Vuelta al Trabajo [Tema Cerrado]

Era medio día cuando Taiga, por fin salió de la sala de curas del 4º escuadrón. Intentaba recordar como acabó tan mal, pero solo le llegaba a su mente la imagen de Onime no Tenshi liberando su verdadera forma.

Por el cuello de su haori se dejaban ver unas vendas que cubrian los cortes y estocadas recibidas la anterior noche, mas bien parecia una momia con tantos vendajes pero aun así, seguía estando igual de atractivo que siempre. Onime habia sido considerado y no le había hecho ningun rasguño en la cara.

Taiga decidió caminar hasta su cuartel y ponerse manos a la obra con todo el papeleo que le quedaba por solucionar, que no era poco ya que Chiesa no dejó todo el trabajo al día.

-Debo ponerme al día en el trabajo antes de que haya quejas sobre mi rendimiento- Penso Taiga colocandose su insignia de teniente en el oubi ya que si se la ponia en el brazo estaria molesto por las heridas.

- Corre, corre, corre, correeee ..... -

Como una rafaga de viento la shinigami se desplazaba por entre las calles del Sereitei. Acababa de llegar de visitar a su familia en el Rukongai. Estaba en casa con sus padres y nuevos hermanos cuando habia recibido la notificación de mano de uno de los mensajeros del Sereitei. No lo podia creer, la querian hacer miembro de la 12ava división. Una parte suya estaba henchida de orgullo pero la otra se negaba, no queria que comenzaran a mirarla extraño. Siendo incluso que muchos de los miembros de aquella división eran sujetos de experimentos ella era el primer experimento en convertirse en miembro del Gotei 13, seguro la iban a tratar como basura o algo así. Ya verian.

Ella y su extrema seguridad. En su mente iba planeando las mil y una manera en que torturaria a aquellos que osaran burlarse de ella. Iba tan distraida y a tal velocidad que no notó al shinigami que cruzaba la calzada saliendo del 4° escuadrón.

PUM!

El golpe que no fué en seco la hizo rebotar y caer varios metros más atrás cayendo directamente sobre su trasero. Sintió que el dolor le atravezaba la mismisima medula y emitió un grito que espantó a todos los pajaros de los jardines cercanos.

-Ay, ay, ayayayayayay!!! -

Exclamaba mientras se trataba de poner de pie inutilmente y se sobaba sus sentaderas, soltando una risa estupida porque el golpe habia sido directo en el huesito de la risa. Los ojos llenos en lágrimas y el rostro rojisimo por la vergüenza. Abrió esos pozos azules rogando por todos los shinigamis del universo que nadie la hubiese visto, pero la imagen borrosa directo en frente de ella solo logró sonrojarla aún más.

- Estupidos Shinigamis, no se les puede ni confiar la honra de una... -

Masculló por lo bajo mientras se volvia a quedar sentada y se llevaba la mano a la nuca y trataba de controlar la risa estupida para sonreir de manera avergonzada al objetivo de tremendo ataque, sin embargo la sonrisa se borró casi de inmediato y se puso de pie de un salto y señaló al desconocido

- FIJESE POR DONDE ANDA, NO?!!! -

Absortos en sus pensamientos, Taiga empezo a andar cuando de repente y sin esperarlo, un objeto veloz no identificado colisiono con el distraido teniente.
Taiga voló un par de metros cayendo derribado de espaldas en el suelo.
Al tocar el suelose retorció de dolor por las heridas aun no cerradas del todo.
Recuperandose del punzante dolor, se quedó sentado en el suelo en estado de incredulidad pensando...
- Alguien ha cogidó la matricula del camión?

Miró buscando el O.V.N.I y para su asombro aquel objeto veloz no identificado tenia cuerpo, y cuerpo de mujer vestida con el atávio de shinigami por lo que podia ver con los ojos aun llorosos.

-Lo sie...- Empezo a decir Taiga cuando de repente escucho aquella acusación directamente.

-Perdone?! La que me ha atropellado a sido usted!- Ahora que se fijaba bien... era un shinigami raso la que lo estaba sermoneando.

-Debería disculparse al menos por tal derribo hacia mi persona.- Dijo poniendose en pie y señalando su insignia.

Tenia que encontrar una salida pronta antes de que la colgaran o algo por el estilo. Siguió señalandolo, terca como era, hasta que sus ojos le permitieron ver mejor a quien tenia en frente. El brazo le tembló un poco pero no lo dió a torcer. Era el teniente de la 10 división, Taiga. Se mordió la boca por dentro, ella los conocia a todos pero ella era solo una sombra. Deberia disculparse, pero, por qué?.

