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El castillo en el desierto
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El castillo en el desierto
El Amanecer...
Un palacio impresionante por su magnitud, capaz incluso de dominar un desierto a todas luces infinito, la cual cosa constituía una importante paradoja de la matemática que sólo podía atajarse si uno aceptaba que Hueco Mundo no era un lugar donde uno pudiera aplicar reglas basadas en la lógica y el razonamiento.
Hueco Mundo no entendía de todo aquello. Hueco Mundo era un lugar creado a partir de las angustias y dolores de las almas, un auténtico vacío de miedos y padecimientos en el que la lógica no tenía ninguna cabida.
Sora Nanami pertenecía a aquel mundo, pertenecía mucho más de lo que estaba dispuesta a aceptar. Le gustaba hacerse la ilusión de sentirse libre e independiente, pero lo cierto era que estaba atada a cada partícula de arena de aquel desierto más de lo que nadie podía estarlo a una familia o a un señor. Sora Nanami era el desierto, y el desierto era infinito.
Aún así, por mucho que uno andara en el desierto, siempre acababa topándose con el Amanecer. Aquel lugar extraño, imponente, donde los Espada hacían valer su ley por encima de os demás arrancar, le dolía y le exasperaba, como un tumor que amenazara la salud de su desierto.
Lo odiaba. Lo odiaba como si no mereciera estar ahí, como si no perteneciera realmente a Hueco Mundo. Y, aún así, extrañamente se veía atraída por él.
Todos los hollow temían y ansiaban por igual aquel lugar: tal vez aquella atracción tuviera sus raíces en algún lugar de lo más profundo de su ser. Sin embargo, se negaba a acercarse ahí. Se negaba a aceptar la tiranía indiscutible del Espada 0, a doblar la rodilla frente a él y jurarle servitud, como habían hecho los demás 12 Espadas, sus respectivas fracciones y todos los arrancar que le servían. En algún lugar debería haber alguien como ella, alguien que también se resistiera a aquel dominio, alguien que no se dejara atropellar por aquel desmesurado poder que amenazaba con engullirlos a todos...
O tal vez no. Hueco Mundo no era un lugar donde la esperanza fuera bienvenida. Dejó escapar un suspiro y lanzó una nueva mirada cargada de odio a aquel castillo en la lejanía.
Tal vez algún día sería derruído.
Tal vez algún día...
Un palacio impresionante por su magnitud, capaz incluso de dominar un desierto a todas luces infinito, la cual cosa constituía una importante paradoja de la matemática que sólo podía atajarse si uno aceptaba que Hueco Mundo no era un lugar donde uno pudiera aplicar reglas basadas en la lógica y el razonamiento.
Hueco Mundo no entendía de todo aquello. Hueco Mundo era un lugar creado a partir de las angustias y dolores de las almas, un auténtico vacío de miedos y padecimientos en el que la lógica no tenía ninguna cabida.
Sora Nanami pertenecía a aquel mundo, pertenecía mucho más de lo que estaba dispuesta a aceptar. Le gustaba hacerse la ilusión de sentirse libre e independiente, pero lo cierto era que estaba atada a cada partícula de arena de aquel desierto más de lo que nadie podía estarlo a una familia o a un señor. Sora Nanami era el desierto, y el desierto era infinito.
Aún así, por mucho que uno andara en el desierto, siempre acababa topándose con el Amanecer. Aquel lugar extraño, imponente, donde los Espada hacían valer su ley por encima de os demás arrancar, le dolía y le exasperaba, como un tumor que amenazara la salud de su desierto.
Lo odiaba. Lo odiaba como si no mereciera estar ahí, como si no perteneciera realmente a Hueco Mundo. Y, aún así, extrañamente se veía atraída por él.
Todos los hollow temían y ansiaban por igual aquel lugar: tal vez aquella atracción tuviera sus raíces en algún lugar de lo más profundo de su ser. Sin embargo, se negaba a acercarse ahí. Se negaba a aceptar la tiranía indiscutible del Espada 0, a doblar la rodilla frente a él y jurarle servitud, como habían hecho los demás 12 Espadas, sus respectivas fracciones y todos los arrancar que le servían. En algún lugar debería haber alguien como ella, alguien que también se resistiera a aquel dominio, alguien que no se dejara atropellar por aquel desmesurado poder que amenazaba con engullirlos a todos...
O tal vez no. Hueco Mundo no era un lugar donde la esperanza fuera bienvenida. Dejó escapar un suspiro y lanzó una nueva mirada cargada de odio a aquel castillo en la lejanía.
Tal vez algún día sería derruído.
Tal vez algún día...
Sora Nanami- Post : 20
Edad : 36
Re: El castillo en el desierto
La reunión terminó, por más que pensaba no había muy poco que rescatar de aquel compartir poco ortodoxo que había tenido con otros espadas, él se sentía poco unido a ellos y la verdad no le tenía mucha fe a varios de los que estuvieron, su punto de vista era más desconfiado por eso la mayoría lo verían como un bicho raro aún cuando pudiera compartir algunas palabras con sus nuevos “compañeros” francamente no le gustaba la idea de saber más de ellos aunque tal vez pronto cambiaría de parecer pues ahora que lo pensaba realmente necesitaba compañeros de quienes sacar algo provechoso pues lo que deseaba no era tan fácil como para realizarlo solo aún cuando estaba muy seguro de sus poderes…
Camino por los pasillos de “El Amanecer”, todos eran parecidos entre sí y más aún el color era monótono como todo en HM excepto los que lo habitaban y el cielo siempre oscuro tan fuera de alcance que aunque alargues la mano nunca lo podrías tocar. Siguió encaminado, decidido a salir de esa prisión a tomar algo de “aire puro” fuera de esas inmensas paredes…
Por fin pudo salir, la arena blanca comenzó a danzar a su alrededor movidas por el viento suave que se arremolinaba acariciando y cautivando al Espada que se dejaba tranquilizar. Avanzó unos cuantos pasos cuando sintió un reiatsu algo lejos, pero a pesar del espacio que los separaba era fuerte. Kael siguió avanzando mirando en dirección a ese poder espiritual lejano con su rostro todavía tranquilo rozando con los pies la arena que se alzaba con cada paso que daba…
Camino por los pasillos de “El Amanecer”, todos eran parecidos entre sí y más aún el color era monótono como todo en HM excepto los que lo habitaban y el cielo siempre oscuro tan fuera de alcance que aunque alargues la mano nunca lo podrías tocar. Siguió encaminado, decidido a salir de esa prisión a tomar algo de “aire puro” fuera de esas inmensas paredes…
Por fin pudo salir, la arena blanca comenzó a danzar a su alrededor movidas por el viento suave que se arremolinaba acariciando y cautivando al Espada que se dejaba tranquilizar. Avanzó unos cuantos pasos cuando sintió un reiatsu algo lejos, pero a pesar del espacio que los separaba era fuerte. Kael siguió avanzando mirando en dirección a ese poder espiritual lejano con su rostro todavía tranquilo rozando con los pies la arena que se alzaba con cada paso que daba…
Kael- Privaron Espada
- Post : 195
Re: El castillo en el desierto
Un reiatsu salió del castillo. ¿Casualidad? Tal vez. Lo que ya no era tan casual era que se dirigiera directamente hacia ella. Sin duda, la habría sentido. Uno pensaría que era inteligente esconder su reiatsu estando tan cerca de El Amanecer, pero el no hacerlo formaba parte de su desafío. ¿De qué tenía que esconderse? Era una arrancar libre paseando por Hueco Mundo... ¡Tenía todo el derecho!
A medida que el reiatsu fue acercándose, fue sintiendo su fuerza. No se trataba de un arrancar normal. Era, al menos, una Fracción o un Espada. Aquello la intimidó. Se había enfrentado a arrancars muchas veces antes, pero nunca a un enemigo tan poderoso. Sin embargo, ni se le pasó por la cabeza huir. Todavía no. Quería ver de qué estaba hecho el ejército de ese Marcus.
Para cuando aquel hombre llegó a suficiente distancia como para verle, su aspecto exterior era de completa tranquilidad. Internamente, sin embargo, no hacía más que preguntarse cuán más grande sería el poder de un Espada (porque, como más sentía su reiatsu, más segura estaba de que se trataba de un Espada) comparado con el de un arrancar normal. Se acercaba caminando con toda tranquilidad, con la arena arremolinándose a su alrededor. ¿Era así como se movía un Espada? ¿Caminando por el mundo como si no hubiera en él nada que pudiera afectarle? Quizás sí que la diferencia de poder era tan abrumadora que ni en toda la Eternidad podría superarla...
-Vaya... -dijo, cuando se encontraron suficientemente cerca, imprimiendo un tono irónico a su voz para ocultar su inquietud-. Un Espada sale a recibirme. ¡Cuánto honor!
A medida que el reiatsu fue acercándose, fue sintiendo su fuerza. No se trataba de un arrancar normal. Era, al menos, una Fracción o un Espada. Aquello la intimidó. Se había enfrentado a arrancars muchas veces antes, pero nunca a un enemigo tan poderoso. Sin embargo, ni se le pasó por la cabeza huir. Todavía no. Quería ver de qué estaba hecho el ejército de ese Marcus.
