Noche embriagada de sake

por Liang Lun Nov 01, 2010 2:25 am

La noche había invadido definitivamente las calles del Rukongai, sumiéndolas en un silencio atenuado por el leve escándalo del interior de las casas. Sus pasos se encadenaban con seguridad uno tras otro, aunque su intuición le gritase que no confiara en las calles ni en nadie que pudiera aparecer. Durante mucho tiempo, creyó que su intuición le advertía de las situaciones más comprometidas, como si algo ya soñado le diera las indicaciones precisas. El caso era, que Liang no confiaba en la oscuridad de las calles aunque su zampakutou pendiera de su cinturón; era algo casi anormal.

Sus ojos castaños dieron al fin con lo que estaba buscando: un pequeño antro de luces tenues y un cartel desgastado pendiendo del marco superior de la puerta. El interior estaba caldeado pese a que no había mucha gente, iluminado por pequeñas lamparitas de aceite dispuestas en las ajadas mesas de madera; no era muy grande ni muy ostentoso, poseía una decoración parca aunque pulcra. Las diversas estancias estaban separadas por finos bimbos de papel de arroz reforzados por un intrincado laberinto de soportes de madera cuyo barniz se había ido cayendo poco a poco. El propiertario, un hombre de mediana edad pequeño y de cabello oscuro anudado en una coleta, le dirigió una mirada inquisitiva mientras Liang se desataba las zapatillas frente a una de las dependencias.

El olor a comida caliente envolvía el ambiente con un suave aroma. Tomó asiento en el extremo más cercano al pasillo, cruzando las piernas en una postura cómoda y desenvuelta, dejando su zampakutou a un lado, lejos de la vista del propietario.

-Buenas noches, señor... ¿Qué va a tomar? -preguntó a Liang-.

-¿Eso que huele es tempura? -preguntó aspirando por la nariz un aroma dulzón-.Ponme entonces de eso y algo de sake.

El propietario se marchó una vez Liang hubo decidido su cena. Alc abo de un rato llegó con un plato llano con tiras de verduga rebozaba en tempura y una pequeña jarra blanquecina con un pequeño vaso. Lo depositó todo en la mesa, sirviendo la primera copa al shinigami.

-¡Kampai! -exclamó alzando el vaso hacia el hombre, que con recato aceptó el saludo antes de volver a su puesto tras la barra-.

por **Regis** Miér Nov 03, 2010 5:38 am

Era una noche tranquila y apaciguada para la mayoría de mortales, o mejor dicho difuntos. La oscuridad se tragaba la mayoría de sonidos que por el día inundaban el Rukongai. Aquello era un placer, no tener que escuchar los molestos plus y sus minimidades, ajenos a todo lo que pasaba en el Seiretei. Inocentes como niños soñando con ser mayores... y como tales molestos... pero bueno volvamos al tema. Regis paseaba por las oscuras calles del Rukongai sin pausa pero sin prisa, nada de lo que podría salir en aquel lugar le causaba ningún temor o ni siquiera escalofrió.Era un carnívoro en un mundo de herbívoros en aquel preciso momento.

Había acabado tarde su turno, mejor dicho turnos pues creo que es de la divisiones con menos personal... mejor dicho con menos personal competente... y como se suele decir " Si quieres que algo salga bien echo hazlo tu mismo". Así pues después de tan "apasionante" trabajo rellenando formularios se había echo las tantas de la noche... y evidentemente la hora de cenar... Así pues como tampoco disponía de una gran cartera y se podía permitir derrochar como el que más, se dirigió al sitió más barato que conocía, un pequeño restaurante en el Seiretei que solía frecuentar cuando salia demasiado tarde de sus quehaceres.

