuanto más tardase en bajar, más trabajo pare el escuadrón. No se podía consentir.
En poco, un par de minutos, Se comenzaron a oír pasos por los pasillos del dangai, de dos shinigamis. Tenían que ser ellos. Aoki nunca dudaba de la extremada eficiencia de Noboru. Ambos se asomaron a la puerta y Aoki, con un solo gesto de cabeza, saltó al dangai, recogiendo sus piernas, y entrando con todo su cuerpo, esperando que Noboru le siguiese inmediatamente. Obviamente, Noboru hizo lo propio, sostuvo su zampakutou, y se lanzó al dangai, con una pierna por delante y ambos se perdieron en la luz de las puertas...
Aoki seguía dudando delante de las puertas espirituales, no sabía si entrar para echar una mano o mantenerse junto a Yoruko manteniendo el protocolo. Se decidió. Colocó el pié en el borde de las puertas y lanzó todo el peso de su cuerpo hacia delante, pasando ya una gran parte del mismo.
El estridente sonido de uno de los aparatos que traía en la mochila, salió de la misma retumbando en todo el cuarto. Era un ruido molesto, casi de despertador, que hacía que lo cogieras si o si. Aoki se detuvo, ya con un pie dentro, y giró su cara para constatar el sonido. Se volvió rápido y se abalanzó sobre la mochila extrayendo de la misma el dispositivo y conectando un pequeño botón para hacerlo sonar.
- ¿Sí? Soy Aoki. -. La voz salió del aparato cargada de interferencias y ruido de fondo al otro lado del altavoz que se corrigió enseguida. - ¡Aoki-sama! No sabía si conseguiría contactar con usted con este trasto, pero al parecer si. Está aquí la teniente del decimotercer escuadrón, y me indica que hay problemas en el mundo real, y que, de parte de su capitán, se solicita el descenso de un equipo médico. ¿Enviamos a alguien? - preguntaba con aire calmado Shumpei por medio del aparato. Aoki dirigió una rápida mirada a Yoruko-taichô, para poner sus ideas en órdenes... Tenía que ser grave para enviar a la teniente del decimotercer escuadrón hasta el mismísimo cuarto escuadrón para pedir ayuda directa al teniente de la misma. Tomó aire visiblemente, dejando que su pecho se hinchase y echando sus hombros hacia atrás.
- ¡¡QUE NOBORU SE LA TRAIGA ENSEGUIDA!! - dijo Aoki soltando todo el aire en un grito. Ya estaba alterado, había problemas graves. Cortó la comunicación sin dar lugar a réplicas. Aoki se mostraba más estricto de lo que solía hacerlo, pero esta vez era necesario.
Miró intensamente a Yoruko, sin pronunciar palabra. Su cabeza daba infinitas vueltas, haciendo cálculos, planes, y percatándose que cuanto más tardase en bajar, más trabajo pare el escuadrón. No se podía consentir.
En poco, un par de minutos, Se comenzaron a oír pasos por los pasillos del dangai, de dos shinigamis. Tenían que ser ellos. Aoki nunca dudaba de la extremada eficiencia de Noboru. Ambos se asomaron a la puerta y Aoki, con un solo gesto de cabeza, saltó al dangai, recogiendo sus piernas, y entrando con todo su cuerpo, esperando que Noboru le siguiese inmediatamente. Obviamente, Noboru hizo lo propio, sostuvo su zampakutou, y se lanzó al dangai, con una pierna por delante y ambos se perdieron en la luz de las puertas...
Última edición por Murakami Aoki el Jue Mar 25, 2010 9:43 pm, editado 1 vez
Murakami Aoki- Post : 763
Edad : 34
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
Estaba algo confusa, no entendía muy bien por que requerían allí sus servicios pero si podría ser de ayuda estaba bien.
Erienne ya había llegado al Dangai, sin duda era reconocida la fama de Noboru por su rapidez. Allí estaba Aoki, el teniente del 4º escuadrón. A simple vista parecía un hombre responsable que sabia muy bien lo que estaba haciendo con su trabajo, parecía confiado. Un hombre corpulento... demasiado en su opinión.
Ambos, Aoki y Noburo se introdujeron en el Dangai, así que Erienne decidió seguirlos sosteniendo también su zampakutoh.
Erienne ya había llegado al Dangai, sin duda era reconocida la fama de Noboru por su rapidez. Allí estaba Aoki, el teniente del 4º escuadrón. A simple vista parecía un hombre responsable que sabia muy bien lo que estaba haciendo con su trabajo, parecía confiado. Un hombre corpulento... demasiado en su opinión.
Ambos, Aoki y Noburo se introdujeron en el Dangai, así que Erienne decidió seguirlos sosteniendo también su zampakutoh.
Erienne- Post : 673
Edad : 34
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
Con aquella carga que no paraba de patalear, sin aceptar el inminente y aciago destino que le sobrevenía, el Teniente del Quinto Escuadrón recorrió el Dangai, en el más profundo silencio. Intentaba contentarse con aquella presa, pero sabía que su intervención había sido un fracaso. Había perdido la pista de dos arrancar que algo sabían sobre la muerte de Karaiko-sama, había permitido que muchos salieran mal parados del combate y que capturaran a aquella muchacha, obcecado con su investigación. Aquel arrancar que porta no era, ni mucho menos, un consuelo.
Sin embargo, como de costumbre, a través de su sentido del humor y sus maneras intentaría animarse a sí mismo. El problema es que le aguardaba alguien que podría entrever a través de aquella máscara, justo detrás de aquel brillo que tenía en frente, que indicaba el fin del túnel y el comienzo del Dangai. En parte por hacer el tonto un poco, pero también por el cabreo que crecía en él, el Shihoin lanzó al arrancar a través de la puerta, justo antes de atravesarla él también.
— Ups, se me cayó. — bromeó, pero al ver la angustiosa cara de Yoruko cesó en su empeño. — Tran-tranquila, Yoruko. Sigo de una pieza. Aunque no se podría decir lo mismo de alguno ahí abajo... — indicó, aunque de seguida se dio cuenta de que no fue un comentario muy afortunado. Tras una rápida mirada vio que la joven estaba sola en la estancia. — Ya pasó todo. — dijo con voz apacible, intentando calmarla. — ¿Ha bajado ya la asistencia médica?
Katsu no tenía buena pinta, pero volvería a ser el de siempre tras algunas curas y reposo. En cuanto al Capitán... digamos que Kato pensaba que le dolería más alguna que otra acción suya que sus heridas físicas en batalla.
Sin embargo, como de costumbre, a través de su sentido del humor y sus maneras intentaría animarse a sí mismo. El problema es que le aguardaba alguien que podría entrever a través de aquella máscara, justo detrás de aquel brillo que tenía en frente, que indicaba el fin del túnel y el comienzo del Dangai. En parte por hacer el tonto un poco, pero también por el cabreo que crecía en él, el Shihoin lanzó al arrancar a través de la puerta, justo antes de atravesarla él también.
— Ups, se me cayó. — bromeó, pero al ver la angustiosa cara de Yoruko cesó en su empeño. — Tran-tranquila, Yoruko. Sigo de una pieza. Aunque no se podría decir lo mismo de alguno ahí abajo... — indicó, aunque de seguida se dio cuenta de que no fue un comentario muy afortunado. Tras una rápida mirada vio que la joven estaba sola en la estancia. — Ya pasó todo. — dijo con voz apacible, intentando calmarla. — ¿Ha bajado ya la asistencia médica?
Katsu no tenía buena pinta, pero volvería a ser el de siempre tras algunas curas y reposo. En cuanto al Capitán... digamos que Kato pensaba que le dolería más alguna que otra acción suya que sus heridas físicas en batalla.
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
La joven capitana observó al teniente con el ceño fruncido. Mantenía su postura apoyada sobre la pared con los brazos cruzados pero tanto Aoki como ella sabían que la comandante de las fuerzas especiales tenía aún más ganas de lanzarse al mundo humano a acabar con su nerviosismo e incertidumbre. Pero ahora era una capitana, y no podía dejarse llevar por sus ansias y emociones. Tenía que ser firme y respetar las normas, si ella no lo hacía como iba a pedir lo mismo de sus subordinados. Estuvo a punto de detener a Aoki preparada para inmovilizarle con una simple llave cuando el transmisor del teniente sonó en la bolsa que tenía en la mochila. No reconoció la voz en absoluto del que estaba al otro lado del aparato pero aún así el gruto que pegó Aoki la puso aún más nerviosa. Intercambió una mirada intensa con el teniente.
-Ve, yo esperaré aquí -le dijo sintiendo que esas eran unas palabras que le eran casi imposibles de pronunciar.
Al quedarse sola en el dangai empezó a dar vueltas de un lado a otro en la sala esperando el regreso de quién hubiera bajado. Estaba tan preocupada por todos que ya estando sola en aquel lugar no podía evitar mostrarlo. Se agarraba firmemente a su ropa en su mente dibujándose los peores escenarios posibles para el regreso de todos ellos. Y si estaban muertos? Y si los habían herido de gravedad? Y si...
