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Las cosas se hacen así {Kawasumi, Kimura y Kumamori}
3 participantes
Souls&Swords - Foro interpretativo inspirado en Bleach :: Gotei :: Escuadrón Makoto - Sinceridad Absoluta
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Las cosas se hacen así {Kawasumi, Kimura y Kumamori}
Todo estaba casi a punto para que diera comienzo el reto entre los miembros del tercero. La sala estaba limpia y ordenada meticulosamente; luz de las puertas correderas abiertas dejaban entrar una suave luz blanquecina, propia de la media tarde, sobre las mesas dispuestas en paralelo hacia ellas; donde reposaban sin distinción, un pincel, un tintero y una taza vacía de té. La estancia invadida por el suave olor de flores de azalea immpregnaban una sensación de extraño sosiego, más propicio para un evento tranquilo que para un desafío entre los dos posibles miembros más conflictivos del escuadrón.
La pequeña Kazuna no había tenido en cuenta esos aspectos procedentes de aquellos dos sujetos temperamentales, sencillamente quería que las cosas fueran bien. Razón por la que se había afanado en preparar una de las pequeñas salas de uso común del escuadrón. Cuando bajó de la pagoda se puso a ello sin pensarlo demasiado y aunque no quería decir nada en voz alta al resto del escuadrón, se arrepintió de su silencio al darse cuenta de que era un evento importante para el mismo. Comentó sin demasiado impetú la resolución que se había tomado con el ex-oficial y la necesidad de reorganizar todo el escuadrón. Quizás fuera por sus palabras casi ingenuas o por su canalillo abultado, que la gran mayoría no dudó en aceptar la propuesta e incluso prestar ayuda. Casi podía decir que la habitación se había limpiado sola.
Kumamori no había dejado de dar vueltas a la primera de las pruebas; quería englobar algunos aspectos que creía importantes. Observaba la tetera sobre el hornillo mientras se calentaba el agua, meditando sobre la verdadera eficacia que podría tener aquella sencilla e ingenua propuesta. En su interior, deseaba no sólo mayor estabilidad para el escuadrón sino que en el camino, se conformaran como una piña compacta; un escuadrón unido y eficaz.
Suspiró. Había cogido algunas cosillas para amenizar la primera prueba y era porque ante todo quería que fuera algo divertido, que no dejasen rencillas abiertas. Con un cuchillo en la mano, pelaba una gorda naranja dulce y cuya piel rugosa, vertió con cuidado en la tetera cuando comenzó a ebullir. Como había tenido ayuda por parte de algunos miembros del escuadrón, había tenido tiempo para preparar taiyaki con que acompañar el té. Cosas pequeñas para aliviar posibles tensiones.
-Ya sólo queda que todo vaya bien -musitó tras dividir los dulces en sendos platos y quitar la tetera del fuego-.
Regresó a la sala, donde sirvió y tapó las tazas junto a un platito llano con un par de pececitos que parecían sacados de un dibujo infantil. Algunos curiosos comenzaron a llegar sentándose junto a la pared opuesta a las mesas para no molestar.
-Por favor, no hagáis ruido y sed considerados con vuestros compañeros -rogaba Kazuna a los presentes antes de que la puerta se abriera de nuevo-. ¡Bienvenidos!
Kumamori Kazuna- Post : 31
Edad : 32
Re: Las cosas se hacen así {Kawasumi, Kimura y Kumamori}
Rukongai, la zona donde vivían los plus ya fuesen nobles o no. En aquel mundo había un diferencia brutal entre clases. Mientras los nobles bebían y comían tranquilamente, haciendo a saber que tejemanejes para seguir en el poder, el resto de personas tenían que trabajar duramente para mantenerse.
Kimura paseaba por la zona pobre sin saber donde ir ni que hacer durante la hora que tenía libre antes de ir junto con Kazuna y Hotaru. Se sonrió pensando que estar en el tercero era una bendición, no recordaba a todo el personal de aquel escuadrón, pero todas las chicas del tercero eran preciosas y aquellas dos shinigamis en especial eran tan jóvenes, hermosas y llenas de vida....Se llevó la mano a la nariz y se la rascó algo sonrojado por sus pensamientos “no seas tonto Kimura, que ya tienes una edad y estas a años luz de poder conseguir siquiera tocar a una de esas mujeres. Tu sigue visitando tus “casas especiales” y recupera tus cojines que es lo tuyo” se autocriticó “pero es que son tan monas, tan jóvenes, con buena musculatura y una flexibilidad asegurada gracias al entrenamiento. Flexibilidad, sabes lo que eso significa, ¿verdad?” se respondió a si mismo. Su rostro se encendió y comenzó a reírse solo, mientras caminaba. Algunos transeúntes se le quedaban mirando y tras negar con la cabeza seguían caminando con enfado. Los shinigamis no eran muy bien vistos en aquella zona y que hubiese uno allí, rascándose la nariz y riéndose tontamente no ayudaba a cambiar esa opinión.
Sus pasos le llevaron a una de esas “casas especiales” y se detuvo. Podía entrar y pasar el rato, pero si entraba seguro que llegaría tarde a la cita. Miró hacia el cielo para ver donde estaba el sol y calculó que hora era. No le daba tiempo a disfrutar los placeres de aquel sitio y tampoco quería beber, no era bueno reaparecer en el tercero después de haber estado encarcelado y encima llegar borracho. Todos sabían que era un juerguista y un mujeriego empedernido, pero quería causar una buena impresión en su regreso...en realidad quería causarle una buena impresión a las dos mujeres que lo llevaban por la calle de la amargura con sus sinuosas siluetas y sugerentes trajes, de todas maneras, aquel era otro asunto.
Suspiró con fastidio y saludo con la mano a una de las señoritas de compañía que salía por la puerta. -¡Oh!, si es nuestro querido Daigo. ¡Chicas, mirad quién ha vuelto!- dijo la mujerzuela llamando al resto de mujeres, que se asomaron -¿Donde narices te habías metido? ¡nos tenías abandonadas!- siguió hablando la mujer, con los brazos a horcajadas y tono de enfado. Al shinigami no le quedó más remedio que llevarse una mano a la nuca y hacer una reverencia a modo de disculpa -Lo siento chicas, pero he estado...ocupado. Iba a entrar a veros y disfrutar de vuestra magnífica compañía, pero me temo que no me da tiempo y que he de volver ya mismo al Gotei. Ya sabéis, asuntos de shinigamis y esas cosas.- les respondió Kimura. -Nooo, quedate con nosotras. Por favoor. Daiii-chan- corearon las mujeres. El shinigami cerró los puños con fuerza, reprimiendo su naturaleza. -¡No!, he de irme y mejor que lo haga ya por que sino no seré capaz de contenerme. Hasta luego chicas, cuando termine lo que tengo que hacer os visitaré. Lo prometo- les contestó a modo de despedida y se encaminó al tercero con la hora a la que habían quedado los tres shinigamis pisándole los talones.
Kimura paseaba por la zona pobre sin saber donde ir ni que hacer durante la hora que tenía libre antes de ir junto con Kazuna y Hotaru. Se sonrió pensando que estar en el tercero era una bendición, no recordaba a todo el personal de aquel escuadrón, pero todas las chicas del tercero eran preciosas y aquellas dos shinigamis en especial eran tan jóvenes, hermosas y llenas de vida....Se llevó la mano a la nariz y se la rascó algo sonrojado por sus pensamientos “no seas tonto Kimura, que ya tienes una edad y estas a años luz de poder conseguir siquiera tocar a una de esas mujeres. Tu sigue visitando tus “casas especiales” y recupera tus cojines que es lo tuyo” se autocriticó “pero es que son tan monas, tan jóvenes, con buena musculatura y una flexibilidad asegurada gracias al entrenamiento. Flexibilidad, sabes lo que eso significa, ¿verdad?” se respondió a si mismo. Su rostro se encendió y comenzó a reírse solo, mientras caminaba. Algunos transeúntes se le quedaban mirando y tras negar con la cabeza seguían caminando con enfado. Los shinigamis no eran muy bien vistos en aquella zona y que hubiese uno allí, rascándose la nariz y riéndose tontamente no ayudaba a cambiar esa opinión.
Sus pasos le llevaron a una de esas “casas especiales” y se detuvo. Podía entrar y pasar el rato, pero si entraba seguro que llegaría tarde a la cita. Miró hacia el cielo para ver donde estaba el sol y calculó que hora era. No le daba tiempo a disfrutar los placeres de aquel sitio y tampoco quería beber, no era bueno reaparecer en el tercero después de haber estado encarcelado y encima llegar borracho. Todos sabían que era un juerguista y un mujeriego empedernido, pero quería causar una buena impresión en su regreso...en realidad quería causarle una buena impresión a las dos mujeres que lo llevaban por la calle de la amargura con sus sinuosas siluetas y sugerentes trajes, de todas maneras, aquel era otro asunto.
