Neg.v2. Sala 1 - Inuzuki Rem

En mitad del pasillo este, hay una gran puerta caoba, Al abrirla, se ve un estrecho pasillo con dos puertas a cada lado del mismo tono, esta vez más pequeñas. Eran pequeños quirófanos habilitados tras la guerra por falta de espacio. Ahora, se han vaciado y solo hay una mesa austera y tres sillas, los cuatro metalicos. El cuarto está bien ilúminado, como todos en esa especie de hospital y sobre la puerta, una pequeña cámara de video vigilancia, controlada en todo momento por el responsable que no perderá ni un detalle de lo que pase en esos cuatro cuartuchos. A los individuos a interrogar se les ha requisado las Zampakutous.


SALA 1 - Inuzuki Rem
https://2img.net/r/ihimizer/img835/933/kira316.jpg (Izquierda)


El flexo estaba apagado sobre la mesa, envuelto en la claridad del habitáculo. Se notaba, quizás por primera vez en lo que iba de día, que el cuarto escuadrón se estaba tomando el asunto MUY en serio y parecía un poco más organizado, que falta le hacía.

El peli-verde aún estaba cansado de su larga mañana de entrenamiento. Se había quitado su pañuelo del pelo y se limpiaba el sudor de la frente con la manga del keikogi. Suspiraba continuamente. La postura no era la más… correcta, sino que estaba como tirado en la silla. Lo poco de nerviosismo que se notaba en Inuzuki, era que no paraba de acariciar su cicatriz del cuello. Se recolocó en su asiento cuando empezó a oír pasos más allá de la puerta. También había algunas voces, pero no reconocía ninguna… Quizá estuviera Sharessu, pero esperaba que le tocase cualquier otra persona. La idea de ser interrogado por Sharessu puso la mayoría de sus músculos en tensión…

Mantenía los ojos bien abiertos, atenta a cualquier sospechoso que estuviera rondando por la zona. Caminando en silencio junto a su Teniente, que tal vez compartía la misma tensión que ella, se dirigía hacia las salas habilitadas para interrogar a los testigos. Les había sido asignado Inuzuki Rem, miembro de ese mismo Escuadrón, que había realizado la guardia nocturna acompañado por Suzuhara Miki.
Junto al hermano de Sakurai, Rem había sorprendido al asesino en su intento de escapar por la salida de emergencia del departamento forense, obligándole a huír entonces por la habitación cientoquince. Esa venía a ser la reconstrucción de los hechos, al menos por los datos que habían ido obteniendo a lo largo de la mañana.

Allí, en la División de curas, fluctuaban diferentes rostros y reiatsus, la mayoría desconocidos. Si hubiesen tenido en su poder el mismo aparato que le habían entregado a Isono, tal vez podrían despejar las dudas de que el asesino andase cerca. El aviso que la pelirroja había enviado a su Capitán mediante la jigokucho había provocado que Hotaru se pusiera todavía más inquieta. ¿El sospechoso tendría intención de atacar al shinigami Inuzuki? No lo sabía, pero tenía claro que el único motivo para silenciar a alguien, era que obtenía información valiosa.

Haciendo uso de unas maneras menos impertinentes, consiguió que un miembro del Cuarto Escuadrón le proporcionara una jarra con agua fría y un vaso de cristal, que llevó consigo hasta la sala número uno. Le pidió a Lyra entrar primero y así lo hizo.
Cuando la puerta chirrió, proyectando la luz del pasillo al interior de la estancia, pudo verse que una mujer de cabellos blancos y alborotados entró con ambas manos ocupadas, cerrando a espaldas suyas con un toque de talón. Anduvo con cuidado para no derramar el líquido del recipiente, e hizo como que no había reparado en la presencia de Rem, o que al menos, no lo consideraba muy importante.

En silencio colocó ambos objetos sobre la mesa, se descolgó la odachi de la espalda y la dejó inclinada contra el mueble. Con un gran suspiro se dejó caer sobre la silla, que era como una recompensa tras haberse pasado el día de pie y andando de un lado para otro.
Entonces dirigió sus ojos verdes hacia el shinigami, observándole con curiosidad.

-Un día duro, ¿eh?

Tenía una pierna flexionada sobre el asiento, y había apoyado el codo sobre la rodilla, adoptando una postura del todo informal. No quería asustar al testigo como había hecho al principio del día con el criajo de pelo rosa, de ahí que hubiera optado por hacer gala de un comportamiento más amistoso.

