Entrenamiento de ... ¿Anatomia?

Allí estaba, temprano como siempre, siempre puntual, siempre intentando tocar la perfección.

Estaba en las arenas de entrenamiento, como lo prometió con Aoki. En teoría aquello iba ha hacerle mejorar en cuanto a los puntos débiles de los enemigos. No sabía muy bien cómo… ¿Estudiarían anatomía?

Por si acaso se preparaba para lo peor, no sabía tampoco como serían sus entrenamientos, pero tampoco serían como los que ya había sufrido hasta entonces. Seguramente seria un entrenamiento especial e inusual.

No sabía tampoco que necesitaba, lo único que llevaba era su Zampakutoh, como siempre en su Obi firmemente agarrada. Paseaba de un lugar a otro, algo impaciente, aun no era la hora indicada, pero ella aparecía antes para no hacer esperar. Estaba en la entrada, miraba de vez en cuando hacia dentro, aun no había nadie, quizás era una extraña casualidad que nadie entrenase cuando iba ha hacerlo ella, o quizás los shinigamis eran demasiado vagos como para acercarse a mantenerse en forma.

Quizás también más de uno retrocedía al ver a Noriko en la entrada, desde luego las veces que había asistido a las zonas de entrenamiento había casi arrasado con todo, a solo una semana de empezar a asistir hirió a un compañero de gravedad y a otro lo incendió en un accidente con su Zampakutoh.

Cada vez más nerviosa recordando aquellos acontecimientos, pero sin mostrarlo a la vista, de brazos cruzados mirando de nuevo hacia dentro.

Escucho unos pasos tras de ella, se giro y allí estaba, su nuevo maestro.

Con el puño sobre su pecho hizo una reverencia inclinando su cuerpo.

- Noriko Amako presente señor – se volvió a incorporar sin quitarse el puño de su pecho – Dígame por donde desea empezar. Soportaré cualquier entrenamiento por duro que sea Aoki-sama

Aoki casi vagaba por las salas de entrenamiento. Se las conocía casi de memoria, pues muchas veces los shinigamis del cuarto escuadrón eran asignados a ese lugar para atender posibles lesiones durante entrenamientos. Se rascaba la cabeza con una mano, con la mirada distraída de una puerta a otra, mientras que la otra la enfundaba en su bolsillo ancho del pantalón. Oteando cuarto por cuarto, al mirar al frente vio la robusta espalda de la shinigami a la que se había ofrecido a entrenar... Y de paso, dar un repaso a su hakuda, que empezaba a oxidarse. En el camino, divagó varias veces sobre el hecho de quedar a solas con una shinigami, pero esta vez, tendría que apartar esa sarta de pensamientos impuros, y hacer lo mejor para la shinigami. Aunque ganas no le faltaban de seguir son su humor verde casi negro.

Se acercó a la shinigami, y colocó su gran mano sobre la cabeza inclinada de la chica, revolviendo algunos de sus cabellos. Tenia el pelo suave, en comparación con lo ruda que podía parecer la paladina. Parecía nerviosa, y hacía bien, pues Aoki no le había explicado en que consistía el entrenamiento y la incertidumbre, quiera que no, hace mella en la moral.

- Je, no es necesarios que mantengas formalidades conmigo... - le dejó caer al tiempo que pasaba junto a ella rumbo al interior del habitáculo, no sin antes detenerse, y mirarla de reojo para añadir - Y... que sea la última vez que te distraes... y me permites el contacto sin presentar defensa... -

El cuarto que Aoki atravesó sin titubear era una sala circular, de techo muy alto y una considerable amplitud. Espacio suficiente para mantener un combate digno, como debía de ser. En el centro de la sala, Aoki se giró para mirar de frente a Noriko, extendiendo los brazos a ambos lados de su imponente cuerpo, haciendo un gesto como quien dice "Bienvenida"... Y tras unos segundos, volvió a acercarse, la rodeó por la espalda y cerró la puerta.

- Bueno... imaginemos un combate normal... con sus hollows normales, sus shinigamis normales, sus pluses huyendo con normalidad y esas cosas de los campos de batalla. - y guardó silencio para que imaginase la escena, el suficiente para que se viese inmersa en ella, que se imaginase en ella, que imaginase que las aburridas paredes violáceas del recinto eran casas medio derruidas, el limpísimo suelo de tatami fuese tierra suelta, y el techo alto un cielo nublado que oscurece el campo de batalla. Para cuando Noriko hubiese dibujado la escena en su mente, Aoki pateó su zampakutou desde el extremo de la vaina, para sacarla del oubi y lanzarla por los aires al tiempo que le seguía narrando la escena...

- Y en pleno combate, tu arma sale revoleada por los aires, dejándote a solas con un imponente Hollow de aproximadamente dos metros de altura y espesor considerable. - Y de un solo shumpo, atrapó la katana antes de que alcanzase a rozar siquiera el suelo. La desenvainó y la clavó en la pared a sus espaldas, dejando su cuerpo entre Noriko y su pequeño tesorito.

- Hakuda... "Una cadena es tan fuerte como el más débil de sus eslabones"... Espero que entiendas eso... Tendrás que reforzar tus eslabones más débiles, y se cuales son, pero ¿lo sabrás tu? - Hizo una pausa y la miró tratando de averiguar que decía su mirada, o si se atrevía a contestar, que dirían sus labios. Después, soltó aire a modo de risa y enarcó una ceja para relajar el ambiente, y retomó su usual sentido del humor, confianza y cercanía. - así si te desarman, quizá puedas hacer algo y no vengas directamente al cuarto escuadrón a darme trabajo a mi y mi equipo. Y ya de paso, canalizas ese montón de fuerza que llevas en el cuerpo. - Después de todo, ese humor era una parte demasiado grande de sí mismo, y no podía esconderla con facilidad, y mucho menos cuando realmente se estaba divirtiendo. Extendió sus brazos estirándolos, haciendo crujir algunos huesos de su espalda y en un movimiento rápido y preciso los colocó ambos a la altura del torso, cubriéndolo. Cambió su tono a confiado...

- Ahora, ven a recoger tus pertenencias, aunque te aseguro que no te lo pienso poner fácil. -

Aoki acarició la cabeza de Noriko, sintió algo de nostalgia, aunque le desagradaba que mantuviesen contacto físico con ella, y más con alguien con quien apenas tenía confianza.

- Je, no es necesarios que mantengas formalidades conmigo... - le dejó caer al tiempo que pasaba junto a ella rumbo al interior del habitáculo, no sin antes detenerse, y mirarla de reojo para añadir - Y... que sea la última vez que te distraes... y me permites el contacto sin presentar defensa...

- No presento defensa por que en teoría no vienes a atacarme, no por ello tengo la guardia baja – murmuró cuando pasaba frente a ella

Noriko le seguía por toda la instalación, hasta llegar a una sala circular, con las paredes en un color violeta, prestó atención al más mínimo detalle: las dimensiones, la altura…

Miro a Aoki, con sus brazos extendidos, como si aquel lugar fuese su territorio. Empezó a describirle el lugar de batalla, aquello le estaba inspirando a Noriko, pero jamás la pondría en situación hasta que no viera al enemigo delante de ella.

