Una nueva vida [Flashback Abierto]

Se encontraba en la que había sido su habitación durante muchos años, una coqueta estancia situada en algún lugar de la academia shinigami. Revoloteaba cual pajarillo de un lado a otro, buscando todas sus cosas entre cajones y armarios para colocarlos ordenadamente en una pequeña bolsa de mano. Tampoco no poseía muchas cosas por lo que se insistía más aún en no dejarse nada atrás.

Tras mucho pensar, había decidido que ingresaría en el 6ºEscuadrón, el cual era ahora dirigido por Izumi Kaori, y aunque sobre ella circulaban rumores de todo tipo, Lisanna tenía muchas ganas de conocerla, parecía una buena persona por las fotos que había visto. Estaba un poco indecisa en realidad, su amigo y mentor Sakurai pertenecía ahora al 4º Escuadrón, y de alguna manera sentía que lo correcto sería ir con él; pero por otra parte creía que debía empezar su propio camino, al fin y al cabo siempre le tendría ahí, no estaban tan separados.

Con esos pensamientos en mente terminó de preparar la bolsa, apagó unas velas y se acostó aguardando al día siguiente.



Lisanna se puso en pie con la luz del alba, estaba un poco nerviosa, tendría que conocer un montón de gente nueva y adaptarse al sistema de los 13 escuadrones de protección. Reunió fuerzas y se levantó de la cama de un salto, tomó su bolsa, se despidió de su habitación con una mirada nostálgica y emprendió su camino.

Aunque conocía de sobra el seireitei, no lo había visitado tan a pie de calle, y había quedado impresionada por la luminosidad del conjunto de los edificios junto con el cielo. Quizás fuese una percepción un tanto subjetiva ya que la academia estaba compuesta de los mismos materiales, pero ella era feliz.

—¿Deberé ir primero al cuartel general o a los dormitorios?— Se preguntó en voz alta. —Bueno, lo primero es llegar, veré a mi capitana y luego dejaré mis cosas. ¡Vamos allá!—Y con su jovial ánimo inició una marcha en línea recta a base de saltitos como suelen hacer las niñas pequeñas, iba cantando alguna cancioncilla pegadiza, y si se encontraba con una pared...—¡Sin problema!— Y de un grácil salto con voltereta la sobrepasaba, volviendo a su marcha.

Tardó una media hora en llegar a su destino, pero ante ella ya se erguían las puertas del cuartel general del 6º Escuadrón.—Wuauu, imponen más que en las fotos.¿Debería llamar...? Idiota, como voy a llamar a una puerta tan grande...No debería estar cerrada, menuda faena. Mmmm—De pronto, mientras Lisanna decidía que debía hacer la puerta decidió por ella.

Desde la sombra que proyectaba el mastodonte rocoso, Lisana pudo ver como se abría lentamente dejando pasar la luz del sol antes vetada. El cambio le produjo un poco de deslumbramiento, por lo que no pudo reconocer la o las figuras que podría haber tras la entrada. Con suerte sería algún amable compañero que le orientase un poco en estos primeros pasos.

Ya era la hora. Kaito recorría las estancias del sexto escuadrón a largas zancadas. Esta semana estaba asignado a abrir la puerta a primera hora de la mañana y en su tercer día, hoy, iba a hacerlo tan puntual como los dos anteriores.

Llegó a la puerta, miró a su izquierda para comprobar la posición de la sombra del edificio más cercano... ya estaba en la posición adecuada. Ya era la hora. Utilizaba un métod bastante rústico, pero funcionaba, y eso era lo importante.

Abrió ambas puertas tirando con sus propios brazos y cuando abrió una de las solapas de par en par, comprobó al otro lado como una chica miraba con los ojillos entrecerrados hacia adentro. Haciendo cuentas, ese sitio estaba en sombras hasta el instante antes de abrir la puerta. Debía estar deslumbrada.