Pero la tercera pregunta no surcó su mente por completo ya que las puertas del Dangai volvían a abrirse un cuerpo cayó delante de ella enrollada en lo que parecía ser un bakudo y al escuchar su broma se lanzó a por él impactándole en pleno torso la hacer un shumpo abrazándose a él fuertemente. Kato estaba a salvo, y en buena forma, si se permitía bromear de aquella manera. Enterró su rostro en las ropas del teniente agarrándose a ellas por su espalda escuchando su voz apaciguarla y asintió una vez su mente hubo asimilado la pregunta que le había hecho.
-Aoki acaba de bajar con otro de su escuadrón y la nueva teniente de Chiesa-taicho. Me has tenido preocupada, baka... -le dijo soltándole dándole un leve toque en el torso con los dedos aunque en realidad no podía ocultar la media sonrisa que se dibujaba en su rostro. -Y los demás? Qué ha pasado con los arrancar? -preguntó avasallando a Kato a preguntas.
Se acabó, esa era la última vez que no descendía al mundo humano y se quedaba esperando.
-Ve, yo esperaré aquí -le dijo sintiendo que esas eran unas palabras que le eran casi imposibles de pronunciar.
Al quedarse sola en el dangai empezó a dar vueltas de un lado a otro en la sala esperando el regreso de quién hubiera bajado. Estaba tan preocupada por todos que ya estando sola en aquel lugar no podía evitar mostrarlo. Se agarraba firmemente a su ropa en su mente dibujándose los peores escenarios posibles para el regreso de todos ellos. Y si estaban muertos? Y si los habían herido de gravedad? Y si...
Pero la tercera pregunta no surcó su mente por completo ya que las puertas del Dangai volvían a abrirse un cuerpo cayó delante de ella enrollada en lo que parecía ser un bakudo y al escuchar su broma se lanzó a por él impactándole en pleno torso la hacer un shumpo abrazándose a él fuertemente. Kato estaba a salvo, y en buena forma, si se permitía bromear de aquella manera. Enterró su rostro en las ropas del teniente agarrándose a ellas por su espalda escuchando su voz apaciguarla y asintió una vez su mente hubo asimilado la pregunta que le había hecho.
-Aoki acaba de bajar con otro de su escuadrón y la nueva teniente de Chiesa-taicho. Me has tenido preocupada, baka... -le dijo soltándole dándole un leve toque en el torso con los dedos aunque en realidad no podía ocultar la media sonrisa que se dibujaba en su rostro. -Y los demás? Qué ha pasado con los arrancar? -preguntó avasallando a Kato a preguntas.
Se acabó, esa era la última vez que no descendía al mundo humano y se quedaba esperando.
Hokori Yoruko- Post : 387
Edad : 39
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
A penas había alcanzado a dar un par de pasos tras dejar el Dangai cuando la esbelta figura de Yoruko desapareció ante la mirada de Kato, apareciendo, tras su shumpo, justo en frente de él, placándolo. El teniente se desestabilizó un poco, pero consiguió mantener la verticalidad, aunque presa de aquel abrazo de la recién nombrada Capitana. Con su cabeza presionando contra el pecho de Kato, Yoruko asintió.
Al parecer, Aoki ya estaba en camino. Katsu no tendría nada que temer, pues seguro que pronto lo recompondrían. Sin embargo aquella shinigami... Cuando Yoruko preguntó por el resto Kato cambió levemente su rostro. "Jodidamente mal", pensó en responder, pero se recompuso un poco:
— Como te decía, volví ileso, aunque ni Kobayashi ni Katsu podrán decir lo mismo, me temo. — comenzó Kato, algo más serio. — Katsu está bastante grave, pero estable. Kobayashi ha recibido un par de cortes y ha perdido bastante sangre, pero es un tipo duro y sólo resultarán ser arañazos. Lo dejé junto a el malogrado Katsu, pero si Aoki va en camino pronto estarán de vuelta, no te preocupes. — acabó por decir, dibujando media sonrisa en su boca a la vez que la miraba a los ojos, intentando sosegarla. — Sin embargo los arrancars escaparon ilesos, o casi, llevándose con ellos a Hatsushiki. Pobre chiquilla, a saber lo que harán con ella. Habrá que informar pronto al Comandante para que decida qué hacer. Hemos conseguido atrapar a éste, — dijo Kato, señalando despectivamente a Kite que seguía revolviéndose en el suelo, intentando zafarse, sin éxito, del bakudo. — sin embargo poco podrá aportar a la Investigación. Logré encontrar a uno de los implicados en la muerte del viejo, pero justo antes de que se escaparan, otra arrancar dijo algo que me hace pensar que también tiene algo que ver con el asunto. — Kato no pudo aguantar más: — Joder, vaya mierda... — farfulló. — A ver cómo informo al Jefe de todo esto. — se lamentó, sintiéndose cada vez más culpable, aunque poco más pudiese haber hecho.
El joven Shihoin giró su cuello, intentando encontrar a Chiesa, pero parecía no estar cerca. La verdad es que esperaba encontrarlo por allí. En parte para preguntarle que qué coño estaba haciendo para responder a la llamada de socorro con tanta "presura", pero también para que compartieran la ira que trajese Kobayashi-taicho desde el Mundo Humano. Así quizá no matara a ninguno. No del todo al menos:
— ¿Chiesa-kun no ha llegado aun o es que no piensa pasarse? — dijo, con los ojos entornados, algo molesto. — Esperaba que estuviera por aquí para cuando llegase Kobayashi-taicho. Tengo la ligera impresión de que estará un tanto enfadado con nosotros, aunque no sé con cual más. — sonrió, sacando levemente su lengua, recobrando su humor.
Al parecer, Aoki ya estaba en camino. Katsu no tendría nada que temer, pues seguro que pronto lo recompondrían. Sin embargo aquella shinigami... Cuando Yoruko preguntó por el resto Kato cambió levemente su rostro. "Jodidamente mal", pensó en responder, pero se recompuso un poco:
— Como te decía, volví ileso, aunque ni Kobayashi ni Katsu podrán decir lo mismo, me temo. — comenzó Kato, algo más serio. — Katsu está bastante grave, pero estable. Kobayashi ha recibido un par de cortes y ha perdido bastante sangre, pero es un tipo duro y sólo resultarán ser arañazos. Lo dejé junto a el malogrado Katsu, pero si Aoki va en camino pronto estarán de vuelta, no te preocupes. — acabó por decir, dibujando media sonrisa en su boca a la vez que la miraba a los ojos, intentando sosegarla. — Sin embargo los arrancars escaparon ilesos, o casi, llevándose con ellos a Hatsushiki. Pobre chiquilla, a saber lo que harán con ella. Habrá que informar pronto al Comandante para que decida qué hacer. Hemos conseguido atrapar a éste, — dijo Kato, señalando despectivamente a Kite que seguía revolviéndose en el suelo, intentando zafarse, sin éxito, del bakudo. — sin embargo poco podrá aportar a la Investigación. Logré encontrar a uno de los implicados en la muerte del viejo, pero justo antes de que se escaparan, otra arrancar dijo algo que me hace pensar que también tiene algo que ver con el asunto. — Kato no pudo aguantar más: — Joder, vaya mierda... — farfulló. — A ver cómo informo al Jefe de todo esto. — se lamentó, sintiéndose cada vez más culpable, aunque poco más pudiese haber hecho.
El joven Shihoin giró su cuello, intentando encontrar a Chiesa, pero parecía no estar cerca. La verdad es que esperaba encontrarlo por allí. En parte para preguntarle que qué coño estaba haciendo para responder a la llamada de socorro con tanta "presura", pero también para que compartieran la ira que trajese Kobayashi-taicho desde el Mundo Humano. Así quizá no matara a ninguno. No del todo al menos:
— ¿Chiesa-kun no ha llegado aun o es que no piensa pasarse? — dijo, con los ojos entornados, algo molesto. — Esperaba que estuviera por aquí para cuando llegase Kobayashi-taicho. Tengo la ligera impresión de que estará un tanto enfadado con nosotros, aunque no sé con cual más. — sonrió, sacando levemente su lengua, recobrando su humor.
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
Las puertas espirituales se abrieron nuevamente, y la enorme figura de Aoki se dejó entre ver tras la luz, colándose de un salto en el habitáculo. Una vez con ambos pies en el suelo, y cuando cayó Noboru postrado por detrás suya, solo hizo una reverencia con un gesto muy serio dirigida a Kato y una mirada a todas luces preocupada a Hokori.
Se dirigió rápido a una de las esquinas del cuarto, la más cercana a la puerta, para dejar caer a Katsu con suavidad en el suelo enfundado en tatami. Estaba grave, su uniforme más que negro parecía rojo y estaba tieso por la sangre reseca... Noboru siguió a su superior tras coger la mochila que Aoki traía desde el principio. Se agacharon ambos junto al cuerpo agotado del teniente, abrieron con cuidado la parte superior del uniforme, sacando los brazos y dejando su torso completamente al aire. Noboru ponía vendajes con esmero, y Aoki movía el cuerpo con soltura, gracias a su fuerza muscular para ayudar al correcto vendaje.
Aoki estaba enfrascado en su labor, no podía cometer un fallo. Un movimiento en brusco y quizá le rompiese algún hueso. Ahora, desde el suelo, dedicó una mirada a Hokori, más tranquilizante que la anterior, asegurándole que estaba estable... Quizá la primera mirada la hubiese asustado, y es lo último que debía hacer en ese momento, hacer perder los estribos a un capitán... En cuanto terminasen con la cura y los vendajes, habría que llevarle a la cuarta división, para ver que no tuviese daños mayores, pero por ahora sería suficiente...