- Disculparme? -

Al fin dejó de señalar al shinigami y se llevó las manos vendadas a los cabellos dejando que las mangas de su uniforme shinigami cayeran hacia atrás dejando ver que las vendas subian por los brazos. No habia pasado desapercibido que él estaba támbien vendado y que se habia quejado. No necesitaba ser un genio para entender que recien lo daban de alta en la enfermeria pero no se disculparia, no empezaria desde ya con esa sumisión que solo habia tenido para con una sola persona que ya habia muerto. Se arregló un poco los cabellos rojizos y bajó los brazos. Uno de ellos quedó colgando libre a un lado de su cuerpo y el otro se hizo con uno de sus Tessen el cual abrió y comenzó a ventearse un poco de aire para bajar el calor que la vergüenza le habia subido hasta el mismo rostro.

- Paprika aquí, y usted es? -

Cambió olimpicamente el tema mientras su mano libre le acomodaba el ajustado uniforme sin que el pudor le impidiera acomodarse los senos támbien un par de veces.

Taiga estaba aun algo trastornado por lo ocurrido la anterior noche.

-No es momento para que se te suba el cargo a la cabeza, hasta hace poco tu tambien eras asi...- Penso volviendo a poner los pies en la tierra

-No te preocupes por la disculpa... La culpa a sido de ambos...- Dijo Taiga quitandole importancia al asunto.

Taiga se quedó observando a aquella shinigami y una vez escuchó la presentación, Taiga respondió...

-Karasuma Taiga, teniente del decimo escuadrón.- Una vez termino hizo una leve reverencia.-Encantado Paprika-san.

Aquella shinigami no pasaba desapercibida ante los ojos de Taiga, larga melena peliroja, un uniforme un tanto escotado bien portado, ojos muy profundos... es una chica de las que no se suelen ver todos los dias...

-¿Nueva por el Gotei?- Preguntó Taiga con interes al verla abanicarse.

El asunto se habia solucionado mejor de lo esperado por lo que Paprika liberó un suspiro suave que más bien parecia que habia tomado una profunda respiración.

- Oh, pero que formal es -

Su voz sonó lastimera mientras hacia un mohín con la boca de malestar.

- Paprika simplemente le queda bien Taiga-fukutaicho -

Mencionó ella a su vez manteniendo la educación para darle un toque sarcastico al asunto. Luego asintió para quedarse observandolo más de lo permitido por el pudor. Era un hombre muy atractivo, así de esos que daban ganas de saltarle encima, amarrarlo y cocinarlo para comerselo sudadito. Sacudió la cabeza desordenandose los cabellos y sacandose las ideas de encima por dos segundos para poder seguir con el juego que habia decidido comenzar sin previo aviso.

- En el Gotei si -

No entró más en detalle. No llevaba ninguna insignia ni portaba Zanpakutou alguna a menos que se creyera que su doble Tessen era la forma de la suya, a veces le habia pasado. Dió varios pasos hacia adelante cerrando la amplia distancia que habia entre ambos y no se detuvo hasta que quedó a escasos pasos de él. Eran de la misma estatura así que podia verlo directamente a aquellos frios y profundos ojos que atrapaban si se les permitia observarlo a uno por más de unos segundos.

- Mucho mejor así que esa distancia que casi nos iba a tocar usar señales de humo para entendernos, no le parece? -

Una rafaga de aire refresco la escena moviendo los uniformes de ambos shinigamis, marcando aún más las curvas de la chica y moviendo sus cabellos, permitiendo ver ligeramente el borde de vendas que pasaban por el hombro derecho. Cerró su abanico y se quedó mirandolo a los ojos sin temor a perderse en ellos.

Taiga al ver que aquella presa llamada Paprika se le acercó para acortar distancias, el por no quedar de descarado le seguia la mirada a los ojos aunque su instinto lo llamaba a mirar a otro lado...

-Ha entrado en el juego...- Pensó el lado seductor de Taiga.

Cuando Paprika paró a unos escasos 3 pasos, aun le seguía la mirada clavada en sus ojos, esa mirada era de las que no se olvidan facilmente. Ambos intentaban descubrir que pensaba el otro atraves de la pupila del opuesto.

