Una tarde en el Seireitei

Unos blancos cabellos hacían contraste con un traje de shinigami de aspecto impoluto, como muy cuidado, que haría dudar a todos de que este dios de la muerte fuese miembro del escuadrón mas agresivo y brutal de la Sociedad de Almas, mas el, Nobu Ishtar, era un miembro recién ingresado a esta institución. Sus ojos de un color miel parecían perderse en la inmensidad, su mirada iba muy distraída.
El Seireitei, en ese momento, era realmente tranquilo, y había una brisa fresca y relajante, sin embargo, Nobu estaba aburrido, y necesitaba de alguien con quien charlar o pasar el rato

Caminaba alegremente por el Seiretei, llevando nada más y nada menos que tres jaulas de un metro de altura, dentro, tres animales de granja de aspecto intranquilo, dejaban escapar una enorme cantidad de plumas blancas, y silbaban como una tetera llegando incluso a corretear por alguna pared de la jaula antes de caer de culo contra la parte inferior y hacerse una bolita para volver a ponerse en pie.

Se trataba de tres ejemplares de pitapollo que se habían vuelto totalmente locos, pero que Shuyin no se había arriesgado a matar, bien fuese por que les había cogido cariño... Bien fuese por que alguno contenía una peculiar carga explosiva, que reaccionaría ante el golpe.

No le importaba, había decidido llevar los ejemplares a la muralla que separaba el Seireitei del Rukongai, y lanzarlos por encima del muro, si algún aldeano los golpeaba para hacerse una sopita, ya no sería culpa suya.

Los avechuchos graznaban y silbaban, y Akira iba dando pequeñas y armoniosas zancadas, silbando para intentar mantener un orden de ideas que, realmente no tenía, e ignorar a las frenéticas aves que luchaban por una libertad que pronto les sería entregada.

"Vamos pequeños engendros, pronto podréis hacer "Boom" Y yo, estaré un paso más cerca de mis descubrimientos."

Para que mentirnos, Akira en realidad estaba cuerdo, sí que sabía cual era el pitapollo explosivo... O al menos, eso creía, pero tenía que comprobar que dimensiones alcanzaba la explosión. Pero estaba claro que no era tan estúpido como para probar algo así en su laboratorio, si lo hacía en el Rukongai, no quedaría pluma que lo identificase, además... Quizás llegasen al distrito más profundo y le hiciesen un favor.

Llevaba dos de las jaulas abrazadas a la altura del pecho, y la tercera, sobre estas dos, así que no fue raro que en uno de sus brusquísimos giros ésta se fuese para el suelo con un leve desplazamiento, e hiciera al animal graznar como si el mísmisimo diablo hubiese venido a llevarselo.

Akira se mordió el labio inferior. ¿No era aquel el explosivo?... Ui... Ui... Ui...

Pero la suerte sonríe a los cuerdos...y a los no tanto.

Un chico de blancos cabellos y traje limpísimo de shinigami se encontraba mirando un punto indefinido en el horizonte, a Shuyin se le pasó por la cabeza pensó que quizás, estaba esperando convertirse en estatua... Pero desechó la idea cuando se percató de que tenía ante sí la solución.

Silbó.

"Eh... Shinigami" Llamó subiendo levemente el tono de voz, y señalando con un gesto de cabeza a la jaula que se le había caído con el animal dando graznidos.

"Echame una mano anda... No te vayas a quedar tieso al sol." Comentó con cierta sonrisílla, esperando la reacción del sujeto.

Nobu se dio vuelta lentamente al oír las palabras de aquel joven. Vio que se dirigía hacia el con unas enormes jaulas, en donde se encontraban unos animales de aspecto perturbado. Pudo notar que aquel tipo era de la división 12, cuando lo tuvo lo suficientemente cerca

-Hola.. Soy Nobu Ishtar, y sí, te ayudaré, no tengo nada para hacer

Tomó una de las jaulas y comenzó a caminar junto con aquel tipo, sin preguntar demasiado. No era bueno iniciando conversaciones, por lo que decidió que el otro comenzara a hablar. Una leve brisa corría por el lugar, haciendo que sus cabellos se meciesen al compás, junto con su traje excesivamente limpio, para alguien de la 11va división

Aquel día estaba despejado. Tras un largo entrenamiento en el escuadrón (y todo sea dicho, muy solitario) decidí entrar al Seiterei. Sin duda aquel lugar era perfecto para despejarse.

Estaba demasiado ofuscada, no encontraba a mi capitana, y ningún shinigami del escuadrón estaba entrenándose, panda de vagos, todos menos mi capitana y mi teniente que seguro que tenían asuntos pendientes de mas vital importancia.

Pocas veces había cruzado el Seiterei, a pesar de que era un lugar hermoso, siempre había ocupado mi tiempo entrenándome y ayudando a los que necesitaban. Incluso a veces me dejaron hacer el trabajo de los médicos (aun sigo pensando por que se fueron mas enfermos de lo que llegaron...)

Algunos capitanes estaban tomando te, daba gusto ver shinigamis de distintos escuadrones uniéndose para un mismo fin.

Y allí estaba un hombre que me llamo la atención. Shuyin Akira. Sin duda los experimentos de ese hombre eran famosos por toda la sociedad de almas, o al menos la mayoría de ellos. Quien sabe cuantos inventos no salieron a la luz. Era un hombre misterioso, y sin duda era un hombre que podría causar problemas. No por su personalidad, pero si por sus invenciones, no había logrado oír que saliera alguna bien, o de acuerdo al plan.

Decidí acercarme, no por sospechar de él, después de todo, era un teniente. Si no porque sentía curiosidad de ese hombre tan misterioso, nunca había tenido la oportunidad de acercarse a él.

- Buenos días - hice una reverencia al shinigami que se encontraba con una jaula con el ave blanco y al teniente del 12º escuadrón - Mi nombre es Noriko Amako, shinigami del 6º escuadrón. Necesitan alguna ayuda? - dije colocando mi puño derecho sobre mi pecho izquierdo, quedándome allí firme hasta esperar ordenes

Pero....¿Qué eran esos pollos?, ¿Qué hacian alli?