En breve en ese cuarto habría tres capitanes y cuatro tenientes... eso era casi una junta. Y Aoki tenía el presentimiento de que iban a caldearse los humos... Tenía que acabar pronto, y quitar de allí al teniente convaleciente...
Se dirigió rápido a una de las esquinas del cuarto, la más cercana a la puerta, para dejar caer a Katsu con suavidad en el suelo enfundado en tatami. Estaba grave, su uniforme más que negro parecía rojo y estaba tieso por la sangre reseca... Noboru siguió a su superior tras coger la mochila que Aoki traía desde el principio. Se agacharon ambos junto al cuerpo agotado del teniente, abrieron con cuidado la parte superior del uniforme, sacando los brazos y dejando su torso completamente al aire. Noboru ponía vendajes con esmero, y Aoki movía el cuerpo con soltura, gracias a su fuerza muscular para ayudar al correcto vendaje.
Aoki estaba enfrascado en su labor, no podía cometer un fallo. Un movimiento en brusco y quizá le rompiese algún hueso. Ahora, desde el suelo, dedicó una mirada a Hokori, más tranquilizante que la anterior, asegurándole que estaba estable... Quizá la primera mirada la hubiese asustado, y es lo último que debía hacer en ese momento, hacer perder los estribos a un capitán... En cuanto terminasen con la cura y los vendajes, habría que llevarle a la cuarta división, para ver que no tuviese daños mayores, pero por ahora sería suficiente...
En breve en ese cuarto habría tres capitanes y cuatro tenientes... eso era casi una junta. Y Aoki tenía el presentimiento de que iban a caldearse los humos... Tenía que acabar pronto, y quitar de allí al teniente convaleciente...
Murakami Aoki- Post : 763
Edad : 34
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
Un silencio tenso descendió sobre la sala cuando una nueva figura se perfiló en la puerta del dangai. El capitán Kobayashi Hayato entró a través de ella con paso lento, observando a su alrededor y fijando, a su turno, la mirada en los ojos de cada uno de los presentes. Allí estaba el teniente Shihoin, con quien sin duda iba a tener unas palabras. Estaban también los dos miembros del cuarto escuadrón que se habían encargado del rescate de Katsu, el teniente Murakami y su ayudante. Se encontraba además presente la recién nombrada capitana del segundo escuadrón, Hokori Yoruko, quien mostraba una familiaridad con Shihoin difícil de disimular. Kobayashi los observó a todos y cada uno de ellos, pasando entre ellos sin mediar palabra, sin que se oyera en la habitación más que el eco de sus pisadas.
Se dirigió al lugar en que Murakami y su ayudante aún se ocupaban de Katsu. Desde una distancia respetuosa, observó el desarrollo de las operaciones de estabilización y vendaje y, aún más importante, las expresiones de los sanadores. No le hizo falta preguntar para saber que las cosas iban bien. Katsu estaba mucho más que magullado, pero se repondría.
Retrocediendo sobre sus pasos, se dirigió hacia el lugar que ocupaban la capitana y el teniente Shihoin.
-Bien -comenzó, en un tono frío y cortante como el viento de otoño, justo antes de llegar a su altura-. Acabamos de dar el espectáculo más triste y deplorable en la historia de la organización y la disciplina. No sólo hemos evidenciado carencias estratégicas y de coordinación desde el nivel más básico, sino que, además, por culpa de ello hemos perdido irremisiblemente a una de nuestras compañeras, quien a estas alturas ya debe de estar disfrutando de la hospitalidad forzosa que le deparan en Hueco Mundo. -Lanzó una mirada de disgusto a la puerta y un breve suspiro de resignación-. Dado que el capitán Chiesa, por lo visto, es un hombre al que le gusta hacerse esperar, empezaré por usted -le dijo al teniente-. Con su permiso, capitana -la saludó, inclinando levemente la cabeza hacia ella antes de clavar los ojos en el joven Shihoin-. Teniente Shihoin Kato... ¿tiene algo que decirme? -preguntó, llevándose las manos a la espalda, en un tono que podría fácilmente haber sido confundido con el ruido de una zanpakutou al abandonar la vaina-. Algo del estilo de "me doy cuenta de que mi comportamiento en la batalla ha sido intolerable, de que he puesto en peligro a mis compañeros y he servido en bandeja una oportunidad a mis enemigos" estaría bien, para empezar.
Se dirigió al lugar en que Murakami y su ayudante aún se ocupaban de Katsu. Desde una distancia respetuosa, observó el desarrollo de las operaciones de estabilización y vendaje y, aún más importante, las expresiones de los sanadores. No le hizo falta preguntar para saber que las cosas iban bien. Katsu estaba mucho más que magullado, pero se repondría.
Retrocediendo sobre sus pasos, se dirigió hacia el lugar que ocupaban la capitana y el teniente Shihoin.
-Bien -comenzó, en un tono frío y cortante como el viento de otoño, justo antes de llegar a su altura-. Acabamos de dar el espectáculo más triste y deplorable en la historia de la organización y la disciplina. No sólo hemos evidenciado carencias estratégicas y de coordinación desde el nivel más básico, sino que, además, por culpa de ello hemos perdido irremisiblemente a una de nuestras compañeras, quien a estas alturas ya debe de estar disfrutando de la hospitalidad forzosa que le deparan en Hueco Mundo. -Lanzó una mirada de disgusto a la puerta y un breve suspiro de resignación-. Dado que el capitán Chiesa, por lo visto, es un hombre al que le gusta hacerse esperar, empezaré por usted -le dijo al teniente-. Con su permiso, capitana -la saludó, inclinando levemente la cabeza hacia ella antes de clavar los ojos en el joven Shihoin-. Teniente Shihoin Kato... ¿tiene algo que decirme? -preguntó, llevándose las manos a la espalda, en un tono que podría fácilmente haber sido confundido con el ruido de una zanpakutou al abandonar la vaina-. Algo del estilo de "me doy cuenta de que mi comportamiento en la batalla ha sido intolerable, de que he puesto en peligro a mis compañeros y he servido en bandeja una oportunidad a mis enemigos" estaría bien, para empezar.
Kobayashi Hayato- Post : 272
Edad : 36
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
La puerta que daba a la sala donde estaban dispuestos los portales que daban al mundo humano se abrió y desde allí se pudo observar el largo y angosto pasillo desde donde se podía acceder directamente de los despachos del 13º escuadrón, sin tener que dar rodeos ni ninguna vuelta extraña que hiciera a Chiesa pensarse el camino más de lo debido y no acabar donde debía, o por lo menos no acabar a tiempo, sino en cuestión de varios segundos, minutos u horas más tarde, cuando ya todo se habría decidido.
Pero parecía que ahora llegaba a tiempo, pues la honrosa presencia de multitud de capitanes y tenientes hacían ver que aquello era importante de verdad y que todavía estaban, sino en el culmen de la reunión, en los momentos previos a ella.
Aunque esta vez iba a intentar no llamar demasiado la atención con alguno de sus comentarios tan propios, sino mantenerse en un segundo plan, siempre relativo, pues tenía que enterarse de la situación.
Y había algo que le gustaría saber más que nada, ahora que se había tenido contacto con los arrancars. Y es que tras aquella gran batalla, ambos bandos habían quedado maltrechos, bastante destrozados, añadiría. Por lo menos el lado shinigami.
No sabía si con los arrancars había pasado lo mismo o estaban con un paso diferente al nuestro, ya fuera un paso por delante o por detrás, pero ese era el dato clarificador, lo que permitiría saber si tenían mucho tiempo para hacer las cosas bien y tranquilas o simplemente lo urgente se impondría sobre lo importante.
- ¿Como son las fuerzas shinigamis comparadas con las arrancars? - Preguntó nada más entrar, sin dar ningún saludo a modo de rodeo o de distracción. Había que dejar cosas claras desde un principio, pues no sabía si tendría tiempo de adaptarse adecuadamente a aquellos robots con forma humana que se hacían llamar shinigamis que tenía en su sección o tendría que salir a partirse la cara él directamente.
Pero parecía que ahora llegaba a tiempo, pues la honrosa presencia de multitud de capitanes y tenientes hacían ver que aquello era importante de verdad y que todavía estaban, sino en el culmen de la reunión, en los momentos previos a ella.
Aunque esta vez iba a intentar no llamar demasiado la atención con alguno de sus comentarios tan propios, sino mantenerse en un segundo plan, siempre relativo, pues tenía que enterarse de la situación.
Y había algo que le gustaría saber más que nada, ahora que se había tenido contacto con los arrancars. Y es que tras aquella gran batalla, ambos bandos habían quedado maltrechos, bastante destrozados, añadiría. Por lo menos el lado shinigami.
No sabía si con los arrancars había pasado lo mismo o estaban con un paso diferente al nuestro, ya fuera un paso por delante o por detrás, pero ese era el dato clarificador, lo que permitiría saber si tenían mucho tiempo para hacer las cosas bien y tranquilas o simplemente lo urgente se impondría sobre lo importante.