-Soy Kawasumi Hotaru, del Tercero. Me han pedido que venga a hablar contigo sobre lo que viste anoche- se presentó. Señaló seguidamente la jarra de agua, que había traído expresamente para ofrecérsela a él- Es lo único que he podido encontrar, pero imagino que tampoco estás para hacerle ascos a nada. Bebe, si quieres; hoy hace un sol del carajo.

Quizás le hubiera gustado tener más tiempo para informarse mejor de los datos que habían ido recolectando los otros en vez de ponerse a interrogar a alguien, pero conociendo lo que ya conocía, al menos se sentía lo suficientemente segura como para llevar el asunto de un modo menos agresivo.

-Seguro que ya estarás un poco harto de repetirlo, pero voy a tener que pedirte que me cuentes todo lo que ocurrió anoche. Tómate tu tiempo, y recuerda que cualquier detalle puede ser importante, aunque no te lo parezca.

___
Off: He decidido entrar sola primero por si Lyra tarda un poquillo en aparecer.

[[OFF: Me parece perfecto. Si lyra aparece, que entre.]]

Rem miró atentamente cada movimiento de aquella chica, y cómo le ignoró desde que entró allí. La inquietaba que fuera tan... pasota... Finalmente se puso tan cómoda como supo en la silla y comenzó con sus preguntas. Inuzuki comenzó a relajarse al oír su voz, calmada y sin ningún atisbo de violencia. Ni siquiera parecía sospechar de él.

Se sirvió un vaso de agua y dió un par de tragos. - Gracias - dijo esbozando una sonrisa.

- Anoche... estábamos Miki y yo de guardia. Ya habíamos recorrido el ala este y cuando íbamos por la parte del deparatamento forense, entramos a comprobar que todo estuviese en orden... Debemos entrar en todos los cuartos, y apuntar si hay algúna anomalía. La libreta está en blanco. Generalmente no hay nada raro... - su calma le permitió divagar un poco y contar como funcionan las guardias. Prosiguió. - Pues eso, estándo en el departamento forense, alguien fue por el pasillo. Su paso era lento y se convirtió en carrera cuando Miki y yo nos dimos cuenta de su presencia. Le seguimos, sin llegar a verle en la oscuridad del escuadrón, ya que por las noches, las luces del pasillo se apagan, y solo contamos un una pequeña lumbre. Le seguimos hasta la habitación 115, así que allí debe quedar algo de él y cuando llegamos, ya no estaba... - y cuando terminó, tomó aire, dió otro par de tragos y miró a un lado. Se sentía profundamente culpable de que se le hubiese escapado, y el ambiente daba pie a no tener que ocultarlo. - Al poco llegó Hiro, diciendo que le habíamos despertado. Su cuarto es el de delante del departamento, así que es normal... -

Luego le devolvió la mirada a Hotaru... - ¿Algo que te llame la atención, o en lo que tenga que profundizar? - preguntó. Se tomó incluso la libertad de tutearla.

[[OFF: Mapa del escuadrón: Imagina un cuadrado, cuatro pasillos. Se entra por abajo, a la derecha está la 115, a la izquierda estaba el cuerpo de Katsu y justo arriba el departamento forense ^^]]

Creía haber hecho una buena elección al tratar de forma más bien cordial al interrogado, y de momento parecía no haberse equivocado en ello. Rem habló con bastante calma, sin atropellarse, e incluso era bastante detallado en su narración.
Escuchó atentamente sin interrumpirle, respetando las pausas que hacía para beber agua. El chico no le daba la impresión de ser el sospechoso que estaban buscando, pero había algo que no terminaba de cuadrarle.

-Entonces... ¿no se os ocurrió mirar en la habitación del Teniente después de que el intruso se esfumara?- preguntó, no con tono acusador, sino más bien perplejo- Creo haber entendido que empezásteis a revisar esa sección por el departamento forense, así que de todas maneras tendríais que haberle echado un vistazo a Ryuga-fukutaicho, ¿no? ¿No encontrásteis nada raro? ¿Alguno de vosotros reportó el incidente?

Al salir por la puerta Lyra se cubrió la boca mientras lanzaba un bostezo que nisiquiera se molestó en tratar de reprimir. No quería mostrar el cansancio que sentía en aquel momento mientras estaba rodeado de rasos de otros escuadrones e incluso tres capitanes, Hotaru... bueno, cualquier persona del tercer escuadrón sabría que Lyra no era persona si no dormía al menos doce horas al día.