Shuyin observó como el chico se acercaba, se presentaba, y acto seguido, recogía la jaula que se le había caído, mantenía un semblante serio y tranquilo, se llamaba Nobu por lo visto... Portaba el traje con elegancia, casi luciéndolo, y parecía esperar que fuese él quien comenzase la conversación, genial, no le haría esperar.

"Cuidado que explotan... Literalmente..." Comentó sonriente Shuyin a Nobu, en referencia a la jaula que llevaba entre manos.

"Yo soy Shuyin, Akira Shuyin. Un gusto haberte encontrado aquí Nobu" (Desde luego que lo era.)

No había dado demasiados pasos, analizando al chico, cuando una voz femenina llamó a cierta parte de su cerebro, haciéndole mirar hacia delante, y reparando, ahora, en una chica... Shinigami, se presentó como Noriko Amako, del sexto, y, por sus palabras consiguientes, Shuyin pensó que le había tocado la lotería.

"¡Sí claro!" Exclamó el teniente muy contento, procediendo a entregarle a la chica las dos jaulas que portaba, y quedando así él libre de peso.
"No sé que haría yo sin shinigamis tan educaditos... Seguramente ya me hubiese roto la espalda... Un placer Noriko, yo soy Akira Shuyin." Comentó con una sonrisa, y cruzando ante sí (ahora sí) sus dos brazos libres sobre el pecho.

El teniente de la doceava señaló hacia delante, bastante lejos de allí.
"Me dirijo a la puerta Oeste, Y... Cuidado que explotan." Comentó con cierta sonrisílla en referencia a las dos jaulas que (ahora) llevaba Noriko.

El teniente se llevó la mano al mentón... Y reflexionó un momento... Acto seguido, se acercó a Nobu, y cogió la jaula que éste llevaba, librando al chico del graznante ave.

"Oh Nobu, venga, sé un hombre y ayuda a la señorita, esta mal dejar que ella lleve las dos cajas, hay que compartir responsabilidades." (Por supuesto Shuyin ya había deducido que, aquello, era tarea de los tres).

Esperó a que Nobu ayudase a Noriko, y así, prosiguieran su camino hasta la puerta Oeste.

El shinigami de la 11, vio a la chica presentarse, y luego al teniente sacandole su jaula para que este ayudase a Noriko, cosa que hizo con gusto.
Nobu sujetó la jaula que tenía la chica en una de sus manos, posicionándose a su lado para caminar. Le dedicó una mirada cómplice y le susurró

-Creo que ya nos toca hacer trabajos de carga

Largó una leve risa, algo pícara, esperando que la chica entablase una conversación

Trabajo, y papeles, y trabajo y más papeles... y más trabajo... y más y más papeles... Aoki, en su despacho, se preguntaba porqué los shinigamis tienen esa manía de hacerse heridas, y porqué para cada torcedura de tobillo había que hacer un formulario con las especificaciones de la lesión...

El despacho, que no su cuarto, era un reducido cubículo, sin especiales adornos. Una abanico enorme, tradicional en una pared, y las puertas del armario del rincón con un estampado con motivos florales. En el centro del lugar, una mesa robusta, con pilas de papeles... exactamente tres pilas, dos del undécimo escuadrón, y otra del resto. La agresividad de estos shinigamis empezaban a representar una molestia para Aoki, que cansado, se despegó de la mesa, soltó el bolígrafo a un lado, dejando la palabra "ligamentos" a medio escribir, y se recostó en su silla, que realmente tampoco es que fuese muy cómoda. Tomó aire, cerró los ojos y dejó que su mente vagase por la estancia unos minutos...

Unos minutos fueron suficientes para que un golpe fuerte como de varillas metálicas se produjese cerca, arrancándolo del trance en el que se encontraba. Alertado, se levantó de la silla y se acercó a la ventana, que quedaba justo detrás de esta. Allí estaba el que, según su insignia, era el teniente del duodécimo escuadrón, que parecía llevar jaulas con... gallinas? Realmente parecía un lunático. Aoki se quedó mirando el transcurso de la escena desde su ventana. Un shinigami cogió la caja, y entonces y solo entonces, hizo aparición la espectacular Noriko, hermosa como una flor, aunque de aspecto robusto, aveces todo parecía no más que un teatro. Una doncella haciendo de caballero. Aoki no tenía intención de participar en la conversación, pues tenía trabajo pendiente, y miraba la escena simplemente con diversión. Y entonces, el teniente, le dio las dos jaulas que hasta entonces el mismo llevaba a la shinigami, haciendo tornar la cara de Aoki de diversión a sorpresa, casi defraudado. No dudó en meterse por medio, semejante acto descortés hacia una señorita merecía, al menos, hacérselo saber. Abrió la ventana y se colocó de un shumpo justo a la espalda de Noriko, quitándole la jaula de las manos y quedándosela él a su espalda. Después le plantó un beso en un atisbo de cuello que su pelo dejaba ver, dejándola semi-paralizada, para luego mirar directamente a la nuca del teniente justo por encima del hombro de la perpleja shinigami, a escasos centímetros de la cabeza de ésta. Aunque corrigió en parte su acción, dejándole a Noriko una única jaula, Akira no se libraría del toque de advertencia, al propio estilo cómico del teniente del duodécimo escuadrón.

- Esto... Akira-fukutaichô, ¿verdad? -dijo echando un rápido vistazo al número de la insignia de su brazo. Creía recordar que se llamaba así, ya había apuntado algunas bajas a su nombre. Cuando Akira le miró, continuó. - ¿No se da cuenta de que no debería dejarle a una señorita un trabajo tan sucio como el transporte de... - dudó un momento, miró la caja para asegurarse que de veras eso eran lo que parecían y siguió. - ... pollos? Ese ha sido un acto totalmente descortés por su parte. -

No lo decía con malas intenciones, de hecho, sonreía con cierto tono burlón. Seguramente la sonrisa no le durase mucho, solo hasta que despertase del coma pasajero que sufría Noriko... - Aoki, a su servicio - susurró al oído de la shinigami... Seguramente, éste sería el detonante de su "desenfrenado" despertar...