- ¿Como son las fuerzas shinigamis comparadas con las arrancars? - Preguntó nada más entrar, sin dar ningún saludo a modo de rodeo o de distracción. Había que dejar cosas claras desde un principio, pues no sabía si tendría tiempo de adaptarse adecuadamente a aquellos robots con forma humana que se hacían llamar shinigamis que tenía en su sección o tendría que salir a partirse la cara él directamente.
Chiesa- Capitán Rei
- Post : 1243
Edad : 38
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
OFF: Yoruko me cedió el turno, aunque no sé si luego querrá postear ella.
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No tuvo tiempo Yoruko de contestar a la pregunta de su prometido, cuando Aoki irrumpió en aquella sala, cada vez más y más concurrida. Acarreaba consigo al maltrecho Katsu, al cual procedió a aplicarle otras curas, sin ni si quiera mediar palabra con los ya allí presentes, salvo un par de fugaces, aunque significativas miradas. Tanto la Capitana como el Teniente se quedaron mirando en silencio las labores de Aoki, cuando uno de los últimos shinigamis que aun quedaban ahí abajo, Kobayashi-taicho, entró, con paso lento y semblante serio.
Un corto silencio se formó en la sala, aunque eterno para el Shihoin, espectante de la reprimenda. Mientras, en ella, la tensión crecía. Tras comprobar que Katsu mejoraba, Kobayashi se acercó a la pareja. Kato parecía cada vez más nervioso, pero justo antes de que el Capitán, bastante más calmado de lo que el teniente esperaba, se parase junto a él, inspiró profundamente, calmándose, dispuesto a asumir la consecuencia de sus actos.
— Pues la verdad es que... — comenzó a decir Kato, en respuesta a la pregunta directa que Kobayashi le había lanzado. Sin embargo el mismo Capitán le interrumpió, con un satírico comentario. Kato no supo hacer otra cosa que esbozar una tenue sonrisa, esperando no molestar con ello el ya alterado ánimo de Hayato. — Tiene toda la razón. — que no le gustara que le hablaran de usted no significaba que él no lo hiciera con el resto, sobre todo si se trataba de un superior al que no conocía. Para bien o para mal, al fin y al cabo era un Shihoin. — Lo mínimo que puedo hacer es pedirle disculpas. — comenzó a decir en tono calmado y serio, algo impropio de él. — Obviamente no calculé las consecuencias de aquello, pero tuve que reaccionar en tan poco tiempo que... — Kato se detuvo a mitad de frase, viendo que le iba sonando aquello a burda escusa. Se calmó y respiró un segundo, midiendo sus palabras. — Como le indiqué, ahora que estamos más tranquilos le explicaría: El cuerpo de mi Capitán ha sido hallado en el Rukongai. Siguiendo el reiatsu arrancar que éste contenía me llevó hacia Europa, a su localización. Detuve aquel ataque porque esa arrancar está implicada en su muerte. Ya sé. — comenzó ha hablar algo más distendidamente, aunque continuaba manteniendo el contacto visual con los ojos, falsamente calmados, según creía Kato, del Capitán del Séptimo escuadrón, frente a él. — Sea quien fuera se trataba de un arrancar y merecía morir, pero se me encomendó la investigación de la extraña muerte del Capitán, ya que podría significar un peligro, teniendo en cuenta como las condiciones del maltrecho cuerpo de Karaiko-sama. Obviamente no fue la mejor decisión de mi vida, pero... — Kato volvió a callarse de nuevo en mitad de su frase, aunque esta vez se lo debía agradecer a su amigo Chiesa, ya que la retahila que le había soltado al Capitán pronto comenzaría a tener poco sentido.
Así pues, el Capitán del último Escuadrón del Gotei hizo acto de presencia, deteniendo aquella conversación, o más bien posponiéndola. Mientras se acercaba, Kato se temía lo peor. Tal y como estaba el ambiente en aquella sala, la tensión casi podía cortarse, por lo que un sarcasmo mal lanzado por parte de Chiesa podría acabar por desatar aquella contenida y calmada, al menos de momento, discusión. Sin embargo, para mayor sorpresa aun de Kato, el tono no sólo fue inusualmente serio, sino que su única y escueta pregunta no pudo ser más desafortunada.
— ¿¡Qué cómo eran las fuerzas shinigamis respecto a...!? — preguntó Kato, adelantándose al resto, con evidente tono de incredulidad en su voz, aunque sin levantarla en exceso. — Te has lucido, Bastian-kun. — continuó el teniente, mirando al suelo, sin poder dar crédito aun a la palabra. El comentario perfecto pareció venir a su mente. Algo sarcástico, pero a estas alturas... — Para empezar, algo limitadas. — indicó, con más que evidente inciso en la última palabra. — ¿Lo pillas? ¿No? Pues seguro que Kobayashi-taicho estará encantado de explicártelo. — concluyó Kato, apartándose un poco, meneando la cabeza aun incrédulo, y dejando hacer a Hayato. Al fin y al cabo él había bajado sin limitador, por lo que aquel problema, aquel preciso problema no le atañía lo más mínimo. Bastante tenía con lo suyo, que le acompañaría bastantes noches de vigilia, se temía. Maldita conciencia la suya.
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No tuvo tiempo Yoruko de contestar a la pregunta de su prometido, cuando Aoki irrumpió en aquella sala, cada vez más y más concurrida. Acarreaba consigo al maltrecho Katsu, al cual procedió a aplicarle otras curas, sin ni si quiera mediar palabra con los ya allí presentes, salvo un par de fugaces, aunque significativas miradas. Tanto la Capitana como el Teniente se quedaron mirando en silencio las labores de Aoki, cuando uno de los últimos shinigamis que aun quedaban ahí abajo, Kobayashi-taicho, entró, con paso lento y semblante serio.
Un corto silencio se formó en la sala, aunque eterno para el Shihoin, espectante de la reprimenda. Mientras, en ella, la tensión crecía. Tras comprobar que Katsu mejoraba, Kobayashi se acercó a la pareja. Kato parecía cada vez más nervioso, pero justo antes de que el Capitán, bastante más calmado de lo que el teniente esperaba, se parase junto a él, inspiró profundamente, calmándose, dispuesto a asumir la consecuencia de sus actos.
— Pues la verdad es que... — comenzó a decir Kato, en respuesta a la pregunta directa que Kobayashi le había lanzado. Sin embargo el mismo Capitán le interrumpió, con un satírico comentario. Kato no supo hacer otra cosa que esbozar una tenue sonrisa, esperando no molestar con ello el ya alterado ánimo de Hayato. — Tiene toda la razón. — que no le gustara que le hablaran de usted no significaba que él no lo hiciera con el resto, sobre todo si se trataba de un superior al que no conocía. Para bien o para mal, al fin y al cabo era un Shihoin. — Lo mínimo que puedo hacer es pedirle disculpas. — comenzó a decir en tono calmado y serio, algo impropio de él. — Obviamente no calculé las consecuencias de aquello, pero tuve que reaccionar en tan poco tiempo que... — Kato se detuvo a mitad de frase, viendo que le iba sonando aquello a burda escusa. Se calmó y respiró un segundo, midiendo sus palabras. — Como le indiqué, ahora que estamos más tranquilos le explicaría: El cuerpo de mi Capitán ha sido hallado en el Rukongai. Siguiendo el reiatsu arrancar que éste contenía me llevó hacia Europa, a su localización. Detuve aquel ataque porque esa arrancar está implicada en su muerte. Ya sé. — comenzó ha hablar algo más distendidamente, aunque continuaba manteniendo el contacto visual con los ojos, falsamente calmados, según creía Kato, del Capitán del Séptimo escuadrón, frente a él. — Sea quien fuera se trataba de un arrancar y merecía morir, pero se me encomendó la investigación de la extraña muerte del Capitán, ya que podría significar un peligro, teniendo en cuenta como las condiciones del maltrecho cuerpo de Karaiko-sama. Obviamente no fue la mejor decisión de mi vida, pero... — Kato volvió a callarse de nuevo en mitad de su frase, aunque esta vez se lo debía agradecer a su amigo Chiesa, ya que la retahila que le había soltado al Capitán pronto comenzaría a tener poco sentido.
Así pues, el Capitán del último Escuadrón del Gotei hizo acto de presencia, deteniendo aquella conversación, o más bien posponiéndola. Mientras se acercaba, Kato se temía lo peor. Tal y como estaba el ambiente en aquella sala, la tensión casi podía cortarse, por lo que un sarcasmo mal lanzado por parte de Chiesa podría acabar por desatar aquella contenida y calmada, al menos de momento, discusión. Sin embargo, para mayor sorpresa aun de Kato, el tono no sólo fue inusualmente serio, sino que su única y escueta pregunta no pudo ser más desafortunada.
— ¿¡Qué cómo eran las fuerzas shinigamis respecto a...!? — preguntó Kato, adelantándose al resto, con evidente tono de incredulidad en su voz, aunque sin levantarla en exceso. — Te has lucido, Bastian-kun. — continuó el teniente, mirando al suelo, sin poder dar crédito aun a la palabra. El comentario perfecto pareció venir a su mente. Algo sarcástico, pero a estas alturas... — Para empezar, algo limitadas. — indicó, con más que evidente inciso en la última palabra. — ¿Lo pillas? ¿No? Pues seguro que Kobayashi-taicho estará encantado de explicártelo. — concluyó Kato, apartándose un poco, meneando la cabeza aun incrédulo, y dejando hacer a Hayato. Al fin y al cabo él había bajado sin limitador, por lo que aquel problema, aquel preciso problema no le atañía lo más mínimo. Bastante tenía con lo suyo, que le acompañaría bastantes noches de vigilia, se temía. Maldita conciencia la suya.
