Paseo [Abierto al que quiera unirse]

[OFF: UNIROS MALDITA SEA!! xDDDD]

Con lento paso caminaba el capitán del octavo escuadrón por las estrechas y laberínticas calles del Seiretei. A primer golpe de vista, quizás Mise pareciera un itruso, pues sobre el haori llevaba una capa roja de tela, con un fino bordado dorado que corría por los bordes de la prenda y también formaba una bella figura en el centro de la misma, una flor del ave del paraiso; además, también llevaba colocado sobre la cabeza un sombrero de paja, al más puro estilo oriental antiguo. No obstante, cualquier shinigami reconocería la flor del ave del paraiso como símbolo del octavo escuadrón y aparte al acercarse se hubiera visto el haori sobresalir levemente.

El capitán buscaba un lugar que bien conocía él, una zona ajardinada llena de árboles de flor de cerezo, una bella imagen dentro de todo aquel entresijo de calles y baldosas. Cuando llegó se detuvo ante tan maravillosa vista, sonriente y pletórico, nunca se cansaba de ir a ese lugar. Avanzó hasta uno de los muchos bancos de fría piedra que aguardaban bajo la sombra de los árboles, escogió uno que se encontraba al final del parque, para poder observar con detenimiento a los posibles shinigamis que pudieran llegar. Tras sentarse rebuscó en su haori y sacó un pequeño libro sobre Kidoh, de tamaño bolsillo. Esta vez no se trataba de su inocente engaño con la zampakutoh, ya que esta descansaba en su vaina, que había traido colgada del cinto, aunque ahora estaba a su derecha, tumbada sobre el banco. Abrió el libro por una página donde yacía un gracioso marcador con forma de katana y comenzó a leer tranquilamente, acompañado por la tranquilidad de aquel lugar.

El día era tranquilo y lo era más esa parte del Seireitei donde descansaba el teniente sobre la rama de un árbol… Como subió…? Ni el mismo lo sabía aunque ya lo había echo varias veces siendo el lugar de su maestría el Rukongai cuando aún tenía 50 años, era más fácil ser ciego con el pasar del tiempo en la SS, y con sus amigos jugaba a quien subía primero a un árbol el último siempre tuvo un castigo que se pasaba de lo decente por lo que tuvo que aprender a ser uno de los primeros en llegar más alto. La brisa del viento tocaba su rostro moviendo algunas hojas rosadas, en su mente el rosado era un color algo raro, en un vaivén acompasado como si arrullara el viento a el árbol en un afán de hacerlo descansar luego de tantos años de pie.

Un reiatsu poderoso se hizo con la mayoría del lugar moviendo la tranquilidad a un segundo plano pues se podía sentir muy bien su presencia aún cuando estaba entre tantas sombras y bien camuflado como si esperara a alguien que acechar… Pero ese no era el caso simplemente deseaba disfrutar de la tranquilidad del lugar pues era uno de los pocos lugares con esta decoración, aún cuando no tenía claro como eran los colores sabía que cosa iba en cada lugar.

El capitán pasó por debajo quedándose en una de las bancas de piedra, sus movimientos eran muy notorios pues al mover sus manos o su cuerpo desprendía una determinada cantidad de energía la que era fácilmente detectada por Kaien aún desde esa posición que sería muy incómodo para alguien con visión. Al parecer sacó un librillo de su bolsillo y lo siguiente sería comenzar a leer así que supuso que eso estaría haciendo desde su escondite donde soportaba hasta la respiración para no ser encontrado, no sabía muy bien porque lo hacía pero lo más seguro era que deseaba pasar desapercibido por alguien de rango superior, eso sería una buena hazaña… Juego de niños.

Shuseki pasaba las hojas tranquilamente, estaba esperando que su "acompañante" se descubriera, pero al parecer no estaba por la labor. Le hacía gracia la situación. Cuando él era raso, también pensaba que junto al reiatsu de un capitán, el suyo no se notaría. Es curioso, parece que por se más pequeños pensamos que el grande no nos ve. El capitán terminó el libro, cerró las tapas y lo guardó en el bolsillo interno del haori. Luego se quitó el sombrero de paja y lo dejó sobre el banco que estaba sentado, encima de su zampakutoh. Se secó el sudor de la frente con la manga del haori y se reclinó suspirando.

