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Un despertar accidentado ~ [Flashback] ~ {Lyra, Uller, Hotaru}
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Souls&Swords - Foro interpretativo inspirado en Bleach :: Gotei :: Escuadrón Makoto - Sinceridad Absoluta
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Un despertar accidentado ~ [Flashback] ~ {Lyra, Uller, Hotaru}
- Spoiler:
- [Off Rol]: Lamento la tardanza, espero que os guste ^^ A Lyra in rol ya lo conoce Hotaru, imagino. Está situado el rol unas dos semanas después de la muerte de los antiguos capitanes, que bien podría ser la primera noche que pasa Uller en el escuadrón o algo así.
Lo siento si aburre mucho leerlo ^^u me emocioné escribiendo y me salió la Biblia xDU
La noche se había hecho tan oscura como los dibujos de tinta negra que adornaban las paredes de la casa Suigyoku, y la atmósfera que reinaba en su interior se iba animando. En la calle, los faroles habían sido encendidos, y la leve brisa los hacía balancear. Algunas criadas conducían a los que querían divertirse a las puertas de entrada, donde se pavoneaban comediantes y artistas anuciando sus números a viva voz. Sentados sobre esteras dentro de la perfumada estancia, que no carecía de comodidades, hallábanse dos shinigamis, que aunque en aquel momento no vestían el uniforme, ya eran conocidos por el servicio. Por eso mismo a la camarera que fue a servirles, una muchachita de labios llenos y pelo castaño, le extrañó que la mujer mandara de vuelta el té de su acompañante y pidiera abundante licor para los dos. Hotaru, que vigilaba el contoneo de la sirvienta hacia la cocina, le dio un codazo en las costillas a su amigo y preguntó:
-¿Y esa qué te parece?- Soryu permanecía con la cabeza gacha y los hombros abatidos; la viva imagen del desánimo- ¡Mírala, hombre!
-Hm...- desganado, volvió el rostro para observarla-. ¿No se consideraría delito? Casi es una niña.
-A ver, Tōru... si te he traído aquí es para que alegres esa cara. Necesitas alcohol y mujeres, no quedarte encerrado entre pergaminos sin que te de la luz.
-Lo sé, y le estoy agradecido porque quiera ayudarme, pero no me encuentro de humor...- A su espalda, a través de los corredizos tabiques que había unos metros atrás, se podía vislumbrar la alegría que había en la otra sala y escuchar la percusión que marcaba el ritmo de una danza. Con aquel porte distraído y melancólico, el hombre parecía encontrarse fuera de lugar-. Gracias- asintió con comedida cortesía a una doncella que se había acercado y le ofrecía una bandeja llena de pastelillos. Aceptó uno relleno de anko y lo dejó sobre su regazo, sin probarlo- Mochi...- susurró con la voz transida y los labios temblorosos- A la Capitana Samura le encantaba el de fresa...
Bajo las grandes vigas de cedro comenzó a sonar un taiko a modo de introducción, que salvó al shinigami de la Octava de recibir una reprimenda. Un grupo de músicos permanecían arrodillados en semicírculo, y entre ellos la cantante, que recitaba una divertida historia en la que se ponía en duda la honra de cuatro cortesanas, que resultaron no ser otra cosa que las hijas de un espíritu del bosque. Las desventuras de los nobles que las habían ofendido, acompañadas por la melodía de un shamisen y una flauta shakuhachi, parecían tener buena acogida en el salón.
A lo largo de tres costados de la amplia pieza permanecían sentados los espectadores, y alrededor de éstos había mesas bajas llenas de vino y alimentos. Los sirvientes se movían con sigilo pegados a las paredes, estorbando lo mínimo. Algunos de los clientes empezaban a sentir ya los efectos de la bebida; otros comían aún. Gran parte de ellos escuchaban, y entre éstos se encontraba el dúo. Soryu apenas contenía las saladas lágrimas que humedecían sus mejillas, mientras Hotaru fingía no percatarse de su depresivo estado. No era el único que se comportaba de ese modo. Haría dos semanas desde que los Capitanes de las Doce Divisiones habían caído en combate, si no menos. Aquel acontecimiento había sido un duro golpe para todos, y algunos de los shinigamis, que habían llegado a sentir un gran apego hacia sus superiores y compañeros, no habían sido capaces de reponerse todavía. Ella no lo lamentaba en absoluto, ni siquiera por Barja, a quien había admirado nada más entrar en la academia. De hecho nunca había llorado la muerte de nadie; si acaso le preocupaban los vivos.
-Bebe. Esta noche vas a quedar tan ahíto de alcohol que no habrá lugar en tu cuerpo para la tristeza- ladeando la botella de porcelana blanca, vertió el sake en una tacita para el joven, y sirvió otra para consumo propio. Sin darle espacio para pensar, las alzaron sobre sus cabezas y sorbieron un buen trago.- Ni se te ocurra escupirlo, ¿eh? Te obligaré a ingerir tu propio vómito si hoy no te muestras capaz de comportarte como un hombre.
