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En movimiento. [TRAMA]
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Re: En movimiento. [TRAMA]
La imagen se traslucía en incoherencias propias de una muñeca hinchable que no se hincha. La llegada de los dos Espadas, o mejor dicho, imponentes Shinigamis a la escena no fue como preveía el exótico Kenzo. En su imaginación se alardeaban movimientos de envidias multitudinarias convinados con el jugueteo de aquellas nalgas lobunas que le acompañaban, mientras los allí presentes establecían un "Ohhh!!, Vaya Paquete!", refiriendose al notorio ensanche que se divisaba en sus entrepiernas. Convengamos en que nuestro protagonista no la tiene tan grande, sino por el contrario peca de ciertas confusiones con el doble sentido lógico. La cosa es que había guardado unas cositas en sus apretados nuevos calzoncillos mientras Pastelito le vestía con delicadeza.
Pero volviendo al tema que nos consierne nos gustaría aclarar el motivo de nuestra afirmación primera. Las actitudes tomadas por los allí presentes fueron dispares pero con un hilo en común, que por supuesto estableceremos a posteriormente. La cosa fue que la tigreza Nº2 le salvó el pellejo a una de las mascotitas en problemas, mientras el resto se debatía en combate. Pero he aqui la primera incoherencia que el cachorro salvado no se quedó allí para ayudar en el feroz combate contra aquellos feos arrancars, sino que se fue echando leches hacia su casita, con el rabo entre las piernas. Esta actitud pareció ser encomiable para los demas perritos presentes, pues siguieron con evidente similitud los pasos del primero, incluso los arrancars. Aquí vale explicar que fue cuando a Kenzo se le comenzó a encuadrar de una manera retorcida la situación. Sus instintos, y no hablamos de los pulsionales, le hicieron sospechar sutilidades propias de un paranoico poco ortodoxo, mas por algo le habían puesto a cargo de la investigación en la SS.
Estas cuestiones fueron acompañadas de una apertura repentina en las cercanias de su cabeza. Una pequeña garganta comenzó a aclararse como si partiera una nubecita en dos, mientras se escapaba de ella un objeto consistente. Por supuesto, Kenzo se hallaba demasiado absorto en sus persecutas cuestiones como para prestarle atención a aquello, por lo que el objeto termino aterrizando en su cabeza con la velocidad suficiente como para hacerte entrever que algo le había pellizcado. - Parece que caen soretes de punta... - Estableció al momento mientras intentaba predecir el rebote del objeto que sobrevolaba las dimensiones cercanas despues del sorpresivo ataque. Finalmente fue a aparar a sus manos.
- "Hay movimento en el Sereitei" - Decía con letra apresurada pero perfectamente legible un pepino verdoso. La similitudes y el doble sentido eran la escencia de nuestro protagonista, asi pues no se extrañe el lector de que su sección utilice pepinos con formas presuntuosas en vez de hojas. No diremos para que utilizan los duraznos, pues nos rogaron mantuvieramos el secreto. - ¡Vaya!, parece que los de arriba se estan poniendo cachondos... - Le comunicó con voz mas fuerte a su compañera que se hallaba unos metros mas lejos. Estaba claro que el dominio de Pastelito con las Gargantas era una habilidad primordial para la infiltración y las tácticas precisas, algo que Kenzo incluso podía utilizar para establecer una comunicación constante.
El mensaje cobró realidad cuando se pudo distinguir la llegada de dos nuevos reiatsus, obviamente empalagosos como solo pueden serlo los de la SS. Mas la sorpresa era evidente al entrever que uno de ellos era demasiado extenso como para corresponder al de un teniente. ( Parece que el clima mejora.. ), se entusiasmaba mientras acomodaba sus gafas de Sol tan molonas. Era claro que aquello no se debía a un llamado de alerta por parte de los shinigamis pues el último en irse pudo presenciar como la amenaza de los arrancars se disipaba, por lo tanto era obvio que su estadía se debía a su presencia. Mas...¿Cómo habían sospechado de su perfecto disfráz?, era obvio que Pastelito no se equivocaba en estas elecciones o de lo contrario estaría barriendo condones en el baño. ( Así que algo saben... ), concluía el 4to Espada mientras observaba con curiosidad a aquellos dos.
- ¡¡Yuooh!!. Compis!!...Aqui, Aqui! - Decía a los gritos mientras levantaba sus dos manos - Vamos que los invitaré a unas copas. Esto ha terminado antes de lo previsto y no creo que el jefazo se vaya a enfadar por tomarnos algo, eh!...¿vamos que dicen?, yo no desaprovecharía esta oportunidad teniendo la posibilidad de sentarse junto a aquella Bomba sexual...jójó! - Proseguía mientras acompañaba sus ultimas palabras de un guiño demasiado flagrante hacia los nuevos actores. No aclararemos quién es la bomba sexual de la que habla nuestro protagonista, pues es evidente. La cuestión era ¿Qué quería ganar Kenzo con todo ese paripé?...
Pero volviendo al tema que nos consierne nos gustaría aclarar el motivo de nuestra afirmación primera. Las actitudes tomadas por los allí presentes fueron dispares pero con un hilo en común, que por supuesto estableceremos a posteriormente. La cosa fue que la tigreza Nº2 le salvó el pellejo a una de las mascotitas en problemas, mientras el resto se debatía en combate. Pero he aqui la primera incoherencia que el cachorro salvado no se quedó allí para ayudar en el feroz combate contra aquellos feos arrancars, sino que se fue echando leches hacia su casita, con el rabo entre las piernas. Esta actitud pareció ser encomiable para los demas perritos presentes, pues siguieron con evidente similitud los pasos del primero, incluso los arrancars. Aquí vale explicar que fue cuando a Kenzo se le comenzó a encuadrar de una manera retorcida la situación. Sus instintos, y no hablamos de los pulsionales, le hicieron sospechar sutilidades propias de un paranoico poco ortodoxo, mas por algo le habían puesto a cargo de la investigación en la SS.
Estas cuestiones fueron acompañadas de una apertura repentina en las cercanias de su cabeza. Una pequeña garganta comenzó a aclararse como si partiera una nubecita en dos, mientras se escapaba de ella un objeto consistente. Por supuesto, Kenzo se hallaba demasiado absorto en sus persecutas cuestiones como para prestarle atención a aquello, por lo que el objeto termino aterrizando en su cabeza con la velocidad suficiente como para hacerte entrever que algo le había pellizcado. - Parece que caen soretes de punta... - Estableció al momento mientras intentaba predecir el rebote del objeto que sobrevolaba las dimensiones cercanas despues del sorpresivo ataque. Finalmente fue a aparar a sus manos.
- "Hay movimento en el Sereitei" - Decía con letra apresurada pero perfectamente legible un pepino verdoso. La similitudes y el doble sentido eran la escencia de nuestro protagonista, asi pues no se extrañe el lector de que su sección utilice pepinos con formas presuntuosas en vez de hojas. No diremos para que utilizan los duraznos, pues nos rogaron mantuvieramos el secreto. - ¡Vaya!, parece que los de arriba se estan poniendo cachondos... - Le comunicó con voz mas fuerte a su compañera que se hallaba unos metros mas lejos. Estaba claro que el dominio de Pastelito con las Gargantas era una habilidad primordial para la infiltración y las tácticas precisas, algo que Kenzo incluso podía utilizar para establecer una comunicación constante.
El mensaje cobró realidad cuando se pudo distinguir la llegada de dos nuevos reiatsus, obviamente empalagosos como solo pueden serlo los de la SS. Mas la sorpresa era evidente al entrever que uno de ellos era demasiado extenso como para corresponder al de un teniente. ( Parece que el clima mejora.. ), se entusiasmaba mientras acomodaba sus gafas de Sol tan molonas. Era claro que aquello no se debía a un llamado de alerta por parte de los shinigamis pues el último en irse pudo presenciar como la amenaza de los arrancars se disipaba, por lo tanto era obvio que su estadía se debía a su presencia. Mas...¿Cómo habían sospechado de su perfecto disfráz?, era obvio que Pastelito no se equivocaba en estas elecciones o de lo contrario estaría barriendo condones en el baño. ( Así que algo saben... ), concluía el 4to Espada mientras observaba con curiosidad a aquellos dos.
- ¡¡Yuooh!!. Compis!!...Aqui, Aqui! - Decía a los gritos mientras levantaba sus dos manos - Vamos que los invitaré a unas copas. Esto ha terminado antes de lo previsto y no creo que el jefazo se vaya a enfadar por tomarnos algo, eh!...¿vamos que dicen?, yo no desaprovecharía esta oportunidad teniendo la posibilidad de sentarse junto a aquella Bomba sexual...jójó! - Proseguía mientras acompañaba sus ultimas palabras de un guiño demasiado flagrante hacia los nuevos actores. No aclararemos quién es la bomba sexual de la que habla nuestro protagonista, pues es evidente. La cuestión era ¿Qué quería ganar Kenzo con todo ese paripé?...
Tatsuya Kenzo- Privaron Espada
- Post : 84
Edad : 35
Re: En movimiento. [TRAMA]
Aquella situación era surrealista. Después de salvarle la vida al shinigami este se presentó diciendo que le debía una y Okami no pudo más q reír ante la mera idea de que Amai se la devolviera en algún momento escabroso. Aún así los demás siguieron a lo suyo: las fracciones de Rayleigh se marcharon tan raudos como si hubieran visto un fantasma y el shinigami creador del fuego también. Es q se iba a quedar la cosa así?
La marcha de los arrancar le había resultado de lo más sospechosa y por supuesto sus pensamientos serían relegados a un segundo puesto cuando vió el mensaje que había recibido Kenzo de Hueco Mundo aunque antes de que siquiera abriera la boca sus músculos se tensaron con el conocido ansia de la caza. Más shinigamis venían. El olor dulzón y embriagador del reiatsu de los dioses de la muerte llegaba hasta ella incluso antes de que terminaran de cruzar el Dangai.
Sonrió de manera lobuna inclinándose levemente hacia delante y caminó pausadamente tras envainar su zanpakutou y colocarla sobre su hombro como antes hiciera. Sus ojos se posaron sobre el rostro del shinigami que portaba el haori, un capitán. No cabía en gozo al sentir el delicioso aroma del reiatsu de tan alto nivel pese a estar limitado como sabía que estaba, lo notaba. Aunque otro aroma característico llego a su sentido del olfato y su mirada se posó sobre el muchacho rubio que le acompañaba, insignia de teniente, interesante. Al momento reconoció el olor como cuando un león reconoce el espléndido aroma de una gacela.
-U-sa-gi... -dijo en voz baja mientras seguía encaminándose hasta colocarse al lado de Kenzo.
Una sonrisa siniestra en el rostro divertida con una mezcla de divertimento por la labia de su compañero y la idea de enfrentarse a una capitán y un teniente del Seireitei con tanta rapidez. Aún tenía asuntos pendientes con los dioses de la muerte por sus exorcismos. Ladeó la cabeza a modo de saludo a los recién llegados aunque sabía que no se acercarían el shinigami rubio... Había algo raro en su energía espiritual. Estaba rastreándolos, la arrancar sentía la concentración del muchacho aunque siguió disimulando junto a su compañero.
-Se un poco más respetuoso, Kenzo -dijo mientras le daba un golpe en el brazo con el puño cerrado aunque no demasiado fuerte a modo de reprimenda. -Estás hablando con un capitán y un teniente... -sus ojos se volvieron a posar sobre la cara de Hayato, buscando alguna señal que lo delatara en saber que conocía la verdadera naturaleza de los actores que tenía frente a él. -Taicho, parece ser que esos arrancar se han marchado a Hueco Mundo. Han huido con el rabo entre las piernas. No creo q haya razón para que sigan aquí -comentó encogiéndose de hombros. Sabía que no colaría pero por intentarlo que no quede.
La marcha de los arrancar le había resultado de lo más sospechosa y por supuesto sus pensamientos serían relegados a un segundo puesto cuando vió el mensaje que había recibido Kenzo de Hueco Mundo aunque antes de que siquiera abriera la boca sus músculos se tensaron con el conocido ansia de la caza. Más shinigamis venían. El olor dulzón y embriagador del reiatsu de los dioses de la muerte llegaba hasta ella incluso antes de que terminaran de cruzar el Dangai.
Sonrió de manera lobuna inclinándose levemente hacia delante y caminó pausadamente tras envainar su zanpakutou y colocarla sobre su hombro como antes hiciera. Sus ojos se posaron sobre el rostro del shinigami que portaba el haori, un capitán. No cabía en gozo al sentir el delicioso aroma del reiatsu de tan alto nivel pese a estar limitado como sabía que estaba, lo notaba. Aunque otro aroma característico llego a su sentido del olfato y su mirada se posó sobre el muchacho rubio que le acompañaba, insignia de teniente, interesante. Al momento reconoció el olor como cuando un león reconoce el espléndido aroma de una gacela.
-U-sa-gi... -dijo en voz baja mientras seguía encaminándose hasta colocarse al lado de Kenzo.
Una sonrisa siniestra en el rostro divertida con una mezcla de divertimento por la labia de su compañero y la idea de enfrentarse a una capitán y un teniente del Seireitei con tanta rapidez. Aún tenía asuntos pendientes con los dioses de la muerte por sus exorcismos. Ladeó la cabeza a modo de saludo a los recién llegados aunque sabía que no se acercarían el shinigami rubio... Había algo raro en su energía espiritual. Estaba rastreándolos, la arrancar sentía la concentración del muchacho aunque siguió disimulando junto a su compañero.
-Se un poco más respetuoso, Kenzo -dijo mientras le daba un golpe en el brazo con el puño cerrado aunque no demasiado fuerte a modo de reprimenda. -Estás hablando con un capitán y un teniente... -sus ojos se volvieron a posar sobre la cara de Hayato, buscando alguna señal que lo delatara en saber que conocía la verdadera naturaleza de los actores que tenía frente a él. -Taicho, parece ser que esos arrancar se han marchado a Hueco Mundo. Han huido con el rabo entre las piernas. No creo q haya razón para que sigan aquí -comentó encogiéndose de hombros. Sabía que no colaría pero por intentarlo que no quede.
Okami- Arrancar Lujuria
- Post : 609
Edad : 39
Re: En movimiento. [TRAMA]
¿"Tomarse unas copas"? ¿"Bomba sexual"? ¿Pero se podía saber de qué casa de locos había sacado Marcus aquellos Espada? La única explicación plausible era que todos los arrancar con un mínimo de salud mental habían perecido en la gran batalla, y que las filas de los Espada habían sido rellenadas a toda prisa con lo que se pudo encontrar... Más o menos lo mismo que había ocurrido en la Sociedad de Almas, vaya.
En el fondo de su ser, sabía que la opción de Katsu era la más inteligente. Sin embargo, el que dos Espada pretendieran hacerse los listos vistiéndose como shinigamis y pretendiendo engañarles le hacía hervir la sangre. Aquello constituía no sólo una ofensa a su honor, sino al de toda la Sociedad de Almas y, por tanto, debía ser castigado. Y no era esperando refuerzos como iban a limpiar una ofensa así...
-Tanoshime, Genma
Dijo, blandiendo la espada en dirección de la mujer-Espada. Genma actuó antes de que ni ella, ni su compañero Kenzo, ni siquiera el propio Katsu tuvieran tiempo de darse cuenta. De un sólo tajo, desgarró completamente el hombro del keikogi de la supuesta bomba sexual, sin tocarla a ella para nada, haciendo que se desprendiera y cayera, sujeto sólo por la otra manga y la atadura de la hakama. La zanpakutou volvió a aparecer casi al instante en la mano del capitán.
-No tolero de un Espada que me diga lo que tengo que hacer. Y aún menos de un Espada lo suficientemente cobarde y ruin como para pretender ser algo que está a siglos-luz de su entendimiento -les anunció, con altivez-. Tampoco tolero de un Espada que me llame "compañero" -prosiguió, dirigiéndose ahora al otro, a aquel tal Kenzo-. Ahora mi pregunta es: ¿vais a quitaros esos uniformes que no sois dignos de llevar o voy a tener que quitároslos yo?
