Primeros pasos, primer incidente.[TRAMA]

Tras las blancas puertas de la sección, adornadas en conjunto por el número 12, se encontraba el largo pasillo, iluminado por luces de tono azulado distribuidas por las esquinas formadas por el techo y las paredes. Dicho pasillo medía unos treinta metros y a ambos lados de éste se podían contemplar numerosas puertas, que daban a almacenes o salas de prueba aisladas, y de vez en cuando alguna vidriera que permitía al viandante observar lo que ocurría en algunas de las salas de prueba. Por dicho pasillo circulaban de vez en cuando arrancar uniformados con bata de laboratorio acarreando informes, artilugios o en ocasiones, el almuerzo del jefe del lugar, el fracción Aaron Smith.

Nuestra cámara subjetiva llega al fin a unas puertas correderas dobles fabricadas con algún metal forjado.Sobre ellas se puede leer el rótulo "Laboratorio de investigación- Dependencias de altos cargos" y en la pared colindante se observaba una especie de lector de manos con comunicador que seguramente funcionaría de una manera menos obvia de lo pensado. Al cruzar las pesadas puertas metálicas nos encontramos con una pared de frente y con una bifurcación en forma de "T". En la pared, de nuevo un rótulo que dice esta vez:


Desde el centro de la bifurcación hasta cada una de las puertas de los arriba señalados hay unos tres metros. La puerta de la derecha era igual que la anterior, sin embargo, la de la izquierda era una puerta corredera doble de cristal reforzado y translúcido, que no necesitaba ningún permiso adicional que el de la primera puerta, o al menos eso es lo que parecía.

Y al fin, tras la segunda puerta de metal, se encontraban las dependencias de el que acababa de ponerse al mando de la sección tras la pérdida de 2 espadas consecutivos, primero Cenarius Fortress y luego el recién nombrado espada Rayleigh, del que poco se sabe. Tras una puerta de piedra ligera patentada, se encontraba el lugar de descanso, y a veces trabajo, de Aaron. Era una habitación alargada de lo más normal: a la izquierda una chimenea arropada por algunos sillones en apariencia bastante cómodos; a la derecha, la puerta que daba al dormitorio; y al frente un escritorio de madera de roble con su correspondiente silloncito.

Una vez que el lector se ha ubicado, podemos proseguir a narrar los primeros días al mando del joven Aaron. Entre el sonido crepitante de la chimenea y el sonido de la música de la sala, el frección intentaba organizar en su cabeza las abundantes ideas que le rondaban, intentando establecer un orden de prioridad a la vez que iba comprobando ficheros en el ordenador de su mesa.

-Presentarse a la sección... bah, comenzar a explorar nuevas posibilidades de armamento y artilugios...interesante, revisar inventario...mmm ¿por qué no? Empezaré por ahí:

Acelerador de espiritrones...comprobado...
Instrumental de bisección...comprobado...
Cámaras criogénicas...¿Error?¿Cámaras fuera de su ubicación?

Mientras dirigía la mirada hacia la puerta del despacho, la cual parecía que se fuese a pulverizar en cualquier instante, Aaron se incorporaba y levantaba del sillón lentamente para dirigirse a los monitores de su derecha,aquellos que enlazaban con las cámaras de seguridad de la sección y en los que se almacenaban todas las grabaciones.

Tras varios minutos de visualización de imágenes,fue capaz de encontrar al culpable. Un muchacho de pelo violeta que se llevaba las cámaras con total impunidad ¿atravesando paredes?, como leeis, el poder hollow de aquel arrancar era bastante útil para labores de ésta índole, como el hurto de propiedad privada por ejemplo.

Envuelto en un manto de ira y todavía desconcierto por las imágenes visionadas, se dirigió de un salto de nuevo a su escritorio para inspeccionar los archivos de los arrancar del Amanecer. Copió la imagen de la cara que tenía de la grabación y buscó por imagen.

-Así que Hideyori Taira, fracción de la 9º Sección...interesante. Al menos no es un pelele, me imagino que tendrá sus motivos, pero aún así tendrá que rendir cuentas.¡Vaya que si lo va a hacer!

Aaron tenía un dicho: "Métete cuanto quieras con un científico, pero ni le toques sus cosas", y es bien sabido que los científicos, cerebritos o también llamados ratas de laboratorio se toman las cosas bastante en serio,más aún si hablamos de preciosas cámaras criogénicas.

Con la información ya grabada de por vida en su cabeza, se dirigió hacia una estancia del pasillo principal de la sección, rotulada como "Centro de I.A." ,para seguir con su labor en éstos últimos años.