Dos danzarines saltaron al centro de la habitación e iniciaron una áspera y salvaje coreografía, que fue haciéndose cada vez más y más libre. Nuevas botellas de licor fueron abiertas y calentadas, y al poco ya nadie quedaría sereno. Los rostros sudorosos de los bailarines dibujaban muecas bajo los blancos polvos que cubrían su piel. La pintura negra sobre los párpados le otorgaba cierta agresividad a sus ojos. Sus piruetas eran groseras, y el público, borracho, aporreaba las esterillas y reía. La estridente cháchara se prolongó horas en la atestada sala, hasta que los juerguistas, vencidos por el exceso de disfrute y el cansancio, dejaron reposar sus cabezas en el mismo suelo sobre el que se sentaban.
Hotaru durmió profundamente, y no se despertó hasta bien entrada la madrugada; cuando abrió los ojos, se sentó repentinamente, sobresaltada. Contempló la alfombra de cuerpos que la rodeaba, escasamente iluminados por un par de lámparas de papel, y se tranquilizó. Luego despertó a Soryu, al que tenía abrazado a la pierna derecha y hablaba en sueños, y salieron al exterior, donde el cielo era una lámina de azul cobalto; todavía quedaban unas horas para el amanecer. No tardaron en ponerse en marcha, añorando el calor del cuarto que acababan de abandonar. Tenían que llegar al Seireitei antes de que se percataran de su ausencia y les cayera una buena.
-¿Sabe, Kawasumi-san? La he juzgado mal... oh, sí, sí, deje que se lo diga... Es usted una estupenda persona- hablaba afectadamente el shinigami, apoyándose en su compañera mientras sostenía una botella de licor en la otra mano. Parecía tener dificultades para andar, así, medio borracho como iba. El cabello castaño, despeinado y manchado por una parte de lo que parecía salsa, se le metía en los ojos y él trataba sin éxito de hacerse el flequillo a un lado- ¡MALDITA SEA!- se dio un manotazo a sí mismo, de lo cual no fue plenamente consciente, y se giró en busca del agresor. Hotaru lo tomó por el brazo y lo obligó a andar un poco más aprisa. El arranque de ira dio paso a algo más lamentable- Como decía... es una gran persona. Tiene sus malos días, en los que es mejor evitarla, pero en el fondo... ¡En el fondo Tihio-taicho tenía un corazón de oro! ¿Por qué les pasan cosas horribles a la gente buena, Kawasumi-san? ¿Por qué?
-Joder, Tōru, si llego a saber que ibas a ponerte en este plan te dejaba tirado en la casa de fiestas.
-Sólo ahora es cuando me doy cuenta de que es una buena amiga. Intenta animarme, y yo...- se restregó la manga del kimono en la nariz, y le dio un trago a la botella. El rostro se le desencajó por el sabor fuerte de la bebida y el llanto- ¡Si la Capitana me viera así me daría una buena patada en el trasero! Siempre se quejaba de que tenía un carácter muy débil, ¿sabe? S-siempre ella...
El camino de vuelta fue pesado y lento, debido a que el shinigami había desarrollado una sorprendente facilidad para tropezar o sentía la necesidad de pararse a gritar cada dos por tres lo injusto que era el mundo. Hotaru se vio en la obligación de zarandearlo y soltarle un par de amenazas para que se comportara de manera más o menos discreta una vez pisaron el Sereitei. Tuvieron mucha suerte esquivando las guardias, pero parecía improbable que ésta les fuera a durar tanto.
-Te dejaré en tu División y me largo corriendo a la mía.
-¡No! No me lleve allí, por favor. Todo me recuerda tanto a ella que...
-¡VALE! ¡Vale!- chasqueó la lengua y lo guió en dirección al Tercer Escuadrón, sin poner el menor cuidado aun y cuando escuchaba los quejidos que daba el hombre cuando se chocaba contra algun muro o esquina. Pasando por la División de Kidoh, tuvieron que correr un poco para no ser vistos en ese estado. Un gran suspiro de alivio brotó de los labios de Hotaru cuando arribaron al destino sin más sobresaltos ni complicaciones. Se giró hacia Tōru, que seguía enganchado a la botella de sake, y le susurró un par de instrucciones.
-Entendido... yo me quedo esperando mientras usted entra a echar un vistazo- se mecía hacia los lados peligrosamente, como si le costara mantener el equilibrio. No inspiraba mucha confianza que pudiera dejarlo solo por más de unos segundos.
Hotaru se descalzó y caminó a tientas, parando el oído por si escuchaba a alguien moverse. Todos parecían seguir durmiendo. Se dio la vuelta para ir a buscar al otro cuando se escuchó un golpe sordo y un grito, que en aquel silencio pareció duplicarse por cinco.
-¡Au! C-creo que se ha roto la botella- se escuchaba la voz dolorida de Soryu, desde algun lugar del suelo.
-¡MIERDA, TORU!- de pronto se quedó muy quieta. Ruídos de pisadas. Avanzó a ciegas, susurrando con histerismo- ¡Corre, levántate! Lárgate ahora o nos meterás en un... ¡AGH!- un dolor agudo estalló en la planta de su pie izquierdo al pisar los cristales rotos- ¡YO TE MATO, INÚTIL!