En el fondo de su ser, sabía que la opción de Katsu era la más inteligente. Sin embargo, el que dos Espada pretendieran hacerse los listos vistiéndose como shinigamis y pretendiendo engañarles le hacía hervir la sangre. Aquello constituía no sólo una ofensa a su honor, sino al de toda la Sociedad de Almas y, por tanto, debía ser castigado. Y no era esperando refuerzos como iban a limpiar una ofensa así...
-Tanoshime, Genma
Dijo, blandiendo la espada en dirección de la mujer-Espada. Genma actuó antes de que ni ella, ni su compañero Kenzo, ni siquiera el propio Katsu tuvieran tiempo de darse cuenta. De un sólo tajo, desgarró completamente el hombro del keikogi de la supuesta bomba sexual, sin tocarla a ella para nada, haciendo que se desprendiera y cayera, sujeto sólo por la otra manga y la atadura de la hakama. La zanpakutou volvió a aparecer casi al instante en la mano del capitán.
-No tolero de un Espada que me diga lo que tengo que hacer. Y aún menos de un Espada lo suficientemente cobarde y ruin como para pretender ser algo que está a siglos-luz de su entendimiento -les anunció, con altivez-. Tampoco tolero de un Espada que me llame "compañero" -prosiguió, dirigiéndose ahora al otro, a aquel tal Kenzo-. Ahora mi pregunta es: ¿vais a quitaros esos uniformes que no sois dignos de llevar o voy a tener que quitároslos yo?
Kobayashi Hayato- Post : 272
Edad : 36
Re: En movimiento. [TRAMA]
Ryuga no cabía en sí de asombro, había observado como Hayato se enfurecía y se lanzaba hacia los espada sin mediar una palabra de respuesta a la revelación de que eran espada. Esperaba, sin muchas esperanzas visto lo visto, que tuviese algún tipo de estrategia, tampoco le había dado ninguna orden ni otro tipo de instrucción de modo que eligió elaborar su propia estrategia.
Se fijó en ambas figuras, una de ellas, mujer, irradiaba un reiatsu de aspecto salvaje, con un matiz de orden, pero salvaje al fin y al cabo, observó que le dirigía unas miradas parecidas a las que dirigiría un lobo a su presa. Aquello lo perturbó un instante, pero no se iba a dejar amilanar, no se lo podía permitir. El otro individuo era un hombre, de aspecto poco serio y de palabras aun menos serias... ¿Era un pepino eso que le había golpeado y que, acto seguido, había hecho el gesto de leer?, sin embargo, su reiatsu sí que iba en serio, al fin y al cabo era espada.
Mientras Hayato atacó y intercambió algunas frases con los espada de las que fue incapaz de enterarse, Katsu se alejó de la escena con un shunpo y sacó el intercomunicador que le habían dado al descender al mundo humano.
-Al habla el nuevo teniente de la séptima división, Ryuga Katsu, ¿Me reciben? -Dijo activando el comunicador.
-Adelante teniente, -Dijo una voz proveniente del pequeño altavoz- le recibimos, ¿Cual es la situación?
-No tengo tiempo de explicar demasiado, el capitán Kobayashi Hayato y yo estamos envueltos en un conflicto con espada involucrados, solicito refuerzos, la ampliación del campo de protección del mundo humano a nuestro alrededor y que se tramite la autorización de la liberación del límite.
-P...Pero -Empezó a sonar a través del altavoz.
-¡No hay tiempo para discusiones! -Interrumpió- ¡Hacedlo!
Tras aquella frase guardó el comunicador sin escuchar la respuesta, si es que existió, del encargado de comunicación, no se podía permitir retrasos discutiendo.
-Horinasai, Usagi -Dijo mientras descendía la katana hacia el suelo y adoptaba una posición defensiva observando de nuevo la situación.
Se fijó en ambas figuras, una de ellas, mujer, irradiaba un reiatsu de aspecto salvaje, con un matiz de orden, pero salvaje al fin y al cabo, observó que le dirigía unas miradas parecidas a las que dirigiría un lobo a su presa. Aquello lo perturbó un instante, pero no se iba a dejar amilanar, no se lo podía permitir. El otro individuo era un hombre, de aspecto poco serio y de palabras aun menos serias... ¿Era un pepino eso que le había golpeado y que, acto seguido, había hecho el gesto de leer?, sin embargo, su reiatsu sí que iba en serio, al fin y al cabo era espada.
Mientras Hayato atacó y intercambió algunas frases con los espada de las que fue incapaz de enterarse, Katsu se alejó de la escena con un shunpo y sacó el intercomunicador que le habían dado al descender al mundo humano.
-Al habla el nuevo teniente de la séptima división, Ryuga Katsu, ¿Me reciben? -Dijo activando el comunicador.
-Adelante teniente, -Dijo una voz proveniente del pequeño altavoz- le recibimos, ¿Cual es la situación?
-No tengo tiempo de explicar demasiado, el capitán Kobayashi Hayato y yo estamos envueltos en un conflicto con espada involucrados, solicito refuerzos, la ampliación del campo de protección del mundo humano a nuestro alrededor y que se tramite la autorización de la liberación del límite.
-P...Pero -Empezó a sonar a través del altavoz.
-¡No hay tiempo para discusiones! -Interrumpió- ¡Hacedlo!
Tras aquella frase guardó el comunicador sin escuchar la respuesta, si es que existió, del encargado de comunicación, no se podía permitir retrasos discutiendo.
-Horinasai, Usagi -Dijo mientras descendía la katana hacia el suelo y adoptaba una posición defensiva observando de nuevo la situación.
Ryuga Katsu- Post : 58
Edad : 33
Re: En movimiento. [TRAMA]
[OFF: Katsu el pepino llega antes que ustedes, sino poco sentido tendría su mensaje xD. De todas formas es algo menor, no hace falta que edites ni nada, era para que quedara coherente el asunto ]
Una brisa cálida y a la vez precisa surcó los infinitos espacios del lugar, parecía responder al famoso llamado "La calma antes de la tormenta". Algo en lo que Kenzo sin duda ni meditó pues se hallaba pensando en quien sabe qué cosa. Las pretensiones de aquella brisa y el simbolismo del refrán antes citado fueron legitimados por la precocidad del Capitán en cuestión, que sin vacilaciones ni contemplaciones se dignó a hacer el primer movimiento. Kenzo lo observó perfectamente, no era velocidad lo que precisamente escaseaba en el Espada Nº 4, mas la finalidad de aquél golpe le resultó mas divertida que su posible contraataque, por lo que simplemente se quedó observando el erótico acto.
Las vestiduras de Okami caían con la sutileza de aquella sensualidad que es innata en ciertas personas, incluso algo así podía hacerla ver como una fiera sexual y atraer la presuntuosa mirada de Kenzo. Sin embargo, no pudo sino evitar vociferar unas cuantas palabras que venían a su boca como escupidas repentinas. - Oh!, parece que se tomaron en serio lo de la "bomba sexual". Aunque desvestir una mujer sin su permiso puede acarrearte sus problemas. Dicen que incluso te puede dejar estéril...tu ya me entiendes. En todo caso, con esas actitudes no me extrañaría que un día de estos te amputases el pene por error - Esbozó dirigiéndose al Capitán que muy inconcientemente había osado acercarse a sus rivales sin siquiera estar seguro de su naturaleza. Había logrado entrever como el Capitán reaccionaba a las palabras que expresaba su teniente, aunque poco audibles por la distancia y el murmullo, por lo que a Kenzo se le comenzó a marear la cabeza de mala manera. ( ¿Cual es el Capitán entonces?, el Teniente?...al menos parece mas conciente de la situación... ). La cosa era que otras sutilidades pretendían sobresalir de su boca.
- No es muy conveniente atacar a desconocidos, nunca sabes con lo que te pueden salir. De todas formas parece que la irritabilidad te caracteriza tanto como tu exagerada moral. ¿Será la abstinencia sexual? - Levantaba la voz el Espada bañando sus palabras de su sonrisa erótica característica. Se le denotaba bastante tranquilo, algo que de momento no tenía motivos para ser una locura. La cuestión que le picaba en ese momento era la naturaleza de aquél teniente que le susurraba al oído al Capi lo que tenía que hacer. ¿Acaso tenían problemas de jerarquización y metían a cualquiera en estos puesto?, la cosa era...¿Cómo sabían que eran Espadas?, y aún mejor, ¿Estaban realmente seguros de que lo fueran?.
- Kobayashi-taichô, ¿por qué al encargado de la estrategia y las batallas masivas lo mandan a intervenir contra dos arrancars?, que de hecho ya fueron neutralizados. ¿Acaso esto no le quedaba pequeño o es que pretende demostrar algo?. Le garantizo que Koyuki-sama no se lo tomará con buenos ojos esta impertinencia, y mucho menos el haber atacado a dos integrantes de su escuadrón de Elite - Concluía el Espada con un semblante distinto. El humor se había ido para dejar paso a la seriedad y unos reductos de autoridad ética. Kenzo adoraba jugar con sus cachorros todo lo que pudiese, y mucho mas si estos eran tan ingenuos como para ir atacando de ese modo.
De repente Kenzo comenzó a meterse mano en sus partes íntimas rebuscando alguna cosa en ellas. No pasaron ni dos segundos justo cuando un símbolo con base de madera volaba hacia el Capitán de la 7ma División. En ese papel se podía entrever "Inogashi Kenzo. Escuadrón de Elite" y mas abajo la firma del Comandante de la SS. ¿Cómo nuestro protagonista había logrado falsificar un papel así?, solo cabe una respuesta...Pastelito. Sin ella, el elocuente pervertido estaría perdido.
Una brisa cálida y a la vez precisa surcó los infinitos espacios del lugar, parecía responder al famoso llamado "La calma antes de la tormenta". Algo en lo que Kenzo sin duda ni meditó pues se hallaba pensando en quien sabe qué cosa. Las pretensiones de aquella brisa y el simbolismo del refrán antes citado fueron legitimados por la precocidad del Capitán en cuestión, que sin vacilaciones ni contemplaciones se dignó a hacer el primer movimiento. Kenzo lo observó perfectamente, no era velocidad lo que precisamente escaseaba en el Espada Nº 4, mas la finalidad de aquél golpe le resultó mas divertida que su posible contraataque, por lo que simplemente se quedó observando el erótico acto.
Las vestiduras de Okami caían con la sutileza de aquella sensualidad que es innata en ciertas personas, incluso algo así podía hacerla ver como una fiera sexual y atraer la presuntuosa mirada de Kenzo. Sin embargo, no pudo sino evitar vociferar unas cuantas palabras que venían a su boca como escupidas repentinas. - Oh!, parece que se tomaron en serio lo de la "bomba sexual". Aunque desvestir una mujer sin su permiso puede acarrearte sus problemas. Dicen que incluso te puede dejar estéril...tu ya me entiendes. En todo caso, con esas actitudes no me extrañaría que un día de estos te amputases el pene por error - Esbozó dirigiéndose al Capitán que muy inconcientemente había osado acercarse a sus rivales sin siquiera estar seguro de su naturaleza. Había logrado entrever como el Capitán reaccionaba a las palabras que expresaba su teniente, aunque poco audibles por la distancia y el murmullo, por lo que a Kenzo se le comenzó a marear la cabeza de mala manera. ( ¿Cual es el Capitán entonces?, el Teniente?...al menos parece mas conciente de la situación... ). La cosa era que otras sutilidades pretendían sobresalir de su boca.
- No es muy conveniente atacar a desconocidos, nunca sabes con lo que te pueden salir. De todas formas parece que la irritabilidad te caracteriza tanto como tu exagerada moral. ¿Será la abstinencia sexual? - Levantaba la voz el Espada bañando sus palabras de su sonrisa erótica característica. Se le denotaba bastante tranquilo, algo que de momento no tenía motivos para ser una locura. La cuestión que le picaba en ese momento era la naturaleza de aquél teniente que le susurraba al oído al Capi lo que tenía que hacer. ¿Acaso tenían problemas de jerarquización y metían a cualquiera en estos puesto?, la cosa era...¿Cómo sabían que eran Espadas?, y aún mejor, ¿Estaban realmente seguros de que lo fueran?.
- Kobayashi-taichô, ¿por qué al encargado de la estrategia y las batallas masivas lo mandan a intervenir contra dos arrancars?, que de hecho ya fueron neutralizados. ¿Acaso esto no le quedaba pequeño o es que pretende demostrar algo?. Le garantizo que Koyuki-sama no se lo tomará con buenos ojos esta impertinencia, y mucho menos el haber atacado a dos integrantes de su escuadrón de Elite - Concluía el Espada con un semblante distinto. El humor se había ido para dejar paso a la seriedad y unos reductos de autoridad ética. Kenzo adoraba jugar con sus cachorros todo lo que pudiese, y mucho mas si estos eran tan ingenuos como para ir atacando de ese modo.
De repente Kenzo comenzó a meterse mano en sus partes íntimas rebuscando alguna cosa en ellas. No pasaron ni dos segundos justo cuando un símbolo con base de madera volaba hacia el Capitán de la 7ma División. En ese papel se podía entrever "Inogashi Kenzo. Escuadrón de Elite" y mas abajo la firma del Comandante de la SS. ¿Cómo nuestro protagonista había logrado falsificar un papel así?, solo cabe una respuesta...Pastelito. Sin ella, el elocuente pervertido estaría perdido.
Tatsuya Kenzo- Privaron Espada
- Post : 84
Edad : 35
Re: En movimiento. [TRAMA]
Tan pronto como había vislumbrado a los dos shinigamis sabía que iba a divertirse. Su cuerpo estaba completamente de acuerdo con la caza que se avecinaba y el aroma de ambos shinigamis le llegaban como a un león el suave perfume de una pequeña y débil gacela.
La Espada ni se había inmutado cuando el capitán hubo liberado su Zanpakutou y la apuntó con ella. El corte de sus ropas había hecho que la manga se desprendiera y la parte del torso cayera hacia delante descubriendo una especie de top negro q constaba solo de una tira horizontal de tela que cubría sus senos. Sin embargo sus ojos, que habían seguido al jugoso y dulce teniente del 7º escuadrón mientras se alejaba, se habían vuelto a posar el el rostro del ofendido Kobayashi.
Aún así su postura varió levemente haciendo que su espalda se arqueara ligeramente hacia atrás inclinándose solo un poco más hacia delante. Aún cuando deseaba con todo su ser revelar su naturaleza y lanzarse a hundir los dientes en la tierna y jugosa piel de los dos shinigamis que tenía delante, su compañero había hablado en su lugar y ella había sonreído levemente moviendo solo una de las comisuras de sus labios. Debía dejar que Kenzo tratara el tema. Él era el experto y aún así no podía evitar sorprenderse, en secreto por supuesto de los medios del excéntrico arrancar. Solo una palabra salió de su boca, en un leve y suave susurro:
-Impresionante...
La Espada ni se había inmutado cuando el capitán hubo liberado su Zanpakutou y la apuntó con ella. El corte de sus ropas había hecho que la manga se desprendiera y la parte del torso cayera hacia delante descubriendo una especie de top negro q constaba solo de una tira horizontal de tela que cubría sus senos. Sin embargo sus ojos, que habían seguido al jugoso y dulce teniente del 7º escuadrón mientras se alejaba, se habían vuelto a posar el el rostro del ofendido Kobayashi.
Aún así su postura varió levemente haciendo que su espalda se arqueara ligeramente hacia atrás inclinándose solo un poco más hacia delante. Aún cuando deseaba con todo su ser revelar su naturaleza y lanzarse a hundir los dientes en la tierna y jugosa piel de los dos shinigamis que tenía delante, su compañero había hablado en su lugar y ella había sonreído levemente moviendo solo una de las comisuras de sus labios. Debía dejar que Kenzo tratara el tema. Él era el experto y aún así no podía evitar sorprenderse, en secreto por supuesto de los medios del excéntrico arrancar. Solo una palabra salió de su boca, en un leve y suave susurro:
-Impresionante...