Suspiró con fastidio y saludo con la mano a una de las señoritas de compañía que salía por la puerta. -¡Oh!, si es nuestro querido Daigo. ¡Chicas, mirad quién ha vuelto!- dijo la mujerzuela llamando al resto de mujeres, que se asomaron -¿Donde narices te habías metido? ¡nos tenías abandonadas!- siguió hablando la mujer, con los brazos a horcajadas y tono de enfado. Al shinigami no le quedó más remedio que llevarse una mano a la nuca y hacer una reverencia a modo de disculpa -Lo siento chicas, pero he estado...ocupado. Iba a entrar a veros y disfrutar de vuestra magnífica compañía, pero me temo que no me da tiempo y que he de volver ya mismo al Gotei. Ya sabéis, asuntos de shinigamis y esas cosas.- les respondió Kimura. -Nooo, quedate con nosotras. Por favoor. Daiii-chan- corearon las mujeres. El shinigami cerró los puños con fuerza, reprimiendo su naturaleza. -¡No!, he de irme y mejor que lo haga ya por que sino no seré capaz de contenerme. Hasta luego chicas, cuando termine lo que tengo que hacer os visitaré. Lo prometo- les contestó a modo de despedida y se encaminó al tercero con la hora a la que habían quedado los tres shinigamis pisándole los talones.
Kimura Daigo- Raso Makoto
- Post : 158
Edad : 58
Re: Las cosas se hacen así {Kawasumi, Kimura y Kumamori}
Todo seguía tal y como lo había dejado tras marcharse por la mañana. Los rayos del sol, a través de las ventanas semiabiertas, entraban en aquella habitación de la zona oeste del edificio, dónde sólo sonaban los pasos amortiguados por el tatami. Estaba aprovechando esa hora muerta para poner un poco de orden en el dormitorio, que desde la ausencia de su compañero se había convertido en un revoltijo de kimonos arrugados, papeles, monedas sueltas, cupones de descuento caducados y cachivaches varios salidos de a saber dónde. No es que le gustase vivir en tal inmundicia, pero con los extraños horarios de patrullas y tareas del escuadrón, entrenamientos y misiones, apenas tenía tiempo libre, y prefería pasarlo descansando o haciendo algo más provechoso, como salir a beber.
Tras largos minutos de trabajo la ropa sucia yacía en un montón que luego llevaría a la lavandería, así como también habían un par de trastos -pasadores para el pelo rotos, números viejos de la Gaceta del Seireitei, papelajos con anotaciones que ya no le servían- que irían a parar directamente a la basura. Estornudó un par de veces mientras limpiaba el polvo del escritorio y el tocador de Akio, y un par de arañas tuvieron que vérselas con ella, pero al final el resultado fue satisfactorio. Afortunadamente, la habitación no era muy grande, lo suficiente para dos personas, y se limpiaba rápido.
Depositó la caja de madera que se había llevado del despacho de Iruna sobre la mesa y fue sacando su contenido. Era una lástima no tener ninguna vitrina donde aquel bonito juego de sake luciera a la vista, porque aunque el diseño del lacado fuera sencillo, el trabajo era de calidad y digno de ser admirado. Tras ordenar, entonces, las piezas de cerámica sobre el escritorio y guardar la caja en el armario empotrado, salió del cuarto para ir a hacer la colada y tirar todas aquellas otras cosas que no le servían. Cuando se quiso dar cuenta ya era la hora que habían acordado para reunirse.
Al llegar a la sala principal del Escuadrón le extrañó no ver por ahí ni a Kazuna ni a Daigo. ¿Habría sucedido algo? Quizás Lyra se hubiese enterado de lo que planeaban hacer y decidió darles algún castigo por andar conspirando a sus espaldas...
-¡Ah, Kawasumi!- al escuchar que la llamaban la mujer se giró, encontrándose con un shinigami de pelo negro y muy corto, cuerpo fibroso y facciones anodinas. No tenía ni idea de quién era, y antes de poder preguntarle nada el hombre se acercó y le dio el mensaje de que Kazuna estaba esperándoles en una de las salas comunes, cerca de las cocinas.
Picada por la curiosidad, Hotaru se dirigió hacia allí, cruzándose de camino a Daigo y avisándole del cambio de destino.
Al arribar a la estancia y abrir la puerta, siendo recibidos por el alegre saludo de Kumamori y todos aquellos compañeros de Escuadrón ahí reunidos, no pudo evitar arquear una ceja y fruncir los labios.
-¿Uuuuhm? No sabía que iba a haber público...
Logró reponerse de la sorpresa inicial y entró en la habitación, observando el magnífico trabajo que habían hecho acondicionándola para el encuentro. "Y además ha hecho algo para tomar... esta Kumamori cada vez logra sorprenderme más". Ahora incluso con mayor interés por enterarse de qué les esperaba, fue a sentarse en uno de los sitios dispuestos en la mesa para ella, alzando la barbilla altivamente y dedicándoles una mirada desafiante a los demás, sospechando que alguno de ellos podría intentar hacerse el gracioso si ella o Kimura metían la pata durante la primera prueba, y llevarse una soberana hostia a consecuencia, claro está.
-¿Y bien, Kumamori? Cuéntanos qué tienes pensado.
Tras largos minutos de trabajo la ropa sucia yacía en un montón que luego llevaría a la lavandería, así como también habían un par de trastos -pasadores para el pelo rotos, números viejos de la Gaceta del Seireitei, papelajos con anotaciones que ya no le servían- que irían a parar directamente a la basura. Estornudó un par de veces mientras limpiaba el polvo del escritorio y el tocador de Akio, y un par de arañas tuvieron que vérselas con ella, pero al final el resultado fue satisfactorio. Afortunadamente, la habitación no era muy grande, lo suficiente para dos personas, y se limpiaba rápido.
Depositó la caja de madera que se había llevado del despacho de Iruna sobre la mesa y fue sacando su contenido. Era una lástima no tener ninguna vitrina donde aquel bonito juego de sake luciera a la vista, porque aunque el diseño del lacado fuera sencillo, el trabajo era de calidad y digno de ser admirado. Tras ordenar, entonces, las piezas de cerámica sobre el escritorio y guardar la caja en el armario empotrado, salió del cuarto para ir a hacer la colada y tirar todas aquellas otras cosas que no le servían. Cuando se quiso dar cuenta ya era la hora que habían acordado para reunirse.
Al llegar a la sala principal del Escuadrón le extrañó no ver por ahí ni a Kazuna ni a Daigo. ¿Habría sucedido algo? Quizás Lyra se hubiese enterado de lo que planeaban hacer y decidió darles algún castigo por andar conspirando a sus espaldas...
-¡Ah, Kawasumi!- al escuchar que la llamaban la mujer se giró, encontrándose con un shinigami de pelo negro y muy corto, cuerpo fibroso y facciones anodinas. No tenía ni idea de quién era, y antes de poder preguntarle nada el hombre se acercó y le dio el mensaje de que Kazuna estaba esperándoles en una de las salas comunes, cerca de las cocinas.
Picada por la curiosidad, Hotaru se dirigió hacia allí, cruzándose de camino a Daigo y avisándole del cambio de destino.
Al arribar a la estancia y abrir la puerta, siendo recibidos por el alegre saludo de Kumamori y todos aquellos compañeros de Escuadrón ahí reunidos, no pudo evitar arquear una ceja y fruncir los labios.
-¿Uuuuhm? No sabía que iba a haber público...
Logró reponerse de la sorpresa inicial y entró en la habitación, observando el magnífico trabajo que habían hecho acondicionándola para el encuentro. "Y además ha hecho algo para tomar... esta Kumamori cada vez logra sorprenderme más". Ahora incluso con mayor interés por enterarse de qué les esperaba, fue a sentarse en uno de los sitios dispuestos en la mesa para ella, alzando la barbilla altivamente y dedicándoles una mirada desafiante a los demás, sospechando que alguno de ellos podría intentar hacerse el gracioso si ella o Kimura metían la pata durante la primera prueba, y llevarse una soberana hostia a consecuencia, claro está.
-¿Y bien, Kumamori? Cuéntanos qué tienes pensado.
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
- Post : 1085
Edad : 34
Re: Las cosas se hacen así {Kawasumi, Kimura y Kumamori}
Con una sonrisa afable en los labios, Kazuna sacó dos rollos de pergamino de un cajoncito de una de las mesas dispuestas para la prueba a suficiente distancia de los dos contrincantes para evitar que alguno sintiera la tentación de mirar.
-Bienvenidos, Kawasumi-san... Kimura-san... -los saludó con una leve reverencia-. La primera prueba estará dividida en tres pequeñas pruebas que desencadenarán el resultado. Os entregaré, consecutivamente y conforme vayáis terminando, los pergaminos donde podréis resolver el acertijo que os plantearé -explicó sosteniendo los pergaminos, frente a ambos-. El que primero termine los tres acertijos de forma correcta, y sepa la razón de la prueba, será el ganador.
