En las afueras del seireitei...

Era ya cerca del anochecer cuando Katsu se dirigió a las afueras del seireitei para entrenar, no le gustaba hacerlo en las areas de entrenamiento de la división debido a que implicaba la posibilidad de iniciar una conversación con otros shinigami, y tal como estaban las cosas despues de la batalla Katsu lo deseaba todo menos entablar una conversación.


La división estaba en una situación extraña, el teniente Kobayashi Hayato había sido ascendido a capitán junto a otros cuatro tenientes de sus respectivas divisiones tras la muerte de los capitanes, había nada menos que seis divisiones sin capitán. Respecto a la séptima, Hayato había dejado libre el puesto de teniente aun sin nombrar, pero no solo eso, Hayato fue el único superviviente de los oficiales, es decir, no existía ni tercer ni cuarto ni tan siquiera un quinto hombre en la división, y la mayoría de los componentes actuales de la división eran recién salidos de la academia que desconocían el nombre de su espada, a su modo de ver, la sociedad de almas estaba en una situación crítica. Tan solo tenia la esperanza de que el estado del hueco mundo no se diferenciase mucho...

Finalmente llegó a su lugar habitual de entrenamiento, activó el gigai de combate y se dispuso a empezar. Su entrenamiento normal se basaba en el Hohō y una combinación ofensiva del Hakuda y el Zanjutsu, llevaba la espada atada a la espalda y ladeada ligeramente hacia la derecha, la cual rara vez desenvainaba en vano. Su técnica con Usagi sellada utilizaba sobre todo las piernas, llevando la mano derecha casi permanentemente en el mango de la espada, cuando requería el uso de ésta, utilizaba la fuerza centrifuga al desenvainar para maximizar el daño del corte, tras lo cual volvía a envainar. Había elegido el nuevo gigai más veloz, le estaba costando superarlo, sin embargo, en cuanto memorizó sus diferentes patrones de ataque tan solo le costó un tajo en el brazo derecho.


– Los de mantenimiento de gigais me van a matar... –Dijo al ver que casi había seccionado el brazo completo– Al menos ha sido un buen adversario.


A la vuelta se estuvo planteando lo inevitable, sabía que éste sería el último entrenamiento normal, tenía que conseguir el bankai aunque sabia que le llevaría tiempo, mantenía una buena relación con Usagi pero ninguno de los dos era muy comunicativo y no sabía si eso sería un obstáculo o un acelerante del proceso, pero eso sería un problema del futuro, ahora tenía que estar atento a los movimientos de los Hollow.