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La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
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La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
Aquella noche parecía mas profunda que cualquier otra, quizá la razón fuera la baja actividad en "El amanecer", la ausencia de los Espada, la tensión del ambiente tan denso que parecía ocultar el cielo nocturno de Hueco Mundo.
Los Espada se encontraban en pleno combate a muerte en defensa de su lugar, El amanecer, a escasos kilómetros de las puertas del mismo. Los capitanes de la sociedad de almas, junto con hordas de shinigamis, habían invadido el lugar hacía pocas horas y ahora, combatían fervorosamente con nuestros propios "capitanes".
Alexander al tener cientos de arañas esparcidas por Hueco mundo, recibía constantes noticias sobre el avance del combate. Se encontraba a las puertas de "El amanecer", encabezando a un puñado de arrancars de su misma fracción. A su lado, algunas otras fracciones se disponían del mismo modo.
Tras uno de los continuos avisos, a Alexander se le dibujó una sonrisa malévola en la cara, se giró encarando a los arrancars de su fracción y exclamo:
- Alina Moonlight ha derrotado a un capitán. - Y los Arrancars Saltaron y gritaron enorgullecidos de su jefa.
Hizo lo propio con algún otro Espada, saltando de alegría tras la victoria, y cayendo en la locura y desesperación tras la muerte de algún líder.
Solo hubo una, una sola araña que desencajó la cara de Alexander... La causante fue una de tantas pequeñas aliadas, se acercó "rápido" a su manera, subió por su pierna, cruzó su espalda y se colocó sombre su oreja. Ahora es cuando se desfigura la cara de Alexander. Su Espada y ama, Alina Moonlight, se encontraba al borde de la muerte en un enfrentamiento contra un salvaje capitán. Según la información, el capitán se había vuelto loco, y ardía en cólera contra los Espadas y arrancars que allí se encontraban.
Alexander, se dispuso a salir corriendo en su auxilio.
Los Espada se encontraban en pleno combate a muerte en defensa de su lugar, El amanecer, a escasos kilómetros de las puertas del mismo. Los capitanes de la sociedad de almas, junto con hordas de shinigamis, habían invadido el lugar hacía pocas horas y ahora, combatían fervorosamente con nuestros propios "capitanes".
Alexander al tener cientos de arañas esparcidas por Hueco mundo, recibía constantes noticias sobre el avance del combate. Se encontraba a las puertas de "El amanecer", encabezando a un puñado de arrancars de su misma fracción. A su lado, algunas otras fracciones se disponían del mismo modo.
Tras uno de los continuos avisos, a Alexander se le dibujó una sonrisa malévola en la cara, se giró encarando a los arrancars de su fracción y exclamo:
- Alina Moonlight ha derrotado a un capitán. - Y los Arrancars Saltaron y gritaron enorgullecidos de su jefa.
Hizo lo propio con algún otro Espada, saltando de alegría tras la victoria, y cayendo en la locura y desesperación tras la muerte de algún líder.
Solo hubo una, una sola araña que desencajó la cara de Alexander... La causante fue una de tantas pequeñas aliadas, se acercó "rápido" a su manera, subió por su pierna, cruzó su espalda y se colocó sombre su oreja. Ahora es cuando se desfigura la cara de Alexander. Su Espada y ama, Alina Moonlight, se encontraba al borde de la muerte en un enfrentamiento contra un salvaje capitán. Según la información, el capitán se había vuelto loco, y ardía en cólera contra los Espadas y arrancars que allí se encontraban.
Alexander, se dispuso a salir corriendo en su auxilio.
Alexander Folk- Desaparecido
- Post : 262
Edad : 35
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
La Gran guerra había empezado. Vladimir, el espada de la 6ª Sección había dejado instrucciones estrictas de lo que se debía hacer en caso de que los espadas cayeran bajo el yugo de los capitanes del Seireitei y Okami lejos de querer contradecirle se mantenía al tanto de lo que ocurría subida en una de las inmensas torres blancas de El Amanecer. Con parsimonia tarareaba una canción lenta que parecía recordar de cuando todavía respiraba pero ahora su existencia había cambiado tanto...
El aire traía el olor de la muerte y la sangre de unos y otros derramada sobre la arena del gran desierto de Hueco Mundo. La arrancar arrugó la nariz al tiempo que bufaba molesta por los aromas que traía el viento de algunas de las técnicas de los shinigami. Su reiatsu sabía tan bien... Pero no le estaba permitido acercarse a la zona de combate. Si algo le pasase a Vladimir ella tendría que hacerse cargo de la 6ª Sección, una responsabilidad que ella no había siquiera imaginado tener en mucho tiempo.
Escuchaba de vez en cuando a muchos arrancar vitorear a sus espadas a medida de que los capitanes de los escuadrones caían bajo sus ataques. Okami no necesitaba que nadie le dijera como iba el combate. Conocía perfectamente el nivel de reiatsu de cada uno de ellos e iba notando como disminuía a medida que iban muriendo.
Estaba apostada en uno de los tejados de las casas más cercanas a la muralla en dirección a la batalla observando el horizonte con expresión aburrida cuando una energía que no había previsto le llamó la atención. Un arrancar, algo más joven que ella había salido disparado por las calles de la ciudad de El Amanecer en dirección a las puertas. Craso error.
-Tsk... Tendré que detenerle, supongo... Porque tal y como están las cosas acabará muerto como aparezca por allí -murmuró para sí misma instándose a levantarse y detener al mayordomo que seguía su avance.
Se puso en pie y saltó hacia el suelo adelantando con relativa facilidad al arrancar con un par de sonidos. Le cortó el paso deteniéndose en medio de la trayectoria que llevaba y le observó de reojo al haberse colocado de manera perpendicular a él.
-Dónde te crees que vas? -preguntó con una voz que estaba entre la ironía y la autoridad.
El aire traía el olor de la muerte y la sangre de unos y otros derramada sobre la arena del gran desierto de Hueco Mundo. La arrancar arrugó la nariz al tiempo que bufaba molesta por los aromas que traía el viento de algunas de las técnicas de los shinigami. Su reiatsu sabía tan bien... Pero no le estaba permitido acercarse a la zona de combate. Si algo le pasase a Vladimir ella tendría que hacerse cargo de la 6ª Sección, una responsabilidad que ella no había siquiera imaginado tener en mucho tiempo.
Escuchaba de vez en cuando a muchos arrancar vitorear a sus espadas a medida de que los capitanes de los escuadrones caían bajo sus ataques. Okami no necesitaba que nadie le dijera como iba el combate. Conocía perfectamente el nivel de reiatsu de cada uno de ellos e iba notando como disminuía a medida que iban muriendo.
Estaba apostada en uno de los tejados de las casas más cercanas a la muralla en dirección a la batalla observando el horizonte con expresión aburrida cuando una energía que no había previsto le llamó la atención. Un arrancar, algo más joven que ella había salido disparado por las calles de la ciudad de El Amanecer en dirección a las puertas. Craso error.
-Tsk... Tendré que detenerle, supongo... Porque tal y como están las cosas acabará muerto como aparezca por allí -murmuró para sí misma instándose a levantarse y detener al mayordomo que seguía su avance.
Se puso en pie y saltó hacia el suelo adelantando con relativa facilidad al arrancar con un par de sonidos. Le cortó el paso deteniéndose en medio de la trayectoria que llevaba y le observó de reojo al haberse colocado de manera perpendicular a él.
-Dónde te crees que vas? -preguntó con una voz que estaba entre la ironía y la autoridad.
Okami- Arrancar Lujuria
- Post : 609
Edad : 39
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
Alexander empezó a correr sin pensarlo envuelto en sus propios pensamientos sobre cómo podría ayudar a Alina, aunque, eso ya lo pensaría allí, lo más importante era llegar. Ensimismado corría hacia la salida, hacia el campo de batalla y hacia su superiora y ama. ¿Y si cuando llegase estaba muerta?
Sacudió la cabeza en ademán de borrar esos innecesarios pensamientos y al levantar la mirada se encontró a una arrancar plantada en frente suya, lo que le hizo parar en seco. Alexander se puso recto, como si le hablase a una persona de rango superior, y se quedó mirandola fijamente, sin esbozar en su cara ningun tipo de sentimiento. La arrancar parecía poderosa y ágil al mismo tiempo. Mostrba una postura un tanto animalesca y ruda, y debido a la oscuridad de la noche lo que más resaltaba era su silueta de anchas caderas y delgada cintura. Pese a la pose, su cuerpo parecía atlético y entrenado. No le miraba de frente, aunque no descartó que le mirase a los ojos.
Apareció un arácnido en el hombro de Alexander, y ladeó el cuello como si la oyese. Luego recobró la rectitud.
- Fracción del 6º Espada... La señorita Okami ¿verdad? - Verificó Alexander. - ¿Cuál es la razón por la que la fracción de otro Espada interfiere en los actos de alguien que ni conoce ni le importa? - preguntó enarcando una ceja con mirada curiosa y una muy leve sonrisa casi imperceptible.
Sacudió la cabeza en ademán de borrar esos innecesarios pensamientos y al levantar la mirada se encontró a una arrancar plantada en frente suya, lo que le hizo parar en seco. Alexander se puso recto, como si le hablase a una persona de rango superior, y se quedó mirandola fijamente, sin esbozar en su cara ningun tipo de sentimiento. La arrancar parecía poderosa y ágil al mismo tiempo. Mostrba una postura un tanto animalesca y ruda, y debido a la oscuridad de la noche lo que más resaltaba era su silueta de anchas caderas y delgada cintura. Pese a la pose, su cuerpo parecía atlético y entrenado. No le miraba de frente, aunque no descartó que le mirase a los ojos.
Apareció un arácnido en el hombro de Alexander, y ladeó el cuello como si la oyese. Luego recobró la rectitud.
- Fracción del 6º Espada... La señorita Okami ¿verdad? - Verificó Alexander. - ¿Cuál es la razón por la que la fracción de otro Espada interfiere en los actos de alguien que ni conoce ni le importa? - preguntó enarcando una ceja con mirada curiosa y una muy leve sonrisa casi imperceptible.
Alexander Folk- Desaparecido
- Post : 262
Edad : 35
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
Okami se mantuvo en su posición observando y estudiando al arrancar que tenía ante ella. Sin duda era respetuoso aunque algo estirado para su gusto. Su respuesta había sido rápida y afilada, cosa que la hizo sonreír. Se giró con tranquilidad colocando una mano en su cadera ladeándola hacia la izquierda mientras que su otro brazo se mantenía sin moverse en su costado.
-Tsk... Así no es como van las cosas. Pero sí, has acertado, o mejor dicho ha acertado -comentó señalando con la mano a la pequeña araña que estaba sobre su hombro. -Si es eso lo que te ha dicho claro -se encogió de hombros y volvió a chasquear la lengua negando con la cabeza. -Tu eres la Fracción de Alina, verdad? -dijo arrugando la nariz como si no le gustara lo que olía en ese momento pero al final esbozó una sonrisa. -Vas a ir a rescatarla?