Para cuando aquel hombre llegó a suficiente distancia como para verle, su aspecto exterior era de completa tranquilidad. Internamente, sin embargo, no hacía más que preguntarse cuán más grande sería el poder de un Espada (porque, como más sentía su reiatsu, más segura estaba de que se trataba de un Espada) comparado con el de un arrancar normal. Se acercaba caminando con toda tranquilidad, con la arena arremolinándose a su alrededor. ¿Era así como se movía un Espada? ¿Caminando por el mundo como si no hubiera en él nada que pudiera afectarle? Quizás sí que la diferencia de poder era tan abrumadora que ni en toda la Eternidad podría superarla...
-Vaya... -dijo, cuando se encontraron suficientemente cerca, imprimiendo un tono irónico a su voz para ocultar su inquietud-. Un Espada sale a recibirme. ¡Cuánto honor!
Sora Nanami- Post : 20
Edad : 36
Re: El castillo en el desierto
La arena blanca se elevaba con cada paso del Espada subiendo hasta las rodillas del rubio que pasaba a través de ese muro con la simpleza de su andar, la oscuridad del inmenso desierto hacía que la visibilidad se redujera enormemente pero los hollow y más aún los arrancar ya estaban acostumbrados a ese nivel de luz. El “chico” siguió su camino esperando encontrar al dueño de aquel reiatsu que se hacía notar entre los tantos que había ahí y eso ya era un punto a su favor, lo que le motivaba a seguir era algo de su recién adquirida curiosidad, notaba en ese poder espiritual la esencia de los arrancar y la pregunta que le venía a la mente en ese momento era… Porqué Marcus no la reclutó…? O tal vez ella al igual que Kael deseaban mucho más la libertad que estar en esa prisión blanca…? Pero en fin él tenía una meta por eso aún se mantenía en “El Amanecer” además de haber encontrado algunas cosas llamativas dentro de esas paredes puras…
Al parecer era la dueña de esta energía y no el dueño como en un principio supuso cuado aún faltaban muchos metros de distancia en los que poco podía hacer con su visión para combatir la arena que se arremolinaba, dio un par de pasos más para estar cerca de la chica que no parecía temer a la diferencia notoria de poderes, acaso no sabía que aún en esa forma seguía siendo un hollow sediento de poder…? O simplemente trataba parecer tranquila para no perder ante el primer encuentro…? La verdad no estaba muy seguro y tampoco es que a Kael le interesaba mucho el absorber otras almas con poder pues prefería invitarlas a que se queden con él además necesitaría gente poderosa y quien mejor alguien que comparta sus deseos naturales de libertad…? Y en cuanto almas para devorar prefería un shinigami…
Dejemos los títulos de lado… Su voz se notaba tranquila frente a la ironía de la chica… Mi nombre es Kael… Se presentó sonriendo llevando sus orbes turquesas a los ojos oscuros de la arrancar que parecía solo estar ahí, tendría algún motivo oculto…? O simplemente dejaba que su reiatsu sea la carnada para atraer tiburones…? Otra vez estaba comenzando a divagar en sus pensamientos y más aún cambiando su máscara de timidez que casi siempre demostraba, ahora no la necesitaba pues estaba fuera de “El Amanecer”…
A recibirte no vine, simplemente quería saber que hacía una arrancar foráneo en este lugar… Llevó las manos a los bolsillos de su vestimenta mirando nuevamente con tranquilidad a la chica que estaba parada delante de él, esperaría lo que tuviera que decir y saber cuales eran sus intensiones, luego averiguaría algunas cosas que deseaba saber ahora que tenía delante otro arrancar más que aún cuando se despojó de careta seguía prefiriendo la soledad y la libertad a las búsquedas de poder…
Al parecer era la dueña de esta energía y no el dueño como en un principio supuso cuado aún faltaban muchos metros de distancia en los que poco podía hacer con su visión para combatir la arena que se arremolinaba, dio un par de pasos más para estar cerca de la chica que no parecía temer a la diferencia notoria de poderes, acaso no sabía que aún en esa forma seguía siendo un hollow sediento de poder…? O simplemente trataba parecer tranquila para no perder ante el primer encuentro…? La verdad no estaba muy seguro y tampoco es que a Kael le interesaba mucho el absorber otras almas con poder pues prefería invitarlas a que se queden con él además necesitaría gente poderosa y quien mejor alguien que comparta sus deseos naturales de libertad…? Y en cuanto almas para devorar prefería un shinigami…
Dejemos los títulos de lado… Su voz se notaba tranquila frente a la ironía de la chica… Mi nombre es Kael… Se presentó sonriendo llevando sus orbes turquesas a los ojos oscuros de la arrancar que parecía solo estar ahí, tendría algún motivo oculto…? O simplemente dejaba que su reiatsu sea la carnada para atraer tiburones…? Otra vez estaba comenzando a divagar en sus pensamientos y más aún cambiando su máscara de timidez que casi siempre demostraba, ahora no la necesitaba pues estaba fuera de “El Amanecer”…
A recibirte no vine, simplemente quería saber que hacía una arrancar foráneo en este lugar… Llevó las manos a los bolsillos de su vestimenta mirando nuevamente con tranquilidad a la chica que estaba parada delante de él, esperaría lo que tuviera que decir y saber cuales eran sus intensiones, luego averiguaría algunas cosas que deseaba saber ahora que tenía delante otro arrancar más que aún cuando se despojó de careta seguía prefiriendo la soledad y la libertad a las búsquedas de poder…
Kael- Privaron Espada
- Post : 195
Re: El castillo en el desierto
La voluntad del Espada de dejar los títulos de lado la cogió un poco por sorpresa. Había esperado más algo del estilo de "deberás llamarme Amo y Señor, gusano" que la tranquila presentación con que la había recibido Kael. Aquello la tranquilizó un poco, aunque no lo suficiente como para hacerle bajar la guardia. Uno nunca podía bajar la guardia en Hueco Mundo, y mucho menos en presencia de un Espada.
-Yo me llamo Nanami -respondió, manteniendo la mirada de aquellos inquietantes ojos turquesas. La estaba estudiando, claro estaba, pero no parecía tener mucha intención de atacarla... al menos por el momento.
-El desierto es de todos... -replicó, con altivez, aún a sabiendas de que jugaba un juego muy peligroso. ¿Qué ocurriría si el Espada decidía castigar su insolencia? ¿Tendría tiempo de escapar o el poder de un Espada resultaría tan abrumador que ni siquiera podría verle venir? Hizo oídos sordos a sus miedos y añadió, enarcando una ceja con arrogancia: -¿No puedo estar donde me plazca?
-Yo me llamo Nanami -respondió, manteniendo la mirada de aquellos inquietantes ojos turquesas. La estaba estudiando, claro estaba, pero no parecía tener mucha intención de atacarla... al menos por el momento.
-El desierto es de todos... -replicó, con altivez, aún a sabiendas de que jugaba un juego muy peligroso. ¿Qué ocurriría si el Espada decidía castigar su insolencia? ¿Tendría tiempo de escapar o el poder de un Espada resultaría tan abrumador que ni siquiera podría verle venir? Hizo oídos sordos a sus miedos y añadió, enarcando una ceja con arrogancia: -¿No puedo estar donde me plazca?
Sora Nanami- Post : 20
Edad : 36
Re: El castillo en el desierto
La arena se movía al compás del viento que a medida que pasaba el tiempo se hacía más y más fuerte llegando a jugar con las ropas del Espada así como con su cabello que se alborotaba moviéndose con fuerza. El rubio se mantuvo con la mirada fija en su nueva “acompañante”, sus orbes turquesas siguieron fijos en la infinita oscuridad de sus ojos azabache; intentaba saber que estaba pensando, si en ese momento se encontraba aún tranquila o ya había entrado en estado de alerta que era promovida por el “miedo” o simplemente por la sensación de peligro aunque en realidad ella no estaba en peligro con Kael, es más era una suerte que la haya encontrado este Espada pues entendía de la necesidad de libertad…
Una buena respuesta… Dijo haciendo una media sonrisa mirándola aún fijamente… Entiendo tu sed de libertad… En un abrir y cerrar de ojos desapareció y reapareció al lado de la arrancar con las manos aún en los bolsillos mirándola de reojo… Me interesas mucho… Volvió a hablar esta vez volviendo su rostro mirando a Nanami, como ella se había presentado…
Una buena respuesta… Dijo haciendo una media sonrisa mirándola aún fijamente… Entiendo tu sed de libertad… En un abrir y cerrar de ojos desapareció y reapareció al lado de la arrancar con las manos aún en los bolsillos mirándola de reojo… Me interesas mucho… Volvió a hablar esta vez volviendo su rostro mirando a Nanami, como ella se había presentado…
Kael- Privaron Espada
- Post : 195
Re: El castillo en el desierto
Nanami entrecerró los ojos, evaluando al Espada. ¿Qué era lo que decía? ¿Estaba jugando con ella? No veía qué razones podía tener un Espada para engañarla. ¿Es que no le habría sido más fácil, acaso, sencillamente atacarla? Entonces, ¿a qué venía aquello de que comprendía su sed de libertad? ¿Qué podía saber de la sed de libertad alguien que vivía agachando la cabeza frente a Marcus?
