Llega del lobo al escuadrón [Flashback]

Hacía poco que me había graduado de la academia de Shinigamis. Los pocos años que estuve allí conseguí sobresalir sobre el resto mostrando una voluntad por progresar más alta que el resto, razón por la cual pude graduarme antes que el resto de Shinigamis de mi generación. Todos en la academia me veían como modelo a seguir en lo que a voluntad y ambición se refiere, por más que yo intentara dejar de lado mi ambición humana no podía deshacerme de ella, me perseguía y ansiaba más poder. La forma de conseguir más poder, la forma que yo mas usaba, era la práctica, la practica en el Zanjutsu, Hakuda y demás artes Shinigamis que se impartían en la academia, yo sobresalía en el Hohō y Zanjutsu, no tardando mucho en desarrollar mi Shikai con el que mi velocidad aumentaba mas llegando a velocidad rara vez vistas en un simple alumno de la academia.

Tras graduarme fui destinado al decimo primer escuadrón por mi estilo de lucha, muy apropiado para ese escuadrón. Mi paso por allí fue bien visto por mis allí compañeros, al igual que los alumnos de la academia, estos también apreciaban mis ganas de ser cada vez más fuerte, más poderoso, mas algo, cada vez mejor. El propio capitán me mandaba misiones, yo las aceptaba sin rechistar esperando sobresalir sobre el resto, para algo me esfuerzo tanto en perfeccionar mis técnicas.

En una de las misiones conocí a un joven, un joven que patrullaba las calles, labor del tercer escuadrón, hablaba de lo bien que se le daba su labor y de las experiencias vividas en sus noches patrullando. Hablaba de todas las personas que había conocido, todas las escenas de peleas en las que tuvo que intervenir y todas las mujeres con las que tuvo ocasión de flirtear. Ese hombre se llamaba Lyra Wonderwall, el pronto serías ascendido a teniente y yo seguía misteriosamente siendo aún un raso, un raso pero con misiones propias de un oficial.

Harto del poco reconocimiento de mi trabajo decidí pedir un traslado al tercer escuadrón, lugar donde podría trabajar codo con codo con el que ahora se había convertido en uno de mis pocos amigos dentro del Seretei, y pensándolo bien, uno de los pocos amigos que he tenido nunca.

Así pues, mis pasos me llevan hasta la puerta principal del escuadrón. La puerta se abre de repente por un Shinigami que salía, probablemente a hacer su cometido, patrullar. Entro justo antes de que la puerta vuelva a cerrarse dejando ver mi presencia dentro del cuartel. Empiezo a caminar buscando el despacho del teniente, mi teniente y amigo, Lyra Wonderwall. No tardo en encontrarlo y dar dos golpes sobre la puerta esperando la respuesta de mi superior.

Lyra…tan despreocupado como siempre…no era lo mismo conocerle como un superior que como un amigo, como amigo ese tipo de cosas no te importan y de hecho hasta te hacen gracia, pero cuando es tu superior el que se comporta así tu forma de mirarlo como superior puede cambiar. Menos mal que Lyra no tiene que preocuparse por una insubordinación, el es mi amigo y he aprendido a lidiar con su, a veces, falta de concentración.

Continué mirando fijamente a Lyra mientras rebuscaba en el suelo en busca de su Zampakutou, una espada más larga de lo habitual y con el mango forrado en negro, sin duda una Zampakutou muy bonita. Los papeles que debía firmar esperarían a mas adelante, seguramente se haya olvidado de ellos o los haya dejado en alguna parte y pones esa escusa para no quedar mal. Ahora íbamos a patrullar un poco y me enseñaría a hacerlo como es debido.

Vamos, aquí me estoy asfixiando. Dije mientras me levantaba. Las ventanas parecían estar cerradas y el calor se acumulaba en el interior de la habitación, sin duda si algún día llego a capitán de este escuadrón pediré que trasladen el despacho a alguna otra parte. Fuera, al menos, había cierta brisa que refrescaba un poco al caminar, algo de agradecer cuando tu trabajo es patrullar.

Lyra continuó hasta que se paró esperando a que me reuniera con él, yo ya tenía muchas ganas de salir de ese calor infernal cuanto antes y salir fuera para ver todo aquello de lo que Lyra me había hablado antaño.

¿Qué si me adapto? Bueno, la verdad es que no he tenido tiempo siquiera de traer mis cosas, de hecho continúan en las dependencias del undécimo escuadrón a la espera de que vaya a buscarlas. Dije ante la pregunta de Lyra. ¿Tú que tal estas? Ahora estas solo y al mando del escuadrón, que tal lo llevas?

Por fin fuera de ese caluroso lugar y ya con el aire en la cara, de hecho el aire había refrescado un poco y sentaba muy bien después del calor que pasamos dentro del escuadrón. Menos mal que la labor del tercer escuadrón es patrullar y no trabajo de oficina, sería insoportable.

Mis palabras parecen haber puesto algo incomodo, pero al oír mi pregunta su expresión volvió a cambiar, se tornó a un semblante mas pensativo como si intentase recordar algo.

-Bah, bah... realmente todavía no he afrontado ningún problema que fuera difícil de resolver. Realmente, no se cuán difícil es ser un teniente de verdad y mucho menos las responsabilidades que conllevaría convertirse en capitán. Ya sabes, a mi eso de responsabilidades y dilemas no me gusta demasiado, prefiero vivir una vida tranquila-.

No me sorprendió oírlo, este escuadrón parece que no tiene demasiado trabajo, no parece que tenga demasiado que hacer, de hecho hasta ahora nunca había oído nada sobre las actuaciones del escuadrón, poco se sabe sobre sus labores, aunque sí se sabe que su labor es sumamente importante.

-Pero tengo mis propios motivos para llegar al poder, y si tengo que alterar la paz de mi vida, no me importaría hacerlo. Al fin y al cabo, si no llego nunca a capitán no podría mirar a la cara a una persona...- Sabias palabras, todos estamos aquí por alguna razón, alguna ambición oculta algunas ansias por llegar a ser alguien en esta sociedad para la que trabajamos.

Ambos continuamos caminando bajo el sol brillando y con la fresca brisa en nuestras caras, un trabajo apacible será esté, pero no dejaré que la tranquilidad me domine, nada me desviara de mi camino a seguir, debo continuar para conseguir ser alguien en quien todos puedan dejar sus esperanzas y responsabilidades que hagan falta.

-Iré al grano. Me han dicho que eres poderoso y yo necesito un tercer oficial. ¿Te importaría mostrarme tus habilidades en un combate de entrenamiento? Si vas a formar parte de mi escuadrón necesito conocer tu poder.

Yo…tercer oficial…no esperaba subir tan rápido a un puesto de oficial, y menos a un puesto de oficial tan alto, pero si mi nivel es el correcto…que así sea.

Podersoso...bueno...hay muchos rumores, pero si lo crees conveniente...que así sea. Digo mostrando por mi parte mi modestia.