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
Aoki escuchaba la discusión de fondo, arrodillado junto al cuerpo magullado del joven teniente de la séptima división. Las curas por partes de ambos shinigamis parecían ir bien, ahora le quedaría un largo descanso en la cuarta división. Hayato había entrado poco después de ellos, y empezó a atacar con una oleada de ironías al teniente de la quinta.
El ambiente se mantenía falsamente calmado, Kato pintaba una angustiada sonrisa, semejante a la de Hayato-taichô. Hokori-taichô si se mostraba un poco más intranquila, y como la bronca no iba con Aoki, pues él simplemente se dedicaba por entero a su trabajo... Eso hacía hasta que llegó a sus oídos un "hemos perdido irremisiblemente a una de nuestras compañeras, quien a estas alturas ya debe de estar disfrutando de la hospitalidad forzosa que le deparan en Hueco Mundo". ¿¡Habían secuestrado a una shinigami?! Aoki se volvió inmediatamente hacia ambos, clavando una mirada inquisitiva en ambos, y poco después en Yoruko-san, a modo de interrogante buscando una confirmación de lo que acababan de articular los labios del capitán. Sin respuesta, ella parecía más sorprendida aún que él. Negó con la cabeza varias veces en señal de resignación, ya habría tiempo para obtener más información, Ahora tenía que terminar con Katsu... Su antiguo compañero de travesuras ahora dependía de él...
Una vez acabada la cura, entró Chiesa-taichô, y se caldeó el ambiente en el cuarto. Era hora de sacar a Katsu de allí. Asintió varias veces mirando a Noboru, y éste le cargó en la espalda, y se lo llevó del cuarto.
- Creo que tanto la capitana Hokori-sama, como yo mismo necesitamos una explicación de lo ocurrido... - intervino Aoki al tiempo que se incorporaba encarándose a los presentes, a modo, además, de tranquilizar a los shinigamis presentes...
Y antes de que nadie pudiese responderle, la puerta de la habitación se volvió a abrir. Un shinigami escuálido, castaño y con los ojos de un color verde oliva intenso, sostenía unos papeles entre sus dedos temblorosos. El chico de pelo castaño temblaba, quizá por nerviosismo, quizá por la fuerte presión espiritual en el lugar. Realizó una pronunciada reverencia a los presentes que mantuvo durante unos segundos, y una más mirando hacia Aoki. Era un shinigami del cuarto escuadrón
- Disculpen la intromisión, pero traigo noticias importantes sobre el capitán de la quinta división, Karaiko-taichô. - dijo con voz temblorosa. Temía la reacción de los allí presentes, pero era una orden y debía cumplirla a rajatabla. Aoki se acercó al chico, para revisar sus papeles, y constató que al final del papel se plasmaba la rubrica del mismísimo forense del cuarto escuadrón, Chido-kun. Hacía tiempo que no recibía un informe de su puño y letra, tenía que ser grave. Aoki colocó la mano sobre el hombro del chico para tratar de tranquilizarlo. Era una persona por lo general, cercana a los shinigamis de su escuadrón, gracias a las buenas enseñanzas y cercanía de Provo-taichô... El joven se aclaró la garganta y comenzó a leer:
Por la presente, hago saber a todo los miembros del Gotei 13, en especial a los capitanes del mismo y a los shinigamis de la quinta división, que el cuerpo de Karaiko-taichô, ex-capitán de la quinta división, encontrado en el rukongai hace solo cuestión de horas era falso. No era más que un hollow/arrancar cuya máscara había sido cambiada de lugar, introducida en la cavidad cerebral, previa extracción del mismo, y acompañada de una enorme cantidad de reiatsu del tipo arrancar, almacenada en los laboratorios de la división. Del mismo modo, fue cambiado su aspecto físico, aún no sabemos como, y diversos reiatsus fueron hallados en él, como el que fue entregado al teniente de la quinta división, Shihoin Kato. Personalmente, siento las molestias que se hallan causado. Se encontrarán más detalles sobre la autopsia en los informes de la cuarta división.
El ambiente se mantenía falsamente calmado, Kato pintaba una angustiada sonrisa, semejante a la de Hayato-taichô. Hokori-taichô si se mostraba un poco más intranquila, y como la bronca no iba con Aoki, pues él simplemente se dedicaba por entero a su trabajo... Eso hacía hasta que llegó a sus oídos un "hemos perdido irremisiblemente a una de nuestras compañeras, quien a estas alturas ya debe de estar disfrutando de la hospitalidad forzosa que le deparan en Hueco Mundo". ¿¡Habían secuestrado a una shinigami?! Aoki se volvió inmediatamente hacia ambos, clavando una mirada inquisitiva en ambos, y poco después en Yoruko-san, a modo de interrogante buscando una confirmación de lo que acababan de articular los labios del capitán. Sin respuesta, ella parecía más sorprendida aún que él. Negó con la cabeza varias veces en señal de resignación, ya habría tiempo para obtener más información, Ahora tenía que terminar con Katsu... Su antiguo compañero de travesuras ahora dependía de él...
Una vez acabada la cura, entró Chiesa-taichô, y se caldeó el ambiente en el cuarto. Era hora de sacar a Katsu de allí. Asintió varias veces mirando a Noboru, y éste le cargó en la espalda, y se lo llevó del cuarto.
- Creo que tanto la capitana Hokori-sama, como yo mismo necesitamos una explicación de lo ocurrido... - intervino Aoki al tiempo que se incorporaba encarándose a los presentes, a modo, además, de tranquilizar a los shinigamis presentes...
Y antes de que nadie pudiese responderle, la puerta de la habitación se volvió a abrir. Un shinigami escuálido, castaño y con los ojos de un color verde oliva intenso, sostenía unos papeles entre sus dedos temblorosos. El chico de pelo castaño temblaba, quizá por nerviosismo, quizá por la fuerte presión espiritual en el lugar. Realizó una pronunciada reverencia a los presentes que mantuvo durante unos segundos, y una más mirando hacia Aoki. Era un shinigami del cuarto escuadrón
- Disculpen la intromisión, pero traigo noticias importantes sobre el capitán de la quinta división, Karaiko-taichô. - dijo con voz temblorosa. Temía la reacción de los allí presentes, pero era una orden y debía cumplirla a rajatabla. Aoki se acercó al chico, para revisar sus papeles, y constató que al final del papel se plasmaba la rubrica del mismísimo forense del cuarto escuadrón, Chido-kun. Hacía tiempo que no recibía un informe de su puño y letra, tenía que ser grave. Aoki colocó la mano sobre el hombro del chico para tratar de tranquilizarlo. Era una persona por lo general, cercana a los shinigamis de su escuadrón, gracias a las buenas enseñanzas y cercanía de Provo-taichô... El joven se aclaró la garganta y comenzó a leer:
Por la presente, hago saber a todo los miembros del Gotei 13, en especial a los capitanes del mismo y a los shinigamis de la quinta división, que el cuerpo de Karaiko-taichô, ex-capitán de la quinta división, encontrado en el rukongai hace solo cuestión de horas era falso. No era más que un hollow/arrancar cuya máscara había sido cambiada de lugar, introducida en la cavidad cerebral, previa extracción del mismo, y acompañada de una enorme cantidad de reiatsu del tipo arrancar, almacenada en los laboratorios de la división. Del mismo modo, fue cambiado su aspecto físico, aún no sabemos como, y diversos reiatsus fueron hallados en él, como el que fue entregado al teniente de la quinta división, Shihoin Kato. Personalmente, siento las molestias que se hallan causado. Se encontrarán más detalles sobre la autopsia en los informes de la cuarta división.
Firmado: Oogawa Chido.
Murakami Aoki- Post : 763
Edad : 34
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
La joven capitana estaba siendo avasallada con tantísima información que se mareó un instante cogiéndose al brazo de Kato al que aún tenía muy cerca. Las palabras que le decía le llegaban con cierto retraso, como si su mente trabajara a cámara lenta.
-Se han llevado a una shinigami?! ¿Para qué? Maldita sea, Kato... -dijo en voz baja aunque su voz se apagó cuando vio entrar a Aoki cargando al recién nombrado teniente del 7º escuadrón.
Yoruko simplemente se mantuvo al lado de Kato con la mano sobre su brazo apretándole ligeramente intentando sacar el nerviosismo que tenía encima. Sabía de las habilidades de Aoki y tenía plena confianza en que Katsu estaría bien pero aún así no podía evitar encontrarse intranquila. Ahora se recriminaba no haber bajado a socorrer a sus compañeros. Tal vez si ella hubiera estado allí no habrían tenido tantos problemas.
