Ordenando cosas en el Seiterei

Washiru se encontraba ordenando los papeles que le acababan de entregar. Parecía que ser teniente de la 9ª división iba a ser bastante duro, bastante más de lo que se imaginaba en un principio.
Parecía mentira que su tía no hubiera tenido teniente en los primeros tiempos en los que estuvo en la capitanía, y si lo hizo posteriormente fue para que el comandante dejara de recordarle una vez tras otra que necesitaba de más ayuda para llevar la división.

La verdad es que cuanto más detalles conocía de su tia, más la admiraba y veía cuan dificil podía resultar el papel de una noble como capitana del Gotei 13.

Pero allí estaba para lo que estaba, ordenar algo los papeles, ver los informes de cada uno de los miembros de la división y poder ver que podía hacer con ellos y con todo en general.
Había tantas cosas que hacer y a la vez tanto que aprender para poder llegar a ser alguien competente, que casi no tenía tiempo ni de tomar el aire, ni de poder tomarse tranquilamente un te.

Por eso había acudido a una zona más apartada del Seiterei, a ordenar todo, a refrescarse y a tomar aquel te que tanto ansiaba, todo en uno, pues el tiempo no era lo que más le sobraba.

Pero, ahora que lo pensaba, ¿donde había dejado el te?
Vaya, si que resulta dificil estar en todo.

Me dirigí al Seiterei, lugar donde reinaba la paz, o al menos eso había oído, jamás tuve tiempo de averiguarlo, desde que ingreso en la academia solo había vivido para llegar aquí, a donde estoy. Estaba feliz por ello, había acabado en el 13º Escuadrón, donde deseaba, y mi capitán no era tan malo como lo pintaba, siempre me imagine al típico capitán gruñón y mandón, sin embargo me había divertido haciendo la prueba de Teniente.

Allí estaba yo, en el Seiterei, tal y como me lo imagine, la paz inundaba todo. Fui caminando hasta que una figura me llamó la atención. Un hombre de pelo moreno y lacio cayéndole sutilmente por los hombros recogido en una coleta que le recorría toda la espalda. Parecía estar estresado y bastante serio. Estaba ojeando papeles, supongo que no pasará nada si me siento a su lado a rellenar todos estos papeles... Chiesa ni siquiera me explicó como rellenarlos.

Antes de sentarme los volví a ojear... sigo con mis mismas dudas...

Supongo que no pasará nada por pedir ayuda...

Me senté junto a él.

- Esto... Me presento soy Erienne Veanna teniente del escuadron 13, encantada - sonreí y esperé a que se presentara

Washiru levantó la mirada, para ver como se había acercado a él una chica de largos cabellos castaños.
Había estado tan absorto en su desorden personal, confiando en en aquel apartado lugar no pasaría casi nadie, se había dedicado casi completa y absortamente a su labor como administrativo. Pero ahora existía con lo que no había contado, una persona que se dirigía a él. Y nada más y nada menos que otra teniente.

No la reconocía como una veterana en el cargo, así que seguramente sería una novata, tanto como él. La verdad es que sería lo más lógico, pues con aquel movimiento de capitanes tras la tragedia no hace tanto, casi todos los tenientes realmente competentes, habian sido ascendidos, y ahora tocaba rellenar las divisiones y responsabilidades con más gente.

Y el problema es si estaban preparadas o no. Quizás él no lo estaba, pero no por ello iba a dejar de intentarlo.

Y también quería saber si su nueva compañera era como él, o si a lo mejor sabía un poco más.

Ordenó rápidamente todo un poco, lo justo para que quedara minimamente presentable y le dejara oportunidad de levantarse, tras lo cual, se puso de pie y realizó una leve reverencia para presentarse.

- Mi nombre es Kuchiki Washiru y soy el nuevo teniente de la 9ª división. Es un placer conocerla, teniente. -Tras lo cual, volvió a enderezarse, para mirar a su compañera. Pudo observar unos claros ojos azules, ojos que normalmente denotaban inteligencia y sagacidad. Esperaba que así fuera, por el bien de ella, principalmente.