En ese momento la arrancar giró la cabeza hacia donde se suponía que estaba dándose lugar la gran guerra contra los shinigami y negó con la cabeza mirando hacia el suelo tras varios segundos. Miró de reojo al mayordomo y suspiró ligeramente pasándose una mano por su pelo despeinado buscando las palabras para informarle de lo que acababa de pasar.
-Ya no hace falta que vayas... -dijo simplemente con voz leve.
A pesar de que Okami nunca entendiera el ansia de devorar de Alina, perder a alguien era algo que conocía y que luchaba contra todo para evitar que los demás lo notaran. Ahora observaba de cerca a Alexander, sopesando el tipo de reacción que podría tener ante sus palabras.
-Tsk... Así no es como van las cosas. Pero sí, has acertado, o mejor dicho ha acertado -comentó señalando con la mano a la pequeña araña que estaba sobre su hombro. -Si es eso lo que te ha dicho claro -se encogió de hombros y volvió a chasquear la lengua negando con la cabeza. -Tu eres la Fracción de Alina, verdad? -dijo arrugando la nariz como si no le gustara lo que olía en ese momento pero al final esbozó una sonrisa. -Vas a ir a rescatarla?
En ese momento la arrancar giró la cabeza hacia donde se suponía que estaba dándose lugar la gran guerra contra los shinigami y negó con la cabeza mirando hacia el suelo tras varios segundos. Miró de reojo al mayordomo y suspiró ligeramente pasándose una mano por su pelo despeinado buscando las palabras para informarle de lo que acababa de pasar.
-Ya no hace falta que vayas... -dijo simplemente con voz leve.
A pesar de que Okami nunca entendiera el ansia de devorar de Alina, perder a alguien era algo que conocía y que luchaba contra todo para evitar que los demás lo notaran. Ahora observaba de cerca a Alexander, sopesando el tipo de reacción que podría tener ante sus palabras.
Okami- Arrancar Lujuria
- Post : 609
Edad : 39
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
- ¿¡Qué!? Está tratando de hacer que me retracte?! - Pensó mientras involuntariamente se le escapaba un gesto de asombro. - Además, como va a saberlo ella antes que... - y antes de que pudiese acabar, la tierra que pisaba se volvió negra al igual que su expresión. Las arañas a su cargo, incluso alguna de Alina volvían con malas noticias. Entonces no tuvo otra que comprender que la arrancar de enfrente suya tenía razón. Visto desde fuera, podría parecer una escena muy desagradable. Las arañas empezaron a subir a su cuerpo, entrar pos sus rópas, sus guantes, los bajos de sus pantalones, en sus bolsillos, y en todos los pliegues de la ropa que podían para volver al cuerpo de su señor, cuyo gesto se tornaba en desconcierto. A pesar de la masacre relativamente cerca del lugar, su alrededor estaba en completo silencio, lo cual hacía mas sonoro el movimiento de los pequeños seres a sus piés. Miraba a un lado y a otro con la cabeza gacha y el cuerpo inmovil, y a la vez a no miraba nada. Parecía tratar de entender las razones, buscar explicaciones de porqué a él. Volvieron a su mente los recuerdos de la partida de Elisa, y como, siendo su primer mayordomo, no pudo acompañarla. ¿Acaso estaba condenado a la soledad? ¿Qué es un sirviente en soledad? Sin alguien a quien servir no se puede ser un sirviente...
Había olvidado todo lo que tenía alrededor, parecía estar en algún lugar del espacio sin rumbo ni conciencia...
Al mirar a la arrancar a los ojos, solo se vió a sí mismo en el reflejo de las gafas de sol, lo cual hundió más en sus propios pensamientos.
La araña de su hombro fue la última que entró en su cuerpo y de golpe volvió a la realidad. Esa mezcla entre humano y animal que estaba delante suya, se percató de la muerte de Alina antes que su propia fracción. Tenía unas increíbles habilidades perceptivas. ¿Quién era esa mujer? ¿Quien...? Y acto seguido, sus pensamientos se convirtieron en palabras.
- ¿Quien eres? Quizás muchas de mis arañas puedan decírmelo, como tantísimas cosas pero parece que las superais en velocidad. Aunque no se si es mejor pregunta: "¿Qué eres?"...
Había olvidado todo lo que tenía alrededor, parecía estar en algún lugar del espacio sin rumbo ni conciencia...
Al mirar a la arrancar a los ojos, solo se vió a sí mismo en el reflejo de las gafas de sol, lo cual hundió más en sus propios pensamientos.
La araña de su hombro fue la última que entró en su cuerpo y de golpe volvió a la realidad. Esa mezcla entre humano y animal que estaba delante suya, se percató de la muerte de Alina antes que su propia fracción. Tenía unas increíbles habilidades perceptivas. ¿Quién era esa mujer? ¿Quien...? Y acto seguido, sus pensamientos se convirtieron en palabras.
- ¿Quien eres? Quizás muchas de mis arañas puedan decírmelo, como tantísimas cosas pero parece que las superais en velocidad. Aunque no se si es mejor pregunta: "¿Qué eres?"...
Alexander Folk- Desaparecido
- Post : 262
Edad : 35
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
Había esperado pacientemente a que el arrancar que tenía ante ella se hiciera a la idea de que la espada a la que había estado sirviendo había caído en combate. Mantuvo expresión algo seria e impasibe cuando las arañas aparecieron y le devolvió la mirada a través de los cristales de sus gafas de sol hasta que habló de nuevo. Sinceramente las palabras que habían salido de la boca del arrancar no eran precisamente las que había esperado oír.
-Qué soy? -preguntó arqueando una ceja bajando sus gafas de sol para mirarle directamente con sus ojos heterocromáticos. -Soy una cazadora. Puedo sentir y detectar el reiatsu de cualquier persona a una distancia considerable. Alina ha muerto, qué es lo que piensas hacer ahora?
Había percibido su miedo y el vacío que había dejado en su mente el que la espada de la cual era Fracción hubiera desaparecido. Podía sentir como su reiatsu reaccionaba. Había llegado a ser demasiado dependiente de ella y ahora mismo no tenía ningún lugar al que ir. No era un arrancar que estuviera preparado para heredar el cargo de Alina. En ese momento sintió compasión y cierta simpatía hacia el mayordomo. Volvió a mirar hacia el lugar del combate buscando al cerrar los ojos el reiatsu de Marcus. Aún lo podía sentir, el poder del Espada 0 y su contrincante la abrumaban incluso a esa distancia. Pero seguía vivo. Casi sentía como estaba... extasiado con el combate. Sonrió levemente y volvió a mirar al mayordomo colocándose sus gafas de nuevo sobre sus ojos.
-Puedes venir conmigo si quieres. Valdimir ha caído también y ahora mismo mi sección carece de Espada -dijo con tranquilidad a pesar de que dentro de lo que cabía sentía algo apenada por el fallecimiento de ese retorcido arrancar. -La guerra está terminando. Ya veremos que es lo que Marcus espera de nosotros cuando regrese -finalizó esperando ver la reacción de Alexander.
-Qué soy? -preguntó arqueando una ceja bajando sus gafas de sol para mirarle directamente con sus ojos heterocromáticos. -Soy una cazadora. Puedo sentir y detectar el reiatsu de cualquier persona a una distancia considerable. Alina ha muerto, qué es lo que piensas hacer ahora?
Había percibido su miedo y el vacío que había dejado en su mente el que la espada de la cual era Fracción hubiera desaparecido. Podía sentir como su reiatsu reaccionaba. Había llegado a ser demasiado dependiente de ella y ahora mismo no tenía ningún lugar al que ir. No era un arrancar que estuviera preparado para heredar el cargo de Alina. En ese momento sintió compasión y cierta simpatía hacia el mayordomo. Volvió a mirar hacia el lugar del combate buscando al cerrar los ojos el reiatsu de Marcus. Aún lo podía sentir, el poder del Espada 0 y su contrincante la abrumaban incluso a esa distancia. Pero seguía vivo. Casi sentía como estaba... extasiado con el combate. Sonrió levemente y volvió a mirar al mayordomo colocándose sus gafas de nuevo sobre sus ojos.
-Puedes venir conmigo si quieres. Valdimir ha caído también y ahora mismo mi sección carece de Espada -dijo con tranquilidad a pesar de que dentro de lo que cabía sentía algo apenada por el fallecimiento de ese retorcido arrancar. -La guerra está terminando. Ya veremos que es lo que Marcus espera de nosotros cuando regrese -finalizó esperando ver la reacción de Alexander.
Okami- Arrancar Lujuria
- Post : 609
Edad : 39
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
Parecía que la pregunta de Alexander no era la que esperaba la arrancar, e hizo un casi imperceptible gesto de desconcierto, como si ya tuviese planeada una respuesta para la pregunta que esperaba. De cualquier modo, supo responder con soltura. Se había apratado las gafas para mirar a Alexander profundamente, con sus extraños y a la vez atractivos ojos de diferente color y contraste, y cuya mirada no se detuvo en los ojos del mayordomo, sino que le atravesó hasta su pensamiento. Entonces llegó la inesperada propuesta.
La proposición cogió al mayordomo desprevenido. La arrancar que estaba delante de él, le sorprendía más a cada frase. Primero por la extrema capacidad para entender el lenguaje corporal y de imaginar los sentimientos. Segundo, por la indiferencia que parecía mostrar por la muerte de su superior. Quizás le afectase más de lo que parecía, pero desde luego lo disimulaba muy bien. A Alexander le era imposible disimular la afección mas de lo que lo hacía, y aun así, se le notaba enormemente.
Por otro lado estaba la proposición de acompañarle... No podía evitar preguntarse "¿Por qué?". Parecía que aquella mujer no pensaba demasiado lo que decía, por no decir que realmente, parece que iban directamente a su boca, sin pasar por su cerebro. Cada vez se parecía mas a un animal que actuaba por impulsos, que a una persona. En principio, se escogen los Espada como arrancars que mantienen cierta forma y mentalidad humana, y las fracciones, por ser los más cercanos a los Espadas, tambien tenían cierta presencia humana. Y sin embargo, no alcanzaba a entender porqué Vladimir, que parecía un hombre inteligente, aunque no llegó a conocerlo, escogió a semejante animalito impulsivo como su fracción...
De cualquier modo, su norma de "No se puede ser un sirviente si no se posee un maestro" seguía presente en su cabeza, y quizá, Okami solo sintiese empatía hacia él.
Dio unos pasos para acercarse a Okami, quien quizá fuese la sucesora de Vladimir, y se preparase para tal cargo,buscando una posible fracción. Y Alexander, antigua Fracción de la 1ª Espada, no era buen aspirante a sucederla, y sin embargo, podía ser la mejor Fracción, por servicial.