Al oir la sugerente pregunta de Paprika, Taiga se apartó el pelo del cuello dejando su rostro aun mas definido y asentó levemente varias veces sin quitarle la mirada.

-¿Que división tiene el placer de tenerle entre sus filas?- Preguntó Taiga interesado por saber donde se alojaría y donde poder buscarla.- Al demonio el papeleo... ya lo hare mas tarde- Penso Taiga rapidamente.- Quizas yo la pueda guiar hasta el cuartel de su escuadrón...- Dijo Taiga ofreciendose a acompañarla.

Él tampoco le quitaba la mirada de encima, parecia que jugaban una guerra de miradas, haber quién cedia primero; y a Paprika le estaba comenzando a gustar el juego. Aquel simple movimiento de retirarse el cabello para marcar sus rasgos era su lanzamiento y ahora era su turno.

-Shinigami del 12° escuadrón, al menos eso acaban de informarme -

Le indicó esbozando una delicada y travieza sonrisa al recordar que suponia estar presentandose con su nuevo capitán pero al contrario estaba allí frente a aquel teniente perdida en sus ojos para no perderse irremediablemente en todo lo demás que lo componia.

- Deberia, pero he decidido quedarme aquí un poco más, seria de terrible mala educación que tras causarle dolor solo le dejara marcharse solo -

Sacó una excusa que se esuchó como tal porque así lo deseó, y estiró su mano de dedos largos hacia las vendas en el cuello del hombre y las tocó suavemente dejando que sus uñas rozaran delicadamente la piel descubierta un poco más arriba.

- Espero se encuentre mejor de lo que esas vendas muestran -

No pudo ocultar la sensualidad de su voz ni el movimiento involuntario de su cuerpo a una pose completamente coqueta, su otra mano sobre su cadera y su cuerpo ligeramente curvado dejando ver la apertura que su uniforme tenia a un lado y que enseñaba el blanquisimo muslo de la shinigami; una apertura que no se habia notado hasta el momento. Se mordió el labio inferior con descaro y se alejó un paso de él para dar la impresión de que luchaba contra su instinto, el juego debia continuar.

-Con que al duodécimo escuadrón ¿no?...- Dijo con voz sugerente y a la vez pensativo.

Había empezado delante del 4º escuadrón una guerra campal donde no habrían heridos... ironico ¿no?.

-Yo también he dejado aparcado unos asuntillos que tengo por ahí pendientes, no sería muy cortes que despues de este incidente me retire sin mas, no?- Comentó Taiga sonriendo levemente. -Espero que no le haya hecho daño en el choque...

La caricia de Paprika le puso la piel de galliña a Taiga, el cual aguantó muy bien.
Para disimular un poco el escalofrío, una vez mas, hizo un escaneo de pies a cabeza a aquella bella shinigami. Miró a Paprika lo suficientemente lento para no saltarse ningun detalle de la figura de aquella mujer pero lo suficientemente rapido para no parecer un dejenerado.

Taiga reparó en la opertura del hakama que dejaba ver timidamente una parte del muslo, de piel blanca como la nieve y tersa como la seda.

Al volver a mirarla a los ojos, también reparo en la venda del hombro derecho. Taiga aprovechó esa venda para lanzar su próximo ataque. Con la punta de los dedos acarició desde la parte posterior de la oreja hasta la venda.

- Gracias por preocuparse por mi Paprika-san. Pero veo que no soy el unico herido, espero que esa herida no deje ninguna cicatriz en vuestra tersa piel.- La pelota estaba ahora en el tejado de ella. Taiga parecia controlar sus instintos bastante bien aunque estaba poniendose en peligro su autocontrol.

- El dolor ya pasará -

Fué toda respuesta sobre si se habia hecho algún daño con la caida. Estaban allí al frente de la puerta del 4° escuadrón, un par de Shinigamis los miraban sin entender la escena; pero a ella le parecia que de repente habian quedado atrapados en una esfera que los aislaba de todo. Era extraño, hacia mucho no sentia una atracción tan institiva por un hombre como en aquel momento, le costaba incluso mantener la cordura que le implicaba el lugar, la persona y el cargo de quien tenia en frente.

No pasó por alto el como él la observaba y ella ayudaba con la tarea moviendose ligeramente, mesandose un mechón de cabello, su rostro marcado por una inocencia que no existia, su pierna escapando de la Hakama permitiendo que él notara que la parte baja de la pierna támbien estaba vendada. La chica parecia una momia, una sexy momia extrañamente.