Última edición por Kawasumi Hotaru el Sáb Mayo 26, 2012 3:36 pm, editado 1 vez
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
- Post : 1085
Edad : 34
Re: Un despertar accidentado ~ [Flashback] ~ {Lyra, Uller, Hotaru}
Y sentados en una colina estaban Lyra y una hermosa mujer de cabellos negros, compartiendo una botella de un caro vino europeo mirando al ocaso. Juntos discutían y charlaban de forma divertida mientras observaban al sol ponerse y dejarlos en la mas absoluta penumbra. Pasado un rato comenzaron a acercar sus rostros hasta estar a apenas un palmo el uno del otro. El teniente tragó saliva y se dispuso a besarla, pero justo cuando sus labios iba a rozar los de ella una enorme mano metálica salió de la tierra atrapando a la mujer. Después, el suelo comenzó a resquebrajarse y, como salido de las entrañas de la tierra apareció un enorme robot metálico que se propulso hacia el cielo con sus turboreactores.
Se escuchó el ruido del cristal rompiéndose contra el suelo. Lyra entrabrió los ojos todavía medio dormido. Se giró sobre si mismo de manera que enterró su cara en el cojín que estaba usando como almohada. A veces los chicos llegaban borrachos al escuadrón es sus días libres, todos necesitaban algo de diversión de vez en cuando, el teniente ya los regañaría al día siguiente.
De alguna manera había conseguido salvar a la chica. Ambos estaban abrazados, de pie sobre el montón de chatarra en el que se había convertido el robot, de espaldas a una enorme y preciosa luna llena. El teniente la besó dulcemente y le susurró que la quería al oido. La mujer murmuró una contestación que Lyra no escuchó muy bien. El rubio le pidió amablemente que se la repitiera.
-He dicho que...- comenzó la mujer de la melena negra. ¡YO TE MATO, INÚTIL!
Lyra apareció a través de la puerta de su despacho con la almohada en la mano. Se había quedado dormido haciendo el papeleo y no le había quedado mas remedio que acostarse sobre el tatami, al menos siempre tenía con cojín a mano para emergencias. Estaba teniendo el sueño mas bonito de los últimos días y alguien se había empeñado en destrozarselo. El teniente, fuera de sí, comenzó a correr hacia el ruido, donde vió a una shinigami de cabellos niveos y otro shinigami detrás suya, que parecía estar a punto de salir corriendo. Sin duda era la mujer quien le había despertado.
-¡Tú! La señaló Lyra. ¡Te arrepentiras de haber despertado al tigre! Le amenazó a la ver que le tiraba su cojín a la cara con todas sus fuerzas. Quizás la distancia era larga pero, con el tiempo, Lyra se había hecho bueno en el lanzamiento de todo tipo de objetos, no dudaba en que seguramente impactaría en el cuerpo de la aparentemente débil shinigami.
Se escuchó el ruido del cristal rompiéndose contra el suelo. Lyra entrabrió los ojos todavía medio dormido. Se giró sobre si mismo de manera que enterró su cara en el cojín que estaba usando como almohada. A veces los chicos llegaban borrachos al escuadrón es sus días libres, todos necesitaban algo de diversión de vez en cuando, el teniente ya los regañaría al día siguiente.
De alguna manera había conseguido salvar a la chica. Ambos estaban abrazados, de pie sobre el montón de chatarra en el que se había convertido el robot, de espaldas a una enorme y preciosa luna llena. El teniente la besó dulcemente y le susurró que la quería al oido. La mujer murmuró una contestación que Lyra no escuchó muy bien. El rubio le pidió amablemente que se la repitiera.
-He dicho que...- comenzó la mujer de la melena negra. ¡YO TE MATO, INÚTIL!
Lyra apareció a través de la puerta de su despacho con la almohada en la mano. Se había quedado dormido haciendo el papeleo y no le había quedado mas remedio que acostarse sobre el tatami, al menos siempre tenía con cojín a mano para emergencias. Estaba teniendo el sueño mas bonito de los últimos días y alguien se había empeñado en destrozarselo. El teniente, fuera de sí, comenzó a correr hacia el ruido, donde vió a una shinigami de cabellos niveos y otro shinigami detrás suya, que parecía estar a punto de salir corriendo. Sin duda era la mujer quien le había despertado.
-¡Tú! La señaló Lyra. ¡Te arrepentiras de haber despertado al tigre! Le amenazó a la ver que le tiraba su cojín a la cara con todas sus fuerzas. Quizás la distancia era larga pero, con el tiempo, Lyra se había hecho bueno en el lanzamiento de todo tipo de objetos, no dudaba en que seguramente impactaría en el cuerpo de la aparentemente débil shinigami.
Re: Un despertar accidentado ~ [Flashback] ~ {Lyra, Uller, Hotaru}
Estaba de espaldas al despacho cuando sus puertas se abrieron, y la escena del vidrio roto, el licor y la sangre manchando el tatami se iluminó ante sus ojos. Apenas pudo girarse y atisbar el rostro airado de su Teniente antes de recibir de lleno el impacto del cojín, que en otras circunstancias, si no hubiera bebido tanto y no le fuera tan complicado mantener el equilibrio con un sólo pie apoyado en el suelo, no la habría derribado tal y como hizo.