Última edición por Okami el Miér Nov 11, 2009 8:35 am, editado 1 vez
Okami- Arrancar Lujuria
- Post : 609
Edad : 39
Re: En movimiento. [TRAMA]
El capitán Kobayashi no pudo evitar una sonrisa de satisfacción al oír la reacción de su teniente. Definitivamente, no se había equivocado confiándole el puesto. Aquello era exactamente lo que buscaba: un teniente con un elevado grado de autonomía, al que no hiciera falta estarle encima, y que fuera capaz de complementar tanto a su capitán como al resto de miembros de su división. Sabía tan bien como Katsu que un capitán y un teniente se hallaban en desventaja frente a dos Espada, pero él había adoptado la posición de frente, dando la cara para ganar tiempo, y haber pedido refuerzos desharía este efecto. Katsu había elegido sabiamente al encargarse él de cubrir este hueco. Por lo que parecía, los arrancar, desconocedores del alcance de sus poderes, se mostraban tan cautos como ellos, lo que por el momento les convenía.
-Parece que tienes la boca muy grande, compi... -Había tanto sarcasmo en la pronunciación de aquella última palabra que sonó casi como un latigazo, hiriendo el aire de alrededor-. Espero que no sea para compensar una deficiencia de tamaño en otros lados. ¿O es que quizá afecta a tu autoestima tener un agujero más que yo?
En su mano derecha, Genma crepitaba, inquieto. Había sido liberado y ahora apenas podía retener la sed de acción y sangre. Para la zanpakutou, aquel intervalo entre el primer corte y el siguiente, que tanto convenía a su dueño, se estaba haciendo verdaderamente eterno. ¿Se podía saber qué hacía el capitán perdiendo todo aquel tiempo conversando con un arrancar cuando podría estar cortándolo, hiriéndolo y troceándolo?
-En primer lugar, arrancar, la única impertinencia aquí es que sigáis vistiendo unos uniformes que representan algo mucho más digno y elevado de lo que puede caber en vuestras cabecitas de hueso. En segundo, los de vuestra escoria ni siquiera merecéis compararos con el último y más cobarde de los shinigamis. ¿Cómo osas entonces llenarte la boca con tu supuesta pertenencia al escuadrón de élite de Koyuki-sama? Un disfraz de babosa hubiera sido mucho más creíble...
El capitán alargó la mano para coger al vuelo aquello que le lanzaba el Espada. Sin bajar los ojos, para no perder completamente de vista a ninguno de los dos Espada, la levantó y la examinó. Ciertamente, la firma del papel coincidía con la del Comandante de la Sociedad de Almas. Aquello era preocupante: sólo podía significar que los arrancar tenían un conocimiento del Seireitei mucho mayor de lo que habían imaginado. Se guardó el símbolo, madera incluída, dentro del keikogi para incluírlo como prueba en su informe.
-Gracias, compi. Estoy seguro de que a Koyuki-sama le encantará ver el trabajo de tus falsificadores de Hueco Mundo: es un gran amante del arte, en todas sus formas. Es más, creo que aún estará más satisfecho si os llevo conmigo a los dos allí: los del 12o escuadrón hace mucho tiempo que no tienen nadie con quien practicar sus nuevos métodos de tortura, y un par de Espada insolentes les vendrían como anillo al dedo.
Terminando de guardar la falsa insignia, adoptó de nuevo posición de guardia. Con voz confiada, añadió:
-Ahora bien, volviendo al tema que nos ocupa... ¿Vais a quitaros de una vez esos disfraces que os vienen grandes, espiritualmente hablando, o tendré que quitároslos yo?
-Parece que tienes la boca muy grande, compi... -Había tanto sarcasmo en la pronunciación de aquella última palabra que sonó casi como un latigazo, hiriendo el aire de alrededor-. Espero que no sea para compensar una deficiencia de tamaño en otros lados. ¿O es que quizá afecta a tu autoestima tener un agujero más que yo?
En su mano derecha, Genma crepitaba, inquieto. Había sido liberado y ahora apenas podía retener la sed de acción y sangre. Para la zanpakutou, aquel intervalo entre el primer corte y el siguiente, que tanto convenía a su dueño, se estaba haciendo verdaderamente eterno. ¿Se podía saber qué hacía el capitán perdiendo todo aquel tiempo conversando con un arrancar cuando podría estar cortándolo, hiriéndolo y troceándolo?
-En primer lugar, arrancar, la única impertinencia aquí es que sigáis vistiendo unos uniformes que representan algo mucho más digno y elevado de lo que puede caber en vuestras cabecitas de hueso. En segundo, los de vuestra escoria ni siquiera merecéis compararos con el último y más cobarde de los shinigamis. ¿Cómo osas entonces llenarte la boca con tu supuesta pertenencia al escuadrón de élite de Koyuki-sama? Un disfraz de babosa hubiera sido mucho más creíble...
El capitán alargó la mano para coger al vuelo aquello que le lanzaba el Espada. Sin bajar los ojos, para no perder completamente de vista a ninguno de los dos Espada, la levantó y la examinó. Ciertamente, la firma del papel coincidía con la del Comandante de la Sociedad de Almas. Aquello era preocupante: sólo podía significar que los arrancar tenían un conocimiento del Seireitei mucho mayor de lo que habían imaginado. Se guardó el símbolo, madera incluída, dentro del keikogi para incluírlo como prueba en su informe.
-Gracias, compi. Estoy seguro de que a Koyuki-sama le encantará ver el trabajo de tus falsificadores de Hueco Mundo: es un gran amante del arte, en todas sus formas. Es más, creo que aún estará más satisfecho si os llevo conmigo a los dos allí: los del 12o escuadrón hace mucho tiempo que no tienen nadie con quien practicar sus nuevos métodos de tortura, y un par de Espada insolentes les vendrían como anillo al dedo.
Terminando de guardar la falsa insignia, adoptó de nuevo posición de guardia. Con voz confiada, añadió:
-Ahora bien, volviendo al tema que nos ocupa... ¿Vais a quitaros de una vez esos disfraces que os vienen grandes, espiritualmente hablando, o tendré que quitároslos yo?
Kobayashi Hayato- Post : 272
Edad : 36
Re: En movimiento. [TRAMA]
Katsu había dudado durante media fracción de segundo cuando vio la insignia que sacó aquel hombre que no paraba de abultarse la zona genital y propinaba expresiones vulgares, ¿como habría conseguido algo tan emblemático? Por lo que había podido entender desde donde se encontraba, en aquel trozo de madera con el símbolo del primer escuadrón estaba inscrita la firma personal del sotaichô en persona, estaba muy lejos para analizarlo en busca de alguna traza espiritual y, de todas formas, el reiatsu que emitían los dos cuerpos no dejaba ningún lugar a duda.
Lo que le parecía curioso era que su capitán confiaba plenamente en Katsu, al parecer no había dudado en ningún momento de su afirmación tan escueta de que aquellos individuos eran espada. O, si había dudado, al menos no lo exteriorizó, se vé que le habían gustado el resultado de las pruebas que le impuso para convertirse en teniente...
<<No debes distraerte, concentrate en tu enemigo -Dijo Usagi interrumpiendo sus poco fructuosas cábalas- Aunque te aconsejo que no ataques aún>>
Tenía razón, nunca antes se había enfrentado con un espada, mucho menos dos, pero corría el rumor que algunos tenían un nivel incluso superior a los capitanes, mientras que el de Katsu alcanzaba escasamente el de teniente. Lo más sensato sería retrasar lo máximo posible el inicio del combate para permitir la llegada de refuerzos.
<<Tienes razón, adopta una posición de contrataque defensivo a tres metros por delante mía>>
Era una de sus técnicas básicas, la hoja de Usagi se mantenía bajo tierra a unos metros por delante de Katsu, cuando el enemigo se acercaba la hoja salía en posición vertical, sorprendiendo y desestabilizando el ataque del enemigo en la medida de lo posible.
- Taichô, comprueba si llevan algún tipo de máscara, soy incapaz de distinguirlo nítidamente con mi visión -Le dijo a su capitán cuando ya había adoptado una posición defensiva.
Lo que le parecía curioso era que su capitán confiaba plenamente en Katsu, al parecer no había dudado en ningún momento de su afirmación tan escueta de que aquellos individuos eran espada. O, si había dudado, al menos no lo exteriorizó, se vé que le habían gustado el resultado de las pruebas que le impuso para convertirse en teniente...
<<No debes distraerte, concentrate en tu enemigo -Dijo Usagi interrumpiendo sus poco fructuosas cábalas- Aunque te aconsejo que no ataques aún>>
Tenía razón, nunca antes se había enfrentado con un espada, mucho menos dos, pero corría el rumor que algunos tenían un nivel incluso superior a los capitanes, mientras que el de Katsu alcanzaba escasamente el de teniente. Lo más sensato sería retrasar lo máximo posible el inicio del combate para permitir la llegada de refuerzos.
<<Tienes razón, adopta una posición de contrataque defensivo a tres metros por delante mía>>
Era una de sus técnicas básicas, la hoja de Usagi se mantenía bajo tierra a unos metros por delante de Katsu, cuando el enemigo se acercaba la hoja salía en posición vertical, sorprendiendo y desestabilizando el ataque del enemigo en la medida de lo posible.
- Taichô, comprueba si llevan algún tipo de máscara, soy incapaz de distinguirlo nítidamente con mi visión -Le dijo a su capitán cuando ya había adoptado una posición defensiva.
Ryuga Katsu- Post : 58
Edad : 33
Re: En movimiento. [TRAMA]
[FDI: Ésa es una pregunta que me llevo haciendo todo el tema. Kenzo y Okami, ¿cómo se supone que habéis escondido vuestras máscaras? ¿O no las habéis escondido? Porque, a juzgar por el avatar de Kenzo, al menos, no es que se encuentre en un lugar discreto, precisamente...]
Kobayashi Hayato- Post : 272
Edad : 36
Re: En movimiento. [TRAMA]
[OFF: La máscara de Kenzo se encuentra tapada entre sus largos y eróticos cabellos, y la capucha de la vestimenta de shinigami(si, estas llevan capucha...son mas modernas ).]
Le picaban, realmente le picaban mucho, y es que su tolerancia a los calzoncillos nuevos era lamentable, sobretodo por el tema de que aún no se acomodasen a su "forma". La cuestión era que entre aquellos molestos rasqueteos y las incoherencias del supuesto capitán comenzaba a aburrirse de manera exagerada. Y todos nosotros sabemos qué es lo que pasa cuando Kenzo se aburre demasiado, pero como nos han amenazado con dejarnos sin dedos si lo contamos, pues tendrán que averiguarlo por sí mismos. Otro rasqueteo en la nariz, un picor en la oreja, aquello parecía estarle afectando ya a todo el cuerpo, ¿era acaso todo culpa de los presuntos calzones?. Como el lector sospechará, no lo era.
El ninfómano capitán exponía. - Espero que no sea para compensar una deficiencia de tamaño en otros lados. ¿O es que quizá afecta a tu autoestima tener un agujero más que yo? - Esto sin duda había sorprendido a nuestro protagonista, no por una falta de autoestima, objeto en el cual cualquier pequeño observador disentiría categóricamente al conocer mínimamente al Espada, sino mas bien por la insistente necesidad de agresividad verbal que demostraba este individuo. Parecía sentirse verdaderamente frustrado por algún motivo, que por supuesto Kenzo no dudaría en resaltar.
- Vaya fantasías sexuales tienen estos capitanes de hoy en día. Me alegra ver que tu prepotencia esta a la altura de tus abstinencias. Convengamos en que andar mirándome el paquete mientras me amenazas suena demasiado desesperado - Establecía con elocuencia el encapuchado "shinigami" mientras lo acompañaba de una sonrisa complaciente. Sin embargo, la retórica del Capitán proseguía su curso resaltando sus dotes ético-morales estrictas y una seguridad que aparentaba ser demasiado forzada, al menos sin siquiera saber a lo que intentaba ofender.
Otra de las cuestiones que debemos exponer es la falta de análisis y deducción que demostraban aquellos dos, pues simplemente se habían posicionado en una postura beligerante sin el mas mínimo interés en preguntar el motivo de la estadía de los dos shinigamis del primer escuadrón allí, y hacer un caso omiso a las verdaderas credenciales demostradas. Se denotaba a leguas que aquel Capitán estaba mas verde que un pene caduco, algo que se correlacionaba con el exceso de aburrimiento de nuestro Espada favorito. Así pues, había intentado llevar aquella situación por las buenas, alegando una confusión por parte de los agresores y, por si fuera poco, les había invitado a tomar una copa con la propia reencarnación de Venus. Mas las neuronas allí brillaban por su ausencia.
- Visto lo oído y oído lo visto, no creo que quede mas tiempo para olfatear una solución beneficiosa para ustedes. ¿Deberían controlar un poco mas esas hormonas alocadas, no creen chicos?. Bah!, no se preocupen, aquí tienen a una excelente maestra - Les comunicaba con una actitud de profesor de escuela ofendido, sin descuidar su media sonrisa permanente. Su mirada se fue desviando de sus adversarios a su excitante acompañante, comiéndosela con la vista de arriba a abajo. Había logrado percibir como aquella tigresa se había estado reprimiendo a si misma durante toda la charlatanería, mas nuestro protagonista ya no estaba dispuesto a seguirla haciendo desear. - Te toca, gatita - Sus palabras denotaban un erotismo mucho mayor, si lo cabe, del que antes expresaba, no había duda de que la danza iba a comenzar. Un golpecito en las nalgas de aquella presuntuosa bestia sexual le concretó que las palabras de Kenzo iban en serio.
Nuestro protagonista como era de esperar, se siguió rascando sus partes...
Le picaban, realmente le picaban mucho, y es que su tolerancia a los calzoncillos nuevos era lamentable, sobretodo por el tema de que aún no se acomodasen a su "forma". La cuestión era que entre aquellos molestos rasqueteos y las incoherencias del supuesto capitán comenzaba a aburrirse de manera exagerada. Y todos nosotros sabemos qué es lo que pasa cuando Kenzo se aburre demasiado, pero como nos han amenazado con dejarnos sin dedos si lo contamos, pues tendrán que averiguarlo por sí mismos. Otro rasqueteo en la nariz, un picor en la oreja, aquello parecía estarle afectando ya a todo el cuerpo, ¿era acaso todo culpa de los presuntos calzones?. Como el lector sospechará, no lo era.
El ninfómano capitán exponía. - Espero que no sea para compensar una deficiencia de tamaño en otros lados. ¿O es que quizá afecta a tu autoestima tener un agujero más que yo? - Esto sin duda había sorprendido a nuestro protagonista, no por una falta de autoestima, objeto en el cual cualquier pequeño observador disentiría categóricamente al conocer mínimamente al Espada, sino mas bien por la insistente necesidad de agresividad verbal que demostraba este individuo. Parecía sentirse verdaderamente frustrado por algún motivo, que por supuesto Kenzo no dudaría en resaltar.
- Vaya fantasías sexuales tienen estos capitanes de hoy en día. Me alegra ver que tu prepotencia esta a la altura de tus abstinencias. Convengamos en que andar mirándome el paquete mientras me amenazas suena demasiado desesperado - Establecía con elocuencia el encapuchado "shinigami" mientras lo acompañaba de una sonrisa complaciente. Sin embargo, la retórica del Capitán proseguía su curso resaltando sus dotes ético-morales estrictas y una seguridad que aparentaba ser demasiado forzada, al menos sin siquiera saber a lo que intentaba ofender.
Otra de las cuestiones que debemos exponer es la falta de análisis y deducción que demostraban aquellos dos, pues simplemente se habían posicionado en una postura beligerante sin el mas mínimo interés en preguntar el motivo de la estadía de los dos shinigamis del primer escuadrón allí, y hacer un caso omiso a las verdaderas credenciales demostradas. Se denotaba a leguas que aquel Capitán estaba mas verde que un pene caduco, algo que se correlacionaba con el exceso de aburrimiento de nuestro Espada favorito. Así pues, había intentado llevar aquella situación por las buenas, alegando una confusión por parte de los agresores y, por si fuera poco, les había invitado a tomar una copa con la propia reencarnación de Venus. Mas las neuronas allí brillaban por su ausencia.
- Visto lo oído y oído lo visto, no creo que quede mas tiempo para olfatear una solución beneficiosa para ustedes. ¿Deberían controlar un poco mas esas hormonas alocadas, no creen chicos?. Bah!, no se preocupen, aquí tienen a una excelente maestra - Les comunicaba con una actitud de profesor de escuela ofendido, sin descuidar su media sonrisa permanente. Su mirada se fue desviando de sus adversarios a su excitante acompañante, comiéndosela con la vista de arriba a abajo. Había logrado percibir como aquella tigresa se había estado reprimiendo a si misma durante toda la charlatanería, mas nuestro protagonista ya no estaba dispuesto a seguirla haciendo desear. - Te toca, gatita - Sus palabras denotaban un erotismo mucho mayor, si lo cabe, del que antes expresaba, no había duda de que la danza iba a comenzar. Un golpecito en las nalgas de aquella presuntuosa bestia sexual le concretó que las palabras de Kenzo iban en serio.