Mentalmente, se encogió de hombros. No había forma en que averiguara aquello sin conocer más acerca de aquel tal Kael, y la única forma que tenía de hacerlo, por el momento, era preguntando. Por supuesto que podía mentirle: todo el mundo mentía, de una forma u otra, en Hueco Mundo, pero incluso en las mentiras mejor estructuradas podía terminar adivinándose la verdad, de una u otra forma.
-¿Qué quieres decir con que te intereso? -quiso saber, sin tener una idea muy clara de cómo debía tomarse aquellas palabras-. ¿Cómo podría interesarte yo a ti?
Mentalmente, se encogió de hombros. No había forma en que averiguara aquello sin conocer más acerca de aquel tal Kael, y la única forma que tenía de hacerlo, por el momento, era preguntando. Por supuesto que podía mentirle: todo el mundo mentía, de una forma u otra, en Hueco Mundo, pero incluso en las mentiras mejor estructuradas podía terminar adivinándose la verdad, de una u otra forma.
-¿Qué quieres decir con que te intereso? -quiso saber, sin tener una idea muy clara de cómo debía tomarse aquellas palabras-. ¿Cómo podría interesarte yo a ti?
Sora Nanami- Post : 20
Edad : 36
Re: El castillo en el desierto
La arena del inmenso desierto blanco comenzó a danzar alrededor del cuerpo de Kael, el viento lo elevaba impregnándolo en sus ropas, como un escudo fino que podría tener conciencia pues se movía de forma extraña, aunque alguien que no se hubiese dado cuenta desde el inicio no lo notaría jamás, subiendo por sus brazos hasta sus hombros dando la vuelta por su espalda y volviendo a su torso, otros caminos de arena se movían girando en sus piernas y un último en su rostro; que significaría…? Tal vez una mera coincidencia o tal vez algo deseado por el Espada que no dejaba de portar esa media sonrisa. El rubio volvió el cuerpo hacía la arrancar fijando su mirada en sus ojos; llevó una de sus manos a la mejilla de la chica volviendo su rostro y poniéndolo frente al de él…
Eres poderosa y conoces el desierto que hace unas semanas yo abandoné… No tenía necesidad de mentirle pues ella misma sabía que su fuerza era incomparable a todas aquellas que rondaban por HM… Necesito a alguien con tu fuerza a mi lado… Volvió a hablar, era real que necesitaba alguien con fuerza y en quien confiar, dentro de “El Amanecer” no era más que una pieza más de un todo pero debía saber que en el momento oportuno haría lo que en realidad deseaba y para eso necesitaba a alguien más que deseara la libertad para poder mantenerlo en sus metas…
Eres poderosa y conoces el desierto que hace unas semanas yo abandoné… No tenía necesidad de mentirle pues ella misma sabía que su fuerza era incomparable a todas aquellas que rondaban por HM… Necesito a alguien con tu fuerza a mi lado… Volvió a hablar, era real que necesitaba alguien con fuerza y en quien confiar, dentro de “El Amanecer” no era más que una pieza más de un todo pero debía saber que en el momento oportuno haría lo que en realidad deseaba y para eso necesitaba a alguien más que deseara la libertad para poder mantenerlo en sus metas…
Kael- Privaron Espada
- Post : 195
Re: El castillo en el desierto
Sonido, sonido, sonido. No sabía porque me apresuraba, solo que esta sensación me daba mala espina. Recorría raudo como una flecha los pasillos blancos como la cal del palacio del crepúsculo. Mi gabardina al ser de cuero producía un sonido de tensión al ondear con el aire, puesto que si bien mi sonido no era el más rápido, era sin duda muy veloz. A esa velocidad no tardé en salir del Amanecer y una vez ahí, a lo lejos vi dos siluetas muy juntas y marcadas, eso no me incomodó, más que todo, lo obvié. Miré mi bastón y la inscripción del mango y solo atiné a suspirar pesadamente. Me pasé una mano por la barbilla recogiendo algunas lágrimas de sangre y luego me refregué ambas manos en esa sangre carmesí. Era consciente de que mis ojos de espejo reflejarían a la persona quien los mirase y eso podía incomodar en una relación diplomática así que rápidamente mis ojos tomaron un color celeste my claro, casi blancos, al menos eso era mejor que verse a uno mismo.
Realicé un solo sonido con todo el poder de mi pierna y mi bastón y aparecí entre ambos interlocutores. Mi bastón se había clavado en la arena con una fuerza sobre natural, y ahora posaba cada mano bañada en sangre en los hombros de ambos arrancars, eso sí, tuve que empujar un poco a Kael pues estaba muy cerca y no cabía mi macizo cuerpo en tan estrecho espacio.
Abrí mis labios de forma lenta y respirando profundamente, seguramente en ese momento la arena haría estragos en mi nariz y mi gabardina café habría de ondear como nunca.
-Siento manchar vuestras ropas con mis manchadas manos pero se me ha caído el batón y necesito sujetarme en algo para recuperarlo-mentí y dije a la vez con un tono muy sardónico como burlándome de los presentes por haber bajado la guardia –Espero sean amables y no se muevan mientras recupero mi bastón, por favor- saqué mi zurda del hombro de Kael y tomé el batón, sin embargo mi diestra seguía afirmándose en la mujer, sin ejercer nada de presión claro.
-¡OH! ¿Dónde están mis modales?, señorita, es un placer darle la bienvenida a la morada de los Espada, yo soy Pretov Ivanovich. – La miré de la misma forma que Kael, lo imitaba solo por fastidiar.
-Sé que es difícil de pronunciar pero repita después de mí – abrí los labios y luego los cerré por cada silaba que diría a continuación –Pre-tov –Iva-no-vich- luego le sonreí y le miré con un respeto tal que mis ojos se pusieron totalmente azules.
Este Marcus, debía de ser un Dios o alguien omnisciente para saber lo que pasaba aquí y enviarme, yo era sin duda el indicado, la deducción en mi fuerte y ya podía hacerme un perfil de lo que aquí podría haber pasado de no haber interferido.
[OFF: gomen a ambos, ordenes de Marcus XD]
Realicé un solo sonido con todo el poder de mi pierna y mi bastón y aparecí entre ambos interlocutores. Mi bastón se había clavado en la arena con una fuerza sobre natural, y ahora posaba cada mano bañada en sangre en los hombros de ambos arrancars, eso sí, tuve que empujar un poco a Kael pues estaba muy cerca y no cabía mi macizo cuerpo en tan estrecho espacio.
Abrí mis labios de forma lenta y respirando profundamente, seguramente en ese momento la arena haría estragos en mi nariz y mi gabardina café habría de ondear como nunca.
-Siento manchar vuestras ropas con mis manchadas manos pero se me ha caído el batón y necesito sujetarme en algo para recuperarlo-mentí y dije a la vez con un tono muy sardónico como burlándome de los presentes por haber bajado la guardia –Espero sean amables y no se muevan mientras recupero mi bastón, por favor- saqué mi zurda del hombro de Kael y tomé el batón, sin embargo mi diestra seguía afirmándose en la mujer, sin ejercer nada de presión claro.
-¡OH! ¿Dónde están mis modales?, señorita, es un placer darle la bienvenida a la morada de los Espada, yo soy Pretov Ivanovich. – La miré de la misma forma que Kael, lo imitaba solo por fastidiar.
-Sé que es difícil de pronunciar pero repita después de mí – abrí los labios y luego los cerré por cada silaba que diría a continuación –Pre-tov –Iva-no-vich- luego le sonreí y le miré con un respeto tal que mis ojos se pusieron totalmente azules.
Este Marcus, debía de ser un Dios o alguien omnisciente para saber lo que pasaba aquí y enviarme, yo era sin duda el indicado, la deducción en mi fuerte y ya podía hacerme un perfil de lo que aquí podría haber pasado de no haber interferido.
[OFF: gomen a ambos, ordenes de Marcus XD]
Pretov Ivanovich- Post : 34
Edad : 32
Re: El castillo en el desierto
Nanami observó largamente a Kael con sus ojos de color oscuro. ¿Qué era lo que se proponía aquel Espada? Había dicho que la necesitaba, lo que, en la lengua de Hueco Mundo, significaba que quería utilizarla para algo. Bien. Estaba dispuesta a escucharle: había algo en aquel arrancar, algo que parecía no resonar completamente con la música que tocaba Marcus. Quizás se equivocara, pero era un riesgo que no le asustaba correr. Si sus objetivos coincidían en parte con los suyos, le estaría utilizando tanto a él como él a ella.
Por primera vez desde que se había encontrado con aquel arrancar de cabello rubio, Nanami sonrió. Sin embargo, su sonrisa fue quebrada antes siquiera de que tuviera tiempo de contestar por un segundo Espada que había aparecido de la nada entre ellos dos. ¿Cómo demonios había llegado allí? ¿Tanto se había distraído en su conversación con Kael? ¿La había estado engañando para distraerla hasta que llegaran sus compañeros? No. Por un momento, a Nanami le pareció que estaba tan sorprendido como ella. Además, ¿para qué molestarse en tenderle aquella trampa cuando podría haberla atacado directamente nada más verla?