Desenvainó su espada del Obi, y de un shumpo la atrapó, ¿Qué estaba haciendo? La única razón por la cual Noriko no opuso resistencia fue porque esperaba que todo aquello fuese parte de su entrenamiento.

- Por tu culpa luego recibiré un castigo severo, has pateado a mi Zampakutoh y yo te he dejado, no debes tratarla así si no quieres recibir luego las represarias.

Miro su Zampakutoh clavada en la pared

- ¿Piensas de verdad que por quitarme mi arma estaré desarmada? Ni por asomo pienses que me pueden herir por no llevarla.

Noriko hizo un juego de pies, se dio la vuelta aprovechando el giro para obtener impulso. Con la palma abierta y desnuda concentró reiatsu para golpear a Aoki, si esquivaba el golpe quizás le afectaría el reiatsu y si se movía demasiado podría coger su arma.

- En el momento en que coja mi Zampakutoh has perdido el combate, no podrás volver a cogerla.

Esperaba no reducir aquello a escombros, no estaba segura si debía liberar toda su fuerza bruta o simplemente contenerla.

Noriko parecía segura de sus aptitudes en combate cuerpo a cuerpo, pero seguramente la confianza no fuese suficiente para hacerle frente a un antiguo shinigami del segundo escuadrón con semejante masa de carne por cuerpo. Aunque eso ya era un paso. La shinigami lanzó un golpe con la palma de la mano al centro del pecho de Aoki, esperando quizá que este la esquivase. Nada más alejado de la verdad. Aoki respondió de forma similar, cargando reiatsu en la palma de su mano y haciéndola chocar de frente con la de Noriko para desviarla hacia la izquierda y desestabilizarla. Su ataque fue a todas luces ofensivo al cien por cien, quedando desprotegida tras la defensa del corpulento shinigami.

- Como si te fuese a dejar cogerla... - le susurró entre dientes en el momento de la colisión de ambas manos. Acto seguido, lanzó un puñetazo a la boca del estómago de Noriko, mas exactamente al plexo solar, dónde un buen golpe te dejaba sin respiracion durante unos segundos. Y el golpe de Aoki la lanzó unos metros hacia atrás, así que se puede considerar un buen golpe.

- No vas a salir de aquí hasta que aprendas que lo importante no es la fuerza, sino dónde la aplicas... Si ves que estoy cubierto, no lanzes tu ataque a mi defensa, si ves que tengo las articulaciones flexionadas, olvidalas. Por el contrario, centra tu ataque en un punto en el que no creas que vaya a defenderme, o lanza antes un falso ataque para que tu rival se cubra de un lado cuando ataques al contrario. si ves que mis piernas se mantienen rectas, trata de golpear la rodilla para torcerla hacia atrás... Antes de atacar, piensa donde puede haber una apertura... Los puntos débiles del cuerpo de nivel medio son: Las articulaciones, las manos, los hombros y un poco más, la clavícula... -

Sus palabras podría parecer las de un profesor de algún arte marcial. Le explicaba fallos cometidos, fallos por cometer, posibles tácticas y los lugares idóneos para dar un golpe dañino. La haría ver que con la mitad de fuerza de la que aplicaba en sus golpes se puede hacer muchísimo más daño, y cuando aprendiera eso, sumado a su fuerza brutal, podría dar golpes que tumbasen a tenientes, incluso algún capitán...

Giró su cara para mirar a la zampakutou de Noriko clavada en la pared. - Perdóname, pero tengo que hacer que no dependa solo de ti... -

Colocando los brazos de manera que cubrieran su cara, dejando a la vista solo sus ojos que miraban a Noriko intensamente y provocándola, le incitó de nuevo...

- Vuelve a intentarlo... -

El golpe que había recibido Aoki pareció no afectarle. No calculo que su masa corporal afectaría en ello, tenía una constitución bastante grande asique Noriko debía ponerse seria. Aoki había respondido con un golpe equivalente esquivando el de ella. Había sido precipitado haber juzgado al enemigo premeditadamente.

- Como si te fuese a dejar cogerla… - susurró entre dientes

Le golpeó en la boca del estomago la empuejó hacia atrás, dejándola por unos segundos luchando por respirar contrayendo sus pupilas.

- No vas a salir de aquí hasta que aprendas que lo importante no es la fuerza, sino dónde la aplicas... Si ves que estoy cubierto, no lanzes tu ataque a mi defensa, si ves que tengo las articulaciones flexionadas, olvidalas. Por el contrario, centra tu ataque en un punto en el que no creas que vaya a defenderme, o lanza antes un falso ataque para que tu rival se cubra de un lado cuando ataques al contrario. si ves que mis piernas se mantienen rectas, trata de golpear la rodilla para torcerla hacia atrás... Antes de atacar, piensa donde puede haber una apertura... Los puntos débiles del cuerpo de nivel medio son: Las articulaciones, las manos, los hombros y un poco más, la clavícula...

- Es ironico que digas donde afecta más, sabes que si uno de mis golpes te da en uno de esos lugares lo pasaras bastante mal. Tan solo tengo que romper esa defensa tuya – dijo recobrando la compostura.

- Vuelve a intentarlo…

- Si lo que deseas es un combate sin mi Zampakutoh solo tendrías que habérmelo dicho, no tenías por que haber montado ese numerito para quedar bien.

Hizo un shumpo apareciendo al lado de Aoki para pegarle una patada primero al costado y después a las rodillas para que las flexionara. Se desestabilizó ahora estaba a la altura perfecta para Noriko, juntó sus codos y le golpeó en la nuca.

- No parare ni cogeré mi Zampa hasta que no vea cómo eres incapaz de levantarte del suelo

Aoki supo encajar la primera patada que Noriko lanzó a su costado previo shumpo. No le cogió del todo desapercibido, pero con el shumpo nunca acabó de manejarse, y mucho menos, saber dónde iría a parar un shinigami que usara uno de esos, así que no pudo cubrirse de ninguno de sus dos lados. El empeine de la shinigami golpeó con la ya característica fuerza bruta de la shinigami en pleno costillar. Un poco más abajo, en las flotantes habría causado mayor efecto. Aoki retorció su cuerpo ligeramente para amortiguar el golpe.

Inmediatamente después y sin darle tiempo a recolocarse y volver a defenderse, una segunda patada golpeó su rodilla, que por pura fuerza la llevó hasta el suelo, dejándolo arrodillado de una sola pierna. Para sostenerse, una sola mano, su izquierda, se plantó en el suelo como una columna que sostiene un templo, mientras comenzaba a preparar su ataque con la diestra.

El tercer golpe de la shinigami si que no lo esperaba el curandero, que fue directo a su nuca, aturdiéndole y, de no ser por la postura que ella misma le había impuesto, se hubiese tambaleado esa enorme cantidad de músculos. Ahí se presentó clara como el agua la apertura perfecta para Aoki, que golpeó directamente y con fuerza moderada la clavícula izquierda de la que por hoy sería su aprendiz. solo utilizó uno de sus nudillos, el de su dedo índice, para enfocar el impacto en el punto exacto donde quiso... Notó hundirse la clavícula bajo su dedo, fraccionándola hacia dentro, cosa que seguro provocaría un dolor intenso en la shinigami.

