Persiguepollos [Tema Cerrado]

Bostezaba... Bostezaba mientras observaba girar aquellos pequeños tubitos ante sí, provocando un arcoiris de color, tras de sí, un fuerte "fííííí" sonaba en movimiento, gritos, y maldiciones. Parecía que su nuevo invento, el "pitapollo" había vuelto a escaparse... Aprovechaba su tiempo libre para investigaciones extra, su último experimento, era aquel, un "pollo a vapor" que pitaba constantemente como una tetera, y corría a una escalofriante velocidad, su cuerpo asimilaba la alta temperatura, por lo que segía vivo. Shuyin encontraba divertido abrir su jaula de vez en cuando, y ordenar a algún shinigami que lo encontrase y devolviese (Siempre añadiendo que se había escapado el solito.)

El trabajo nunca solía ser fácil, y no pudo evitar una sonrísa cuando, su creación, escondida y siempre silbante, emergió de debajo de uan cortina, placó la pierna de uno de sus compañeros, y lo tiró al suelo... Y eso que no era más que una Beta, debía inventar el "combollo" de combate, aquello tenía futuro.

Un shinigami se acercó hasta él, dubitativo, y desde atrás, no pudo evitar reprimir una carcajada interna, ya tenía pensada la escena.
"Señor, hemos atrapado al gallo silbante, vuelve a estar en la jaula."
Giró la cara, encarando sus ojos con los del Shinigami, y manteniendo un tono tranquilo.
"Si no retrocedes, respirarás mi aire, y si me quedo sin aire... Moriré... ¿Quiéres matarme?" Preguntó con una mirada inundada de curiosidad.

El shinigami retrocedió un par de pasos.
"¡No señor!, era simplemente... Un comentario..."
"Oh, es pitapollo, Comentario es un nombre poco adecuado para el animal."

Le miró incredulidad, y él respondió con la misma mirada, Shuyin se giró riendo para sí, y salió de la sala, podían continuar las investigaciones "serias" sin él... ¿O no? A fin de cuentas, tenía "mucho que aportar"... Más o menos...

Salió a la puerta , y se recostó en ella por la parte de fuera, resoplando, se estaba cansando de hacerse el pirado en su escuadrón, a ratos dificultaba su trabajo, sin embargo, era lo que todos esperaban ya de él, y eso, resultaba levemente gratificante.

Ahora que lo pensaba, tenía proyectos muy serios...

Regis se encontrava dormido detras de unos grandes recipientes con liquidos de variopintos colores. Nadie parecia haverse dado cuenta pues estava en su rincon favorito... un rincon oscuro y cubierto de trastos que escondia a uno perfectamente. Se encontrava soñando en fabulosas camas con cojines harmoniosos, de plumas, esponjosos cuando....PIIIIIIIIIIIII! Regis se sobresaltó casi saliendo de su sueño pero inmediatamente volvió a aquel pariso.... PIIIII! Eso ya fue suficiente, Regis se levantó lentamente y observo todo a su alrededor lentamente con ojos soñolientos hasta que dio con la fuente de ese molesto pitido, el maldito gallo pitador del teniente.

Comenzó a caminar lentamente y tambaleantemente, casi si consciencia, a causa del sueño que tenia. Se colocó delante del maldito pollo, desenvaino la zampakutoh y se dispuso a descargar cuando alguien le hablo, un shinigami raso.

-Regis! Yo no haria eso! El señor Shuyin se molestara! No echara la bronca a todos! Dijo medio histerico. Regis se encogió de hombros y sencillamente dijo: -Me ha despertado.... ya le echare la culpa a alguien mas tarde.... Y dicho esto bajo la espada cortando al pollo por la mitat, el cual profirio un ruido similar a un puuuufffff. El shinigami raso se quedo sorprendido mientras Regis volvia a su rincon bostezando.

Quizás fuese un sentido arácnido, quizás, un vínculo emocional con aquella mística criatura, o quizás simplemente fuera hacía el suficiente frío como para que, al tercer estornudo, Shuyin decidiese volver a entrar y encontrase, en la enorme sala circular rodeada de mesas, monitores, y papeles, lo que era su creación... Partida en dos perfectísimos pedazos de modo simétrico.

Por supuesto, el enorme número de Shinigamis que antes recorrían la sala corriendo arriba y abajo, habían desaparecido. Pero, para desgracia de "uno al azar" observó un pequeño trocito de mono asomar de la parte de atrás de una de las mesas.

"Tú" Dijo con voz grave, observando en dirección al trocito de mono de Shinigami.
La reacción fue inmediata, tres tipos aparecieron, realmente, él solo había visto a uno, pero el "tú" quizás al no ir seguido de nombre o "Lugar de referencia" había alertado a más de uno como víctima... Eso les pasaba por desconfiados.

Shuyin agarró los dos trozos del pollo, y los juntó con las manos, lo dejó en el suelo, y, obviamente, volvió a partirse.
"Creo, y casi me puedo arriesgar a confirmar, que Pitapollo está muerto..." Comentó el teniente con un tono de voz tranquilo y sereno.
"S...S...Sí señor... Parece ser que lo está." Murmuró el Shinigami.

"No lo entiendo... Los pitapollos jamás se habían partido por la mitad solos, es más, no introduje nada para que tal cosa ocurriese, sin embargo, ahora está muerto, una vida, una existencia reducida a un Caos del que no sabemos nada, y que jamás podrá volver debido a que alguien decidió que... No podría esperar a Navidad para probarlo..." Añadió examinando el cadáver de su difunto plumífero amigo.

El shinigami se puso aún más recto, de haber podido, probablemente se hubiese transformado en pilar, no tenía la más remota idea de lo que se le venía encima, y eso asustaba, asustaba... Demasiado.