Un Teniente rellenando formularios, quizás él también era nuevo en el puesto. Ultimamente asciende mucha gente, debe de ser por el vacío que hay, no muchos son los que se atreven a optar por el rango, de mi escuadron solo dos chicas fuimos capaces de afrontarlo.
Kushiki Washiru 9º Escuadron, recordaría ese nombre, su piel pálida y sus modales indicaban ser miembro de la nobleza.

- El placer es mio - hice una reverencia.- Me acaban de ascender a Teniente del 13º Escuadron, de Chiesa, y ... me dio estos formularios para rellenarlos pero ... no me dió muchas mas instrucciones- le miré esperando su respuesta, esperaba que me orientara algo, y sentía atraccion por conocer a un teniente, alguien que le pudiese orientar.


- ¿Le importa si me siento junto a usted a rellenar estos formularios y tomar una tazza de té?

Washiru volvió a sentarse. Aunque cuando terminó de hablar ella, se sintió avergonzado por su torpeza y su falta de cordialidad y respeto con su compañera.

- Claro que puede, perdone mis modales por haberme sentado antes que usted, teniente. - Le contestó lo más educadamente que pudo Washiru, intentando recuperar su error anterior, quizás por el gallinero mental que tenía en la cabeza. Todo aquello tan nuevo le estaba haciendo olvidar lo que había aprendido ya. Perder lo que ya sabía y no aprender nada de lo nuevo. No era un buen camino, por eso tenía que remediarlo.

Pero primero estaba recibir adecuadamente aquella inesperada visita en aquel jardín.

- Tome, señorita, una taza de té. - Dijo tras alargarle una de las tazas que disponía allí con un poco del té que había traído para hacer más llevadero el trabajo en aquel tranquilo lugar, y también para mantenerse más activo y despierto, intentando no descansar en un sitio tan cómodo. - Tiene un ligero aroma a vainilla. Espero que lo disfrute.

Tras aquel ofrecimiento, volvió a ordenar los papeles y carpetas que tenía distribuidos alrededor suya, para ocupar menos espacio y que Erienne pudiera trabajar más cómoda y tranquila.
Pero al oír el nombre de su capitán, recordó lo que conocía de él, pues cualquiera que fuera capitán o teniente en la Sociedad de Almas, sin duda, era conocido por los inferiores, como deseo o como respeto hacia la posición que conseguían o la fuerza necesaria para llegar allí. ¿Estarían pensando lo mismo ahora de él por haber llegado ya a teniente?

- ¿Chiesa? ¿Chiesa-fukutaichô? Perdón, Chiesa-taichô. - Rectificó al ver que era un error llamarle así, sobre todo teniendo en cuenta que ahora la teniente sería ella. - Creo que era anteriormente teniente de la 10ª, si no me equivoco, bajo el mando de Samura-taichô. Que raro, pensaba que todos los capitanes ascendieron en sus divisiones - Habló en un tono más bajo, como si estuviera hablando para si mismo, manteniéndose pensativo un momento. Tras lo cual, soltó una ligera risa - Supongo que los capitanes deben de estar realmente ocupados si alguien con tanta experiencia no puede darte demasiadas instrucciones.

[OFF ROL: siento la tardanza, es lo que tiene las navidades ^^' no tengo escusa para no haber posteado desde que acabaron lo siento, intente alargarlo lo más posible al menos para compensarlo]

Se notaba a simple vista que Washiru era un noble, era la primera vez que estaba delante de uno. Esto podía llegar a incomodarme, quizás ellos tienen otros modales, esto me llegaba a poner nerviosa.

Mire la taza, la cogí con las manos, aun estaba caliente pero aquello me animaría a seguir con el papeleo. Estaba realmente bueno aquel té. Cerré los ojos y disfrute de cada sorbo del té.

-Esta bastante bueno.