-¡Ay!- escuchó quejarse al mullido y tibio cuerpo sobre el que había caído. Soryu se revolvía, bocabajo, sin llegar a entender del todo lo que sucedía.- Creo que alguien está intentando abusar de mí...
-¡Cierra la puta boca, Tōru, nadie intenta violarte! Sólo te he clavado el codo en el culo cuando me he caído...- fue la respuesta de una dolorida e irritada Hotaru, que no pudo sino mirar con reproche a Lyra nada más hubo logrado quitarse de encima de su compañero. - ¿Y qué cojones es eso del tigre, Wonderbra? Tú no llegas ni a gata en celo... ¡Joder, mi pie! ¿Nadie piensa ayudarme o qué?
Con la luz que provenía del despacho fue capaz de localizar los fragmentos de cristal que se le habían incrustado en la carne. Bramando como un animal herido y escupiendo maldiciones, se los arrancó uno a uno. Los cuatro cortes escocían tanto que algunas lágrimas amenazaban con asomarse en sus ojos. Reforzando su imagen de tía dura, escupió sobre la zona afectada y se limpió con el almohadón que Lyra le había arrojado. Sí, eso estaba mejor, pero debía vendárselo. Le pidió -o más bien exigió de malas formas- a Soryu que le diese el obi de su uniforme. El shinigami de la Octava accedió sin rechistar, y prosiguió disculpándose a Wonderwall atropelladamente. Entre lo que había bebido y lo nervioso que estaba, parecía que estaba atragantándose con un trozo de carne.
-Pfff... deja de arrastrarte, ¿quieres?- le reprendía desde su posición, anudándose la planta del pie con el trozo de tela blanca. La sangre dibujaba gardenias carmesíes sobre el tejido. - Que tampoco le hace ningún daño madrugar-. Finalizada su labor, se incorporó como buenamente pudo. Ahogó un gemido cuando trató de reposar el pie herido. Tajos más grandes no le habían incomodado tanto. -¿Sabes dónde están los dormitorios, no? Vete a dormir a mi cama, que de ésto ya me ocupo yo. ¡Vamos, largo!
Agradecido por poder librarse de momento, el joven de cabellos castaños se precipitó hacia los dormitorios, tropezando de camino a ellos y agarrándose el hakama del uniforme, que se le caía porque no había cinturón que lo sujetara.
Hotaru evitó mirar directamente a su Teniente cuando pasó al lado de él para entrar al despacho, pero casi podía sentir sus ojos bullendo de rabia. No era para menos; todos sabían que no era buena idea interrumpir su sueño, y además ella le había hablado de un modo bastante irrespetuoso. No le extrañaría que le mandase a limpiar la botella rota con la lengua, y un par de tareas desagradables como castigo.
-Sé breve, ¿quieres? Me duele la cabeza y escuchar tus gritos no son la mejor medicina-dijo con fastidio mientras se dejaba caer de piernas cruzadas ante la mesa de Lyra. Luego le miró con esa sonrisa desdeñosa, tan genuínamente suya- Pero no me pidas sexo a modo de compensación, fuku-taicho, podrías cogerle el gusto.
---
[OffRo]: Como hace mucho que no veo a Uller, respondo, pero si va a seguir en el foro que se meta en el topic cuando quiera ^^
-¡Ay!- escuchó quejarse al mullido y tibio cuerpo sobre el que había caído. Soryu se revolvía, bocabajo, sin llegar a entender del todo lo que sucedía.- Creo que alguien está intentando abusar de mí...
-¡Cierra la puta boca, Tōru, nadie intenta violarte! Sólo te he clavado el codo en el culo cuando me he caído...- fue la respuesta de una dolorida e irritada Hotaru, que no pudo sino mirar con reproche a Lyra nada más hubo logrado quitarse de encima de su compañero. - ¿Y qué cojones es eso del tigre, Wonderbra? Tú no llegas ni a gata en celo... ¡Joder, mi pie! ¿Nadie piensa ayudarme o qué?
Con la luz que provenía del despacho fue capaz de localizar los fragmentos de cristal que se le habían incrustado en la carne. Bramando como un animal herido y escupiendo maldiciones, se los arrancó uno a uno. Los cuatro cortes escocían tanto que algunas lágrimas amenazaban con asomarse en sus ojos. Reforzando su imagen de tía dura, escupió sobre la zona afectada y se limpió con el almohadón que Lyra le había arrojado. Sí, eso estaba mejor, pero debía vendárselo. Le pidió -o más bien exigió de malas formas- a Soryu que le diese el obi de su uniforme. El shinigami de la Octava accedió sin rechistar, y prosiguió disculpándose a Wonderwall atropelladamente. Entre lo que había bebido y lo nervioso que estaba, parecía que estaba atragantándose con un trozo de carne.
-Pfff... deja de arrastrarte, ¿quieres?- le reprendía desde su posición, anudándose la planta del pie con el trozo de tela blanca. La sangre dibujaba gardenias carmesíes sobre el tejido. - Que tampoco le hace ningún daño madrugar-. Finalizada su labor, se incorporó como buenamente pudo. Ahogó un gemido cuando trató de reposar el pie herido. Tajos más grandes no le habían incomodado tanto. -¿Sabes dónde están los dormitorios, no? Vete a dormir a mi cama, que de ésto ya me ocupo yo. ¡Vamos, largo!