"Mas vale que terminemos para la hora de la siesta..." Pensó el teniente mientras masajeaba su hombro derecho con su mano izquierda para aliviar un poco la tensión.

Lyra entró en el antiguo quirófano delante de Hotaru y se dirigió a una de las sillas metálicas, apartándola un poco de la mesa antes de acomodarse en ella. Después, el rubio se sentó y clavó los codos en la mesa, entrelazando los dedos de cada mano y apoyando su cabeza contra los puños, limitándose a clavar la mirada en el shinigami del cuarto escuadrón. Por lo que Lyra sabía, incluso Inuzuki podría ser quien asesinó a Kato... no podían dejarse engañar. Segundos mas tardes Hotaru colocó el agua que había pedido a otro raso del cuarto escuadrón sobre la mesa y se sentó también. El teniente del tercer escuadrón la dejó empezar, esperando que el comportamiento agresivo de la shinigami de cabello blanco asustara a Inuzuki.

-Un día duro, ¿eh? Saludó Hotaru, sin mas.
"No me digas que ahora vas de poli bueno..." Pensó Lyra entre sorprendido y fastidiado. El teniente se revolvió incómodo en la silla y se cruzó de brazos. Tras escuchar el relato del shinigami interrogado se paró a pensar un segundo. Desapareció derrepente... y después del mensaje de Isono sobre el rastro de reiatsu que aparecía y desaparecía como si nada... cada vez parecía mas probable que el asesino fuera capaz de desafiar las leyes del espacio de alguna forma. -¿No llegasteis a ver nada de el? ¿Ni siquiera el contorno de su figura? Preguntó Lyra pensativo.

Inuzuki llevó su mano de nuevo al vaso de agua. y terminó lo poco que quedaba. Luego llevó un par de dedos a su yugular, y acarició su cicatriz. Ya había dado su versión, ahora vendría la lluvia de preguntas inquisidoras. No pudo evitar ponerse un poco más nervioso.

Primero respondió la pregunta de Hotaru. - Después de eso retomamos la guardia para ver si había pasado algo, a partir de la habitación 115. Recuerdo que tanto la 114 como la 116 también estaban vacías. Continuamos el recorrido, volvimos a mirar el departamento forense y el otro ala de la división. Y todo estaba en orden. Incluso el cuarto de Ryuuga-fukutaichô. Sus constantes vitales estaban bien, y dormía plácidamente. En vista de lo cual, pensamos que simplemente sería un ladronzuelo y reportaríamos la intrusión hoy por la mañana. Como tengo entendido que ha hecho Miki, aunque no ha salido del todo bien parado... - debió la mirada al hablar de su compañero herido y desaparecido... Tras unos pocos segundos, miró al hombre rubio para descubrir que, para su propia sorpresa, se encontraba en presencia de un teniente. Abrió bien los ojos y se tensó un poco más.

- Te-teniente, no me había percatado de su rango, perdone que no me haya presentado como es debido. - y acto seguido hizo una profunda reverencia, acercando su cara a la superficie de la mesa. - Siento decir que no llegamos a ver nada de él, justo cuando girábamos una esquina, el giraba otra. Poco más que un pie, pero reconocer a un shinigami, a oscuras, por un pié sería literalmente imposible. Lo que si que debía ser una persona ligera, ya que sus pisadas eran bastante suaves. Fuimos nosotros dos los que más jaleo armamos... - y se rascó tras la cabeza, haciendo ver que se encontraba ligeramente avergonzado...

De momento, la versión de Inuzuki iba encajando con los datos recogidos. El asesino, tras administrarle una dosis letal a Katsu de cierto medicamento, pretendía escapar por la salida de emergencia, pero entonces los dos shinigamis de guardia lo sorprendieron y se vio forzado a huir por una habitación vacía... ¿Y cómo sabía que estaba vacía? Por fuerza debía ser alguien que conociera bien lo que se cocía dentro del Cuarto Escuadrón.

"También coincide el detalle de que debía ser alguien de constitución normal. Supongo que con los músculos que abundan por esta División, es algo que nos ayudará a descartar sospechosos."

