Sombras en el Amanecer (libre)

Rozaba la suave superficie de la muralla interior de las noches. Su resistente estructura era alta, blanquecina y brillante como el sol. Nunca había habido en el Hueco Mundo algo que brillase tanto como el astro rey, y sin embargo, todo el mundo actuaba dentro de esos muros como si fuese algo normal. Aun así, Yoel se sentía incómodo, era como si esas paredes le oprimieran y la intensa luz le quemase. Se sentía débil y echaba de menos la oscuridad, la tenue luz de la luna, las sombras alargadas y difusas, y la arena bajo sus pies. Quería salir fuera y disfrutar, pero tras los últimos acontecimientos en el mundo humano, y la responsabilidad de su cargo, le obligaban a permanecer de vez en cuando dentro de esas murallas.

Unos gruñidos se oyeron tras las puertas, y estás se abrieron, dejando pasar a una criatura enorme, un Hollow, uno grande y de bastante nivel para no ser un Menos. Su cuerpo tenía la forma de una gran tortuga, sus ojos rojos miraban toda la estructura con curiosidad, y su cuerpo de piedra podría partir la espada de un shinigami menor. Sencillamente, era impresionante.

La colosal criatura, había llamado tanto su atención, que no había reparado en su jinete, pero no hizo falta, porque éste se hizo notar. Un fuerte viento se levantó en medio de la plaza principal del Amanecer, el enorme poder que éste llevaba era asombroso, y provenía de una sola criatura: un Vasto Lorde.

Su olor, su fuerza, todo en él le llevaba a la misma conclusión, incluso estando cubierto de una gruesa capa marrón que le cubría por completo dejando entrever sólo sus brillantes ojos. Cuando sus miradas se encontraron, sus ojos de un intenso amarillo le atravesaron. Jamás había tenido aquella sensación, era como si aquel ser se estuviese metiendo en su cerebro y entrase en cada recodo de su negra alma y la juzgara. Yoel era consciente de que era un arrancar poderoso, pero delante de aquella criatura, no estaba seguro de si podría ganar en un combate contra él.

Aquellos instantes se estaban volviendo eternos, y comenzaba a tener ganas de sacar su zampakutou y separar la cabeza de los hombros a aquel Vasto Lorde. Inconscientemente rozó con las yemas de sus dedos su espada, acariciando la empuñadura suevemente. El poderos Hollow rio, parecía que su reacción era justo lo que había deseado y había sido divertido para él provocarle. Yoel estaba indignado, y estuvo a punto de retarle, pero detrás suya, un arrancar del escuadrón de Marcus le cogió el brazo en forma de advertencia, y tan rápidamente como éste apareció, detrás suyo diez arrancars más llegaron hasta allí, dispersándose por la plaza con las katanas preparadas para atacar.

-Que os ha hecho venir hasta aquí, Vasto Lorde ¿Acaso deseáis probar nuestra poderosa piedra y unirte a nosotros?- dijo uno de los arrancars rasos, el que parecía tener más nivel.

-Despreciables arranars, engendros, sombras de los shinigamis…- espetó, escupiendo en el suelo-. Jamás… jamás me uniría a una aberración como vosotros que merecéis la muerte- dijo, mirando con odio a cada uno de los que estaban presentes-. Despreciable escoria del Hueco Mundo, sólo vengo a haceros una advertencia… Nos da igual lo que hagáis en el mundo de los humanos, no nos importa que queráis destruir la Sociedad de almas, pero como sigáis expandiendo más vuestro poder en este lugar, puede que haya más que palabras entre nosotros.

Tras decir todo ese discurso, se giró y cruzó las puertas. Quizá nos volvamos a ver, Sharp, oyó decir dentro de su cabeza mientras aquel Vasto Lord se marchaba.

En cuanto se fue, todos los que allí estaban se marcharon, dejándole allí de pie confuso, y sin saber por qué aquella criatura sabía el nombre que tenía cuando era un Hollow. La amenaza parecía seria, pero aún no se podía saber si aquel peligro era real, o simplemente era un Hollow de gran poder que no toleraba que entrasen en su territorio. De cualquier forma, todo aquello no le incumbía a él, sino a Marcus, así que se quedó allí de pie, mirando fijamente la puerta por donde había marchado el Vasto Lorde.