Agradecido por poder librarse de momento, el joven de cabellos castaños se precipitó hacia los dormitorios, tropezando de camino a ellos y agarrándose el hakama del uniforme, que se le caía porque no había cinturón que lo sujetara.
Hotaru evitó mirar directamente a su Teniente cuando pasó al lado de él para entrar al despacho, pero casi podía sentir sus ojos bullendo de rabia. No era para menos; todos sabían que no era buena idea interrumpir su sueño, y además ella le había hablado de un modo bastante irrespetuoso. No le extrañaría que le mandase a limpiar la botella rota con la lengua, y un par de tareas desagradables como castigo.
-Sé breve, ¿quieres? Me duele la cabeza y escuchar tus gritos no son la mejor medicina-dijo con fastidio mientras se dejaba caer de piernas cruzadas ante la mesa de Lyra. Luego le miró con esa sonrisa desdeñosa, tan genuínamente suya- Pero no me pidas sexo a modo de compensación, fuku-taicho, podrías cogerle el gusto.
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[OffRo]: Como hace mucho que no veo a Uller, respondo, pero si va a seguir en el foro que se meta en el topic cuando quiera ^^
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
- Post : 1085
Edad : 34
Re: Un despertar accidentado ~ [Flashback] ~ {Lyra, Uller, Hotaru}
-Yo no llego a gata en celo-. El teniente fulminó con la mirada al acompañante de Hotaru. -Pero tu por desgracia lo eres
El teniente, hecho una furia atravesó todo el pasillo hasta donde estaba su almohada, esquivando a duras penas los trozos de cristal y cruzandose con Hotaru, que se dirigía hacia su despacho como tantas otras veces que había causado disturbios dentro de las estancias del escuadrón. Cuando recogió la almohada golpeó con ella al shinigami llamado Toru. -Desaparece rápido, ya hablaré con tu capitán sea quien sea.
El teniente se dirigió hacia su despacho masajeando sus sienes con el dedo índice y anular de cada mano y cerró la puerta detrás de el. Luego se tendió sobre el suelo de lado, colocándo la almohada con la que había golpeado a Hotaru y al shinigami bajo su cabeza. El rubio tenía una expresión ruda y hosca en su rostro, era tan feliz en sus sueños... no tenía que llevar encima cargas como Hotaru. El teniente la miró de reojo y se dió cuenta al instante de que estaba muy bebida, probablemente a la mañana siguiente ya se abría olvidad de lo que habían hablado... pero ya se encargaría de que lo recordara.
-Tienes demasiado ego, ¿qué hombre mentalmente sano querría acostarse contigo?Se mofó el teniente. -Te he dicho cientos de veces que me da exactamente igual lo que hagas en tu tiempo libre. El teniente se había tranquilizado al pensar en la idea de darle desagradables trabajos durante un par de semanas a la shinigami aunque sabía de sobra que a esta no le importaba demasiado. -Pero luego no traigas tus problemas hasta mí ni mi escuadrón, ¡entendido! El teniente ni siquiera la miraba, si no que fijo su vista en el montón de polvo debajo de su escritorio, ¿por que debía mostrarle respeto a aquella incosciente cuando ella no se lo mostraba a él?
[Off: Se que es corto pero ya sabes, estoy mueto xD]
El teniente, hecho una furia atravesó todo el pasillo hasta donde estaba su almohada, esquivando a duras penas los trozos de cristal y cruzandose con Hotaru, que se dirigía hacia su despacho como tantas otras veces que había causado disturbios dentro de las estancias del escuadrón. Cuando recogió la almohada golpeó con ella al shinigami llamado Toru. -Desaparece rápido, ya hablaré con tu capitán sea quien sea.
El teniente se dirigió hacia su despacho masajeando sus sienes con el dedo índice y anular de cada mano y cerró la puerta detrás de el. Luego se tendió sobre el suelo de lado, colocándo la almohada con la que había golpeado a Hotaru y al shinigami bajo su cabeza. El rubio tenía una expresión ruda y hosca en su rostro, era tan feliz en sus sueños... no tenía que llevar encima cargas como Hotaru. El teniente la miró de reojo y se dió cuenta al instante de que estaba muy bebida, probablemente a la mañana siguiente ya se abría olvidad de lo que habían hablado... pero ya se encargaría de que lo recordara.
-Tienes demasiado ego, ¿qué hombre mentalmente sano querría acostarse contigo?Se mofó el teniente. -Te he dicho cientos de veces que me da exactamente igual lo que hagas en tu tiempo libre. El teniente se había tranquilizado al pensar en la idea de darle desagradables trabajos durante un par de semanas a la shinigami aunque sabía de sobra que a esta no le importaba demasiado. -Pero luego no traigas tus problemas hasta mí ni mi escuadrón, ¡entendido! El teniente ni siquiera la miraba, si no que fijo su vista en el montón de polvo debajo de su escritorio, ¿por que debía mostrarle respeto a aquella incosciente cuando ella no se lo mostraba a él?