-¿Cómo que pueden explotar Shuyin?, ¿no se da cuenta de la gravedad, del grave problema en el que estamos? Aquí hay mucha gente que puede salir herida, y quién sabe si la explosión puede llegar más lejos. Había oído de sus investigaciones, pero esto es inaudito – En aquel momento deseaba no tener ninguna jaula para poder detenerle, aunque como ya dije era un teniente, debería saber lo que hace.

Estaba perpleja, primero por los pollos que … según parece podrían explotar. Aparte, no me había fijado de la presencia de aquel joven, ¿desde donde haba aparecido? ¿del cielo?. Cogio mi jaula, vaya después de todo existen caballeros en este mundo. Note como sus suaves labios rozaban mi blanca piel del cuello, un escalofrio recorrió mi cuerpo, desde arriba hasta abajo.

-¿Cómo se atreve? – pregunte en un tono alzado – Usted habla de descortesía cuando ha sido el primero en darme un beso en el cuello

Alce el puño para golpearle en la cabeza, pero algo me freno. Me di cuenta tarde de que era el teniente del 4ª escuadron. Aun asi el puño ya había impactado en su cabeza, con mucha menos fuerza de la que salió. Aun asi Aoki agacho levemente la cabeza por el impacto, debería haberme podido frenar a tiempo. Seguro que le saldría algún hematoma.

-Perdoneme fukutaicho, no me había dado cuenta de que era el teniente del 4ª escuadron – dije arrodillándome de nuevo con mi puño en mi pecho – Soportare cualquier castigo que me mande

El chico, Nobu, era el soldado perfecto desde el punto de vista del teniente de la doceava, no se había alarmado ante la posible amenaza de sus aves, y, probablemente, no lo haría cuando explotasen. Le caían bien los de la once sin duda.

La chica por su parte, reaccionó de un modo que hizo que el teniente fuera frunciendo el ceño a medida que iba dejando escapar las palabras de su boca ¿Inaudito? Inaudito era que protestase con un pollo explosivo en brazos.
"Bueno Norikito, entonces, es responsabilidad tuya que el Seireitei siga estando donde está, y de la forma en que está... Asegurate de que el plumífero ave no se va al suelo... ¡O pum!" Comentó con una sonrísa de oreja a oreja.

"Pero no te preocupes, me quedan noventa y nueve ejemplares más... si estos tres se perdieran no sería el fin." Comentó pensando que Noriko atribuía el desastre (por supuesto) a la perdida de sus tres ejemplares de pollo.

Entonces apareció un chico, alto y despeinado. Llevaba una ropa peculiar, una cinta blanca, y... Por la descripción física que se fue formando en la mente del teniente, se trataba del mismo de la cuarta.
El hombre apareció, le llamó por su nombre, y le acusó de descortesía al dejar que Norikito cargase a uno de los "pollos", quitándole la caja y cargándola él... Todo un caballero, un caballero que había plantado un beso sin permiso en el cuello de Norikito.

La chica protestó y le arreó, y Shuyin reaccionó como si fuese un niño de cuatro años al que le anuncia que mañana vienen los reyes magos, con una estúpida sonrísa que se pronunció aún más cuando la chica se percató de que había golpeado a un superior.

Akira aprovechó los lamentos de la chica antes de que Aoki reaccionase.
"Ala, aquí tienes tu castigo." Dijo dandole la jaula que portaba a Noriko, dejando ahora, a cada uno con una jaula excepto él.

Posteriormente, corrió hacia Nobu, y le arrebató la jaula que portaba, para ponersela encima y en equilibro a Aoki, mientras sonreía con alegría.
"Hombre caballeroso vale por dos." Comentó haciendo referencia al hecho de que éste llevaba ahora dos de las tres jaulas.

Posteriormente, miró a Nobu con sorpresa, añadiendo.
"¡Oh, vamos Nobu! ¿No has escuchado al teniente Aoki? Sé tu también un caballero y coge la jaula que lleva Noriko, alguien del onceavo no debería rehuír el hecho de coger peso." Comentó, intentando que Nobu cogiese la jaula que, Shuyin mismo había dado hacía solo unos segundos a Noriko.

Acto seguido miró con tranquilidad y seriedad a Aoki (que ahora llevaba dos jaulas), cruzando los brazos a la altura del pecho.
"Koki-fukutaichô, ¿verdad?" Efectivamente Akira ya había encontrado un apodo para el teniente.

"Como caballero que es, supongo que nos acompañará hasta la puerta Oeste, librando así a Noriko del brutal peso al que corresponden estas jaulas, no hacerlo, y dejar que sea la pobre chica la que cargue tal peso sería un acto de descortesía, algo totalmente impropio del cuarto escuadrón."

Parecía que Shuyin había, además, olvidado el hecho de que él mismo había sido acusado de descortesía al cargar sus cajas a Noriko, aunque eso no importaba demasiado, la situación se había vuelto divertida para el teniente.

Se alejó un poco, y dió un par de pasos hacia atrás, llamando a los tres con las manos.
"Ala, vamos vamos... Diablos ¡Retrasáis el avance de la ciencia!"

Comentó con aire impaciente para que siguiesen avanzando hacia la puerta Oeste, y, dando por añadido a Aoki a sus compañeros de carga.

Aunque Akira Shuyin no cargase nada...

Me acerqué sin chistar a Noriko, aquella shinigami del 6º escuadrón, y tomé la jaula, liberándola de mas peso. Me puse a la par del teniente del 12º escuadrón. No me molestaba llevar peso, como había dicho aquel extraño teniente, era de la división guerrera, independientemente de que mi traje estuviese impoluto, y mis rasgos no estuviesen curtidos por el fragor de la lucha, cosa que era verdaderamente extraña... vaya a saber el por qué

-Tiene razón Fuku-taicho, discúlpeme por la falta cometida

Observó toda la escena entre los otros 2 shinigamis, sin que su semblante se alterase demasiado. Un suspiro fue lo único que hizo que su cara mostrase algún signo de cambio. Sin embargo, debía de preguntarle algo al teniente

-Señor... perdone mi impertinencia, pero podría explicarme en qué consiste su experimento?