Nuestro protagonista como era de esperar, se siguió rascando sus partes...
Tatsuya Kenzo- Privaron Espada
- Post : 84
Edad : 35
Re: En movimiento. [TRAMA]
Y más palabrería... ¿Es que no se cansaban de insultos que no servirían de nada en esos instantes? Cuanto le aburrían esas cosas. Pero la espada tenía otros asuntos con los que entretener su mente. Su compañero volvió a responder al joven capitán. De la garganta de la arrancar empezó a sonar un leve ronroneo, una forma de contener aún más sus ansias por algo de acción. Okami no era precisamente de las que se entretienen enfadando al contrincante, prefiere la expresión de sorpresa ante sus ataques y sabía que el momento se acercaba.
El capitán no se había tragado lo de la insignia e intentar alargarlo más solo iba a darles tiempo a esos refuerzos que había pedido el pequeño conejito momentos antes. Aún se debatía sobre que hacer. Por un lado el capitán suponía una presa de gran tamaño y sería más interesante pero por otro, su lado cazador le llamaba a atacar a la presa más débil, el teniente.
Sus manos poco a poco iban tomando forma de garras a cada palabra que Kenzo decía su cuerpo inclinándose aún más hacia delante ensanchándose su sonrisa lobuna mostrando unos colmillos afilados. Le dedicó una mirada a Kenzo al mencionarla como maestra y el golpe en su trasero le dio la salida.
-Será un placer... -murmuró a Kenzo riendo aunque más que una risa sonaba a un gruñido apagado.
Sus ojos, tras los cristales de sus agafas anaranjadas se clavaron en los del joven capitán mientras dando un par de pasos antes de salir disparada hacia el frente desenvainando su zanpakutou en el proceso cogiéndolo con su mano izquierda. Sin embargo usando su sonido desapareció de delante del capitán Kobayashi para aparecer detrás de su teniente.
-Te pillé, Usagi-kun... -dijo con voz suave al tiempo que su mano derecha se lanzó hacia la espalda del shinigami buscando cogerle de la ropa y tirar de él para atraparlo.
Había dos posibilidades o que el capitán interfiriera en su ataque o que el teniente pudiera defenderse pero la sonrisa lobuna de Okami la delataba como una excelente cazadora y había fijado sus ojos en ambas presas.
El capitán no se había tragado lo de la insignia e intentar alargarlo más solo iba a darles tiempo a esos refuerzos que había pedido el pequeño conejito momentos antes. Aún se debatía sobre que hacer. Por un lado el capitán suponía una presa de gran tamaño y sería más interesante pero por otro, su lado cazador le llamaba a atacar a la presa más débil, el teniente.
Sus manos poco a poco iban tomando forma de garras a cada palabra que Kenzo decía su cuerpo inclinándose aún más hacia delante ensanchándose su sonrisa lobuna mostrando unos colmillos afilados. Le dedicó una mirada a Kenzo al mencionarla como maestra y el golpe en su trasero le dio la salida.
-Será un placer... -murmuró a Kenzo riendo aunque más que una risa sonaba a un gruñido apagado.
Sus ojos, tras los cristales de sus agafas anaranjadas se clavaron en los del joven capitán mientras dando un par de pasos antes de salir disparada hacia el frente desenvainando su zanpakutou en el proceso cogiéndolo con su mano izquierda. Sin embargo usando su sonido desapareció de delante del capitán Kobayashi para aparecer detrás de su teniente.
-Te pillé, Usagi-kun... -dijo con voz suave al tiempo que su mano derecha se lanzó hacia la espalda del shinigami buscando cogerle de la ropa y tirar de él para atraparlo.
Había dos posibilidades o que el capitán interfiriera en su ataque o que el teniente pudiera defenderse pero la sonrisa lobuna de Okami la delataba como una excelente cazadora y había fijado sus ojos en ambas presas.
Okami- Arrancar Lujuria
- Post : 609
Edad : 39
Re: En movimiento. [TRAMA]
El tiempo que podían ganar con palabras parecía haber terminado. Sólo quedaba aguantar lo que pudieran, y esperar que o bien los refuerzos de la Sociedad de Almas o bien la liberación del limitador llegaran a tiempo. Hasta que cualquiera de las dos cosas no se produjera, su desventaja era más que evidente. El capitán hizo una mueca de disgusto al oír las palabras de aquel Espada que sólo parecía pensar en penes. ¿De manera que se limitaba a mandar a su compañera al frente? Primer error. Si hubieran atacado los dos a la vez, sus probabilidades de reducirles antes de que llegara la respuesta de la Sociedad de Almas hubieran sido mucho mayores.
La compañera, a la que el capitán sólo conocía con aquel epíteto tan curioso de "bomba sexual", parecía tomarse las cosas mucho más en serio que el otro. Fijando los ojos en él, a punto estuvo de hacerle creer que lo había tomado por objetivo. Kobayashi se fijó en que sujetaba el arma con la izquierda. Estaba seguro de que aquello le confería una cierta ventaja contra oponentes no habituados al combate, pero no era una treta que debiera preocupar a un miembro del séptimo escuadrón. Tsukiho Raho se había preocupado enormemente de ello y Kobayashi Hayato tomó nota mental de seguir haciéndolo.
Pero ahora no era el momento de andar pensando en la instrucción de sus hombres. Aquella Espada había demostrado una cierta aptitud táctica no lanzándose a por él. No era momento de detenerse a mirar si Katsu estaba preparado para la finta o no. Sintió a Genma crepitar de alegría en su mano un instante antes de blandirlo en dirección a la nueva posición de la falsa shinigami. La espada desapareció de entre sus dedos, lanzando su ataque al antebrazo extendido de la mujer, con la finalidad de o bien impedir que atrapara al teniente Ryuga o bien hacerle pagar un alto precio por ello. Tras el ataque, Genma regresó prestamente a manos del capitán, como si todo el tiempo hubiera estado allí.
Sin detenerse a evaluar el resultado de su ataque, el capitán Kobayashi recorrió la distancia que le separaba de ambos de un shunpo, apareciendo en el flanco de la mujer Espada y lanzando un segundo corte, diagonal, de abajo arriba y de izquierda a derecha. Esperaba que Katsu comprendiera lo que pretendía: retrasando su entrada en la refriega, aquel tal Kenzo les había regalado unos valiosos instantes de superioridad numérica, que no podían desaprovechar de ninguna manera. Si herían ahora a uno de sus dos contrincantes, podían reducir notablemente la desventaja en la que se encontraban, haciendo más sencilla la tarea de aguantar hasta que los refuerzos llegaran o la retirada del límite fuera autorizada. Sin embargo, aquel plan sólo tenía sentido si no perdía de vista al otro Espada, que podía decidir terminar su inacción en cualquier momento, por lo que sus ataques contra la mujer sólo podían ir cargados con la mitad de sus intenciones. Él se encargaba de controlar el campo de batalla y a los dos Espada y crear la situación propicia, pero era Katsu quien debía aprovecharla. Si la coordinación entre ambos fallaba, habrían perdido una muy buena oportunidad.
La compañera, a la que el capitán sólo conocía con aquel epíteto tan curioso de "bomba sexual", parecía tomarse las cosas mucho más en serio que el otro. Fijando los ojos en él, a punto estuvo de hacerle creer que lo había tomado por objetivo. Kobayashi se fijó en que sujetaba el arma con la izquierda. Estaba seguro de que aquello le confería una cierta ventaja contra oponentes no habituados al combate, pero no era una treta que debiera preocupar a un miembro del séptimo escuadrón. Tsukiho Raho se había preocupado enormemente de ello y Kobayashi Hayato tomó nota mental de seguir haciéndolo.
Pero ahora no era el momento de andar pensando en la instrucción de sus hombres. Aquella Espada había demostrado una cierta aptitud táctica no lanzándose a por él. No era momento de detenerse a mirar si Katsu estaba preparado para la finta o no. Sintió a Genma crepitar de alegría en su mano un instante antes de blandirlo en dirección a la nueva posición de la falsa shinigami. La espada desapareció de entre sus dedos, lanzando su ataque al antebrazo extendido de la mujer, con la finalidad de o bien impedir que atrapara al teniente Ryuga o bien hacerle pagar un alto precio por ello. Tras el ataque, Genma regresó prestamente a manos del capitán, como si todo el tiempo hubiera estado allí.
Sin detenerse a evaluar el resultado de su ataque, el capitán Kobayashi recorrió la distancia que le separaba de ambos de un shunpo, apareciendo en el flanco de la mujer Espada y lanzando un segundo corte, diagonal, de abajo arriba y de izquierda a derecha. Esperaba que Katsu comprendiera lo que pretendía: retrasando su entrada en la refriega, aquel tal Kenzo les había regalado unos valiosos instantes de superioridad numérica, que no podían desaprovechar de ninguna manera. Si herían ahora a uno de sus dos contrincantes, podían reducir notablemente la desventaja en la que se encontraban, haciendo más sencilla la tarea de aguantar hasta que los refuerzos llegaran o la retirada del límite fuera autorizada. Sin embargo, aquel plan sólo tenía sentido si no perdía de vista al otro Espada, que podía decidir terminar su inacción en cualquier momento, por lo que sus ataques contra la mujer sólo podían ir cargados con la mitad de sus intenciones. Él se encargaba de controlar el campo de batalla y a los dos Espada y crear la situación propicia, pero era Katsu quien debía aprovecharla. Si la coordinación entre ambos fallaba, habrían perdido una muy buena oportunidad.
Kobayashi Hayato- Post : 272
Edad : 36
Re: En movimiento. [TRAMA]
Katsu pudo ver la estela que dejó la espada en aquel movimiento que los arrancar convenían en llamar “sonido”, sin embargo, con verlo no era suficiente, de no ser por Hayato posiblemente el golpe le hubiese impactado, no de lleno, pero le habría dado. El primer instinto de reacción fue desplazarse hacia delante con un shunpo y darse la vuelta, tuvo tiempo de ver como la katana de Hayato desaparecía en el aire tras el primer ataque.
<<¿Donde demonios están los refuerzos? -Se preguntó- no podemos tratar con esto solos y encima limitados...>>
Sin dejar ni un segundo más de por medio, Katsu volvió a la posición anterior cerca de la espada segundos después que su capitán y mientras giraba sobre sí mismo y se agachaba lanzó una patada a la altura de la pierna derecha de la espada que impactaría con el talón en la parte anterior de la rodilla desestabilizando momentáneamente a su oponente, sin embargo, esto era únicamente un señuelo, ya que a la vez la hoja de Usagi salía por detrás de la espada en un angulo de unos 70º en dirección a la pierna contraria de la mujer. Si su ataques tenía éxito el capitán obtendría un golpe más certero y quizás podrían refrenar un poco el instinto asesino de aquella bestia.
En aquel momento eran dos, tres si contaban el ataque de Usagi, contra uno, había posibilidad de inclinar levemente el conflicto a su favor ganando tiempo, aunque parecía ser que el individuo restante estaba bastante seguro de que aquella mujer sería capaz de eliminarnos a los dos sin problemas...
No le extrañaría que aquel mismo individuo entrase en la refriega en caso de que a su compañera se le complicase su tarea, de modo que puso especial atención a su habilidad de detectar la presión en el suelo, de tal manera que si se movía, al menos sería consciente de ello pudiendo intentar defenderse del hipotético ataque.
<<¿Donde demonios están los refuerzos? -Se preguntó- no podemos tratar con esto solos y encima limitados...>>
Sin dejar ni un segundo más de por medio, Katsu volvió a la posición anterior cerca de la espada segundos después que su capitán y mientras giraba sobre sí mismo y se agachaba lanzó una patada a la altura de la pierna derecha de la espada que impactaría con el talón en la parte anterior de la rodilla desestabilizando momentáneamente a su oponente, sin embargo, esto era únicamente un señuelo, ya que a la vez la hoja de Usagi salía por detrás de la espada en un angulo de unos 70º en dirección a la pierna contraria de la mujer. Si su ataques tenía éxito el capitán obtendría un golpe más certero y quizás podrían refrenar un poco el instinto asesino de aquella bestia.
En aquel momento eran dos, tres si contaban el ataque de Usagi, contra uno, había posibilidad de inclinar levemente el conflicto a su favor ganando tiempo, aunque parecía ser que el individuo restante estaba bastante seguro de que aquella mujer sería capaz de eliminarnos a los dos sin problemas...
No le extrañaría que aquel mismo individuo entrase en la refriega en caso de que a su compañera se le complicase su tarea, de modo que puso especial atención a su habilidad de detectar la presión en el suelo, de tal manera que si se movía, al menos sería consciente de ello pudiendo intentar defenderse del hipotético ataque.
Ryuga Katsu- Post : 58
Edad : 33
Re: En movimiento. [TRAMA]
OFF: Debido a que Kenzo está bastante ocupado y que de todos modos por ahora no va a participar en el combate posteo yo para que esto no se acabe de morir XDDD
Aquello le hacía correr la sangre por sus venas de puro placer. Estaba completamente segura de que el suculento capitán del 7º escuadrón se lanzaría a por ella en cuanto se diera cuenta de sus intenciones. Pobre Usagi-kun, tan indefenso en un juego que no era el suyo.
Su sonrisa lobuna no se apartó de su rostro cuando dobló el brazo para esquivar el ataque de Genma, que había frustrado su agarre, pero su intención de incomodarlos había surtido efecto. Sus ojos se fijaron en Hayato antes de que desapareciera de su posición y reapareciera a su lado lanzando un ataque con su zanpakutou que detuvo con la suya haciendo que se frenara en seco en su ascenso.
Por el rabillo del ojo vislumbró las intenciones del teniente y levantó la pierna que debía ser desestabilizada para apoyarla sobre el mismo muslo del shinigami y darse impulso para saltar haciendo un mortal hacia atrás con las piernas estiradas, esquivando a Usagi por muy poco, por encima del capitán ganándole la espalda en el proceso.
Un ronroneo escapó de sus labios y buscó de nuevo con la mano agarrar al capitán por sus ropas para tirar de él. Ahora que el teniente estaba agachado sería complicado que se zafase de su ataque pero a Okami nunca le gustaron las cosas fáciles.
-Tsk... chico malo... -susurró ahora a la espalda del capitán con su timbre que parecía un constante gruñido.
Aquello le hacía correr la sangre por sus venas de puro placer. Estaba completamente segura de que el suculento capitán del 7º escuadrón se lanzaría a por ella en cuanto se diera cuenta de sus intenciones. Pobre Usagi-kun, tan indefenso en un juego que no era el suyo.
Su sonrisa lobuna no se apartó de su rostro cuando dobló el brazo para esquivar el ataque de Genma, que había frustrado su agarre, pero su intención de incomodarlos había surtido efecto. Sus ojos se fijaron en Hayato antes de que desapareciera de su posición y reapareciera a su lado lanzando un ataque con su zanpakutou que detuvo con la suya haciendo que se frenara en seco en su ascenso.
Por el rabillo del ojo vislumbró las intenciones del teniente y levantó la pierna que debía ser desestabilizada para apoyarla sobre el mismo muslo del shinigami y darse impulso para saltar haciendo un mortal hacia atrás con las piernas estiradas, esquivando a Usagi por muy poco, por encima del capitán ganándole la espalda en el proceso.
Un ronroneo escapó de sus labios y buscó de nuevo con la mano agarrar al capitán por sus ropas para tirar de él. Ahora que el teniente estaba agachado sería complicado que se zafase de su ataque pero a Okami nunca le gustaron las cosas fáciles.
-Tsk... chico malo... -susurró ahora a la espalda del capitán con su timbre que parecía un constante gruñido.