Nuestro amigo no solía disfrutar de los placeres de más allá de las paredes de la 12º Sección, no porque no le gustase. La verdad es que había cambiado bastante con respecto a cuando estaba vivo, aunque obviamente no recordaba mucho de su vida.

La verdad es que necesitaba desconectar de la rutina de laboratorio, que en ocasiones era del todo tediosa y aburrida; y esta vez no había sido la primera vez que mandaba a alguien a etiquetar tubos de ensayo, ni sería la última por supuesto. La verdad es que no le apetecía para nada completar el registro de los 143 tubos que quedaban por etiquetar; así que ahí andaba, rondando bajo la gran cúpula del amanecer, no sin rumbo por supuesto ya que había detectado un reiatsu bastante interesante, por lo que iría a investigar.

A lo lejos pudo por fin distinguir la figura de un ser montado en un hollow y la de un montón de arrancars enfrente de él, ¿como pudo distinguir las siluetas perfectamente?, mediante unos prismáticos por supuesto.

-Aajaaamm, ajamm, mmmmm, si, ahí está, ese es el del reiatsu "bonito". ¿Se va? ¡Mierda!-Se dirigió ofuscado hacia donde estaban los arrancar pero a pesar de usar varios sonidos no consiguió llegar antes de que se fuese el sujeto y los arrancar. No quedaba nadie exceptuando a una persona; piel mas o menos blanca, pelo blanco, traje blanco,¿Dios?, imposible, por lo que dedujo que era otro arrancar, y parecía no estar muy a gusto con la cálida luz bajo el cielo del Amanecer.Se acercó al arrancar con paso medio y le dirigió la palabra.

-¡Hola! ¿Por casualidad has podido ver con detalle al jinete misterioso?-Paró un momento como pensando en lo que acababa de decir-Perdona, dónde están mis modales...me llamo Aaron Smith, Fracción de la 12º Sección. ¿Y tu eres?-Saludó con un gesto de mano y esperó a la contestación del blanquecino arrancar.

Se había propuesto, como primer objetivo, no defraudar a su amigo y, ahora jefe, Taira. Quería demostrarle que podría estar allí y que sabría amoldarse a la nueva función de aquella pionera Sección. Por ello, cuando en su turno de supervisión de todo aquel monitoreo del Hueco Mundo, no vaciló ni un momento en dirigirse en persona hacia el lugar donde había aparecido la alarma.

Además, no sobraría su presencia allí, precisamente: los niveles de reiatsu de aquellas criaturas no debían ser tomados a la ligera pues, para no tratarse de arrancars, podrían hacer cara a cualquier débil arrancar del Amanecer. Tampoco se preocupaba mucho de su integridad física. Primero porque tenía cierta experiencia en pasar desapercibido y analizar la situación sin peligro, dadas sus cualidades innatas.Y en segundo y último lugar, porque conforme avanzaba, saltando de un edificio a otro con rapidez, había notado la presencia de otros dos fuertes reiatsus, al menos del nivel de una Fracción. Uno de ellos muy próximo al intruso y otro en camino hacia él, algo adelantado a la posición de Karatoraba, aunque ninguno le resultaba familiar.

Justo antes de llegar, aquel intruso se marchaba, y ya era una pequeña mancha blanca en el horizonte cuando Karatoraba pisó el suelo que aquel gigantesco hollow había allanado. No tardó en encontrar aquellos dos poderosos reiatsus, que sin duda le servirían de información, ahora juntos sobre uno de los edificios contiguos a aquella plaza. Había llegado ahí para analizar la situación y alertar, si hiciese falta, para pedir ayuda. Sin embargo, pasado el peligro, si es que alguna vez lo hubo, no estaría de más recabar alguna información, para no volver a su sección con las manos vacías.