Coloqué los papeles encima de la mesa, intentando ocupar el menor espacio posible, no pretendía interrumpir al teniente.

-Por lo que veo conoció a Chiesa – sama mucho antes que yo – sonreí con timidez - ¿Por que ascendería a Capitan dl 13º escuadrón si era teniente del 10º? - vio que quizás cometió un error al preguntar por su capitán, ¿que clase de teniente era si no conocía a su capitán? - Olvide eso ultimo, mi capitán esta ocupado, acabamos de volver de una prueba en la que me ha nombrado teniente. Pero se quedó hablando con mi compañera que no pudo acceder a mi rango.

Desglosé las hojas y comencé a escribir lo que mejor entendía.

-Jamás había estado por aquí, sienta muy bien estar en compañía, con una taza de te y bueno... escribiendo papeleo de mi capitán – reí - ¿Y usted Washiru?, viene por aquí muy a menudo por lo que se ve. Me alegro de entablar conversación con alguien, últimamente hemos estado todos de un lado para otro, sienta bien descansar un poco

[Off-rol] Toc-toc! ¿se puede?]

Caminaba por el Seretei con un mogollón de papeles, es lo que tiene ser ascendido a teniente de tu escuadrón, que el papeleo se duplica, la verdad es que estaba muerto de hambre, con lo que suspire pesadamente, haciéndome preguntas tontas a mi mismo del tipo.

-‘’Pensamiento: ¿Por qué tengo que hacer toda esta montaña de papeleo?’’-

La verdad es que preferiría estar comiendo los dulces que hay en mi bolsillo a rellenar todo esto, además no sé por qué razón se me ocurrió que me iría mejor rellenar el papeleo fuera de mi escuadrón era buena idea.
¿Podría mas mi gula que mis responsabilidades?, me daba miedo dejar los papeles en el suelo, por si venia una ráfaga de viento y se los llevaba, pero al mismo tiempo tenia aun más ganas de echar la mano al bolsillo para sacar mis dulces. Seguía caminando mientras mis tripas rugían, lo que daría en ese momento por poder soltar los papeles, me quise arriesgar y deje los papeles en el suelo, pero entonces como suele suceder en estos momentos vino una ráfaga de viento mientras me metía el donut en la boca, así que con un donut en mis fauces y medio papeleo agarrado, corrí detrás de los que salieron volando a causa del viento, así que iba atrapando los papeles al vuelo como podía.

Durante la carrera pase frente a dos personas que como yo habían decidido, hacer su papeleo al aire libre, pero no tenía tiempo para entretenerme. Ya me faltaba menos para atraparlos pues solo me quedaban 2 o 3 papeles, pero entonces, me encontré con una piedra mal situada, tropecé y caí al suelo de cara con mi donut y los papeles, justo delante de aquellas 2 personas que estaba con el papeleo. En cuanto abrí los ojos y alce la mirada, mi nariz estaba sangrando, pero eso no era lo importante.

-¡¡¡¡Noooooooooooo!!!!-

Exclame con un grito, pareciendo muy preocupado entonces con el puño cerrado golpee el suelo.

-Mi Donut a quedado hecho un pastel en el suelo.-

Decia contemplando mi donut espachurrado contra el suelo mientras recogía los papeles del suelo y encima tuve suerte pues los papeles que perseguía todavía cayeron con los otros irónico ¿verdad?

El teniente escuchó pacientemente a su compañera mientras rellenaba los papeles que tenía sobre el regazo, no con mucha celeridad, pues tenía que repartir su atención a medias entre la conversación que estaba manteniendo, sin olvidar que allí habían acudido a trabajar, aunque fuera en un ambiente más agradable. Y es que, sobre todo en aquellos momentos, la exigencia de los tenientes parecía ser máxima. Entre los que no tenían capitán y los que el capitán se aprovechaba de ellos, el stress entre aquella escala de mando intermedia se ampliaba hasta cotas insospechables.

Luego, le llegó el turno de contestar a las preguntas que en suave tono le había hecho su acompañante.