Sin embargo, el hilo de sus pensamientos se vio cortado por los pasos apagados del capitán del malherido teniente. Los ojos de Yoruko se fijaron en el rostro de Kobayashi-taicho mientras observaba a los shinigami sanadores hacer su trabajo. Yoruko en aquel instante recuperó la compostura dejando que las mangas largas de su haori aún no retocado, cayeran sobre sus manos ocultando los puños en los que se habían convertido. Dio un paso hacia un lado para dejar que tanto el capitán como el teniente se encararan simplemente mirando a uno y otro intermitentemente para intentar comprender lo que pasaba.
Las palabras de Hayato no se hicieron esperar y a cada sílaba que el capitán pronunciaba el ceño de Yoruko se iba frunciendo mirando de reojo a Kato preguntándose que podría haber pasado allí abajo para que el capitán del 7º escuadrón estuviera tan tenso. Aún así la intervención de Chiesa y Aoki hicieron que la capitana simplemente se quedara inmersa en sus pensamientos volviendo a pensar en lo que estaría pasando la pobre en aquellos instantes. Las palabras de disculpa de Kato le llegaban lejanas, sin llegar a captar lo que de verdad estaba diciendo simplemente imaginándose que podría estar pasando con la joven shinigami. Aquel había sido un error de todos. Y ahora una niña pagaría por sus errores. Aquello no podía volver a suceder.
Un escalofrío recorrió su espalda en aquel momento y su mirada azul se posó sobre una mariposa que había aparecido instantes después de que el shinigami del 4º esucadrón leyera el informe del forense y dejara boqueabiertos a todos los allí presentes. Las palabras del teniente del 1º escuadrón sonaron a través de la mariposa dejando bien claro las instrucciones y Yoruko no pensaba perder más tiempo.
-Capitanes... Tenientes... Tenemos órdenes, estas diferencias deberán arreglarse entre ustedes más tarde. Ahora marchad a la sala de reuniones -dijo la joven capitana a los dos tenientes que se encontraban allí para luego dedicarles una mirada a Chiesa y a Hayato esperando su confirmación para marcharse de allí inmediatamente saliendo ella primera por la puerta a paso rápido. Aquella urgencia no era nada bueno. ¿Qué era lo que estaba pasando?
-Se han llevado a una shinigami?! ¿Para qué? Maldita sea, Kato... -dijo en voz baja aunque su voz se apagó cuando vio entrar a Aoki cargando al recién nombrado teniente del 7º escuadrón.
Yoruko simplemente se mantuvo al lado de Kato con la mano sobre su brazo apretándole ligeramente intentando sacar el nerviosismo que tenía encima. Sabía de las habilidades de Aoki y tenía plena confianza en que Katsu estaría bien pero aún así no podía evitar encontrarse intranquila. Ahora se recriminaba no haber bajado a socorrer a sus compañeros. Tal vez si ella hubiera estado allí no habrían tenido tantos problemas.
Sin embargo, el hilo de sus pensamientos se vio cortado por los pasos apagados del capitán del malherido teniente. Los ojos de Yoruko se fijaron en el rostro de Kobayashi-taicho mientras observaba a los shinigami sanadores hacer su trabajo. Yoruko en aquel instante recuperó la compostura dejando que las mangas largas de su haori aún no retocado, cayeran sobre sus manos ocultando los puños en los que se habían convertido. Dio un paso hacia un lado para dejar que tanto el capitán como el teniente se encararan simplemente mirando a uno y otro intermitentemente para intentar comprender lo que pasaba.
Las palabras de Hayato no se hicieron esperar y a cada sílaba que el capitán pronunciaba el ceño de Yoruko se iba frunciendo mirando de reojo a Kato preguntándose que podría haber pasado allí abajo para que el capitán del 7º escuadrón estuviera tan tenso. Aún así la intervención de Chiesa y Aoki hicieron que la capitana simplemente se quedara inmersa en sus pensamientos volviendo a pensar en lo que estaría pasando la pobre en aquellos instantes. Las palabras de disculpa de Kato le llegaban lejanas, sin llegar a captar lo que de verdad estaba diciendo simplemente imaginándose que podría estar pasando con la joven shinigami. Aquel había sido un error de todos. Y ahora una niña pagaría por sus errores. Aquello no podía volver a suceder.
Un escalofrío recorrió su espalda en aquel momento y su mirada azul se posó sobre una mariposa que había aparecido instantes después de que el shinigami del 4º esucadrón leyera el informe del forense y dejara boqueabiertos a todos los allí presentes. Las palabras del teniente del 1º escuadrón sonaron a través de la mariposa dejando bien claro las instrucciones y Yoruko no pensaba perder más tiempo.
Narrador escribió:Destinatario: A todos los Capitanes y Tenientes, del Gotei 13.
Mensaje: Una voz profunda y levemente agitada suena a través de las mariposas que revolotean por toda la sociedad de almas buscando los destinatarios de dichas misivas.
"Por orden de Koyuki Ryoto-sotaicho, se convoca una reunión con extrema urgencia. Todo capitán del Gotei 13 tiene la obligación de presentarse en la sala de reuniones inmediatamente. Lo mismo para los tenientes de las divisiones o los terceros oficiales: preséntense en la sala de reuniones de tenientes."
Remitente: Mizugame Zanshiro, Teniente del 1º Escuadrón del Gotei 13.
Reunión de capitanes: https://soulsandswords.foroes.org/sala-de-reunion-de-capitanes-f56/reunion-urgente-capitanes-del-gotei-13-t664.htm
Reunión de tenientes: https://soulsandswords.foroes.org/sala-de-reunion-de-tenientes-f57/reunion-urgente-tenientes-del-gotei-13-t663.htm#6659
-Capitanes... Tenientes... Tenemos órdenes, estas diferencias deberán arreglarse entre ustedes más tarde. Ahora marchad a la sala de reuniones -dijo la joven capitana a los dos tenientes que se encontraban allí para luego dedicarles una mirada a Chiesa y a Hayato esperando su confirmación para marcharse de allí inmediatamente saliendo ella primera por la puerta a paso rápido. Aquella urgencia no era nada bueno. ¿Qué era lo que estaba pasando?
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OFF: Pongo el orden para que no nos liemos ya que por mi culpa la cosa está algo desorganizada xDD Ya que yo he salido del hilo en este post no estoy en la lista. Kobayashi Hayato
Bastian Chiesa
Shihoin Kato
Murakami Aoki
Bastian Chiesa
Shihoin Kato
Murakami Aoki
Última edición por Hokori Yoruko el Vie Abr 23, 2010 1:10 am, editado 1 vez
Hokori Yoruko- Post : 387
Edad : 39
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
La entrada de Bastian Chiesa, sin un saludo, sin una más que necesaria disculpa, le hizo merecedor de una de las más aceradas miradas de soslayo del capitán del séptimo escuadrón. Si pudiera leerse la traza espiritual de una mirada, aquella habría tenido forma de lanza. Por fortuna, la historia de Kato era lo suficientemente difícil de encajar como para que su mente estuviera demasiado ocupada terminando de juntar las piezas para reaccionar impulsivamente.
Todo aquello le venía de nuevo. ¿El capitán del quinto escuadrón, asesinado? Había dado por hecho que había caído en la batalla, como el resto, pero al fin y al cabo resultaba que se había limitado a desaparecer. Hayato hizo una mueca de disgusto. Apenas había servido unos años a las órdenes del capitán Ateru Karaiko, los suficientes como para convencerse de que no le gustaba. Uno nunca sabía a qué atenerse con él. Prefería cien veces el franco mal humor de Tsukiho Raho al misterio y la oscuridad de Karaiko.
Tal vez fue precisamente el recuerdo de aquel aura de tinieblas y secretos ocultos que siempre había rodeado al capitán lo que hizo que la siguiente noticia no le sorprendiera en absoluto. ¿De modo que el capitán muerto resultaba no ser lo que aparentaba, sino un arrancar modificado? Por increíble que pareciera, no le extrañó lo más mínimo. Lo que sí valía la pena preguntarse era quién lo había podido dejar en el Rukongai, y con qué objetivo. ¿Simular la muerte del capitán? Parecía ridículo. Estaba claro que se le haría la autopsia, y una máscara de hollow en la cavidad cerebral no era algo que pasara fácilmente desapercibido. ¿A qué motivo podía obedecer, entonces? No lo sabía, y eso le preocupaba lo suficiente como para postponer la reprimenda a Kato.
-Caballeros, continuaremos esta conversación en otro momento. Ya han oído a la capitana.
Se despidió de ellos con una leve inclinación de la cabeza y salió por la puerta tras la capitana Hokori. Apenas hubo cruzado el umbral, y antes de que capitanes y tenientes se separaran para dirigirse cada uno a sus respectivas salas de reuniones, se giró hacia el resto.
-Si me disculpan... -se limitó a decir, antes de desaparecer del lugar con un shunpo. Necesitaba hacer aquel camino solo. Tenía muchas cosas en las que pensar -y algo le decía que pronto tendría todavía más- y el ritmo frenético de los acontecimientos no le ayudaba. Pero sobre todo, sobre todo, necesitaba relajarse. No podía presentarse frente al comandante de la Sociedad de Almas con las heridas todavía sangrantes y la ira apenas contenida por una compostura que terminaría cediendo a la mínima que Chiesa volviera a soltar alguna de sus impertinencias tras aquel enfrentamiento desastroso.