Pero no contento con eso, la distancia a la que se había posicionado la shinigami era demasiado cercana. Aoki tenía un cuerpo de tamaño considerable, y necesitaba un combate con una distancia media, a la que sus largos brazos no le entorpeciesen. Sabido esto, se incorporó al tiempo que golpeaba con la palma de la mano el mentón de la shinigami aun dolorida lanzándola unos metros hacia atrás...

- Recuerda que soy médico, si necesitas parar solo avísame... - le comentaba mientras adoptaba su siguiente postura, algo más ofensiva, con los puños cargados a ambos lados de su cuerpo, preparado para lanzarlos en cuanto estuviese a la distancia suficiente. Crujió varias veces su cuello reponiéndose del golpe en la nuca.

Cuando quieras... y recuerda pensar algo antes de lanzarte hacia mi... "Norikito" - la incitó una vez más, recordando el mote con el que la había bautizado el extravagante teniente de la décimo segunda división...

[OFF: En cuanto estés a un metro de mi, Aoki te lanza un puñetazo, si lo defiendes te lanzará el otro para volver a alejarte, seguramente al estómago, si lo esquivas, te lanzará el otro directamente a la cara... Tu eliges que vas a hacer, y tomate la libertad de narrarlo ^^]

Aquel golpe en la clavícula la había descolocado, no solo de su posición sino también de sus pensamientos. El sonido de aquel hueso fraccionándose. Debía acabar el combate pronto o a este paso tendría que cogerse un día de descanso sin entrenar.

- ¿Cómo es posible… que un médico…un Shinigami del cuarto escuadrón tenga esta fuerza? – murmuró en voz baja para sí misma.

Aoki se alejó a la Shinigami varios metros golpeándola en la mandíbula de nuevo. Desde luego no le iba a dar el placer de escucharla gritar por sus golpes. Para ella no solo era un entrenamiento de fuerza y de anatomía.

- Recuerda que soy médico, si necesitas parar solo avísame... - le comentaba mientras adoptaba su siguiente postura, algo más ofensiva, con los puños cargados a ambos lados de su cuerpo, preparado para lanzarlos en cuanto estuviese a la distancia suficiente. Crujió varias veces su cuello reponiéndose del golpe en la nuca.

- Tan solo pararé cuando estés tirado en el suelo incapaz de levantarte – dijo en una posición que adoptó para atacarle.

- Cuando quieras... y recuerda pensar algo antes de lanzarte hacia mi... "Norikito" - la incitó una vez más, recordando el mote con el que la había bautizado el extravagante teniente del décimo segunda división...

- Estoy conteniéndome para no destrozar este lugar… Koki – dijo recordando ella también el mote que le puso Akira.

Noriko respiró profundamente, cerró los ojos para mantenerse en calma, se veía algo impotente sin poder llegar a tocar al rival.

¿Qué debía hacer ahora? ¿Shumpo? No, eso ya lo había utilizado. Si usaba reiatsu él de nuevo podría esquivarlo. Lo único que podría utilizar era su destreza y su fuerza.

Noriko se alejó sin darle la espalda a su enemigo, hasta el fondo de la sala. Se detuvo allí y comenzó a correr en modo zigzag hasta Aoki alternando shumpo para que le costara verle. Cuando estuvo lo suficiente cerca de él copió su ataque, le golpeó la mandíbula sin tener el mismo resultado, seguramente le habría dolido, pero ni siquiera retrocedió. En su lugar contraatacó con otro puñetazo, Noriko lo esquivó retrocediendo unos pasos con bastante rapidez.

Con el otro puño golpeó el estómago de Noriko, el cual no le había dado tiempo a proteger. Noriko sostuvo la mano de Aoki y rápidamente se giró dejando el brazo de Aoki sobre su hombro para luego lanzarlo por encima de ella.

Se colocó encima de Aoki haciendo fuerza, aprisionando sus brazos con sus rodillas, clavándoselas lo más que pudo.

- No ataco a hombres indefensos en el suelo. Me levantaré y seguiremos con el combate. Pero quiero que sepas, que si hubiese querido, hubiese hecho ya un shumpo por detrás de ti a atacarte. Da gracias a que no juego sucio golpeando por la espalda.

Y con otro shumpo se movió hasta el centro de la sala aquella, a una distancia bastante alejada de Aoki.

- Déjame e ver como penetras mi defensa ahora.

{{OFF ROL: Si decides atacar tan solo se defenderá, primero esquivándolo y después con los brazos.}}

Aoki surcó literalmente el aire en el habitáculo. Como ya había comprobado la fuerza de la shinigami, para no ser siquiera tercera oficial, era descomunal. Cayó de espaldas al suelo y en un instante, la shinigami aprisionaba ambos brazos. Con sobreesfuerzo podría haberla apartado de encima suya, pero no merecía la pena... por más que se lo decía, la shinigami seguía con buenos modos... por un momento hasta pareció que no se lo tomara en serio...

Esperó a que la shinigami se apartase de encima suya, para, sin darle más importancia decirle - Tómatelo en serio... -. Si quería aprender, tenía que estar más al límite, enfrentarse a un enemigo de verdad, y que dejase de ver eso como un enfrentamiento... si de verdad no iba a parar hasta que Aoki no se tuviese en pie, tendría que dar mucho más... pero mucho...

Ella se colocó en guardia, y Aoki contuvo su cuerpo recto por un momento, escudriñando su cuerpo y sus puntos débiles. - Sería más fácil si no tuviese toda esa holgada ropa... De buena gana se la quitaba con los di...¡Aoki! ¡Centrate! - Pensaba para sí mismo.

En un momento dado se lanzó a la carrera contra la shinigami, directo como un ariete directo a romper su defensa. Lanzó un puñetazo sin más fuerza que la tomada en la carrera, a sabiendas de que lo esquivaría. Y efectivamente lo esquivó quedando a la derecha de Aoki, y justo en esa misma posición, y con su brazo extendido, hizo un barrido del que tuvo que defenderse. Con el brazo en contacto con los dos de la shinigami, abrió la mano tanto como pudo y sostuvo sus brazos con sus largos dedos para levantarla del suelo completamente indefensa... Y una vez más el objetivo de su ataque fue el plexo solar, un punto justo por debajo del torso, que te deja sin respiración... Clavó la punta de los dedos de la mano libre, soltándola para dejarla volar por los aires.

Caería cerca de su zampakutou, pero confiaba en que no la cogiese... Si de veras se lo estaba tomando en serio, ahora quedaría claro...

- Si me lo tomase en serio podría destruir esta sala, pero si es lo que quieres intentaré contenerme lo menos que pueda – dijo respirando profundamente.

Aoki se abalanzó a por ella tras un intento inútil en golpearla el segundo golpe darle. La levantó y le golpeó de nuevo el plexo solar lanzándola varios metros hacia atrás.
De nuevo luchó para poder respirar mientras un ataque de tos le conseguía abrir los pulmones. De verdad se iba a tener que poner seria si quería verle tirado en el suelo.

Noriko se incorporó del suelo, quedándose arrodillada, con las manos colgando y su cabeza mirando al suelo mientras un hilo de saliva caía al suelo. Le costaba tragar, su boca le sabía a ácido, y su lengua apenas le respondía. Respiró calmada un par de veces más, se limpió la saliva que le colgaba y se levantó mirando fijamente a la cara a Aoki.