- Bueno, técnicamente lo conocía sólo de oídas. Nunca he hablado directamente con él, así que no acierto a saber ninguno de los motivos que le impulsó a ese cambio. Supongo que tendrá que adivinarlo por usted misma. - Le respondió en un tono amable y tan educado como siempre solía ser con él, aunque fuera un tema que no conociera mucho. Aunque había conocido a algún que otro capitán o teniente, aparte de la relación más cercana que tenía con su tía. Pero parecía que aún así, conocía más de la historia o movimientos de la Sociedad de Almas que Erienne. - Si, ya he estado varias veces por aquí. He pasado mi infancia en el Seiterei y supongo que por eso conozco mejor la zona que los shinigamis que solo han estado por aquí de guardia o en alguna misión de patrulla.

Tras terminar de hablar, pudo ver como otro shinigami se encontraba cerca de ellos. A poco de fijarse en él, pudo descubrir que lo que estaba haciendo era desperdigar por el césped del lugar donde se encontraban, todos los papeles que tenía en su poder. Quizás algo torpemente, andaba persiguiendo los que se le caían, sin darse cuenta que en el proceso perdía más de los que iba recuperando.

Todo parecía precipitarse hasta el momento en el que perdiera todos los papeles o simplemente desistiera de su empeño en realizar aquella tarea. Pero sin embargo, el destino llevó a una conclusión que podría calificarse, desde un modo externo, desde más divertida, pues el teniente se había tropezado con una piedra y había caído de bruces contra el suelo, espachurrando el donut que tenía en la boca y manchando todo a su alrededor.

- ¿Está usted bien, señor? - Preguntó, interesado por el estado físico en el que había quedado el teniente tras aquel extraño espectáculo. Aunque, probablemente, hubiera sido su autoestima o sentido del ridículo la más dañada con aquel accidente.

Sabia poco de los tenientes y capitanes en la Sociedad de Almas, y creo que eso lo acabo de dejar claro, aparte no suelo ser de la clase de personas que se orienta con facilidad, era la primera vez que acudía a aquel lugar.

Tras el tropiezo del teniente, el cual había desparramado todos los "Donuts" por todo el cesped, reí levemente intentando que no se me notara mucho, la verdad es que había sido una situación cómica. Sonreí y me levanté para ayudarle. Recogí algunos papeles para hacer sitio justo donde estábamos Washiru y yo, por si también quisiera unirse a nosotros.

Cogí unos cuantos Donuts para que le resultara más facil llevarlos y levantarse, le extendí la mano para ayudarle a levantarse.

-Mi nombre es Erienne Veanna, teniente del 13º escuadrón.

Era la primera vez que veía tantos tenientes juntos. Quizás era algo común en el Seiterei, debería venir más a menudo.

-Si yo estoy bien… no puedo decir lo mismo de mi donut.-

Dije como entristecido, sin duda era una escena bastante graciosa de ver, un teniente más preocupado, por su dulce que por el papeleo, entonces una chica muy guapa, me ofreció la mano para ayudarme a levantar, yo sin decir nada le di la mano y deje que me ayudara a levantar. Una vez en pie sacudí el polvo de mis pantalones con las manos para acabar, cambiando mi rostro a una sonrisa picarona, mientras me señalaba con el pulgar a mí mismo.

-Mucho gusto en conoceros, soy Chichiri Omé, auto-proclamado mejor bromista de la sociedad de almas y galardonado, con el titulo de comedor mundial de dulces.-

Dije como un comentario a tener en cuenta, tal vez suene a tontería pero, así soy yo, siempre gracioso y divertido. Me fije en que por mi culpa ellos habían dejado de trabajar así que en ese momento, me lleve las manos a la cabeza, con la boca muy abierta y gesto como cuando gritas O NO.
De pronto en un instante acabe arrodillado frente a ellos.