Con dedos algo torpes, colocó sobre cada una de las mesas el pergamino cerrado, atado con una fina cuerda de color rojo. Indicó con un dedo alzado, que esperasen y corriendo, fue a la cocina a recoger la tetera para servir el té que, con tanto cuidado había preparado minutos antes.
-El primer paso del camino demostrará si el viajero está preparado para los avatares e inclemencias del mundo. Una mente dispuesta y una voluntad firme, asegurarán no solo que el camino siga adelante, sino que el viajero estará preparado para cualquier pesar que intente impedirle su meta. Ya podéis abrir el pergamino.... -indicó la muchacha retirándose de ellos-. El primer acertijo engaña y se burla del intelecto, consiste en dividir en tres partes iguales la forma que veis en el pergamino...
Kazuna sonrió tras concluir la presentación de aquel primer acertijo. Las comisuras de sus labios jugosos se torcieron en una mueca pícara; sabía que tras esa primera y sencilla prueba venía lo más interesante y lo que, determinaría la sagacidad y la astucia de los dos.
-Bienvenidos, Kawasumi-san... Kimura-san... -los saludó con una leve reverencia-. La primera prueba estará dividida en tres pequeñas pruebas que desencadenarán el resultado. Os entregaré, consecutivamente y conforme vayáis terminando, los pergaminos donde podréis resolver el acertijo que os plantearé -explicó sosteniendo los pergaminos, frente a ambos-. El que primero termine los tres acertijos de forma correcta, y sepa la razón de la prueba, será el ganador.
Con dedos algo torpes, colocó sobre cada una de las mesas el pergamino cerrado, atado con una fina cuerda de color rojo. Indicó con un dedo alzado, que esperasen y corriendo, fue a la cocina a recoger la tetera para servir el té que, con tanto cuidado había preparado minutos antes.
-El primer paso del camino demostrará si el viajero está preparado para los avatares e inclemencias del mundo. Una mente dispuesta y una voluntad firme, asegurarán no solo que el camino siga adelante, sino que el viajero estará preparado para cualquier pesar que intente impedirle su meta. Ya podéis abrir el pergamino.... -indicó la muchacha retirándose de ellos-. El primer acertijo engaña y se burla del intelecto, consiste en dividir en tres partes iguales la forma que veis en el pergamino...
Kazuna sonrió tras concluir la presentación de aquel primer acertijo. Las comisuras de sus labios jugosos se torcieron en una mueca pícara; sabía que tras esa primera y sencilla prueba venía lo más interesante y lo que, determinaría la sagacidad y la astucia de los dos.
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Sobre el pergamino hay dibujaba esta forma.- Primer Acertijo:
Kumamori Kazuna- Post : 31
Edad : 32
Re: Las cosas se hacen así {Kawasumi, Kimura y Kumamori}
Había entrado en el sereitei pensando en aquellas mujeres. Ambas con un cuerpo delgado, bien proporcionado y lustroso, y como ya mencionó con anterioridad: musculosos y flexibles. Imaginar aquellas caritas tan jóvenes con sus cuerpos de infarto surcadas con perlas de sudor que no harían otra cosa que potenciar su ya de por sí femenino aroma...
Necesitaba componer una Oda o un poema en su honor, pero tenía un pequeño problema, solo sabía usar dos instrumentos. Uno era el senbon y el otro...bueno, digamos que si las muchachitas del tercero le rechazaban siempre podría volver al rukongai y hacerle una visita de cortesía a las chicas.
También pensó en su Capitana, ojalá estuviese viva, cambiaría su vida al instante por la de ella si pudiera, pero era imposible hacer renacer a la shinigami, y además tendría que esperar mucho tiempo hasta que su reencarnación apareciese por la sociedad de almas. Esa mujer sí que había sido su perdición. Cuanto la amaba, aunque ella prefiriese al antiguo Teniente había seguido amándola y esperando a que Iruna abriese los ojos y se diera cuenta de que él era mil veces mejor que el capullo que tuvieron por segundo oficial en un pasado y que el Teniente actual. Lo peor de todo es que el nuevo Teniente no era mejor ¿Qué coño estaría haciendo aquél chaval tan chulesco y prepotente en estos momentos?.
Caminaba ya por los pasillos del escuadrón camino de la sala principal cuando se encontró con Hotaru y esta le sacó de sus cavilaciones actuales. La miró de arriba a abajo con disimulo “Maldita sea, no puedo controlarme con estas mujeres. ¡Que uno no es de pierda, jodeer!” otra vez aquella risilla estúpida y la mano en la nuca -¿Eh?...vale, vale...te sigo- le contestó, dejo que esta le sacara unos pasos de ventaja y examinó su contorno desde atrás. “Madre mía, como está la zagala...No seas idiota, piensa rápido y dile algo bonito...¿Pero qué le digo?...¿Eres un viejo pervertido y con experiencia y te quedas en blanco ante esta muchacha? Reacciona Daigo, reacciona o vas a perder tu jodida oportunidad” discutía de nuevo con sigo mismo, nervioso como un crío.
-Kawasumi...yo, ehhh...digooo...estas muy- susurró en tono quedo, llevando su mano al hombro de la peliblanca para detenerla cuando llegaron a la puerta de una sala que la shinigami abrió. Daigo disimuló su gesto como buenamente pudo. “Mierda” .Entró en la sala y saludó con sorpresa a todos los presentes -Que de gente. Saludos a todos- dijo mientras esperaba a que Hotaru tomase asiento para sentarse a continuación en el asiento que quedase libre.
Escuchó todo lo que Kumamori lo mejor que pudo, intentando con todas sus fuerzas mirar sus preciosos ojos azules en vez de su abultado busto. Señaló una galleta como pidiendo permiso para probar una y luego recibió un pergamino sellado. Lo abrió, lo miró unos segundos y mojó la pluma que había sobre la mesa en la tinta, dio un golpe seco para que el exceso de tinta cayese e hizo dos rápidos trazos sobre el papel, separando el objeto en tres cuadrados iguales, sopló para que secase y se lo tendió a la juez.
Necesitaba componer una Oda o un poema en su honor, pero tenía un pequeño problema, solo sabía usar dos instrumentos. Uno era el senbon y el otro...bueno, digamos que si las muchachitas del tercero le rechazaban siempre podría volver al rukongai y hacerle una visita de cortesía a las chicas.
También pensó en su Capitana, ojalá estuviese viva, cambiaría su vida al instante por la de ella si pudiera, pero era imposible hacer renacer a la shinigami, y además tendría que esperar mucho tiempo hasta que su reencarnación apareciese por la sociedad de almas. Esa mujer sí que había sido su perdición. Cuanto la amaba, aunque ella prefiriese al antiguo Teniente había seguido amándola y esperando a que Iruna abriese los ojos y se diera cuenta de que él era mil veces mejor que el capullo que tuvieron por segundo oficial en un pasado y que el Teniente actual. Lo peor de todo es que el nuevo Teniente no era mejor ¿Qué coño estaría haciendo aquél chaval tan chulesco y prepotente en estos momentos?.
Caminaba ya por los pasillos del escuadrón camino de la sala principal cuando se encontró con Hotaru y esta le sacó de sus cavilaciones actuales. La miró de arriba a abajo con disimulo “Maldita sea, no puedo controlarme con estas mujeres. ¡Que uno no es de pierda, jodeer!” otra vez aquella risilla estúpida y la mano en la nuca -¿Eh?...vale, vale...te sigo- le contestó, dejo que esta le sacara unos pasos de ventaja y examinó su contorno desde atrás. “Madre mía, como está la zagala...No seas idiota, piensa rápido y dile algo bonito...¿Pero qué le digo?...¿Eres un viejo pervertido y con experiencia y te quedas en blanco ante esta muchacha? Reacciona Daigo, reacciona o vas a perder tu jodida oportunidad” discutía de nuevo con sigo mismo, nervioso como un crío.
-Kawasumi...yo, ehhh...digooo...estas muy- susurró en tono quedo, llevando su mano al hombro de la peliblanca para detenerla cuando llegaron a la puerta de una sala que la shinigami abrió. Daigo disimuló su gesto como buenamente pudo. “Mierda” .Entró en la sala y saludó con sorpresa a todos los presentes -Que de gente. Saludos a todos- dijo mientras esperaba a que Hotaru tomase asiento para sentarse a continuación en el asiento que quedase libre.
Escuchó todo lo que Kumamori lo mejor que pudo, intentando con todas sus fuerzas mirar sus preciosos ojos azules en vez de su abultado busto. Señaló una galleta como pidiendo permiso para probar una y luego recibió un pergamino sellado. Lo abrió, lo miró unos segundos y mojó la pluma que había sobre la mesa en la tinta, dio un golpe seco para que el exceso de tinta cayese e hizo dos rápidos trazos sobre el papel, separando el objeto en tres cuadrados iguales, sopló para que secase y se lo tendió a la juez.