- De verdad me voy a tener que poner seria – sonrió

Miró tras ella, allí estaba su Zampakutoh, sin duda le había dado un voto de confianza a Noriko. Cogió su katana, la sacó de la pared y la envainó dejándola apoyada en la pared. Se volvió hacia Aoki avanzó unos pasos y dijo colocando la mano como si estuviese pidiendo un favor

- Me duele verla en la pared, al menos déjame que la coloque así

Como estaba a una gran distancia, le dio la espalda, corrió hasta la pared que tenía frente a ella para impulsarse y hacerle una carga a Aoki con sus manos en defensa colocadas en modo “X”.

Se defendió como ella esperaba que hiciese, sin embargo estaba más atenta a sus brazos que a su parte inferior del torso, momento que aprovechó Aoki para golpearle con un rodillazo. El golpe tumbó a Noriko, ahora tirada en el suelo, Aoki no se podría esperar su ataque, pensaría que estaba indefensa. Levantó su pierna, totalmente estirada, para golpear la mandíbula de su enemigo y hacer que retrocediera. Con la pierna aun estirada a la altura del tobillo dibujo una circunferencia a su alrededor para hacer un barrido que lo tiró al suelo de nuevo, esta vez bocabajo.

Se volvió a colocar sobre él para cogerle su brazo derecho, en comparación con Noriko podría ser el doble e incluso casi el triple que el de ella. Lo dobló y lo comenzó a estirar de tal forma que forzara su hombro, y no paró hasta escuchar un crujido, señal de la rotura que acababa de producir.

- Espero que haya otro médico lo bastante bueno en tu escuadrón para que te cure esto. ¿Dijiste que me pusiese seria no? Espero que no te resulte violento estar en esta postura.

Noriko se dispuso a coger el otro brazo para hacer el mismo movimiento. Lo cogió y lo comenzó a doblar incapacitando el actuar con éste

[[OFF ROL: Si no haces algo te lo romperá también y después pasará a tus piernas. Recuerda que te doblen un brazo duele.]]

Escapó un rugido entre sus dientes al oir (y sentir) su hombro partido. Desde luego, para su pequeño cuerpo, la fuerza era admirable, y equivalente a la de Aoki. Golpeó el suelo con la frente para aplacar la sensación de dolor. Giró su cabeza para mirarla entre los cabellos que caían por delante de su cara.

- Cualquier postura está bien si me la impones tu. - le soltó en tono a todas luces bromista. Trató de atacarla con su ahora único brazo útil, golpe que interceptó para repetir la maniobra. Atado de brazos, a Aoki solo le quedaban las piernas para actuar. Usando la frente como apoyo, hizo tanta fuerza como pudo con sus abdominales hasta que sus rodillas formaron dos nuevos puntos de apoyo. Arrodillado, y con la shinigami aún en su espalda, suponiendo un peso casi insignificante para el mastodóntico shinigami, cuando consiguió poner la planta de su pie en el suelo, saltó en el aire hacia atrás y tras unos momentos en el aire, cayó con todo su peso sobre la shinigami, que ahora estaba aplastada por el peso de Aoki... No descartaba haberle roto algún otro hueso, cuando se levantasen, se verían los resultados...

Se incorporó despacio y se alejó de un shumpo, recolocando su hueso con otro crujido y otro rugido del shinigami... Ahora habría que ver los efectos causados a la paladina y protectora de la justicia del sexto escuadrón...

Noriko de nuevo se incorporo, su mano derecha sostenía su abdomen, la izquierda apoyada en el suelo. Se puso de rodillas para llevarse una mano hasta su boca, se toco los labios, estaban calientes y algo acuoso, no era saliva. Se miro su mano…sangre, quizás se había mordido, seguro que no era nada importante.

- Pesas demasiado, deberías hacer régimen – dijo como si le costase hablar – Crees que con solo recolocarte el brazo bastara… pero sabes tan bien como yo que no será igual de útil que antes.

Se levanto con algo de esfuerzo, crujiéndose la espalda. Esta vez le costaría encajar otro golpe de Aoki, al menos esta vez intentaría no dejarse dar para que le bajara la defensa. De un Shumpo se acerco a el por varios flancos, intentaba moverse rápido para que no supiera donde iba a atacar. Después de todo recordó que dijo que el Shumpo no lo dominaba del todo bien, aprovecharía aquello para abrir una brecha en el combate.

Se movía aleatoriamente, sin repetir el mismo sentido, para ponerse atrás, adelante, y a ambos lados del shinigami del cuarto escuadrón. Rápidamente cuando creía que andaba algo mas despistado le golpeo en la mandíbula desde el lado derecho, y de nuevo comenzó a moverse con Shumpo. Se coloco de nuevo bajo el cuerpo de Aoki para estirar la pierna y golpearle la mandíbula inferior de una patada.

- Todavía no he acabado

Siguió con su Shumpo para saltar sobre Aoki y golpearle con el codo en la parte más cercana a la nuca.

La shinigami se movía rápida, no dejaba a Aoki a establecer una buena defensa por todos lados, así que simplemente se mantuvo inmóvil tratando de reaccionar tras recibir el primer golpe... éste le vino totalmente desprevenido golpeándole la mandíbula por su lado derecho. Su cuello giró y su gesto se tornó dolorido y sin mirar, lanzó un puñetazo en la dirección del golpe... Aplastó con brutalidad el aire, pero ni rastro de la shinigami, que ahora estaba justo debajo suya para dar un golpe más en su mandíbula. Tras el primer golpe la había cerrado completamente, para no recibir más daño del justo y necesario, y al mismo tiempo no morderse la lengua, así que más o menos contuvo el golpe, aunque le dejase ligeramente tambaleante...

Un tercer golpe le vino desde atrás, cerca de la nuca, que hizo a Aoki lanzar un nuevo puñetazo a su espalda, girando completamente su cuerpo. La shinigami estaba en el aire, así que le fue imposible esquivar el golpe, que la envió unos metros atrás... no aguantaría mucho...

- He de reconocer que tu velocidad es admirable, casi tanto como tu fuerza... - Le alababa ahora arrodillado en el suelo recobrando el sentido de la orientación. - Pero permíteme decirte que debes enfocar más aún tus golpes. Espero que entrenes duramente todo lo que aprendas hoy... Los puntos a atacar son las articulaciones, como bien sabes hacer, y principalmente, del torso hacia arriba empezando por el plexo solar, que corta la respiración... La clavícula es un hueso frágil, que se parte con relativa facilidad, y ya has comprobado lo que duele. En un combate real, deberías tratar de golpear la tráquea, que un buen golpe puede llegar a acabar con la vida de tu contrincante, - le decía Aoki como un profesor, pasando por alto el detalle de que estaba arrodillado en el suelo, jadeando, y con varios hilos de sangre recorriendo su piel y su cara... continuó con su lección - La sien y solo un poco por encima de donde me has golpeado la mandíbula, son puntos muy frágiles, pues uno aturde y el otro duele a rabiar... el entrecejo también causa mareos, y la nuca puede llegar a hacer que tu rival se desmaye... ¡Ah! Y acostúmbrate, si vas a dar un golpe a una zona en concreto, no hacerlo con el puño cerrado, sino con la punta de los dedos, o los nudillos... -. La shinigami ya no resistiría mucho más... de seguro el último golpe la habría aturdido hasta la vista, y el dolor de la clavícula ya debía hacer mecha en su aguante...