"Solo... Quizás solo... Queríamos comprobar la dureza... Ya sabe, un experimento más..." Dijo excusandose con lo primero que se le pasó por la cabeza.

"...Un experimento más... ¿Es tu hermano o tu madre un experimento más?... ¿Te gustaría ver como los abro por la mitad... por un experimento más?.." Preguntó Akira con curiosidad

El shinigami fue cobrando toda la gama de colores del arcoiris, y dió la respuesta que, desde un principio, Shuyin estaba buscando.
"¡Fue Regis!" Comentó con un gritito que hacía parecer que las pelotas le estaban siendo retorcidas con un cascanueces.

"Oh... En ese caso... Os diré que vais a hacer... Os quiero ver a todos aquí... Ya...Menos a Regis claro"

El shinigami afirmó con la cabeza, y se movió con velocidad por todo el laboratorio, anunciando una reunión urgente por parte de Shuyin, y advirtiendo que Regis no debía ser advertido.
Shuyin Akira sonrió con maldad, mientras, en su largo examen de todo el laboratorio, encontró, a los veinte minutos. A Regis, dormido en un rincón con sus oscuras vestimentas y su Zampakutoh, la Zampakutoh de un asesino.

Con mucho sigilo, y ridiendo cual vieja que vende castañas con gusanito dentro, volvió a la sala principal, donde, había reunido a un pequeño grupo de diez hombres, número más que suficiente para dar un excarmiento al arrebata-almas.

"Justo en mi despacho, y para ocasiones como esta... Guardo palas... Sí, palas de cavar... vais a ir y coger cada uno una... ¿Lo entendéis?"

Uno de los Shinigamis tragó saliba, preguntando en voz baja y entrecortada.
"Señor...Piensa... ¿Apalear a Regis?..." Preguntó tembloroso.

"No... Realmente no..." Comentó con una enorme sonrísa, levantando el dedo índice de su mano derecha al aire.
"Vais a entrar en la sala número 22, allí, están los 99 ejemplares de pitapollo que continúan con vida, os pediría, por supuesto, que no se os ocurriese golpearlos como a este, algunos de ellos tienen... Cambios extra... Realizados... *Una gota fría recorrió el pescuezo de los Shinigamis.

"Vais a ir allí... Cogeréis esas palas... y..."
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Los shinigamis avanzaron en silencio hasta la sala donde Regis se encontraba dormido, lo rodearon con precaución, aquello les costaría la reacción de un tercero, estaban en peligro... Pero, desobedecer una orden, era aún más peligroso.
Las enormes palas pesaban mucho más que sus propias espadas, y, cuando los diez shinigamis, las colocaron sobre Regis, y les dieron la vuelta mientras alzaban la voz con un "¡La venganza de Pitapollo!" Se dieron cuenta de que, a cualquiera de ellos, les hubiese jodido antinaturalmente.

Shuyin había ordenado que recogieran con las enormes palas todos los excrementos posibles de las jaulas de los Pitapollos, parecía increíble que animales así de pequeños, llegasen a cagar tanto, el olor era capaz de espantar a un muerto viviente... Y, cuando las diez palas estuviesen cargadas, dejasen caer su contenido sobre Regis el Arrebata-almas, aprobechando su estado de somnolencia casi contínuo.

Había suficiente cantidad de excremento para llenar una tumba de un metro de profundidad, realmente, aquello haría a cualquiera, por vago que fuese, volver a dormir en un lugar que no estuviese seriamente protegido.

Shuyin por su parte, esperaba en la sala principal con una angelical sonrísa en su rostro, había cogido los dos trozos de Pitapollo, y se los había colocado como "parabólicas" en las dos orejas, para que ningún sonido que proveniese por detrás le distrajese del grito que, deseoso a más no poder, esperaba escuchar.

"A fin de cuentas... Quien siega pitapollos... Recoge... Bueno... ¡Jiji!"

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PD: TÚ mataste a Pitapollo O__O

Regis dormía plácidamente en su sitio con una sonrisa de satisfacción, por fin se podía dormir tranquilo en este maldito laboratorio sin el molesto pitapollo y su pitido.

Estaba acomodado perfectamente en un mullido cojín negro, y situado matemáticamente para que las probetas lo taparan del todo cuando empezó a soñar.... Era un mundo idílico... la sociedad de almas se había relajado, el stress y el trabajo ya no existían...ni los horarios...el nivel de hollows era inferior.. estaba caminando tranquilamente bajo un paseo, todo era tranquilidad cuando...

-¡La venganza de Pitapollo! Gritaron diversas voces a la vez sacando le de su sueño, y justo antes que se levantara para organizarles la bronca de " Lo peor que le puedes hacer el 3er Oficial es despertarlo" una montaña de mierda se le vino encima. Regis quedó sepultado debajo de la montaña y todo quedo en silencio....
Cuando de repente Regis salió del montón de mierda a una velocidad que solo demostraba cuando estaba realmente enfadado.

-Waaaaaaaaahg! Gritó de rabia Regis a la vez que dejaba K.O a dos subordinados, uno de mango de espada en la nariz y el otro de simple puñetazo. Se encaró a los demás temblando de rabia y de la peste de aquella mierda.

-Quien demonios ha organizado esto? Preguntó retoricamente pues solo había una mente tan retorzada en toda la sociedad de almas. Los demás shinigamis se quedaron callados pues delatar al culpable hubiera sido peor para ellos. Aquello fue la mejor prueba de todas.

Regis habló lentamente pero sonoramente para que fuera escuchado en todo el laboratorio.