[Off: Se que es corto pero ya sabes, estoy mueto xD]
Re: Un despertar accidentado ~ [Flashback] ~ {Lyra, Uller, Hotaru}
-¿No lo sabes, Wonderwall? El Gotei está lleno de hombres locos...- respondió con voz perezosa y lúbrica, a la vez que cruzaba los brazos sobre la mesa baja de madera. Rió de forma a la vez maliciosa y un poco tonta, debido a todo el alcohol ingerido- Y de mujeres. Ay, fukutaicho, debe ser que esos perturbados tienen un talento especial para detectarme, porque han sido tantos...
Apoyó la frente sobre el tablero de teca oscura, como dispuesta a tomarse una cabezada allí mismo. No le había pasado inadvertido el que Lyra diese por hecho que Tōru y ella eran amantes, nada más alejado de la realidad, pero que de todas formas no pensaba desmentir. Prefería dejarlo opinar de aquel modo sobre sus intenciones, algo mucho más soportable a reconocer que si se llevaba al chico de fiesta era por no dejarlo solo y depresivo, rodeado de recuerdos que no hacían sino convertir la ausencia de la Capitana Samura en algo todavía más insoportable. Aquel torpe le preocupaba, muy a su pesar, pero se convencía de que sus motivos eran puramente egoístas. Al fin y al cabo, no podría salir a cenar con tanta frecuencia a sitios caros si el shinigami del Octavo Escuadrón no se encargase siempre de las cuentas.
-No te preocuparían tanto mis asuntos si salieras más por ahí. No sé si el ser Teniente te ha vuelto un pelma o tu madre ya te parió así...- al volver a levantar la cabeza, la habitación daba vueltas alrededor suya. Crispó los dedos en la superficie del mueble, con la desagradable sensación de que iba a caer desde muy alto- Ugh... Voy a tener que solucionarlo.
Costosamente se puso en pie, tras un par de intentos fallidos en los que volvía a caer sentada, y se dirigió, renqueante a causa de la herida, hacia los armarios en los que sabía que Lyra guardaba la bebida y un par de vasos. Los tomó junto a la botella y regresó a la mesa, dejándolos de forma poco cuidadosa sobre la misma. Tarareando de forma distraída una de las canciones que había escuchado esa misma noche, se sirvió licor en abundancia. Cuando no estaba diciendo groserías, la verdad era que Hotaru poseía una voz bastante bonita y dulce, casi aniñada. Pero que se cuidara el que le dijera algo así, porque detestaba que se insinuara que era delicada en algun sentido.
-¿Y bien? ¿De qué forma vas a castigar a esta arrogante y desobediente subordinada?- preguntó, socarrona. El líquido translúcido resbaló por la comisura de su boca cuando bebió, poniendo poca atención en la labor. La gota siguió su camino descendente hasta perderse en la curva de la barbilla. No estaba mal ese sake- Has de saber que hice beber a ese shinigami en contra de su voluntad y lo arrastré hasta aquí, así que puedes ir añadiéndolo a mi historial...
Apuró a Lyra con un gesto fluído de su mano derecha. No le importaba para nada ser sancionada, y estaba segura que el Teniente sabía tan bien como ella que nada que pudiera hacerle la haría corregir su comportamiento.
-Cuando acabes, puedes irte a dormir. Creo que yo me terminaré tu botella- y le sonrió con descaro, alzando el vasito de sake como si brindase por el Teniente.
Apoyó la frente sobre el tablero de teca oscura, como dispuesta a tomarse una cabezada allí mismo. No le había pasado inadvertido el que Lyra diese por hecho que Tōru y ella eran amantes, nada más alejado de la realidad, pero que de todas formas no pensaba desmentir. Prefería dejarlo opinar de aquel modo sobre sus intenciones, algo mucho más soportable a reconocer que si se llevaba al chico de fiesta era por no dejarlo solo y depresivo, rodeado de recuerdos que no hacían sino convertir la ausencia de la Capitana Samura en algo todavía más insoportable. Aquel torpe le preocupaba, muy a su pesar, pero se convencía de que sus motivos eran puramente egoístas. Al fin y al cabo, no podría salir a cenar con tanta frecuencia a sitios caros si el shinigami del Octavo Escuadrón no se encargase siempre de las cuentas.
-No te preocuparían tanto mis asuntos si salieras más por ahí. No sé si el ser Teniente te ha vuelto un pelma o tu madre ya te parió así...- al volver a levantar la cabeza, la habitación daba vueltas alrededor suya. Crispó los dedos en la superficie del mueble, con la desagradable sensación de que iba a caer desde muy alto- Ugh... Voy a tener que solucionarlo.
Costosamente se puso en pie, tras un par de intentos fallidos en los que volvía a caer sentada, y se dirigió, renqueante a causa de la herida, hacia los armarios en los que sabía que Lyra guardaba la bebida y un par de vasos. Los tomó junto a la botella y regresó a la mesa, dejándolos de forma poco cuidadosa sobre la misma. Tarareando de forma distraída una de las canciones que había escuchado esa misma noche, se sirvió licor en abundancia. Cuando no estaba diciendo groserías, la verdad era que Hotaru poseía una voz bastante bonita y dulce, casi aniñada. Pero que se cuidara el que le dijera algo así, porque detestaba que se insinuara que era delicada en algun sentido.