El recién llegado les trató con una altivez que terminó de borrar del todo su fugaz sonrisa. Clavó sus ojos en él con dureza, mientras presionaba fuertemente un labio contra el otro. ¿Quién demonios se había creído que era para tratarla así? La mano izquierda de Nanami buscó la empuñadura de su pequeña zanpakutou, oculta en el interior de su manga. No pensaba usarla todavía, pero quería tenerla lista por si las cosas se ponían feas. No sabía qué era lo que podía esperar de Kael -probablemente la inacción, en el mejor de los casos-, pero sí estaba segura de que aquel Puretofo Ibanobichi (プレトフォイバノビチ) no podía tener ninguna clase de buenas intenciones.
-¡Vaya! Dos Espada... -dijo, con una carcajada amarga-. No está nada mal como comité de bienvenida. ¿Se lo hacéis a todas o es que soy una invitada importante?
Por primera vez desde que se había encontrado con aquel arrancar de cabello rubio, Nanami sonrió. Sin embargo, su sonrisa fue quebrada antes siquiera de que tuviera tiempo de contestar por un segundo Espada que había aparecido de la nada entre ellos dos. ¿Cómo demonios había llegado allí? ¿Tanto se había distraído en su conversación con Kael? ¿La había estado engañando para distraerla hasta que llegaran sus compañeros? No. Por un momento, a Nanami le pareció que estaba tan sorprendido como ella. Además, ¿para qué molestarse en tenderle aquella trampa cuando podría haberla atacado directamente nada más verla?
El recién llegado les trató con una altivez que terminó de borrar del todo su fugaz sonrisa. Clavó sus ojos en él con dureza, mientras presionaba fuertemente un labio contra el otro. ¿Quién demonios se había creído que era para tratarla así? La mano izquierda de Nanami buscó la empuñadura de su pequeña zanpakutou, oculta en el interior de su manga. No pensaba usarla todavía, pero quería tenerla lista por si las cosas se ponían feas. No sabía qué era lo que podía esperar de Kael -probablemente la inacción, en el mejor de los casos-, pero sí estaba segura de que aquel Puretofo Ibanobichi (プレトフォイバノビチ) no podía tener ninguna clase de buenas intenciones.
-¡Vaya! Dos Espada... -dijo, con una carcajada amarga-. No está nada mal como comité de bienvenida. ¿Se lo hacéis a todas o es que soy una invitada importante?
Última edición por Sora Nanami el Jue Nov 05, 2009 11:56 am, editado 2 veces
Sora Nanami- Post : 20
Edad : 36
Re: El castillo en el desierto
Era un “día” tranquilo en HM, no habían muchas cosas de las que preocuparse pues se mantenía en la conversación, con la arrancar, un aire de comprensión, hasta cierto punto, muy alto, tal vez ella esté con la mejor disposición para acompañarlo a “El Amanecer” con un simple intercambio de palabras y más aún si podían conversar con mejor tiempo del que disponían ahí para tener en cuenta puntos de vista de los cuales sacaría nuevas ideas… Nuevas ideas para lo que tenía planeado a futuro…
Esto era de esperarse, un reiatsu poderoso se acercaba desde el palacio blanco que estaba detrás, la sucesión de sonidos y el no ocultar su energía espiritual fue como decir “Aquí estoy mírenme” sería algo estúpido no darse cuenta, luego del sonido que lo dejó entre la arrancar y él una gran cantidad de arena blanca se levantó haciendo una pequeña cortina de pequeños granos blancos. Kael hizo una parte de su armadura antes que Pretov pusiera sus manos en el hombro del Espada, no por nada pequeños hilos de arena circulaban por su cuerpo era su seguro ante la arrancar que podría reaccionar en cualquier momento; la armadura se hizo 5 centímetros antes del codo pasando por el hombro y llegando hasta el cuello, además cubría la parte superior de su torso. El primer error de Pretov fue mostrar su poder en la reunión donde fulminó el pañuelo de el Espada 4, luego el no haber ocultado su reiatsu y por último levantar esa gran cantidad de arena que ahora hacía pequeños círculos en el cielo, todo en HM estaba hecho con partículas de energía espiritual así que poder conectarse con la arena era algo fácil para Kael…
Realmente me molesta la gente que no sabe comportarse… Sus ojos fueron hacía Pretov, su soberbia y altanería llegaron a hacer estragos en el ánimo de Kael… Deberías salir de este lugar antes que termines descuartizado… Su rostro cambió de la constante serenidad a una inyectada de rabia por las estúpidas palabras que salían de aquel inmundo Espada. Era fácil reconocer su forma de ataque, era silencioso pero nada tenía que hacer en ese momento, el octavo había estado alerta desde el principio no solamente por una presencia que pudiera venir del castillo sino también de la chica. Era desconfiado y gracias a eso había podido seguir con vida hasta ese instante. Ahora pasando al segundo Espada, él podía hacer explotar su sangre pero aún así no estaba a salvo de la gran cantidad de espadas que podía sacar Kael de esa cantidad de arena, sin contar que también podía empalarlo desde el suelo, antes siquiera que realice movimiento alguno…
Esto era de esperarse, un reiatsu poderoso se acercaba desde el palacio blanco que estaba detrás, la sucesión de sonidos y el no ocultar su energía espiritual fue como decir “Aquí estoy mírenme” sería algo estúpido no darse cuenta, luego del sonido que lo dejó entre la arrancar y él una gran cantidad de arena blanca se levantó haciendo una pequeña cortina de pequeños granos blancos. Kael hizo una parte de su armadura antes que Pretov pusiera sus manos en el hombro del Espada, no por nada pequeños hilos de arena circulaban por su cuerpo era su seguro ante la arrancar que podría reaccionar en cualquier momento; la armadura se hizo 5 centímetros antes del codo pasando por el hombro y llegando hasta el cuello, además cubría la parte superior de su torso. El primer error de Pretov fue mostrar su poder en la reunión donde fulminó el pañuelo de el Espada 4, luego el no haber ocultado su reiatsu y por último levantar esa gran cantidad de arena que ahora hacía pequeños círculos en el cielo, todo en HM estaba hecho con partículas de energía espiritual así que poder conectarse con la arena era algo fácil para Kael…
Realmente me molesta la gente que no sabe comportarse… Sus ojos fueron hacía Pretov, su soberbia y altanería llegaron a hacer estragos en el ánimo de Kael… Deberías salir de este lugar antes que termines descuartizado… Su rostro cambió de la constante serenidad a una inyectada de rabia por las estúpidas palabras que salían de aquel inmundo Espada. Era fácil reconocer su forma de ataque, era silencioso pero nada tenía que hacer en ese momento, el octavo había estado alerta desde el principio no solamente por una presencia que pudiera venir del castillo sino también de la chica. Era desconfiado y gracias a eso había podido seguir con vida hasta ese instante. Ahora pasando al segundo Espada, él podía hacer explotar su sangre pero aún así no estaba a salvo de la gran cantidad de espadas que podía sacar Kael de esa cantidad de arena, sin contar que también podía empalarlo desde el suelo, antes siquiera que realice movimiento alguno…
Última edición por Kael el Jue Nov 05, 2009 1:49 pm, editado 1 vez
Kael- Privaron Espada
- Post : 195
Re: El castillo en el desierto
-jejejeje- fue lo único que expresé mientras caminaba al compa con mi bastón hacia adelante, dándole
la espalda a todos los que se aglomeraban en aquella bella escena. Respiré hondo
y una bocanada de aire entró a mis pulmones, una gran cantidad de odio se olía
en el ambiente, así que por consecuente, estornudé.
Me volteé y me dirigí con paso tedioso a Kael, le susurré
despacio solo para que él escuchara –mira, si deseas asesinarme adelante,
después tu le explicas a Marcus porque junto al cadáver de la arrancar esta,
está el mío, deducirás que cualquier intento de sublevación desencadenaría en
la muerte de la señorita y al parecer, solo superficialmente, creo que no
quieres que eso suceda-. Luego me alejé y volví a hablar pero ahora me
escucharían los 2 presentes –en cuanto a mis modales, lo siento, dejé mi manual
de Carreño en la oficina-. Admiré posteriormente la cara retorcida que empezaba
a poner mi contertulio espada, y más que intimidarme, me asqueó.
-¡Muy bien nos calmamos!- le sonreí
confiado – ahora bien, si ella es tu fracción
entonces puedes joderte y darmela para llevarla donde Marcus, aunque ahora siento que ya no le importa esta muchachita...tu decides- esto último lo dije mientras volteaba la cabeza para ver a la muchacha, era intrigante lo que pueden generar las del sexo opuesto, tsk, recordé los estragos que pueden llegar a causar y mejor le puse fin a mis pensamientos y recuerdos.
la espalda a todos los que se aglomeraban en aquella bella escena. Respiré hondo
y una bocanada de aire entró a mis pulmones, una gran cantidad de odio se olía
en el ambiente, así que por consecuente, estornudé.