- ¿Podemos dar por zanjada la lección? - dijo mientras se incorporaba, sujetando su hombro dolorido con su mano, comenzando a aplicar los primeros auxilios...

Noriko había recibido el impacto de lleno. No le dio tiempo a defenderse, quizás eso era otro campo que debía entrenar, su fuerza era lo que mas destacaba, siguiéndole la agilidad. Pero sin duda toda aquella fuerza hasta ahora de poco le había servido, ahora al fin sabia donde golpear, quizás en un futuro encuentre a alguien que le enseñe a crear una defensa mas amplia de la que poseía.

Estaba tirada, el golpe la había dejado sentada, tras escuchar toda la explicación comprendió que aquel entrenamiento se había quedado zanjado, se tiro al suelo respirando profundamente, consciente de todo a su alrededor, pero bastante dolorida, sentía un dolor en el estomago y mas fuerte aun en la clavícula. Le hubiese gustado seguir con la lección, pero ambos habrían acabado bastante mal.

- Ne, Aoki-san, ¿es esta la ultima lección? ¿o aun me queda mucho por aprender? – hizo una pausa – Siento que vas a tener que curarme al menos el hueso que me has roto – dijo frotándose la clavícula.

Miro de reojo a Aoki, estaba arrodillado en el suelo, también se veía algo exhausto, jadeando casi.

- Siento que me falta el aliento, déjame descansar cinco minutos y creo que podré moverme sin llegar a ahogarme. ¿Tenias pensado desde el principio dar el entrenamiento sin Zampakutoh o es que le temías a Kosen*

(*Kosen es el nombre de su Zampakutoh)

La shinigami descansaba ya tumbada en el suelo, jadeando, cogiendo aire como buenamente podía. Parecía que podría aplicar lo aprendido, y debía saber cuanto dolían esos golpes...

- Noriko-chan... - Se detuvo un instante pensativo... - ¿Puedo llamarte "-chan"? - Soltó de un solo golpe de aire. Era mejor que el Norikito de Akira, pero quizá tampoco le gustase. - Como sea, que espero que esto no halla sido solo una ristra de golpes, y que sepas aplicarlo en combate más adelante.

Luego se incorporó y se dirigió a la shinigami caída a paso lento, con las manos en alto, haciéndola saber que no le haría nada malo. Parece que necesitaba una tregua. - Permíteme... - Y se arrodilló a su lado. Colocó una mano sobre la frente de la paladina, y otra sobre la clavícula rota, cerró sus ojos, y dejó que su reiatsu fluyese por donde quisiera... Los puntos en contacto con su piel de seguro fueron aliviados, y el área que rodeaba al gran shinigami se sentía cómoda, refrescante y relajante.

Cuando debía estar suficientemente recuperada, incluso para levantarse con ciertas dificultades, reemprendió de nuevo su perorata... - Bueeeeno, y ¿qué tal tu escuadrón? He oído que habéis tenido algunos problemilla con viejos miembros, ¿nó? - Y ese último "¿No?" fue engullido por el sonido del hueso fracturado recolocándose en su sitio y posteriormente con algún que otro grito de la shinigami. Tenía que entretenerla, y si no te lo esperas, no se, como que duele menos, ¿no? A Aoki al menos le pasaba eso.

Después se levantó, recogió la zampakutou de su aprendiz, de donde ella misma la había dejado con delicadeza y la soltó a su lado, en el suelo, con la misma delicadeza o más.

Luego se acercó a la puerta, sacando medio cuerpo del cuartucho, y al volver, traía consigo una muleta. Supuse que no usarías tu zampakutou para apoyarte, así que te traigo un regalito... - y le tendió la muleta...

Aoki estaría preparado para un segundo asalto, pero quizá su pequeña aprendiz no. Si ella quería continuar, sería solo decisión suya, es más, ni tan siquiera se lo propuso. Aoki posó su mano con suavidad en la empuñadura de su propia Katana. - Momo-chan... Tenemos un pequeño entrenamiento pendiente, ¿no te parece? Empiezo a cansarme de mis puños, necesitamos encontrar la forma de sacarte el máximo potencial... - - Lo se... Cuando quieras... La voz de Momoku sonaba como una brisa en la mente de Aoki, un suspiro, un susurro... No era usual que hablasen entre ellos, y su zampakutou, además de ciega, era poco habladora.

Aoki soltó un suspiro complacido - Y recuerda: "Una cadena es tan fuerte como el más débil de sus eslabones". Cuando estés lista para el segundo asalto, pásate por el cuarto escuadrón, quizá aun tenga algo que enseñarte... o puedo ayudarte a controlar mejor esto... ¡No todos aquí aguantarán tus golpes! - a lo que simplemente añadió una sonora carcajada.

- Noriko-chan... - Se detuvo un instante pensativo... - ¿Puedo llamarte "-chan"? Como sea, que espero que esto no halla sido solo una ristra de golpes, y que sepas aplicarlo en combate más adelante.

Noriko estaba tirada en el suelo, guardando silencio, sin responder a la pregunta. Estaba calmada, simplemente dejo que Aoki curase sus heridas.

Él se incorporó a paso lento, tampoco le dio tan fuerte no debería estar herido. Puso sus manos en alto.

-Permíteme
-Tsk…ni que esto hubiese sido una guerra.

Sus manos se apoyaron a la altura de la clavícula y notó como sus fuerzas iban recuperándose, más bien sentía como si el hueso estuviese sanando y poco a poco se iba encontrando mejor. No solo le estaba sanando la clavícula, si no también otros puntos en los que Aoki le había golpeado.

- Bueeeeno, y ¿qué tal tu escuadrón? He oído que habéis tenido algunos problemilla con viejos miembros, ¿no?
- Siempre hay problemas, nunca se puede estar de brazos cruzados ¿no es así? Supongo que en tu escuadrón también suele haber jaleos como en todos. Siempre hay que estar de un lado para otro.

Aoki cogio la zampa de Noriko y la dejo suavemente en el suelo, con la misma delicadeza que quizás ella la hubiese dejado. Parecía que empezaba a comprender como “manejarla”.

Se acercó a la puerta sacando una muleta, Noriko fijo aún más la mirada en Aoki, levantándose al principio con algo de dificultades, aunque ya estaba acostumbrada a acabar en ese estado.

- Supuse que no usarías tu zampakutou para apoyarte, así que te traigo un regalito... - y le tendió la muleta...

Noriko se acercó a Aoki y sin tocar la muleta le pegó un puñetazo en el estómago, un punto clave que hace poco había aprendido, aunque se contuvo la fuerza para no hacerle más daño.

- ¿Crees que soy una inválida? Guarda la muleta para cuando este agonizando. – Paso de largo de Aoki para dirigirse a la puerta de salida – Eso también te pasa por llamarme Noriko-chan

Cogio su Zampakutoh que estaba a mitad de camino, la desenfundó y volvió a mirar a Aoki.