-¿Y bien? ¿De qué forma vas a castigar a esta arrogante y desobediente subordinada?- preguntó, socarrona. El líquido translúcido resbaló por la comisura de su boca cuando bebió, poniendo poca atención en la labor. La gota siguió su camino descendente hasta perderse en la curva de la barbilla. No estaba mal ese sake- Has de saber que hice beber a ese shinigami en contra de su voluntad y lo arrastré hasta aquí, así que puedes ir añadiéndolo a mi historial...
Apuró a Lyra con un gesto fluído de su mano derecha. No le importaba para nada ser sancionada, y estaba segura que el Teniente sabía tan bien como ella que nada que pudiera hacerle la haría corregir su comportamiento.
-Cuando acabes, puedes irte a dormir. Creo que yo me terminaré tu botella- y le sonrió con descaro, alzando el vasito de sake como si brindase por el Teniente.
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
- Post : 1085
Edad : 34
Re: Un despertar accidentado ~ [Flashback] ~ {Lyra, Uller, Hotaru}
Lyra ignoró el primer comentario de Hotaru, no era nada nuevo que la shinigami tuviera una visión tan elevada de si misma. Desde el día que discutió con ella por primera vez el teniente se había dado cuenta de que Hotaru era una narcisista y una egocéntrica, y que para Hotaru solo existían dos tipos de personas: Hotaru y los que solo valían para cumplir sus caprichos.
-Nací siendo un pelma. Respondió en un gruñido el teniente, funciendo el ceño. Hotaru podía ser realmente a veces (en realidad, la mayor parte del tiempo) a si que si se le dejaba salirse con la suya pararía de dar la vara por un tiempo. En el fondo la albina solo era una niña caprichosa.
Por su forma de hablar Hotaru estaba realmente muy borracha, quizás se arrepintiera de todas esas aventuras nocturnas, al menos eso esperaba Lyra. La shinigami llevaba mas tiempo formando parte de el Gotei que el pero no le extrañaba que no hubiera conseguido el mínimo signo de un ascenso en todos esos años, no se esforzaba, llevaba a cargo sus tareas con desgana y causaba mas problemas de los que solucionaba. Lyra vio el hakama de la chica tambalearse por delante suya hasta llegar al minibar donde Hotaru se dedicó a gorronear algo de su alcohol.
Mientras servía el acohol de su teniente y bebía la joven comenzó a canturrear melodías que al teniente le sonaron desconocidas, cosa que no era de extrañar dado que el repertorio musical del rubio se limitaba a varias canciones de taberna que oía amenudo cuando era un ratero en el Rukongai. Sin embargo, su subordinada no cantaba nada mal, era agradable escucharla... ojala cantara en vez de discutir.
-Tu castigo se te comunicará mañana, seguro que con la resaca al menos consigo cabrearte un poco. El teniente se sonrió interiormente. -Seguro que a Gensai le encantará comunicarte tus nuevos cometidos después de que le partieras la nariz el otro día...
El teniente se levantó y se desperezó, con toda la tranquilidad del mundo se acercó a Hotaru y le arrancó la botella de Sake de sus manos, dándole un trago y luego guardándola. Después se cruzó de brazos y miro escépticamente a la shinigami.
-No estamos casados, lo que es mio no es tuyo. Además, hoy has bebido como para un mes creo.
-Nací siendo un pelma. Respondió en un gruñido el teniente, funciendo el ceño. Hotaru podía ser realmente a veces (en realidad, la mayor parte del tiempo) a si que si se le dejaba salirse con la suya pararía de dar la vara por un tiempo. En el fondo la albina solo era una niña caprichosa.
Por su forma de hablar Hotaru estaba realmente muy borracha, quizás se arrepintiera de todas esas aventuras nocturnas, al menos eso esperaba Lyra. La shinigami llevaba mas tiempo formando parte de el Gotei que el pero no le extrañaba que no hubiera conseguido el mínimo signo de un ascenso en todos esos años, no se esforzaba, llevaba a cargo sus tareas con desgana y causaba mas problemas de los que solucionaba. Lyra vio el hakama de la chica tambalearse por delante suya hasta llegar al minibar donde Hotaru se dedicó a gorronear algo de su alcohol.
Mientras servía el acohol de su teniente y bebía la joven comenzó a canturrear melodías que al teniente le sonaron desconocidas, cosa que no era de extrañar dado que el repertorio musical del rubio se limitaba a varias canciones de taberna que oía amenudo cuando era un ratero en el Rukongai. Sin embargo, su subordinada no cantaba nada mal, era agradable escucharla... ojala cantara en vez de discutir.
-Tu castigo se te comunicará mañana, seguro que con la resaca al menos consigo cabrearte un poco. El teniente se sonrió interiormente. -Seguro que a Gensai le encantará comunicarte tus nuevos cometidos después de que le partieras la nariz el otro día...