Al cabo de un rato su sentido olfativo y su sentido visual le alertaron de la presencia de aquel pequeño y digamos... desgastado local al cual entró con su porte sereno analizando el interior del recinto. No había demasiada gente pero entre ellos estaba uno que si que resaltaba a la vista... un shinigami... pfff otro adicto al sake como la mayoría de los shinigamis, que solo salían para empinar el codo... ya no sabia si aquello era la sociedad de almas o una asociación de alcohólicos anónimos.

Se sentó en la barra cerca del shinigami para con un movimiento de cabeza dirigirse al dueño del local confirmando que quería lo de siempre... un bol grande de ramen y un poco de sake. Cuando el shinigami dijo Kampai no puedo evitar una risa baja que reprimió al cabo de unos segundos. A lo que le dijo al desconocido.

-¿Y bien que se celebra hoy? Alguna excusa se ha de tener siempre para beber sake...

por Liang Miér Nov 03, 2010 9:49 am

Miró de reojo desde su asiento hacia el recién llegado, bajando el brazo con lentitud no sin haber apurado el vaso hasta la última gota. Desde luego se trataba de un shinigami, aunque no le resultaba familiar ni siquiera un poco; sus ademanes y gestos, delataban su familiaridad con el lugar así como pequeñas concesiones, que en cierto modo, irritaban al apacible Liang.

-¿Y bien que se celebra hoy? Alguna excusa se ha de tener siempre para beber sake... -dijo el recién llegado-.

Liang lo miró de soslayo desde su cómoda aunque sobria dependencia sin girarse ni un ápice. Volvió a llenar el vasito de arcilla de sake y tomando los palillos, se dispuso a comenzar con su cena.

-Nada oficial... Sólo celebro que haya un tan buen cocinero en el Rukongai -comentó alzando de nuevo el vaso en dirección al confuso propietario del lugar-. No todos los días se está tan bien en un sitio como este, ni se tiene la suerte de probar un tempura tan bueno... Aunque admito, que las compañías dejan mucho que desear.

Esbozó una sonrisa cargada de malicia mirando con bravuconería al desconocido, al instante siguiente, volvió a depositar su atención en el sake. Desde luego hubiera esperado otro tipo de compañías, algo más agradable a la vista, alguna mujer; quizás alguna shinigami pero parecía que esa noche iba tener que malgastar el tiempo con aquel tipo gris. Aunque su decepción se palpaba en el aire, su acitutd distendida no parecía estar con muy acorde a la exagerada expresión de su cara.

por **Regis** Miér Nov 24, 2010 9:58 pm

Mientras esperaba a que aquella especie de "shinigami" si es que se le podía llamar así, el cocinero le deposito delante su pedido, una pequeña botella de porcelana blanca de sake, junto su vaso correspondiente, y un bol de ramen humeante. Separó los palillos y empezó a comer lentamente, con parsimonia, mientras escuchaba al sujeto contestarle.

-Nada oficial... Sólo celebro que haya un tan buen cocinero en el Rukongai -comentó alzando de nuevo el vaso en dirección al confuso propietario del lugar-. No todos los días se está tan bien en un sitio como este, ni se tiene la suerte de probar un tempura tan bueno... Aunque admito, que las compañías dejan mucho que desear.

Para después mirarlo con una sonrisa llena de malicia. Regis resopló, estos seres eran normalmente estúpidos... pero ese en especial lo era un poco más que la mayoría, sin duda se trataba de uno de esos monos atiza todo llamados 11 división, o como el les llamaba "el pequeño zoo". No quitaba que tuvieran una buena función, la de ser carne de cañón en batallas, pero no le gustaba nada tratar con los de su calaña...

- Vaaaaya... menuda cosa que celebrar, creía que celebrabas haber atizado algo... ya sabes lo típico de gente como vosotros.....- Dijo mientras alzaba los hombros en la manera de no hay nada que hacer.- Aunque me sorprende que hayas percatado que como compañía dejas mucho que desear, gracias me has ahorrado el trabajo de hacer "dibujitos" para que lo entendieras.

