Vuelta tras la prueba

Ser el capitán de la 13ª división tenía sus ventajas, y precisamente una de ellas era saber nada más llegar al mundo de las almas y los espíritus a través del dangai, cuanta gente estaba esperando para usarlo y quienes y con que categoría se reunían allí.

Una vez recibida esa información y conocido el que en el mundo humano había una importante fuerza shinigami, decidió hacer uso de sus privilegios como principal cargo de aquella zona, y pasar desapercibido por "la puerta de atrás", llegándo relativamente rápido a su las partes más tranquilas de su división, donde ya los shinigamis pululaban, pues la reunión hacía tiempo que se había terminado, y los shinigamis que no habían optado a ningún puesto de importancia dejaron de tener importancia en aquel grupo de gente.

Por ello, ahora la sala donde se habían reunido todos antes, estaba totalmente vacía, lo que comprobó al llegar, tras perderse, de nuevo, dos o tres veces por su escuadrón.

De todas formas, no tenía prisa y decidió echarse allí para esperar a que las chicas de su escuadrón se acercaran para allá y pudiera decirles el resultado final de la prueba.
En su mente se formaban las ideas de lo que pensaba de aquellas dos chicas y de lo que sería más beneficioso para cada uno y para la división.

Ahora debía de ser responsable y no solo pensar por verdadero instinto, a pesar de que le gustara más que nada. Pero ser capitán no era simplemente un título honorífico.

Había seguido a mi capitán tras el portal de nuevo, y de nuevo volvió a ocurrir. Quizás los viajes no eran lo mío. Mi cabeza me daba vueltas, pero allí estaba en frente de mi capitán.
Me preguntaba quien sería la elegida después de todo esto, ambas habíamos estado geniales, ella demostró su arte con el Kidoh pero yo me había demostrado a mí misma lo que podía llegar a superarme a mí misma. Había sido bastante duro para ser la primera vez todo hay que decirlo, pero pensé que también sería más largo, me gusta mucho las competiciones y aun mas cuando no se sabe quien ganará. La adrenalina recorriendo mi cuerpo...mis músculos en tensión....mi corazón palpitante...la sonrisa en mi rostro...

Tampoco había demostrado mucha agilidad, tenia pequeños cortes que me hice yo misma al actuar de forma precipitada, fue una buena idea atacar en área, pero suponía también una acción kamikaze, no se pueden controlar a todos con la misma fuerza.

Quizás era mi imaginación pero veía a nuestro capitán un tanto pasivo, echarse así de esa manera aunque no haya nadie y esperando visita no era muy educado por su parte...

Me quede con más ganas de blandir mi katana, pero esperaría a la próxima vez.
Me preguntaba que clase de trabajos mandaría hacer Chiesa - sama, quizás el papeleo, quizás las tareas, quizás acompañarle con un cesto de pétalos de rosas y tirárselos por allí por donde pase, quizás.... este no era el momento de pensar esas cosas, no debía pensar en otra cosa que no sea ayudar al escuadrón y la mejor de nosotras dos sería la elegida...

-Aquí estoy Chiesa - sama

Ya había acabado las pruebas, había seguido a Ciesa-taicho de cerca, habíamos vuelto atraves del dangai de nuevo, no sin pararme antes a hechar un último vistazo a aquel sitio maravilloso, realmente era genial ese sitio, ¿cuanto pasaría hasta que pudiera volver a ese sitio? No lo sabía, ahora había cosas mas importantes que hacer, suponía, aquel repentino cambio... se acabaron las pruebas de esa forma... algo “gordo” debía de estar pasando, ¿por que si no iba a cambiar los planes? Solo una prueba era algo extraño, quizás lo había hecho tan mal que no necesitaba nada mas para saber que Erienne debía de ser teniente, o quizás algo en el Seireitei estaba pasando y no podía esperar, nuestro Capitán era alguien importante a fin de cuentas, uno de los 13 Capitanes, aquellos que mandan en la Sociedad de Almas.

Me precipité entrando, cuando volví a la sala observé a Chiesa-Sama de esa forma, algo sorprendida sonreí... tambien nerviosa, la batalla era reciente, mis sentidos aun estaban alerta, mi mano preparada para recoger mi Zanpakutoh, pero aquel sitio era tranquilo, relajante... así que intenté calmarme, a mi y mi corazón, que se pasaba de revoluciones.