Él fué esta vez quien se acercó el paso que ella se habia alejado, aquella caricia, aquel roce de sus dedos calidos con su fria piel le causó a la shinigami una descarga que le bajó por toda la espalda y la hizo estremecerse. Volvió a morderse el interior de la boca generandole un mohin infantil en el rostro y tomó aire ligeramente para poder hablar sin que su voz se quebrara. Puso sus manos sobre le pecho de él simulando que sus piernas fallaban un poco y luego volvió a moverse rápidamente para separarse un poco de él

- Se dice que algunas cicatrices son sensuales, más si son de batalla. Pero como yo no poseo ninguna de esas - uno de sus dedos repasó los tatuajes en el rostro del teniente - Me he asegurado de que nada marque mi piel -

-Me alegra oir eso...- Dijo Taiga sin volverle a retirar la mirada.

Esta vez, la mirada de Taiga estaba clavada en sus ojos de especial forma, estaba intentando hurgar en la mente de aquella preciosa chica. Hacía mucho que no veía ninguna asi, tan segura de si misma, atrevida y a la vez con caracter.
Taiga, en su afán de no convertirse en presa, lanzó un nuevo ataque directo a Paprika.

Sin mover los pies del sitio, Taiga alargó el brazo y con la palma hacia arriba, con la punta de los dedos empezó a acariciar, recreandose en el tacto, desde la garganta hasta el fino mentón de aquella joven... atrayendola y acercando su cara frente a la de aquella preciosa chica. Cuando cualquier persona pensaría que se iban a besar, Taiga desvió la cara hacia el oido de Paprika, con la otra mano se ayudo para apartarle el pelo que caía delicadamente sobre su oreja...

- Pero aun mas bellas son las que no dejan huella externa.- Dijo Taiga susurrandole al oido a aquella joven presa.

La mirada fuerte de Paprika parecia una barrera impenetrable que se rompió cuando los dedos del teniente le acariciaron la piel de la garganta, sus ojos se inundaron de un deseo que no pudo ocultar más. Cuando aquellos labios estuvieron tan cerca que pudo oir el sobresalto de los Shinigamis que los observaban con curiosidad ella se estremeció, su mano se cerró sobre el brazo de él en un intento inútil de apartarlo porque en realidad no ejerció presión alguna. Y entonces cuando aquel aliento calido le golpeaba el rostro él se desvió y le habló al oido apartandole los cabellos con suavidad.

Las piernas le fallaron y emitió un suspiro ahogado, sintió que caeria de rodillas frente a él pero su mente y su cuerpo se conectaron de nuevo en un segundo y dió un salto hacia atrás, sus ojos lo miraron evidenciando su alteración en como se movian con ansiedad.

- Depende del tipo de huella, no todas suelen ser hermosas - retomó la conversación lo más rápido posible y emitió una sonrisa suave para alejar la tensión del ambiente. Dió una vuelta alrededor de él manteniendo siempre dos pasos de distancia de su eje, como cazador que acorrala a su presa, deleitandose en cada parte que observaba del shinigami; luego se detuvo de nuevo frente al hombre y esta vez su sonrisa fué descarada - Qué hace aún aquí jugando Taiga-fukutaicho, no deberia estar llenando algún papel o asegurandose que yo cumpla mi deber de ir a ver a mi capitán? - Su voz cargada de sarcasmo, un reto a aquel ser que pretendia dominarla con aquellos juegos sutiles, pero Paprika era experta en esos movimiento y aquella batalla tendrian que ganarla ambos de alguna manera sin embargo llegar a ese punto era demasiado sencillo para que alguno cediera con facilidad por lo que ambos estaban llevando aquello a un punto de dificultad que el exterior no esperaba.

Podia casi leer la mente de los shinigamis que los veian y en ellas habia tanta confusión por no comprender el peligroso juego que la raso y el teniente llevaban en frente de sus narices.

En el rostro de Taiga se podía observar una sonrisa de satisfacción, la presa intentaba ser cazador pero ya se le veían puntos debiles. Solo era cuestión de hacer el movimiento correcto.

Taiga empezó a seguir con la mirada la silueta de aquella cazadora que cada vez mas se veia presa de un mayor depredador. Ese suspiro, ese titubeo, todo eso era lo que alimentaban la confianza de Taiga para seguir siendo cazador y no presa.