Okami- Arrancar Lujuria
- Post : 609
Edad : 39
Re: En movimiento. [TRAMA]
Cuando un cuerpo se mueve hacia arriba en un plano vertical, bajo la acción de una aceleración constante, de valor g, dirección vertical y sentido descendente, experimenta una reducción de su velocidad en el eje vertical, hasta llegar, por un instante, a la completa detención, para a continuación comenzar a acelerar hacia abajo. A esta última fase se la suele llamar "caída". La composición de este movimiento vertical con uno rectilíneo y de velocidad constante en el eje horizontal resulta en una trayectoria en forma de parábola, en la que el vértice de la misma corresponde a ese punto en que la velocidad en dirección vertical es nula.
Se trata de un concepto mecánico relativamente simple, pero que rige la mayor parte de los movimientos de nuestra vida cotidiana: es movimiento parabólico el de una pelota de fútbol, tennis, básquet, etc., el de una bala de cañón y, también, el de una arrancar dando un salto mortal hacia atrás. El movimiento de la hoja de una zanpakutou al darse la vuelta su portador, en cambio, describe un arco horizontal, en el que cada punto del arma acelera a lo largo de toda su trayectoria semicircular, siendo esta aceleración mayor en el caso de los puntos situados en el extremo del arma por el simple principio de la palanca.
Allí donde quiero ir, señores míos, es a que es más rápido sencillamente darse la vuelta que subir, detenerse y volver a caer. Ésto es algo bastante intuitivo, que todos hemos experimentado alguna vez al lanzar una pelota hacia arriba y volverla a recoger cuando cae. Y ésta es también la razón por la que, cuando Okami tocó de nuevo el suelo, un filo metálico se encontraba ya a pocos centímetros de su cuello, dirigiéndose a él con toda la aceleración de su trayectoria semicircular.
No se habían entendido. Tanto Hayato como Katsu habían terminado optando por refrenar su ataque en virtud de mantener vigilado a Kenzo, y aquello había permitido a la Espada esquivar fácilmente sus ofensivas a medio gas. Bien, entonces. El capitán Kobayashi decidió reaccionar, confiando en su teniente la tarea de controlar el campo de batalla y el reiatsu del otro Espada, y lanzándose él con todas sus fuerzas contra la arrancar. No pensaba darle ni un segundo de respiro. No mientras su compañero fuera lo suficientemente arrogante como para ofrecerles aquella oportunidad en bandeja.
Al ataque con que se dio la vuelta le siguió inmediatamente un segundo, nuevamente de abajo arriba, aprovechando la energía cinética que aún llevaba. Ésta vez, sin embargo, Genma desapareció de su mano a medio ataque, apareciendo a la espalda de la arrancar y atacándola desde encima de su hombro derecho.
-Muy malo -murmuró, con una sonrisa maquiavélica, en el preciso momento en que la katana descendía sobre ella.
Se trata de un concepto mecánico relativamente simple, pero que rige la mayor parte de los movimientos de nuestra vida cotidiana: es movimiento parabólico el de una pelota de fútbol, tennis, básquet, etc., el de una bala de cañón y, también, el de una arrancar dando un salto mortal hacia atrás. El movimiento de la hoja de una zanpakutou al darse la vuelta su portador, en cambio, describe un arco horizontal, en el que cada punto del arma acelera a lo largo de toda su trayectoria semicircular, siendo esta aceleración mayor en el caso de los puntos situados en el extremo del arma por el simple principio de la palanca.
Allí donde quiero ir, señores míos, es a que es más rápido sencillamente darse la vuelta que subir, detenerse y volver a caer. Ésto es algo bastante intuitivo, que todos hemos experimentado alguna vez al lanzar una pelota hacia arriba y volverla a recoger cuando cae. Y ésta es también la razón por la que, cuando Okami tocó de nuevo el suelo, un filo metálico se encontraba ya a pocos centímetros de su cuello, dirigiéndose a él con toda la aceleración de su trayectoria semicircular.
No se habían entendido. Tanto Hayato como Katsu habían terminado optando por refrenar su ataque en virtud de mantener vigilado a Kenzo, y aquello había permitido a la Espada esquivar fácilmente sus ofensivas a medio gas. Bien, entonces. El capitán Kobayashi decidió reaccionar, confiando en su teniente la tarea de controlar el campo de batalla y el reiatsu del otro Espada, y lanzándose él con todas sus fuerzas contra la arrancar. No pensaba darle ni un segundo de respiro. No mientras su compañero fuera lo suficientemente arrogante como para ofrecerles aquella oportunidad en bandeja.
Al ataque con que se dio la vuelta le siguió inmediatamente un segundo, nuevamente de abajo arriba, aprovechando la energía cinética que aún llevaba. Ésta vez, sin embargo, Genma desapareció de su mano a medio ataque, apareciendo a la espalda de la arrancar y atacándola desde encima de su hombro derecho.
-Muy malo -murmuró, con una sonrisa maquiavélica, en el preciso momento en que la katana descendía sobre ella.
Kobayashi Hayato- Post : 272
Edad : 36
Re: En movimiento. [TRAMA]
[FDI: yo también quiero usar la física!!! de cuantos newtons ha sido la fuerza con la que me has pisado?? xD]
Sintió todo el peso de aquella mujer más la fuerza que empleó para saltar sobre su pierna, estaba claro que era una espada pues sentía como si un gorila se hubiese tirado en plancha sobre la parte superior de la pierna, y aquel gorila no es que pesase poco...
Se retiró en cuanto su pierna se liberó del peso, y aplicó un rápido hechizo de curación kidô con objeto de mitigar el dolor simplemente, ya que estimaba que no se había producido ningún daño serio...
Hayato y Katsu aún no se conocían suficiente, es más prácticamente no se conocían, como para luchar juntos en parejas, por esto y porque aún sentía la pierna algo dolorida optó por quitarse de en medio del combate, sino tan solo sería un molesto estorbo para su capitán y como éste tenía un nivel superior a Katsu, tenía más posibilidades. Por lo que se dirigió hacia donde se encontraba el otro personaje que se hacía llamar Kenzo, no tenía ningún interés en comenzar otro enfrentamiento pero tampoco de ser imprudente, por lo que no selló a Usagi.
- Tu nombre era..... Kenzo, o al menos ponía en aquella insignia, parece que eres igual de vago que yo y al parecer también disfrutas de las mujeres, me das envidia teniendo a semejante compañera...– Mintió, pues le convenía entablar una conversación para retrasar cualquier acción ofensiva – ¿Supongo que no hay posibilidades de que me digas que haces aquí no?, no, claro que no, que estúpido soy...
Sintió todo el peso de aquella mujer más la fuerza que empleó para saltar sobre su pierna, estaba claro que era una espada pues sentía como si un gorila se hubiese tirado en plancha sobre la parte superior de la pierna, y aquel gorila no es que pesase poco...
Se retiró en cuanto su pierna se liberó del peso, y aplicó un rápido hechizo de curación kidô con objeto de mitigar el dolor simplemente, ya que estimaba que no se había producido ningún daño serio...
Hayato y Katsu aún no se conocían suficiente, es más prácticamente no se conocían, como para luchar juntos en parejas, por esto y porque aún sentía la pierna algo dolorida optó por quitarse de en medio del combate, sino tan solo sería un molesto estorbo para su capitán y como éste tenía un nivel superior a Katsu, tenía más posibilidades. Por lo que se dirigió hacia donde se encontraba el otro personaje que se hacía llamar Kenzo, no tenía ningún interés en comenzar otro enfrentamiento pero tampoco de ser imprudente, por lo que no selló a Usagi.
- Tu nombre era..... Kenzo, o al menos ponía en aquella insignia, parece que eres igual de vago que yo y al parecer también disfrutas de las mujeres, me das envidia teniendo a semejante compañera...– Mintió, pues le convenía entablar una conversación para retrasar cualquier acción ofensiva – ¿Supongo que no hay posibilidades de que me digas que haces aquí no?, no, claro que no, que estúpido soy...
Ryuga Katsu- Post : 58
Edad : 33
Re: En movimiento. [TRAMA]
[Off: Usar la física para con los movimientos de Capis y Espadas no suele ser muy "recomendable" xD]
Rasqueteo por aquí, acaricia por allá, susto al ver que reacciona y vuelta al rasqueteo. Era toda la consecución de hechos que nuestro protagonista tenía en primera plana, acaso si se podría sospechar que estaba atento a lo que la danza lobuna deparase, mas sería demasiado especular. Los allí tres presentes se debatían en una suerte de heterogéneos movimientos con la comparsa de un orco borracho, de esos que muestran las pelis malas de ciencia ficción, mientras se enorgullecían a la par de sus contorsiones musculares. Tanto ególatra le comenzaba a revolver el estómago, probablemente también fuera el pepino "mensajero" que se había comido de un bocado, pero convengamos en que queda mas elocuente establecerlo como consecuencia de los bárbaros movimientos de la escena combativa.
La duda saltaba inevitablemente a su cien como quien le complace con un masaje sensorial, ¿Cuanto tardarían en venir el resto del Circo?. ( Si disponen de este tiempo de reacción para con una amenaza arrancar no me imagino para cuando les presenten una nota en el libro de quejas... ), dubitaba el Espada con suma sapiencia. No cabía posibilidad de intervención en la batalla por parte suya a menos que quisiera tocarle el culo a su compañera, cosa que estuvo a punto de hacer en algunos momentos víctima del despertar de su "amigo". Mas todo parecía mas que controlado y evidenciado, aquellos shinigamis coartados por el "limitador" no llegarían ni al segundo baile del desfile con la tigresa.
Sin embargo los roles se modificaron repentinamente y disponía nuevamente de un amistoso mensaje en sus oídos. El susodicho Teniente había optado por evadir el apareamiento con la Espada y había preferido desarrollarlo junto a nuestro protagonista, algo que sorprendió al encapuchado como quién no se esperaba una salida del armario semejante. De todas formas es ya conocido que Kenzo no puede escapar a una propuesta semejante.
- Pues aún no me la he podido tirar, fíjate tu... - Respondía con resignación el Espada mientras le dirigía una mirada coqueta. Mas el rubiete volvió a arremeter con una nueva pregunta que por sí sola ya parecía absurda e incoherente, algo que no dejaría en pasar el prota. - Pues, yo creo que es evidente lo que hago aquí ¿no?. Charlar con un salido del armario, pero tranqui puede que al principio te sientas un poco estúpido al confesarte de esa forma... - Contestaba con sonrisa y tonalidades chistosas Kenzo, casi a punto de largarse a carcajadas, quizá la cosa pudiera cambiar de un momento a otro.
Sin apenas moverse su imagen desapareció como quien pestañea en un momento, y fue a parar justo al lado del Teniente, lo suficientemente cerca como para darle unas palmaditas incluso antes de que este se pudiera dar cuenta de que él estaba allí. Estas palmaditas si bien no iban con la fuerza de un Cero, podía entreverse que un adversario desorientado se desplazara unos cuantos metros hacia abajo, mas convengamos en que la intención de nuestro protagonista era absolutamente consoladora. Cabe destacar que si bien es obvio que su velocidad no se puede comparar a la de su compañera, pues por algo era denominado como el Espada mas rápido de HM, pero no quitemos protagonimo al fukutaicho que quizá simplemente se había despistado un momento, la cuestión es que debía acompañarlo con unas palabras. - Pero tranqui, si quieres te puedo ayudar a ligarte a la Venus aquella. Quizá hasta te arrepientas de haber salido del armario...jojó -.
[Off: La palmadita no es nada del otro mundo, pero Kenzo al no estar limitado como ustedes tiene una fuerza "normal" mayor ]
Rasqueteo por aquí, acaricia por allá, susto al ver que reacciona y vuelta al rasqueteo. Era toda la consecución de hechos que nuestro protagonista tenía en primera plana, acaso si se podría sospechar que estaba atento a lo que la danza lobuna deparase, mas sería demasiado especular. Los allí tres presentes se debatían en una suerte de heterogéneos movimientos con la comparsa de un orco borracho, de esos que muestran las pelis malas de ciencia ficción, mientras se enorgullecían a la par de sus contorsiones musculares. Tanto ególatra le comenzaba a revolver el estómago, probablemente también fuera el pepino "mensajero" que se había comido de un bocado, pero convengamos en que queda mas elocuente establecerlo como consecuencia de los bárbaros movimientos de la escena combativa.
La duda saltaba inevitablemente a su cien como quien le complace con un masaje sensorial, ¿Cuanto tardarían en venir el resto del Circo?. ( Si disponen de este tiempo de reacción para con una amenaza arrancar no me imagino para cuando les presenten una nota en el libro de quejas... ), dubitaba el Espada con suma sapiencia. No cabía posibilidad de intervención en la batalla por parte suya a menos que quisiera tocarle el culo a su compañera, cosa que estuvo a punto de hacer en algunos momentos víctima del despertar de su "amigo". Mas todo parecía mas que controlado y evidenciado, aquellos shinigamis coartados por el "limitador" no llegarían ni al segundo baile del desfile con la tigresa.
Sin embargo los roles se modificaron repentinamente y disponía nuevamente de un amistoso mensaje en sus oídos. El susodicho Teniente había optado por evadir el apareamiento con la Espada y había preferido desarrollarlo junto a nuestro protagonista, algo que sorprendió al encapuchado como quién no se esperaba una salida del armario semejante. De todas formas es ya conocido que Kenzo no puede escapar a una propuesta semejante.
- Pues aún no me la he podido tirar, fíjate tu... - Respondía con resignación el Espada mientras le dirigía una mirada coqueta. Mas el rubiete volvió a arremeter con una nueva pregunta que por sí sola ya parecía absurda e incoherente, algo que no dejaría en pasar el prota. - Pues, yo creo que es evidente lo que hago aquí ¿no?. Charlar con un salido del armario, pero tranqui puede que al principio te sientas un poco estúpido al confesarte de esa forma... - Contestaba con sonrisa y tonalidades chistosas Kenzo, casi a punto de largarse a carcajadas, quizá la cosa pudiera cambiar de un momento a otro.
Sin apenas moverse su imagen desapareció como quien pestañea en un momento, y fue a parar justo al lado del Teniente, lo suficientemente cerca como para darle unas palmaditas incluso antes de que este se pudiera dar cuenta de que él estaba allí. Estas palmaditas si bien no iban con la fuerza de un Cero, podía entreverse que un adversario desorientado se desplazara unos cuantos metros hacia abajo, mas convengamos en que la intención de nuestro protagonista era absolutamente consoladora. Cabe destacar que si bien es obvio que su velocidad no se puede comparar a la de su compañera, pues por algo era denominado como el Espada mas rápido de HM, pero no quitemos protagonimo al fukutaicho que quizá simplemente se había despistado un momento, la cuestión es que debía acompañarlo con unas palabras. - Pero tranqui, si quieres te puedo ayudar a ligarte a la Venus aquella. Quizá hasta te arrepientas de haber salido del armario...jojó -.
[Off: La palmadita no es nada del otro mundo, pero Kenzo al no estar limitado como ustedes tiene una fuerza "normal" mayor ]
Tatsuya Kenzo- Privaron Espada
- Post : 84
Edad : 35
Re: En movimiento. [TRAMA]
Al escuchar el quejido del joven teniente al apoyarse sobre él hizo que su sonrisa se ensanchara satisfactoriamente. Sabía que no le había hecho demasiado daño, si lo hubiera querido el fémur de aquel muchacho se habría quebrado como un palillo de dientes pero si le dañaba las piernas a la liebre, como iba a intentar huir de ella más tarde? Tenía que darle algún tipo de oportunidad o el juego sería aburrido. Aún así se concentró en el capitán.
Hayato por el momento le estaba ofreciendo un desafío que Katsu no sería capaz de otorgarle, aparte de que siempre podía salir en su búsqueda si intentaba escapar. Ver el cambio en el rostro de una presa cuando cree que huirá para darse cuenta de que solo ha caído en otra trampa era extremadamente satisfactorio.
Aún así, el joven capitán demostraba una y otra vez una maestría a la anticipación digna del jefe de estrategias aunque podría haber aprovechado mejor la ventaja que deliberadamente le otorgaban tanto Okami como Kenzo al no intervenir los dos en aquella trifulca. Al aterrizar elevó su zanpakutou lo suficiente como para detener sin demasiada dificultad y en seco la llamada Genma por su portador. Era una zanpakutou magnífica, y Okami se relamía los labios al sentir la furia que manaba de ella. Un aroma que bien conocía aunque pocos hubieran estado al nivel suficiente como para hacerla notarlo. Aún así con ese limitador el capitán no era rival para ella.