-Shuyin- taicho me gustaría hablar con usted si fuera posible.... Y ya en voz mucho mas baja casi en un susurro dijo: -Maldito pirado....

-Waaaaaaaaahg!

La sonrísa de Shuyin se expandió a lo largo de toda su cara, nunca había oído la expresión "de oreja a oreja" pero de haberla oído, habría sabido que se trataba exactamente de eso.
La espera había merecido la pena, hasta el punto en el que la muerte de Pitapollo había perdido ya gran parte de su importancia, es más, había quedado relegado a un segundo punto en el espacio de su memoria... Al menos, por ahora.

Se acercó alegremente a una papelera cercana, donde depositó, con toda la suavidad del mundo, el cadáver de su creación. Había llegado el momento de separarse y seguir su camino, vidas comienzan, otras acaban, y él, no podía quedarse anclado en el pasado. Recordaría por siempre los agradables momentos con Pitapollo, como corría silbando por el pasillo, o derribaba subordinados con pequeños golpes secos, lo recordaría siempre... O hasta dentro de diez minutos...

-Shuyin- taicho me gustaría hablar con usted si fuera posible...

Shuyin se acercó a la puerta casi bailoteando, que le separaba de todos sus subordinados, era el momento de su entrada triunfal... Era el momento de...

"Pero que diablos se supone que es esto." Preguntó el teniente en un tono de voz serio y calmado.
"Ya os tengo dicho que el laboratorio no es para jugar... De haber querido plantar algo en el pasillo, deberíais haberme pedido permiso." El tono de voz era autoritario y amenazante, mientras su mirada se paseaba de los shinigamis, al puñado de estiercol que había depositado en el suelo.

"Y además... ¿Qué diablos?" Dijo tapándose la nariz con la manga de su túnica, debido al fuerte olor.
Sus ojos se deslizaron con furia por cada uno de los shinigamis, y, con toda la calma del mundo, explicó.
"Recoged eso ahora mismo, y volved a vuestro trabajo, esto NO es un patio de recreo... Y quiero terminado el informe de la energía de un Bankai para ayer... Pedídselo a alguno de los Capitanes de otra división, supongo que podrá complaceros." Tras la explicación, dió un par de pasos hacia Rengi, clavando sus ojos en él, y avanzando un par de pasos, aunque manteniendose siempre, lejos del montón de mierda.

"Dime Rengis, ¿Qué necesitas?" Preguntó Shuyin con educación, parecía que el peculiar teniente acababa de olvidarlo todo, haciendo que aquella situación se tornase de lo más interesante, pasó sus ojos del "tercero" a los excrementos, y vió que estaba manchado.

"Comprendo, es una broma pesada que no tiene lugar en este escuadrón, no te preocupes, serán castigados... Aunque parece que no hace falta." Comentó bajando el tono, y observando a los dos shinigamis que se encontraban golpeados en el suelo.

"Si necesitas ir a asearte, tienes quince minutos. ¿Algo más?" Preguntó Shuyin con los brazos cruzados a la altura del pecho, y sus ojos fijos en el "siguiente" al mando.

Regis se quedó observando el numerito de su teniente, normalmente hubiera protestado pero el sueño volvía a remitir sobre el. Tenia que reconocer que era un tipo listo y que tenia madera de capitán, sabia perfectamente como actuar siempre y como hacer para no mancharse las manos...

Le habló con voz soñolienta.

- No, señor Shuyin. Muchas gracias por su comprensión y procure no castigar mucho a los chicos... Dijo forzando una sonrisa, quizas Regis seria un vago no muy apreciado en la sociedad de almas, pero lo que nunca haría seria desafiar un superior... aquello le supondría problemas de todo tipo y su tranquila vida se vería truncada.

Dicho esto realizo una reverencia formal y se retiro a asearse mientras hacia rotaciones de espalda caminando lentamente hacia las duchas.

" Si solo tardara quince minutos seria desperdiciar esta oportunidad....." Pensó mientras tranquilamente se dirija a los duchas y posteriormente ha buscar un sitio donde dormir tranquilamente sus "quince" minutos.

Observó como Regis se retiraba en dirección a los aseos, y, por un corto periodo de un segundo, una sonrisílla se marcó en su rostro, pero no había tiempo que perder, había un millón de cosas por hacer, y eso solo en las próximas 24 horas, se encaminó a su despacho, cruzando los laboratorios, la sala de ordenadores, y la de experimentos. El aseo, y la sala de sujetos de pruebas junto a algunas habitaciones, quedaban en una paralela que se unía con su pasillo formando una estructura similar a una H.

Entró en su despacho, y por un momento, sonrió con orgullo, una habitación también circular, cuyo centro estaba ocupado por una larga y ancha mesa de trabajo, había una única silla. Sobre esta, un montón de papeles desparramados por la mesa, a vista aparente, formando un enorme Caos, a vista de teniente, formando posibilidades.

El area circundante, estaba ocupado en posición de medias lunas, a su derecha, enormes y anchos tubos de ensayo, que iban desde el techo al suelo, y llenos de un líquido de tono verde oliva, debía haber unos 15, todos desocupados salvo uno.

Shuyin se acercó a este último, observando al pollo que contenía, y tocando el cristal con el dedo índice un par de veces, ciertamente, dormido, sería un problema si despertarse.

Llegó a su mesa y se tiró en la silla, tuvo que realizar una proeza de equilibrio, pues, las patas bailotearon, dejándole claro que, de haber sido un movimiento tan solo un poco más fuerte, se habría ido de cara al suelo.
Volvió a centrarse y observó los papeles ante su mesa, uno de los experimentos sería difícil de completar, el otro, no tanto.