Noriko respondió infinitamente mejor de lo que Aoki esperaba, tal vez le dio pena pegarle demasiado fuerte, pues quizás en el fondo le quería, pero ocultaba su amor hacia un superior por miedo a no ser correspondida por alguien tan mujeriego como Aoki… O tal vez su rango de teniente tuviese algo que ver. Dicho rango lo olvidaba a veces, llevaba tanto tiempo siendo shinigami raso, que no acababa de asimilar el ascenso, en una división que ni siquiera era la “suya”, atribuyendo tanto méritos como fracasos a su forma de ser, y no a su rango.

En lugar del esperado golpe que empotraría la cara de Aoki en el terroso suelo del lugar, vino una especie de capón suave, y para colmo acompañado de disculpas… No se veían shinigamis así de respetuosos con sus superiores generalmente... o con sus amados.

El caso es que antes de poder darle un castigo (Aoki ya veía a la preciosa Noriko ayudándole con el papeleo), Akira ya estaba moviendo jaulas de un lado para otro, y sin previo aviso, le encasquetó una más a Aoki, y otra vez, le volvió a dar una caja a Noriko como castigo… Tendría que arreglar el papeleo por si mismo… o eso, o la provocaba para que volviese a golpearle y disculparse… El hecho de que no reaccionase como Aoki esperaba, solo le incitaba a continuar con su juego, así que, sabía que podía besarle el cuello son perder la cabeza… en otro momento, subiría el listón, a ver cuanto aguanta la shinigami.

Después Akira dijo un nombre (o mejor dicho apodo) para Aoki: Koki-fukutaichô. Aoki no sabía como pudo darse por aludido… Pero bueno, no le acababa de disgustar. Cogió adecuadamente la segunda jaula.

- Si, ya ha demostrado que en descortesía no hay quien le gane a su división, Akira-san. - le respondió, cargado de sarcasmo, pero eso sí, con una resplandeciente sonrisa en su cara. Se comportaba de forma similar al teniente, y la verdad es que esto, divertía a Aoki en cierto modo. Además, le era tarea fácil, pues sus personalidades no distaban especialmente, solo que cada una tiraba para lo suyo. Akira era un lunático, y Aoki un mujeriego… aunque ambos podían ser serios… si querían… que ya es decir mucho…

- Y por supuesto que les ayudaré con las cajas, no tengo nada mejor que hacer - mintió Aoki, librándose así de las pilas de papeles.

Solo le quedaba una cuenta pendiente, hacer las paces con Noriko. - ¡Jeje! ¿Sabes? Esperaba una reacción más violenta, felicidades por tu auto-control. Aunque, no te preocupes, no habría sido culpa tuya, así que no tendría derecho a castigarte. - le decía en tono calmado, y casi en susurro, colocando su mano cerca de su boca de modo que solo le oyese ella. Esbozaba una amplia sonrisa afable mientras le hablaba, ignorando a los otros dos, que hablaban algo sobre un experimento…

Noriko se sonrojo, no por las acciones de Aoki, si no por sus palabras. Normalmente ella no se controlaría, pero siendo un teniente quien podría levantarle la mano, o en este caso el puño. Aun así Noriko le perdonaría esta, pero estaba claro que su paciencia tenía un limite.

- Aoki - senpai, con su permiso

Noriko se interpuso en el camino de Aoki, cogió sus jaulas con ambas manos.

- Si de algo estoy segura es de su caballerosidad, pero cogiendo estas jaulas hace que me sienta poco útil, estoy aquí para ayudar, no para ser ayudada. Si me lo permite, usted es teniente, ¿no?. En lugar de cargar con las jaulas preocúpese por que el experimento de Akira - sama salga bien y no salga nadie herido

Noriko se giro, ahora era el turno de Nobu, fue hasta él y cogió su jaula y la colocó entre el espacio que tenia entre uno de sus brazos.

- No se preocupen, no se caerán - dijo Noriko mientras se aseguraba de que iban bien agarradas.

Luego fue el turno para Shuyin Akira, Noriko se puso a su altura

- Siento entorpecer sus investigaciones Akira. No volverá a ocurrir, le ayudare en cuanto usted necesite siempre y cuando nadie salga herido.

Noriko siguio caminando a la vera de Akira, sin retrasarse, y por supuesto ojeando a Aoki, como buen caballero insistiría en llevarle las cajas, pero Noriko era cabezota y prefería que en el ultimo momento fuese un teniente quien les protegiera. Además así entrenaba su fuerza, ya que aquellos muñecos del 6º escuadrón no le proporcionaron mucha satisfaccion como diana.

Akira sonrió ante lo divertido de la situación, y fue así hasta que Nobu le preguntó en que consistía su experimento.
"Pues la verdad es que consiste en..." Y de repente se quedó callado, mirando al grupo de shinigamis, todos de distintas divisiones, y, el único con igual rango que él, un teniente hormonado que guerreaba por la atención de Noriko.

Su ojos se semicerraron, y levantó una mano agitándola en el aire.
"Bah... No importa, con que sepáis que explotan me vale..." Concluyó el teniente no dispuesto a revelar motivos de sus investigaciones, mucho menos para acabar hablando para nada.

Aoki... "Koki" por su parte avanzaba cerca de Noriko cuchicheando, Shuyin dedujo que podría haber puesto el oído, se consideraba un cotilla en potencia, pero también un genio, y podía deducir con bastante facilidad que tema de conversación estaba pasando por la mente del otro teniente.
Iguales... Todos iguales...