Su brazo derecho, aprovechando la velocidad que le otorgaba su superior nivel de reiatsu, lanzó un golpe seco al esternón del capitán usando la palma de la mano con un movimiento directo y veloz. Sin duda, aunque el capitán lograra poner algo para evitar el contacto directo la fuerza del golpe le haría retroceder varios metros atrás en el aire donde Okami, usando su excelente sonido y de paso esquivando a Genma en su habilidad por escasos milímetros de nuevo, ya le esperaba para propinarle una patada desde arriba golpeándole con el talón y lanzarlo contra el suelo si es que su ataque completo surtía efecto. El capitán Hayato había demostrado la suficiente habilidad como para defenderse pero Okami poco a poco se iba poniendo más seria. Sin duda Marcus había elegido bien a la pareja de Espadas encargados de aquella misión, con riesgo de enfrentamiento: los dos arrancar más veloces de Hueco Mundo.
-Voy a tener que entrenarte, cachorro... -contestó con una sonrisa lobuna en el rostro y de nuevo emitiendo otro gruñido que bien podría parecer un ronroneo de placer. Cuanto le gustaba a la salvaje Espada jugar con la comida.
Sin embargo algo llamó su atención aunque no lo suficiente como para perder de vista al joven capitán. Más shinigamis harían su aparición en breve. Una rápida mirada a su compañero y ambos entenderían la silenciosa conversación que habría trascurrido entre ellos. No se conocían desde hacía mucho pero entre seres con los instintos a flor de piel, algunos más que otros, hacía la sincronización mucho más eficaz.
Hayato por el momento le estaba ofreciendo un desafío que Katsu no sería capaz de otorgarle, aparte de que siempre podía salir en su búsqueda si intentaba escapar. Ver el cambio en el rostro de una presa cuando cree que huirá para darse cuenta de que solo ha caído en otra trampa era extremadamente satisfactorio.
Aún así, el joven capitán demostraba una y otra vez una maestría a la anticipación digna del jefe de estrategias aunque podría haber aprovechado mejor la ventaja que deliberadamente le otorgaban tanto Okami como Kenzo al no intervenir los dos en aquella trifulca. Al aterrizar elevó su zanpakutou lo suficiente como para detener sin demasiada dificultad y en seco la llamada Genma por su portador. Era una zanpakutou magnífica, y Okami se relamía los labios al sentir la furia que manaba de ella. Un aroma que bien conocía aunque pocos hubieran estado al nivel suficiente como para hacerla notarlo. Aún así con ese limitador el capitán no era rival para ella.
Su brazo derecho, aprovechando la velocidad que le otorgaba su superior nivel de reiatsu, lanzó un golpe seco al esternón del capitán usando la palma de la mano con un movimiento directo y veloz. Sin duda, aunque el capitán lograra poner algo para evitar el contacto directo la fuerza del golpe le haría retroceder varios metros atrás en el aire donde Okami, usando su excelente sonido y de paso esquivando a Genma en su habilidad por escasos milímetros de nuevo, ya le esperaba para propinarle una patada desde arriba golpeándole con el talón y lanzarlo contra el suelo si es que su ataque completo surtía efecto. El capitán Hayato había demostrado la suficiente habilidad como para defenderse pero Okami poco a poco se iba poniendo más seria. Sin duda Marcus había elegido bien a la pareja de Espadas encargados de aquella misión, con riesgo de enfrentamiento: los dos arrancar más veloces de Hueco Mundo.
-Voy a tener que entrenarte, cachorro... -contestó con una sonrisa lobuna en el rostro y de nuevo emitiendo otro gruñido que bien podría parecer un ronroneo de placer. Cuanto le gustaba a la salvaje Espada jugar con la comida.
Sin embargo algo llamó su atención aunque no lo suficiente como para perder de vista al joven capitán. Más shinigamis harían su aparición en breve. Una rápida mirada a su compañero y ambos entenderían la silenciosa conversación que habría trascurrido entre ellos. No se conocían desde hacía mucho pero entre seres con los instintos a flor de piel, algunos más que otros, hacía la sincronización mucho más eficaz.
Okami- Arrancar Lujuria
- Post : 609
Edad : 39
Re: En movimiento. [TRAMA]
¿Qué se suponía que estaban haciendo en la Sociedad de Almas? Odiaba aquel limitador con todas sus fuerzas. Podía sentirlo lastrando cada una de sus reacciones, cada uno de sus movimientos. Todos sus ataques habían fallado por velocidad. ¿Pero qué podía hacerle? Si trataba de darles algo más de velocidad, ¿cómo iba a imprimirles suficiente fuerza como para estar seguro de que serían capaces de atravesar el hierro de una Espada?
Como todo shinigami de alto nivel, conocía la necesidad del limitador, ¿pero realmente era necesario tanto tiempo para retirarlo? Estaba seguro de que no, de que aquello era por culpa de algo que no funcionaba como debía en la Sociedad de Almas y estaba decidido a incluirlo en su informe.
Pero ya se ocuparía de buscar las palabras para redactarlo más tarde...
Cuando la arrancar le golpeó el esternón, su primera reacción fue tratar de asirla por el antebrazo, pero nuevamente la superior velocidad de un Espada no sujeto a limitadores de ninguna clase le hizo fallar la jugada. Apenas si alcanzó a rozar su mano antes de salir disparado hacia atrás, con la respiración bloqueada por el fuerte impacto recibido en el pecho y sintiendo el sabor metálico de su propia sangre en la boca.
Volvió a maldecir el limitador una vez más cuando vio como la Espada desaparecía de su vista. Sonido. Instintivamente, se dio la vuelta, llegando justo a tiempo para interponer el antebrazo izquierdo entre el talón de la arrancar y otras partes más vulnerables de su cuerpo. Sintió como Genma se materializaba de nuevo en su mano derecha, pero una vez más ya era demasiado tarde. El golpe había sido suficientemente fuerte como para cambiar su trayectoria, lanzándole hacia el suelo.
Dobló las rodillas, amortiguando el golpe, cuando sus pies entraron en contacto con el suelo, para a continuación salir disparado en el sentido opuesto, como si sus piernas fueran un muelle, lanzándose de nuevo contra la Espada.
Seguía siendo más rápida de lo que él podía pretender alcanzar, sujeto como estaba a su limitador. Necesitaba algo que le permitiera reducir aquella desventaja, recortar ni que fueran unas décimas de segundo, lo suficiente como para que no pudiera esquivarle con tanta facilidad. Si sólo pudiera herirle una pierna...
A medio vuelo, dándose cuenta de que apartaba por un instante los ojos de él para mirar al otro Espada, adelantó a mano izquierda hacia ella, pronunciando:
-Bakudou no 61: rikujoukourou
Aún con su experiencia en kidou, no podía esperar que un bakudou de nivel medio sin encantamiento retuviera a una Espada por mucho tiempo. Sin embargo, todo lo que necesitaba era un instante. Apenas hubieron terminado de formarse las barras de luz, ya se encontraba encima de ella. Lanzó un único ataque, provisto de toda la velocidad que había adquirido en su rebote, directo a la pierna izquierda de la Espada.
Como todo shinigami de alto nivel, conocía la necesidad del limitador, ¿pero realmente era necesario tanto tiempo para retirarlo? Estaba seguro de que no, de que aquello era por culpa de algo que no funcionaba como debía en la Sociedad de Almas y estaba decidido a incluirlo en su informe.
Pero ya se ocuparía de buscar las palabras para redactarlo más tarde...
Cuando la arrancar le golpeó el esternón, su primera reacción fue tratar de asirla por el antebrazo, pero nuevamente la superior velocidad de un Espada no sujeto a limitadores de ninguna clase le hizo fallar la jugada. Apenas si alcanzó a rozar su mano antes de salir disparado hacia atrás, con la respiración bloqueada por el fuerte impacto recibido en el pecho y sintiendo el sabor metálico de su propia sangre en la boca.
Volvió a maldecir el limitador una vez más cuando vio como la Espada desaparecía de su vista. Sonido. Instintivamente, se dio la vuelta, llegando justo a tiempo para interponer el antebrazo izquierdo entre el talón de la arrancar y otras partes más vulnerables de su cuerpo. Sintió como Genma se materializaba de nuevo en su mano derecha, pero una vez más ya era demasiado tarde. El golpe había sido suficientemente fuerte como para cambiar su trayectoria, lanzándole hacia el suelo.
Dobló las rodillas, amortiguando el golpe, cuando sus pies entraron en contacto con el suelo, para a continuación salir disparado en el sentido opuesto, como si sus piernas fueran un muelle, lanzándose de nuevo contra la Espada.
Seguía siendo más rápida de lo que él podía pretender alcanzar, sujeto como estaba a su limitador. Necesitaba algo que le permitiera reducir aquella desventaja, recortar ni que fueran unas décimas de segundo, lo suficiente como para que no pudiera esquivarle con tanta facilidad. Si sólo pudiera herirle una pierna...
A medio vuelo, dándose cuenta de que apartaba por un instante los ojos de él para mirar al otro Espada, adelantó a mano izquierda hacia ella, pronunciando:
-Bakudou no 61: rikujoukourou
Aún con su experiencia en kidou, no podía esperar que un bakudou de nivel medio sin encantamiento retuviera a una Espada por mucho tiempo. Sin embargo, todo lo que necesitaba era un instante. Apenas hubieron terminado de formarse las barras de luz, ya se encontraba encima de ella. Lanzó un único ataque, provisto de toda la velocidad que había adquirido en su rebote, directo a la pierna izquierda de la Espada.
Kobayashi Hayato- Post : 272
Edad : 36
Re: En movimiento. [TRAMA]
[OFF: perdon por la inesperada interrupcion, no se como irian mejor los turnos asi que hasta que se vuelvan a restablecer posteare depues de Hayato]
Tras unos largos y por que no decirlo, aburridos minutos de paseo a través de la garganta que hubo abierto nuestro amigo, ya alcanzaba a vislumbrar el final del túnel.Se quedó dentro un instante mientras aquella oscura boca aun permanecía cerrada,simplemente para echar una ojeada al panorama que de dibujaba en la zona.
Cadáveres,cadáveres y mas cadáveres, oh si, y cuatro "shinigamis" peleando entre ellos.Estaba claro que dos de aquellos "shinigamis" eran el jefe y la lobuna espada de imponentes curvas de la 6º seccion, Okami, oh aquellas curvas eran inconfundibles, pensaba mientras analizaba asi a voz de pronto la situación.La verdad es que los cadáveres que por alli descansaban no tenían importancia para él.
-Seguramente habra sido Tora,ese brutote descerebrado...- Razonaba.
En fin, que tras divagar sobre los problemas existencialistas de un pollo al que le falta una pata, decidió que abriría una discreta garganta detrás del edificio que tenía aquella gente enfrente. Antes de abrirla,se esmeró en reducir su nivel de reiatsu hasta un nivel casi imperceptible para alguien que no se fijase en él.Tras lo que salió a aquel luminoso mundo. El edificio poseia dos pilares hubicados simétricamente en su fachada. Reiko saltó desde la fachada trasera al techo, y de dos saltos convencionales se subió al pilar izquierdo de la fachada principal.Y desde allí, de pie, contemplaría la acción.
-Ohh ,sí , aqui sí que hay buenas vistas- Comentaba en voz baja y para sí mismo el arrancar.
La verdad es que los combates que ahí abajo se desarrollaban eran lo de menos, desde aquella posición privilegiada,nuestro amigo podía deleitarse con el pomposo escote de Okami, y en aquel instante,aquello era más que suficiente.
Tras unos largos y por que no decirlo, aburridos minutos de paseo a través de la garganta que hubo abierto nuestro amigo, ya alcanzaba a vislumbrar el final del túnel.Se quedó dentro un instante mientras aquella oscura boca aun permanecía cerrada,simplemente para echar una ojeada al panorama que de dibujaba en la zona.
Cadáveres,cadáveres y mas cadáveres, oh si, y cuatro "shinigamis" peleando entre ellos.Estaba claro que dos de aquellos "shinigamis" eran el jefe y la lobuna espada de imponentes curvas de la 6º seccion, Okami, oh aquellas curvas eran inconfundibles, pensaba mientras analizaba asi a voz de pronto la situación.La verdad es que los cadáveres que por alli descansaban no tenían importancia para él.
-Seguramente habra sido Tora,ese brutote descerebrado...- Razonaba.
En fin, que tras divagar sobre los problemas existencialistas de un pollo al que le falta una pata, decidió que abriría una discreta garganta detrás del edificio que tenía aquella gente enfrente. Antes de abrirla,se esmeró en reducir su nivel de reiatsu hasta un nivel casi imperceptible para alguien que no se fijase en él.Tras lo que salió a aquel luminoso mundo. El edificio poseia dos pilares hubicados simétricamente en su fachada. Reiko saltó desde la fachada trasera al techo, y de dos saltos convencionales se subió al pilar izquierdo de la fachada principal.Y desde allí, de pie, contemplaría la acción.
-Ohh ,sí , aqui sí que hay buenas vistas- Comentaba en voz baja y para sí mismo el arrancar.
La verdad es que los combates que ahí abajo se desarrollaban eran lo de menos, desde aquella posición privilegiada,nuestro amigo podía deleitarse con el pomposo escote de Okami, y en aquel instante,aquello era más que suficiente.
Última edición por Akagami Reiko el Sáb Nov 28, 2009 10:07 pm, editado 3 veces
Akagami Reiko- Desaparecido
- Post : 145
Edad : 35
Re: En movimiento. [TRAMA]
La “palmadita consoladora” que recibió hizo sus rodillas se doblaran de manera que tocara el suelo con una de ellas, tan pronto como se recuperó de la sorpresa, se alejó rápidamente unos metros de Kenzo y volvió a tenerlo de frente, estaba empezando a ponerse nervioso al no ver salidas de aquella situación, ¿donde estaban los refuerzos?, ¿y aquellos shinigamis que estaban en el Dangai cuando Hayato y él atravesaron la puerta? ¿Sería posible que aquellos arrancar hubiesen sellado la puerta o quizás algo peor?
<<Concentrate, piensa, piensa, si pierdo el control ahora sólo conseguiré que me maten, por ahora sigamos con los juegos de palabras e insultos de éste idiota...>>
-Para ser yo el que sale del armario, bien que te acercas a tocarme, ¿no será que estás expandiendo tus horizontes verdad?, porque a pesar de las ideas que te hayas hecho yo en mi armario estoy muy calentito y no salgo por nada del mundo, que me resfrío – Dijo rezando porque nadie lo escuchase, aquellas palabras en su boca deberían sonar extremadamente subrealistas para cualquiera que lo conociese aunque solo fuese de oidas.
Cuando iba a continuar su frase, al tener el shikai liberado, sintió que alguien saltaba unos metros más allá en dirección a aquel edificio con dos pilares, de tal manera que dirigió discretamente su mirada de reojo para identificar el reaiatsu del nuevo individuo en escena, aunque no lo distinguiía bien con la distancia, sabía que no era un shinigami, tampoco podría ser ni alma ni humano pues ninguno de los dos podría tan siquiera respirar con la densidad de reiatsu que en ese momento contenía el aire, ciertamente tendría que ser un enemigo, si bien estaba escondiendo su reiatsu bastante bien.
-Vaya, vaya -Continuó dirigiéndose a Kenzo- ¿os habéis traído más amigos? Que pena que no sean mujeres, ¿Y si le damos la bienvenida?, debería presentarme aunque con vosotros no lo hice...
<<Concentrate, piensa, piensa, si pierdo el control ahora sólo conseguiré que me maten, por ahora sigamos con los juegos de palabras e insultos de éste idiota...>>
-Para ser yo el que sale del armario, bien que te acercas a tocarme, ¿no será que estás expandiendo tus horizontes verdad?, porque a pesar de las ideas que te hayas hecho yo en mi armario estoy muy calentito y no salgo por nada del mundo, que me resfrío – Dijo rezando porque nadie lo escuchase, aquellas palabras en su boca deberían sonar extremadamente subrealistas para cualquiera que lo conociese aunque solo fuese de oidas.