Clavó su rodilla izquierada en la arena y colocó su puño derecho sobre la misma. - Acepto su oferta, Alexander Folk a su servicio... - Dijo con la cabeza gacha y los ojos cerrados, esperando la aceptación de su posible futura ama...
La proposición cogió al mayordomo desprevenido. La arrancar que estaba delante de él, le sorprendía más a cada frase. Primero por la extrema capacidad para entender el lenguaje corporal y de imaginar los sentimientos. Segundo, por la indiferencia que parecía mostrar por la muerte de su superior. Quizás le afectase más de lo que parecía, pero desde luego lo disimulaba muy bien. A Alexander le era imposible disimular la afección mas de lo que lo hacía, y aun así, se le notaba enormemente.
Por otro lado estaba la proposición de acompañarle... No podía evitar preguntarse "¿Por qué?". Parecía que aquella mujer no pensaba demasiado lo que decía, por no decir que realmente, parece que iban directamente a su boca, sin pasar por su cerebro. Cada vez se parecía mas a un animal que actuaba por impulsos, que a una persona. En principio, se escogen los Espada como arrancars que mantienen cierta forma y mentalidad humana, y las fracciones, por ser los más cercanos a los Espadas, tambien tenían cierta presencia humana. Y sin embargo, no alcanzaba a entender porqué Vladimir, que parecía un hombre inteligente, aunque no llegó a conocerlo, escogió a semejante animalito impulsivo como su fracción...
De cualquier modo, su norma de "No se puede ser un sirviente si no se posee un maestro" seguía presente en su cabeza, y quizá, Okami solo sintiese empatía hacia él.
Dio unos pasos para acercarse a Okami, quien quizá fuese la sucesora de Vladimir, y se preparase para tal cargo,buscando una posible fracción. Y Alexander, antigua Fracción de la 1ª Espada, no era buen aspirante a sucederla, y sin embargo, podía ser la mejor Fracción, por servicial.
Clavó su rodilla izquierada en la arena y colocó su puño derecho sobre la misma. - Acepto su oferta, Alexander Folk a su servicio... - Dijo con la cabeza gacha y los ojos cerrados, esperando la aceptación de su posible futura ama...
Alexander Folk- Desaparecido
- Post : 262
Edad : 35
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
Más cambios en el interior de Alexander le hacía ver lo perdido que estaba. La miraba con desconcierto y confusión y por sus gestos parecía no llegar a entender porque quería Okami que fuera con ella pero no tenía ni tiempo ni ganas de explicarle nada. Al final la resolución llegó al rostro de Alexander y se arrodilló ante ella en muestra de profundo respeto. La arrancar sonrió con su rostro lobuno y dió un par de pasos para terminar de acortar la distancia entre ellos. Y colocó la mano encima de la cabeza del muchacho removiéndole el pelo en un gesto cariñoso.
-Anda levanta. Tenemos cosas q hacer -dijo con tranquilidad girándose para empezar a andar calle abajo. Al dar unos pasos miró a Alexander por encima del hombro. -Vienes o no?
Se volvió a girar con gesto impaciente pero volvió a sonreír. Aún tenía un encargo que cumplir y para ello necesitaría la ayuda del arrancar que ahora tenía bajo su mando. A pesar de la caída de los espadas podía sentir el extasis y la felicidad de Marcus. Un escalofrío recorrió a la arrancar por la espalda y de un salto subió a la muralla de la ciudad mirando de nuevo hacia la zona de combate.
-Eres un buen cazador? -preguntó mirando a Alexander de nuevo.
-Anda levanta. Tenemos cosas q hacer -dijo con tranquilidad girándose para empezar a andar calle abajo. Al dar unos pasos miró a Alexander por encima del hombro. -Vienes o no?
Se volvió a girar con gesto impaciente pero volvió a sonreír. Aún tenía un encargo que cumplir y para ello necesitaría la ayuda del arrancar que ahora tenía bajo su mando. A pesar de la caída de los espadas podía sentir el extasis y la felicidad de Marcus. Un escalofrío recorrió a la arrancar por la espalda y de un salto subió a la muralla de la ciudad mirando de nuevo hacia la zona de combate.
-Eres un buen cazador? -preguntó mirando a Alexander de nuevo.
Okami- Arrancar Lujuria
- Post : 609
Edad : 39
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
- Si, podría decirse que se encuentra entre mis virtudes, mi señora. - Dijo al tiempo que se levantaba. Sus palabras denotaban cordialidad y respeto, y nunca daba respuestas tajantes ni cortas. Su cara era una mezcla entre seriedad, tristeza y desconcierto, sin acabar de creerse su cambio de ama y señora, a la par de mentora... Había aprendido muchas cosas de Alina, no todas buenas, es mas, las buenas eran más bien pocas... Casi ninguna. Pero le había enseñado habilidades para superarse a si mismo, algunos trucos, aunque algo sucios, y a dominar la resurrección, lo cual era de agradecer... Alexander había aprendido mucho de las dos señoras a las que había servido, y se preguntaba, si se repetiría, aunque en cierto modo, dudaba de que tuviese mucho más por aprender.
El aire era denso, y ya, no había que ser un experto rastreador para oler la sangre en el ambiente, solo había que saber reconocerla, y Alexander, sabía muy bien... Una vez de pie, Folk cruzó los brazos a sus espaldas. Dio unos pasos hasta situarse a la derecha de Okami a un paso por detrás de la misma. - La seguiré a donde sea que se encuentren sus quehaceres. - Añadió haciendo una leve reverencia con la cabeza, todo con suma seriedad.
El aire era denso, y ya, no había que ser un experto rastreador para oler la sangre en el ambiente, solo había que saber reconocerla, y Alexander, sabía muy bien... Una vez de pie, Folk cruzó los brazos a sus espaldas. Dio unos pasos hasta situarse a la derecha de Okami a un paso por detrás de la misma. - La seguiré a donde sea que se encuentren sus quehaceres. - Añadió haciendo una leve reverencia con la cabeza, todo con suma seriedad.
Alexander Folk- Desaparecido
- Post : 262
Edad : 35
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
La arrancar sonrió ante su respuesta asintiendo contenta al saber que había acertado en salvar a esa fracción de una muerte segura. Ahora en este momento meditaba sobre la mejor manera de acercarse lo suficiente como para llevar a cabo su cometido. Chasqueó la lengua sintiendo aún los reiatsus de algunos de los capitanes y los antiguos espadas antes de que fueran cayendo uno a uno, buscando uno en particular. Cerró los ojos concentrándose lo máximo posible para evitar distraerse con las fluctuaciones de los bankais y las resurrecciones hasta que halló lo que buscaba.
-Te encontré... -dijo con una sonrisa sádica en sus labios. -Folk vamos a ir a cazar a un capitán. Vamos a ver si estás a la altura -dijo riendo como si se tratara de un gruñido pero con sus colmillos visibles. -Sígueme, si puedes... -saltó de la muralla hacia el suelo inclinándose hacia delante antes de lanzarse a la carrera hacia el lugar de donde venían los estallidos de reiatsu. Iban directos hacia la Gran Guerra.
-Te encontré... -dijo con una sonrisa sádica en sus labios. -Folk vamos a ir a cazar a un capitán. Vamos a ver si estás a la altura -dijo riendo como si se tratara de un gruñido pero con sus colmillos visibles. -Sígueme, si puedes... -saltó de la muralla hacia el suelo inclinándose hacia delante antes de lanzarse a la carrera hacia el lugar de donde venían los estallidos de reiatsu. Iban directos hacia la Gran Guerra.
Okami- Arrancar Lujuria
- Post : 609
Edad : 39
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
Alexander sentía que ya practicamente había suprimido la confusión tras la muerte de Alina. Aun necesitaba meditar sobre algunas cosas, pero no era el momento. Tenía que serenarse, y centrarse en las nuevas ordenes que le impusiera su nueva ama. En cualquier rato de soledad y tranquilidad, pondría sus ideas correctamente en orden.
La nueva orden impuesta era acompañarla a dar caza a un capitán. En principio, pareció que se contradecía, ya que momentos antes, le hizo ver que era un suicidio meterse en el combate, pero ahora eran un grupo. Ella parecía una cazadora nata, y a él, no se le daba nada mal. Formaban un buen Equipo, si es que se les podía llamar así.
- No se preocupe señorita. Podré seguirla. - Anunció confiado y seguro de si mismo. Okami se lanzó a la carrera por una calle recta, a grán velocidad. Verdaderamente parecía un animal furioso, aunque a la arrancar se la veía tranquila. Alexander no acababa de imaginar cuantísimo podría correr si se esforzase al máximo, o el alcance de su sonido. De cualquier modosería inalcanzable para él.
Pero no iba tan rápido como podría, quizá la mitad o menos, asi que confiado, Alexander alargó sus brazos apuntando a un torreón a una distancia considerable, y salieron de la punta de sus dedos cubiertos con sus blancos e impolutos guantes unos destellos azules claros. Dio un tironcito para asegurarse de que los hilos estaban tensos. Dio un saltito, solo unos centímetros, lo justo para liberarse de la fuerza de rozamiento que pudiese realizar sobre el suelo y una vez en el aire, dio un tirón seco con ambos brazos, lanzándo ambos al mismo tiempo hacia atrás y colocando el cuerpo inclinado para evitar el rozamiento con el aire en la medida de lo posible.
En el aire, pasó junto a Okami, quien seguramente fuese mas lenta para no dejar atrás a su seguidor, lo que seguramente no esperaría es que su sirviente pudiese alcanzar semejante velocidad...
La nueva orden impuesta era acompañarla a dar caza a un capitán. En principio, pareció que se contradecía, ya que momentos antes, le hizo ver que era un suicidio meterse en el combate, pero ahora eran un grupo. Ella parecía una cazadora nata, y a él, no se le daba nada mal. Formaban un buen Equipo, si es que se les podía llamar así.
- No se preocupe señorita. Podré seguirla. - Anunció confiado y seguro de si mismo. Okami se lanzó a la carrera por una calle recta, a grán velocidad. Verdaderamente parecía un animal furioso, aunque a la arrancar se la veía tranquila. Alexander no acababa de imaginar cuantísimo podría correr si se esforzase al máximo, o el alcance de su sonido. De cualquier modosería inalcanzable para él.
Pero no iba tan rápido como podría, quizá la mitad o menos, asi que confiado, Alexander alargó sus brazos apuntando a un torreón a una distancia considerable, y salieron de la punta de sus dedos cubiertos con sus blancos e impolutos guantes unos destellos azules claros. Dio un tironcito para asegurarse de que los hilos estaban tensos. Dio un saltito, solo unos centímetros, lo justo para liberarse de la fuerza de rozamiento que pudiese realizar sobre el suelo y una vez en el aire, dio un tirón seco con ambos brazos, lanzándo ambos al mismo tiempo hacia atrás y colocando el cuerpo inclinado para evitar el rozamiento con el aire en la medida de lo posible.