- Si estabas preparado para un segundo asalto podrías haberte guardado esa estúpida muleta – A Noriko le había resultado ultrajante el que la hubiese visto tan débil como para caminar con una muleta, ella no era un cristal frágil que hubiera que tratar con cuidado. – Siempre estoy lista para un asalto, si prefieres descansar podemos posponerlo para cuando nos recuperemos totalmente de nuestras heridas – dijo señalándole con su Zampakutoh.

En un momento, Noriko desapareció de donde estaba, frente a la muleta tendida, para encajar un golpe en la musculada parte superior del abdomen, buscando el plexo solar seguramente. Los músculos de Aoki se tensaron a tiempo, protegiendo dicho punto débil. Luego pasó de largo y se dirigió a la puerta. El golpe solo consiguió que se combara ligeramente la espalda para amortiguarlo. Ella dijo unas palabras poderosas y robustas, cargadas de orgullo y con tintes de enfado.

Aoki giró sobre sus talones, la encaró y despegó ambos brazos de su torso, en un claro gesto de "¿Qué se le va a hacer?". Se congeló la escena solo durante un momento. Aoki muleta en mano, vacía la diestra. El filo de Noriko miraba amenazante a su entrenador, y sus ojos desafiantes. El ambiente era pesado y empezaba a cargarse de un olor denso y viciado. La luz era tenue y artificial. Desagradable. Y la decoración nula, hacían de ése un páramo inhabitable del que se desearía salir.

- Terca y dura como una pared... - Dijo en voz inaudible, poco más que articular las palabras con sus labios.

En un instante, la muleta cruzó el cuarto directo hacia la cara de su compañera. Las habilidades en el uso de la espada en Aoki no eran las mejores, aunque se defendía, por lo que jugaba con las posibilidades del terreno para sorprender a su victima. En un combate real, él sería más digno rival, pero Noriko no parecía realmente curtida en batallas, y la palabra Hollow indica un vacío, en el que entre otras cosas, faltaba honor. No siempre puedes esperar que tu rival sea lo digno que tu esperas.

Tras lanzar su muleta sujetó a Momo con fuerza con la diestra, clavó una rodilla en el suelo, y echó su cuerpo hacia delante tanto como su equilibrio le permitió. En un solo instante desplegó su pierna, lanzando su cuerpo a toda velocidad hacia el flanco derecho de la chica, y justo a su lado, hizo un desenvaine potente oblicuo dirigido al centro de su espalda. Seguramente ambos sería golpes fáciles de esquivar, pero era un simple método de arrancar el "Round 2".

A pesar del golpe que había recibido Aoki, éste aun seguía en pie. No quiso darle demasiado fuerte, aunque era uno de los puntos críticos que anteriormente habían estado estudiando. Tan solo logró que él se llegara a inclinar.

El ambiente estaba cargado, Noriko notaba las gotas de sudor como le recorrían la frente y un fuerte calor en algunas partes del cuerpo donde había recibido los golpes. Se mantenía en pie, firmemente aunque ello le costase un poco. Sentía sus manos hinchadas de la presión que estaba recibiendo, de la fuerza que estaba empleando, aunque ella sabía que podía usar aún más fuerza bruta. Pero ya había aprendido que si no apunta a las zonas donde podían perder la inestabilidad no serviría de mucho.

En un instante Aoki lanzó la muleta hasta la posición de Noriko, que fácilmente la esquivó moviéndose unos centímetros de su posición. Aunque hubiese bajado la guardia aquellas cosas las podía seguir esquivando, y ahora estaba alerta ya que el factor sorpresa había fallado.

- He de pensar que ha comenzado la siguiente ronda – dijo desenfundando a kōsen

La agarró fuertemente con las manos, Aoki poseía una musculatura muy por encima de ella, si empleaba toda su fuerza podría desestabilizarla o desarmarla. Un desarme no estaba dentro de sus posibilidades, para ella perder su arma era como perder su dignidad, era perder algo muy importante. Dentro de un combate la vida dependía de las habilidades y del manejo de la Zampakutoh, al menos para Noriko el Kidoh no existía.

Aoki hizo una carga con su Zampa desenvainada, esta vez iba más en serio, al menos ahora no solo iban a romperse huesos. Noriko puso su espada verticalmente con el canto parando el golpe de Aoki. Sosteniéndola con la mano derecha, y con la izquierda puesta en el canto de la espada para servir como apoyo, para que la espada de su compañero ni se desviase ni le cortara ninguna parte de su cuerpo.

Con un simple movimiento de su Zampa desvió el ataque de Aoki. Un Shumpo la colocó detrás de él para pegarle justo en la nuca. Las rodillas estaban flexionadas, un golpe en ellas sería en vano. De nuevo otro Shumpo la colocó fuera del alcance con espadas y cuerpo a cuerpo.

- Te dije que en el momento en que recuperara a kōsen el combate había acabado

Aquello le iba a suponer luego algunos problemas, pero quería acabar con el combate rápido, no estaban los dos en muy buena forma física ahora, al menos Noriko no se sentía recuperada del todo.

- Ruge kōsen

Había liberado el Shikai, movía su espada con movimientos cortos y fluidos, para emitir pequeños rayos. Quizás con suerte alguna le daría, dadas las distancias.

[[Aviso, si pretendes atacarme activo el escudo esférico]]

Aoki encajó con soltura el golpe en la nuca, y en cuestión de segundos, se reestabilizó su cabeza tambaleante. Sostenía a momo con una sola mano, que ocupaba más de la mitad de la empuñadura, y se mantenía aún de espaldas a su contrincante.

Era un buen momento para hacer un pequeño alarde de uso de Kidoh, del que Noriko parecía no tener mucha idea…

- Raimei no basha... - Susurro inaudible... Aumentó la presión que sus dedos ejercían sobre la empuñadura…

- Itoguruma no kangeki - Suspiró. Se incorporó, se puso en pié y puso atención en su contrincante. No realizaba movimiento alguno a su espalda..

- Hikari mote kore wo… - Una gota de sudor recorrió su frente. Se tensó al pensar que ya casi estaba… Se giró para encararla.

- Pártelo en seis… - es todo lo que alcanzó a escuchar, y para cuando cayese en la cuenta de que era parte de un Bakudou, sería demasiado tarde…

- Bakudô no rokujuu ichi: Rikujôkôrô - e inmediatamente se formaron seis barras de luz planas alrededor del abdomen de Noriko. Ya era tarde para evitar el ataque. Las barras se empotraron en su cuerpo traspasando la delgada cintura de la shinigami, y dos de ellas unieron los brazos al cuerpo dejándola incapacitada…

- Pensé que sería más difícil cogerte… Como pensé tus habilidades respecto al reiatsu y al kidou son… escasas, ¿cierto? - Se dirigió hacia ella a paso lento. - Tampoco hay que ser un experto en la materia para saber lo que es… esto… - y apuntó a su cara a escasos tres metros con la mano abierta y la palma hacia el frente. Un destelló rojo manó de la punta de sus dedos… [color]- Hadou no sanjuu ichi! SHAKKAHOU! -[/color] Algo tendría que hacer para evitar un hadou treinta y uno…

[[OFF: Bakudou #61: Raimei no basha, itoguruma no kangeki, hikari mote kore o mutsu ni wakatsu!]]