Kimura Daigo- Raso Makoto
- Post : 158
Edad : 58
Re: Las cosas se hacen así {Kawasumi, Kimura y Kumamori}
Su semblante era de pura incredulidad. La fina cuerda reposaba lánguidamente sobre la mesa, y entre sus manos sostenía el pergamino que contenía la primera prueba, ahora desenrollado.
-¿Nos estás tomando el pelo o qué?- preguntó nada más alzar su mirada y depositarla sobre la chica, fruncido el ceño. Volvió a observar la figura dibujada en la hoja, y de nuevo a la shinigami- ¿No te habrás equivocado?
Le había dado la vuelta al trozo de papel, incluso, incapaz de creer que, tras tanta espectación y aquel particular discurso de introducción, lo que les pedía fuera tan sencillo. Buscó apoyo en el antiguo tercer oficial, pero al mirarlo éste ya se encontraba haciendo uso de la tinta, sin dar muestras evidentes de confusión o disconformidad.
No iba a ser menos que él, aunque aquello no era desde luego lo que se esperaba. Tras un resoplido condescendiente, tomó el utensilio de escritura y empapó la punta en el líquido negro. Las dos líneas que dibujó sobre el diseño inicial aparecían algo saturadas de humedad, pero había hecho justo lo que le habían pedido.
-Ale, dividido en tres partes iguales. Creo que aunque no hubiésemos pospuesto la borrachera el resultado no se vería afectado.
Alargó el brazo para pasarle el dibujo a la rubia, arqueando una de sus cejas con cierto desdén.
-Entiendo que hay que jugar a un nivel que el viejales de Kimura pueda seguir, pero encuentro que esto ya es excederse...
Dando la sensación de haber sido decepcionada, la peliblanca se mesó el cabello y tomó uno de los dulces que había dispuestos sobre la mesa, llevándoselo a la boca y casi devorándolo de un solo mordisco.
"Al menos también van a tener que joderse estos cretinos que han venido a cotillear; así aprenderán a no meter las narices donde no deben."
A saber qué pretendía Kazuna haciéndoles jugar a aquello...
__________
Off: Siento que Hot sea tan tocamoral y el post tan cortito. A ver si me deja enviarte el dibujín por pm, maruji.
-¿Nos estás tomando el pelo o qué?- preguntó nada más alzar su mirada y depositarla sobre la chica, fruncido el ceño. Volvió a observar la figura dibujada en la hoja, y de nuevo a la shinigami- ¿No te habrás equivocado?
Le había dado la vuelta al trozo de papel, incluso, incapaz de creer que, tras tanta espectación y aquel particular discurso de introducción, lo que les pedía fuera tan sencillo. Buscó apoyo en el antiguo tercer oficial, pero al mirarlo éste ya se encontraba haciendo uso de la tinta, sin dar muestras evidentes de confusión o disconformidad.
No iba a ser menos que él, aunque aquello no era desde luego lo que se esperaba. Tras un resoplido condescendiente, tomó el utensilio de escritura y empapó la punta en el líquido negro. Las dos líneas que dibujó sobre el diseño inicial aparecían algo saturadas de humedad, pero había hecho justo lo que le habían pedido.
-Ale, dividido en tres partes iguales. Creo que aunque no hubiésemos pospuesto la borrachera el resultado no se vería afectado.
Alargó el brazo para pasarle el dibujo a la rubia, arqueando una de sus cejas con cierto desdén.
-Entiendo que hay que jugar a un nivel que el viejales de Kimura pueda seguir, pero encuentro que esto ya es excederse...
Dando la sensación de haber sido decepcionada, la peliblanca se mesó el cabello y tomó uno de los dulces que había dispuestos sobre la mesa, llevándoselo a la boca y casi devorándolo de un solo mordisco.
"Al menos también van a tener que joderse estos cretinos que han venido a cotillear; así aprenderán a no meter las narices donde no deben."
A saber qué pretendía Kazuna haciéndoles jugar a aquello...
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Off: Siento que Hot sea tan tocamoral y el post tan cortito. A ver si me deja enviarte el dibujín por pm, maruji.
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
- Post : 1085
Edad : 34
Re: Las cosas se hacen así {Kawasumi, Kimura y Kumamori}
Kumamori tomó los dos pergaminos, que efectivamente estaban bien dividos. Sonrió a cada uno de los contrincantes sin hacer caso a la patente desilusión de Hotaru, por la facilidad de la primera prueba. Sin embargo, Kazuna no lo tomó como una ofensa, todavía le quedaban un as en la manga que diera la vuelta de tornas a aquella primera prueba.
Tomó otros dos rollos de pergamino que anteriormente había preparado; sobre la mesa auxiliar aún quedaba un par más, que serían los que pusieran fin a la primera prueba. Se los ofreció a los dos.
-Muy bien, ambas respuestas son correctas -afirmó con los brazos extendidos hacia ambos-. En este segundo pergamino hay un nuevo acertijo que debéis solucionar de la misma forma... La figura que veréis en el papel deberá ser dividida en cuatro partes exactamente iguales.
El pergamino mostraba la misma forma anterior.
OFF: la forma es la misma que os pasé en la imagen anterior, sólo que esta vez hay que dividirla en 4 partes. Suerte =)
OFF2: siento la brevedad, pero es que llevo 2 días con fiebre.
Tomó otros dos rollos de pergamino que anteriormente había preparado; sobre la mesa auxiliar aún quedaba un par más, que serían los que pusieran fin a la primera prueba. Se los ofreció a los dos.
-Muy bien, ambas respuestas son correctas -afirmó con los brazos extendidos hacia ambos-. En este segundo pergamino hay un nuevo acertijo que debéis solucionar de la misma forma... La figura que veréis en el papel deberá ser dividida en cuatro partes exactamente iguales.
El pergamino mostraba la misma forma anterior.
OFF: la forma es la misma que os pasé en la imagen anterior, sólo que esta vez hay que dividirla en 4 partes. Suerte =)
OFF2: siento la brevedad, pero es que llevo 2 días con fiebre.
Kumamori Kazuna- Post : 31
Edad : 32
Re: Las cosas se hacen así {Kawasumi, Kimura y Kumamori}
[OFF: Me ha costado sacar la figurita XDDDD]
Sonrió para sí, que impulsiva era, el único fallo que le veía era aquel -Tranquila Kawasumi, no seas impaciente, verás como detrás de todo esto hay algo más. Solo tienes que adaptarte y avanzar, Kumamori va a ponernos a prueba en varios sentido, en aquellos en los que debe de sobresalir un Teniente o un Capitán, ya que estos deben ser inteligentes, astutos, honestos y un largo etc de cualidades- miró a Kazuna sonriendo. -¿me equivoco?- volvió a encarar a su rival
-Aunque estoy de acuerdo en lo de la borrachera, podríamos haber hecho las pruebas otro día, pero tampoco se le puede decir que no a esta muchacha- comentó señalándola con un movimiento de cabeza. Algunos espectadores masculinos asintieron levente dándole la razón con disimulo. “Así que todos por aquí piensan como yo...tendré que quitarlos de en medio, demasiados rivales y pocas oportunidades”.
La jueza recogió ambos pergaminos y los dio por válidos, después le dio otros dos. Era la misma figura, pero esta vez tenía que ser dividido en cuatro partes. Kimura lo miró por un lado, lo miró por otro, le dio la vuelta y lo volvió a poner de frente. Lo depositó sobre la mesa y se rascó la cabeza -jummm...- se rascó de nuevo -jummm...- “¿Te ayudo?” “¿Eh? ¿Quién anda ahí?...hay un intruso en mi mente, socorrooo” “Daigo, déjate de hostias” “Lo siento, lo siento. Sí por favor al fin y al cabo tu eres yo y yo soy tu. Ambos somos geniales” “En fin, fíjate bien en la figura, ella misma te da la solución. Son lo mismo, pero juntos forman algo más grande, como el gotei 13 y los shinigamis”
Sonrió de nuevo, y tras cargar de nuevo la pluma y quitarle el exceso de tinta comenzó a hacer trazos, haciendo que cuatro figuras de la misma forma y tamaño formasen aquella figura. Tras secarlo se lo tendió a Kazuna -Por lo menos es entretenido- tampoco quería quedar mal ante esa shinigami por si tenía oportunidad de tirarle los tejos.
(lo que dibuja Daigo)
Sonrió para sí, que impulsiva era, el único fallo que le veía era aquel -Tranquila Kawasumi, no seas impaciente, verás como detrás de todo esto hay algo más. Solo tienes que adaptarte y avanzar, Kumamori va a ponernos a prueba en varios sentido, en aquellos en los que debe de sobresalir un Teniente o un Capitán, ya que estos deben ser inteligentes, astutos, honestos y un largo etc de cualidades- miró a Kazuna sonriendo. -¿me equivoco?- volvió a encarar a su rival
-Aunque estoy de acuerdo en lo de la borrachera, podríamos haber hecho las pruebas otro día, pero tampoco se le puede decir que no a esta muchacha- comentó señalándola con un movimiento de cabeza. Algunos espectadores masculinos asintieron levente dándole la razón con disimulo. “Así que todos por aquí piensan como yo...tendré que quitarlos de en medio, demasiados rivales y pocas oportunidades”.