-Disculpad os e distraído, nunca pensé que vosotros también fuerais tenientes.-

Los tenientes suelen llevar un símbolo en el brazo que indica eso que son tenientes, pero ni siquiera preste atención y ahora sí que estaba bastante avergonzado por mi comportamiento, aunque por supuesto, no me sentía mal por ello, pero enseguida me corregí volviendo a ponerme en pie muy firme frente a ellos y hice una reverencia.

-Gome (perdón en japonés ^^)-

Recogí los papeles que tenía cerca y como me daba la verdad un poco igual, los que ya eran inalcanzables, decidí descaradamente, sentarme donde ellos estaban y sin pedir permiso con todo el morro, cogí una taza de té, la olí un poco así por encima y bebí un poco.

-Ahhh. Qué bueno aunque sería mejor amargo.-

Tal vez mi comportamiento no sea el mejor, pero así soy yo, decidí esperar a la reacción de mis nuevos compañeros.

- Mi nombre es Washiru, Kuchiki Washiru - contestó formalmente el teniente de la 9ª división. Aunque en esa respuesta, dentro del tono neutro y educado que solía usar el teniente se podía notar cierto tono de reproche.

Aquel shinigami había llegado tras caerse y se había autoinvitado a sentarse con ellos a trabajar y a tomar del té que Washiru había traído sin permiso por parte de éste, tomándolo libre y descaradamente. Ni su condición de teniente de algún escuadrón lo perdonaba.
Es más, su condición de teniente hacía que esa falta fuera más reprochale aún.

Pero a Washiru, en su infinita y entrenada educación, la cual había tenido que aprender y perfeccionar durante tanto tiempo, no se lo ocurrió comentarle nada.

Si ya había llegado a teniente siendo así habría pocas posibilidades de cambiar a alguien tan zafio como él. Pero por lo menos tenía la confianza o poca posibilidad de que su timidez o nerviosismo le hubiera jugado una mala pasada. Pero esa confianza en una extraña suerte del destino se había desvanecido cuando se había presentado a si mismo como el bromista y comedor de dulces de la Sociedad de Almas.

Ante aquel panorama poco había que hacer, así que decidió que lo mejor era volver a sus papeles, pues los otros tenientes que habían sido ascendidos podrían no dar la talla, así que cuanto más trabajo adelantara, antes tendría tiempo para cubrir los desperfectos creados por los demás.

Era un momento duro para la Sociedad de Almas.

Aunque no conocía a Washiru, sabia que era un noble, y por lo poco que se de ellos, son muy formales y educados, mas de lo habitual.

Le mire ligeramente sin que se notase, intentaba apreciar el rostro que puso al ver aquel panorama. pero estaba tranquilo y pasivo, quizás pasase de el tema o quizás no le parecía oportuno estropear aquella tarde y aquel magnifico té.

Hasta a mí me pareció algo ruda la forma de Chichiri Omé, sin previa invitación se sentó, yo al menos intenté entablar conversación con Washiru intentando hacerme hueco en aquel sitio.

No todos podemos esperar las mismas costumbres que los demás, estaba claro, aunque a mi me pareció muy descortés, sobretodo para ser un teniente.

Imité a Kuchiki, evadí el tema y seguí con mis folios, mis papeleos, y mis ansias de hacer algo grande por mi capitán, por el escuadrón 13º y por toda la sociedad de almas. Estaba impaciente por quitarse los papeles de encima y poder hacer algo propio del escuadron 13º.

Mire los papeles de Washiru, después los míos... Sin duda mi tocho ocupaba más. Quizás por que era nueva, o quizás por que al capitán Chiesa no le apetecía rellenar los suyos... Tendré confianza en mi capitán después de todo soy su teniente. Además todo estaba revolucionado, todos los shinigamis, tenientes y capitanes estaban desperdigados, daba gracias que al menos me encontrara a dos tenientes cerca de mí