Cuando iba a continuar su frase, al tener el shikai liberado, sintió que alguien saltaba unos metros más allá en dirección a aquel edificio con dos pilares, de tal manera que dirigió discretamente su mirada de reojo para identificar el reaiatsu del nuevo individuo en escena, aunque no lo distinguiía bien con la distancia, sabía que no era un shinigami, tampoco podría ser ni alma ni humano pues ninguno de los dos podría tan siquiera respirar con la densidad de reiatsu que en ese momento contenía el aire, ciertamente tendría que ser un enemigo, si bien estaba escondiendo su reiatsu bastante bien.
-Vaya, vaya -Continuó dirigiéndose a Kenzo- ¿os habéis traído más amigos? Que pena que no sean mujeres, ¿Y si le damos la bienvenida?, debería presentarme aunque con vosotros no lo hice...
Ryuga Katsu- Post : 58
Edad : 33
Re: En movimiento. [TRAMA]
— Bakudō 8. Seki (斥)
Cuando la densa nube de humo se disipó, todos pudieron ver la figura de Shihoin Kato, ahora entre Hayato-taicho y el arrancar impostor. Aun sostenía el brazo extendido hacia arriba con el puño cerrado, donde la Arte Demoníaca había tomado forma. Sin embargo su rostro se dirigía en sentido opuesto, fijo sobre los ojos de aquella animaloide arrancar, intentando escrudiñar lo más profundo de su cuerpo para poder encontrar aquel reiatsu Hollow que tan hábilmente parecía esconder.
Segundos antes de todo aquello, Kato y Akina había aparecido a unos centenares de metros de aquella contienda. Durante el transcurso por el Dangai, Kato había ideado una estrategia algo burda, aunque podía resultar eficiente y se la había expuesto a su acompañante. Aun teniendo permisos para revocar su limitador de reiatsu ipso facto, había pensado usar la desventaja de aquel mecanismo a su favor. Con aquel limitador y un poco de concentración por su parte no le sería complicado hacer pasar desapercibido su energía espiritual, al menos el tiempo suficiente como para interrumpir la batalla con ventaja y averiguar cual de aquellos figuras que divisaban a lo lejos era el individuo que Kato buscaba. El asesino del Capitán de la Quinta División.
Pidió a Akina que ocultase su reiatsu del mismo modo y ambos shinigamis llegaron al Mundo Humano con ventaja. Ventaja teórica, al menos. Kato oteaba aquellas figuras intentando analizar los reiatsus de aquellos seres. Identificó sin problemas los de los dos shinigamis, Hayato y Katsu, Capitán y Teniente del Séptimo Escuadrón, respectivamente. Sin embargo no alcanzaba a distinguir los otros dos reiatsus, no al menos lo suficiente como para dilucidar si alguno de aquellos dos era el portador de aquel reiatsu al que seguían el rastro. Definitivamente desde aquella distancia era imposible, por lo que le hizo señas a Akina y se fueron acercando poco a poco, con cautela.
Sin embargo algo ocurrió en aquella batalla que obligó a Kato a improvisar y descubrirse. El Capitán de la Séptima División capturó en un Bakudō y atacó con su espada en un mismo movimiento prolongado a uno de los sospechosos, aquella arrancar con aspecto lobuno. El teniente de la Quinta División sabía que casi con toda probabilidad aquel hechizo no la habría atrapado y que aquel corte no acabaría con ella, seguramente ni llegaría a cortarle. Hayato aun tenía su limitador activo y no había recitado ningún conjuro, mientras que el arrancar no tenía limitado su poder y podría romper ese barrera con rapidez y esquivar el corte. Sin embargo Kato no quería dejar ningún cabo suelto, no quería dejar nada en manos del azar, por lo que, hacer lo siguiente que hizo le pareció lo más lógico para la investigación.
Tras gritarle a Akina que acelerara el paso y sin esperarla, Kato desapareció en un shumpo, apareciendo unos metros por delante de la hollow para luego volver a realizar otro shumpo que lo justo entre el Capitán y aquella arrancar, acompañado por todo el polvo que levantó su amplio y rápido movimiento. Estiró el brazo y pronunció el Bakudō, aprovechando la confusión. Una pequeña esfera celeste se formó en el reverso de su mano con rapidez. Aquella Arte, demoninada 'Repulsión', cumplió su cometido y, como su propio nombre indica, detuvo la hoja del arma de Hayato y la repelió.
Como decíamos, antes de dar tan si quiera una explicación por aquella intervención, que muchos no vacilarían en calificarla como ofensiva e irresponsable, Kato escrudiñó el reiatsu de aquella arrancar ahora que la tenía tan cerca. Su desafiante sonrisa no tardó en tornarse decepción. Aquella arrancar tampoco era la responsable de la muerte de su Capitán. Por lo que no quedaba otra opción, o al menos eso quería creer Kato, pues era obvio que algunos hollows ya dejaron el Mundo Humano, y su hombre podría estar entre ellos. Sin embargo el teniente giró su cabeza, como fijando su próximo objetivo.
— Lo siento Capi, me equivoqué de hollow. Si es que son todos iguales. — se disculpó, aunque con un marcado tono cómico en su voz. — Bueh, ya puedes matarla cuando quieras. — continuó, para desaparecer con un shumpo y apareciendo unos metros más allá. — Aunque, ahora que lo pienso... — musitó Kato, mirando de arriba a abajo. — Sigues luciendo como uno de nosotros. Hadō 54. Haien (廃炎). — pronunció.
Las pequeñas "llamas desertoras" volaron, tras un leve gesto de la mano de Kato, hacia el muslo izquierdo de aquella arrancar, aprovechando que tras toda aquella parafernalia aun seguía sujeta a aquel bakudō de Hayato. No quería matarla, no pensaba arrebatarle ese placer a su compañero, no después de aquella intrusión. Tampoco pretendía matarla, por eso no apuntó más alto. Sólo quería que dejara de parecer un shinigami. Aquellas llamas bien le obligarían a quitarse la ropa ardiente o bien se consumirían sobre el Hierro de aquella arrancar.
Y, despareciendo bajo otro shumpo, hacia el otro arrancar se dirigió, estando más y más convencido de que ése era el reiatsu correcto a cada metro que avanzaba. El teniente continuaba desarmado y no había rastros de su arma por ninguna parte. Aquel trabajo necesitaba delicadeza y su confianza en el Kidō era tal que no vacilaba ni un segundo en enfrentarse a aquel tipo con las manos desnudas, si hiciera falta. Llevar aquel hollow vivo al Seiterei se había convertido en su máxima prioridad.
_____________________
OFF: Siento las "licencias poéticas" que me he tomado parando tu ataque, Hayato. Era simplemente para acelerar un poco mi entrada, ya que tanto tardé en postear. Por cierto, en teoría es turno de Akina, pero como veáis.
Cuando la densa nube de humo se disipó, todos pudieron ver la figura de Shihoin Kato, ahora entre Hayato-taicho y el arrancar impostor. Aun sostenía el brazo extendido hacia arriba con el puño cerrado, donde la Arte Demoníaca había tomado forma. Sin embargo su rostro se dirigía en sentido opuesto, fijo sobre los ojos de aquella animaloide arrancar, intentando escrudiñar lo más profundo de su cuerpo para poder encontrar aquel reiatsu Hollow que tan hábilmente parecía esconder.
Segundos antes de todo aquello, Kato y Akina había aparecido a unos centenares de metros de aquella contienda. Durante el transcurso por el Dangai, Kato había ideado una estrategia algo burda, aunque podía resultar eficiente y se la había expuesto a su acompañante. Aun teniendo permisos para revocar su limitador de reiatsu ipso facto, había pensado usar la desventaja de aquel mecanismo a su favor. Con aquel limitador y un poco de concentración por su parte no le sería complicado hacer pasar desapercibido su energía espiritual, al menos el tiempo suficiente como para interrumpir la batalla con ventaja y averiguar cual de aquellos figuras que divisaban a lo lejos era el individuo que Kato buscaba. El asesino del Capitán de la Quinta División.
Pidió a Akina que ocultase su reiatsu del mismo modo y ambos shinigamis llegaron al Mundo Humano con ventaja. Ventaja teórica, al menos. Kato oteaba aquellas figuras intentando analizar los reiatsus de aquellos seres. Identificó sin problemas los de los dos shinigamis, Hayato y Katsu, Capitán y Teniente del Séptimo Escuadrón, respectivamente. Sin embargo no alcanzaba a distinguir los otros dos reiatsus, no al menos lo suficiente como para dilucidar si alguno de aquellos dos era el portador de aquel reiatsu al que seguían el rastro. Definitivamente desde aquella distancia era imposible, por lo que le hizo señas a Akina y se fueron acercando poco a poco, con cautela.
Sin embargo algo ocurrió en aquella batalla que obligó a Kato a improvisar y descubrirse. El Capitán de la Séptima División capturó en un Bakudō y atacó con su espada en un mismo movimiento prolongado a uno de los sospechosos, aquella arrancar con aspecto lobuno. El teniente de la Quinta División sabía que casi con toda probabilidad aquel hechizo no la habría atrapado y que aquel corte no acabaría con ella, seguramente ni llegaría a cortarle. Hayato aun tenía su limitador activo y no había recitado ningún conjuro, mientras que el arrancar no tenía limitado su poder y podría romper ese barrera con rapidez y esquivar el corte. Sin embargo Kato no quería dejar ningún cabo suelto, no quería dejar nada en manos del azar, por lo que, hacer lo siguiente que hizo le pareció lo más lógico para la investigación.
Tras gritarle a Akina que acelerara el paso y sin esperarla, Kato desapareció en un shumpo, apareciendo unos metros por delante de la hollow para luego volver a realizar otro shumpo que lo justo entre el Capitán y aquella arrancar, acompañado por todo el polvo que levantó su amplio y rápido movimiento. Estiró el brazo y pronunció el Bakudō, aprovechando la confusión. Una pequeña esfera celeste se formó en el reverso de su mano con rapidez. Aquella Arte, demoninada 'Repulsión', cumplió su cometido y, como su propio nombre indica, detuvo la hoja del arma de Hayato y la repelió.
Como decíamos, antes de dar tan si quiera una explicación por aquella intervención, que muchos no vacilarían en calificarla como ofensiva e irresponsable, Kato escrudiñó el reiatsu de aquella arrancar ahora que la tenía tan cerca. Su desafiante sonrisa no tardó en tornarse decepción. Aquella arrancar tampoco era la responsable de la muerte de su Capitán. Por lo que no quedaba otra opción, o al menos eso quería creer Kato, pues era obvio que algunos hollows ya dejaron el Mundo Humano, y su hombre podría estar entre ellos. Sin embargo el teniente giró su cabeza, como fijando su próximo objetivo.
— Lo siento Capi, me equivoqué de hollow. Si es que son todos iguales. — se disculpó, aunque con un marcado tono cómico en su voz. — Bueh, ya puedes matarla cuando quieras. — continuó, para desaparecer con un shumpo y apareciendo unos metros más allá. — Aunque, ahora que lo pienso... — musitó Kato, mirando de arriba a abajo. — Sigues luciendo como uno de nosotros. Hadō 54. Haien (廃炎). — pronunció.
Las pequeñas "llamas desertoras" volaron, tras un leve gesto de la mano de Kato, hacia el muslo izquierdo de aquella arrancar, aprovechando que tras toda aquella parafernalia aun seguía sujeta a aquel bakudō de Hayato. No quería matarla, no pensaba arrebatarle ese placer a su compañero, no después de aquella intrusión. Tampoco pretendía matarla, por eso no apuntó más alto. Sólo quería que dejara de parecer un shinigami. Aquellas llamas bien le obligarían a quitarse la ropa ardiente o bien se consumirían sobre el Hierro de aquella arrancar.
Y, despareciendo bajo otro shumpo, hacia el otro arrancar se dirigió, estando más y más convencido de que ése era el reiatsu correcto a cada metro que avanzaba. El teniente continuaba desarmado y no había rastros de su arma por ninguna parte. Aquel trabajo necesitaba delicadeza y su confianza en el Kidō era tal que no vacilaba ni un segundo en enfrentarse a aquel tipo con las manos desnudas, si hiciera falta. Llevar aquel hollow vivo al Seiterei se había convertido en su máxima prioridad.
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OFF: Siento las "licencias poéticas" que me he tomado parando tu ataque, Hayato. Era simplemente para acelerar un poco mi entrada, ya que tanto tardé en postear. Por cierto, en teoría es turno de Akina, pero como veáis.
Re: En movimiento. [TRAMA]
Okami tenía que admitirlo aquel shinigami era digno de portar aquel maldito haori. Sus ojos bicolor se fijaron en el capitán justo en el momento en el que pronunciaba las palabras que la encarcelarían. Odiaba aquellos bakudo con tanta ansia que casi rugió de furia cuando notó como las luces la rodeaban anclando sus brazos a los lados de su cuerpo. Aún a sabiendas de que esa herida seria inevitable en esa situación una nue de polvo se levantó y otra voz más entró en escena.
Una voz que la defendió de aquel ataque tan directo. Aunque también había defendido a Hayato de su propio cero, a punto de formarse entre sus mandíbulas apuntado hacia la caja torácica de aquel capitán. Pese a que ella acabase con una de sus piernas heridas el lobo nunca deja un enemigo sin herirlo. Los golpes que había recibido el capitán del 7º escuadrón aún eran muy leves para su gusto. Tenía tantas ganas de probar su sangre que el reiatsu que concentraba para cada uno de sus ataques despertaba aún más ese ansia depredador. Aquel muchacho se estaba convirtiendo en un manjar tan suculento que fue como si la visión de la Espada se volviera completamente carmesí. Aún así y aunque su zanpakutou, aún en su mano pugnaba por ser liberada, las estrictas palabras de Marcus la hacían mantener la calma.
Aún así su sonrisa lobuna y su mirada oculta tras sus gafas de sol naranjas se cruzaron con la del shinigami que había interrumpido aquella danza. El aroma de su reiatsu estaba tan cerca de ella que no tardó en notar el nivel superior pese a que lo intentara ocultar bajando su nivel hasta mínimos. Su mirada se fijó en Kenzo un momento para luego centrar su risa como un gruñido en el recién llegado.
-No conocía la nueva política de la sociedad de almas. Ahora se obstaculizan entre ellos... -comentó aunque sabía que aquel chiste solo le haría gracia a ella y aún esperaba ver la reacción del capitán a su intrusión.
Las llamas bañaron la tela de su muslo y tras emitir un rugido que bien podría haber pertenecido a un animal mucho más grande que ella notó gratificantemente como las magia que la atrapaba se disipaba de nuevo. Con una mano arrancó la pierna izquierda de su atuendo de shinigami mostrando aquella bota alta y blanca siempre característica en ella y el tatuaje de la pata de lobo en la parte superior de su muslo ya que lo que vestía bajo aquel uniforme era otra pieza pequeña de tela oscura parecido a unos shorts elásticos que se ceñían a su figura. Observó a Kato marcharse y fijó su mirada en el capitán de nuevo. Aquel era un mejor plato que el moreno de ojos dorados.
-Dónde lo habíamos dejado? Creo que... -preguntó con una sonrisa mientras se relamía los labios antes de desaparecer de su vista de nuevo para aparecer en su flanco izquierdo. -Aquí -le dijo en un susurro antes de lanzarle una patada en la parte baja de la espalda.
Aquella interrupción y la manera... descortés, esa era la palabra, de dirigirse a su superior seguro que había desconcertado mínimamente a aquel shinigami. De todos modos aunque consiguiera evitar su patada la zanpakutou que portaba en su mano izquierda le acariciaría el hombro lo justo para hacerle sangrar. La Espada hasta parecía estar disfrutando y no tenía ninguna intención de terminar con su diversión de una manera tan... repentina. Aquel muchacho aún tenía mucho que ofrecer y pensaba darle todas las oportunidades que necesitase.
OFF: Bueno ya q vemos q Kenzo no postea y aunque la escena es de todos Hayato y yo estamos como en una escena secundaria pues continúo con el posteo ^^ Perdonad la tardanza pero los exámenes es lo q tiene.