Tras haber mandado un mensajero, un tanto peculiar como habrán observado, o quizás no lo hayan visto,da igual; Aaron se encontraba en la sala LA-04 (Laboratorio Auxiliar nº 4), que casualmente estaba arropando la investigación cibernética del fracción.

¿Cibernética? dirán, si; Aaron se dio cuenta en sus largos años en Hueco Mundo de que el instinto arrancar y los sentimientos reprimidos de algunos hollow no eran para nada útiles ni convenientes en la labor científica. Es por ello por lo que decidió adentrarse en el campo de la robótica y la inteligencia artificial para conseguir así ayudantes mucho más eficaces, precisos, y sobre todo, obedientes.

El LA-04 estaba completamente equipado con pantallas que monitorizaban constantemente los programas elaborados por el arrancar para la IA de los robots. No era tarea fácil; programar patrones de conducta así como reacciones antes diversos acontecimientos...las posibilidades eran infinitas; y es en tratar de resumir todo ello en un programa donde radicaba la complicación del tema. La habitación tenía una cristalera que daba a un recinto de unos 25 metros cuadrados, también visible desde el pasillo de la sección.

En dicho recinto se hallaba un prototipo trabajando sobre una mesa con diferentes productos altamente explosivos. Se preguntarán el porqué de el carácter explosivo de las sustancias, el robot también.Aaron tenía una filosofía un tanto macabra en ciertas ocasiones; pensaba que aunque él era el diseñador del programa de IA y del robot en el que estaba instalado, si el robot fallaba era su culpa,por tanto debía explotar en mil pedazos metálicos.Ya fabricaría otro, ¿curioso verdad?, no es recomendable presentarse como voluntario a los experimentos del fracción, claro que el robot no podía elegir.

Por suerte para nuestro mecánico amigo, todo salió correctamente por lo que el programa era apto para el uso. Aaron tenía el presentimiento de que hoy iba a ser un buen día, salvando el hecho del robo de las ya famosas cámaras criogénicas o de cultivo biológico. Apagó todos los equipos de la sala y se dirigió a una puerta rotulada como "Fabrica-Solo personal autorizado".En su camino hasta la puerta pudo ver como algunos curiosos seguían mirando el robot, a pesar de estar completamente apagado.

-Pobres ignorantes...-Pensaba mientras dirigía miradas despectivas y compasivas a la vez.

Llegó a la puerta, y en la pared contigua,¿lo adivináis? , exacto, otro lector de manos. Aaron colocó la palma de su mano derecha en la placa lectora, la cual brilló en un tono azul durante dos segundos para luego dar acceso a la zona tras un "Acceso concedido" que salía del altavoz del lector. Tras bajar unas escaleras que daban a una pasarela desde la que se contemplaban todas las instalaciones, se dirigió a un arrancar cabeza-tuerca que se encargaba de que estas instalaciones funcionasen correctamente. El operario se irguió al instante al ver al fracción.

-Buenas tardes Aaron-sama

Aaron odiaba las poses militares, por ello el tipo de saludo empleado por el operario no fue del agrado del jefe del lugar. Nuestro protagonista señaló al más que tenso cuello del arrancar con su dedo índice, como si fuese a dirigirse a él. En lugar de ello, su brazo entero se convirtió en una afilada hoja combinando su poder hollow con su zampakutou, que mientras se formaba se alargaba hacia el cuello del operario hasta que por fin lo atravesó sobradamente.

La sangre resbalaba por el brazo, ahora afilada hoja, del fracción mientras contemplaba el incrédulo y dolorido rostro de aquel infeliz. En el suelo pronto se formó un charco carmesí; Aaron retiró su brazo con un movimiento brusco mientras contemplaba como el operario caía muerto y degollado sobre su propia sangre. Los arrancar de los alrededores no se atrevían a moverse, pero tampoco a mirar al fracción, no sería bueno.

-¡Diablos! Se suponía que iba a ser un buen día...¿tan difícil es comprender que ciertos comportamientos son inaceptables en una sección científica?-La pregunta iba dirigida, y no, a la vez, a los arrancar de la zona.

¡Tú! Acabas de ascender.-Dijo señalando al que estaba más cerca, tampoco es que necesitase a alguien altamente capacitado.-Carga la secuencia de ensamblaje del RL-01 (Robot de Laboratorio v 0.1) con el correspondiente programa; ya está en nuestra red. ¿Podrás hacerlo?.-Terminaba diciendo mientras miraba con leves insinuaciones a su compañero ahora cadáver.