Llegados a ese caso, el sujeto podía o bien ir como simio que era a atizarle o bien hacer una contra replica, cosa que sin duda le costaría tanto como articular las palabras que salían de su boca. Esperaba que fuera la segunda, no tenia ganas de dejar por el suelo el orgullo simienco de aquel ser.... Así pues continuó degustando el ramen de aquel cocinero. Sin duda el alelado tenia razón, era un buen cocinero...
Vertió un poco se sake en su vaso y miro al sujeto con aire de superioridad y con una extraña sonrisa en la boca que sin duda helaría la sangre a más de uno aunque supongo que no la de Liang, pues el era uno de los seres con la sangre más caliente que conozco.

por Liang Jue Nov 25, 2010 2:48 am

El shinigami enarcó una ceja con esceptisicmo, mostrando claramente su incredulidad frente a aquel sujeto y cómo había sido capaz de agriarle la noche. Pese a la ausencia palpable, y ahora más que nunca de una hermosa dama; pensaba hacer que la ncohe transcurriera tranquila y sin sobresaltos, pero aquella pantomima de shinigami no parecía dispuesto a ignorar su prencia allí.

Escuchaba al hombre hablar mientras su cabeza se lamentaba por su mala suerte. El Rukongai era tan grande, tan inmenso y tan difícil de toparse con alguien conocido, que verse en aquel momento con el tío más prepotente y repugnante del Gotei era un golpe de muy mala suerte. Se llevó un par de dedos el antrecejo, calmando los mil demonios que le gritaban que lo desollase allí mismo; el mundo no notaría la desaparición de un imbécil menos, es más, le estaba haciendo un favor. Incluso se extrañó de que Yushuna-kipa siguiera callado a sabiendas de que era belicoso, impaciente y hostil; aquella situación era como un cebo grueso y oloroso. Pero no, su zampakutou estaba callado, un buen ejemplo a seguir.

Aspiró con calma sintiendo el aire en los pulmones con plenitud, y luego, miró con renovado interés su tempura. Ignorando completamente la sonrisa extraña de aquel tipo. Masticó un trozo de verduga ya templada por desgracia pasando de los pensamientos hostiles que brotaban de cuando en cuando en su cabeza.

-Me estaba preguntando qué clase de vida habrás llevado... Ya sabes, las personas son las conscuencias del tiempo y las circunstancias; todo eso es como un molde de escayola que denota una impronta de lo que será el temple de una persona. Y no he podido evitar pensar, qué clase de vida de mierda habrás llevado para tener semejente cara de asco -decía Liang dejándose llevar por un impulso candente, no iba a caer en una pelea fácil, pero no estaba dispuesto a quedar por debajo de un mequetrefe como aquel-. Porque mírate, has entrado con aires de grandeza en un local modesto, no tienes ni el más mínimo decoro con el resto de los comensales... ¿Crees que es de buena educación cuestionar asuntos que no te incumben lo más mínimo? Y encima menosprecias el trabajo de nuestro buen cocinero -chasqueó la lengua en ademán desaprobador; el talante serio, adusto-. Debes de tener muchos prejuicios, demasiados para ser tan poca cosa... Tal sea esa tu forma de impedir que los demás ven tu mediocridad, o es la única manera que tienes de sentirte menos patético que mostrándote por encima del mundo. Así que, ten cuidado... Cuanto más alto se está más dura es la caída...

Amenaza no hubiera sido una buena defición, quizás advertencia. Liang poseía una paciencia inmensa, pero había casos que lo sacaban de sus casillas, caso como aquel.

por **Regis** Mar Dic 28, 2010 11:23 pm

Regis escuchó el soliloquio del shingami con una sonrisa en la boca, como si todo aquello que decía no le afectara lo más mínimo, y encima le estaba divirtiendo lo que le decían.Un comportamiento de lo más provocador. Cuando acabó Regis dio dos aplausos con bastante desdén y muy cargados de ironía.