Me volteé y me dirigí con paso tedioso a Kael, le susurré
despacio solo para que él escuchara –mira, si deseas asesinarme adelante,
después tu le explicas a Marcus porque junto al cadáver de la arrancar esta,
está el mío, deducirás que cualquier intento de sublevación desencadenaría en
la muerte de la señorita y al parecer, solo superficialmente, creo que no
quieres que eso suceda-. Luego me alejé y volví a hablar pero ahora me
escucharían los 2 presentes –en cuanto a mis modales, lo siento, dejé mi manual
de Carreño en la oficina-. Admiré posteriormente la cara retorcida que empezaba
a poner mi contertulio espada, y más que intimidarme, me asqueó.
-¡Muy bien nos calmamos!- le sonreí
confiado – ahora bien, si ella es tu fracción
entonces puedes joderte y darmela para llevarla donde Marcus, aunque ahora siento que ya no le importa esta muchachita...tu decides- esto último lo dije mientras volteaba la cabeza para ver a la muchacha, era intrigante lo que pueden generar las del sexo opuesto, tsk, recordé los estragos que pueden llegar a causar y mejor le puse fin a mis pensamientos y recuerdos.
Última edición por Pretov Ivanovich el Jue Nov 05, 2009 2:07 pm, editado 1 vez
Pretov Ivanovich- Post : 34
Edad : 32
Re: El castillo en el desierto
Escuchaba a una distancia prudencial con los ojos cerrados, había seguido a Kael, apenas conocía aquello, pero mi potencial me había convertido en fracción, aunque aspiraba a mas aun me quedaba tiempo, necesitaba saber algo mas aun, solo tenia una cosa clara, todo lo que tenía se lo debía a Kael, aunque era extraño, diferente al resto de personas que conocía... pero realmente me encantaba estar con él, la conversación entre aquella, y Kael, que aunque fuera impropio llamarlo así, así le había recalcado él que quería ser llamado, era amistosa hasta que llegó aquel espada, con prepotencia y soberbia... ¿como se le ocurría entrar así?, tras presentarse así ante Kael no dudé en salir a escena, había echado mano a mi Zanpakutoh por si tenía que usarla, al parecer aun no... era una lastima.
- ¿Que forma de aparecer y presentarse son estas? -dije aun con los ojos cerrados, para luego abrirlos fulminando con la mirada a aquel impresentable espada. -Esa prepotencia no es propia de nosotros... no somos animales, Kael hablaba con ella sin hacer daño a nadie, si pasa algo lo propio es que sea Kael quien la lleve ante Marcus, pero esa forma de hablar a un igual... -sonreí... pues pensaba que había un mundo entre Kael y aquel otro espada. - además no seria Kael quien se ensuciaría las manos... y dudo mucho que si sigues con esta actitud ni Marcus podrá encontrar un trozo de carne tuya cuando acabe contigo... respeta a Kael, deja que sea él quien tome la decisión de que llevar a esta chica ante Marcus.
Tras esas palabras volví mi mirada hacía la chica y Kael, sabia que mis palabras podrían provocar un gran revuelo en el Hueco Mundo, ¿una fracción hablando así a un Espada? No podía ser, aun así tenia motivos para hacerlo... no había tenido una actitud propia, Kael nunca trataría así a otro Espada, siempre era respetuoso, aun así si tenía que ser castigada que así fuera... aguantaría lo que fuera por defender a Kael.
- ¿Que forma de aparecer y presentarse son estas? -dije aun con los ojos cerrados, para luego abrirlos fulminando con la mirada a aquel impresentable espada. -Esa prepotencia no es propia de nosotros... no somos animales, Kael hablaba con ella sin hacer daño a nadie, si pasa algo lo propio es que sea Kael quien la lleve ante Marcus, pero esa forma de hablar a un igual... -sonreí... pues pensaba que había un mundo entre Kael y aquel otro espada. - además no seria Kael quien se ensuciaría las manos... y dudo mucho que si sigues con esta actitud ni Marcus podrá encontrar un trozo de carne tuya cuando acabe contigo... respeta a Kael, deja que sea él quien tome la decisión de que llevar a esta chica ante Marcus.
Tras esas palabras volví mi mirada hacía la chica y Kael, sabia que mis palabras podrían provocar un gran revuelo en el Hueco Mundo, ¿una fracción hablando así a un Espada? No podía ser, aun así tenia motivos para hacerlo... no había tenido una actitud propia, Kael nunca trataría así a otro Espada, siempre era respetuoso, aun así si tenía que ser castigada que así fuera... aguantaría lo que fuera por defender a Kael.
Invitado- Invitado
Re: El castillo en el desierto
Nanami todavía no tenía muy claro qué esperar de aquel segundo Espada arrogante. ¿Tenía intención de arrastrarla al interior del palacio, de llevarla frente a Marcus? Porque, en ese caso, no pensaba ponérselo fácil. ¿La estaba usando sólo como un instrumento para tratar de imponerse a Kael? No tenía la menor idea de cómo estaban las cosas entre los Espada, pero los arrancar nunca se habían caracterizado por su amabilidad mutua y su consciencia de equipo.
La tercera figura que entró en escena la desconcertó bastante. Su poder espiritual no era tan fuerte como el de ambos Espada, pero seguía siendo admirable. Se trataba de una mujer, con perceptible habilidad combativa, que se atrevió a enfrentarse abiertamente al Espada Ibanobichi, en clara defensa de Kael. ¿Aquella era la disciplina que imponía Marcus entre sus soldados? ¿O, al contrario, era el respeto que infundía Kael? Nanami la observó, con una mezcla que no terminaba de entender de repulsión y admiración.
-Caballeros, señorita, les agradecería que no hablaran de mí como si no estuviera presente; en particular usted, señor Ibanobichi. En primer lugar, no soy la fracción de nadie; en segundo, tengo mejores cosas que hacer con mi tiempo que entrar a El Amanecer a tomar el te con Marcus-sama, gracias; y, en tercero, no creo que ninguno de ustedes esté cualificado para tomar decisiones por mí. Por lo tanto, sería todo un detalle por su parte que, si quieren discutir sobre algo, lo hicieran lejos de mí y sin inmiscuirme en ello.
Había dicho todo aquello con la mayor corrección, una media sonrisa en los labios y la voz calmada y segura. Sin embargo, las puntas de sus dedos resbalaron por su pequeña zanpakutou, asiéndola por el extremo superior de la saya, lista para desenvainarla con la otra mano en un sólo movimiento en caso de que fuera necesario. Si las cosas se ponían feas, esperaba al menos tener tiempo de usarla.
La tercera figura que entró en escena la desconcertó bastante. Su poder espiritual no era tan fuerte como el de ambos Espada, pero seguía siendo admirable. Se trataba de una mujer, con perceptible habilidad combativa, que se atrevió a enfrentarse abiertamente al Espada Ibanobichi, en clara defensa de Kael. ¿Aquella era la disciplina que imponía Marcus entre sus soldados? ¿O, al contrario, era el respeto que infundía Kael? Nanami la observó, con una mezcla que no terminaba de entender de repulsión y admiración.
-Caballeros, señorita, les agradecería que no hablaran de mí como si no estuviera presente; en particular usted, señor Ibanobichi. En primer lugar, no soy la fracción de nadie; en segundo, tengo mejores cosas que hacer con mi tiempo que entrar a El Amanecer a tomar el te con Marcus-sama, gracias; y, en tercero, no creo que ninguno de ustedes esté cualificado para tomar decisiones por mí. Por lo tanto, sería todo un detalle por su parte que, si quieren discutir sobre algo, lo hicieran lejos de mí y sin inmiscuirme en ello.
Había dicho todo aquello con la mayor corrección, una media sonrisa en los labios y la voz calmada y segura. Sin embargo, las puntas de sus dedos resbalaron por su pequeña zanpakutou, asiéndola por el extremo superior de la saya, lista para desenvainarla con la otra mano en un sólo movimiento en caso de que fuera necesario. Si las cosas se ponían feas, esperaba al menos tener tiempo de usarla.