Yo termine de tomarme aquella taza de té a la cual me había auto invitado, tal vez les molestara, o no yo por lo menos, no lo sabía, pero tampoco iba a cambiar a estas alturas, ya sé que mi comportamiento infantil, absurdo y porque no decirlo a veces desagradable, no es el mejor de todos, pero prefiero vivir así, es decir prefiero ser una persona divertida mirando siempre el lado bueno viviendo cada minuto de mi vida, que estresarme.
Tras terminar de beber el té, pose la taza justo al lado de la tetera, tras aquello tome mis papeles, los cuales tenía que rellenar como teniente del 3er escuadrón, suspire pesadamente por ello, la verdad esto era aburrido y no despertaba ni un mínimo de interés en mí, pero igualmente tengo que hacerlo, así que lo único que puedo hacer es suspirar. Pero tenía la suerte de que mi montón de papeles, era un poco más pequeño que los con lo que sonreí levemente, aunque no era para burlarme de ellos por tener más trabajo ni mucho menos, solo me despertó cierta ilusión.

-‘’Bueno a trabajar.’’- Pensé para mi mismo mientras, cogía el primer folio y empezaba a rellenarlo, el aire era un poco tenso, sin duda mi acción no les había hecho mucha gracia, pero mi intención no era la de parecer una persona desvergonzada, metí la mano en mi bolsillo para sacar unas chocolatinas, no sabía si les gustaría esta ofrenda pero bueno, ya que yo me había tomado la libertad de beber de su te por todo el morro, lo mínimo que podía hacer, por compañerismo y por respeto era invitarles.

-¿Queréis?-

Pregunte con una sonrisa en mi rostro ofreciéndoles aquellas chocolatinas, era en parte para limar asperezas entre nosotros, además de que yo no quería caer mal a nadie, así que trataría de llevarme bien con ellos, tras ofrecerles aquellas golosinas, dejes estas al lado del té para que se sirvieran si lo deseaban.

-Espero que os gusten.-

Dije sin poder evitarlo, las deje al lado del té por si acaso no querían, aunque yo esperaba que las aceptaran, nuevamente me eche la mano al bolsillo, si era increíble la cantidad de dulces que podía llegar a llevar, aunque para mi desgracia estaban acabando, en esta ultima solo saque un pequeño pastelito, una comida típica japonesa, se trata de una especie de bollo relleno de mermelada, ese era el ultimo dulce que llevaba encima, que horrible visión, pero bueno me aguantaría si o si.

-Itadakimasu(Que aproveche sino me equivoco)-

Me dije a mí mismo y le di el primer mordisco a aquel pastelito, en ese mismo instante mi rostro cambio a uno lleno de felicidad me encantaba comer dulces, sentir la dulzura de la mermelada en mis papilas gustativas era algo genial. No pude evitar emitir un gemido de placer ante tan delicioso sabor, entonces me puse manos a la obra, nuevamente mantenía el dulce en mi boca mientras, rellenaba los papeles, aunque también los miraba algo de reojo con una sonrisa alegre, aunque en realidad esperaba que aceptaran los dulces que les ofrecí.

[Off]

Lamento haberlos echo esperar

Washiru siguió observando durante un instante la frenética actividad del teniente que se había presentado allí, como ya lo hubiera hecho Erienne, pero con mucha más brusquedad y de manera más caótica de la que solía estar acostumbrado el Kuchiki.

Pero tras otear un poco, más curiosa que atentamente, siguió con sus obligaciones y deberes, los cuales le parecían más caóticos aún con tanta interrupción por parte de sus compañeros, pues el trabajo era muy nuevo y no tenía apenas conocimiento de lo que tenía que hacer exactamente, por lo que se guiaba mucho más por el instinto que por la verdadera sapiencia.