Noriko por su parte, cambió el orden de las cajas, Shuyin se paró, con los ojos muy abiertos, y observando como la chica cogía una, el espasmo fue tal, que apenas consiguió escuchar la servicial disculpa de la chica, parecía que era el momento de hacer entender algo.

Se colocó serio y muy recto, con la mano en la empuñadura de su Zampakutoh, y el ceño fruncido, cogió aire, e intentó dejar escapar en tono de voz extremadamente agradable.
"Noriko, cariño... Por favor... Deja que sea yo el que reparta el orden de las cajas... Me frustro bastante de lo contrario... Y... Bueno, no me gustaría en un arrebato de ira cortar a las tres plumíferas aves y causar una explosión que se viese desde Hueco Mundo... ¿De acuerdo?" Concluyó con una sonrísa.

Posteriormente, se acercó a Nobu, le arrebató la caja con tranquilidad, y se la colocó encima a Noriko.
"Ala... Otro castigo... Ahora llevas dos."

Y avanzó a paso ligero con una sonrísa y tarareando una pegadiza cancioncilla.

Nobu se quedó sin explicación y sin la jaula, cosa que hizo que largara una pequeña risa. Ese fukutaicho era bastante divertido

-Señor, su forma de actuar es un tanto... extraña

El joven shinigami miró al resto de sus compañeros, dedicándoles una mirada de no entender demasiado lo que pasaba, pero bueno, ordenes eran ordenes

[OFF: Si no me equivoco, me queda una caja, no?... Shujin-san, vas a tener que llevar un recuento al final de tu post...]

Ahora, Aoki solo llevaba una de esas gallinas extrañas, y la señorita llevaba dos. Nobu por su parte, iba de manos vacías. - Con permiso, Akira-san... - Dijo con una sonrisa cómplice a su excéntrico compañero teniente. - Si no te importa... - le dijo esta vez a Nobu, que quedaba sin jaula alguna, e impaciente por ayudar, tendiendole su jaula con el exhaltado animal dentro de ella... Aoki colocó después sus manos tranquilamente detrás de su cabeza con la finalidad de apoyarla como en una tumbona, y se colocó junto al propietario de los molestos y gritones animalillos.

- Ahora en serio, Akira-fukutaichô, ¿cuales son las intenciones de llevar consigo semejante peligro emplumado? - Le preguntó Aoki al teniente en tono relajado al tiempo que retomaban la marcha. Si esos pollos realmente explotaban, no entendía el porqué de llevarlos tan desprotegidos, y a la interperie, y mucho menos, haciendosela cargar a rasos, a los que no podría culpar si tuviesen un tropiezo.

[OFF ROL: me perdi con las cajas pero intentare hacerlo bn, x cierto akira, los pollos tienen algun tipo de marca o color que se reconozcan unos de otros?]

Noriko estaba angustiada, preferiria servir de escudo frente todo aquello, y aquel teniente no le estaba dejando.

- Akira - sama, se que no nos dira nada del experimento pero...¿Como se le ocurre andar con estos ...pollos tan peligrosos? No llevan ningun tipo de proteccion y hasta ahora los estaba cargando usted solo.

Noriko cogió fuertemente una de las jaulas que llevaba, miro al ave que estaba dentro. No parecía tener nada especial, un simple ave de corral. Metió el dedo para tocar a la gallina, pero esta le picó el dedo. Noriko no se inmutó por un instante, retiro su dedo y prosiguió el camino junto a Shuyin Akira, intentando no separarse demasiado, pues le volvería a regañar.

Consiguió colgarse una jaula en el cinturón que llevaba, la otra sujetándolo con la mano izquierda.

-De nuevo Akira - sama le ofrezco mi otro brazo con el que poder soportar otra jaula más. He sufrido entrenamientos mas duros que esto.

Cuando termino de decir esto, empezó a notar como si todo su cuerpo pesara menos, sus ropas quedaban algo mas holgadas, un pensamiento veloz le inundo la mente a Noriko, y un fuerte escalofrío recorrió su cuerpo. Miro hacia atrás, su cinturón con el que sujetaba al pollo se había caído. Y la jaula del pollo estaba rodando en el aire, destino el duro suelo. El primer pensamiento que se le cruzo a Noriko fue " ¿Por que a mi? esto tiene que ser una broma" tras " Por favor que no explote" y finalmente "Cuanta gente resultara herida.

Noriko corrio a tirarse hacia la jaula al menos para servir como escudo.

Lamento la tardanza, fin de semana y todo eso.
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El chico, Nobu, dijo que su forma de ser era extraña, Akira suspiró, y contestó tranquilamente.
"Chico...Chico, es el mundo el que ha dictado una forma de ser tan lineal que te hace creer que mi forma de actual es extraña, sin embargo, ten en cuenta lo extraño que es para mi el mundo, que dicta tanto de mostrarse de un modo tan parecido al mio... Todo es tan complicado..." Comentó en un tono dramático y poco creíble debido a la sonrísa que inundaba su rostro.

"Koki" por su parte, realizó una segunda pregunta, mucho más peculiar, y que dejaba denotar un interés por sus grandes y expléndidos proyectos.
"Bueno Koki, supongo que notarás la sensación que un shinigami tiene un Capitán aparece, siquiera hace falta que libere su Reiatsu para inmovilizar a los chavales, estos pollos, contienen el Reiatsu liberado de un Capitán, de modo que, de morir, la liberan, inmovilizando o eliminando todo lo que se encuentra en un cierto radio, sin dañar ningún tipo de estructura. Podrían ser usados para que Shinigamis eliminasen con facilidad a enemigos como los Menos Grandes... O para que alguien huyese de un Arrancar, al detectar éste la presencia del Reiatsu liberado de un par de Capitanes, además, los Hollows dejarían de ser un problema incluso para los novatos... Todo, por supuesto, con su debida responsabilidad de uso... y..."