Tomó impulso y saltó el edificio con soltura, identificando a uno de los arrancars como Aaron Smith, de la 12ª Sección, para el que ya había prestado sus servicios. Sin embargo no llegó a conocerlo en persona, simplemente a través de un monitor, por lo que su reiatsu no era familiar. Ahora allí, junto a él, pudo "escuchar" como su figura cortaba el viento del Amanecer pudiendo reconocerlo.

— Buenos días, caballeros. — saludó, cordialmente, mientras se acercaba a aquellos arrancars, sacudiéndose el polvo del desierto en sus ropajes y recolocándose el sombrero que le caracterizaba. — Creo que llego algo tarde, pero debo reportar esta alerta en la Novena Sección como es debido: ¿alguno de los dos sabe quién era ese hollow y a qué había venido al Amanecer? — preguntó, claro y directo. 'Y rapidito que tengo prisa.'

No tenía intención de andarse con rodeos. De hecho aquella conversación no le atraía lo más mínimo, aunque en pos de la discrección nunca sería descortés. Eso no eliminaba, por supuesto, la opción de acabar cuanto antes su trabajo y volver a casa en el menor tiempo posible.


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OFF: Como bien digo en el rol, mi personaje pinta poco en una conversación amena, a menos que no tenga más remedio, así que si satisfacéis su curiosidad puede que me salga del hilo en un post... xDD

Había pasado poco tiempo desde que aquel Vasto Lorde se había marchado y Yoel todavía estaba a tiempo de seguirle para saber quién era aquel extraño Hollow que parecía saber tanto de él. Cuando se disponía a cruzar las puertas, dos arrancars aparecieron en la plaza. Los dos querían respuestas y no parecía que fuesen a conformarse con un simple adiós.

Desde que se había convertido en arrancar había vivido como si ninguna amenaza pudiese llegar al Hueco Mundo desde dentro, habían estado vagando por esas tierras como si fuesen reyes y reinas y nada pudiese hacerles daño. Pero se equivocaban, no habían pensado que en el Hueco Mundo hay seres muy poderosos, seres como los Vasto Lorde que hasta los capitanes de la Sociedad de Almas temían. Jamás había visto uno hasta aquel día y quizá había más como ése, esperando a atacar si les suponíamos una seria amenaza. Observó a sus acompañantes, los dos eran arrancars poderosos y quizás podrían acompañarle en busca de aquel Vasto Lorde y darle caza antes de que se reencontrase con otros y así poder sonsacarle información.

Aunque no solía importarle mucho lo que le sucediese al Amanecer, todo aquello había despertado su interés, y quizás, le distraería un poco sacándole del aburrimiento que le suponía estar encerrado. Así pues, se giró y decidió contestar a los arrancars que esperaban su respuesta:

-Saludos, señores- dijo mirando a los dos-. Supongo, que queréis una explicación para lo sucedido, pero antes, me presentaré: soy Yoel, fracción de la 7ª sección- hizo una pausa para intentar buscar la forma correcta de lo que había sucedido y continuó dedicándoles una sonrisa pícara- . Sinceramente, no sé muy bien qué ha sucedido, pero creo que acabamos de ser amenazados por un Vasto Lorde.

Era la primera vez que tenía la pretensión de hacer algo en equipo, pero si ya estaban allí, sería demasiado costoso quitárselos de encima y no tenía mucho tiempo para seguir al Hollow. Tanto si quería acompañarle como si no, él marcharía. El Vasto Lorde sufriría en carnes lo que significaba burlarse de él, y así, averiguar lo que estaba sucediendo.

Off: Bueno, podemos seguir de dos forma, o persiguiendo al Vasto Lorde, o conversando. Es por eso q aún mi pj no os pide q le acompañéis. Bueno, si queréis, podéis contestarme con un mensaje privado.

Acababa de llegar al lugar y de presentarse al presente arrancar cuando un miembro de la 9º Sección apareció junto a él. No sabía su nombre, simplemente pudo distinguirlo a través del monitor de la 9º Sección. Parecía un tipo tranquilo, y que en este momento tenía prisa.