La jueza recogió ambos pergaminos y los dio por válidos, después le dio otros dos. Era la misma figura, pero esta vez tenía que ser dividido en cuatro partes. Kimura lo miró por un lado, lo miró por otro, le dio la vuelta y lo volvió a poner de frente. Lo depositó sobre la mesa y se rascó la cabeza -jummm...- se rascó de nuevo -jummm...- “¿Te ayudo?” “¿Eh? ¿Quién anda ahí?...hay un intruso en mi mente, socorrooo” “Daigo, déjate de hostias” “Lo siento, lo siento. Sí por favor al fin y al cabo tu eres yo y yo soy tu. Ambos somos geniales” “En fin, fíjate bien en la figura, ella misma te da la solución. Son lo mismo, pero juntos forman algo más grande, como el gotei 13 y los shinigamis”
Sonrió de nuevo, y tras cargar de nuevo la pluma y quitarle el exceso de tinta comenzó a hacer trazos, haciendo que cuatro figuras de la misma forma y tamaño formasen aquella figura. Tras secarlo se lo tendió a Kazuna -Por lo menos es entretenido- tampoco quería quedar mal ante esa shinigami por si tenía oportunidad de tirarle los tejos.
(lo que dibuja Daigo)
- Spoiler:
Kimura Daigo- Raso Makoto
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Edad : 58
Re: Las cosas se hacen así {Kawasumi, Kimura y Kumamori}
Odiaba cuando Kimura se ponía en esa actitud, como si fuera un entendido en todo. No sabía para qué cojones le iba a servir a un Teniente saber aquella simpleza de dividir figuritas a base de líneas rectas, y le fastidiaba que el hombre no compartiera su descontento.
-¿Honestos?- repitió con tono desdeñoso, sin poder contenerse- ¡Que me caiga un rayo si Iruna lo era! Cómo se nota que no recuerdas la vez que nos ganó la paga de un mes en una partida de dados... y el Teniente la obligó a devolvernos el dinero cuando se enteró de que los había trucado.
Compuso tal cara de asco que sólo le faltaba escupir, y la expresión no le mejoró al recibir el segundo pergamino con las nuevas instrucciones.
"Joder... ¿y cómo mierdas voy a hacerlo? ¿Para qué diablos me sirve esta payasada?" Lo único que le impedía agarrar el trozo de papel y tirárselo a alguien a la cara tras hacerlo una bola, es que no quería quedar mal contra Daigo ante tanta gente presente. Resopló con evidente fastidio e hincó los hombros sobre la mesita, concentrándose en la figura.
"A ver, leches... no puede ser tan difícil." Comenzó a dibujar trazos imaginarios con el dedo, creando figuras en su mente para después borrarlas, al ver que no se correspondían con lo que le pedían. Daigo ya había entregado su respuesta, lo que provocó que se pusiera más nerviosa y de peor humor. No le gustaba sentirse estúpida. "Si él puede hacerlo, no veo porqué a mi me tiene que costar..."
Con la yema del dedo índice deslizándose sobre el papel, como una pluma que no pintaba, le llegó la respuesta. Dubitativa, rasgó la hoja con la punta manchada de negra tinta, definiendo las primeras líneas. Continuó hasta tener dividida aquella especie de ele en cuatro partes.
El resultado no había quedado exactamente simétrico, pero se debía a haber dibujado a pulso y sin ayuda de un instrumento de medición.
-Ya está- dijo finalmente, entregando su respuesta con aire altivo.
-¿Honestos?- repitió con tono desdeñoso, sin poder contenerse- ¡Que me caiga un rayo si Iruna lo era! Cómo se nota que no recuerdas la vez que nos ganó la paga de un mes en una partida de dados... y el Teniente la obligó a devolvernos el dinero cuando se enteró de que los había trucado.
Compuso tal cara de asco que sólo le faltaba escupir, y la expresión no le mejoró al recibir el segundo pergamino con las nuevas instrucciones.
"Joder... ¿y cómo mierdas voy a hacerlo? ¿Para qué diablos me sirve esta payasada?" Lo único que le impedía agarrar el trozo de papel y tirárselo a alguien a la cara tras hacerlo una bola, es que no quería quedar mal contra Daigo ante tanta gente presente. Resopló con evidente fastidio e hincó los hombros sobre la mesita, concentrándose en la figura.
"A ver, leches... no puede ser tan difícil." Comenzó a dibujar trazos imaginarios con el dedo, creando figuras en su mente para después borrarlas, al ver que no se correspondían con lo que le pedían. Daigo ya había entregado su respuesta, lo que provocó que se pusiera más nerviosa y de peor humor. No le gustaba sentirse estúpida. "Si él puede hacerlo, no veo porqué a mi me tiene que costar..."
Con la yema del dedo índice deslizándose sobre el papel, como una pluma que no pintaba, le llegó la respuesta. Dubitativa, rasgó la hoja con la punta manchada de negra tinta, definiendo las primeras líneas. Continuó hasta tener dividida aquella especie de ele en cuatro partes.
El resultado no había quedado exactamente simétrico, pero se debía a haber dibujado a pulso y sin ayuda de un instrumento de medición.
-Ya está- dijo finalmente, entregando su respuesta con aire altivo.
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
- Post : 1085
Edad : 34
Re: Las cosas se hacen así {Kawasumi, Kimura y Kumamori}
Kazuna tomó de nuevo los pergaminos con las respuestas cual azafata en mitad de un vuelo, esbozando una sonrisa perenne mientras se movía casi de forma cómica con pasitos cortos y gestos contenidos. Ojeó los trazados de sendos pergaminos.
-Las dos respuestas están bien -confirmó dejando los papeles sobre la mesita que estaba a su espalda-.
Tomó otros dos pergaminos, los últimos de la prueba. Tras eso, la primera de las tres habrían concluido y podrían pasar a las siguientes. Kazuna tenía una idea aproximada de las siguientes pruebas que iban a realizar; cosa que le preocupaba enormemente. Durante un segundo habría creído ver cierta irritación en el ambiente, aunque no estaba muy segura. Tal vez era que su prueba estaba resultando aburrida, o que la comida no estaba del todo rica o tal vez, les había dado una indigestión y por eso, creía haber notado cierto mal humor.
Dejó escapar un tímido suspiro y se giró sobre los talones enarbolando los dos últimos pergaminos.
-Con este acertijo, concluiremos el primero de los retos -anunció en tono cordial y pausado-. Debéis dividir esta figura en cinco partes exactamente iguales. A menudo todo los pasos que damos por el camino nos conducen a una reflexión. Para ganar esta prueba debéis comprender el porqué de todo lo que habéis hecho, de lo contrario, no importa la acción si no se tiene un fin... Suerte
Dejó uno de los pergaminos a cada uno de los contrincantes sobre la mesa.
OFF: La figura dibujada sobre el papel no es otra cosa que un cuadrado equilátero. Esta vez enviádme las soluciones vía MP y así le damos algo de intriga al desenlace de la prueba. Tened en cuenta lo que ha dicho Kazuna tras explicar lo que debéis hacer; toda la prueba tiene una razón, para ganar debéis decirme cual es... desde vuestras opiniones. No cuento con que me digáis al dedillo la idea de mi cabeza, pero es amplia y puede que os acerquéis. Esto me lo envíais también vía MP y ya, cuando estemos todos listos, os pediré que editéis. Gracias por la paciencia y suerte.
-Las dos respuestas están bien -confirmó dejando los papeles sobre la mesita que estaba a su espalda-.
Tomó otros dos pergaminos, los últimos de la prueba. Tras eso, la primera de las tres habrían concluido y podrían pasar a las siguientes. Kazuna tenía una idea aproximada de las siguientes pruebas que iban a realizar; cosa que le preocupaba enormemente. Durante un segundo habría creído ver cierta irritación en el ambiente, aunque no estaba muy segura. Tal vez era que su prueba estaba resultando aburrida, o que la comida no estaba del todo rica o tal vez, les había dado una indigestión y por eso, creía haber notado cierto mal humor.
Dejó escapar un tímido suspiro y se giró sobre los talones enarbolando los dos últimos pergaminos.
-Con este acertijo, concluiremos el primero de los retos -anunció en tono cordial y pausado-. Debéis dividir esta figura en cinco partes exactamente iguales. A menudo todo los pasos que damos por el camino nos conducen a una reflexión. Para ganar esta prueba debéis comprender el porqué de todo lo que habéis hecho, de lo contrario, no importa la acción si no se tiene un fin... Suerte
Dejó uno de los pergaminos a cada uno de los contrincantes sobre la mesa.