Cayó, cayó al observar como una pesada jaula se iba al suelo, con su debido pitapollo, la chica, la estúpida chica. Había decidido hacer un "streaptease" olvidando la carga que sostenía.
Los ojos de Akira se abrieron como platos, mientras la jaula tocaba el suelo, el pestillo, cedía por el impacto, y el plumífero y ahora nervioso ave salía silbando de la jaula, desapareciendo de la vista en pocos segundos.

Shuyin miró a la chica con alegría, y señaló el lugar por el que había huído el ave.
"¿No está en esa dirección el Primer Escuadrón?... Yo que tú nos daríamos prisa, si cualquiera pisa, toca con fuerza, corta, o golpea al pollo, me parece que vamos a tener durante treinta minutos inmovilizado a todo shinigami, eliminado a todo herido, cargado a todo teniente, y sorprendido a todo Capitán que ande por el Seireitei en éstos momentos... Por no hablar, de la gracia que le hará a los mandamases...." Explicó el investigador con una sonrísa.

Akira miró al suelo.

"Estos bichos tienen la peculiaridad de cagar una santa barbaridad... Si cualquier shinigami pilla al animal silbón restregando los extrementos contra su escuadrón.... ¡BANG!" Explicó Shuyin.

"Creo que... Sí, será mejor si lo encontramos y lo recogemos RÁ-PI-DO.

Me coloqué las manos por detrás de la cabeza y seguí con la caminata

-Eso no quita que sea extraño

Lancé una carcajada cerrando mis ojos. Ese teniente, extraño y todo, me caía bien

Koki recibió la explicación que requería. Animales con reiatsu de capitán contenidos... interesante... podrían darle muchas utilidades. Si se pensaba un rato sobre ello, de seguro se encontraría varias formas de usarlos. Aunque también era cierto que transportarlos alegremente por la sociedad de almas sin ningún tipo de protección, no era la mejor idea que el excéntrico shinigami podría tener... Pero por tener una idea así, Koki lo dejaría pasar por esta vez... es decir Aoki...

Al mismo tiempo, Noriko, envalentonada, cargaba jaulas a diestro y siniestro, con la intención de llevarlas todas ella. Una al cinto, otra en su brazo, el otro brazo en disposición de coger una tercera, el cinto al suelo... el cinto al suelo... A este detalle cabe darle más importancia:

La shinigami elegantemente colocó la jaula de forma inexplicable en su obi por una pequeña asa metálica en la parte superior. Inexplicable, porque se supone que para poder hacerlo, habría que desatarlo, meter el asa, y volver a atarlo, pero se saltó el primer paso y el último dejándolo en "meter el asa"... El obi era blanco, impoluto, y bien podría parecer seda que marcaba el contorno de la cintura de la esbelta y bien formada (y por qué no decirlo, igual de bien dotada) shinigami de cabellos castaños relucientes a la luz del sol. Entonces la jaula comenzó a descender sutilmente, desatando el complejo nudo que mantenía el obi abrazado a las caderas de la shinigami. La caja, con animales semi-voladores explosivos capaz de tirar al suelo a un montón de shinigamis a muchos metros a la redonda, e incluso acabar con alguna vida agonizante, se precipitaba hacia el suelo, como lo hizo la bomba de Hiroshima años atrás, y de efectos similares (o al menos eso daba a entender Akira-san) pero eso ahora era lo de menos. Lo de más es que el obi que mantenía antes cerrado el keikogi de la shinigami, ahora reposaba en el suelo tranquilamente, casi dócilmente, formando varios pliegues elegantes y bien dibujados, casi de foto. Igual que de foto era la escena un poco más arriba, a un metro aproximadamente. Algo más. El keikogi de la shinigami se abría, dejando ver desde el comienzo de su hakama, un poco más abajo del ombligo, hasta el mentón, una línea de piel fina y blanca, que se ensanchaba por momentos, dejando ver cada vez más. Las neuronas de Aoki se encendía como farolillos de una caseta de feria, y se calentaban hasta arder (si, como suena). Éste también es un hecho sin importancia, o al menos, Aoki no fue consciente de él. Si que fue consciente de otra parte de su cuerpo que también se calentaba hasta arder, pero dejemos eso a un lado, por ser contenido grotesco y censurable. El caso es que las puertas del paraíso se abrían a un par de metros de Aoki, dejando entrever las dos montañas cuyo camino llevaban al Olimpo, donde Aoki, como cualquier otro hombre sería feliz para la eternidad. El resto de personas se concentraba en la caída de la jaula, pero si le hubiesen advertido a Aoki de lo de la jaula, él habría dicho "¿Qué jaula?"... si es que hubiese sido capaz de articular palabra. Solo un segundo después de la apertura de las puertas del cielo, y la escasa contemplación de la parcialidad de los senos de la shinigami (De los que Aoki, con el simple vistazo podría haber escrito una tesis, y a saber cuanto podría escribir si hubiese durado un poco más (que realmente es lo que deseaba)), ella por acto reflejo cerró su keikogi con la mano que justo antes disponía para coger una jaula. Que lástima que nadie se la hubiese dado a tiempo... por eso último, Aoki chasqueó la lengua y apartó (en la medida de lo posible) el pensamiento, para preocuparse por la jaula que caía.

El resto un poco de alboroto, angustia y cosas por las que no merece la pena alargarse más.

Aoki, tras la advertencia del peligro del pitapollo de Akira, arrancó a la carrera hacia donde había salido corriendo el escandaloso animal, sin pronunciar palabra, a causa de su disgusto, pasando junto a Noriko para aprovechar para hechar una mirada al Olimpo por las puertas entrecerradas, pero no alcanzó a ver nada. Decepcionado, volvió a chasquear la lengua y se dispuso a concentrarse en la verdadera misión, verle a Noriko las te... NO! ATRAPAR AL PITATE... NO!!!! PITAPOLLOS!!!!

[[OFF ROL: Siento la tardanza, el fin de semana con un puente de 4 dias es lo que tiene]]

Noriko cogió su Obi caído, tenía prisa así que se lo abrochó por debajo del pecho, para no tardar en colocarse el Kimono decentemente, simplemente lo ató de la manera más rápida y mejor posible para que no se mostraran sus senos.