Dejó un par de papeles y una pluma listos para su experimento, y fue a buscar a su sujeto, iba a tener que ayudarle, en pos de un gran descubrimiento... En pos del futuro.

"¡Regiiiiiiiiiiiiis!" Fue pronunciando el teniente alegremente por los pasillos, en búsqueda de su querido oficial.

Regis había entrado en la ducha en la cual se había medio aseado de ese nauseabundo olor de mierda de pitapollo. Cuando digo medio aseado quiero decir que se había quedado dormido en la ducha para posteriormente quedarse dormido vistiéndose.

Se encontraba ya vestido y caminando por el pasillo con su típico andar vago,hombros abajo, movimientos lentos, cabeza ligeramente tirada hacia atrás con los ojos medio cerrados( abiertos lo mínimo para ver...). Su objetivo siguiente era su escondite secundario para aprovechar los " quince" minutos de descanso propiciados por su teniente cuando escuchó una voz.

"¡Regiiiiiiiiiiiiis!"

Un escalofrió recorrió toda su espalda al escuchar aquella voz.

"Que querrá ahora ese psicópata?" Se preguntó Regis mientras tragaba saliba y se dirijia hacia donde se suponía que estaba su teniente.


Giró una esquina y se lo encontró de cara. Inmediatamente se puso firme a una distancia prudente y contestó.

-Señor me buscaba?

Cual regalo de cumpleaños, estaba a punto de girar una esquina del pasillo, cuando Regis apareció por esta, mantuvo el semblante serio, y afirmó con la cabeza ante la pregunta, sí, ciertamente le buscaba.
"Necesito tu ayuda, es para un futuro proyecto, necesito probarlo primero contigo, para en el futuro, pedírselo a un Capitán." Explicó con un tono de voz levemente emocionado.

"Como bien sabrás, nuestros cuerpos usan la energía espiritual, y nuestros compañeros, tienen la suya propia, lo normal es depositar tu energía en la Zampakutoh para combatir, pero lo que yo necesito, es que "proyectes" esa energía fuera del cuerpo, por tu cuerpo mismo, no por el arma." El tono alegre de su voz lo hacía parecer mucho más fácil de lo que era en realidad.

"¿Has notado alguna vez, como, cuando un Capitán pelea, ejerce con su fuerza una "presión" sobre el cuerpo de los rasos? En algunos casos es tan extremo, que llega a impedir a un soldado moverse, o actuar, generalmente, depende de la energía espiritual propia, o del dominio de esta, aún así, como oficial, tu dispones de más energía espiritual que tus consiguientes... Por lo que tu ayuda es notablemente más valiosa." Con aquella aclaración, dejaría claro por que había buscado específicamente a Regis.

"Estoy diseñando un aparato que permita recoger esa energía, e introducirla en un cuerpo ajeno, con la liberación que ello implica... Imagina, por ejemplo, que tal energía fuese proyectada dentro de un cuerpo... Del de Pitapollo por ejemplo, y lo liberasemos dentro del Seiterei, con la energía de uno de nuestros Capitanes, y corriendo por toda la Sociedad de Almas a gran velocidad... ¿Te imaginas el revuelo?" Preguntó con ilusión el teniente, sabiendo incluso que él mismo se vería afectado por la presión de un Capitán, o varios, siendo ejercida de un modo temporal por algo tan nímio como ese prototipo.

"Pero por supuesto, no se usaría con tal fin, imagina por ejemplo, que pudiese otorgarse a nuestros grupos de Shinigamis, y estos la usasen contra un Menos Grande, éstos dejarían de ser un problema contra nuestros rasos, paralizados ante la potente energía de un Capitán que en realidad. ¡No está ahí!" Ahora empezaba a verse por donde iban los tiros.

Quedaba el problema de que la enérgía se liberaría en un momento, lo que causaría una paralisis de poco tiempo, unos cinco minutos, aún así, en combate, aquello otorgaría una gran ventaja... Y a la larga, quizás estudiando su naturaleza... Pudiese mantenerse... Y de usar la genética para crear desde cero... Quizás pudiese determinarse la cantidad de poder espiritual de una persona... Jojojó, las posibilidades eran infinitas.

"¡Bueno! Acompañame a mi despacho, y empecemos, tendrás que liberar toda tu energía espiritual, y yo la recogeré con un dispotivo de microparticulas seleccionadoras..."
Dió media vuelta y experó a que Regis le siguiente, iban a encaminarse hacia su despacho, donde realizarían el experimento... Las aplicaciones futuras que ello tendría, se formaban en la mente de Shuyin de modo tentador, el fracaso no era una opción, y de serlo, intentaría salvar de aquello lo que pudiese.

La genialidad también usaba el clásico ensayo y error.

Regis escuchó el discurso de su teniente a medias, pues realizaba su habilidad especial. Lo que el llamaba microsueños. Consistía en dormir durante 2 segundos y despertarse al instante sin que nadie se diera cuenta.
Lo que escuchó del teniente le pareció acertado.

"De verdad tiene lógica... seria un gran avance para la sociedad de almas...." Pensó " Ademas el numero de shinigamis necesarios para las operaciones se reduciría drasticamente... y de paso podrían ascender ha este pirado.... entonces se dedicaría a molestar a su teniente y no a mi -.-"

Lo acompaño servicialmente hasta su despacho. El despacho circular " gobernado" por una enorme mesa llena de papeles y con diversos tubos de ensaño le produjo una muy mala sensación.

-Es una idea estupenda... le podrían llegar a ascender por esto... mas que pasaría si alguien utilizara esto para recolectar la energía de los capitanes en una sola para su propio uso? Dijo con voz cansada y medio dormida. Bostezó he hizo crujir los huesos de las espalda. -Dejando de banda la moralidad.... cuando empezamos el experimento?