OFF: La figura dibujada sobre el papel no es otra cosa que un cuadrado equilátero. Esta vez enviádme las soluciones vía MP y así le damos algo de intriga al desenlace de la prueba. Tened en cuenta lo que ha dicho Kazuna tras explicar lo que debéis hacer; toda la prueba tiene una razón, para ganar debéis decirme cual es... desde vuestras opiniones. No cuento con que me digáis al dedillo la idea de mi cabeza, pero es amplia y puede que os acerquéis. Esto me lo envíais también vía MP y ya, cuando estemos todos listos, os pediré que editéis. Gracias por la paciencia y suerte.
Kumamori Kazuna- Post : 31
Edad : 32
Re: Las cosas se hacen así {Kawasumi, Kimura y Kumamori}
La shinigami estaba extrapolando de una manera que no le gustaba -¡Hotaru, contén esa lengua!- dijo con voz enérgica, al tiempo que agarraba el senbon con ira y lo descargaba contra la mesa. Había usado su nombre queriendo y el tono que utilizó a continuación fue el tono de un padre que se siente decepcionado con su hija -Me da igual que me insultes a mi, me da igual que insultes a cualquiera que se lo merezca, pero no insultes la memoria tu Capitana. Al insultarla a ella, estás insultando a todo tu escuadrón, ¡a tus compañeros, maldita sea! ¡¿Es que nunca vas a aprender a controlarte?!- suspiró, recordar a esa mujer era demasiado doloroso -Esto no es lo que Iruna te enseñó, y yo tampoco. Sabes perfectamente a la honestidad que me refiero, ¿o no nos decía con claridad lo que podíamos encontrarnos en una misión?- arrancó el arma de la mesa y se la guardó en un bolsillo interno. -Además estamos haciendo estás pruebas para algo más que para entretenernos, si no te convence ya sabes donde está la puerta- le dolía decir aquello y más delante de toda aquella gente. Mucho podía perder en aquél momento, pero aquellas palabras le había hecho pensar más en el bien del escuadrón que en meter la poya en caliente. La idea de visitar el rukongai se iba haciendo más real con cada segundo que pasaba.
Bebió hasta vaciar la taza y deseó que fuese alcohol en vez de té, seguidamente mordisqueó una galleta, intentando tragar el regusto amargo que se le había subido al paladar. La jueza dictaminó que estaba bien, si hubiese estado de humor habría sonreído, pero solo deseaba acabar la primera prueba y hacerlo correctamente para terminarlo todo e irse a beber.
Kumamori le tendió la última prueba y miró la figura, seguidamente miró a la ojiazul preguntándose si aquello era una broma, el último acertijo era mucho más fácil que el anterior. Entrecerró los ojos, intentando averiguar las intenciones de la shinigami examinando su rostro, pero no funcionaba.
Repitió el proceso anterior y trazó cuatro lineas horizontales, aunque también podrían haber sido verticales, sobre el cuadrado, dividiéndolo en cinco rectángulos iguales. Estaba seguro de que la respuesta era correcta. Ahora le tocaba explicar el porqué de esta primera prueba.
-Desde mi punto de vista y como ya le he explicado a mi rival. Un superior tiene que tener ciertas cualidades que le hagan destacar tanto fuera como dentro del campo del campo de batalla. Con esta primera prueba tu intención era la de comprobar nuestra capacidad intelectual, velocidad de reacción y como nos enfrentamos a un problema y actuamos en consecuencia.- le dijo a la jueza, sin apartar sus ojos de los de ella, tras acabar le hizo una reverencia.
Bebió hasta vaciar la taza y deseó que fuese alcohol en vez de té, seguidamente mordisqueó una galleta, intentando tragar el regusto amargo que se le había subido al paladar. La jueza dictaminó que estaba bien, si hubiese estado de humor habría sonreído, pero solo deseaba acabar la primera prueba y hacerlo correctamente para terminarlo todo e irse a beber.
Kumamori le tendió la última prueba y miró la figura, seguidamente miró a la ojiazul preguntándose si aquello era una broma, el último acertijo era mucho más fácil que el anterior. Entrecerró los ojos, intentando averiguar las intenciones de la shinigami examinando su rostro, pero no funcionaba.
Repitió el proceso anterior y trazó cuatro lineas horizontales, aunque también podrían haber sido verticales, sobre el cuadrado, dividiéndolo en cinco rectángulos iguales. Estaba seguro de que la respuesta era correcta. Ahora le tocaba explicar el porqué de esta primera prueba.
-Desde mi punto de vista y como ya le he explicado a mi rival. Un superior tiene que tener ciertas cualidades que le hagan destacar tanto fuera como dentro del campo del campo de batalla. Con esta primera prueba tu intención era la de comprobar nuestra capacidad intelectual, velocidad de reacción y como nos enfrentamos a un problema y actuamos en consecuencia.- le dijo a la jueza, sin apartar sus ojos de los de ella, tras acabar le hizo una reverencia.
Última edición por Kimura Daigo el Lun Jul 04, 2011 1:26 am, editado 2 veces
Kimura Daigo- Raso Makoto
- Post : 158
Edad : 58
Re: Las cosas se hacen así {Kawasumi, Kimura y Kumamori}
Su gesto se fue volviendo frío conforme Daigo hablaba, hasta que llegó a parecer que había un alambre tenso que la obligaba a mantener la espalda exageradamente recta y le impedía moverse con soltura. Las mejillas adquirieron un leve rubor a causa del enfado que iba en aumento, y la mirada verdeante de la chica volvió a endurecerse con su habitual aire ofendido.
Ah, cuánto deseaba cerrarle la boca de un puñetazo a ese cretino. Incluso su mano parecía ansiosa de asestarle un buen derechazo en aquel preciso instante. Sin embargo, no era ni el momento ni el lugar para emprenderla a golpes con nadie, por lo que tendría que contentarse con una pequeña arremetida verbal:
-De veras, esa lealtad de perro que tienes me provoca arcadas, Kimura. Te hablan de tu Capitana muerta y sólo te falta romper a llorar como una cría- acompañó sus palabras de una sonrisa sesgada que no tenía nada de amigable, con la expresión soberbia de quien cree estar dirigiéndose a un gusano insignificante. Le miró directamente a los ojos y luego giró el rostro para dejar de observarle, manoseándose los rizos con aparente y digna calma.- Supéralo de una vez.
No le importaba si esas palabras habían molestado al hombre o le habían herido. De hecho, deseaba que le hubieran hecho verdadero daño; encontraba un extraño y cruel regocijo en ello. "Se lo merece... por haberme hablado de ese modo, como si todavía fuera una niña ¿Quién diablos se piensa que es? Y encima delante de toda esta gente..." Por unos segundos compuso una mueca agria, como si hubiera tragado bilis. "A mí nadie me habla así."
Agarró el nuevo pergamino y lo desenrrolló con cierta rabia, casi pretendiendo castigar al papel en lugar de al hombre. Contra todo pronóstico, en esta ocasión no exteriorizó sus opiniones, sino que guardó un malhumorado silencio, limitándose a tomar el utensilio mojado en tinta y grabar en la hoja su respuesta.
Encerradas entre los barrotes húmedos y negros, también había escrito cinco palabras como conclusión de la primera prueba: "El desafío de la sencillez." Aquel pensamiento había sido resultado de la observación de las tres partes en conjunto, deducción que no había alcanzado hasta haber visualizado la última y comprender el orden en el que habían sido entregadas: Lo primero que les había pedido Kazuna resultó sencillo, no tanto lo segundo. Cabía esperar, entonces, que la última figura representara una mayor complejidad que las dos anteriores.
-La costumbre de buscar soluciones complejas condiciona la mente, empujándonos a perseguir las respuestas más enrevesadas, lo que aumenta la dificultad del reto que se nos presenta- dijo al entregar el cuadrado dividido en cinco celdas.- Siempre hay un modo más sencillo de hacer las cosas, pero el hábito de calcularlo todo, de razonar, reflexionar, de darle mil vueltas, impide que veamos con claridad.
No sabía si iban por ahí los tiros, pero era aquello lo que le inspiraba aquel desafío. Podía hacer gala de una mentalidad bien retorcida a veces, pero también entendía lo que era la sencillez, y encontraba incluso placer en ello, como la belleza de los haikus, que mostraban lo cotidiano tal cual era. ¿Y en qué consistía exactamente eso de lo sencillo? Ella al menos lo entendía como una habilidad para separar lo realmente necesario de los elementos accesorios, hasta encontrarse con la esencia misma de lo que se buscase resolver.