- Es cierto! El papeleo... Gracias por recordarmelo, he de irme.... Dijo Taiga con voz sarcastica.

Acto seguido desapareció de la vista de Paprika cuando esta, de repente sintió como unos brazos la cogian por la cintura.

- Pero no sin ti...-Taiga susurro en la nuca de aquella presa.

Despues de esto y acercando la boca al cuello de la joven Paprika, Taiga con un shunpo se la llevo a un lugar algo mas discreto, sin la mirada de dos shinigamis curiosos. Acabaron en un callejón de transito nulo, solos ella y Taiga.

Una vez alli, Taiga terminó lo que comenzó, cuando estuvo cerca del cuello de su presa, abrió su boca mordiendola muy sensualmente aunque a la vez fuerte.

Paprika levantó una ceja al verlo partir, emitió una media sonrisa que demostraba una seguridad infinita. Tras el juego que allí habia sucedido el teniente no podia solo desaparecer y si en realidad lo hacia ella estaba segura que le veria muy pronto de nuevo. Su respiración en su nuca la hizo emitir un gesto triunfante que él no pudo ver. El shunpo la tomó desprevendia y se aferró a los brazos de él hasta que la depositó sobre el suelo de un solitario callejón. Estaban a espaldas de la biblioteca, era extrañisimo que alguien pasase por allí.

Soltó un quejido lleno de lujuria al sentir los dientes del shinigami cerrarse sobre su cuello en un mordisco, se encongió un poco sientiendo como su vientre se encendia en fuego, sus manos cerradas sobre los muslos de él y su espalda curvada hacia atrás, su cabeza apoyada en uno de los hombros del hombre. La acción la habia tomado fuera de base por completo.

Se permitió bajar la guardia por unos instantes mientras disfrutaba de aquel sensual mordisco que le indicaba que la presa habia caido por completo. Subió su mano por su propio cuerpo delineandolo y luego la pasó por los cabellos de él, acercandolo aún más a ella, para luego bajar hasta el rostro del shinigami y acercarse con sus dedos a sus labios y delinearlos haciendo así que la liberara de la trampa en que habia caido. Una vez logrado el cometido dió un paso al frente y se giró sobre sus talones para quedar de frente a él. Sus ojos lo observaron de nuevo notando como cada vez le parecia más y más atractivo, como se la devoraba el deseo.

- Qué es esta clase de comportamiento teniente? -

El teniente poseia su fama de Don Juan y ni ella ni nadie en el sereitei la desconocia, y ahora entendia el por qué, ese encanto, ese carisma, ese algo que aquel rostro androgeno poseia, un demonio vestido de ángel. Era él su presa o era ella la presa, aquella era una pregunta interesante. Le puso una mano sobre el pecho y lo empujó un poco, sin cuidado alguno haciendo que retrocediera. Se acercó a él de forma amenazante haciendolo retroceder más en aquel estrecho callejón, sus ojos parecian arder en dos llamas azules. Cuando lo tuvo acorralado contra la pared ejerció aún más presión contra él con su propio cuerpo, permitiendole que sintiera cada una de sus cuervas.

- Deberia decir algo estupido como: "Nisiquiera le conozco" o "Es usted un atrevido" pero como dije, seria simplemente estupido y odio las estupideces así que iré al grano - Acercó sus labios a los de él y se los humedeció con su lengua de una manera descarada esperando una reacción de parte del Shinigami.

Taiga se sorprendió de sobre manera cuando aquella chica empezó a empujarlo y a acorralarlo contra aquella pared.
Cuando Paprika hizo presión con su cuerpo notó cada curva de aquella shinigami, aquellas incluso que el uniforme escondía.
Aunque no lo pareciera, Taiga estaba nervioso pero a la vez ansioso. Aquella no era una presa tan facil como parecía y el lo sabía, eran dos lobos cazandose el uno al otro, dos depredadores que querían hacerse con el control de la situación.

Cuando la humeda y suave lengua de aquella chica recorrió los labios de Taiga, este sintío como una bestia despertaba dentro de el y sin pensarlo puso una mano en la cadera de aquel lobo con piel de cordero y otra mano en la nuca de ella, la miro a los ojos y poniendola contra la pared la empezó a besar.

Ese beso caló muy hondo en Taiga. La mayoría de las shinigamis con las que flirteaba hablaban mucho pero actuaban poco, esta era diferente y Taiga estaba muy sorprendido.