Aquella experiencia nos había servido para conocernos mejor, tambien pensé las últimas palabras de Chiesa-sama, los papeleos y demás trabajos... aunque algo en mi me decía que eso era lejano... no estaba convencida de poder ser teniente aun, llevaba apenas unos días, estaba claro que aun no tenia la confianza que se necesitaba, nunca me habían apoyado, solamente mis padres y en rara ocasión mi hermana, ¿como le iria a ella? Tenía ganas de verla y abrazarla, coloqué mis rodillas en el suelo y mis manos sobre mis piernas, guardé silencio esperando las palabras de Chiesa-Sama, tras la elección quería visitar a mi hermana y contarle la experiencia.

El capitán observó a ambas llegar, lo cual sucedió no mucho más tarde de su llegada. Se las veía contentas y algo más sonrientes. Supuso que el viajar al mundo humano había hecho que el nerviosismo y timidez inicial, con todo lo que ello conllevaba, fuera desapareciendo dejando más el aspecto natural que deberían tener dos chicas jóvenes y bellas como aquellas dos shinigamis.

Además, la descarga de adrenalina, la pasión por la batalla que habitaba en todo corazón shinigami se veía que les había sentado tan bien, aunque quizás no tanto el viaje entre mundos, pues Erienne se veía algo más pálido de lo habitual, pero eso eran el tipo de cosas en las que Chiesa no solía reparar con demasiada habilidad. La percepción de su alrededor cuando no estaba en una batalla no era realmente su fuerte.

Pero de todas formas, ahora había que ponerse serio, como parecía ser siempre desde que se había convertido en capitán. La verdad, no sabía si aquel cambio en realidad merecería la pena. Pero ya que estaba, había que seguir con su rol.

- Tras ver la batalla y vuestras capacidades, he decidido que la nueva teniente de la división sea Eri-chan - comentó Bastian, en un tono a medias entre el cómico y entre el serio. Había intentado darle importancia al asunto para la ganadora, y quitárselo para la que no pudiera ser teniente, así que no le había salido nada de lo que había querido hacer.

De todas formas, y fuera como fuese, tenía algo más que decir a la otra chica. La verdad es que para ser novata en la división había demostrado una actitud y unas capacidades realmente formidables. Ya le habían avisado de todas formas que aquella chica prometía bastante.

- De todas formas, Hoshi-chan, tengo que comentarte alguna cosa, así que, ¿porque no me acompañas a mi despacho? - Le preguntó el capitán antes de dirigirse allí, no sin antes, pasar la mano por la cabeza de la nueva teniente, en señal de alegría y felicitación por su nuevo cargo. Todavía no sabía muy bien que le esperaba...

Mis oídos no daban crédito a aquello que estaba escuchando. Yo había sido elegida como Teniente del 13º escuadrón. Un sudor frío me recorrió la nuca. Quería gritar un "Yahohooo" pero estaba mal por mi parte, quizás haría sentir mal a Hoshi - san.

Parecía que el capitán tenia asuntos más urgentes pues apenas se había tomado tiempo para celebrarlo, o quizás tengo una idea equivocada de él. Y debía ser algo gordo...

Aun así, aquella mano sobre mi cabeza me alentó bastante, cerré mis ojos y sonreí, hacía mucho tiempo que mis pómulos no se estiraban tanto.

- Muchas gracias Chiesa - me incline y volvi a sonreir.

- Hoshi - aun no sabía bien que decirle, no sabía como se podría sentir en estos momentos - ánimo, seguro que Chiesa sama tiene algo preparado para ti, aun asi estare aqui para lo que necesites.

El capitán, tras las felicitaciones a su teniente y su orden a Hoshi, salió tranquilamente de la sala.

Un minuto después de su salida, volvió a entrar. Su gesto parecía grave, como si una preocupación interna le carcomiera, un problema inesperado el cual le podía sumir en la confusión...

Cuando todo el mundo miraba expectante, esperando las palabras del capitán, viendo que peligro podría sobrevenirseles encima, su superior tan solo dijo.

- Oye, ¿cual era la salida hacia mi escuadrón? - El sentido de la orientación no era el mejor en Chiesa, como a veces tampoco parecía serlo el común.

Tras recuperarse del susto, Inako Yari, una shinigami rasa de su escuadrón, le indicó donde estaba la puerta hacia donde podía dirigirse para poder reorganizar de nuevo su escuadrón.

[Erienne, ya eres libre de este tema, que lleva mucho tiempo estancado. Hoshi, no se si aparecerás, si lo haces, crea un tema en esta división para hablar con tu capitán]