En el aire, pasó junto a Okami, quien seguramente fuese mas lenta para no dejar atrás a su seguidor, lo que seguramente no esperaría es que su sirviente pudiese alcanzar semejante velocidad...
Alexander Folk- Desaparecido
- Post : 262
Edad : 35
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
Había visto a Alexander sobrepasarla y sonrió frenética. Cada movimiento del mayordomo lo detectaba como era, un movimiento de un depredador. Medido, preciso, necesario. Observó con curiosidad los hilos que salieron de las manos de Alexander y como las usaba para columpiarse sobrepasandola. La arrancar en respuesta se inclinó un poco más hacia delante subiendo su velocidad de carrera para mantener el ritmo de su nuevo compañero. Ahora estaba segura de que ese pobre capitán no tendría escapatoria. Era cierto que los espadas les habían puesto las cosas mucho más fáciles al debilitarlo tanto pero aún así era un desafío y la electricidad del peligro la recorría casi haciéndola estremecerse de placer.
Se acercaban rápidamente hacia la zona de batalla donde se sentían las subidas de reiatsu hubieran hecho doblegarse a cualquier arrancar de menor nivel. Pero los dos cazadores que iban a cobrar su presa no eran arrancar de nivel bajo, eran fracciones. Okami sabía a quienes debía evitar, cual era el camino entre las filas del enemigo para llegar hasta su objetivo. Al acercarse lo suficiente como para escuchar el sonido de los gritos la arrancar se detuvo en seco inspirando fuertemente olisqueando el aire.
-Estamos muy cerca. Ahora es el momento en el que me cuentas que es lo q sabes hacer -dijo con tranquilidad mirando hacia el horizonte hablándole al mayordomo descendiendo levemente sus gafas.
Se acercaban rápidamente hacia la zona de batalla donde se sentían las subidas de reiatsu hubieran hecho doblegarse a cualquier arrancar de menor nivel. Pero los dos cazadores que iban a cobrar su presa no eran arrancar de nivel bajo, eran fracciones. Okami sabía a quienes debía evitar, cual era el camino entre las filas del enemigo para llegar hasta su objetivo. Al acercarse lo suficiente como para escuchar el sonido de los gritos la arrancar se detuvo en seco inspirando fuertemente olisqueando el aire.
-Estamos muy cerca. Ahora es el momento en el que me cuentas que es lo q sabes hacer -dijo con tranquilidad mirando hacia el horizonte hablándole al mayordomo descendiendo levemente sus gafas.
Okami- Arrancar Lujuria
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Edad : 39
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
Al principio, Alexander parecía superarla, pero con solo un poco de más esfuerzo, al mayordomo casi le costaba seguirle el paso. Como supuso, su velocidad era insuperable.
Empezaban a escucharse gritos, se acentuó el olor de la sangre, se sentían reiatsus desaparecer y luces que se elevaban hasta el cielo. En definitiva, se sentía a la misma parca devorando las almas de los que quería y cortando con su guadaña las menos sabrosas en un juego en el que los aspirantes a ganadores apostaban su propia vida, y muchos, prepotentes, inconscientes de sus actos, o simplemente sin saber dónde se metían, jugaban sin posibilidad de victoria. Era un deleite para quien guste de sangre.
Justo entonces, Okami se detuvo en seco, y Alexander tuvo que lanzar sus finos hilos en sentido contrario a su dirección, parando en el aire y sin ningún tipo de fuerza que le mantuviese en el lugar, cayó clavando sus pies en la blanca y fina arena, levantando una pequeña nube a sus pies.
Okami preguntó por sus habilidades a lo que, en principio, no supo muy bien como contestar, pero en cuestión de segundos, la respuesta se dibujó en su mente clara y única.
- Se hacer lo que mi señora desee. - Dijo en tono confiado. Parecía que hasta ahora, había cumplido sus requisitos, pero añadió a modo de aclaración - Puedo capturar a alguien si es a lo que se refiere. Lo de vivo o muerto, lo dejo a su entera elección. mirándola fijamente a la nuca.
Empezaban a escucharse gritos, se acentuó el olor de la sangre, se sentían reiatsus desaparecer y luces que se elevaban hasta el cielo. En definitiva, se sentía a la misma parca devorando las almas de los que quería y cortando con su guadaña las menos sabrosas en un juego en el que los aspirantes a ganadores apostaban su propia vida, y muchos, prepotentes, inconscientes de sus actos, o simplemente sin saber dónde se metían, jugaban sin posibilidad de victoria. Era un deleite para quien guste de sangre.
Justo entonces, Okami se detuvo en seco, y Alexander tuvo que lanzar sus finos hilos en sentido contrario a su dirección, parando en el aire y sin ningún tipo de fuerza que le mantuviese en el lugar, cayó clavando sus pies en la blanca y fina arena, levantando una pequeña nube a sus pies.
Okami preguntó por sus habilidades a lo que, en principio, no supo muy bien como contestar, pero en cuestión de segundos, la respuesta se dibujó en su mente clara y única.
- Se hacer lo que mi señora desee. - Dijo en tono confiado. Parecía que hasta ahora, había cumplido sus requisitos, pero añadió a modo de aclaración - Puedo capturar a alguien si es a lo que se refiere. Lo de vivo o muerto, lo dejo a su entera elección. mirándola fijamente a la nuca.
Alexander Folk- Desaparecido
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Edad : 35
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
La arrancar observaba con una sonrisa lobuna aquella escena donde se distinguían los fuertes golpes de reiatsu chocando entre ellos como grandes olas contra un precipicio. Quién era el precipicio en aquel momento era algo complicado de discernir pero se notaba el cansancio en ambas energías. El momento de la caza estaba cerca. Se inclinó hacia delante soltando una leve risilla como si de un gruñido se tratase. Okami siempre era demasiado animalesca para el gusto de la mayoría de sus compañeros pero mientras a Marcus no le molestara ella seguiría con su forma de ser.
-Vamos a capturar al capitán de la 5ª División de los shinigamis -sentenció con otra risa gruñida pasando su peso de una pierna a la otra impaciente por ir a por su presa y tener que esperar al momento adecuado. -Estará herido pero aún así, es un capitán y está especializado en el kido, así que habrá que tener cuidado con él -informó la arrancar sin quitar la vista del frente, frenética por lanzarse al combate.
Esperaron unos minutos más, en silencio mientras aún a tanta distancia notaban el viento que movían las explosiones de reiatsu que tenían lugar al frente. Las manos de la arrancar se colocaron sobre sus cadenas sopesando cual sería la mejor manera de abordar a un capitán desorientado y herido. Observó por unos instantes al mayordomo por encima de su hombro con sus ojos dispares por encima de las gafas de sol. Luego notó como uno de los dos reiatsus tan enérgicos del frente desapareció. La arrancar sonrió y gruñó levemente, el momento había llegado.
-No bajes la guardia y por encima de todo, lo queremos vivo -expuso antes de salir a la carrera para encontrarse con el panorama que tenía a los pocos metros de allí.
El capitán Ateru Karaiko se encontraba ensangrentado y bastante mal herido. Pese a estar en la retaguardia del bando shinigami alguno de los espadas había llegado hasta él y el combate que se libró fue fiero. La arrancar se mantuvo a una distancia prodencial aunque se encontró con que Ateru ya la estaba esperando. Una sonrisa lobuna surcó el rostro de la arrancar frente al ceño fruncido del capitán. Okami sabía que este era muy consciente de que su situación era complicada y que aquellos dos arrancar venían con algún cometido. Aquello sin embargo acabaría pronto. La arrancar desenvainó su zanpakutou sin querer hacer esperar demasiado al capitán y la liberó.
-Selene te llama, vuelve a tu forma, Danzante -dijo con voz profunda creándose un extraño eco en ella.
Lanzó un aullido al aire levantando la cabeza hacia la luna llena perenne en Hueco Mundo y poco a poco el cuerpo de la arrancar crecía en tamaño y volumen rasgando su ropa hasta empezar a cubrirse de pelo. Una melena negra que crecía por toda su piel mientras que sus músculos y sus miembros crecían de volumen emitiendo crujidos que helarían la sangre del más valiente. Al poco tiempo la arrancar se herguió en una postura más cómoda para su gran altura y observó al shinigami con sus ojos bicolor brillantes y cargados de ansias.
-Shinigami, vendrás con nosotros quieras o no... Vas a hacernos la labor más fácil? -preguntó el cambiaformas con voz profunda y gruñida. En ese momento un hadou rozó el brazo derecho del licántropo pero este lejos de molestarse por el dolor sonrió relamiéndose sus poderosas mandíbulas. -Eso esperaba... -dijo segundos antes de lanzarse hacia delante directamente hacia su adversario.
-Vamos a capturar al capitán de la 5ª División de los shinigamis -sentenció con otra risa gruñida pasando su peso de una pierna a la otra impaciente por ir a por su presa y tener que esperar al momento adecuado. -Estará herido pero aún así, es un capitán y está especializado en el kido, así que habrá que tener cuidado con él -informó la arrancar sin quitar la vista del frente, frenética por lanzarse al combate.
Esperaron unos minutos más, en silencio mientras aún a tanta distancia notaban el viento que movían las explosiones de reiatsu que tenían lugar al frente. Las manos de la arrancar se colocaron sobre sus cadenas sopesando cual sería la mejor manera de abordar a un capitán desorientado y herido. Observó por unos instantes al mayordomo por encima de su hombro con sus ojos dispares por encima de las gafas de sol. Luego notó como uno de los dos reiatsus tan enérgicos del frente desapareció. La arrancar sonrió y gruñó levemente, el momento había llegado.
-No bajes la guardia y por encima de todo, lo queremos vivo -expuso antes de salir a la carrera para encontrarse con el panorama que tenía a los pocos metros de allí.
El capitán Ateru Karaiko se encontraba ensangrentado y bastante mal herido. Pese a estar en la retaguardia del bando shinigami alguno de los espadas había llegado hasta él y el combate que se libró fue fiero. La arrancar se mantuvo a una distancia prodencial aunque se encontró con que Ateru ya la estaba esperando. Una sonrisa lobuna surcó el rostro de la arrancar frente al ceño fruncido del capitán. Okami sabía que este era muy consciente de que su situación era complicada y que aquellos dos arrancar venían con algún cometido. Aquello sin embargo acabaría pronto. La arrancar desenvainó su zanpakutou sin querer hacer esperar demasiado al capitán y la liberó.
-Selene te llama, vuelve a tu forma, Danzante -dijo con voz profunda creándose un extraño eco en ella.