Fue directo, al grano, al kid de la cuestión, él tenía que reportar y punto, a lo que Aaron contestó con un-Sé lo mismo que tú hasta ahora...- para luego volver a mirar al otro presente, que valga la rebundancia se presentó al instante siguiente.

-Humm...así que se trataba de un Vasto Lorde, interesante...-Pensó para sí tras oír la primera noticia-En ese caso, creo que tomaré un par de muestras. Parece un espécimen interesante y casualmente tengo el tubo de ensayo perfecto para él. Porque tienes intención de seguirlo...¿o no?-Aaron, sonreía casi macabramente, estaba emocionado por la oportunidad, no siempre se tenía la oportunidad de analizar a estos seres tan escasos en Hueco Mundo,en proporción a la totalidad de hollows.

Así pues esperó la respuesta de ambos arrancars. Esperaba que aquello resultase interesante, y de paso conocería la mentalidad de algunos de sus compañeros en al Amanecer.

[OFF: Siento el mini post pero no tengo mucho más que decir]

El asunto pintaba mal para la controvertida mente de Karatoraba. Intuía que ambos arrancars, por sus respuestas, estaban decididos a ir en búsqueda de aquel Vasto Lorde que acababa de amenazar la paz del Amanecer. Por una parte rechazaba unirse a la cacería, pues sería tomar demasiado protagonismo en el asunto, si aquello llegase a ser trascendente. Pero por otro lado, debía asistir a aquello, para aportar refuerzos rápidos si hiciesen falta. No tenía tiempo de contactar con otros arrancars para organizar un grupo de apoyo, ya que debía volver a la sección y poner de acuerdo a distintas Secciones.

Su sentido de la discreción le llamaba a quedarse, a dar media vuelta y olvidar el asunto, pero su responsabilidad como arrancar bajo las órdenes de Taira le indicaba que debía prestar sus servicios a aquellas dos fracciones. Por ello, finalmente, aunque aun algo indeciso, optó por quedarse, aunque no sería él, por supuesto, quien daría el primer paso. Sin embargo, no debía perder tiempo en organizar algún que otro refuerzo; más valía prevenir en exceso que lamentarse más tarde por no haberlo hecho. Dio unos pasos a un lado, alejándose de aquellas fracciones, y activó su comunicador, contactando con su Sección:

— Novena Sección. — contestó nimiamente una voz ronca desde el otro lado.

— Aquí Karatoraba, Segundo Arrancar. — una leve pausa prosiguió a aquel somero saludo, para que aquel arrancar pudiera llegar a identificarlo. — Necesito que des prioridad a este localizador. Seguramente tendré que adentrarme en el Desierto, por lo que no vendría mal que contactaras con algún grupo de Refuerzos, por si hiciese falta. — dijo con firmeza, con un tono autoritario en la justa medida.

— Está bien, señor. — contestó la voz.

— Si llego a contactar de nuevo con la Sección quiero presteza absoluta. Debemos coordinarnos bien, o defraudaremos a Taira-sama. — añadió. 'Espero que no se trate del típico arrancar bobo', pensaba. — Si ves a algún Hideyori ponle al corriente de la situación. Intentaré mandar un reporte lo antes posible. — concluyó, cortando la comunicación y devolviendo el aparato a sus vestimentas.

Tras aquellas rápidas instrucciones a la Sección, Karatoraba volvió sobre sus pasos junto a aquellos arrancars, en silencio, habiendo pasado tan solo unos pocos segundos. Una vez allí, con cuidado para no deslumbrarse demasiado, elevó la sección de la máscara que le bloqueaba la vista. Abrió los ojos poco a poco, aunque no evitando con ello ser cegado momentáneamente por el imponente sol que reinaba el Amanecer. Pensó que no le vendría mal tener un recuerdo visual de aquellos reiatsus, además de que la conversación que estaba por comenzar quizá necesitase de algún contacto visual y nuestro protagonista no quería incomodar a nadie, ante todo.