Cuando Taiga respiraba, parecía como si un lobo gruñese, Paprika estaba consiguiendo que el entrara en ese juego tan peligroso en el que el era experto, deja que juegue y luego contrataca.

-Te tengo...- Dijo Taiga cuando la dejo de besar para mirarle a los ojos de nuevo de modo desafiante.

Aprovechando este inciso, Taiga puso su rodilla entre las piernas de dicha chica y con una mano le agarro las finas muñecas y las puso contra la pared por encima de la cabeza de Paprika. Con las manos en alto, se acentuaba mas el pecho de aquella chica, era abundante y bien colocado. Taiga sintió la necesidad irrefrenable de volver a morder el cuello de su presa, quizas era fruto de ese vampiro que llevaba en su interior.

Saciando su instinto, Taiga volvio a morder a aquella joven pero esta vez en el otro lado del cuello. Posando sus labios en el cuello, los colmillos se clavaron en su piel mientras con la lengua la iba acariciando, aquello no dejaba indiferente a nadie y menos a aquella presa...

Ahora los papeles se habian cambiado, era ella la que estaba contra la pared. En el primer instante no aceptó el beso pero despues solo cedió dejando sus brazos caer a lado y lado de su cuerpo e imponiendo pasión en sus labios, en su lengua, en los delicados mordiscos que le daba en aquellos apetecibles labios. El beso la hizo sentir que se derretiria en esos brazos de aquel conocido-desconocido. Porque sabia de él en el exterior, algo de su interior, pero seguia siendo solo un nombre en una lista. Quién era Taiga-Fukutaicho?.

El beso se terminó y lo escuchó hablarle con esa melodiosa voz masculina, su aliento rozandole el rostro y los vellos de su nuca erizados como los de un felino. La barrera que el shinigami le habia hecho la hizo soltar un suspiro cargado de deseos. La mente comenzaba a nublarsele y el instinto empezaba a tomar lugar; se sentia como una pequeña bestia dispuesta a demostrar su poderio aunque sabia que era inutil, que caeria al final, simplemente no podia, no queria luchar contra lo que tenia en frente.

Cuando habia salido de su casa se hubiese imaginado todo menos aquel encuentro del primer tipo, era demasiado. Creia que quizá le iba a empezar a gustar ser shinigami el Gotei 13 despues de todo. El mordisco la hizo emitir un gritito mientras sus piernas fallaban y el resto de su cuerpo se tensaba. Luchó por liberar sus manos, deseaba repasar aquel cuerpo con sus dedos - T--- Taiga- fukutaicho - soltó en un suspiro mientras cerraba los ojos y trataba de respirar, su pecho subia y bajaba notablemente por el esfuerzo de mantener una calma que parecia solo permanecer porque aún la cohibia la poca razón que le quedaba - ahhh - . Inconscientemente trató de cerrar sus piernas en ese intento de autoprotección pero la rodilla de él se lo impedia, estaba bajo su poder y ella no sabia en realidad si deseaba safarze de tal magnificencia.

Parece que de momento ya se ha definido quién es el cazador y quién la presa, o al menos eso parecía. Taiga le soltó las manos a aquella dulce joven mientras le besaba el cuello y empezaba a bajar muy lentamente por el pecho, al notar la fría piel de aquella chica, él iba calentando con el vaho que exhalaba por la respiración excitada del momento. Cuando abrió el haori de aquella shinigami, Taiga quedó fascinado por la belleza de sus senos, blancos como la nieve y la piel tersa y suave, estaban muy bien puestos y unas vendas en el torso servían como sostén. La voz de aquella chica aun resonaba en su mente diciendo su nombre, no se la podía quitar por mucho que quisiera, tenía una voz muy dulce y penetrante. Taiga siguió bajando por el pecho besandola y dandole pequeños mordiscos.

La bestia interior de Taiga estaba como nunca antes lo había estado, aquella chica despertaba algo que nadie había despertado aun en Taiga, a duras penas la podía controlar pero aun no quería caer en el delirio de la lujuria... aun.

Los suspiros y el cese de los intentos de resistirse de Paprika quería decir que lo estaba haciendo bien y eso hizo que subiera la seguridad en si mismo después del desánimo de la noche anterior. Quién le iba a decir que una salida del 4º escuadrón le fuera a sentar tan bien...

-Puedes llamarme solamente Taiga... creo que ahora mismo sobra el rango...- Dijo en un inciso mientras apartaba el pelo de su cara.

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