Y como sabía bien, el instinto no era la mejor parte de Washiru, sino el seguir las órdenes que se le había dado tal y como se le habían dado. O por lo menos eso era lo que había hecho gran parte de su vida.
Supuso que había un momento en la vida de todo shinigami en la que había que prepararse para todo, incluso para aquellas cosas que no le habían enseñado.
Eso sería madurar, aprender a tomar decisiones, porque, alguien debía de tomarlas y ahora era él el máximo exponente en su escuadrón, a pesar de no haber alcanzado el rango de capitán.
También el teniente de la 3ª división estaba en su misma situación, aunque según lo visto por la teniente del 13º escuadrón, el tener un capitán tampoco hacía que la situación fuera más favorable para ninguno. Así que tampoco podía quejarse demasiado de su suerte. Así que había que seguir trabajando.

Aunque, en un momento se paró, para volver a ver lo que estaban haciendo sus compañeros, pues no sabía como terminar de rellenar una cosa.

- ¿Tenéis algún miembro nuevo en vuestro escuadrón? - Preguntó a ambos, sin fijarse demasiado en el gesto concentrado de su compañera y en el rostro manchado de mermelada de su compañero.

- No tenemos miembros nuevos, lo ultimo que haya pasado en nuestro escuadrón es el ascenso de Chiesa como capitán y el mio como teniente

Erienne, se fijo en sus formularios, ya había acabado su parte, al menos la de Teniente, ahora solo quedaba actualizar la lista de "peticion del limite" y posiblemente una nueva estructura. Escribió lo más claro posible intentando que fuese lo más favorable, para poder recurrir al limite. Lo intentó para que todo aquello funcionase más rapido que la ultima vez con aquellos problemas que habían tenido.


De repente, salido de la nada, un ave plumífera paso por delante de los tenientes. Era un pollo que había salido de la nada. Erienne se froto los ojos mirando el té que estaba tomando

-¿Lleva algún tipo de sustancia esto? – preguntó casi sin creérselo

El pollo había salido corriendo hacia el 1º escuadrón. Seguidamente un joven, el teniente del 4º escuadrón, que hace poco tiempo que lo había conocido al ayudar al equipo medico con el problema en Europa.

Tras él una joven pelirroja con el koikoji desabrochado, sujetado por el Obi dejando una gran línea recta de escote dejando poco que desear a la imaginación. Adelantó a Aoki y este, sin saber por que cayó desplomado al suelo, dejando a aquella joven pelirroja corriendo detrás del pollo.

- ¿Pasa siempre esto en el Seretei? – pregunto mirando a Washiru y a Chichiri

Washiru seguía absorto en los papeles. Había cantidad de datos, de observaciones que rellenar y ni tan siquiera sabía como empezar todo aquello que le había venido de sopetón, y de lo que ni tan siquiera los demás tenientes tenían idea de como hacerlo o de como había que empezar a hacer las cosas.
Para colmo de la mala suerte, ninguno de los que estaban allí estaban haciendo lo mismo que hacía él, por lo que la posibilidad de ayudarse entre ellos a investigar, o incluso se aventuraba a pensar, a adivinar que tenían que hacer, se volvía nula, quedando todo aquello únicamente para el teniente de la 9ª división.

Como bien menor le quedaba el consuelo de que cuando alguno de los demás tenientes tuvieran dificultades para realizar alguna de las tareas que ya le habían tocado a él, él podría ayudarles de manera efectiva con la experiencia que había adquirido peleándose con aquellos formularios e informes.
De igual manera, esperaba que la ayuda fuera recíproca en otras cosas que estuvieran haciendo en aquel momento, por si llegaba el momento en el que el Kuchiki necesitara ayuda para alguno de esos temas. La compenetración, compañerismo y generosidad sería de extrema importancia en aquellos momentos en los que la gente andaba tan perdida.

Justo cuando abandonaba esos pensamientos, para centrarse de nuevo en los papeles que se le amontonaban uno tras otro hasta formar una montaña llena de caos que había crecido alrededor de sus rodillas, le surgió otra duda sobre algo que podía ser que los demás supieran.

