Equipo Medico para Europa [TRAMA]

Corría por los amplios pasillos del 4º Escuadrón. Se podía notar que algo malo estaba ocurriendo, todavía no habíamos conseguido solucionar lo de Europa. Fue directamente al cuarto del Teniente, supuso que de Teniente a Teniente tendrían algo más de contacto, al fin y al cabo el capitán podría estar ocupado. Los pasillos parecían alargarse a su vista, un sudor frio le recorría la cara, sus piernas temblaban y su zampakutoh bailaba al son de sus piernas con cada movimiento rapido que realizaba al cdoblar de esquina.

Llamó rápidamente a la puerta y, aunque deseaba entrar sin esperar contestación, sabía que podría molestarle. Esperó segundos hasta que creyó oir algo. Entró en el despacho agarrando unos cuantos formularios. Su voz intento salir pero hizo un sonido ahogado, carraspeó y después soltó una spalabras

- ¿Teniente del 4º escuadrón? – Preguntó Erienne – Necesitamos urgentemente un equipo medico. Acabamos de recibir la demanda de límite de los shinigamis que bajaron a Europa y parece ser que ha habido problemas.

Sin entrar todavía al despacho se quedo allí quieta e inmóvil esperando contestación.

NPC:

Shumpei paseaba, sin nada que hacer por los pasillos del escuadrón, esperando a ser útil en alguna parte.En ocasiones, y como de costumbre, pasaba a relajar el físico de algún shinigami atareado, bien del escuadrón bien paciente, y en sus ratos libres, pasaba por cada habitación de las instalaciones como si buscase algo que hacer. De este modo, conocía el escuadrón como la palma de su mano, y muy a menudo, pasaba por el despacho del teniente, Aoki, actual al cargo, con la esperanza que le diese algo que hacer.

Y esta vez, también fue así. Para variar, como cuando entras en la sala de estar, y ves un florero que no estaba ahí antes, frente a la puerta del teniente, una chica, joven, y que parecía preocupada, llamaba a Aoki a voz en grito.

- Con tranquilidad conseguirás lo que ansías... - casi le susurró desde la otra punta del pasillo, una vez que guardó silencio esperando respuesta del teniente. Seguro que lo oiría, aunque muy de pasada. Después caminó en silencio hasta colocarse a su espalda. - ¿Que le trae por aquí? ¿Señorita... - y hizo una pausa rebuscando en su cuerpo... Al ver la placa de teniente, prosiguió - ...teniente de la decimotercera división? - Le sonrió y colocó sus finos y largos dedos sobre los hombros de su uniforme. Dedos casi frágiles, pálidos, esqueléticos, pero que en cuanto comenzaron a masajear, con suavidad, tratando de no incomodarla, la estresada espalda de la chica, dejaron de parecer tan... moribundos. El, dejaba escapar su aire en suspiros largos sin despegar sus labios, relajando al tensión del ambiente... - ¿Buscas a Aoki-sama? Veamos... - y le dedicó una delicada sonrisa con sus labios pálidos, como el resto de su cuerpo. Su voz solía sonar con altibajos, y dejaba escapar frases largas rápidas, intercambiada con algunas otras mas lentas. Tenía una forma de hablar... llamativa.

Con dos golpecitos en la parte central de la puerta, y empujando con sus mismos nudillos, abrió la puerta, para descubrir una habitación en tinieblas, con las cortinas corridas, y un simple nota sobre la mesa con un - "Estoy en el Dangai, vuelvo enseguida..." -. Shumpei le dirigió la mirada a Erienne.

- Trataré de ayudarte, soy Muraoki Shumpei, pero Shumpei está bien. ¿Qué necesitas?... - y esperó paciente la respuesta de la teniente.

Erienne se había relajado con el masaje de Shumpei, le resulto confortante aunque su misión aun le rondaba por la cabeza. Entre los suspiros de shumpei Erienne dejo escapar algún que otro gemido.

- Vine a buscar al teniente Aoki, necesitamos urgentemente un equipo medico. Acabamos de recibir la demanda de límite de los shinigamis que bajaron a Europa y parece ser que ha habido problemas.- dijo esto volviendo a su estado de nerviosismo. Pronunciaba cada palabra más rápido que la anterior.- Es usted la persona que esta a cargo de este escuadrón mientras Aoki esta fuera?

Las manos de Erienne parecían temblar un poco, sus vellos estaban de punta. Estaba nerviosa, no quería fallar en la misión, quería ayudar cuanto antes y que Chiesa estuviese orgulloso de ella.

-Dígame que se puede hacer y si puedo ayudar en algo.

Nuevo NPC:

- Mientras Aoki no esté, esto lo llevamos entre todos. - Le aclaraba resuelto Shumpei a la duda de la shinigami. Extrajo de la manga de su keikogi un artefacto similar a un Walkie-talkie, y tras ajustar una ruedecita en uno de los laterales, lo acercó a su boca con la mano derecha, mientras con la otra, con su dedo índice extendido, pedía silencio por parte de la teniente.

- ¿Sí? ¿Soy Aoki? -. La voz salió del aparato cargada de interferencias y ruido de fondo, que Shumpei corrigió moviendo un poco más la rueda, antes de empezar a hablar. - ¡Aoki-sama! No sabía si conseguiría contactar con usted con este trasto, pero al parecer si. Está aquí la teniente del decimotercer escuadrón, y me indica que hay problemas en el mundo real, y que, de parte de su capitán, se solicita el descenso de un equipo médico. ¿Enviamos a alguien? - preguntaba con aire calmado Shumpei a Aoki por medio del aparato.

Hubo un breve silencio, quizá pensaba, quizá lo consultaba con alguien, el caso es que se quedó callado. Y, todo lo contrario inundó el pasillo en el que se encontraban ambos shinigamis. A voz en grito, Aoki daba ordenes al escuadrón a cumplir inmediatamente.

- ¡¡QUE NOBORU SE LA TRAIGA ENSEGUIDA!! -. Aoki parecía alterado. No era para menos, un capitán y dos tenientes se supone que es lo que quedaba ahí abajo, y si era necesario un equipo médico, no podía estar la cosa bien.

Y ambos shinigamis, se dirigieron tan rápido como pudieron a la entrada del escuadrón, donde se situaba la habitación personal de Noboru. Éste entraba por la puerta, cuando Shumpei le detuvo con un grito. - ¡Noboru! Llévala al dangai - Dijo escuetamente, y Noboru, acostumbrado a tener que tomar decisiones rápidas, sin pensar ni preguntar más de lo necesario, asintió con la cabeza, dió media vuelta antes de acabar de entrar en su cuarto, y acompañó a la shinigami hasta la salida, dónde Kotowari aún no se había ido. Parecía que Noboru acabase de llegar de alguna parte, pero eso no importaba ahora. Ambos shinigamis subieron al pájaro, dejando a Shumpei en tierra como ordenaba Aoki. Ahora rumbo al Dangai, no tardarían mucho...