"Oh, eso no sería un problema." Comentó Shuyin haciendo referencia a la pregunta de su oficial.
"El cuerpo de un Shinigami tiene suficiente poder espiritual propio, como para rechazar la entrada de uno ajeno, probablemente, la lucha de poder interno entre el propio del shinigami, y el de un Capitán, acabase con la destrucción del cuerpo... Podríamos Succionar todo el poder espiritual del individuo, e introducir el del Capitán, aunque las posibilidades de supervivencia, dado que el sujeto tendría que sobrevivir únicamente con fuerza de voluntad, sería demasiado baja... Además, aún en el caso de que este problema se solventase, el shinigami en cuestión no estaría preparado para su nueva cantidad de poder, su Zampakutoh cambiaría de tamaño bruscamente, y probablemente, moriría aplastado al ser incapaz de controlar el tamaño." Explicó de modo generalizado.

"A alguien con notables dones de control espiritual, y con una fuerza de voluntad notoría, quizás pudiese funcionar el experimento... Es más, habría un mínimo de posibilidad de que el cuerpo del sujeto no rechazase el nuevo poder, y lo almacenase como un segundo motor corporal... No obstante, la probabilidad de que esto ocurra es bajísima, y, tampoco podría asegurar que el cuerpo aguantase tamaño poder... Quizás, simplemente explotase." Un brillo de interés cruzó los ojos del Teniente.

"Por eso la opción más viable sería introducirlo en objetos, o animales con una cantidad de energía mínima, cuyo poder no ofreciese siquiera una resistencia... Aunque, claro está, si nosotros mismos creasemos la "existencia", es decir...El cuerpo, lo equilibrasemos con mucho esfuerzo hasta una probabilidad neutra, e introdujesemos todo... Y finalmente, usasemos un alma modificada para darle vida... Bueno, bueno, algo así podría funcionar... Y tendríamos un monstruo ¿Verdad? Un monstruo sin Zampakutoh, pero con el poder espiritual de un equipo de Capitanes... Sería interesante..." Comentó para sí el animado teniente.

Se acercó a su mesita, se agachó, y sacó de debajo de la mesa un aparatito. Se trataba de un enorme tarro de material indeterminado semi-transparente parecido al cristal, estaba conectado a un largo tubo de cobre, que finalizaba en unos pequeños cables que se unían a unas ventosas.

"Tienes que colocarte estas ventosas, una en la frente, otra a la altura del corazón, y otra en el brazo con el que más fuerza esgrimas tu Zampakutoh, dependerá si eres zurdo... O diestro..."
La explicación era sencilla.

"Cuando estés listo, saca todo tu poder espiritual, y esas ventosas lo enviarán directamente a mi frasquito, comenzará a llenarse de un "humillo" de un color aún no determinado, tienes que mantener el flujo de energía constante hasta que... Probablemente, pierdas la consciencia debido a la falta de energía, o te marees... Quien sabe." Aunque el tono de voz era tranquilizador, desmayarse no solía ser nada agradable.

"No te preocupes, después de esto, podrás tomarte un merecido descanso." Concluyó con un tono de voz bajo y cantarín.

Regis escucho atentamente, esta vez si, el discurso de su superior. Se notaba que sus estudios científicos habían dado su fruto. Mas una idea invadió su mente.

" Un monstruo sin zampakutoh pero con el reiatsu de un equipo de capitanes.... seria interesante de ver... si funcionara los shinigamis simplemente nos limitaríamos a crearlos... sin ninguna otra actividad..."

No le gustaba mucho la idea de quedarse inconsciente.

-Todo sea por el progreso.... Dijo resignado pero a la vez pensaba " Y por una vida mas descansada"

Cogió las ventosas y se las colocó tal y como indicó el teniente. La primera en medio de la frente, la segunda cerca de su corazón y la tercera en la derecha, pues era diestro. Realizó un microsueño, suspiro y empezó a sacar su poder espiritual. Primero fue un ejercicio sencillo, no demasiado cansado, mientras un humo liloso empezaba a llenar lentamente el tubito. Pero al cabo de unos minutos fue un ejercicio muy extenuante... estaba sudando por cada uno de sus poros. La sien le latía casi con la misma fuerza que el corazón que parecía inmerso en una frenética danza.

Continuo así unos pocos minutos hasta que llegó a su tope... fue como si una cuerda se rompiera... empezó a perder los sentidos uno por uno, hasta que su visión fue borrosa y entonces cayó cual pieza de dominó al suelo, sin sentido.

Parecía que el sistema funcionaba, Regis expulsaba su poder espiritual, y un remolino de tono lila comenzaba a formarse dentro del transparente frasco, liberar poder espiritual por todo el cuerpo era una tarea agotadora, y su Oficial fue capaz de aguantar minutos, tenía que reconocerlo, el chico tenía talento.

El humo comenzó a perde fuerza, y tras unas pequeñas sacudidas de humareda, Shuyin agarró el bote y lo cerró con una pequeña rendija metálica, quedando totalmente sellado.

Observó el remolineante cúmulo de energía dentro del frasco, resultaba de lo más llamativo, se giró, y fue a uno de los armarios que se encontraban el la parte de atrás, abrió un pequeño cajón, e introdujo el tarro dentro para posteriormente, pasar a otra cosa.

Observó a Regis en el suelo, inconsciente, era un chico peculiar, generalmente lo pillaba durmiendo en horas de trabajo, sin embargo, cuando se le pedí algo que le llevaría a estar inconsciente delante de un psicópata con riesgo de acabar dios sabe como, aceptaba sin "Peros". Empezaba a caerle bien su escuadrón.