- ¡Heyou~! -Saludó desde dentro en un tono infinitamente alegre y con el brazo extendido como si quisiera tocar el cielo. Luego se acercó de dos saltitos a la chica. - ¡Kaito Kanemai! ¡Yoroshikun! - se presentó con la misma efusividad alargándole la mano, para estrechársela a la muchacha. Era un tipo curioso, con cada pelo apuntando a un sitio distinto, amarillo intenso, y con una bandana atada al brazo desnudo. Su uniforme consistía poco más que de unos Hakama (pantalones) negros de siempre, y el torso poco musculado al aire. Sus ojos eran intensamente azules y su nariz, a conjunto con su menton, finos y afilados. La mano que le tendía a la chica era huesuda y con las uñas roídas. Lo que se dice un chico nervioso.

[OFF: Ponme un poco al corriente. Como es un flashback, en qué época habías pensado?? poco despues de la guerra, supongo, no? Si ya está Izumi-taichou... Te espero y siento la demora ^^*]

Los primeros despuntes de luz a través de la apertura entre las hojas de la puerta comenzaron a deslumbrar a la chica. El sonido de las puertas al abrirse no hacía más que incrementar su presencia, impresionando a Lisanna un poco más.

Tras unos segundos pudo discernir una figura masculina al otro lado. Recuperó la nitidez en su vista justo para contemplar a un chico de lo más extravagante. Llevaba el torso desnudo pero pudo comprobar que no era el típico musculitos, ni mucho menos. Supuso que tendría calor, o quizás estuviese en su día libre o algo así, le era indiferente. Su pelo no podría estar más desordenado, ni aunque lo desordenase a propósito, y por ello decidió que lo llamaría Taiyō-chan.

—Konichiwa!! ¿¿Tu no te peinas??—Dijo de primeras con total naturalidad mientras tomaba la mano que le extendía el joven.—Mi nombre es Takeda Lisanna, y hoy es mi primer día en este escuadrón. Un placer conocerte compañero.—Con una sonrisa termino su presentación.

No sabía muy bien cómo proceder, no sabía si tenía que rellenar papeleo para la inscripción o si tenía que ponerse a trabajar de inmediato, y en ese caso, cuál sería su función. Para ella esta era una puerta a la zona inexplorada que sería su nueva vida.


[OFF: Pues si, es algo despues de la guerra, se supone que toda su vida ha estado en la academia, primero de estudiante y luego de profesora/ayudante, y debido a la falta de personal había decidido entrar en el Gotei 13. Me imagino que Izumi-taichoi ya estará ya que Lisanna se tomó su tiempo para decidir en qué escuadrón ingresar y los del Gotei 13 son muy rápidos para esas cosas xD

pd: No te preocupes por la espera, de hecho pensaba dejar en stand by a este personaje, pero con tu respuesta me has dado ganas de retomarlo, a ver hasta cuando, espero que mucho :p]

El chico esbozó una amplísima sonrisa, dedicada a la pequeña Lisanna tras su efusiva presentacion. Parecía una chica alegre, y hacía falta gente que animase al escuadrón en estos tiempos difíciles.

- ¡¿Que no has estado nunca aquí?! ¡Pues deja que el gran Kaito te enseñe algo del lugar! ¡Acompáñame! - le dijo con su ya habitual tono de voz más bien alto y por supuesto, alegre. Giró sobre sus talones y empezó a hablar en voz alta, sin prestar atención a si aquella chica seguía allí o no.

- Bueno, como ya debes saber esta es la división encargada de justicia. Es un termino ambiguo, ya que, para colmo, cada uno tiene su propio concepto de justicia, pero después de todo, somos los que mediamos con la cámara, preparamos las ejecuciones del pájarraco ese de fuego, y ese tipo de cosas. Justicia digamos a altos niveles, no nos metemos en cada altercado del rukongai... LA verdad es que no tenemos un comentido tan definido como por ejemplo, el undécimo, que está claro que son de combate, sino que tenemos que interferir en reyertas, cosas de nobles y ese tipo de... labores - a lo que acompañó cierta cara de asco. Tenía ese desagrado que los shinigamis tienden a sentir por la nobleza, nada de lo que extrañarse.

Caminaban por una especie de calle con bloques a ambos lados, algunos de ellos dojos, otros dormitorios... pero el exterior del escuadrón era como... menos importante para Kaito, que se pasaba el día en el edificio principal, hacia el que se dirigía sin volver la vista atrás.

- Bueno, cuéntame algo de tu vida, nose... ¿Qué tal tu paso por la academia? ¿Qué edad tienes? Esas cosas... -