Negligencia Vol. 2 - Investigando a los rasos 2 -

Unos pasos se iban acercando hacia la enfermería. Unos pasos firmes, sin titubear, seguros de si mismos, al mismo ritmo mismo compás. A pesar de que Sha llevase el cuerpo de su capitán a cuestas, ello no le suponía ningún problema, iba caminando como siempre. Siempre intentaba encabezar la marcha, quedando siempre primera.

Estaba todo frío, es como si la muerte acechase en cada esquina. Se podía notar la humedad de las paredes, el silencio…

Doblaron la ultima esquina, los pasillos estaban silenciosos, ¿dónde estarían todos los que se supone que les había mandado investigar? Sha se estaba temiendo lo peor, dio unas órdenes claras y concisas.

Al fin llegaron a la enfermería, abrieron la puerta y sin saludar ni mirar quien estaba dentro colocó a Aoki en la primera camilla que vio, lo colocó tumbado, firmemente y con mucho cuidado. No es que le apreciara, es que hacía su trabajo bien hecho, y aunque fuera el peor de los enemigos ella iba a disponerse a ayudarlo. Algún día sabía que eso le costaría la vida.

Notaba la presencia de alguien, supuso que era un medico, no intentó averiguar de quien se trataba por el reiatsu, puesto que no le importaba.

- Le he conseguido estabilizar, para ser nuestro capitán dura muy poco en batalla. He vendado las partes que se veían más feas, creo que tiene algún hueso roto pero no he profundizado. También le he esparcido ungüentos en todas las heridas. Un poco de reposo y que se tome unos medicamentos, eso le bastará. - Dijo para la persona que estaba allí ocupándose del cargo

Se giró hacia atrás, allí le seguía Kato, el nuevo capitán del 5º escuadrón que había subido junto con Aoki, esperaba que solo eso tuviese en común. No veía a Sakurai, quizás se quedó atrás curando a su hermano.

- Espero que sepas todo lo que está pasando por aquí, si no es así te lo comentaré por el camino, espera a que venga un enfermero para curar a Aoki. No me atrevo a dejarlo solo.

Hiro se levantó con todo el barullo del escuadrón, y llevaba ya más de una hora trabajando. Se encontraba en una sala de curas, una de tantas, ordenando utensilios, limpiando, desinfectando, y todas esas cosas de las que un buen curandero debe cuidar. Su hermana, estiraba las sabanas de las camillas, comprobaba el estado de los percheros esos que sujetan los goteros, limpiaba las ventanas y revisaba la caducidad de los medicamentos.

Iban habitación por habitación preparándolo todo para el correcto funcionamiento de la sección. En plena revisión de una de ellas, la puerta se abre con un estruendo y al otro lado está parada Sharessu con no menos que el capitán a sus espaldas. Ignorando a los allí presentes lo plantó en una cama aún por hacer y se dirigió a ambos sin siquiera dirigirle la mirada. Los chicos estaban casi cohibidos antes el avasalle de la joven noble, y estaban frente un pequeño armario con las puertas de cristal con medicamentos, cuadrados como si un sargento o el mismísimo soutaichou acabase de entrar.

- Así será, Sharessu-sama. - fue la contestación que Kuchieda dio al la primera orden de Sha. Cuando dijo que esperaría a que alguien viniese, saltó el joven Hiro. - Sharessu-sama, yo podría quedarme a cuid- y esta vez el estruendo lo produjo la ventana, abriéndose ambas solapas de par en par.



Mamoru era un hombre siniestro, conocido solo por los más veteranos del escuadrón. Aoki le pudo llegar a conocer en persona, Sharessu y Sakurai, habrían oído hablar de él, igual que muchos del escuadrón, quizá con algún que otro detalle más. Vestía el uniforme de shinigami de color púrpura que le delataba. En cierta ocasión, se le propuso para ser capitán, puesto que rechazó de inmediato. El hombre que estaba ante sus ojos era casi una leyenda. Mamoru estaba postrado en el marcho inferior de la ventana, en cuclillas, sosteniendo contra el oubi la vaina de su zampakutou con su mano izquierda y con su mano derecha a la espalda. Él estaba a otro nivel.

- Señores, tomaré gustoso este encargo. Tengo una deuda a nivel personal con el señor Murakami-sama, y no veo mejor momento para devolverle el favor que este. Ahora salgan del habitáculo - Su voz era profunda y ronca, como si solo hablase una vez cada cien años, que quizá así fuese, y usaba un lenguaje arcaico. Deslizó su pierna hasta el suelo del cuarto. El silencio le rodeaba, se movía ignorado por el aire, o el crujir de la madera. Dedicó una intensa mirada a los que estaban dentro del cuarto. Kuchieda le apartó la mirada ruborizada, Hiro se la mantuvo asombrado, Kato no parecía entender la situación, y el shinigami que le hablaba era un completo desconocido, y Sha, valiente ella, hacía notable su desconfianza.