Hotaru suspiró. Una de sus manos retorcía pensativamente los blancos rizos de su cabellera, mientras la otra daba pequeños tirones al bajo de la pernera derecha de su hakama.
Desvió un momento la mirada hacia Lyra para luego volver a posarla sobre Rem. ¿Por qué no ser francos con él? Seguro que si sospechaba que el asesino podía tener intenciones de silenciarle, colaboraría con muchísimo más entusiasmo.

-Chaval...- sin mucha prisa bajó la pierna del asiento y acercó la silla aún más a la mesa, inclinándose sobre esta para apoyar los codos.- No sé si te lo han contado, pero la hipótesis más sólida es que la muerte del Teniente fue un asesinato, obrado además por alguien de tu Escuadrón. Ponte a pensar en algo... ¿cómo sabía que la salida de urgencias estaba en el Departamento Forense? ¿Por qué cuando lo sorprendísteis fue precisamente hasta la habitación cientoquince? Porque el tío sabía bien las que estaban libres y las que no.

Alzó ambas cejas y dio lugar a una pequeña pausa, para que se hiciera a la idea de lo que le acababa de decir.

-Alguien que se tomó tantas molestias y tenía el plan tan bien estudiado debía saber que tú y el hermano de Sakurai érais los encargados de la guardia nocturna...-Compuso una expresión seria, que en raras ocasiones dejaba ver a alguien. -No te cuento todo esto porque quiera acojonarte; quiero que seas consciente de que no se trata de un suceso desagradable sin más. Es algo personal, Inuzuki. Un compañero os hizo una putada muy gorda resolviendo aquí las rencillas personales que tuviera con el Teniente Ryuga, si es que las tenía, y no me extrañaría que te hubiese echado el ojo por haber visto lo que no debías. Probablemente, si no hubiera sido por vosotros, se habría chapado el caso como una negligencia médica.

Si todo era tal y como ella suponía, aunque Rem no pudiera proporcionarles más información, el asesino acabaría presentándose ante él para sacarlo de en medio... y ahí estarían ellos para evitarlo y echarle el guante a ese cabronazo.

-Cuéntame un poco cómo van las cosas por aquí desde la Gran Batalla. ¿Encuentras alguna actitud sospechosa entre tus compañeros?

"Como están las cosas yo mismo habría matado a Katsu" Reflexionó Lyra molesto. Llevaban todo el día investigando y no habían sacado nada en claro y, aunque el teniente muerto no tuviera la culpa, el responsable del tercer escuadrón ya estaba un poco cansado de no obtener nada. Nadie había visto la figura del supuesto asesino. Por lo que sabían podía ser un shinigami, un habitante normal de la Sociedad de Almas, un arrancar, una zampakutoh o un hombre lobo (quien sabe, en casos como estos siempre había alguna sorpresa).

El teniente miró con desaprobación a Hotaru cuando esta le confesó las hipotesis que habían formado. Quizás quisiera asustarlo de modo que este "se viera obligado a recordar" cualquier detalle que se le pudiera haber pasado en una de sus narraciones anteriores. De todas maneras, por lo que sabían, el propio Inuzuki podría ser el asesino. Es más... seguro que todo era una gran conspiración del cuarto escuadrón para privar a Lyra de su hora de comer y su hora de la siesta.

Por lo pronto su versión cuadraba con todos los datos obtenidos... probablemente del interrogatorio no sacarían nada mas que una gran pila de nada o de cosas que ya sabían. De forma un poco hosca y sin pedir permiso el teniente agarró el vaso de cristal y lo colmó de agua. Despues, derramando un cuarto del contenido del recipiente mientras se lo llevaba hasta su boca, apuró hasta la última gota del cristalino líquido para luego colocar el vaso, esta vez de forma mas gentil, de nuevo en la mesa. "Tranquilizate..."

-Además, ¿alguno de tus compañeros ha tenido alguna disputa o enfrentamiento con el difunto teniente? Da igual que no haya sido de forma reciente. Preguntó Lyra con una expresión de profunda seriedad en su rostro.

La primera arremetida de la peli-blanca le dió que pensar... Si que debería ser alguien del cuarto, tal y como pintaba las cosas, pero ¿porqué entró en la 115 si la anterior también estaba vacía? Se lo planteó y buscaría un hueco para plantearlo a su interrogadora.