— No tengo ninguna autoridad para decidir que hacer ahora mismo, pero os acompañaré con sumo gusto si pensáis que os pueda ser de utilidad. — añadió a la pregunta de Aaron. — Ya puse en sobre aviso a mi Sección, por si hiciera falta más ayuda. — terminó por decir, para informar a aquellas fracciones, en tono calmado.

Puede que aquel último detalle acabara por desequilibrar la balanza hacia la decisión de perseguir al Vasto Lorde, pero Karatoraba se limitó a esperar una respuesta de aquellas dos fracciones. Al fin y al cabo se encontraban por encima de él en la jerarquía del Amanecer.



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OFF: Okami me ha sugerido, y creo que será lo mejor, que sigamos con el hilo como si se tratase de un conversacional y veamos a dónde nos lleva el rol. Si acaba transformándose en un hilo de trama, ya decidiré yo si quedarme en éste o en el otro de trama que tengo.

Yoel cada vez estaba más impaciente, quería marcharse en busca de aquel Vasto Lorde y el tiempo corría en su contra. El reiatsu del Hollow cada vez era más débil y aunque era un buen rastreador y con su sonido podría alcanzarle fácilmente , no podía evitar impacientarse, tenía que saber quién era aquel Hollow.

Yoel se disponía a hablar con los dos arrancars, cuando una tercera figura con un reiarsu poderoso entró en El Amanecer. Ante ellos, un espada de aspecto risueño preguntaba por el mismo Hollow del que estaban hablando. El arrancar de pelo plateado era una persona impaciente, y haciendo acopio de todo su aguante, decidió explicarle al espada qué hacían todos allí y qué era aquel Hollow:

-Antes de que llegases e interrumpieras esta conversación, estábamos discutiendo perseguir al Hollow por el que preguntáis- contestó Yoel fríamente-. Es más, ese mismo Hollow, era la cabalgadura de un Vasto Lorde que acaba de amenazar a todos los que se encuentran dentro de estos muros.

Miró las puertas con impaciencia, aquel grupo se hacía numeroso y quizá sería mejor ir acompañado que ir solo, no sabía qué podría encontrarse si perseguía a aquella criatura de la que apenas sabía, pero desde luego podría ser interesante. Tras cavilar unos instantes, decidió que era mejor ser paciente, y esperar qué hacía cada uno.

-Señores, creo que es más que evidente que es necesario que persigamos al Vasto Lorde – dijo mirando a todos con sus grisáceos ojos-; pero no obstante, creo que me sería útil vuestra ayuda si me queréis acompañar.

A la fracción no le gustaba mucho ir acompañado, pero si la amenaza era cierta, podrían encontrarse con más Hollows y podía ser bastante peligroso, así que decidió esperar a escuchar sus respectivas respuestas en vez de retirarse como quería.

Y cuando creía que nadie mas iba aparecer...Kenzo, el excéntrico espada de la 4º Sección hizo su aparición. Lo cierto es que Aaron no lo conocía en persona, simplemente obtuvo conocimiento de la existencia del pintoresco personaje al pasear sus dedos por los archivos del Amanecer, de los cuales sacó un perfil psicológico de lo más indefinido y una descripción física(foto incluída).

La verdad es que no era un arrancar que le llamase especialmente la atención, pero el hecho de que semejante figura hubiese alcanzado el máximo rango arrancar, hacía que nuestro científico sintiese cierto respeto por el espada. Debido a esto, creyó conveniente presentarse formalmente(como no) e ignorar parte del discurso de entrada que había soltado.

-Buenos días, o tardes, la verdad es que no estoy muy seguro. Deje que me presente, Fracción de la 12º Sección, Aaron Smith.-Se quedó dubitativo durante medio segundo y...

-..."bicho grandote"..., íbamos a partir en busca de un Vasto Lorde montado en una especie de mastodonte hollow, si esa es su definición de "bicho grandote", Tatsuya-sama.

Al parecer el susodicho, es decir, el jinete,ha amenazado a los que habitan entre estos muros, ¡y qué demonios!, apuesto a que será una buena muestra.-Sonrió.