A ésta última fue a quien dirigió sus palabras. - Cuando abandonéis la sala, sellaré la habitación mediante reiatsu. Si algo le llegase a ocurrir a vuestro honorable capitán bajo mi cuidado, cargaré con la responsabilidad yo mismo. Lo considero un trato justo... Ahora, marchad. - a lo que acompañó una señal de reiatsu, una pequeña sacudida que hizo que, ambos hermanos Masaki huyeran despavoridos, y tras titubear, Sha retrocediese unos pasos hasta quedar fuera, junto al perplejo Kato. Tal y como atravesó la puerta, esta se cerró de golpe, y en cuestión de segundos, no se distinguía de la pared colindante. Esa habitación había desaparecido.

-Si, es bastante buena, o al menos eso parece. Al cuarto escuadrón le vendría bien un poco de disciplina y educación - hizo un mohín.

Sha había sido casi desterrada de aquella sala. Al parecer la joven tenía prisa por curar a Aoki, no estaba tan mal después de sus curas. De momento se fiaría de ella, aunque no del todo.

- Sígame Shinoin Kato taicho

Y a paso ligero se dispuso a dar la vuelta al escuadrón hasta el lugar donde la ventana de aquella habitación daba al exterior. Cogio su Zampakutoh y…

- Hanazakari Hayashi

Su arma se convertía en pequeñas partículas de polvo que rápidamente caían al cuelo. Sha estiró uno de sus brazos para agarrar el Bo, su Shikai, que iba creciendo de la tierra y el polvo que había dejado.

Se colocó en la ventana cuando nadie le prestaba atención, Puso su Bo entre una zona de musgo del ventanal. Allí crecía poco a poco una pequeña planta.

- Pequeña, si ves a alguien más que entre en esta habitación- señaló a los tres compañeros suyos y a Aoki – Avísame, y dime lo que ves.

Hizo lo mismo en tres zonas más cerca de la ventana y después guardó su Zampakutoh convertida ahora en Katana.

- Vámonos ahora, tenemos que buscar a Inuzuki Ren, hizo la guardia con Suzuhara Miki, según éste último notó que alguien se había colado en los aposentos de la victima. Después iré contigo a ver el cadáver, a mí también me intriga, y me quedaré más tranquila de ligeras sospechas. – Cierto era que empezaba a desconfiar de sus compañeros, y no quería admitirlo – Por cierto Shinoin Kato taicho, ¿sería tan amable de pasarme esa lista de la que habla? Si es un reiatsu desconocido la primera idea que me viene a la cabeza es que no es de ninguno de los que menciona esa lista cuyos reiatsus ya se conocen.

Recorrieron de nuevo los pasillos del 4º escuadrón, de nuevo aquella misma sensación, todo tan frío y tan silencioso. Pasaban por los aposentos del joven Inuzuki. Como es de costumbre y de educación Sha llamó dos veces a la puerta. Pero su impaciencia siempre la sacaba de quicio. Si estaba Inuzuki Ren desde luego no le habría dado tiempo a abrir la puerta. Sha de un fuerte golpe abrió la puerta de su cuarto.

- Investiguemos a ver si se encuentra aquí.

OFF:
Narrador: Llegáis al cuarto de Inuzuki Ren en la tercera planta. Al abrir la puerta, el cuarto está perfectamente en orden. El futon recogido, ningún papel en el escritorio, una papelera vacía en una esquina del cuarto y lo único que que quizá pudiera llamar la atención es la lampara, que estaba ligeramente descolgada de una de las esquinas. Simple descuido, sin importancia. Si revisáis los cajones (cosa que NO ESTÁ BIEN), decidlo. Hay cuatro cajones en total, dos se ven perfectamente, que están en el escritorio. En uno hay unos papeles con contenido usual, estudios de medicina, de reiatsu y cosas así. En otro hay una caja de música. El armario tiene un cajón más con sábanas, y si estais muy muy emperrados en buscar (decidlo también), encontrais un doble fondo con varios libros de medicina y kidou curativo en general.

Pensad q no todo es importante, y no todo es ignorable, vosotros consideráis la importancia que puede tener una cosa u otra... Mis personajes son shinigamis con sus cosas, sus costumbres, y si os describo algo no tiene porque ser siempre relevante. No son simples NPCs que está ahí para que avanceis, sino que son personas con sus manias y su vida particular. Suerte. Y si queréis investigar algo más a fondo, simplemente, decidlo y yo os respondo...]]