Un escalofrío le recorrió la espalda tras la segunda arremetida. ¿Podría estar bajo el punto de mira del "asesino" - por raro que le sonase- de Katsu? Se había metido donde no debía, y se le iba todo de las manos. En cuanto tuviese ocasión, Inuzuki pediría proteccion, seguramente al capitán del tirón.

El teniente por su parte parecía molesto, no sabía Inuzuki muy bien su por culpa suya, o culpa de su subordinada, pero cada fibra de su cuerpo se iba tensando por momentos... trató de contestar

- Desde la gran batalla... Ha habido más movimiento, gente que ha entrado a formar parte del escuadrón desde todos los demás, empezando por Aoki que viene de la segunda... y nos hemos visto saturados en numerosas ocasiones, perdiendo un poco el control de quien entraba y quien salía, pero es imposible detener a pedirle el nombre a un shinigami que llega malherido, o a las familias nobles de algunos de lo guerreros que participaron en la guerra. Hay momentos de trasiego extremo, que es difícil intervenir. Últimamente se está tranquilizando la cosa y desde que vino Aoki, aunque trabajamos más, la cosa estaba más controlada... o eso parecía... - y Rem apartó la mirada un momento...

- Y respecto a las rencillas... - volvió la vista al frente, esta vez posándola en el teniente. - Respecto a posibles rencillas... En el cuarto no nos permitimos relacionarnos con pacientes más que en lo profesional, para evitar favoritismos. Ahora, ¿si personalmente se que Katsu ha tenido algún problema? La verdad, no lo se, pero no con los que yo conozco del cuarto... Quizá fuese simplemente por eliminar un "alto" cargo... - Las últimas palabras las dijo seguro de si mismo, y en gran parte defendiendo la eficacia de su escuadrón. Finalmente redirigió la mirada a Hotaru, que a pesar de estar por debajo de Lyra, parecía llevar la voz cantante...

- Habéis pensado... Si este tipo sabía tanto del cuarto escuadrón, y quienes estábamos de guardia, y qué habitaciones estaban vacías... porqué no entró en el primer cuarto vacío, que desde luego no era el 115. Entre el departamento forense y la habitación 115 había 3 cuartos libres. la 116, la 121 y la 124. El departameto forense está entre la 127 y la 128... -

La observación de Rem le dio que pensar a la mujer. Habían habido muchos traslados después de que perdieran a los Capitanes en la última guerra. Incluso, y para sorpresa de muchos, miembros del Onceavo Escuadrón habían decidido volverse sanadores. "Algo muy curioso... siempre han tenido fama de no ser nada buenos con el kido."

-Oye, Lyra- dijo, volviendo el rostro hacia este, con los brazos todavía apoyados sobre la mesa.- El detalle de la habitación cientoquince... ¿No comentó Sharessu antes que el último ocupante había sido un raso del Undécimo? Estoy pensando que tal vez debería hablar alguien con él, aunque quizá sea todo cuestión de mera casualidad...

Volvió a su mente el dato de que el asesino debía contar con una constitución normal, quizá incluso delgada, por la agilidad que había demostrado tener.
Cruzó las piernas a la altura de los tobillos por debajo de la mesa, observando al joven de la cicatriz.

-¿Sabías algo de él? El nombre, su apariencia, si recibía visitas, si dio problemas a tus compañeros...- lo único que podían hacer era ir descartando sospechosos, y cualquiera que hubiese estado cerca de Katsu los días de su internamiento, podría aportarles, quizás, alguna pista que seguir.

"115... qué poco me está gustando ese número."
Según las averiguaciones, en aquella habitación habían encontrado el reiatsu de Miki, Rem, el shinigami del undécimo y un cuarto desconocido, que debía pertenecer al que mató al Teniente.
La chica se removió en el sitio, pensativa.

-¿A dónde da la habitación por la que escapó el sospechoso? No se me ocurrió apartar a Sha para mirar... Y otra cosa, ¿qué había tanto debajo como arriba de ella? Me refiero al tipo de estancia...

Lo preguntaba porque, tal vez, el usuario de la zanpakutou se encontraba en la sala inferior o superior de la que había sido escenario del crimen, de ahí que para escapar hubiese optado por esa sala cuando no pudo irse por la salida de emergencia. De caber esa posibilidad, no estaría mal rastrear los reiatsus residuales que hubiesen quedado en esos cuartos.

La mujer planteó una pregunta al teniente, y luego, preguntó a Inuzuki por el shinigami que había estado antes allí.

