Sala de Autopsias [TRAMA]

Ya era tarde y estaba cansado, pero Kato necesitaba el informe detallado del forense, para ver si podía rastrear aun el reiatsu de aquel Arrancar. Entró en la sala de autopsias. Por desgracia no era la primera vez que visitaba aquel lugar. Encontró a un shinigami médico, algo liado, y se le acercó a preguntar:

— ¿Saben donde a que sala han llevado el cuerpo del Capitán encontrado en el Rukongai? — se apresuró a decir. —Perdone si soy directo, pero me gustaría ver el informe del forense antes de irme a la cama, por favor.

Le indicaron la sala donde habían llevado el cuerpo del Capitán. Allí me encontré a un shinigami, algo sorprendido por mi brusca entrada. Me presenté y le expliqué que estaba al cargo de la investigación, que si había encontrado algo:

— Pues la verdad es que sí, señor. — dijo el médico, sorprendiendo al exhausto Kato. No pudo evitar mostrarse asombrado. — Hemos encontrado grandes cantidades de reiatsu tipo Hollow. Lo hemos depurado y concentrado. Se encuentra en aquel frasco que está junto al cuerpo.

— Gracias. — le respondió el Teniente, sin ni si quiera mirarlo, pues sus ojos, abiertos de par en par, ya se habían posado sobre aquel frasco. — Me será de gran ayuda. Ahora necesitaré un poco de silencio, si me disculpa.

Aquel shinigami médico, tras asentir con una leve reverencia, se marchó de la sala. Kato buscó cerca algo con lo que pudiera dibujar sobre el suelo. Encontró una tiza. Eso serviría. Quizá aun estaba a tiempo, aunque no tenía muchas esperanzas.

Se agachó, apoyando una rodilla contra el suelo, y trazó un círculo en él, para luego trazar dos líneas perpendiculares entre sí que dividieran el círculo en cuatro porciones. Dibujó los carácteres necesarios para ese tipo de reitasu, en cada una de las partes del círculo, y colocó el frasco con el reiatsu concentrado en el centro del círculo. Puso las palmas de sus manos sobre el suelo, a ambos lados del círculo, y recitó en voz alta la invocación:

— "Corazón del sur, ojo del norte, dedo del oeste, pie del este: llegad con el viento y partid con la lluvia". Bakudo #58: ¡Kakushitsuijak!

El circulo comenzó a brillar con una cálida luz azul y los números comenzaron a aparecer en él. Al principio variaban rápidamente, pero se fueron calmando y las primeras coordenadas iban apareciendo. Kato no pudo dar crédito a lo que estaba viendo.

NPC:

El cuerpo de Karaiko yacía en una de las camillas de la sala de autopsias, con prioridad por supuesto, no solo por ser un capitán y la importancia que hay que darle a estos casos, sino además, porque Chido se encontraba fascinado de poder auscultar a un capitán, escudriñarlo, sentir su poder, su fuerza. Incluso su reiatsu denotaba fuerza. Aunque, desde que comenzó con la intervención, el flujo de reiatsu le pareció extremadamente débil, incluso para ser un capitán. De hecho, lo más sorprendente, es que su reiatsu era
como una música de fondo, inmóvil, con el mismo ritmo en todo momento. Sobre su cuerpo, fluctuaba especialmente el reiatsu que ya le había sido dado al teniente de la quinta división. Pero tras mucho rato de investigación, ayudado de la habilidad de su zampakutou había conseguido detectar uno mucho más débil. Que, igualmente guardó en uno de los tubos de ensayo, a modo de muestra. Era un reiatsu poderoso de tonalidad rojizo, y por raro que parezca, seguramente fuese de mujer... había algo que diferenciaba entre un sexo y otro. Y el reiatsu del capitán se mantenía inmóvil, como si hubiese sido simplemente imbuido al cuerpo, sin ningún tipo de vida. Era la extraña sensación que producía. Estaba incluso menos vivo que los otros dos... era extraño.

La puerta corredera de la sala se abre con suavidad. Cabe recordar el hecho de que Chido no soporte ninguna clase de ruido, llámese ruido un tono de voz normal. Sus empleados, más que hechos a ese detalle/manía del doctor, sabían como tratarlo...

- Aceptado - dijo el shinigami en susurro desde detrás de la puerta. Chido lo acalló con el típico "shhhh", le dedicó una rápida mirada y asintió para que se fuera. Ya hacía rato que había solicitado permiso para abrir la cabeza del taichô, y parecía haber sido aceptado.

Chido se manejaba en la sala como si estuviese en su dormitorio. Seguramente, mejor que en su dormitorio. De hecho, seguramente durmiese en la sala de autopsias, ajeno a ningún ruido, ni siquiera de respiraciones... Con mano diestra tomó un bisturí, y sin pensarlo demasiado, lo clavó en la sien del cadáver... de allí emanaba un reiatsu distinto, que con impaciencia tomó en otro frasco, antes de seguir con el corte. Un reiatsu espeluznante, muy concentrado, y que despedía una sensación de... inseguridad. Era un reiatsu incómodo. Depositó el tubo de ensayo junto a los otros dos... ya había encontrado tres reiatsus aparte del que poseía el propio capitán. Aquello empezaba a parecer un juego.

En poco tiempo, y valiéndose de diversas herramientas, había conseguido abrir la cabeza del capitán. Tenía curiosidad por saber como sería la interior de la cabeza de un capitán, y respeto al mismo tiempo. Ahora mismo, sujetaba una porción del cráneo contra la cabeza, cerrando el agujero que había formado. Pero tenía que hacerlo... Apartó el pedazo dejando el cerebro al aire y...

...

...

La explosión de reiatsu fue brutal, Y allí dentro no había cerebro que valiese, solo un hueco donde algún descerebrado había concentrado su propio reiatsu, listo para esto, y para hundir a algún shinigami no cualificado, o insuficientemente poderoso. Durante los segundos de explosión, a Chido se le alborotó el pelo, pero pudo guardar una gran parte del reiatsu en varios botes. De todos modos, el reiatsu permanecería en el cuarto algún tiempo. Era ese reiatsu tan desagradable, tan incómodo, y que ahora, sintiéndolo más en profundidad, conllevaba una gran curiosidad, y un punto macabro no visto en la sociedad de almas. Se hablaba de una espada, que participó en la guerra, que, por lo que se cuenta, tendría que ser al estilo de esto que sentía Chido en su piel.

El reiatsu dejó de emanar, dejando, como ya había comprobado el forense, un hueco en su cráneo limpísimo, libre de cerebro, de sangre y de nada de lo que se pudiese esperar. Llegados a este punto, solo faltaba un cartel que pusiese "Feliz día de los inocentes"... Aunque, había algo más interesante. Un pedazo de máscara partido. Eso era un hollow... O al menos lo había sido... Y lo que acababa de pasar, una broma del mal gusto.

- Ahora habrá que dar explicaciones. - Y, aun trastornado por los hechos, se sentó en un taburete, cogió un folio en blanco, y apoyándose en una mesa, tras apartar varios utensilios, comenzó a redactar el informe que tendría que rular por la sociedad de almas, hasta los más altos cargos... empezando por el décimo tercer escuadrón, que es donde ahora parece que está la "reunión" de capitanes...

[OFF: Pues eso, descubramos el pastel... Si hay algún problema, MP, pero esto ya está hablado con los admins, y con el correspondiente arrancar que hará la escabechina.]