Una voz que la defendió de aquel ataque tan directo. Aunque también había defendido a Hayato de su propio cero, a punto de formarse entre sus mandíbulas apuntado hacia la caja torácica de aquel capitán. Pese a que ella acabase con una de sus piernas heridas el lobo nunca deja un enemigo sin herirlo. Los golpes que había recibido el capitán del 7º escuadrón aún eran muy leves para su gusto. Tenía tantas ganas de probar su sangre que el reiatsu que concentraba para cada uno de sus ataques despertaba aún más ese ansia depredador. Aquel muchacho se estaba convirtiendo en un manjar tan suculento que fue como si la visión de la Espada se volviera completamente carmesí. Aún así y aunque su zanpakutou, aún en su mano pugnaba por ser liberada, las estrictas palabras de Marcus la hacían mantener la calma.
Aún así su sonrisa lobuna y su mirada oculta tras sus gafas de sol naranjas se cruzaron con la del shinigami que había interrumpido aquella danza. El aroma de su reiatsu estaba tan cerca de ella que no tardó en notar el nivel superior pese a que lo intentara ocultar bajando su nivel hasta mínimos. Su mirada se fijó en Kenzo un momento para luego centrar su risa como un gruñido en el recién llegado.
-No conocía la nueva política de la sociedad de almas. Ahora se obstaculizan entre ellos... -comentó aunque sabía que aquel chiste solo le haría gracia a ella y aún esperaba ver la reacción del capitán a su intrusión.
Las llamas bañaron la tela de su muslo y tras emitir un rugido que bien podría haber pertenecido a un animal mucho más grande que ella notó gratificantemente como las magia que la atrapaba se disipaba de nuevo. Con una mano arrancó la pierna izquierda de su atuendo de shinigami mostrando aquella bota alta y blanca siempre característica en ella y el tatuaje de la pata de lobo en la parte superior de su muslo ya que lo que vestía bajo aquel uniforme era otra pieza pequeña de tela oscura parecido a unos shorts elásticos que se ceñían a su figura. Observó a Kato marcharse y fijó su mirada en el capitán de nuevo. Aquel era un mejor plato que el moreno de ojos dorados.
-Dónde lo habíamos dejado? Creo que... -preguntó con una sonrisa mientras se relamía los labios antes de desaparecer de su vista de nuevo para aparecer en su flanco izquierdo. -Aquí -le dijo en un susurro antes de lanzarle una patada en la parte baja de la espalda.
Aquella interrupción y la manera... descortés, esa era la palabra, de dirigirse a su superior seguro que había desconcertado mínimamente a aquel shinigami. De todos modos aunque consiguiera evitar su patada la zanpakutou que portaba en su mano izquierda le acariciaría el hombro lo justo para hacerle sangrar. La Espada hasta parecía estar disfrutando y no tenía ninguna intención de terminar con su diversión de una manera tan... repentina. Aquel muchacho aún tenía mucho que ofrecer y pensaba darle todas las oportunidades que necesitase.
OFF: Bueno ya q vemos q Kenzo no postea y aunque la escena es de todos Hayato y yo estamos como en una escena secundaria pues continúo con el posteo ^^ Perdonad la tardanza pero los exámenes es lo q tiene.
Okami- Arrancar Lujuria
- Post : 609
Edad : 39
Re: En movimiento. [TRAMA]
El capitán Kobayashi no podía creer que aquello estuviera sucediendo realmente.
Acababa de asistir a la más triste, patética y penosa representación de lo que no debe hacer un aliado en mitad de un combate. ¿Quién se había creído que era? Bueno, estaba claro quién: Shihouin Kato, el hijo mimado de una familia noble. Conocía sobradamente aquel nombre y aquel rostro, aunque al revés no fuera igual. Le recordaba de la época en que él era un humilde sirviente y el otro un crío que tenía todos los caprichos cubiertos. Y también había sido su superior un corto período de tiempo, mientras había servido en el Quinto Escuadrón. Había sabido siempre quién era, pero no había mostrado nunca el más mínimo interés por él... hasta ese momento.
Había que ser terriblemente indisciplinado, maleducado y arrogante para interrumpir un combate. Había que ser un engreído sin remedio para hablar de aquella forma a un superior. Y, sobre todo, había que ser definitivamente idiota para interferir a un aliado y ayudar a un oponente.
¿De quién podía esperarse algo así, si no de un noble malcriado? Aquellos malditos prepontentes ponían sus intereses personales por encima de cualquier cosa...
¡Y por si fuera poco ni una palabra sobre el limitador! ¿Pero en qué estaba pensando la Sociedad de Almas? Si aquella era la ayuda que pensaban enviar, ¡podían habérsela quedado!
El capitán serró los dientes cuando la Espada desapareció de su vista. ¡Se había descuidado! Se volvió hacia el flanco con el tiempo justo para bloquear la salvaje patada de la arrancar, pero no alcanzó a desviar también su hoja. Presionó aún con más fuerza las mandíbulas al sentir la zanpakutou abrirse camino a través de su piel.
Necesitó apenas un instante para darse cuenta de que la herida no tenía ninguna relevancia, apenas un rasguño que sangraba copiosamente. Fijó sus ojos en el rostro lupino de su contrincante, tratando de evaluar sus intenciones. ¿Estaba jugando con él? En ese caso no pensaba ponérselo fácil. Terminó de girarse, lanzando un ataque con la mano en que portaba la espada más destinado a recuperar la distancia entre ambos que no a herirla realmente. Volvió a la posición de guardia, confirmando que la herida en el brazo izquierdo, aunque algo dolorosa, no le impedía la movilidad, y, en voz muy baja, artificialmente calmada, dijo:
-Debo pedirte disculpas por tan lamentable espectáculo... -Y, dedicándole una sonrisa depredadora, añadió: -Cuando haya acabado contigo, me ocuparé de él
A modo de confirmación de sus palabras, desapareció inmediatamente, dejando en el aire todavía un eco de su sonrisa malévola, apareciendo a un lado de la Espada y descargando un corte rápido y letal, dirigido a la parte izquierda de su cuello. En el último momento, Genma se desmaterializó de sus manos, atacando el costado derecho de la arrancar, para volver inmediatamente a manos del capitán, preparado para el siguiente ataque.
Acababa de asistir a la más triste, patética y penosa representación de lo que no debe hacer un aliado en mitad de un combate. ¿Quién se había creído que era? Bueno, estaba claro quién: Shihouin Kato, el hijo mimado de una familia noble. Conocía sobradamente aquel nombre y aquel rostro, aunque al revés no fuera igual. Le recordaba de la época en que él era un humilde sirviente y el otro un crío que tenía todos los caprichos cubiertos. Y también había sido su superior un corto período de tiempo, mientras había servido en el Quinto Escuadrón. Había sabido siempre quién era, pero no había mostrado nunca el más mínimo interés por él... hasta ese momento.
Había que ser terriblemente indisciplinado, maleducado y arrogante para interrumpir un combate. Había que ser un engreído sin remedio para hablar de aquella forma a un superior. Y, sobre todo, había que ser definitivamente idiota para interferir a un aliado y ayudar a un oponente.
¿De quién podía esperarse algo así, si no de un noble malcriado? Aquellos malditos prepontentes ponían sus intereses personales por encima de cualquier cosa...
¡Y por si fuera poco ni una palabra sobre el limitador! ¿Pero en qué estaba pensando la Sociedad de Almas? Si aquella era la ayuda que pensaban enviar, ¡podían habérsela quedado!
El capitán serró los dientes cuando la Espada desapareció de su vista. ¡Se había descuidado! Se volvió hacia el flanco con el tiempo justo para bloquear la salvaje patada de la arrancar, pero no alcanzó a desviar también su hoja. Presionó aún con más fuerza las mandíbulas al sentir la zanpakutou abrirse camino a través de su piel.
Necesitó apenas un instante para darse cuenta de que la herida no tenía ninguna relevancia, apenas un rasguño que sangraba copiosamente. Fijó sus ojos en el rostro lupino de su contrincante, tratando de evaluar sus intenciones. ¿Estaba jugando con él? En ese caso no pensaba ponérselo fácil. Terminó de girarse, lanzando un ataque con la mano en que portaba la espada más destinado a recuperar la distancia entre ambos que no a herirla realmente. Volvió a la posición de guardia, confirmando que la herida en el brazo izquierdo, aunque algo dolorosa, no le impedía la movilidad, y, en voz muy baja, artificialmente calmada, dijo:
-Debo pedirte disculpas por tan lamentable espectáculo... -Y, dedicándole una sonrisa depredadora, añadió: -Cuando haya acabado contigo, me ocuparé de él
A modo de confirmación de sus palabras, desapareció inmediatamente, dejando en el aire todavía un eco de su sonrisa malévola, apareciendo a un lado de la Espada y descargando un corte rápido y letal, dirigido a la parte izquierda de su cuello. En el último momento, Genma se desmaterializó de sus manos, atacando el costado derecho de la arrancar, para volver inmediatamente a manos del capitán, preparado para el siguiente ataque.
Kobayashi Hayato- Post : 272
Edad : 36
Re: En movimiento. [TRAMA]
OFF: Bueh...Siento la prolongada ausencia, pero dejémonos de justificaciones y vamos a lo importante .
- Du du duu...Du du duu...duda duda dudada... - Para el que aun contenga cierto shock ante semejante ocurrencia aclararemos que se encontraba tarareando una especie de canción un tanto extraña, de la cual nos atreveríamos a establecer sin posibilidad de error que solo la conocía él. La cuestión es que todos saben lo que pasa cuando Kenzo tararea, o no, la cosa es que algo tan absurdo debía tener obligatoriamente una consecuencia interesante o nuestro protagonista correría el riesgo de ser tomado por "estúpido". Vale aclarar que si bien muchos tienen esa concepción del subestimado Espada, ninguna es basada en hechos concretos sino mas bien utilizada para intentar poner título a una actitud tan disparatada.
En fin, dejémonos de chorradas y vamos al tema. La concluyente palmadita había retornado la distancia divisoria entre el homosexual y kenzinho, algo que si bien no había sido hecho a propósito demostraba que la reciente salida del armario aún dejaba al shinigami con ciertos atisbos de vergüenza o nerviosismo. Vale decir que la tendencia sexual de nuestro protagonista es un misterio, asi como su tamaño, pero tampoco es tan relevante. Sin dilaciones contestó - Oh vamos, ya estas grandecito como para seguirte masturbando en el armario. Una o dos nunca vienen mal, pero vivir para eso...En fin, tranqui compi, quizá compartas mas cosas de las que te imaginas con tu Capi - La conversación comenzaba a aburrirle y así lo demostraba su falta de lucidez en sus frases.
Sin embargo, el desvío casual de su mirada le hizo entrever como la escena de apareamiento entre la tigresa y el reprimido se tornaba un trío ocasional poco oportuno. La sonrisa se le dibujó en sus labios mientras terminó de tararear las últimas notas de su susodicha canción - Tadan, Tadan...TabadabaCHAN! - ¿Acaso aquella melodía había sido justificada a la llegada del nuevo integrante del lugar?, ¿Era la canción "Guay" de entrada para el nuevo shinigami?. Nuestro protagonista es...estúpido. Pero en fin, como es debido no puede dejar semejante actuación sin una frase que lo culmine.
- Ey, "llamitas"...ven para acá. A ver si puedes ayudar al jovencito con sus problemitas - Le gritó al shinigami que había aparecido en el lugar con la sutileza de un burro en celo. La cuestión era que aquella retórica de iguana caribeña había resultado lo suficientemente efectiva como para atraer la presencia del susodicho y unirlo a la "hinchada" espectadora.
- Pareces bueno intentando desnudar gente...quizá puedas enseñarle un poco al renacuajo. Parece medio tímido a bajarse los pantalones... Oh!, pero enséñale a subírselos de nuevo no es plan el dejar colgando al "cabezón" eternamente. Tu ya me entiendes... - Exponía con su característica y exótica elocuencia haciendo gala de su siempre desinteresada intención de ayudar a cualquier ingenuo en el camino de la felicidad suprema. Bueh!, ya se...tampoco es para tanto...ni es tan desinteresado ni tampoco es la felicidad suprema, pero quedaba bonito...asi que, señor lector, no se nos ponga exquisito.
Y casi como frutilla del acto primero que se encontraba a punto de acabar, el Espada hizo un erótico guiño de ojo hacia su lobuna compañera, intentando hacerle entender que se centrara absolutamente en su rival, él se encargaría del resto. Siempre le habían gustado los tríos y cuartetos, las orgías en general vamos, pero la ocasión requería que no intervinieran mas integrantes de lo que fuesen necesarios en una pelea. Sin embargo, una pregunta saltó a su mente tan repentinamente como la cantidad de veces que hemos repetido "mente": ( ¿Reiko-san está asustado?...o se le habrá caído algo por allí? ).
- Du du duu...Du du duu...duda duda dudada... - Para el que aun contenga cierto shock ante semejante ocurrencia aclararemos que se encontraba tarareando una especie de canción un tanto extraña, de la cual nos atreveríamos a establecer sin posibilidad de error que solo la conocía él. La cuestión es que todos saben lo que pasa cuando Kenzo tararea, o no, la cosa es que algo tan absurdo debía tener obligatoriamente una consecuencia interesante o nuestro protagonista correría el riesgo de ser tomado por "estúpido". Vale aclarar que si bien muchos tienen esa concepción del subestimado Espada, ninguna es basada en hechos concretos sino mas bien utilizada para intentar poner título a una actitud tan disparatada.
En fin, dejémonos de chorradas y vamos al tema. La concluyente palmadita había retornado la distancia divisoria entre el homosexual y kenzinho, algo que si bien no había sido hecho a propósito demostraba que la reciente salida del armario aún dejaba al shinigami con ciertos atisbos de vergüenza o nerviosismo. Vale decir que la tendencia sexual de nuestro protagonista es un misterio, asi como su tamaño, pero tampoco es tan relevante. Sin dilaciones contestó - Oh vamos, ya estas grandecito como para seguirte masturbando en el armario. Una o dos nunca vienen mal, pero vivir para eso...En fin, tranqui compi, quizá compartas mas cosas de las que te imaginas con tu Capi - La conversación comenzaba a aburrirle y así lo demostraba su falta de lucidez en sus frases.
Sin embargo, el desvío casual de su mirada le hizo entrever como la escena de apareamiento entre la tigresa y el reprimido se tornaba un trío ocasional poco oportuno. La sonrisa se le dibujó en sus labios mientras terminó de tararear las últimas notas de su susodicha canción - Tadan, Tadan...TabadabaCHAN! - ¿Acaso aquella melodía había sido justificada a la llegada del nuevo integrante del lugar?, ¿Era la canción "Guay" de entrada para el nuevo shinigami?. Nuestro protagonista es...estúpido. Pero en fin, como es debido no puede dejar semejante actuación sin una frase que lo culmine.
- Ey, "llamitas"...ven para acá. A ver si puedes ayudar al jovencito con sus problemitas - Le gritó al shinigami que había aparecido en el lugar con la sutileza de un burro en celo. La cuestión era que aquella retórica de iguana caribeña había resultado lo suficientemente efectiva como para atraer la presencia del susodicho y unirlo a la "hinchada" espectadora.
- Pareces bueno intentando desnudar gente...quizá puedas enseñarle un poco al renacuajo. Parece medio tímido a bajarse los pantalones... Oh!, pero enséñale a subírselos de nuevo no es plan el dejar colgando al "cabezón" eternamente. Tu ya me entiendes... - Exponía con su característica y exótica elocuencia haciendo gala de su siempre desinteresada intención de ayudar a cualquier ingenuo en el camino de la felicidad suprema. Bueh!, ya se...tampoco es para tanto...ni es tan desinteresado ni tampoco es la felicidad suprema, pero quedaba bonito...asi que, señor lector, no se nos ponga exquisito.
Y casi como frutilla del acto primero que se encontraba a punto de acabar, el Espada hizo un erótico guiño de ojo hacia su lobuna compañera, intentando hacerle entender que se centrara absolutamente en su rival, él se encargaría del resto. Siempre le habían gustado los tríos y cuartetos, las orgías en general vamos, pero la ocasión requería que no intervinieran mas integrantes de lo que fuesen necesarios en una pelea. Sin embargo, una pregunta saltó a su mente tan repentinamente como la cantidad de veces que hemos repetido "mente": ( ¿Reiko-san está asustado?...o se le habrá caído algo por allí? ).
Tatsuya Kenzo- Privaron Espada
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