Lanzó un aullido al aire levantando la cabeza hacia la luna llena perenne en Hueco Mundo y poco a poco el cuerpo de la arrancar crecía en tamaño y volumen rasgando su ropa hasta empezar a cubrirse de pelo. Una melena negra que crecía por toda su piel mientras que sus músculos y sus miembros crecían de volumen emitiendo crujidos que helarían la sangre del más valiente. Al poco tiempo la arrancar se herguió en una postura más cómoda para su gran altura y observó al shinigami con sus ojos bicolor brillantes y cargados de ansias.
-Shinigami, vendrás con nosotros quieras o no... Vas a hacernos la labor más fácil? -preguntó el cambiaformas con voz profunda y gruñida. En ese momento un hadou rozó el brazo derecho del licántropo pero este lejos de molestarse por el dolor sonrió relamiéndose sus poderosas mandíbulas. -Eso esperaba... -dijo segundos antes de lanzarse hacia delante directamente hacia su adversario.
Okami- Arrancar Lujuria
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Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
Sabía que le seguían desde hace mucho, aunque no esperaba otra cosa. Estaba débil y ahora sería una presa fácil, por lo que no iban a dejarle escapar sin intentar darle caza. Dos poderosos reiatsus le perseguían hace rato, poderosos al menos comparado con su nivel de energía espiritual en aquel demacrado estado en el que se encontraba. Karaiko no tenía en mente dejarse atrapar tan fácilmente, no sin oponer resistencia. La distancia que separaba al Capitán y aquellos arrancars se restaba a cada segundo que pasaba, a cada bocanada de aquel denso y sofocante ambiente que ardía en sus pulmones. Por eso, adelantándose a lo inevitable, detuvo su huida y se preparó para el combate, para aguantar con vida lo suficiente como para sesgar las vacías vidas de unos cuantos hollows más.
Su mano izquierda estaba permanentemente asida a su costado. Debía tener unas cuantas costillas rotas, sino todas. Sus ropajes rojizos estaban casi completamente destruidos. Tan sólo unos cuantos jirones de tela le colgaban aun de los hombros, dejando entrever los vendajes que cubrían su cuerpo desde el abdomen hasta las rodillas. Dificilmente se sostenía en pie, pero cuando vio aparecer a las dos figuras extendió su mano libre y esperó. Su reiatsu estaba en niveles ínfimos, pero aun podría crear alguna complicación a aquellos arrancars. Una vez más cerca pudo observar a un joven moreno, con chaleco y aparentemente desarmado. El otro arrancar era aun más poderoso y parecía estar transformado, pues su apariencia estaba más cercana a la de un enorme lobo que a la de un humano. Esta última fue quien tomo la palabra, incitando a Karaiko-taicho a rendirse sin más. El Capitán de la División Quinta sonrió levemente en una grotesca mueca de lado, tras lo cual lanzó desde su mano alza un Hadō de bajo nivel, dirigido hacia aquel lobo. Intentar frenar a uno de ellos era su intención.
La ráfaga rozó al arrancar, y pareció herirlo levemente, aunque éste no pareció inmutarse. Karaiko sabía que aquello debía terminar pronto. Dadas sus condiciones físicas y espirituales, no aguantaría demasiado en un combate prolongado. Haciendo acopio de sus fuerzas, reunió una cantidad importante de reiatsu en sus brazos, juntando ambos frente a su cara, estirados. Al abandonar el contacto con el costado, una punzada de dolor le recorrió la espalda. Conteniéndose como pudo, pronunció el conjuro:
— Hadō 73. Sōren Sōkatsui. — musitó.
Aquel lobo se avalanzó sobre él cuando pronunciaba su kidō, pero esperaba poder cogerle desprevenido. Al momento de llamar al hadō, cuando sus manos comenzaron a brillar, separó los brazos, dibujando un haz de luz semicircular en el aire, gracias al movimiento circular de sus brazos, que quedaron extendidos en cruz. El haz de luz, tras un gran estruendo, expulsó un fuerte fuego azul que se expandía desde el centro, donde se encontraba el Capitán, hacia el exterior, ampliándose a medida que avanzaba. Era imposible evitar aquel ataque mediante una esquiva lateral, aunque no tan difícil si se movían verticalmente. Aun así esperaba dañar a al menos uno de los dos arrancars a la par de crear confusión en aquellos, separándolos, si se diese el caso, para enfrentarlos mejor.
Su mano izquierda estaba permanentemente asida a su costado. Debía tener unas cuantas costillas rotas, sino todas. Sus ropajes rojizos estaban casi completamente destruidos. Tan sólo unos cuantos jirones de tela le colgaban aun de los hombros, dejando entrever los vendajes que cubrían su cuerpo desde el abdomen hasta las rodillas. Dificilmente se sostenía en pie, pero cuando vio aparecer a las dos figuras extendió su mano libre y esperó. Su reiatsu estaba en niveles ínfimos, pero aun podría crear alguna complicación a aquellos arrancars. Una vez más cerca pudo observar a un joven moreno, con chaleco y aparentemente desarmado. El otro arrancar era aun más poderoso y parecía estar transformado, pues su apariencia estaba más cercana a la de un enorme lobo que a la de un humano. Esta última fue quien tomo la palabra, incitando a Karaiko-taicho a rendirse sin más. El Capitán de la División Quinta sonrió levemente en una grotesca mueca de lado, tras lo cual lanzó desde su mano alza un Hadō de bajo nivel, dirigido hacia aquel lobo. Intentar frenar a uno de ellos era su intención.
La ráfaga rozó al arrancar, y pareció herirlo levemente, aunque éste no pareció inmutarse. Karaiko sabía que aquello debía terminar pronto. Dadas sus condiciones físicas y espirituales, no aguantaría demasiado en un combate prolongado. Haciendo acopio de sus fuerzas, reunió una cantidad importante de reiatsu en sus brazos, juntando ambos frente a su cara, estirados. Al abandonar el contacto con el costado, una punzada de dolor le recorrió la espalda. Conteniéndose como pudo, pronunció el conjuro:
— Hadō 73. Sōren Sōkatsui. — musitó.
Aquel lobo se avalanzó sobre él cuando pronunciaba su kidō, pero esperaba poder cogerle desprevenido. Al momento de llamar al hadō, cuando sus manos comenzaron a brillar, separó los brazos, dibujando un haz de luz semicircular en el aire, gracias al movimiento circular de sus brazos, que quedaron extendidos en cruz. El haz de luz, tras un gran estruendo, expulsó un fuerte fuego azul que se expandía desde el centro, donde se encontraba el Capitán, hacia el exterior, ampliándose a medida que avanzaba. Era imposible evitar aquel ataque mediante una esquiva lateral, aunque no tan difícil si se movían verticalmente. Aun así esperaba dañar a al menos uno de los dos arrancars a la par de crear confusión en aquellos, separándolos, si se diese el caso, para enfrentarlos mejor.
Narrador- Post : 85
Edad : 44
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
Alexander se mantenía tras Okami-sama, firme, a la espera de la o las ordenes. Desde luego, aquella era una arrancar, cuanto menos, característica. Su porte animalesca, los sonidos que emitía, y todo lo demás, le hacía sentir que en vez de estar con una persona un tanto animalesca, estaba con una animal con ciertas cosas de persona.
La orden clara y directa le sacó en seco de sus banales cavilaciones. Un capitán... Al pronto, vio que semejante misión se les venía grande, y mientras lo pensaba, la arrancar corroboraba sus ideas. Pero bien era cierto que estaba herido, y que ellos eran Arrancars de alto nivel, fracciones. Quizá no el de un Espada, pero, el suficiente para que uno de esos pudiese apoyarse en ellos.
Después esperaron un rato más, Alexander no sabía cuanto pasó exactamente, volvió a sus cavilaciones, pero esta vez, fueron sobre la magnitud de la guerra que se libraba frente a ellos. Era inhumano, pero después de todo, ninguno de los participantes eran nada que se pareciese a un humano, mas que de aspecto, y otros muchos que ni tan siquiera eso.
Tras ese rato, Okami-sama dio una especie de recomendación, y marchó a la carrera. Casi parecía que la hubiesen disparado, pues estaba parada y al segundo siguiente corría como cuando mas. Alexander, se incorporó a la marcha, un poco por detrás, esta vez mas bien por limitaciones físicas que por respeto. Definitivamente, era mas animal que humana. Sus dudas no tardaron en aclararse, en cuanto apareció a lo lejos la figura del capitán, Okami-sama, desenvainó su zampakutou y, junto con la conveniente invocación, lanzó su resurrección sin dudar. Se dobló a si misma en tamaño, su cuerpo se cubrió de pelo y en ningún momento apartó de su cara su sonrisa literalmente lobuna. La única diferencia con el noble animal que es el lobo, es que ella, se sostenía sobre sus patas traseras. - Y tanto que era animalesca... -.
A decir verdad, no esperaba que fuese tan literalmente un animal, pero, ¿Que podía decir Folk? Después de todo él era mas una araña que un ser humano, aunque sabía manejarse bastante bien como lo segundo.
Folk hizo un gesto de asombro y nada más, esperando a ver la reacción de ambos participantes en el inminente combate.
Intercambiaron unas palabras, y tras el primer hadou del capitán y la consecuente reacción de Okami-sama, Folk, también se lanzó a la carrera, pero aprovechando lo llamativo de la corpulenta Okami, inició su movimiento hacia su flanco izquierdo, de tal modo que tras trazar una amplia semicircunferencia, se encontraría en el flanco derecho del capitán, que estaría demasiado entretenido con su principal rival. Después llegó el segundo hadou. Cubría una amplia zona por delante del que efectuó dicho ataque, y había que reconocer que era de inmejorable potencia aun contando con su estado, pero requería usar ambos brazos, y, porque no decirlo, le dejaba ligeramente desprotegido. Lo suficiente para que en cuanto finalizase el torrente de reiatsu, Folk, ya se encontraría detrás suya, habiéndole atado ambos brazos, dejando su cuerpo en cruz y si tuviese la oportunidad, pisándole el centro de la espalda para que sus brazos estuviesen tirantes hacia atrás, inmovilizándolo, y dejando su tórax completamente expuesto a disposición de Okami-sama.
La orden clara y directa le sacó en seco de sus banales cavilaciones. Un capitán... Al pronto, vio que semejante misión se les venía grande, y mientras lo pensaba, la arrancar corroboraba sus ideas. Pero bien era cierto que estaba herido, y que ellos eran Arrancars de alto nivel, fracciones. Quizá no el de un Espada, pero, el suficiente para que uno de esos pudiese apoyarse en ellos.
Después esperaron un rato más, Alexander no sabía cuanto pasó exactamente, volvió a sus cavilaciones, pero esta vez, fueron sobre la magnitud de la guerra que se libraba frente a ellos. Era inhumano, pero después de todo, ninguno de los participantes eran nada que se pareciese a un humano, mas que de aspecto, y otros muchos que ni tan siquiera eso.