"Así que...Como recompensa, te ayudaré con ese problemita de sueño tuyo." Afirmó con tono cantarín mientras metía la mano en un cajón, y sacaba un pequeño pin electrónico con la cara de un payasito.

Se trataba de un inhibidor de sueño, hacía que el usuario no pudiera dormirse salvo un agotamiento total, despertando además, lo antes posible. Por la mente de Shuyin pasó la idea de introducirlo en su cuerpo, pero aquella broma podría costarle la salud de su compañero, y la idea, no terminaba de hacerle gracia.

"Bueno, se lo colocaremos en la nuca... Y que él mismo se lo quite cuando se de cuenta, así será mucho más justo." Se dijo a si mismo con una voz rítmica y cantarina.

Usó dos pequeños micro-alfileres para sujetar el pin a la nuca de Regis, ahora el sujeto despertaría al momento, cansado, pero despierto, había cumplido sus espectativas con un 100% de efectividad.

Por otra parte, la batería del pin no era ni mucho menos, infinita, en caso de no darse cuenta, Regis podría volver a dormir como de costumbre dentro de 72 horas, para cualquier persona normal aquello sería un sufrimiento, para Regis, sería un auténtico infierno.

¿Cómo reaccionaría su Oficial? No podría negarle un aumento de sueldo después de aquello.

Fue recuperando su consciencia poco a poco. La vista nublada le impedía ver donde estaba. Le dolía la cabeza y le costaba pensar.

"Donde demonios estoy?" Se preguntó mientras poco a poco su visión iba volviendo. Pudo observar que estaba en el suelo del despacho de su teniente. Esta fue una visión esclarecedora pues volvieron a el todos los recuerdos. Se intentó levantar lentamente, le dolían todos los músculos de su cuerpo pero tenia que causar buena impresión a su teniente o seria castigado con mas trabajo. Intentó realizar un microsueño pero curiosamente no pudo.

"Eh? Que raro.... debe ser a causa de la perdida de energía espiritual..." Pensó

Miró con ojos críticos a su teniente. Sonreía, o bien había sido un éxito o bien un fracaso y esperaba poder ver la repetición, con los psicópatas nunca se sabia. Tragó saliba y preguntó.

- Y bien señor, ha sido un éxito o un fracaso? Preguntó con un tono de voz voz adecuado pero cansado.

Shuyin afirmó con la cabeza con una leve sonrisílla que se marcaba de lado.
"Un éxito total, tu energía ya está en el frasco, parece que el material no permite filtros, y que la rendija aguanta el poder, ha sido un experimento de lo más útil." Comentó con tono bajo, alegre y cantarín.

Dió una vuelta alrededor de su mesa, agarró un papel y la pluma, y anotó algunas líneas con una rápida caligrafía que, probablemente, solo fuese legible para sí mismo, era, a grandes rasgos, un método de rapidez tanto como de privacidad, levantó la cabeza y miró a Regis.

"Oh, Hola Oficial... ¿Desea algo?" Preguntó Shuyin amablemente, preguntandose que había llevado a Regis a entrar en su despacho.

Observó el aspecto cansado de Regis, parecía que acabase de sufrir algún tipo de combate mental, lo examinó con curiosidad, antes de tomar su propio diagnóstico mental.
"Parece cansado Regis, tomese un descanso, si sigue trabajando en estas condiciones va a perder la consciencia." Anunció el teniente volviendo al papeleo.

Tenía trabajo, mucho trabajo, había sacado de dios sabe donde un bote de poder espiritual, y tenía que comprobar si era capaz de meterlo en algún ser vivo pequeño, o algún objeto.
Comenzó a rellenar folios y folios con distintas formulas, buscando tambíen, el objeto más adecuado para contener algo así, debía ser algo útil... Y más previsible que un pita-pollo.

Trabajo...Trabajo...

Regis quedó sorprendido delante de la reacción de su teniente. Movió ligeramente la cabeza para ver si estaba soñando y después en forma de resignación.

" La linea entre el genio y el loco es muy estrecha" Pensó

Pero una palabra ilumino su cara y sus pensamientos...descanso... si... eso había dicho tenia que tomarse un descanso. Por solo aquella palabra se lo había perdonado todo y estaba contento como un teletubbie. Se puso firme y contesto con voz enérgica.

-Si mi señor!Agradezco su preocupación y le haré caso en su consejo..... Y ahora si me permite me retiro a descansar. Dijo mientras se iba lentamente debido al dolor que se extendía por todo su cuerpo y del dolor de cabeza que no dejaba de atosigarle.

Cuando llegó a su segundo escondite, situado en un cuarto de experimentos fallidos donde nadie acostumbraba a acudir pues al primero no podía acceder pues todavía olía a mierda de pitapollo... se acomodó, cerro los ojos y espero a que su viaje al mundo de los sueños empezara....pero esta vez no funcionó.

"Que raro...." Pensó pero se encogió de hombros y lo volvió a intentar.... y así pasaron un par de horas...
Regis estaba al borde de la taquicardia, sudando cual hombre en el desierto con un ataque de nervios...

"Que mierdas pasa... que mierdas pasa... que mierdas pasaaaaaaaa!!!!" Pensaba a la vez que se balanceaba. Esto que en su desesperación puso las manos en la nuca y encontró algo... se lo arrancó y en sus manos había un payaso...

"Pero que dem..." Inmediatamente quedó dormido.