Si fueras una persona decente, te los habrías cargado a todos, empezando por el teniente que no sabe cuál es su lugar y terminando por el Capitán Limitador
Si fuera una persona decente, Genma, habría empezado por elegir una zanpakutou muda...
Todo aquello le venía de nuevo. ¿El capitán del quinto escuadrón, asesinado? Había dado por hecho que había caído en la batalla, como el resto, pero al fin y al cabo resultaba que se había limitado a desaparecer. Hayato hizo una mueca de disgusto. Apenas había servido unos años a las órdenes del capitán Ateru Karaiko, los suficientes como para convencerse de que no le gustaba. Uno nunca sabía a qué atenerse con él. Prefería cien veces el franco mal humor de Tsukiho Raho al misterio y la oscuridad de Karaiko.
Tal vez fue precisamente el recuerdo de aquel aura de tinieblas y secretos ocultos que siempre había rodeado al capitán lo que hizo que la siguiente noticia no le sorprendiera en absoluto. ¿De modo que el capitán muerto resultaba no ser lo que aparentaba, sino un arrancar modificado? Por increíble que pareciera, no le extrañó lo más mínimo. Lo que sí valía la pena preguntarse era quién lo había podido dejar en el Rukongai, y con qué objetivo. ¿Simular la muerte del capitán? Parecía ridículo. Estaba claro que se le haría la autopsia, y una máscara de hollow en la cavidad cerebral no era algo que pasara fácilmente desapercibido. ¿A qué motivo podía obedecer, entonces? No lo sabía, y eso le preocupaba lo suficiente como para postponer la reprimenda a Kato.
-Caballeros, continuaremos esta conversación en otro momento. Ya han oído a la capitana.
Se despidió de ellos con una leve inclinación de la cabeza y salió por la puerta tras la capitana Hokori. Apenas hubo cruzado el umbral, y antes de que capitanes y tenientes se separaran para dirigirse cada uno a sus respectivas salas de reuniones, se giró hacia el resto.
-Si me disculpan... -se limitó a decir, antes de desaparecer del lugar con un shunpo. Necesitaba hacer aquel camino solo. Tenía muchas cosas en las que pensar -y algo le decía que pronto tendría todavía más- y el ritmo frenético de los acontecimientos no le ayudaba. Pero sobre todo, sobre todo, necesitaba relajarse. No podía presentarse frente al comandante de la Sociedad de Almas con las heridas todavía sangrantes y la ira apenas contenida por una compostura que terminaría cediendo a la mínima que Chiesa volviera a soltar alguna de sus impertinencias tras aquel enfrentamiento desastroso.
Si fueras una persona decente, te los habrías cargado a todos, empezando por el teniente que no sabe cuál es su lugar y terminando por el Capitán Limitador
Si fuera una persona decente, Genma, habría empezado por elegir una zanpakutou muda...
Kobayashi Hayato- Post : 272
Edad : 36
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
Noticias. Malas noticias era todo lo que llegaba a Chiesa, tanto por parte de los que habían bajado al mundo humano, los cuales auguraban que las fuerzas shinigami lo mismo no podían estar a la misma altura que las fuerzas arrancars en este momento, lo cual suponía un grave, no, gravísimo problema, pues la situación no estaba para tirar cohetes y algunos shinigamis no se habían adaptado todavía totalmente a la situación, y como clara prueba de ello, estaba el capitán de la 13ª división, quien no había sabido moverse bien por su división.
Por otra parte, también llegaban las noticias de la muerte del capitán de la 5ª división. Aunque ahora resultaba que tal muerte no resultaba tan cierta, y que ahora tan solo se admitía como probable. Otra vez se le declararía desaparecido en combate. Pero sin embargo lo que más le preocupaba era la situación que se había creado, donde un experimento o artilugio arrancar había sido introducido hacia el mismo corazón de la Sociedad de Almas, hasta los mismos departamentos y laboratorios del Gotei 13. Y eso era un problema, quizás no porque hubiera pasado nada, sino porque la posibilidad de que volviera a pasar era más que real, era factible totalmente.
Pero primero tenía que hacer ver a los demás que esta situación que se había generado no había sido culpa suya sino de las circunstancias, de la precipitación, del no haberse acomodado en una división sino haber cambiado para dar lo mejor para la Sociedad de Almas.
- Es muy fácil quejarse, cuando uno se ha quedado en la división que conoce desde tantos años, ¿verdad? - El tono del capitán era de un hiriente sarcasmo, de una ironía - Tsk, este es un procedimiento ordinario, no hace falta que un capitán se movilice para ello. Si las cosas aquí funcionaran... - El capitán se cayó en el momento en el que se dió cuenta de que se hallaba en las disposiciones de la 13ª división, por lo que no sería buena idea empezar a criticarlos cuando apenas los había conocido, cuando apenas había tenido una corta charla con los miembros de esa división, así que contrariado, mientras cerraba los ojos y ladeaba la cabeza en clara señal de disgusto, se contuvo, para después terminar su respuesta al teniente de la 5ª división, pues el capitán de la 7ª ya se había marchado.
- Si no estuviera aquí, este problema se repetiría la próxima vez, gracias a que me arriesgué para ayudar al Gotei. Pero si quieres quejarte, primero da explicaciones por esto - Finalizó mientras señalaba la mariposa que acababa de entrar, y como en ella se nombraba que Kato había sido engañado en la autopsia que se le había realizado al capitán de la 5ª división.
Con un gesto enérgico, se evadió de la habitación, con cara de pocos amigos y de no querer seguir con la discusión, hacia las dependencias del 1er escuadrón.
Por otra parte, también llegaban las noticias de la muerte del capitán de la 5ª división. Aunque ahora resultaba que tal muerte no resultaba tan cierta, y que ahora tan solo se admitía como probable. Otra vez se le declararía desaparecido en combate. Pero sin embargo lo que más le preocupaba era la situación que se había creado, donde un experimento o artilugio arrancar había sido introducido hacia el mismo corazón de la Sociedad de Almas, hasta los mismos departamentos y laboratorios del Gotei 13. Y eso era un problema, quizás no porque hubiera pasado nada, sino porque la posibilidad de que volviera a pasar era más que real, era factible totalmente.
Pero primero tenía que hacer ver a los demás que esta situación que se había generado no había sido culpa suya sino de las circunstancias, de la precipitación, del no haberse acomodado en una división sino haber cambiado para dar lo mejor para la Sociedad de Almas.
- Es muy fácil quejarse, cuando uno se ha quedado en la división que conoce desde tantos años, ¿verdad? - El tono del capitán era de un hiriente sarcasmo, de una ironía - Tsk, este es un procedimiento ordinario, no hace falta que un capitán se movilice para ello. Si las cosas aquí funcionaran... - El capitán se cayó en el momento en el que se dió cuenta de que se hallaba en las disposiciones de la 13ª división, por lo que no sería buena idea empezar a criticarlos cuando apenas los había conocido, cuando apenas había tenido una corta charla con los miembros de esa división, así que contrariado, mientras cerraba los ojos y ladeaba la cabeza en clara señal de disgusto, se contuvo, para después terminar su respuesta al teniente de la 5ª división, pues el capitán de la 7ª ya se había marchado.
- Si no estuviera aquí, este problema se repetiría la próxima vez, gracias a que me arriesgué para ayudar al Gotei. Pero si quieres quejarte, primero da explicaciones por esto - Finalizó mientras señalaba la mariposa que acababa de entrar, y como en ella se nombraba que Kato había sido engañado en la autopsia que se le había realizado al capitán de la 5ª división.
Con un gesto enérgico, se evadió de la habitación, con cara de pocos amigos y de no querer seguir con la discusión, hacia las dependencias del 1er escuadrón.
Chiesa- Capitán Rei
- Post : 1243
Edad : 38
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
Aquello, por momentos, parecía una mala pesadilla. Kato deseaba despertar de repente y que toda aquella tensión, todas aquellas malas noticias se esfumaran en el aire. Pero no, lejos de irse, las malas nuevas seguían llegando.
Podéis pensar que el Shihoin era tremendamente inocente, o tan amigo de sus amigos que se llegaba a ser estúpido, pero tras las palabras de Chiesa no pudo evitar sentirse culpable. Obviamente el Capitán debía asumir la responsabilidad de su escuadrón, y Kato nada tenía que ver en aquel error. Sin embargo, no pudo evitar pensar, con la mirada gacha: "Quizá tenga razón. Debí apoyarle más con todo el asunto del nuevo traslado. Debía haber sabido que se sentía así.", se martirizaba el teniente. Llegaban voces que le decían que él no tenía la culpa con todo aquello, que bastante tenía con lo suyo, pero la mente de Kato, en un último gesto altruista, las ignoraba, haciéndolas a un lado.
A pesar de todo, lo peor estaba por llegar. Irrumpió en la poblada sala un shinigami más, uno de la Cuarta División. Cuando Kato creía que nada podría sorprenderle más en aquella aciaga jornada, las palabras 'el cuerpo de Karaiko-taicho es falso' le golpearon en toda la cara, sin llegar tan si quiera verlas venir. El Shihoin entró en estado de shock, sumergido entre la incredulidad y la vergüenza de haber pasado un detalle así por encima. Falso. Aquel cuerpo era falso y Kato ni lo había sospechado. Cierto es que a penas le hizo una revisión a fondo y no participó en la autopsia.