Sora Nanami- Post : 20
Edad : 36
Re: El castillo en el desierto
Las cosas iban de mal en peor, Ivanovich al parecer dio oídos sordos a las amenazas de Kael con su notable labia y la soberbia que era su mayor “cualidad, realmente Marcus estaba interesado en la chica para mandar al Espada aún cuando seguramente sintió al 8vo por el lugar pues su reiatsu era descontrolado por eso era algo más fácil de detectar, al menos en ese instante…
Aunque pensó que esto no se podría poner peor realmente no contó con su fracción, que al parecer lo siguió mucho antes que Pretov llegara, y para su mala suerte adoptó la forma de su defensora frente a un Espada que tenía modos poco amables para tratar con el resto, su labia ácida tenía mucho que ver con su personalidad, con todo eso estaba por demás seguro que tomaría reprimendas contra Isude que sólo defendía lo que creía correcto, aún si fuese ir contra las normas que impuso Marcus, y por eso ahora sentía tanto orgullo de aquella arrancar que a pesar de haber conocido hace poco ya le tenía una estima muy grande…
Ahhh… Dio un suspiro y su rostro volvió al normalmente tranquilo, el teatro no había servido para sacarse a Pretov de encima y no estaba dispuesto a meter a su fracción en problemas aún cuando esto supusiera darle la razón a el “Lagrimoso carmesí”… Isude… Levantó un dedo interrumpiéndola en el instante que dijo que Kael era quien debía llevar a la chica donde Marcus, no sería realmente un líder si dejaba a su subordinada meterse en líos…
Luego volvió a hablar la chica, era algo realmente extraño estar ahí peleando sin tomar en cuenta el pensamiento de Sora, era verdad que hace unos momentos le había dicho algunas cosas importantes, pero ella no había respondido y al parecer muchas ganas de ir a “El Amanecer” no se le notaban puesto que lo más probable era que en esos instantes estuviera buscando algún arma bajo sus ropas pues no le veía la katana, que tienen todos los arrancar, a simple vista por lo que dedujo que la tenía escondida en algún lugar aunque realmente eso no interesaba, él ya había presentado sus opciones así que era cosa de ella si aceptaba la invitación o simplemente seguía su camino… No la hostigaría más pues deseaba evitar al máximo los problemas e intentaba pasar desapercibido…
Lamento lo de hace un momento… Dijo volviendo la mirada hacia Pretov con sus típicos ojos soñolientos y rostro perezoso que mostraba siempre… Ella ya tiene mi invitación por si la desea aceptar y yo no tengo intensiones que esto se alargue pues sería mucho problema y ahora mismo carezco de las ganas necesarias para tratarlas… Volvió el cuerpo hacía su fracción y avanzó unos pasos en dirección a ella…
Eres la mejor compañera que alguien podría desear… Levantó la mano y la puso en el hombro de la rubia dando una media sonrisa y mirándola de reojo al pasar… Vámonos… Pasó por su lado mientras se dirigía hacía el palacio a paso lento poniendo las manos en los bolsillos, aún la arena blanca del desierto circulaba alrededor del Espada pues su reiatsu tenía una fuerza de atracción muy particular…
Aunque pensó que esto no se podría poner peor realmente no contó con su fracción, que al parecer lo siguió mucho antes que Pretov llegara, y para su mala suerte adoptó la forma de su defensora frente a un Espada que tenía modos poco amables para tratar con el resto, su labia ácida tenía mucho que ver con su personalidad, con todo eso estaba por demás seguro que tomaría reprimendas contra Isude que sólo defendía lo que creía correcto, aún si fuese ir contra las normas que impuso Marcus, y por eso ahora sentía tanto orgullo de aquella arrancar que a pesar de haber conocido hace poco ya le tenía una estima muy grande…
Ahhh… Dio un suspiro y su rostro volvió al normalmente tranquilo, el teatro no había servido para sacarse a Pretov de encima y no estaba dispuesto a meter a su fracción en problemas aún cuando esto supusiera darle la razón a el “Lagrimoso carmesí”… Isude… Levantó un dedo interrumpiéndola en el instante que dijo que Kael era quien debía llevar a la chica donde Marcus, no sería realmente un líder si dejaba a su subordinada meterse en líos…
Luego volvió a hablar la chica, era algo realmente extraño estar ahí peleando sin tomar en cuenta el pensamiento de Sora, era verdad que hace unos momentos le había dicho algunas cosas importantes, pero ella no había respondido y al parecer muchas ganas de ir a “El Amanecer” no se le notaban puesto que lo más probable era que en esos instantes estuviera buscando algún arma bajo sus ropas pues no le veía la katana, que tienen todos los arrancar, a simple vista por lo que dedujo que la tenía escondida en algún lugar aunque realmente eso no interesaba, él ya había presentado sus opciones así que era cosa de ella si aceptaba la invitación o simplemente seguía su camino… No la hostigaría más pues deseaba evitar al máximo los problemas e intentaba pasar desapercibido…
Lamento lo de hace un momento… Dijo volviendo la mirada hacia Pretov con sus típicos ojos soñolientos y rostro perezoso que mostraba siempre… Ella ya tiene mi invitación por si la desea aceptar y yo no tengo intensiones que esto se alargue pues sería mucho problema y ahora mismo carezco de las ganas necesarias para tratarlas… Volvió el cuerpo hacía su fracción y avanzó unos pasos en dirección a ella…
Eres la mejor compañera que alguien podría desear… Levantó la mano y la puso en el hombro de la rubia dando una media sonrisa y mirándola de reojo al pasar… Vámonos… Pasó por su lado mientras se dirigía hacía el palacio a paso lento poniendo las manos en los bolsillos, aún la arena blanca del desierto circulaba alrededor del Espada pues su reiatsu tenía una fuerza de atracción muy particular…
Kael- Privaron Espada
- Post : 195
Re: El castillo en el desierto
Arqueé un ceja y apreté los labios, una nueva invitada, de
lujo lo que me faltaba, una mujer que para remate no sabía cuál era su posición
en este mundo. Esperé que hablara, estaba tranquilo y me balanceaba sobre mi bastón
como si no le pusiese atención y luego para fastidiarla más aun me puse a jugar
a hacer equilibrio con el mismo bastón y para terminar en la otra mano hacía
equilibrio con mi zampakutoh, todo un espectáculo circense digno del circus du
soleil. Mientras hacia mi espectáculo y aunque pareciese no prestarle ni un ápice
de atención a la recién llegada, que por cierto no se había presentado, en
realidad estaba midiendo cada una de sus palabras, cada una de sus
respiraciones y silabas pronunciabas y moduladas con detalles milimétricos y
que salía de su cubierta boca. Kael intentó interrumpirla pero para mi sorpresa
prosiguió hablando hasta que calló, a mi parecer se había cansado, era mi
turno.
-Guau guau- imité a un perro- no sé si el animal eres tú o
yo, aunque a mí no me molestaría, los animales solo duermen y comen- deje mi
show y descendí mi espada con mi batón cayendo ambos y tocando al suelo al
mismo tiempo, luego puse una mano encima de cada objeto.
-Ahora respecto a los modales y a Kael, no recibo recomendaciones de alguien con tiene menos ropa que una
stripper- sentencié indicándola con el dedo índice de la mano que sujetaba el
batón y por ende con los otros dedos levantaba este. Me preparé para seguir
hablando ignorando su advertencia, pero interrumpió la persona por la cual se
había hecho todo ese tumulto.
La chica no está lejos de la verdad, al parecer no le poníamos
atención pero eso no me importaba, ya no podía escapar de mi eso estaba claro,
por mucho que acariciase su zampakutoh como pude observar por el rabillo del
ojo. Le iba a responder como era debido si no fuese porque nuevamente fui interrumpido
por Kael, vaya que molesto. Así que me quedé nuevamente con la boca entre
abierta y cerrada sin poder disimular mis ansias por interpelar a los
presentes. Luego de cerrar mi mandíbula me fijé en lo que Kael decía, el chico
estaba echando un pie atrás y se le habían bajado los humos de grandeza, eso me
dejó más o menos satisfecho así que estiré mi brazo dejando clavado el bastón
en la arena, de esta forma ofrecía estrecharle la mano.
-Espero no me dejes con la mano estirada- sonreí irónico –en
cuanto a usted- miré a la arrancar de reojo- sería tan amable de ocultar su
presencia, tiene un cartel de “vengan, muestras de arrancar GRATIS” estampado
en la cabeza, luego que oculte su presencia podrá irse, yo le comunicaré a
Marcus que se ha escapado…si es que aún no desea verle…-
lujo lo que me faltaba, una mujer que para remate no sabía cuál era su posición
en este mundo. Esperé que hablara, estaba tranquilo y me balanceaba sobre mi bastón
como si no le pusiese atención y luego para fastidiarla más aun me puse a jugar
a hacer equilibrio con el mismo bastón y para terminar en la otra mano hacía
equilibrio con mi zampakutoh, todo un espectáculo circense digno del circus du
soleil. Mientras hacia mi espectáculo y aunque pareciese no prestarle ni un ápice
de atención a la recién llegada, que por cierto no se había presentado, en
realidad estaba midiendo cada una de sus palabras, cada una de sus
respiraciones y silabas pronunciabas y moduladas con detalles milimétricos y
que salía de su cubierta boca. Kael intentó interrumpirla pero para mi sorpresa
prosiguió hablando hasta que calló, a mi parecer se había cansado, era mi
turno.
-Guau guau- imité a un perro- no sé si el animal eres tú o
yo, aunque a mí no me molestaría, los animales solo duermen y comen- deje mi
show y descendí mi espada con mi batón cayendo ambos y tocando al suelo al
mismo tiempo, luego puse una mano encima de cada objeto.
-Ahora respecto a los modales y a Kael, no recibo recomendaciones de alguien con tiene menos ropa que una
stripper- sentencié indicándola con el dedo índice de la mano que sujetaba el
batón y por ende con los otros dedos levantaba este. Me preparé para seguir
hablando ignorando su advertencia, pero interrumpió la persona por la cual se
había hecho todo ese tumulto.