- Vaya, nunca había encontrado uno de vosotros capaz de articular más de dos frases seguidas, sin duda todo un logro. Te felicito por tu esfuerzo.- Dijo todavía con aquella molesta sonrisa en la boca y sin alzar la voz.Indiferencia hacia aquellas palabras era lo único que sentía y era lo que mostraba al exterior.- Además creía haber dejado claro que mi cara de asco es debido a la presencia de todos estos seres a mi alrededor... Y deja que te diga algo, no me muestro por encima de la gente, sencillamente soy superior, y si tu minúsculo cerebro es capaz de procesar esto sera mejor que lo tengas en cuenta. Dijo guiñando el ojo.

Una vez dicho esto se puso a comer su ramen tranquilamente ignorando a Liang, como si aquello no hubiera pasado y el no estuviera ahí. Comiendo tranquilamente e ignorando-le, sin perder la calma. Pese a aquella fachada Regis continuaba pendiente de aquel molesto shinigami, esperando cualquier acción por su parte, mientras notaba que aquel discurso no le había dejado tan indiferente... algo de el empezaba a caer por las palabras de un simio.... pero aquello ya no pensaría después y no en un antro de mala muerte como aquel.

- Por cierto muy bueno el ramen de hoy.- Dijo al cocinero- Lastima que esta noche todavía no hayas echado la basura...

Aquello era una provocación, quería forzar al máximo a aquel individuo, quería que se tragara sus palabras... Algún día estaría más arriba.... algún día.....

por Liang Jue Dic 30, 2010 12:56 am

La risa de Liang se elevó por encima de aire agrio que comenzaba a invadir los espacios de aquel modesto lugar. Una carcajada seca, continua; no estaba cabreado ni siquiera molesto, una súbita sensación de claridad vino a él como el sol por la mañana cuando se colaba por las rendijas de la ventana. Las respuestas más sencillas venían a menudo, de los discursos más absurdos y de las intenciones más obtusas.

-Entonces tu vida debe ser una continua decepción... Pensar que todo el mundo es inferior, que nadie está a tu grandísima altura... -comentó con soltura, casi disfrutando de aquel tira y afloja-. Este mundo debe resultarte de lo más injusto porque los grandes no deberían estar rodeado de esta miseria; sino en un altar recibiendo adoración... Pero por desgracia, o alguien se equivocó al enviarte aquí o sencillamente estás donde debes estar.

La ironía rezumaba en sus palabras. Aquello era como un juego entre niños que intentaban demostrar quien estaba por encima de quien, con la diferencia de que uno de ellos, sencillamente, lo veía entretenido de por sí. Cuando la cuerda se extiraba por uno de los extremos era porque normalmente alguien quería demostrar algo. La redomada necedad de aquel shinigami tenía alguna razón que a buen seguro estaba al otro lado de la soga.

-Pero dime, ¿qué es lo que se supone que edbo tener en cuenta? ¿El discurso narcisista de uno más del montón? He oído a tipos con mejores palabras que tú y a muchos más con una razón más acertada; algunos incluso, sus metas hablaban por sí solos y al cabo de los días, demostraban que eran merecedores de ello. Pero ¿qué has hecho tú para afirmarte superior? ¿Acaso un ente te ha señalado con el dedo? -inquirió intrigado por la siguiente respuesta; lo interesante de un narcisista era que normalmente sólo ellos se creían sus respuestas, se mentían hasta tal punto que se creían esa falsa realidad-. ¿Qué has hecho que te haga superior a los demás?

por Contenido patrocinado

Noche embriagada de sake

Noche embriagada de sake

Re: Noche embriagada de sake

Re: Noche embriagada de sake

Re: Noche embriagada de sake

Re: Noche embriagada de sake

Re: Noche embriagada de sake

Re: Noche embriagada de sake

Re: Noche embriagada de sake