-Sss..,Ssss, Si Aaron-sama, No hay problema-Dijo el nuevo jefe de la fábrica titubeando.

-Bien, avísame cuando estén terminados...Y asegúrate de no despertarme

Y sin esperar respuesta alguna con una sonrisa cuasi malvada, salió de las instalaciones por el mismo sitio por el que entró y se dirigió hacia sus aposentos para descansar, ya era tarde y se lo merecía tras el día que había tenido.

Ya había descansado suficiente, aunque en Hueco Mundo es difícil saberlo ya que siempre es de noche y la luz monótona, pero por ello Aaron había desarrollado un sofisticado dispositivo que le indicase en que momento del día humano se encontraba ademas de otras funciones; dicho dispositivo fue llamado "reloj". Obviamente Aaron conocía este dispositivo de sobra, no era más que una copia del humano pero con algunas funciones añadidas.

Tras anudarse correctamente su corbata y vestirse con su elegante traje de chaqueta, se dirigió a una bandeja de su despacho donde eran depositados diversos informes relativos a incidentes, investigaciones nuevas y finalizadas, y por orden expresa del fracción el acta de misiones en curso con un dossier adjunto que proporcionaba información adicional.

Recogió las carpetas de archivo y se dirigió con paso lento a su escritorio mientras ojeaba los títulos de dichos documentos. En su opinión no había nada interesante en principio pero se paró a examinar el dossier del acta de misiones en curso; el resto fue introducido en una máquina digitalizadora de documentos, de modo que la información contenida fue subida a la red de la sección. Parecía que el anterior espada de la sección había mandado a un par de arrancar a una cuidad del mundo humano a por un objeto.

-¿Un máscara hollow?

¿Qué podría tener una máscara de especial? Aaron tenía claro que podía arrancar la máscara de un hollow con facilidad, claro que éste moría casi con toda seguridad, por lo que la máscara se convertiría en una pedazo de materia inservible. Siguió leyendo el texto al pie de la foto para sí mismo.

--Por algún extraño motivo la máscara de arriba presenta fluctuaciones de reiatsu, cuando debería ser un objeto inerte, ¿a qué se debe? , no lo podemos saber con certeza. Nuestros datos indican que en la creación de un arrancar los trozos de máscara desprendidos conservan algo de reiatsu durante algunos días, claro que son trozos.

Pero, ¿y si se consiguiese arrancar una máscara sin partirla?, sería como un recipiente intacto en lugar de los trozos de un recipiente roto que dejan que se escape su contenido poco a poco?

No podemos afirmar nada con certeza pero por suerte hemos localizado dicho objeto en una ciudad de Suiza, Europa, Mundo Humano; se ha mandado una unidad de recuperación. Esperamos poder tener más información pronto.--

Aquello sin duda era interesante, pero lo más interesante e inquietante es que al indagar en los archivos, dicho objeto nunca llegó a la sección. Revisando el acta de misiones encontró un par de incidenciaa:

-Aparecen shinigamis para interceptar a la unidad de recuperación. Carecen de información sobre el motivo de nuestra expedición.

-Tras un descuido, uno de los shinigamis se hace con el objeto y consigue retirarse a la Sociedad de Almas. La misión ha fallado.

-Malditos inútiles...necesito más información. Espero que Marcus-sama disponga de ella.

Se levantó de su silla y se dispuso a enviar un mensaje, claro que el CB-001 estaba esparcido por todo el desierto, así que se limitó a usar uno cuervo blanco normal y corriente.

Aaron era en vida un culito inquieto, y lo seguía siendo después de muerto.En su cabeza no paraban de entrelazarse ideas que casi lograban construir un hilo para su siguiente proyecto.

- Hollow..--->"Máquina mágica"...---> Máscara intacta...mmmm quizás funcione...solo necesitaré hollows normales...es una suerte vivir en "Hollowlandia"

Ya tenía su hilo. No sabía que haría con la máscara ya que no conocía sus posibles propiedades, y tampoco sabía si funcionaría, claro que eso le importaba un bledo..."A menos que te tires de un 8º piso no sabrás si puedes volar o no, excepto si eres mínimamente listo...pero ese es otro tema"...eso solía decir Aaron ante los nuevos retos, y éste sin duda lo era.

Tras atravesar la maraña de ideas que habitaba en su cabeza se puso en marcha rumbo al laboratorio principal, sin duda esta era una investigación digna de proteger tras la puerta acorazada del final del pasillo de la sección...Tengo que darle un nombre a esa puerta, "puerta acorazada del final del pasillo de la sección" es demasiado largo...-Pensaba durante su camino desde su despacho al laboratorio.