-En la vida real, cuando necesitas una respuesta inmediata a un problema, tienes que solucionarlo con lo que tienes a mano. Ahí es cuando las circunstancias no ponen a prueba sólo tus conocimientos, sino también tu habilidad para hacer uso de ellos de forma eficaz. Tienes que demostrar que puedes adaptarte a cualquier cambio que origine la situación, y a actuar en consecuencia, con intuición y creatividad- calló por un momento, pensando en lo que había dicho.- Lo que quiero decir... es que el día a día exige de nosotros una respuesta tras otra, y cuando no hay ocasión de reflexionar todas las opciones, de crear alternativas, tienes que adaptarte para prosperar, construyendo tu solución con rapidez, sin elaboraciones complejas.
Ah, cuánto deseaba cerrarle la boca de un puñetazo a ese cretino. Incluso su mano parecía ansiosa de asestarle un buen derechazo en aquel preciso instante. Sin embargo, no era ni el momento ni el lugar para emprenderla a golpes con nadie, por lo que tendría que contentarse con una pequeña arremetida verbal:
-De veras, esa lealtad de perro que tienes me provoca arcadas, Kimura. Te hablan de tu Capitana muerta y sólo te falta romper a llorar como una cría- acompañó sus palabras de una sonrisa sesgada que no tenía nada de amigable, con la expresión soberbia de quien cree estar dirigiéndose a un gusano insignificante. Le miró directamente a los ojos y luego giró el rostro para dejar de observarle, manoseándose los rizos con aparente y digna calma.- Supéralo de una vez.
No le importaba si esas palabras habían molestado al hombre o le habían herido. De hecho, deseaba que le hubieran hecho verdadero daño; encontraba un extraño y cruel regocijo en ello. "Se lo merece... por haberme hablado de ese modo, como si todavía fuera una niña ¿Quién diablos se piensa que es? Y encima delante de toda esta gente..." Por unos segundos compuso una mueca agria, como si hubiera tragado bilis. "A mí nadie me habla así."
Agarró el nuevo pergamino y lo desenrrolló con cierta rabia, casi pretendiendo castigar al papel en lugar de al hombre. Contra todo pronóstico, en esta ocasión no exteriorizó sus opiniones, sino que guardó un malhumorado silencio, limitándose a tomar el utensilio mojado en tinta y grabar en la hoja su respuesta.
Encerradas entre los barrotes húmedos y negros, también había escrito cinco palabras como conclusión de la primera prueba: "El desafío de la sencillez." Aquel pensamiento había sido resultado de la observación de las tres partes en conjunto, deducción que no había alcanzado hasta haber visualizado la última y comprender el orden en el que habían sido entregadas: Lo primero que les había pedido Kazuna resultó sencillo, no tanto lo segundo. Cabía esperar, entonces, que la última figura representara una mayor complejidad que las dos anteriores.
-La costumbre de buscar soluciones complejas condiciona la mente, empujándonos a perseguir las respuestas más enrevesadas, lo que aumenta la dificultad del reto que se nos presenta- dijo al entregar el cuadrado dividido en cinco celdas.- Siempre hay un modo más sencillo de hacer las cosas, pero el hábito de calcularlo todo, de razonar, reflexionar, de darle mil vueltas, impide que veamos con claridad.
No sabía si iban por ahí los tiros, pero era aquello lo que le inspiraba aquel desafío. Podía hacer gala de una mentalidad bien retorcida a veces, pero también entendía lo que era la sencillez, y encontraba incluso placer en ello, como la belleza de los haikus, que mostraban lo cotidiano tal cual era. ¿Y en qué consistía exactamente eso de lo sencillo? Ella al menos lo entendía como una habilidad para separar lo realmente necesario de los elementos accesorios, hasta encontrarse con la esencia misma de lo que se buscase resolver.
-En la vida real, cuando necesitas una respuesta inmediata a un problema, tienes que solucionarlo con lo que tienes a mano. Ahí es cuando las circunstancias no ponen a prueba sólo tus conocimientos, sino también tu habilidad para hacer uso de ellos de forma eficaz. Tienes que demostrar que puedes adaptarte a cualquier cambio que origine la situación, y a actuar en consecuencia, con intuición y creatividad- calló por un momento, pensando en lo que había dicho.- Lo que quiero decir... es que el día a día exige de nosotros una respuesta tras otra, y cuando no hay ocasión de reflexionar todas las opciones, de crear alternativas, tienes que adaptarte para prosperar, construyendo tu solución con rapidez, sin elaboraciones complejas.
Última edición por Kawasumi Hotaru el Lun Jun 27, 2011 4:20 am, editado 2 veces (Razón : *Posteando el texto completo*)
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
- Post : 1085
Edad : 34
Re: Las cosas se hacen así {Kawasumi, Kimura y Kumamori}
Con los ojos congestionados, Kazuna observaba la tensa y agria discusión que había aflorado en el aire. Aquellas cosas no le gustaban y mucho menos entre gente de su escuadrón. Comprendía ambas partes de la misma forma que rehusaba de las dos.
-Por favor.... Kawasumi-san... Kimura-san... Ya basta. No estamos aquí para discutir ni tirarnos ofensas, estamos en esta sala para mejorar escuadrón tras la pérdida de Iruna-taicho. Eso es algo que ambos sabéis. El tiempo pasa y aunque sea doloroso, debemos continuar hacia delante nunca sin olvidar el pasado y honrando con respeto y esfuerzo el paso de las personas que no están. No obstante, no podemos anclarnos a él -comentaba Kazuma con las manos sobre el regazo-. No hay que mirar continuamente hacia atrás, porque perderíamos de vista el rumbo del presente, que es lo nos importa ahora.
Kazuna tomó ambos pergaminos y escuchó atentamente las explicaciones de cada uno. Efectivamente sólo uno había dado en el clavo, de forma casi exacta.
-Una de las virtudes de un buen dirigiente son la inteligencia y la astucia. Las inteligencia para saber qué hacer y la astucia para saber cómo hacerlo. Uno de los problemas más complejos cuando avanzamos en el camino y las cosas se complican es caer en la angustia de sentirse como el sendero se angosta, como los obstáculos no parecen tener fin y es ahí cuando un buen líder sabe que hacer. Las respuestas pueden parecer sencillas al principio pero cuando avanzamos y la vida misma se complica, hay que ser astuto para aprender a mirarla paso a paso, no en conjunto... porque a menudo el siguiente paso es más fácil que el anterior y por ello, no debemos convencernos de una adversidad ficticia -explicaba-. Con ésta prueba quería poner a prueba vuestra capacidad para no condicionaros por las respuestas sucesivas. Ambos habéis resuelto bien los acertijos, pero... Sólo uno ha comprendido la lección.
Acto seguido, Kazuna desenlazó un fino lazo que llevaba sujeto a la empuñadura de su zampakutou. Era un torpe aunque coqueto amuleto de la suerte de color rojo.
-Kawasumi-san... Has ganado la primera prueba -anunció en tono cordial entregándole el pequeño premio-.
Tras dejar el obsequio sobre la mesa de la shinigami se sentó entre los dos contendientes, de espaldas a los demás observadores. Su carita redonda esbozaba una ligera tristeza, enfatizada por unos ojillos repentinamente vidriosos que miraban a los dos shinigamis cual cordero degollado.
-Por favor... no os pongáis así. Hemos hecho esto para divertirnos no para lanzarnos pullas... Si os disculpáis ambos, os daré un presente a cada uno.... Por favor.... -rogó la shinigami, estirando un brazo a cada lado para posarlo sobre cada uno-.
OFF: cuando podáis editad el post y así se verán las respuestas. La tuya Daigo era una interpretación curiosa, pero el fin de esta prueba era ver el condicionamiento y que os dieráis cuenta del mismo.
Congratulations, Hoto ^^.
-Por favor.... Kawasumi-san... Kimura-san... Ya basta. No estamos aquí para discutir ni tirarnos ofensas, estamos en esta sala para mejorar escuadrón tras la pérdida de Iruna-taicho. Eso es algo que ambos sabéis. El tiempo pasa y aunque sea doloroso, debemos continuar hacia delante nunca sin olvidar el pasado y honrando con respeto y esfuerzo el paso de las personas que no están. No obstante, no podemos anclarnos a él -comentaba Kazuma con las manos sobre el regazo-. No hay que mirar continuamente hacia atrás, porque perderíamos de vista el rumbo del presente, que es lo nos importa ahora.
Kazuna tomó ambos pergaminos y escuchó atentamente las explicaciones de cada uno. Efectivamente sólo uno había dado en el clavo, de forma casi exacta.
-Una de las virtudes de un buen dirigiente son la inteligencia y la astucia. Las inteligencia para saber qué hacer y la astucia para saber cómo hacerlo. Uno de los problemas más complejos cuando avanzamos en el camino y las cosas se complican es caer en la angustia de sentirse como el sendero se angosta, como los obstáculos no parecen tener fin y es ahí cuando un buen líder sabe que hacer. Las respuestas pueden parecer sencillas al principio pero cuando avanzamos y la vida misma se complica, hay que ser astuto para aprender a mirarla paso a paso, no en conjunto... porque a menudo el siguiente paso es más fácil que el anterior y por ello, no debemos convencernos de una adversidad ficticia -explicaba-. Con ésta prueba quería poner a prueba vuestra capacidad para no condicionaros por las respuestas sucesivas. Ambos habéis resuelto bien los acertijos, pero... Sólo uno ha comprendido la lección.