La culpabilidad parecía alimentarse de sí misma, generando más y más, por lo que por la mente del Shihoin ni pasó por un momento la gran pericia del arrancar que había obrado aquella farsa, ni su somero y rápido vistazo a aquel cuerpo. No, él, en aquel estado, parecía sólo capaz de culparse a sí mismo más y más, llevando una carga sobre los hombros a duras penas soportable. Por ello, cuando Chiesa le recriminó aquel error, no supo más que balbucear algunas palabras:
— Yo... era su... reiatsu. — en un tono a penas apreciable, devolviéndole la mirada a Chiesa, aunque la suya estuviera vacía, perdida.
La mente de Kato parecía alejarse de su cuerpo, huyendo de toda aquella sinrazón. Parecía observarlo desde lejos. Sin duda, aquellos instantes los recordaría borrosos, envueltos en una neblina, como si de la más inverosímil pesadilla le hubiese sacudido. Chiesa y Hayato habían desaparecido ya, rumbo a la reunión de Capitanes; y el mismo Kato debía correr hacia la de Tenientes, pero parecía que su mente, distante en aquel onírico mundo que la enjaulaba, no tenía intención de volver. Un gesto casi mágico de su prometida, un gesto que no podría recordar aunque lo intentase con todas sus fuerzas, pareció recomponer al maltrecho teniente, devolviéndolo a este mundo.
Tras volver en sí, sonrió a Yoruko, haciendo un enorme esfuerzo, devolviéndole el gesto y musitando un leve "gracias" entre sus labios. Vapuleado aun, comenzó su viaje hacia la sala de reuniones de los Tenientes, en el Primer Escuadrón, intentando abstraerse de todo aquello. Por un instante se olvidó de su rehén, y tuvo que volver de mala gana junto a él. De mala gana se lo volvió a echar al hombro y corrió, exprimiendo su shunpo como si quisiera huir de todo aquello.
Dejó al arrancar en una pequeña estancia en su propio Escuadrón, bajo llave y vigilancia. El aire fresco de la mañana no le hizo mal, volviendo al camino hacia el primer Escuadrón. Allí se encontró con su otro compañero y amigo, Aoki, para suerte suya, con el que compartió camino hacia la sala de reuniones, sin a penas mediar palabra.
Podéis pensar que el Shihoin era tremendamente inocente, o tan amigo de sus amigos que se llegaba a ser estúpido, pero tras las palabras de Chiesa no pudo evitar sentirse culpable. Obviamente el Capitán debía asumir la responsabilidad de su escuadrón, y Kato nada tenía que ver en aquel error. Sin embargo, no pudo evitar pensar, con la mirada gacha: "Quizá tenga razón. Debí apoyarle más con todo el asunto del nuevo traslado. Debía haber sabido que se sentía así.", se martirizaba el teniente. Llegaban voces que le decían que él no tenía la culpa con todo aquello, que bastante tenía con lo suyo, pero la mente de Kato, en un último gesto altruista, las ignoraba, haciéndolas a un lado.
A pesar de todo, lo peor estaba por llegar. Irrumpió en la poblada sala un shinigami más, uno de la Cuarta División. Cuando Kato creía que nada podría sorprenderle más en aquella aciaga jornada, las palabras 'el cuerpo de Karaiko-taicho es falso' le golpearon en toda la cara, sin llegar tan si quiera verlas venir. El Shihoin entró en estado de shock, sumergido entre la incredulidad y la vergüenza de haber pasado un detalle así por encima. Falso. Aquel cuerpo era falso y Kato ni lo había sospechado. Cierto es que a penas le hizo una revisión a fondo y no participó en la autopsia.
La culpabilidad parecía alimentarse de sí misma, generando más y más, por lo que por la mente del Shihoin ni pasó por un momento la gran pericia del arrancar que había obrado aquella farsa, ni su somero y rápido vistazo a aquel cuerpo. No, él, en aquel estado, parecía sólo capaz de culparse a sí mismo más y más, llevando una carga sobre los hombros a duras penas soportable. Por ello, cuando Chiesa le recriminó aquel error, no supo más que balbucear algunas palabras:
— Yo... era su... reiatsu. — en un tono a penas apreciable, devolviéndole la mirada a Chiesa, aunque la suya estuviera vacía, perdida.
La mente de Kato parecía alejarse de su cuerpo, huyendo de toda aquella sinrazón. Parecía observarlo desde lejos. Sin duda, aquellos instantes los recordaría borrosos, envueltos en una neblina, como si de la más inverosímil pesadilla le hubiese sacudido. Chiesa y Hayato habían desaparecido ya, rumbo a la reunión de Capitanes; y el mismo Kato debía correr hacia la de Tenientes, pero parecía que su mente, distante en aquel onírico mundo que la enjaulaba, no tenía intención de volver. Un gesto casi mágico de su prometida, un gesto que no podría recordar aunque lo intentase con todas sus fuerzas, pareció recomponer al maltrecho teniente, devolviéndolo a este mundo.
Tras volver en sí, sonrió a Yoruko, haciendo un enorme esfuerzo, devolviéndole el gesto y musitando un leve "gracias" entre sus labios. Vapuleado aun, comenzó su viaje hacia la sala de reuniones de los Tenientes, en el Primer Escuadrón, intentando abstraerse de todo aquello. Por un instante se olvidó de su rehén, y tuvo que volver de mala gana junto a él. De mala gana se lo volvió a echar al hombro y corrió, exprimiendo su shunpo como si quisiera huir de todo aquello.
Dejó al arrancar en una pequeña estancia en su propio Escuadrón, bajo llave y vigilancia. El aire fresco de la mañana no le hizo mal, volviendo al camino hacia el primer Escuadrón. Allí se encontró con su otro compañero y amigo, Aoki, para suerte suya, con el que compartió camino hacia la sala de reuniones, sin a penas mediar palabra.
Re: Emergencia, marchando al mundo humano. [TRAMA]
La noticia sacó a Aoki de sí. Olvidó la mano que tendió sobre el chico, olvidó que estaba rodeado de capitanes, olvidó el hecho de que se habían llevado a una shinigami a Hueco Mundo, y en lugar de ese montón de pensamientos, en su cabeza resonaba el eco de la palabra "falso", que hizo que todos en el cuarto cambiasen su expresión y seguramente, todos y cada uno pensase en cada letra de la palabra... quizá buscando un posible error, pensando que no era lo que quería decir, que habían entendido mal. Pero el chico continuaba su informe impasivo, y declarando que efectivamente, esa era la palabra usada.
- ¿¡FALSO!? No tiene sentido... Aunque Chido es el mejor en eso, no puede haberse equivocado... Tengo que hablar con él... - se planteaba al tiempo que entraba al cuarto una mariposa desde el teniente de la primera división, el teniente del mismo sôtaichô, Koyuki Ryoto-dono, solicitando una reunión urgente de capitanes y tenientes.
Y antes de relajarse los humos del cuarto, uno tras otros fueron desapareciendo. Primero Hokori-taichô, Hayato-taichô y el capitán décimo-tercer escuadrón, Chiesa-taichô, que espetó y recriminó con dureza algún fallo del joven Shihoin que Aoki no llegó a entender. Aoki le dedicó una mirada tranquilizante al joven de su escuadrón, a la vez de indicarle sin palabras que lo había hecho bien. Después asintió con la cabeza y el chico se marchó entre los primeros en salir, los capitanes, y los dos tenientes que salieron en último lugar. Kato debía estarlo pasando mal. A la vista estaba que si que lo estaba pasando mal. Por un momento Aoki recordó la cara pícara y socarrona que tenía Kato desde joven, que ahora era aplastada por la angustia y el desasosiego...
Solo esperaba que todo saliera bien en esa tan urgente reunión, y que de algún modo, se calmasen los ánimos antes de la misma, o si no, alguien metería la pata ante el comandante...
- ¿¡FALSO!? No tiene sentido... Aunque Chido es el mejor en eso, no puede haberse equivocado... Tengo que hablar con él... - se planteaba al tiempo que entraba al cuarto una mariposa desde el teniente de la primera división, el teniente del mismo sôtaichô, Koyuki Ryoto-dono, solicitando una reunión urgente de capitanes y tenientes.
Y antes de relajarse los humos del cuarto, uno tras otros fueron desapareciendo. Primero Hokori-taichô, Hayato-taichô y el capitán décimo-tercer escuadrón, Chiesa-taichô, que espetó y recriminó con dureza algún fallo del joven Shihoin que Aoki no llegó a entender. Aoki le dedicó una mirada tranquilizante al joven de su escuadrón, a la vez de indicarle sin palabras que lo había hecho bien. Después asintió con la cabeza y el chico se marchó entre los primeros en salir, los capitanes, y los dos tenientes que salieron en último lugar. Kato debía estarlo pasando mal. A la vista estaba que si que lo estaba pasando mal. Por un momento Aoki recordó la cara pícara y socarrona que tenía Kato desde joven, que ahora era aplastada por la angustia y el desasosiego...
Solo esperaba que todo saliera bien en esa tan urgente reunión, y que de algún modo, se calmasen los ánimos antes de la misma, o si no, alguien metería la pata ante el comandante...
Murakami Aoki- Post : 763
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