Noriko no se vio venir el Kidoh que Aoki le había lanzado. Ella no era una experta, ni experta ni principiante si quiera. Sabía pocos kidoh y los lanzaba creando un caos. Aprobó el examen casi con ayuda se podría decir, era un desastre en ese campo.

Seis enormes punzadas atravesaron el cuerpo de Noriko, le había cogido por sorpresa, creía que podía estar liberando el shikai, no se esperaba que jugara también con Bakudoh. Tomo aire para lanzar un grito ahogado.

Intentó mover sus brazos, pero estaba incapacitada, únicamente podía mover de cintura para arriba y la cabeza.

- Pensé que sería más difícil cogerte… Como pensé tus habilidades respecto al reiatsu y al kidou son… escasas, ¿cierto?

- Pensé que no jugarías en un campo que no sé manejar. Esto es lo que les haces a las chicas para… ¿ligar con ellas? - Hizo una pausa ya que no sabía si la frase “obligarlas a acostarse contigo” estaría bien dicha en este ámbito, supuso que la entonación de ironía de aquella frase le diría todo.

Se dirigía a paso lento hacia Noriko

- Tampoco hay que ser un experto en la materia para saber lo que es… esto… - y apuntó a su cara a escasos tres metros con la mano abierta y la palma hacia el frente. Un destelló rojo manó de la punta de sus dedos… - Hadou no sanjuu ichi! SHAKKAHOU!

La shinigami hizo una carga contra Aoki y a menos de un metro de distancia se deslizó para golpear de nuevo a las rodillas intentando que al menos si no conseguía tumbarse al menos conseguir desestabilizarlo un poco.
Con su cuerpo inmóvil se incorporo pegada al cuerpo de Aoki para estar cara a cara con él. Cogió impulso con su cabeza y golpeó la de su compañero, quedándose pegada a éste hasta que noto un pequeño hilillo de sangre como iba recorriendo la frente de ambos hasta que la primera gota cayó manchando el cuerpo inmóvil de Noriko.

No sabia si la sangre era del teniente del cuarto escuadrón, o de ella misma, quizás hasta era la sangre de ambos.

Hábilmente y con sus brazos inmovilizados, superó con presteza el dolor punzante del bakudô, y esquivó la bola de fuego espiritual que se dirigía a su cara. Quizá Aoki debió apuntar a su pecho, y sería más difícil de esquivar, pero daría más miedo vértelo venir directamente a los ojos. Solo tuvo que agacharse, y se lanzó contra Aoki, y de un solo golpe, en el empeine, hizo que su pierna reculase hasta caer arrodillado junto a ella. Noriko se incorporó de golpe, lanzando un fuerte cabezazo a la frente del arrodillado Aoki.

La escena se detuvo en ese instante, tensa. Ella, con los ojos inyectados en sangre, con la respiración acelerada, el pelo aun bailando en el aire por los veloces movimientos y el gesto claramente de enfado, apretando sus dientes en una mezcla de rabia y dolor. Él, con su sonrisa típica, sus diminutas gafas torcidas, y mostrando en su espejo del alma cierta satisfacción por la reacción de su -solo por hoy- aprendiz. Entonces, una gota de sangre recorrió ambas frentes, y en el caso de Aoki, se dividió en dos cauces al llegar al tabique nasal, uno que se detuvo cerca del lagrimal, y otro que alcanzó la comisura de sus labios. Relamió la gota y en un segundo, comentó simplemente: - Mía -.

Los ojos enormes de Noriko continuaban a escasos tres centímetros cargados de rabia. - Norikito… - suspiró acentuando aún más su socarrona sonrisa y tomándola del keikogi con una sola mano, extendió el brazo, tomó aire, y la miró casi con superioridad, sin borrar el gesto, y desde casi un metro, lanzó un cabezazo con todas sus fuerza en el mismo lugar…

Era cierto que la fuerza de Noriko era loable, pero no tenía la resistencia de la que disponía el mastodonte que era Aoki. Y el dolor, en este casó sería infinitamente más sufrido por Noriko que por el curandero. Además, tenía la cabeza durísima.

Esta vez la sangre no sería suya…

Noriko estaba ahora realmente enfadada. Aquella sonrisa, aquella estupida sonrisa de aquel teniente. Estaban en un entrenamiento, como podía estar tan feliz, quizás los golpes que ella le propinaba no eran suficientes. Necesitaría mas fuerza, claro que la musculatura de Aoki y su defensa natural no era la misma que Noriko.

- Mía- dijo Aoki relamiéndose la comisura.

¿Es que acaso había probado la de Noriko? ¿Sabia distinguirlas?
Noriko notaba su gesto tenso, irremediablemente no podía cambiar su modo de mirar a las personas, y mucho menos a las que les sacaban de quicio.
Aoki la tomo del keikogi con una sola mano, si estuviesen en el caso contario Noriko necesitaría no solo las dos manos si no una auxiliar para poder hacerle lo mismo que el intentaba hacer con ella.

Cada vez estaba más convencida que con aquel traje era imposible de pelear, uno con menos vuelo y más ajustado evitaría este tipo de problemas. Por eso siempre llevaba vendas debajo de éste, para poder desprenderse de él en algunos momentos. Claro que quitárselo frente Aoki no atenuaba el peligro, todo lo contrario. Por una parte se le cruzó la idea de deshacerse de él, quedarse solo con sus vendajes y en el caso en que Aoki se los quitara sería un modo de hacer que no se fijase tanto en sus acciones. Aunque jamás lo haría, no era el estilo de Noriko.

El cabezazo que le devolvió Aoki era mucho más potente que el de ella. Un fuerte dolor le recorrió no solo la cabeza, si no el cuerpo entero. Se había mareado y ahora su cabeza estaba sangrando, por la sangre de Aoki y por la suya. Una gota recorrió su frente, su mejilla y finalmente quedarse impregnada en las vendas que habían quedado algo descubiertas tras el keikogi. Otra de las gotas caía poco a poco por su ojo izquierdo, tuvo que cerrarlo para que no entrara en éste. Y finalmente la tercera gota acabó en los labios, la cual también relamió tal y como lo había hecho Aoki.

Los rayos de su shikai seguían saliendo de su zampakutoh, ya no la recordaba, la miro sin bajar la guardia. Cuando la miraba las fuerzas solían aumentarle. Pero esta vez era distinto, aquel mastodonte era duro, no fue en su momento con intenciones de matarle y eso le había perjudicado. Pero si perdía ahora, si se quedaba aquí, si paraba la pelea… jamás podría seguir adelante. No era capaz de derrotar a un teniente, un teniente como Aoki, si algún día le apareciera un enemigo con la misma constitución ¿significaría que no podría vencerle?

Estaba aun sujeta a los brazos de Aoki, si quisiera podría pegarle otro cabezazo, y seguía estando inmóvil de brazos. Iba a utilizar un truco algo sucio para escaparse de allí. Sus pies que aun seguían sueltos se flexionaron un poco, y golpeó fuertemente a Aoki en la entrepierna.

- Siento recurrir a esto, pero no pienso perder, y tu también has jugado con trucos sucios, sabiendo que no se manejar el Kidoh

¡CLON!