Hizo una reverencia a Akira

-No se preocupe Akira, yo misma iré a coger aquel pollo.

Dejó sus dos jaulas en las manos de Nobu, al fin y al cabo era el único que no se había movido y darle su “trabajo” al teniente lo veía deshonroso (aunque fuese trabajo del teniente).

Noriko echó a correr, hacía tiempo que no corría así, en el camino pilló a Aoki, que se había quedado pasmado observando los lujuriosos pechos de Noriko.
Ella le consiguió adelantar con poco esfuerzo, después de todo no se esperaba menos de alguien que “dominara” el rayo.

Frenó en seco a pocos centímetros del joven, giró su pie en el suelo y colocó su codo apoyándolo con su otro brazo, como apoyo. Aoki se frenó a causa del codazo que le dio Noriko en el estómago. Cayó al suelo de espaldas.

-Un caballero espera hasta el matrimonio para dejarse deslumbrar por el cuerpo de una mujer.

Noriko de nuevo siguió tras el ave plumífera, sin esperar a que Aoki se recuperase, al fin y al cabo era un teniente y aquel codazo no sería de mucho para él, después de la constitución que poseía y del don de curación de su escuadrón.

Llegó al 1º escuadrón, pero no veía rastro del pitapollos, una pluma por aquí, una pluma por alla… Quizás esta vez si iba a necesitar la ayuda de Aoki.

Noriko cogió un trozo de piedra y arañó el lugar por donde ella iba pasando, pensando que Aoki lo interpretaría de esa manera para que investigara otro sitio, y no interpretándolo por una provocación de jugar al gato y al ratón o al pilla pilla.

Callejones sin salida… callejones que dan a más callejones.

-Tenemos tan mala suerte que seguro que el pollo estará ya en el despacho del capitán.

Por allí ya no había rastro ni de las heces de aquel animal ni de sus plumas. Así que Noriko fue directa al despacho del capitán, rogándose a sí misma no encontrarse con el pollo ni con una explosión cuando llegara

Akira observó con una sonrísa en los labios como Noriko y "Koki" se largaban tras el peligrosísimo pitapollo , la chica había dejado las dos jaulas a Nobu, que observaba la escena con impasible tranquilidad.
"(Este chico debería estar en mi escuadrón, es el soldado perfecto...)" Pensó para sí Shuyin observando a Nobu con tranquilidad.

El teniente señaló hacia donde corría la peculiar pareja, y arrebató las dos jaulas a Nobu con rapidez.
"¡Debes seguirles, rápido! ¡TODO EL SEIREITEI DEPENDE DE ELLO!... ¡Estamos en un grave peligro!"

Esperó a que Nobu decidiese seguir a Noriko y "Koki", y con mucha tranquilidad, giró sobre sus talones y se largó de allí en dirección contraria al grupo silbando alegremente a paso de lo más lento y peculiar, molestándose en levantar mucho las piernas.

"Dejar escapar un pitapollo y perseguirlo hasta el primer escuadrón... Una justiciera de la sexta, el teniente de la cuarta.. Y un guerrero de la onceava... ¿Qué cara pondrá el "Jefe"? Me gustaría verlo sin duda, pero será mucho más divertido imaginarles explicando que me pertenece, la teoría de la explosión, y cargar con el arrebato de ira inicial... Yo mientras tanto... A lo mio, que aún me quedan dos."

Akira continuó caminando hacia la puerta, silbando, y observando a las dos avechuchas chillar en sus respectivas jaulas.

Esperaba con ilusión el momento de plantarse ante la enorme puerta, y liberarlas.

Si Nobu no postea hoy, mañana subo yo mi post, q lo tengo escrito desde hace casi una semana U.U

Aoki seguía a la carrera. Había dejado la escena cuanto antes, sin esperar a ver como trataban con el teniente, ni que pasaría con las otras dos jaulas, simplemente, se puso en acción, para que el pollo no llegase muy lejos. Accion, que por otro lado, empezaba a hacerle falta para evitar la oxidación que sus músculos empezaban a sufrir por la inactividad de su escuadrón. Pero había que reconocer que el pollo corría como un demonio.

Por mera curiosidad, giró su cabeza a su derecha para mirar hacia atrás, para ver si alguien había decidido ayudarle en la busqueda, pero por ahora parecía que no. Parecería que no, de no ser porque, por su izquierda conseguía adelantarle Noriko, shinigami que Aoki no pudo ver. Al igal que no pudo ver la acción de Noriko delante de sus narices, pues cuando miró hacia delante, ella ya estaba clavada en el suelo, con su codo a escasos milímetros del pecho de Aoki. Y el impacto fue brutal, había que reconocerlo. Aoki quedó suspendido unos instantes en el aire, con todas sus extremidades cogando hacia delante, rodeando a Noriko, para un instante después, desplomarse contra el suelo, clavandose alguna de las piedrecillas en su espalda descubierta.

Desde la posición, con los ojos cerrados, tomaba aire con dificultad. - Hah... Si me llega a dar dos centímetros más arriba, me hubiese herido de gravedad... voy a tener que enseñarle... unas cosillas a esta chica... su fuerza canalizada... puede ser útil para el Gotei... Cooof! - Si, por extraño que parezca, Aoki pensó en el combate, más que en la despampanante shinigami que le acababa de golpear... quizá estuviese acostumbrado a ese tipo de golpes, con ese tipo de mujeres.

Se incorporó y la vio correr hacia donde el pitapollo. - Maldito bicho... Nos va a dar tarea - decía en voz alta, aunque más para sí mismo que otra cosa. Se levantó y puso camino tras Noriko, ya perdida de vista.