-Puedes salir cuando quieras, los capitanes no somos tan malos como algunos pintan.

Sonriendo Mise cogió con la diestra su sombrero y se lo colocó encima de la cara, después puso sus dos manos tras su nuca y se dejó caer levemente, para quedar recostado sobre el banco.

El juego del escondite terminó cuando el Capitán habló, ni el esconder su presencia había servido para el gran propósito que tenía en estos instantes… Jugar a las escondidas… Realmente los Taichos tenían una percepción mucho más alta que la de cualquier Shinigami, eso estaba más que claro, no por nada eran nombrados para estar pendientes de todo un escuadrón de Shinigamis con más de 40 miembros enla mayoría de los casos, tener 40 vidas en las manos no debía ser fácil.

Disculpe Capitán… De un salto descendió de su escondite entre las ramas para quedarse parado en cuclillas al lado izquierdo de la banca que había tomado el Taicho como lugar de descanso… Quería probar si podía pasar desapercibido… Volvió el rostro con los ojos cerrados hacía donde estaba el Capitán sentado en medio del jardín.

Me llamo Kaien, Takahashi Kaien… Se paró y la parte inicial de la katana que llevaba rozó contra el suelo levantando algo de polvo… Soy teniente del décimo primer escuadrón… Acomodó la zanpakutou en el cinto ya que se movió de su posición normal.

Mise sonreía bajo el sombrero, era curioso lo que eran capaces de hacer los shinigamis para probar sus aptitudes. Aunque éste era más, era un teniente, nada menos que de...el onceavo. Con los dedos índice y pulgar de la mano derecha el capitán levantó levemente su sombrero, para inspeccionar con la mirada al chico. Debía de llevar tiempo siendo teniente, de lo contrario no le habrían asignado a un escuadrón vacio.

-Mise Shuseki, capitán del 8º Escuadrón. Así que la onceava...¿Buscando ser el nuevo Kenpachi?

El tono del capitán era amable, no era de los que opinaban que el onceavo escuadrón eran una panda de descerebrados, para él eran los shinigamis con más sentido del honor de todo el Gotei 13. Quizás se dejaran llevar por las situaciones y buscaran pronto las confrontaciones, pero nunca en su época de shinigami vio a alguien del onceavo golpear a un enemigo en el suelo. Eso les honraba.

[OFF: Sorry por el doble post pero ha pasado casi una semana. Por mi que los admin. borren el tema como si no hubiera pasado.]

Mise se marchó del lugar hacia su división.

una joven de largos cabellos negros con su uniforme de shinigami llegaba, parecia correr, choca sin quererlo con Mise, se disculpa pero... oh error, ha sido contra un Capitan, se ruboriza hasta las orejas.

-GO-GOME-GOMENASAI TAICHOU!!!! SUMIMASE!!!!

se inclina algo apenada, se inlcina respetuosa

-disculpeme porfavor, es que venia corriendo y no me eh dado cuenta, disculpe mi torpeza, en pago a mi falta, permitame acompañarle a su destino, para verificiar que su honorable persona llegue a salvo... onegai...

se miraba apenada, arrepentida y mas, pero sus ojos estaban llenos de lagrimas al haber cometido solo esa falta, para ella era el peor error de su existencia, le tiende la mano con ternura y gentileza, como ningun Shinigami podia serlo

-mi nombre es Widder Amsel, pero puede llamar Widdy si gusta...

[OFF: Widder, si te fijas es un tema de hace casi dos años y tiene muy pocas repuestas. Además uno de los que roleaba no tiene ya ni cuenta y mise hace mucho que no se pasa por el foro.

Como ya te ha pasado otra vez te sugiero que mires la fecha de la última respuesta.

Cierro.


PD: Si Mise vuelve y quiere seguir el hilo que me mande un privado y lo reabro aunque no se cuánto sentido tendría.]