Continuó sus investigaciones en el despacho, rellenó papeles, y pensó en como solucionar ciertos "problemillas". Necesitaba soluciones, para la primera investigación, necesitaba bajar al mundo humano... Aquello era algo que tendría que hablar con el Capitán del escuadrón número 13. Apartó a un lado el proyecto, y agarró otros... Parecía que el escuadrón número cuatro también andaban faltos de personal... Y necesitaban alguna medicina que "colaborase" con sus ya expertos poderes curativos.
"¡Pero yo no soy médico, soy científico!" Comentó para sí entrecerrando los ojos, y pensando que podría hacer al respecto.

Ciertamente, la medicina era asunto del escuadrón cuatro, al igual que sus avances, aunque, si pudiese acelerarse el factor regenerativo natural... Quizás pudiese compararse a un poder curativo, aunque claro, la regeneración nunca suele ser un proceso sencillo. Y, aunque muy efectivo, suele significar un acorte en la esperanza de vida... Aunque si fuese capaz de re-inyectar tales celulas, nuevas... El problema quedaría resuelto, es más... Probablemente ampliase la esperanza de vida.

"¿Lo admitiría el organismo?" Las probabilidades de rechazo existían, y la compatibilidad sería en algunos casos, un problema... Eso llevaría a otra investigación más... ¿Y si pudiese transformarse la compatibilidad?... ¿Llevarse a un punto neutro?... Era posible, según había escuchado, hasta los humanos habían conseguido algo parecido en su mundo con la sangre... "Sangre artificial".

Podría crearse un organo regenerativo en sí mismo, y trasplantarse a un cuerpo sano... Era una posibilidad, aunque claro, como reaccionaría con el resto del organismo era un misterio, y el desgaste del organo al regenerarse sería brutal.

"¿O no?" Pensó llevandose la mano al mentón.
Salió de la sala, y se encaminó en busca de su ya conocido oficial, y de dos shinigamis más... Este experimento requeriría más ayuda, y probablemente, una fuerza de voluntad fría.

"¡Regiiiiiiiis!" Fue llamando por los pasillos, mientras en su búsqueda, agarraba a dos shinigamis rasos de su escuadrón, y los llevaba con él.

Dormía profundamente en la sala de experimentos fallidos acunado por el suave ronroneo de del aire congelado de la sala de al lado( la de experimentos potencialmente peligrosos congelados) y de tanto en cuando algún que otro chillido sobrenatural... La temperatura era suave, perfecta para el descanso. Lo único que rompía aquella "paz" eran los sonoros ronquidos de Regis que seguramente eran escuchados en la sala de al lado, pero que mas daba, todo el mundo de su escuadrón conocía a su 3er oficial y su "afición".

Un grito ya bastante conocido y predecesor, el grito que anunciaba su nombre alargando la "i" con tono divertido....

Se levantó lentamente y se expulso la túnica de pequeñas motas de polvo y se dirigió hacia el punto de procedencia de la voz con paso tranquilo y relajado. Después de uno o dos minutos de caminar vio aparecer al teniente en la otra punta de un pasillo. Se acercó a el lentamente y cuando lo tuvo delante, siempre ha una distancia prudencial, hablo.

- Si Akira-sama? Dijo tragando saliva al ver la cara de suplica y suplicio de los dos shinigamis rasos que acompañaban a su teniente.

Shuyin encontró a su Oficial (como ya era costumbre) a la vuelta de la esquina, le sonrió amablemente, y le indicó con el dedo mientras hablaba.
"Acompañame a mi "sala de creación" junto al laboratorio, tienes que ayudarme con algo... Vamos a probar algo de lo más interesante."

Dado por sentado que Regis le seguiría, Shuyin Akira andó a paso ligero, sonreía casi de modo inconsciente, e iba girando pasillos a cada vez más velocidad, explicando con voz clara.
"Veréis señores, el cuarto escuadrón anda falta de ninjas médicos, como bien sabréis, los médicos son algo poco prescindible, concretamente, imprescindibles... Sí... No nos concierne a nosotros su trabajo, pero quizás, podríamos ahorrarle parte... Estoy trabajando en un sistema regenerativo, funciona individualmente por órganos, y, sinceramente, sería un verdadero despilfarro sustituir todo el sistema interno de un shinigami por uno de los que os hablo, para empezar, muy caro, para continuar... Poco adecuado... No sabemos que resultados podría generar... Además, la investigación aún no ha avanzado tanto... Para comenzar con ella... Necesito un órgano..."

Ahora SÍ podía respirarse hielo en el ambiente.
"En mi sala cuento con un material similar al tegido orgánico, sin embargo, no es ideal para experimentación... Lo que propongo es sacar un pulmoncito de un cuerpo vivo, y, como compensación, introducir uno de este material... No es mejor, no es más duro... Si puede presentar algún tipo de ventaja, será que no se desgastará igual ante el tabaco o el alcohol..."

Efectivamente, Shuyin Akira necesitaba un pulmón, un pulmón orgánico sacado directamente de un paciente vivo, y que poder estudiar cuando aún estuviese fresco, pudiendolo congelar, mejorar, o manipular a su antojo... Por supuesto, no podía mandar a ninguno de los shinigamis a conseguir algo así, eso sería asesinato... Pero un voluntario... Oh... Un voluntario quizás fuese algo idóneo.

"El proceso es más o menos seguro, por lo que no deberíais preocuparos, además, si os hace ilusión... ¡Podríamos darle otra forma a vuestro pulmón! Aunque claro... cabría la posibilidad de problemas con el resto del sistema... Sí... Mejor con la forma original."

Y mientras seguía andando hacia el laboratorio, esperaba que sus dos acompañantes y su queridísimo oficial, decidiesen quien sería el afortunado sujeto que pasaría a la historia como "la persona a la que agradeceríamos un buen sistema de regeneración pulmonar".