El teniente se levantó y se desperezó, con toda la tranquilidad del mundo se acercó a Hotaru y le arrancó la botella de Sake de sus manos, dándole un trago y luego guardándola. Después se cruzó de brazos y miro escépticamente a la shinigami.
-No estamos casados, lo que es mio no es tuyo. Además, hoy has bebido como para un mes creo.
Re: Un despertar accidentado ~ [Flashback] ~ {Lyra, Uller, Hotaru}
-¿Gensai? ¿Ese idiota? Debería haberle hecho algo más que darle un puñetazo. Va por ahí como si fuese alguien, y no llega ni a basura- replicó, sin contenerse lo más mínimo. Tenía aquel tono de desdén en la voz, y el rostro teñido por un hervor en la sangre, como cada vez que se le cruzaban el enfado y la borrachera.- Y tú, ¿qué pasa? Me dejas en manos de ese memo. ¿Es que no puedes tú sólo conmigo o qué? ¡Bah!, ya me lo imaginaba...
Iba a servirse otro vaso, pero se dio cuenta de que el sake había desaparecido. Tras unos instantes de confusión, miró al Teniente con un mohín de reproche por haberle quitado la botella.
-No he bebido suficiente- sentenció, como si no admitiera que se pusiera en duda el tema. Dispuesta a seguir haciendo lo que le viniera en gana, se ayudó de la mesa para ponerse en pie, y de forma precaria se mantuvo, notando afectado el equilibrio-. Seguro que te gustaría eso... que fuera tu mujer. Pero lo tienes crudo, Wonderwall. Eres un blando y un...
Murmuró algo incomprensible tras dar unos pasos, llevándose una mano a la frente y sirviéndose de una cómoda como punto de apoyo al sentirse mareada. Lo bueno del alcohol era que insensibilizaba, y apenas sentía unas punzadas en la planta del pie, a pesar de que la herida sangraba de forma abundante.
Comenzó a reírse por lo bajo, sin ningún motivo aparente, y entonces fue hasta Lyra para hacerlo a un lado y volver a hacerse con la botella de sake.
-¿Sabes? Siempre me he preguntado por qué demonios duermes tanto, si nunca haces nada... ¿No será que te visita algún amigo tuyo por la noche y no paráis de darle al tema?
Deslenguada, como siempre, pero esta vez alcanzando un punto más que peligroso. Hurgaba con los dedos, buscando la obertura del mueble, pero cuando se fijó mejor, vio que arañaba la pared lisa y fría del despacho. Tal vez sí que había bebido lo suficiente por aquella noche.
-Tonterías- bufó, terca hasta ser una amenaza para sí misma. Estrechó los ojos y se colocó frente al mueble de madera.- Ah, ahí estás... Ven con Hotaru, pequeña.
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
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Re: Un despertar accidentado ~ [Flashback] ~ {Lyra, Uller, Hotaru}
A medida que Hotaru seguía diciendo estupideces una vena en la frente del teniente se inchaba mas y mas. A pesar de estar usando todos los medios que tenía para controlar su genio y repetirse a si mismo una y otra vez que Hotaru solo estaba borracha su temperamento era demasiado complicado de calmar. En silencio se sentó sobre el tatami y se quedó observando el suelo, mientras Hotaru cojía de nuevo la botella de sake. Incorporandose rápidamente, el teniente caminó hasta ella y golpeo la botella de cerámica con la mano abierta, que cayó sobre el suelo sin romperse, derramando el alcohol de su interior.
-¡Fuera de aquí! Gruñó el teniente señalando la puerta con su dedo índice.
[Off: Prefiero terminar el tema, me cuesta demasiado postear.]
-¡Fuera de aquí! Gruñó el teniente señalando la puerta con su dedo índice.
[Off: Prefiero terminar el tema, me cuesta demasiado postear.]
Re: Un despertar accidentado ~ [Flashback] ~ {Lyra, Uller, Hotaru}
Persiguió con la mirada la botella que rodó por el suelo, vertiendo su contenido sobre el tatami. Seguramente quedaría una fea mancha si no lo limpiaban pronto, pero no era eso precisamente lo que le preocupaba a Hotaru. Hasta encontrándose en ese estado de embriaguez era capaz de darse cuenta de cuándo se avecinaba el peligro.
-Vale, vale, joder... De menudo genio estamos hoy, ¿no? -resopló, con el semblante acalorado y el gesto resentido.- Ya me voy, ya... pero deberías cuidarte esos arranques de ira, o morirás antes de conocer siquiera lo que es una mujer.
Y antes de que le arrojase algo a la cabeza o la estampase contra una pared, la shinigami cruzó las puertas corredizas y abandonó el despacho, esquivando por inercia los cristales que todavía nadie había recogido y encaminándose a base de tumbos hacia los dormitorios.
"Jé... qué graciosa es la cara de Wonderwall cuando se cabrea."
Le llevó su tiempo dar con su habitación, pero nada más empujar a Toru para que le dejase un hueco en el futón, cayó rendida y durmió a pierna suelta.
Aquella noche soñó que un tigre la perseguía por todo el Rukongai, pero al levantarse para cumplir con sus tareas ni siquiera recordaba cómo se había hecho la herida del pie.
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
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