La chica no está lejos de la verdad, al parecer no le poníamos
atención pero eso no me importaba, ya no podía escapar de mi eso estaba claro,
por mucho que acariciase su zampakutoh como pude observar por el rabillo del
ojo. Le iba a responder como era debido si no fuese porque nuevamente fui interrumpido
por Kael, vaya que molesto. Así que me quedé nuevamente con la boca entre
abierta y cerrada sin poder disimular mis ansias por interpelar a los
presentes. Luego de cerrar mi mandíbula me fijé en lo que Kael decía, el chico
estaba echando un pie atrás y se le habían bajado los humos de grandeza, eso me
dejó más o menos satisfecho así que estiré mi brazo dejando clavado el bastón
en la arena, de esta forma ofrecía estrecharle la mano.
-Espero no me dejes con la mano estirada- sonreí irónico –en
cuanto a usted- miré a la arrancar de reojo- sería tan amable de ocultar su
presencia, tiene un cartel de “vengan, muestras de arrancar GRATIS” estampado
en la cabeza, luego que oculte su presencia podrá irse, yo le comunicaré a
Marcus que se ha escapado…si es que aún no desea verle…-
Pretov Ivanovich- Post : 34
Edad : 32
Re: El castillo en el desierto
Realmente aquel espada era un ser inútil, conocía críos de 14 años con mas mentalidad, parecía estar apunto de echarse a llorar, “menos ropas que una streeper” insultos... bajo aquella fachada de chico duro solo había un crío al que si le quitaban el chupete lloraba, ignorándolo miré a Kael de reojo, sus palabras realmente eran conciliadoras, siempre intentaba ser pacifico, sobre la propuesta no tenía mucho que decir, solo que si Kael se había fijado en aquella arrancar sería por algo, esperaba que aceptase.
Mis modales habían dejado mucho que desear... aquella arrancar tenía roda la razón, parecía que la había ignorado, volviendo mi mirada hacía ella volví a hablar.
-Lamento la impresión que pude darte, pero no aguanto a los críos... son tan inestables... mi nombre es Rashida, lamento mi descortesía hacia su persona... en cuanto a la propuesta de Kael, espero que lo pienses bien, sea cual sea tu decisión espero que sea respetada por todos.
Dándole la espalda al crío hice una reverencia a la arrancar para marcharme junto a Kael, nuestras miradas se cruzaron, en ese instante me sentí bien... aunque no comprendía bien por que no me había dejado divertirme con el “niño mimado”.
Mis modales habían dejado mucho que desear... aquella arrancar tenía roda la razón, parecía que la había ignorado, volviendo mi mirada hacía ella volví a hablar.
-Lamento la impresión que pude darte, pero no aguanto a los críos... son tan inestables... mi nombre es Rashida, lamento mi descortesía hacia su persona... en cuanto a la propuesta de Kael, espero que lo pienses bien, sea cual sea tu decisión espero que sea respetada por todos.
Dándole la espalda al crío hice una reverencia a la arrancar para marcharme junto a Kael, nuestras miradas se cruzaron, en ese instante me sentí bien... aunque no comprendía bien por que no me había dejado divertirme con el “niño mimado”.
Invitado- Invitado
Re: El castillo en el desierto
Los ojos de Nanami estaban puestos en las dos figuras que se alejaban. ¿Qué habían pretendido decirle? La interrupción del segundo Espada les había impedido terminar aquella conversación que le estaba resultando, ciertamente, interesante. Él había dicho que necesitaba alguien como ella a su lado, pero no había concretado en qué condiciones ni para qué. Tenía ganas de escuchar lo que aquel Espada y aquella Fracción atípicos tuvieran por decirle, pero, sin duda, no era una conversación que pudieran proseguir frente al Espada Ibanobichi.
Tenía que haber otra manera de continuarla...
-No voy a ocultar mi presencia, señor Ibanobichi -respondió, con voz orgullosa, soltando su zanpakutou y devolviéndola a su escondite habitual-. Si en Hueco Mundo vagar por el desierto sin esconderse se considera un crimen, me declaro culpable. Adelante, llevadme ante quien consideréis oportuno, si tan poco trabajo tiene ese Marcus como para preocuparse por una estupidez de tamaña magnitud -y, diciendo esto, juntó ambas manos por las muñecas, frente a sí, en actitud de rendición.
Tenía que haber otra manera de continuarla...
-No voy a ocultar mi presencia, señor Ibanobichi -respondió, con voz orgullosa, soltando su zanpakutou y devolviéndola a su escondite habitual-. Si en Hueco Mundo vagar por el desierto sin esconderse se considera un crimen, me declaro culpable. Adelante, llevadme ante quien consideréis oportuno, si tan poco trabajo tiene ese Marcus como para preocuparse por una estupidez de tamaña magnitud -y, diciendo esto, juntó ambas manos por las muñecas, frente a sí, en actitud de rendición.
Sora Nanami- Post : 20
Edad : 36
Re: El castillo en el desierto
Y así me dejó, con el brazo estirado, bueno no se podía pedir más de un autista como él pero esto aún no había terminado, observé por el rabillo del ojo a la arrancar de la discordia. ¿Qué tan importante podría ser como para que Marcus me enviase por ella?, bueno si era tan fundamental, podría haber venido él en persona, no me gusta hacer de niñera, mucho menos de cazador, ese es papel de la espada Okami.
Ups!, ¿pero qué era eso?, un repentino cambio de actitud de la arrancar que antes se encontraba a la defensiva, ahora ofrecía ¿rendición?, por favor que mi pierna izquierda se moviese sería más verdadero que ese intento de redención incondicional. Vi como juntó sus manos ante mí como acto final de su oposición, en suma la gota que rebalsó mi pequeñísimo vaso.
Miré la falsedad impresa en su rostro pero aún así quise como buen curioso saber porque se rendía tan fácilmente.
-A que debo tu tentativa de rendición, ¿deseas entrar en el Amanecer?, pues no te lo permitiré, no sé que hablaron tu con Kael antes y esa puede ser información valiosa, pero por otro lado también puede ser sea lo que sea que se dijeron, amenace la estabilidad del Amanecer y créeme que no lo permitiré- hice una pause y la miré directamente a los ojos, los míos se estaban volviendo azules profundo y turbio como las profundidades de un océano.
-Entrar contigo o entrar sin ti, he ahí el dilema – dije parodiando a Hamlet –espera, espera tengo una idea- pasé mis manos por mi barbilla luego de decir esto, de forma que ambas se volvieron a empapar de sangre. Batí la mano en el aire salpicando sangre hacia todas direcciones y dejando toda manchada a la arrancar en frente mío, es sus ropas quedarían manchas pequeñas y manchas grandes pues se expandían como hace cualquier liquido. En poco tiempo más de su 35% de su cuerpo estaba manchado en mi sangre.
Tosí, mi enfermedad había vuelto. –Te explico…- le dije –no traigo conmigo grilletes ni nada, pero siempre traigo mi sangre conmigo, conveniente ¿no?, le tomé cariño a esta sangre, la tengo desde que nací ¿sabías?- pronuncié irónicamente y luego procedí –haber para que entiendas… si intentas escapar como estas llena de sangre pasará algo como lo siguiente pero a gran escala- me concentré en una pequeña mancha de no más de 1 cm. de diámetro, hice tronar un dedo de la mano derecha y ¡BOOM!, esa mancha ínfima había explotado dejando un orificio no sangrante de lado a lado, es decir atravesando a la arrancar y por supuesto produciéndole un gran dolor.
-Creo que ya entendiste- tosí – ¿te apetece entrar ahora?-
Ups!, ¿pero qué era eso?, un repentino cambio de actitud de la arrancar que antes se encontraba a la defensiva, ahora ofrecía ¿rendición?, por favor que mi pierna izquierda se moviese sería más verdadero que ese intento de redención incondicional. Vi como juntó sus manos ante mí como acto final de su oposición, en suma la gota que rebalsó mi pequeñísimo vaso.
Miré la falsedad impresa en su rostro pero aún así quise como buen curioso saber porque se rendía tan fácilmente.
-A que debo tu tentativa de rendición, ¿deseas entrar en el Amanecer?, pues no te lo permitiré, no sé que hablaron tu con Kael antes y esa puede ser información valiosa, pero por otro lado también puede ser sea lo que sea que se dijeron, amenace la estabilidad del Amanecer y créeme que no lo permitiré- hice una pause y la miré directamente a los ojos, los míos se estaban volviendo azules profundo y turbio como las profundidades de un océano.
-Entrar contigo o entrar sin ti, he ahí el dilema – dije parodiando a Hamlet –espera, espera tengo una idea- pasé mis manos por mi barbilla luego de decir esto, de forma que ambas se volvieron a empapar de sangre. Batí la mano en el aire salpicando sangre hacia todas direcciones y dejando toda manchada a la arrancar en frente mío, es sus ropas quedarían manchas pequeñas y manchas grandes pues se expandían como hace cualquier liquido. En poco tiempo más de su 35% de su cuerpo estaba manchado en mi sangre.