Meditó un momento antes de hablar. - Hmm... Si, creo recordarle, uno del undécimo escuadrón, como tantos que pasan por este escuadrón. Un tal... ¿Umajiro? ¿Umabyaku? No recuerdo el nombre, lo siento, solo recuerdo que tenía el kanji de caballo y de blanco... pero debe estar en los registros. Bastaría con preguntar en el mostrador de la entrada. - Luego la chica se quedó pensativa... analizando qué se les escapaba...

- ¿Arriba y abajo? pues... Abajo no hay nada. El cuarto escuadrón no tiene sótano y la habitación 115 es de la primera planta... Arriba... La 215... Si, hay un shinigami que no ha despertado desde la guerra... No sabemos si sobrevivirá... Lo que si que como ya os dije, se supone que las dos de los laterales estaban vacías, y parece extraño que fuese precisamente a esa, la 115, pudiendo meterse en la justamente anterior... No creo que se arriesgase a ir un cuarto más allá por nada... -

El shinigami ya se encontraba totalmente relajado manteniendo conversación con sendos shinigamis del tercer escuadrón, e intentaba ayudar tanto como le era posible dando sus ideas.

[Saltadme el turno otra vez, postearé a la siguiente. Perdón por las molestias]

A la pobre distancia en la que permanecían sobre las sillas, Hotaru podía percibir la disconformidad de su Teniente, casi palpable. Reconocía la ya familiar expresión de descontento que le hacía fruncir el ceño y removerse incómodo en el sitio. Al fin y al cabo, no le era desconocida. No pocas veces, sobretodo tras el inesperado ascenso, había sido testigo de cómo la rutina relajada que solía llevar el rubio había tenido que dejar paso a otros compromisos que no podía eludir. Se trataba de un cambio bastante drástico, y posiblemente a Lyra no le hubiera dado tiempo todavía de hacerse a la idea de todas las obligaciones que conllevaba el cargo.
Se frotó el cuello y lo miró de soslayo, replanteándose si hacía bien en dirigir el interrogatorio a su antojo sin haberlo consultado previamente.

Ambos estaban cansados de aquel caso enrevesado, y aunque Lyra no estaba siendo especialmente participativo con las preguntas, con su mera presencia y la insignia de la caléndula a la vista ya ayudaba a que se les tuviera en consideración.
"Lo iré haciendo a mi manera... ya cuando le oiga gruñir como un perro rabioso sabré que es mejor cerrar la boca."

-Está bien, Inuzuki; me encargaré personalmente de echarles un vistazo a esas habitaciones y descubrir si la elección del intruso fue obra de los nervios y la casualidad o si acaso tenía sus motivos para escapar por ahí- le aseguró, tomándose en serio la observación del shinigami. Tal y como estaban las cosas, cualquier opción que les saliese al camino debía ser considerada.- En cuanto a ti, estoy convencida de que Wonderwall-fukutaicho opina que es más seguro que permanezcas bajo su custodia hasta que tu Capitán encuentre a alguien que pueda encargarse de tu seguridad...

Volvió el rostro, preparada para la mirada llena de enfado y de reproches que posiblemente hubiera causado su afirmación. Esperaba que Lyra entendiera que no lo hacía por cargarle el muerto -bueno, quizá un poco sí-, sino porque el testigo estaría más seguro con un Teniente que con un raso.
Carraspeó y se centró en Rem una vez más.

-Quizá esta pregunta te suene un poco rara, pero no te la haría si no tuviera motivos. ¿Conoces a algún compañero cuya zanpakutou tenga la habilidad de tomar... un aspecto humanoide?

No creía que hubieran muchas posibilidades de qué él justamente pudiera ayudarles en ese aspecto pero, por preguntar, nada se perdía.

Los ojos del shinigami brillaron al oir la palabra "custodia". Ciertamente sentía una fuerte inseguridad de atravesar la puerta que salía de los interrogatorios, sabía al menos que estando con los dos del tercero estaba más o menos seguro, pero en cuanto terminasen, ¿qué haría él? Asunto solucionado.

La pregunta siguiente le dejó unos instantes pensativo... ¿Algún shinigami con una zampakutou con forma humanoide? No recordaba algo así, y conforme repasaba las zapakutous conocidas mentalmente, iba negando con la cabeza, una y otra vez... hasta que finalmente, dejó la cabeza quieta, miró a hotaru y soltó un simple - No -