Caminó lentamente hacia Yoel, y una vez estuvo a su lado, se volvió hacia Kenzo y se ajustó la corbata en señal de que estaba listo para partir.

-Así que... ¿le hace una excursión?

La llegada del último arrancar a aquella conversación que acababa de comenzar sorprendió a Karatoraba de espaldas a él. Sin embargo, mucho antes de escuchar su inconfundible voz, ya había identificado su reiatsu, como no podía ser menos. Ni la visión pudo impedir que reconociera a su antaño mentor y jefe, el Cuarto Espada Kenzo. De ahí el porqué de aquella extraña sonrisa de complicidad que se dibujó en la cara de nuestro protagonista justo antes de que el excéntrico arrancar comenzara a hablar.

Hacía tiempo que no veía a Kenzo: había estado ocupado con el traslado de Sección y el Espada mostrando sus "atributos" en Europa. Simplemente lo miró con aquella sonrisa y escuchó lo que tenía que decir. Prefería esperar a ver como reaccionaba él a su presencia, en vez de al contrario. Casi siempre, todo lo que salía de la boca del Espada parecía sacado de la mente más demente, sin embargo Karatoraba bien sabía que Kenzo no estaba loco; no del todo, al menos. Todo este tiempo junto a aquel peculiar arrancar le había servido para saber leer entre líneas de aquella verborrea tan característica del Cuarto Espada.

Y decíamos "casi siempre" porque esta vez se le pudo entender a la perfección. Por ello, Karatoraba no dudó en dejar responder al testigo de todo aquello, el arrancar que se había identificado como Yoel, el cual parecía ahora, todo sea dicho, un poco más impaciente.

'Con Kenzo en el batallón y con tan poco público, la excursión puede terminar siendo hasta divertida. Quién lo hubiera dicho.', pensaba. Un poco más entusiasmado pues, Karatoraba dio media vuelta, encarándose hacia Kenzo y hacia donde había huido aquel Vasto Lorde, a su vez, dispuesto a partir. El aviso de refuerzos sobraría, después de todo. Al fin y al cabo contaban ahora con un Espada entre el grupo, pero Karatoraba no tenía intención de volver a llamar. Podría servir como prueba de actitud para el funcionamiento de la recién creada Sección.

— ¿Nos vamos? — preguntó, ahora incluso algo impaciente, a medida que se acercaba a su mentor.

Bajó su máscara, cegándose de nuevo, listo para partir. O no: 'Ser descortés no es ser discreto', pareció recordarle su Pasajero Oscuro.

— Casi lo olvido, disculpen. — dijo, volviendo a dar media vuelta, "mirando" a Aaron y Yoel. — Mi nombre es Sanchiago Karatoraba Barurusu, Segundo Arrancar de la Novena Sección. — concluyó, con una simpática sonrisa.

Preparado, ahora sí, esperó con paciencia a que alguien iniciara el viaje para seguirle con presteza.

Parecía que todos estaban decididos a partir, por lo que Yoel no veía ninguna razón para quedarse. Miro una vez más a sus acompañantes: Aaron estaba decidido a partir, Karatoraba parecía algo indeciso y Kenzo no para de divagar y decir cosas sin sentido a las que prefirió no prestar atención.

Se giró, dándola espalda a los arrancars y alzó la mirada hacia los arrancars encargados de las puertas.

-Abrid las puertas- dijo sin alzar la voz.

Las puertas se abrieron al instante, mostrando un paraje totalmente distinto ante sus ojos. Era como mirar un espejo que mostrase un universo paralelo. La fracción no pudo evitar notar como su corazón latía rápidamente ante la promesa de una caza en el desierto el único hogar para Yoel. Respiró hondo cerrando los ojos, evocando recuerdos pasados de su vida como hollow. Listo.

Sin mirar atrás, el arrancar se dirigió hacia el desierto notando que le llamaba con la voz queda t atrayente del viento.

Off: Bueno, ahora abriré un post en el desierto^^ Disculpaz que Yoel no se despida, pero pensé que para lo que es mi pj, ya estaba soiendo demasiado paciente y bueno

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