Tras ese rato, Okami-sama dio una especie de recomendación, y marchó a la carrera. Casi parecía que la hubiesen disparado, pues estaba parada y al segundo siguiente corría como cuando mas. Alexander, se incorporó a la marcha, un poco por detrás, esta vez mas bien por limitaciones físicas que por respeto. Definitivamente, era mas animal que humana. Sus dudas no tardaron en aclararse, en cuanto apareció a lo lejos la figura del capitán, Okami-sama, desenvainó su zampakutou y, junto con la conveniente invocación, lanzó su resurrección sin dudar. Se dobló a si misma en tamaño, su cuerpo se cubrió de pelo y en ningún momento apartó de su cara su sonrisa literalmente lobuna. La única diferencia con el noble animal que es el lobo, es que ella, se sostenía sobre sus patas traseras. - Y tanto que era animalesca... -.
A decir verdad, no esperaba que fuese tan literalmente un animal, pero, ¿Que podía decir Folk? Después de todo él era mas una araña que un ser humano, aunque sabía manejarse bastante bien como lo segundo.
Folk hizo un gesto de asombro y nada más, esperando a ver la reacción de ambos participantes en el inminente combate.
Intercambiaron unas palabras, y tras el primer hadou del capitán y la consecuente reacción de Okami-sama, Folk, también se lanzó a la carrera, pero aprovechando lo llamativo de la corpulenta Okami, inició su movimiento hacia su flanco izquierdo, de tal modo que tras trazar una amplia semicircunferencia, se encontraría en el flanco derecho del capitán, que estaría demasiado entretenido con su principal rival. Después llegó el segundo hadou. Cubría una amplia zona por delante del que efectuó dicho ataque, y había que reconocer que era de inmejorable potencia aun contando con su estado, pero requería usar ambos brazos, y, porque no decirlo, le dejaba ligeramente desprotegido. Lo suficiente para que en cuanto finalizase el torrente de reiatsu, Folk, ya se encontraría detrás suya, habiéndole atado ambos brazos, dejando su cuerpo en cruz y si tuviese la oportunidad, pisándole el centro de la espalda para que sus brazos estuviesen tirantes hacia atrás, inmovilizándolo, y dejando su tórax completamente expuesto a disposición de Okami-sama.
Alexander Folk- Desaparecido
- Post : 262
Edad : 35
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
Aquel veterano Capitán, curtido un centenar de batallas, estaba dispuesto a dar cuantas más dentelladas pudiera antes de que la muerte le sobreviniera. La muerte, su herramienta de trabajo, su definición como ser espiritual y que ahora esperaba sobre él, ansiosa por hacer desvanecer hasta la última gota de aquel formidable reiatsu.
Sin embargo, como era de esperar, el experimentado Capitán de la Quinta División no iba a ceder su maltrecho cuerpo en bandeja de plata. Su nivel espiritual estaba bajo mínimos. Los dos arrancars a los que se enfrentaban le superaban con creces en reiatsu, pero carecían de algo que Karaiko-taicho rezumaba por cada centímetro de su cerebro. Experiencia, una larga experiencia en batalla. Muchos shinigamis le debían la vida a aquel Capitán y a su división. Sus barreras defensivas habían contenido infindad de ceros y otros ataques que habrían devastado numerosas almas. Si algo sabía hacer bien en batalla aquel experimentado shinigami era cubrirse las espaldas. Por eso cuando el arrancar de vestimentas occidentales desapareció de su vista media sonrisa se dibujó en su rostro, en un gesto algo arrogante.
Ese arrancar había cometido un tremendo error subestimando a tal contrincante. Aquella movimiento fue leído con tal facilidad por los ojos de Karaiko que incluso una pizca de desilusión se despertó en su vientre por tan, a priori, novel contrincante. Cuando el cuerpo del arrancar se volvió a materializar tras el sonido en la espalda del capitán, éste cerró su puño y la enmarañada red de energía espiritual formada por el bakudō Fushibi y oculta a simple vista por el conjuro Kyakko. Sus ágiles manos habían formado aquella telaraña de kidō justo después de disparar el hadō, anteponiéndose a los movimientos del arrancar. Sabía que en la cercanía tenía desventaja, por lo que tejió esa red alrededor suya para cuidarse su propia espalda nunca mejor dicho. Folk había quedado atrapado al intentar capturar al shinigami. Ironías del campo de batalla. En aquella red permanecería inmóvil por escasos minutos, teniendo en cuenta su reiatsu y el nivel actual de Karaiko-taicho. Pero eso le importaba poco a nuestro capitán, un sólo ataque bastaría para sumar un hollow más a su cuenta personal.
— ¿Un ataque directo? — preguntó incrédulo. — Si todos los arrancars que seguís en pies son tan predecibles como tú, esta guerra acabará pronto. — comentó arrogante, mientras se acercaba al hollow caminando grácilmente por el aire, como si del suelo se tratase. Fue entonces cuando Karaiko se percató de las arañas que rodeaban a Folk y una ráfaga de imágenes e informes pasó por su mente. — Así que tu eres el responsable de aquellas misteriosas arañas. Que paradoja pues: la araña cazada en la telaraña. Podré hacer algo provechoso al fin quitándo de en medio a tan molesto insecto. — el shinigami había llegado junto al cuerpo inmóvil de Alexander. Estiró su brazo y posando su dedo derecho en el centro de su pecho pronunció. — Hadō 4, Byakurai.
Sin embargo, como era de esperar, el experimentado Capitán de la Quinta División no iba a ceder su maltrecho cuerpo en bandeja de plata. Su nivel espiritual estaba bajo mínimos. Los dos arrancars a los que se enfrentaban le superaban con creces en reiatsu, pero carecían de algo que Karaiko-taicho rezumaba por cada centímetro de su cerebro. Experiencia, una larga experiencia en batalla. Muchos shinigamis le debían la vida a aquel Capitán y a su división. Sus barreras defensivas habían contenido infindad de ceros y otros ataques que habrían devastado numerosas almas. Si algo sabía hacer bien en batalla aquel experimentado shinigami era cubrirse las espaldas. Por eso cuando el arrancar de vestimentas occidentales desapareció de su vista media sonrisa se dibujó en su rostro, en un gesto algo arrogante.
Ese arrancar había cometido un tremendo error subestimando a tal contrincante. Aquella movimiento fue leído con tal facilidad por los ojos de Karaiko que incluso una pizca de desilusión se despertó en su vientre por tan, a priori, novel contrincante. Cuando el cuerpo del arrancar se volvió a materializar tras el sonido en la espalda del capitán, éste cerró su puño y la enmarañada red de energía espiritual formada por el bakudō Fushibi y oculta a simple vista por el conjuro Kyakko. Sus ágiles manos habían formado aquella telaraña de kidō justo después de disparar el hadō, anteponiéndose a los movimientos del arrancar. Sabía que en la cercanía tenía desventaja, por lo que tejió esa red alrededor suya para cuidarse su propia espalda nunca mejor dicho. Folk había quedado atrapado al intentar capturar al shinigami. Ironías del campo de batalla. En aquella red permanecería inmóvil por escasos minutos, teniendo en cuenta su reiatsu y el nivel actual de Karaiko-taicho. Pero eso le importaba poco a nuestro capitán, un sólo ataque bastaría para sumar un hollow más a su cuenta personal.
— ¿Un ataque directo? — preguntó incrédulo. — Si todos los arrancars que seguís en pies son tan predecibles como tú, esta guerra acabará pronto. — comentó arrogante, mientras se acercaba al hollow caminando grácilmente por el aire, como si del suelo se tratase. Fue entonces cuando Karaiko se percató de las arañas que rodeaban a Folk y una ráfaga de imágenes e informes pasó por su mente. — Así que tu eres el responsable de aquellas misteriosas arañas. Que paradoja pues: la araña cazada en la telaraña. Podré hacer algo provechoso al fin quitándo de en medio a tan molesto insecto. — el shinigami había llegado junto al cuerpo inmóvil de Alexander. Estiró su brazo y posando su dedo derecho en el centro de su pecho pronunció. — Hadō 4, Byakurai.
Narrador- Post : 85
Edad : 44
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
Un aroma invadía el aire. Supuso que sería la fragancia de los reiatsus que se apagaban uno a uno a su alrededor pero tenía el mismo olor que ese maldito capitán shinigami. La velocidad a la que se movía la arrancar era bastante superior al ser tan grande y de un salto bastante potente logró esquivar el hadou aunque por escasos centímetros. Ese era el poder de un capitán. La loba gruñó levemente y decidió dejar que Folk hiciera el primer movimiento observó como poco a poco quedaba atrapado en una red de kidou.
"Así que era eso..." pensó la arrancar cayendo justo en la frontera de la zona de seguridad que había delimitado el capitán.
Volvió a relamer su hocico al ver que el capitán se giró sobre sí mismo para encarar a Folk pensando que ella haría lo mismo que el joven mayordomo. Su cuerpo desapareció de la vista de Folk con una sonrisa sádica en la cara para su sorpresa. Le había abandonado aquella que ahora era su señora? De pronto justo antes de que el reiatsu se concentrara en la punta del dedo del capitán una gran garra salió de la nada acompañado del resto del cuerpo de la arrancar que no dudó en hundir sus fauces en el hombro derecho del capitán mordiendo ferozmente haciendo que errara el golpe que aún así hizo una herida en el costado de Folk sin poder evitarlo la enorme lupina.
Con sus garras firmemente apretadas en torno a sus brazos y sus colmillos hundidos en la carne del capitán volvió a apretar sus mandíbulas hasta notar como algunos de sus huesos crujían hasta partirse. La sangre de aquel poderoso shinigami llenándole la boca haciendo que los tatuajes verdes de su cuerpo se iluminaran tenuemente.
-Apartar los ojos del cazador más fiero es un error de novato, taicho... -dijo la voz profunda y cavernosa del gran lupino que estaba tras el shinigami la sangre cayendo por los lados de su hocico deleitándose con su sabor.
"Así que era eso..." pensó la arrancar cayendo justo en la frontera de la zona de seguridad que había delimitado el capitán.
Volvió a relamer su hocico al ver que el capitán se giró sobre sí mismo para encarar a Folk pensando que ella haría lo mismo que el joven mayordomo. Su cuerpo desapareció de la vista de Folk con una sonrisa sádica en la cara para su sorpresa. Le había abandonado aquella que ahora era su señora? De pronto justo antes de que el reiatsu se concentrara en la punta del dedo del capitán una gran garra salió de la nada acompañado del resto del cuerpo de la arrancar que no dudó en hundir sus fauces en el hombro derecho del capitán mordiendo ferozmente haciendo que errara el golpe que aún así hizo una herida en el costado de Folk sin poder evitarlo la enorme lupina.
Con sus garras firmemente apretadas en torno a sus brazos y sus colmillos hundidos en la carne del capitán volvió a apretar sus mandíbulas hasta notar como algunos de sus huesos crujían hasta partirse. La sangre de aquel poderoso shinigami llenándole la boca haciendo que los tatuajes verdes de su cuerpo se iluminaran tenuemente.