Como campanas que resuenan en las paredes de una catedral, los enormes cascabeles del no menos enorme shinigami se tambalearon produciendo un estruendo de dolor punzante en la cabeza de Aoki. Solo un segundo tardó el shinigami en volverse pequeño, encongerse, enconrvar su espalda y volver a la posición fetal de antes de nacer, doscientos años ha.

Aoki cayó a peso plomo junto a Noriko, y las barras de luz que la mantenían presa se disolvieron como el polvo. Con la cara de dolor, y agarrándose la entrepierna con la mano se rotorcía en el suelo frente a la mirada seguramente orgullosa de su inteligente contrincante... A partir de ahora, llevaría siempre una coquina.

- Ba... Basta. Fin del combate... aggg... - Le costaba trabajo hablar, no conseguía articular las palabras con fluidez, y no era realmente consciente de lo que decía, ya que pensaba mucho más en el intenso dolor en sus partes, que comenzaba a alcanzar sus riñones.

No pensaba con claridad, y se mantuvo retorciéndose en el suelo durante un rato largo, hasta que el dolor comenzó a ceder. Se incorporó, quedándose sentado que aún no era capaz de ponerse en pie.

- ¡Jajaja! Buena táctica, aunque no se si será efectiva contra hollows, aunque seguramente sí contra arrancars... - Le dijo entre carcajadas... - Quieres practicar algo más? - y le dejó que ella fuese quien tomáse la decisión...

Pudo verse como el rostro de Aoki cambiaba por momentos, pasando por los estados de sorpresa, dolor e incluso ira e impotencia. Poco a poco fue doblando su enorme cuerpo hasta quedar como un ovillo en el suelo tendido.

Noriko pudo notar como su cuerpo se liberaba de las cadenas que la aprisionaban. Aquellos haces de luces habían desaparecido, dibujo una pequeña sonrisa producto de su satisfacción por haber ganado el combate. En lo que se refiere cuerpo a cuerpo con las manos desnudas si, era muy burra, pero no se le daba tan bien ese campo como un combate con su zampakutoh en sus manos, quizás era simplemente un apoyo moral lo que le ofrecía.

- Ba... Basta. Fin del combate... aggg... - Parecía que le costaba trabajo hablar, como si le faltara el oxigeno.

- Ya te dije que en cuanto me dieras mi zampa, ganaba el combate - el gesto de Noriko se tornó drásticamente, una mirada por encima del hombro, soberbia, cualquiera diría que aquella mirada intentaba fulminar a Aoki.

Se colocó su zampakutoh, que ya había desactivado el shikai, sobre sus hombros, dando pequeños toques en este con el canto de la hoja. Se mantuvo con esta mirada hasta que Aoki pudo levantarse, fue un digno rival, así que le ayudó a levantarse, ante todo era un teniente, un superior y un compañero.

- ¡Jajaja! Buena táctica, aunque no se si será efectiva contra hollows, aunque seguramente sí contra arrancars... - Le dijo entre carcajadas...

- Quizás no sea eficaz contra Hollows, pero ellos no utilizan Kidoh. Si fuese un arrancar habría ido con instintos asesinos desde el principio - y remarco esta ultima parte.

- ¿Quieres practicar algo más? - y le dejó que ella fuese quien tomase la decisión...

- Kidoh… - dijo mirando hacia otro sitio como si no quisiera pedirle ese favor, como si estuviese avergonzada.

La mirada de Noriko se perdió en el suelo mullido del habitáculo, como si escudriñara el tatami en busca de imperfecciones. Aunque el cometido real del desvío fuese otro completamente distinto. Más bien, trataba de que no pareciese su boca la que articulaba, sílaba tras sílaba, la palabra “ki-do-u” cuya alargación de su última vocal se perdió en algún lugar de su garganta.

Una sonrísa, o más bien una mueca similar a la que usó ella antes de superioridad, se pintó exagerada en el rostro de Aoki. Ahora parecía casi suplicante. El grandullón rascó el lóbulo y luego su nuca como meditabundo.

- No sabía cuando exactamente, pero sabía que me lo pedirías… - y lo acompañó con una risita caprichosa.

Se dirigió a paso calmado a una de las paredes de la habitación, y golpeó tres veces con el puño cerrado…

En cuestión de segundos se abría la puerta del improvisado campo de batalla, para aparecer una figura menuda, delgada y con el uniforme reglamentario de shinigami considerablemente holgado. Sus manos estaban enfundadas en un guantelete que dejaba sus dedos libres y portaba su zampakutou con gracia pendiendo de un cordel.

- ¿Si? - Preguntó el chico.

Su voz sonaba débil, y quizá hubiese algún momento en el que se dudase de su género, pues bien podría ser una chica.

- Llevo rato sintiéndote, eres muy escandaloso cuando entrenas. Preséntate anda, ella es Noriko y necesita que le echemos una mano con el kidou… - Le dijo Aoki. Luego se dirigió a su joven aprendiza. - Es un antiguo conocido, no te pases con el chico -

- ¡¡¡¡BAN... KAI!!!! - Y su grito retumbó en las paredes. Era un cuarto pequeño, pero no parcía que fuese a necesitar mucho espacio. No intercambiaba golpes con nadie, más que contra el aire. Pero, una vez más, no pasó nada más allá del destello de su reluciente zampakutou blanca.

Resopló y en el momento en el que su zampakutou iba a hablarle por enésima vez para animarle a que continuase intentándolo, que tarde o temprano lo conseguirían, sonaron tres fuertes golpes en una de sus paredes. Su cara mostró su extrañeza, y sin sellar su espada, tan blanca e impoluta como el shikai era, se puso rumbo a su habitación contigua.

Al llegar abrió sin pensárselo dos veces, y dentro había una chica, desconocida para él, y el enorme shinigami, de lo más grande que se despachaba en el seireitei, y más aún para Amai, Murakami Aoki - sama.

[color]- ¿Sí? -[/color]

Aoki le comentó por encima que aquella chica necesitaba entrenamiento en kidou, y aunque no fuese el más diestro en hadou, si que podía serlo en bakudou, o al menos potencialmente.

Luego el grandullón le comentó a la chica, Noriko, que tuviese cuidado, como si El joven Amai fuese frágil. Que lo era. Pero el tiempo le había enseñado a aprovecharse de su cuerpo pequeño y delgado, y más aún del bakudou.

- ¡Amai Satou desu! ¡Yoroshiku! -. Sonaba entusiasta y animado, y por supuesto muy vivo. A la presentación acompañó, como no, una pronunciada reverencia. Su zampakutou seguía sellada, pero eso la chica no podría saberlo, y lo utilizaría a su favor de serle necesario. Luego, se dirigió a Aoki, y con los puños cerrados y los brazos pegados al cuerpo, le increpó. - Y no soy tan blando, Murakami-sama - y tras sus dos últimas palabras, a Aoki parecieron rechinarle los oídos. Odiaba que lo tratasen por su apellido, y más de una forma tan correcta. Seguramente Amai se había ya ganado un capón - de los de Aoki -, pero sería en otro momento.

- Y, bueno… ¿Cuánto de kidou sabes? ¿Noriko-sama? -