Cuando fue a consultar esa duda, un nudo se le hizo en la garganta.
Varios shinigamis, de los que incluso podía distinguir algún que otro con el rango de teniente, se encontraban persiguiendo un pollo por las calles del Seiretei.
¿Un pollo? ¿Que clase de shinigamis se dedicaban a tal empresa? Ellos allí trabajando dura y arduamente en una complicada tarea y los demás corriendo tras animales de granja, tras vulgares gallináceas. Además, lo más patético no era que dos tenientes y un shinigami se encomendaran a esa tarea, sino de la manera en la que lo hacían.
Mientras que una de las shinigamis andaba mostrando casi todo su cuerpo en un ejercicio de mal colocación del kimono de shinigami, el otro se encontraba semi embobado en aquel ejercicio de exhibicionismo, tras lo cual fue duramente golpeado en su estómago por la shinigami, quien prestaba más atención en aquello que en volver a colocarse bien de nuevo el obi y dejar de mostrar sus encantos a los allí presentes.
Tras ellos, a cierta distancia, seguía un nuevo teniente. Este no estaba haciendo nada realmente extraño, pero Washiru podía distinguir tan solo en su mirada que lo realmente extravagante de él no se encontraba a simple vista, sino en un estado más escondido, esperando ser descubierto nada más abriera la boca.

Tras aquella tremenda y estrambótica escena, en la cual el teniente que se encontraba con ellos se ve que se animó y salió corriendo tras ellos, aunque con una algarabía y un caos mucho mayor que el que había allí, por lo cual, el teniente de la 9ª división dudaba de que llegara al mismo lado que los demás corredores de fondo de aquella maratón sin sentido ninguno. Tras todo aquello, Washiru apenas podía reaccionar.

Tras un rato de espanto o conmoción, a todo lo que atinó fue a levantar incrédulamente su ceja izquierda en un claro signo de sorpresa y, casi podría llegar a decirse que, desesperación, ante lo que los tenientes, sobre los que caía gran peso y responsabilidad en la Sociedad de Almas, Washiru tan solo pudo articular unas pocas palabras.

- Espero que no. Si no, estamos perdidos. - Contestó, con la mirada todavía perdida en el vacío, siguiendo la estela del camino por el que habían desaparecido los miembros de aquel circo ambulante.

Esbozo una sonrisa y después rió entre dientes, tampoco quería dar un espectáculo y mucho menos causar una mala imagen frente a un noble. Aquella escena le parecía graciosa, aunque inusual, y hasta sentía curiosidad por saber que tramaban.


El teniente que estaba con ellos también salio corriendo tras ellos, quizás su curiosidad no pudo ser saciada y explotó, Erienne se preguntaba que hubiese pasado si ella también hubiese salido corriendo tras ellos, pero un teniente debía dar mejor imagen. ¿Qué pasaría si fuesen a Chiesa contándole que su teniente se puso a perseguir pollos?

Siguió en su trabajo, inmersa en sus papeles, después de aquello se había distraído un poco, pero ahora estaba más inmersa que antes en sus papeles, quizás ya le iba pillando el truco a todo esto, los iba rellenando poco a poco uno a uno, los minutos pasaban y nadie rompía el hielo. Tampoco quería ser descortés y distraer al otro teniente, o quizás Washiru ya le había intentado preguntar algo y ella estaba demasiado concentrada en todo el papeleo.

Al cabo de unos minutos largos, se escucho una especie de zumbido seguido de una explosión.

ZIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII BOOM

Algunas mesas se desplazaron, otras salieron volando, telas, las hojas de los arboles, las tazas y la tetera, e incluso algunos de los papeles que estaban rellenando.

-¿Pero qué…? – dijo Erienne recolocándose el pelo - ¿Qué fue esa explosión de reiatsu?

Fue bastante fuerte aquella liberación de reiatsu, Erienne se levantó para echar un vistazo, a lo lejos se podía apreciar las plumas de aves levitando sobre el cielo.

-Washiru, voy a informar de este percance – dijo cogiendo los folios – acércate al lugar de los hechos mientras voy a buscar a alguien del primer escuadrón que está más cerca– dijo haciendo una reverencia antes de marcharse del seireitei