Encontraba divertido imaginar que cara pondrían cuando llegase al corazón.

Se creó una gélida tensión en el ambiente, casi se podía cortar con un cuchillo. Giró su cabeza a uno y otro lado, los dos shinigamis le miraban a el, y por sus caras se podía decir que estaban acojonados y buscaban que el solucionara sus problemas. Regis resopló y contestó:

-Tengo fe en usted teniente, se que tendrá éxito. De echo Regis no creía la mitad de sus palabras pero era tal la presión que sentía por parte de los shinigamis rasos que no le quedaba otra opción.

Miro con ojos desafiantes a su teniente, unos ojos que poca gente había visto.

-Pero no habrá problemas con la competencia? Y si la regeneración del órgano es tan rápida que su desgaste es igual de rápido y esto provoca fallos? Tendría que contar con estas variables. Preguntó Regis esperando que su teniente le iluminara.

Shuyin sonrió, abriendo unas grandes puertas, y dejando ver lo que a primera vista, podría ser simplemente un quirófano de último modelo, aunque la limpieza premiaba sobre todas las cosas, de un modo casi escrupuloso, cualquiera que estuviese acostumbrado a los reflejos del color de la sangre, o una percepción enormemente elevada, podría darse cuenta de que aquellas paredes tenían más de una historia que contar. Y, de seguro, poco agradable.

"Supongo que por competencia te refieres a compatibilidad, no Regis, no... El nuevo organo será de un material neutro que no rechazaría ningún organismo independientemente del tipo de tejido, es casi como la sangre artificial del mundo humano... En cuanto a la regeneración, bueno, no sería el caso de tu pulmón sustitutivo, la regeneración sería más o menos similar, es el tuyo el que necesito para investigar el aumento regenerativo, uno fresco y de humano, lo que intentaré será que el pulmón por sí mismo asimile la rápida regeneración, como si lo llevase naturalmente en su código genético, las celulas se multiplican un número de veces en la vida, y cuando llega a eso...¡Pum! No más... Pero si pudiese aumentarse ese múltiplo, realmente, el factor regenerativo no tendría tanta importancia, ¡No estarías sujeto a un número fijo de celulas!" Explicó.

Sonaba mucho más sencillo de lo que en realidad era, pero... No era imposible, a fin de cuentas, la gracia de un investigador, es que nada fuese imposible... Lo imposible era, simplemente, complicado.

Indicó a Regis una camilla, y a los dos shinigamis rasos que le ayudasen, no podía permitirse perder a Regis, ayudantes tan cooperativos como él quedaban pocos... ¡Muy pocos! Y la idea de secuestrar a alguien podría traerle problemas con los altos cargos.
"Te debo una Reeeeegis" Le dijo con voz cantarina mientras le introducía la anestesia general.

Indicó a los dos shinigamis que se encargasen de controlar la sangre, mientras él cogía aquella masa grisacea orgánica artificial, y le daba la forma de un bonito pulmón.
Practicó la incisión, y, con cuidado, buscó el pulmón de Regis, sin manosear demasiado nada que pudiese llevar a su querido oficial a un Shock general.
"Sería un problema." Tras una hora de estresante operación, Shuyin Akira sustituyó el pulmón del chico por aquella masa orgánica, que se movió sin producir sonido alguno, al compás de su nuevo compañero... Éxito, aunque eso ya lo sabía.

Su nuevo pulmón no era mejor que el anterior, como aspecto positivo, le prevería de problemas respiratorios, o de enfermedades pulmonares... Como aspecto negativo, los puntos que dejaría en el pecho dejarían una fina pero visible cicatriz... Bueno, para un shinigami una cicatriz podía ser un orgullo, además, así le recordaría a él.

Introdujo el pulmón de verdad en un frasco congelador a la mayor velocidad posible, y extrajo todo el aire del mismo, quedando perfectamente "envasado y congelado al vacío". Para cuando Shuyin decidiese "investigar con él".

Examinó a los dos shinigamis que miraban en lugar con cara de espanto, y a Regis tumbado sobre la camilla, su misión allí había terminado.
"Tú, limpia todo esto... y tú, mueve la camilla de nuestro querido oficial hasta una habitación, y coloca otra aquí... Voy a trabajar a mi despacho... Tengo mucho que hacer."

Los hombres afirmaron con un movimiento de cabeza, y se quitaron de enmedio a una velocidad que dejaba a entender que, preferían hacerlo antes de que a Shuyin le diese por desear un compañero para el pulmón de su oficial.

El teniente sonrió, se despidió de Regis con un gesto con la mano, y salió de allí en dirección a su despacho, donde se encerraría bajo llave a tratar con su nueva adquisición.
Era un gusto ser teniente...

Hechó a andar por el pasillo, con una leve risilla, y un frasco helado en la mano.
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PD: Por mi parte, hasta aquí llegó mi personaje, podemos dar el tema por terminado , postea tú con tu "despertar" y finiquitado ^^

Regis se despertó de su sueño, le hacia daño la cabeza y no sabia muy bien donde estaba.... Giró la cabeza lado a lado hasta percatarse que estaba en la sala de operaciones. Se miró las manos y las flexiono un poco para ver si respondían... perfecto, lo hacían... pero algo raro había en el, ya no sentía sueño sino que una profunda paz y tranquilidad le llenaban todo su ser. Ademas una curiosa melodía se le había quedado en la cabeza.

Se levantó poco a poco. Una aura de tranquilidad lo envolvía, caminó lentamente hasta fuera de la sala de operaciones, diverso papeleo le esperaba en su mesa. Así que fue tranquilamente hacía allí, sin pausa pero sin prisa mientras silbaba una canción.

Cierro. Hilo terminado ^^