-Apartar los ojos del cazador más fiero es un error de novato, taicho... -dijo la voz profunda y cavernosa del gran lupino que estaba tras el shinigami la sangre cayendo por los lados de su hocico deleitándose con su sabor.
Okami- Arrancar Lujuria
- Post : 609
Edad : 39
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
Había caído de lleno en la trampa del capitán, y sus intentos de desenredarse fueron en vano, siendo enredada la araña en tela de araña. A la cara del siempre calmado Folk asomó un gesto de incomodidad al verse y sentirse atado a la espalda del capitán, teniéndolo tan cerca, y tan lejos a la vez.
No era tan malo, si se mantenía calmado solo necesitaría unos segundos para salir de ahí, las redes eran su especialidad. Y esos segundos, estaría encargándose de Okami-sama. Para cuando fuese a atacarle, Folk ya no estaría ahí.
Pero el capitán no actuó según lo previsto, sino que se volvió, seguramente pensando que Okami-sama también caería en la trampa. Fue entonces cuando Okami pareció percatarse de la trampa y, a ojos de Folk, se disolvió" haciendo que semejante inmenso animal desapareciese delante de sus ojos. El capitán, a poco más de un metro de Folk, colocó su dedo en el torso del mismo para lanzar su conjuro.
- ¡Mierda! - fue lo único que le dio tiempo a pensar antes de que la inmensa lupina apareciese justo detrás del capitán propinándole un terrible mordisco que le abarcaba desde el hombro hasta el centro del pecho. Okami-sama no solo era una loba, era una loba con inteligencia humana y con casi 3 metros de altura. No logró detener el hadou pero si desviarlo, haciendo que impactase en la parte baja del costillar de Folk, que le hizo que le hizo propinar un ahogado y contenido alarido.
Con un ligero juego de dedos, cortó la red que le atrapaba, y se retiraba del atrapado capitán. Ahora disfrutaba la escena a unos metros con una de sus rodillas clavadas en el suelo. Se quitó uno de sus guantes con elegancia para guardarlo en el bolsillo de su pantalón, y con la mano descubierta, presionarse la sangrante herida. No necesito mirarse la mano para saber cuanto sangraba.
- De acuerdo, creo que es mi turno - dijo con su característica voz pausada, aunque la voz sonó como... metálica. - Atrápale en tus redes... Tejedora. - dijo con una voz aun más metálica al tiempo que se giraba. Comenzaba su transformación, su resurrección. Se oscureció su cuerpo, crecieron cuatro nuevas extremidades en su abdomen, que le elevaban los pies del suelo, su cuerpo convulsionaba, al tiempo que se agrandaba, sus articulaciones giraban hacia donde las de un humano no lo harían, se oía el crujir de los huesos y sus piernas se hacen finas, largas y negras, y sus brazos robustos y casi del tamaño de una persona, para luego empezar a brotar manchas rojas por el inmenso cuerpo arácnido. Finalmente se transformó su cabeza ahora negra, de cuya frente brotaron dos largos y retorcidos cuernos. Se volvió y miró al capitán, ahora pequeño, al tiempo que sus ojos se tornaba amarillos y sus pupilas se hacían alargadas.
- No se si vas a poder contra los dos ahora... dijo con una voz completamente distinta y metálica, alargando un poco algunas vocales.
Se retiró un poco, clavando las afiladas patas en la arena y de debajo del capitán brotaron gruesos hilos de tela de araña, dispuestos a apresarle las extremidades, que serían prácticamente imposibles de esquivar estando apresado tal y como lo estaba en ese momento.
[OFF: Ves? ya me has hecho liberar.... Siento el retraso, pero creí que le tocaba a Karaiko. A ver como te escapas de esta muchacho...]
No era tan malo, si se mantenía calmado solo necesitaría unos segundos para salir de ahí, las redes eran su especialidad. Y esos segundos, estaría encargándose de Okami-sama. Para cuando fuese a atacarle, Folk ya no estaría ahí.
Pero el capitán no actuó según lo previsto, sino que se volvió, seguramente pensando que Okami-sama también caería en la trampa. Fue entonces cuando Okami pareció percatarse de la trampa y, a ojos de Folk, se disolvió" haciendo que semejante inmenso animal desapareciese delante de sus ojos. El capitán, a poco más de un metro de Folk, colocó su dedo en el torso del mismo para lanzar su conjuro.
- ¡Mierda! - fue lo único que le dio tiempo a pensar antes de que la inmensa lupina apareciese justo detrás del capitán propinándole un terrible mordisco que le abarcaba desde el hombro hasta el centro del pecho. Okami-sama no solo era una loba, era una loba con inteligencia humana y con casi 3 metros de altura. No logró detener el hadou pero si desviarlo, haciendo que impactase en la parte baja del costillar de Folk, que le hizo que le hizo propinar un ahogado y contenido alarido.
Con un ligero juego de dedos, cortó la red que le atrapaba, y se retiraba del atrapado capitán. Ahora disfrutaba la escena a unos metros con una de sus rodillas clavadas en el suelo. Se quitó uno de sus guantes con elegancia para guardarlo en el bolsillo de su pantalón, y con la mano descubierta, presionarse la sangrante herida. No necesito mirarse la mano para saber cuanto sangraba.
- De acuerdo, creo que es mi turno - dijo con su característica voz pausada, aunque la voz sonó como... metálica. - Atrápale en tus redes... Tejedora. - dijo con una voz aun más metálica al tiempo que se giraba. Comenzaba su transformación, su resurrección. Se oscureció su cuerpo, crecieron cuatro nuevas extremidades en su abdomen, que le elevaban los pies del suelo, su cuerpo convulsionaba, al tiempo que se agrandaba, sus articulaciones giraban hacia donde las de un humano no lo harían, se oía el crujir de los huesos y sus piernas se hacen finas, largas y negras, y sus brazos robustos y casi del tamaño de una persona, para luego empezar a brotar manchas rojas por el inmenso cuerpo arácnido. Finalmente se transformó su cabeza ahora negra, de cuya frente brotaron dos largos y retorcidos cuernos. Se volvió y miró al capitán, ahora pequeño, al tiempo que sus ojos se tornaba amarillos y sus pupilas se hacían alargadas.
- No se si vas a poder contra los dos ahora... dijo con una voz completamente distinta y metálica, alargando un poco algunas vocales.
Se retiró un poco, clavando las afiladas patas en la arena y de debajo del capitán brotaron gruesos hilos de tela de araña, dispuestos a apresarle las extremidades, que serían prácticamente imposibles de esquivar estando apresado tal y como lo estaba en ese momento.
[OFF: Ves? ya me has hecho liberar.... Siento el retraso, pero creí que le tocaba a Karaiko. A ver como te escapas de esta muchacho...]
Última edición por Alexander Folk el Lun Ene 11, 2010 4:26 am, editado 1 vez
Alexander Folk- Desaparecido
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Edad : 35
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
Nuestro Capitán, protagonista de la historia que nos acontece, parecía que había pecado de arrogancia, algo cuanto menos inusual en su persona. La lobuna arrancar se las había apañado para sortear la red de kidoh de Karaiko-taicho y llegar a su espalda con tal rapidez que no pudo asestar el golpe mortal que debía recibir el hollow frente a él.
Las enormes fauces de aquella gigantesca loba se clavaron sin compasión en el hombro del Capitán, desgarrando piel y carne, quebrando al mismo tiempo varios huesos. Una descarga enorme e insoportable de dolor recorrió la espalda del Capitán, llegando a influir incluso en su reiatsu. El shinigami tuvo que morderse la lengua para evitar que un estruendoso grito se escapara de entre sus labios. El hado que tenía preparado, al no disponer de la suficiente energía espiritual debido al mordisco, se vio mermado, apagándose poco a poco. Lo que debió ser una ráfaga eléctrica que destruyera por completo la mitad superior del cuerpo de Folk cambió a un rayo de mucho menos calibre. Además, el dolor hizo que Karaiko, involuntariamente, desplazara su brazo hacia el hombro mordido, por lo que el hado pasó de intentar golpear el torso del arrancar aracnoide a golpear su costado. Aun así las heridas eran bastante graves para un humano o shinigami, aunque tratándose de un arrancar tan poderoso no sería de extrañar que se autoregenerara casi al instante aquel hueco que había dejado en su abdomen.
Aun presa de aquel enorme bocado y perdiendo cantidades alarmantes de sangre, el capitán pudo ver como su red, su trampa, se debilitaba por momentos, dejando escapar al arrancar al que casi asesina en pocos instantes. Sabía que debía apartar de sí a aquel monstruo que desgarraba su cuerpo para tener tan si quiera alguna oportunidad de sobrevivir un minuto más a aquella batalla que, cada vez más claro parecía, iba a tomar la vida de aquel veterano shinigami. Con el brazo que aun tenía libre echó mano del mango de su arma y, a través de un movimiento continuado, la liberó de su vaina y se la clavó en el magullado hombro. Sabía que poco se podía salvar de aquella parte de su cuerpo, por lo que con aquel ataque intentaba alcanzar el rostro de su contrincante o zafarse, al menos, de su presa.
Con su kampakuto clavada en el hombro y la cabeza de aquella arrancar ensartarda en ella o no, Karaiko pudo observar del soslayo como su antiguo prisionero, ahora libre, pronunciaba las palabras de su Resurrección y se transformaba en un inmenso monstruo con aspecto arácnido. Fue entonces cuando las remotas esperanzas de salir con vida de todo aquello que aun conservaba nuestro Capitán se esfumaron.
A través de un shumpo intentaría a continuación establecer algunos metros entre aquellos dos enormes adversarios. Dadas su corpulencia y el estado actual del Capitán, sólo sus ataques a distancia podrían servir de algo. Sin embargo no vio aparecer justo debajo suya aquella tela de araña que intentaba apresarlo. No había levantado a penas los pies del suelo cuando algunos de aquellos hilos le apresaron un pie, aunque no todos, pero sí los suficientes para evitar su shumpo. Reaccionando con rapidez asestó un corte junto a sus tobillos, concentrando como buenamente pudo algo de reiatsu en la hoja de su espada para sesgar aquello que lo retenía, para luego escapar saltando hacia atrás.
Cayendo pocos metros atrás y aterrizando como pudo, adquirió una posición ofensiva, con su arma sostenida por el brazo aun intacto y con el otro inservible para siempre, se propuso enfrentar a aquellas bestias. Concentrándose fue reuniendo el reiatsu necesario para liberar su shikai, aunque en su estado actual le llevaría bastante tiempo.