Avanzando, comenzó a ver algunas marcas en las paredes y pilares... Al princio no cayó en la cuenta, pero al ver varios, pensó que quizá fuese una marca... O quizá no. Al parecer, en caso de ser marcas, se dirigían hacia la sala de sôtaichô... - No creo que haga algo así, no será eso... - y dejó de prestar atención a dichas marcas, para seguir buscando por su cuenta, aunque eso sí por otro camino. Más que por otro camino, subió a unos tejados, y fue saltando de uno a otro, comprobando en el aire los pasillos de un extremo a otro. Si el pollo estuviese en alguno de ellos, Aoki lo vería, después de todo estuvo en el segundo escuadrón hasta hace esascas dos semanas... Mientras seguía pensando (si, a pesar de pertenecer al genero masculino, era capaz de hacer dos cosas a la vez) - Y si consiguiese llevar uno de esos pitapollos, con la debilidad del golpe, la asfixia producida, y despues una explosión de reiatsu de un capitán, podría acabar con un arrancar de alto nivel... Que listo soy...-

[OFF: Se me ha ocurrido que hagamos un entrenamiento juntos para hablarte de puntos vitales, para hacer mas efectivos tus potentes golpes... ^^ cuando estés libre de conversacional, lo haremos ^^]

[[OFF ROL: Me mola la idea Aoki, cuando termine empezamos el entrenamiento]]

Noriko estaba justo enfrente del despacho del capitán, no pareció haber revuelos por los alrededores. La puerta estaba completamente cerrada, se acerco para oír, pero nada, la habitación estaba completamente en calma. El pollo no estaría por allí.

De nuevo salió afuera, a pesar de quedarse con la curiosidad de ver el despacho del capitán… pero aquel no era el momento.

Caminaba por los callejones, esperaba que el ave no hubiese abandonado el escuadrón. Consiguió dar con un pequeño edificio, salto encima sin ninguna dificultad.

- Desde aquí podre observar mejor si hay revuelo.

Aoki también estaba por allí, los dos habían pensado lo mismo. Estaba a una distancia considerable asique Noriko se aclaro la garganta para hablar más alto.

- Aoki – san, le dejo esta sección.

Noriko volvió a bajar, otra zona cercana podría ser el Rukongai, era un hecho improbable aunque no imposible que la plumífera ave estuviese allí. Caminaba rápido por las calles anchas, hasta adentrarse en el Rukongai.

Algo la hizo detenerse, no, aquello era creíble, debía ser un producto de su imaginación, o quizás se había vuelto paranoica. Un grupo de aves de corral del mismo tipo que el pitapollo estaban pululando por una de las calles.

- Quizás es solo una coincidencia y no es ninguno ..

Noriko entro en una de las casas cercanas, sin preguntar y sin observar si había alguien en casa, recogió una manta, la más grande que pudo ver.

- Esto servirá.

Noriko coloco todas las aves dentro de la manta, la cogió lo mejor y más suavemente que pudo, sin asfixiar y sin golpear a ninguna ave. Se dirigió rápidamente al Seretei, hasta encontrar a Akira

- Akira-sama aquí le traigo las aves que he encontrado.

Coloco suavemente en el suelo una manta, la abrió y de allí salieron todas las aves.
Hizo una reverencia, se arrodillo en el suelo y con un brazo en el pecho mirando al suelo dijo:

- Si alguna es suya cójala, si no .. aquí puede practicar con más aves.

Estaba cerca, cerca, ya observaba la enorme puerta del Seiterei, estaba a punto de culminar su obra, era el momento de lanzar las aves de corral y...

Escuchó una voz femenina que le era familiar, frunció el gesto, entrecerró los ojos, y apretó un puño con fuerza, realmente la gente podía resultar molesta cuando sus investigaciones se veían notablemente retrasadas, empezaba a aburrirse del teatro, y le empezaba a costar realizarlo de modo constante, se giró a tiempo para ver a Noriko, acercarse a él, y colocar a sus pies un número de pollos entre los que teóricamente él (por algún motivo que no lograba entender) tenía que distinguir cual era de su propiedad.

"(¿Pensará que las reconozco por la voz...? Aunque nunca lo he intentado, quizás lo consiga.")

En ese momento, una ingeniosísima idea cruzó la mente del perverso teniente del doceavo escuadrón, la atribuiría a sus "supuestos" problemas mentales, sí, y posteriormente, probaría los efectos del arma que él mismo había creado, si las cosas salían mal, siempre era mejor morir por uno mismo que asesinado, o eso pensaba ¿No?

Shuyin Akira sonrió de oreja a oreja, dejándo una jaula en el suelo y desenvainando su fina Zampakutoh, Hohoemi vibró de la emoción, leyendo ya las intenciones de su querido compañero.

"¡Muy bien maléficas y peligrosas armas vivientes aves de corral, si alguna de vosotras me conocía de antes, que dé un paso al frente, o asesino a vuestra amiga!"

Las aves siguieron graznando, y la sonrísa de Shuyin Akira se pronunció más mientras observaba a aquel montón de seres estúpidos. ¿Serían conscientes de lo que iba a ocurrir? ¿Graznarían para avisar a Noriko? ¿Para pedirle a él que no lo hiciese? ¿Y si les estaba contestando en el idioma aviar?

Atravesó al pitapollo que había en la jaula con su hoja.

"Hui... No soy de los que cuenta tres..."





[b][i]"ZIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIM BOMG"






El ave brilló y explotó, rodeando a los presentes con un haz de luz blanca, Shuyin Akira reía, reía mientras notaba una presión abrumadora sobre sus hombros, una presión que, en cierta manera, echaba de menos, una presión que le hacía difícil, casi imposible la mera tarea de permanecer de pie, una explosión que habría afectado, fuera y dentro de aquel lugar.

Gastó todas sus fuerzas en reír, reír a carcajadas mientras aquella luz iba ejerciendo mayor y mayor presión sobre él, sus piernas temblaban por la fuerza acontecida, sabía que, era solo, y solo gracias a su entrenamiento como teniente, y como investigador, que conseguía mantenerse en pie.

La respiración, era cada vez más dificultosa, el aire, el aire vital, era cada vez más difícil de absorver, y la diversión, la diversión era infinita.

Lo sentía por los que hubiese pillado del Rukongai.

El experimento FUNCIONABA.