Tosí, mi enfermedad había vuelto. –Te explico…- le dije –no traigo conmigo grilletes ni nada, pero siempre traigo mi sangre conmigo, conveniente ¿no?, le tomé cariño a esta sangre, la tengo desde que nací ¿sabías?- pronuncié irónicamente y luego procedí –haber para que entiendas… si intentas escapar como estas llena de sangre pasará algo como lo siguiente pero a gran escala- me concentré en una pequeña mancha de no más de 1 cm. de diámetro, hice tronar un dedo de la mano derecha y ¡BOOM!, esa mancha ínfima había explotado dejando un orificio no sangrante de lado a lado, es decir atravesando a la arrancar y por supuesto produciéndole un gran dolor.
-Creo que ya entendiste- tosí – ¿te apetece entrar ahora?-
Pretov Ivanovich- Post : 34
Edad : 32
Re: El castillo en el desierto
[FDI: Perdón por la tardanza... estuve de exámenes ^__^U]
Aquello era asqueroso. No había otra forma de llamarlo. Que te salpiquen la ropa y la cara de sangre es, por decir poco, antihigiénico y, en determinados casos, incluso repulsivo. Tan repulsivo que comenzar a sospechar que no lo había hecho por ninguna razón y que aquella sangre probablemente tuviera algún efecto desagradable no fue tan dramático como cabría esperar.
Después llegó el dolor. Cerró los ojos y serró los dientes, esperando a que el primer pico pasara. ¿Ya estaba? Bueno, había sido más fácil de lo que había esperado. Se encogió de hombros y dedicó una mirada al agujero que había causado el poder del Espada. Podía soportar el dolor, pero la sensación de que seguía empapada de aquel líquido caliente y desagradable se le hacía más insoportable a cada segundo que pasaba. Con las mangas, se secó la sangre que le había caído sobre la piel de la cara y las manos. Con aquello no restaba nada de su efectividad, pero al menos se ahorraba la sensación de sentirla resbalando por su piel. Ojalá hubiera podido hacer algo parecido con la que le empapaba las vestiduras. A continuación, sus ojos se alzaron de nuevo hacia el espada y, con la vista fija en él, sin amedrentarse, respondió:
-¿Tengo yo que decirte lo que tienes que hacer? -puso los ojos en blanco por un instante, con evidente menosprecio, para a continuación volverlos a clavar en Ivanovich-. Ya te lo he dicho: no tengo ninguna intención de ocultar mi presencia. Haz lo que creas oportuno. Si consideras que es una razón suficiente como para molestar a tu señor, llévame ante él y ya me las arreglaré como deba, pero si no podrías empezar por apartar de mi camino. -Extendió las manos a ambos lados de su cuerpo, sacudiendo algunas molestas gotas que resbalaron por sus brazos hasta las puntas de los dedos sobre la arena del desierto-. Tengo que encontrar ropa nueva.
Aquello era asqueroso. No había otra forma de llamarlo. Que te salpiquen la ropa y la cara de sangre es, por decir poco, antihigiénico y, en determinados casos, incluso repulsivo. Tan repulsivo que comenzar a sospechar que no lo había hecho por ninguna razón y que aquella sangre probablemente tuviera algún efecto desagradable no fue tan dramático como cabría esperar.
Después llegó el dolor. Cerró los ojos y serró los dientes, esperando a que el primer pico pasara. ¿Ya estaba? Bueno, había sido más fácil de lo que había esperado. Se encogió de hombros y dedicó una mirada al agujero que había causado el poder del Espada. Podía soportar el dolor, pero la sensación de que seguía empapada de aquel líquido caliente y desagradable se le hacía más insoportable a cada segundo que pasaba. Con las mangas, se secó la sangre que le había caído sobre la piel de la cara y las manos. Con aquello no restaba nada de su efectividad, pero al menos se ahorraba la sensación de sentirla resbalando por su piel. Ojalá hubiera podido hacer algo parecido con la que le empapaba las vestiduras. A continuación, sus ojos se alzaron de nuevo hacia el espada y, con la vista fija en él, sin amedrentarse, respondió:
-¿Tengo yo que decirte lo que tienes que hacer? -puso los ojos en blanco por un instante, con evidente menosprecio, para a continuación volverlos a clavar en Ivanovich-. Ya te lo he dicho: no tengo ninguna intención de ocultar mi presencia. Haz lo que creas oportuno. Si consideras que es una razón suficiente como para molestar a tu señor, llévame ante él y ya me las arreglaré como deba, pero si no podrías empezar por apartar de mi camino. -Extendió las manos a ambos lados de su cuerpo, sacudiendo algunas molestas gotas que resbalaron por sus brazos hasta las puntas de los dedos sobre la arena del desierto-. Tengo que encontrar ropa nueva.
Sora Nanami- Post : 20
Edad : 36
Re: El castillo en el desierto
¿Podría ser más divertido?, fastidiar a la gente es realmente un lujo hoy en día y al parecer tenía tan cabreada a la pobre arrancar que le daba hasta asco mi pura sangre. Lo único que hizo fue quejarse luego de mi acción y comportarse de una manera un tanto prepotente, al parecer había olvidado su lugar en la cadena trófica.
-Lo siento pero antes de dirigirnos donde Marcus, iremos a mi sección, estas toda sucia no sé porqué, así que en vista de las circunstancias sería adecuado que te cambiases y te limpiases, claro luego de un par de preguntas…- este sí era mi verdadero objetivo, su pulcritud me valía madre, yo lo que deseaba era extraerle información a cualquier precio. Levanté un poco mi mano como a punto de hacer sonar los dedos, sin embargo me volteé aún con la mano arriba y ya dándole la espalda le dije –sígueme por favor –
Inmediatamente después de eso me fui caminando tranquilamente en dirección a mi sección. Cojeaba así que mi bastón me ayudaba a caminar mejor en la arena y de vez en cuando me encorvaba un poco para toser, la trayectoria a mi sección sería así de tediosa hasta que llegásemos a esta.
[OFF: espero tu post y luego nos vamos a mi sección. No te preocupes por lo de los exámenes, lo puedo entender. ]
-Lo siento pero antes de dirigirnos donde Marcus, iremos a mi sección, estas toda sucia no sé porqué, así que en vista de las circunstancias sería adecuado que te cambiases y te limpiases, claro luego de un par de preguntas…- este sí era mi verdadero objetivo, su pulcritud me valía madre, yo lo que deseaba era extraerle información a cualquier precio. Levanté un poco mi mano como a punto de hacer sonar los dedos, sin embargo me volteé aún con la mano arriba y ya dándole la espalda le dije –sígueme por favor –
Inmediatamente después de eso me fui caminando tranquilamente en dirección a mi sección. Cojeaba así que mi bastón me ayudaba a caminar mejor en la arena y de vez en cuando me encorvaba un poco para toser, la trayectoria a mi sección sería así de tediosa hasta que llegásemos a esta.
[OFF: espero tu post y luego nos vamos a mi sección. No te preocupes por lo de los exámenes, lo puedo entender. ]
Pretov Ivanovich- Post : 34
Edad : 32
Re: El castillo en el desierto
Nanami puso los ojos en blanco, comenzando a caminar tras el Espada a aquel penoso paso de su cojera. Le había visto utilizar el sonido y sabía que, si se movía así de penosamente, era puramente por gusto. Algo le decía que su paso por el Amanecer se le iba a hacer laaaaaargo.
-Lo que me faltaba... responder a las mismas preguntas dos veces... -se quejó, con un suspiro de resignación-. En fin. Si eso te hace feliz...
"Responder a unas preguntas", en el argot de Hueco Mundo, implicaba normalmente una cierta cantidad de dolor y violencia que uno tendría que soportar. Considerando el abundante salpicado rojo de sus ropas, probablemente se presentaría ante Marcus con más agujeros que un colador, pero estaba dispuesta a pasar por ello. Desde aquel momento, siglos atrás, en que se habían conocido, no había vuelto a encontrarse con el Espada 0. Sería curioso verlo en su palacio, rodeado de sus tropas; descubrir en qué se había convertido...
-Lo que me faltaba... responder a las mismas preguntas dos veces... -se quejó, con un suspiro de resignación-. En fin. Si eso te hace feliz...
"Responder a unas preguntas", en el argot de Hueco Mundo, implicaba normalmente una cierta cantidad de dolor y violencia que uno tendría que soportar. Considerando el abundante salpicado rojo de sus ropas, probablemente se presentaría ante Marcus con más agujeros que un colador, pero estaba dispuesta a pasar por ello. Desde aquel momento, siglos atrás, en que se habían conocido, no había vuelto a encontrarse con el Espada 0. Sería curioso verlo en su palacio, rodeado de sus tropas; descubrir en qué se había convertido...
Sora Nanami- Post : 20
Edad : 36
Re: El castillo en el desierto
[OFF: continua ---> https://soulsandswords.foroes.org/2-seccion-f25/directo-a-la-oficina-t388.htm#2934 ]
Pretov Ivanovich- Post : 34
Edad : 32
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