Acto seguido, Kazuna desenlazó un fino lazo que llevaba sujeto a la empuñadura de su zampakutou. Era un torpe aunque coqueto amuleto de la suerte de color rojo.
-Kawasumi-san... Has ganado la primera prueba -anunció en tono cordial entregándole el pequeño premio-.
Tras dejar el obsequio sobre la mesa de la shinigami se sentó entre los dos contendientes, de espaldas a los demás observadores. Su carita redonda esbozaba una ligera tristeza, enfatizada por unos ojillos repentinamente vidriosos que miraban a los dos shinigamis cual cordero degollado.
-Por favor... no os pongáis así. Hemos hecho esto para divertirnos no para lanzarnos pullas... Si os disculpáis ambos, os daré un presente a cada uno.... Por favor.... -rogó la shinigami, estirando un brazo a cada lado para posarlo sobre cada uno-.
OFF: cuando podáis editad el post y así se verán las respuestas. La tuya Daigo era una interpretación curiosa, pero el fin de esta prueba era ver el condicionamiento y que os dieráis cuenta del mismo.
Congratulations, Hoto ^^.
Kumamori Kazuna- Post : 31
Edad : 32
Re: Las cosas se hacen así {Kawasumi, Kimura y Kumamori}
[OFF: Perdón por la tardanza y la mierda de post]
Quería marcharse, la discusión estaba llegando a un punto que le hería en demasía y el último comentario de Kawasumi le dejó hecho polvo. Aunque quería no podía marcharse, había demasiada gente reunida y Kumamori se había tomado demasiadas molestias en organizar todo.
Cuando terminó de dar su propia versión cerró la boca, estaba dolido y se sentía incomodo, así que cambió de postura y se sentó con las piernas cruzadas y la cabeza gacha. No había dejado de escuchar lo que decían las otras dos. A medida que ambas hablaban fue levantando la cabeza, prestando cada vez más atención a sus palabras.
Sin dudar ni un ápice cuando la rubia shinigami dijo lo de la disculpa, se levantó. No por el premio,...bueno, en parte sí, pero ambas shinigamis habían cambiado en su ausencia. Dobló su espalda en un angulo de noventa grados -mis más sinceras disculpas- se irguió y volvió a sentarse -He hablado de forma precipitada y te he juzgado como si todavía fuese vuestro profesor y superior. Enhorabuena Kawasumi-san. Veo que has madurado más de lo que aparentas en un principio y me alegro de que así haya sido- miraba a Hotaru mientras decía esas palabras. Seguidamente miró a la jueza -Y tú, ¿Qué más escondes en esa cabecita tuya? También has cambiado en este tiempo- suspiró y sonrió, al tiempo que se llevaba la mano a la nuca, un gesto muy característico. -Vaya, vaya. Parece que he quedado un poco mal. ¿Cual será la siguiente prueba?-
Quería marcharse, la discusión estaba llegando a un punto que le hería en demasía y el último comentario de Kawasumi le dejó hecho polvo. Aunque quería no podía marcharse, había demasiada gente reunida y Kumamori se había tomado demasiadas molestias en organizar todo.
Cuando terminó de dar su propia versión cerró la boca, estaba dolido y se sentía incomodo, así que cambió de postura y se sentó con las piernas cruzadas y la cabeza gacha. No había dejado de escuchar lo que decían las otras dos. A medida que ambas hablaban fue levantando la cabeza, prestando cada vez más atención a sus palabras.
Sin dudar ni un ápice cuando la rubia shinigami dijo lo de la disculpa, se levantó. No por el premio,...bueno, en parte sí, pero ambas shinigamis habían cambiado en su ausencia. Dobló su espalda en un angulo de noventa grados -mis más sinceras disculpas- se irguió y volvió a sentarse -He hablado de forma precipitada y te he juzgado como si todavía fuese vuestro profesor y superior. Enhorabuena Kawasumi-san. Veo que has madurado más de lo que aparentas en un principio y me alegro de que así haya sido- miraba a Hotaru mientras decía esas palabras. Seguidamente miró a la jueza -Y tú, ¿Qué más escondes en esa cabecita tuya? También has cambiado en este tiempo- suspiró y sonrió, al tiempo que se llevaba la mano a la nuca, un gesto muy característico. -Vaya, vaya. Parece que he quedado un poco mal. ¿Cual será la siguiente prueba?-
Kimura Daigo- Raso Makoto
- Post : 158
Edad : 58
Re: Las cosas se hacen así {Kawasumi, Kimura y Kumamori}
Los ojos, verdes como el pasto tierno, contemplaban el omamori rojo que yacía sobre la mesita, con una mezcla de angustia y decepción que no terminaba de comprender. Suponía que debía sentirse bien por haber superado la prueba, por haber tenido la última palabra en la disputa verbal con Daigo. Pero no era como esperaba. De repente... ¿se sentía culpable?
El contacto de la mano de Kazuna era cálido aun cuando la tela del uniforme se interponía entre las pieles de ambas. Hotaru la miró de reojo, reparando en la pátina húmeda de sus orbes celestes, para luego observar alrededor con disgusto. De estar solos ellos tres, tal vez habría cedido a la petición de la chica y hubiera pedido disculpas, pero ahí, delante de otros compañeros de División, aquel era un gesto que su orgullo no podía permitirse.
Antes de tener tiempo a hacer o decir nada, Daigo se incorporó, provocando que las alarmas de la shinigami de cabellos blancos se disparasen. Pareció contener la respiración, al tiempo que una de sus manos se movió en acto reflejo hasta su cinto, donde permanecía sujeto el pequeño wakizashi. Cuando las verdaderas intenciones del hombre fueron evidentes, Hotaru no pudo sentirse más estúpida.
-Euh... B-bueno... supongo- fue la confusa réplica que logró dar, con la voz ligeramente floja y un aire desconcertado que casi podía resultar cómico.- Tú... pues lo mismo, ¿no?
Demostrando un repentino interés por su taza de té, se volvió hacia ésta, tomándola con gesto ansioso para beber de ella hasta apurarla. Sentía los mofletes encendidos, aunque en esta ocasión no era obra exclusivamente del enfado. Le había pillado por sorpresa la reacción de Kimura, y esperaba que nadie hubiese reparado en la suya. "Pensé que quería pelear, hostia... Me hace quedar mal si se comporta con madurez".
Suspiró y devolvió la taza ya vacía a su sitio, antes de decidirse a mirar a la rubia y el pelirrojo, pretendiendo actuar como si no hubiese ocurrido nada de lo anterior.
-Entonces, ¿Vamos a continuar las pruebas hoy?
Distraídamente, tomó el amuleto rojo que le había regalado Kumamori y se lo guardó en el bolsillo interior de su kekikogi. A ver si era cierto eso de que traían suerte.
El contacto de la mano de Kazuna era cálido aun cuando la tela del uniforme se interponía entre las pieles de ambas. Hotaru la miró de reojo, reparando en la pátina húmeda de sus orbes celestes, para luego observar alrededor con disgusto. De estar solos ellos tres, tal vez habría cedido a la petición de la chica y hubiera pedido disculpas, pero ahí, delante de otros compañeros de División, aquel era un gesto que su orgullo no podía permitirse.
Antes de tener tiempo a hacer o decir nada, Daigo se incorporó, provocando que las alarmas de la shinigami de cabellos blancos se disparasen. Pareció contener la respiración, al tiempo que una de sus manos se movió en acto reflejo hasta su cinto, donde permanecía sujeto el pequeño wakizashi. Cuando las verdaderas intenciones del hombre fueron evidentes, Hotaru no pudo sentirse más estúpida.
-Euh... B-bueno... supongo- fue la confusa réplica que logró dar, con la voz ligeramente floja y un aire desconcertado que casi podía resultar cómico.- Tú... pues lo mismo, ¿no?
Demostrando un repentino interés por su taza de té, se volvió hacia ésta, tomándola con gesto ansioso para beber de ella hasta apurarla. Sentía los mofletes encendidos, aunque en esta ocasión no era obra exclusivamente del enfado. Le había pillado por sorpresa la reacción de Kimura, y esperaba que nadie hubiese reparado en la suya. "Pensé que quería pelear, hostia... Me hace quedar mal si se comporta con madurez".
Suspiró y devolvió la taza ya vacía a su sitio, antes de decidirse a mirar a la rubia y el pelirrojo, pretendiendo actuar como si no hubiese ocurrido nada de lo anterior.
-Entonces, ¿Vamos a continuar las pruebas hoy?
Distraídamente, tomó el amuleto rojo que le había regalado Kumamori y se lo guardó en el bolsillo interior de su kekikogi. A ver si era cierto eso de que traían suerte.
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
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