Las enormes fauces de aquella gigantesca loba se clavaron sin compasión en el hombro del Capitán, desgarrando piel y carne, quebrando al mismo tiempo varios huesos. Una descarga enorme e insoportable de dolor recorrió la espalda del Capitán, llegando a influir incluso en su reiatsu. El shinigami tuvo que morderse la lengua para evitar que un estruendoso grito se escapara de entre sus labios. El hado que tenía preparado, al no disponer de la suficiente energía espiritual debido al mordisco, se vio mermado, apagándose poco a poco. Lo que debió ser una ráfaga eléctrica que destruyera por completo la mitad superior del cuerpo de Folk cambió a un rayo de mucho menos calibre. Además, el dolor hizo que Karaiko, involuntariamente, desplazara su brazo hacia el hombro mordido, por lo que el hado pasó de intentar golpear el torso del arrancar aracnoide a golpear su costado. Aun así las heridas eran bastante graves para un humano o shinigami, aunque tratándose de un arrancar tan poderoso no sería de extrañar que se autoregenerara casi al instante aquel hueco que había dejado en su abdomen.
Aun presa de aquel enorme bocado y perdiendo cantidades alarmantes de sangre, el capitán pudo ver como su red, su trampa, se debilitaba por momentos, dejando escapar al arrancar al que casi asesina en pocos instantes. Sabía que debía apartar de sí a aquel monstruo que desgarraba su cuerpo para tener tan si quiera alguna oportunidad de sobrevivir un minuto más a aquella batalla que, cada vez más claro parecía, iba a tomar la vida de aquel veterano shinigami. Con el brazo que aun tenía libre echó mano del mango de su arma y, a través de un movimiento continuado, la liberó de su vaina y se la clavó en el magullado hombro. Sabía que poco se podía salvar de aquella parte de su cuerpo, por lo que con aquel ataque intentaba alcanzar el rostro de su contrincante o zafarse, al menos, de su presa.
Con su kampakuto clavada en el hombro y la cabeza de aquella arrancar ensartarda en ella o no, Karaiko pudo observar del soslayo como su antiguo prisionero, ahora libre, pronunciaba las palabras de su Resurrección y se transformaba en un inmenso monstruo con aspecto arácnido. Fue entonces cuando las remotas esperanzas de salir con vida de todo aquello que aun conservaba nuestro Capitán se esfumaron.
A través de un shumpo intentaría a continuación establecer algunos metros entre aquellos dos enormes adversarios. Dadas su corpulencia y el estado actual del Capitán, sólo sus ataques a distancia podrían servir de algo. Sin embargo no vio aparecer justo debajo suya aquella tela de araña que intentaba apresarlo. No había levantado a penas los pies del suelo cuando algunos de aquellos hilos le apresaron un pie, aunque no todos, pero sí los suficientes para evitar su shumpo. Reaccionando con rapidez asestó un corte junto a sus tobillos, concentrando como buenamente pudo algo de reiatsu en la hoja de su espada para sesgar aquello que lo retenía, para luego escapar saltando hacia atrás.
Cayendo pocos metros atrás y aterrizando como pudo, adquirió una posición ofensiva, con su arma sostenida por el brazo aun intacto y con el otro inservible para siempre, se propuso enfrentar a aquellas bestias. Concentrándose fue reuniendo el reiatsu necesario para liberar su shikai, aunque en su estado actual le llevaría bastante tiempo.
Narrador- Post : 85
Edad : 44
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
El sabor de la sangre hacía que el cuerpo de la arrancar brillara con un tono verde tóxico. Sus tatuajes que recorrían el enorme cuerpo de la lupina se veían peligrosos y venenosos. Ahora ambos arrancar tenían su forma liberada y con cierta aprobación observó a Folk con su nueva forma. Muy propio de Alina elegir a alguien con dichas cualidades. Cada vez le gustaba más aquel mayordomo.
Sentía los huesos del capitán crujir bajos sus fauces y los músculos desgarrarse por sus afilados colmillos. Aquello dejaría al capitán bastante mermado y su reiatsu se vió afectado.
-"Mejor... A ver si así deja de lanzar rayitos..." -pensó la arrancar antes de que viera como la zanpakutou del capitán se acercaba peligrosamente hacia su hocico.
En un movimiento rápido consiguió liberar el maltrecho cuerpo de Karaiko-taicho de su agarre y maldijo en su fuero interno la capacidad de sacrificio de los shinigami con tanta experiencia. De todos modos Folk volvía a ser útil evitando que el capitán se alejara demasiado de ellos y lo observó alejarse de los dos arrancar. Okami le dedicó una mirada a Folk en su postura para luego volver a mirar al capitán. Sentía el reiatsu fluir hacia su zanpakutou y aquello solo podía significar que liberaría pronto el shikai. Si le seguía dejando esforzarse podría caer inconsciente por la falta de energía y morir.
-Tenemos que llevárnoslo con vida, no quiero tener que escuchar a ese maldito ruso quejarse de la pérdida... -dijo la malhumorada lupina girándose hacia el capitán. -Sea como sea, no lo mates...
Entonces la lupina se inclinó hacia delante colocando sus manos en el suelo acuclillándose relamiendo la sangre que se mantenía en su hocico lanzando un rugido al capitán antes de salir a la carrera directamente hacia él corriendo de manera vertiginosa. Sus garras se clavaban en la arena fuertemente levantándola a su paso pegando un salto para lanzarse desde arriba sobre el maltrecho capitán. Sabía que le intentaría esquivar que haría todo lo posible por no sentir sus garras o sus dientes en su carne de nuevo. Lo leía en sus ojos. Era Folk quien tenía que apresarle. Ella le daría la oportunidad precisa para que lo hiciera.
Sentía los huesos del capitán crujir bajos sus fauces y los músculos desgarrarse por sus afilados colmillos. Aquello dejaría al capitán bastante mermado y su reiatsu se vió afectado.
-"Mejor... A ver si así deja de lanzar rayitos..." -pensó la arrancar antes de que viera como la zanpakutou del capitán se acercaba peligrosamente hacia su hocico.
En un movimiento rápido consiguió liberar el maltrecho cuerpo de Karaiko-taicho de su agarre y maldijo en su fuero interno la capacidad de sacrificio de los shinigami con tanta experiencia. De todos modos Folk volvía a ser útil evitando que el capitán se alejara demasiado de ellos y lo observó alejarse de los dos arrancar. Okami le dedicó una mirada a Folk en su postura para luego volver a mirar al capitán. Sentía el reiatsu fluir hacia su zanpakutou y aquello solo podía significar que liberaría pronto el shikai. Si le seguía dejando esforzarse podría caer inconsciente por la falta de energía y morir.
-Tenemos que llevárnoslo con vida, no quiero tener que escuchar a ese maldito ruso quejarse de la pérdida... -dijo la malhumorada lupina girándose hacia el capitán. -Sea como sea, no lo mates...
Entonces la lupina se inclinó hacia delante colocando sus manos en el suelo acuclillándose relamiendo la sangre que se mantenía en su hocico lanzando un rugido al capitán antes de salir a la carrera directamente hacia él corriendo de manera vertiginosa. Sus garras se clavaban en la arena fuertemente levantándola a su paso pegando un salto para lanzarse desde arriba sobre el maltrecho capitán. Sabía que le intentaría esquivar que haría todo lo posible por no sentir sus garras o sus dientes en su carne de nuevo. Lo leía en sus ojos. Era Folk quien tenía que apresarle. Ella le daría la oportunidad precisa para que lo hiciera.
Okami- Arrancar Lujuria
- Post : 609
Edad : 39
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
Jejeje... Se reía para sí el arácnido con su característica voz metálica. Si bien el capitán se encerró en una red de araña para que no se pudiese entrar, esta vez Folk había encerrado a los 3 en una de esas inspirado por la idea del susodicho, en un perímetro relativamente pequeño. Brotaban los hilos del final de su abdomen, pasaban por los cristalinos árboles esparcidos por la zona, y volvía al cuerpo de Folk, haciendo una cúpula a modo de ring de lucha libre, que delimitaba el campo de batalla.
En estas redes quedó atrapado su brazo, el ahora inútil, debido al balanceo de un cuerpo inmóvil sostenido por un único punto, pero seguramente aun no supiese que estaba sujeto, así que cuando tratase de apartarse para sobrevivir al ataque lupino, notaría su agarre, y solo tendría dos opciones, seccionar del todo su brazo, o anular su shikai y tratar de defenderse sin moverse. En ambos casos, seguramente ya fuese demasiado tarde y Okami-sama, ya estaría encima suya, mordisqueándole el brazo que le queda.
[Off, siento que sea tan cortillo, pero no me voy a meter por medio, así que no tengo mucho mas que decir]
En estas redes quedó atrapado su brazo, el ahora inútil, debido al balanceo de un cuerpo inmóvil sostenido por un único punto, pero seguramente aun no supiese que estaba sujeto, así que cuando tratase de apartarse para sobrevivir al ataque lupino, notaría su agarre, y solo tendría dos opciones, seccionar del todo su brazo, o anular su shikai y tratar de defenderse sin moverse. En ambos casos, seguramente ya fuese demasiado tarde y Okami-sama, ya estaría encima suya, mordisqueándole el brazo que le queda.
[Off, siento que sea tan cortillo, pero no me voy a meter por medio, así que no tengo mucho mas que decir]
Alexander Folk- Desaparecido
- Post : 262
Edad : 35
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
Como Karaiko había supuesto, muy a su pesar, la suerte no le acompañaba demasiado y su resistencia no estaba a la altura de las circunstancias, por lo que no pudo reunir el reiatsu necesario para liberar su shikai antes de la siguiente envestida de aquel gigantesco lobo. El arrancar caía desde el cielo con fiereza. El Capitán no estaba en condiciones de usar kido por sí solo nunca más, pero aun podía valerse de él a través de su leal kampakuto, Majutsu Shi.
El poco reiatsu que restaba en el maltrecho cuerpo de nuestro Capitán se estaba concentrando poco a poco en su único brazo hábil. Karaiko-taicho esperaba el momento justo para que Okami no pudiera volver a usar su habilidad y evadir de nuevo su ataque. Fue en el último momento cuando su espada se iluminó y Karaiko pronunció el conjuro:
— Hado 88: Shiryū Gekizoku Shintenraihō. — gritó.
De la punta de su kampakuto, erigida al cielo, directamente hacia el monstruoso lobo que le atacaba, nació una chispa que pronto creció en un enorme descarga eléctrica, tomando la forma de un dragón gigantesco que se acercaba a la arrancar a vertiginosa velocidad. Karaiko-taicho sonrió. Esa era su última opción para intentar algo. Hora de gastar su último cartucho.
Dio un paso atrás, aprovechando el ataque a Okami, y cerró los ojos, sujetando su arma frente a él, con la punta apuntando hacia el suelo. Se concentró un segundo y reunió las pocas fuerzas que le quedaban. Era un momento clave, debía aguantar, debía usar bien el poco reiatsu que le quedaba y plantar cara por última vez. Quien sabe, con un poco de suerte podría incluso herirlos lo suficiente como para escapar milagrosamente de allí.
— Sōki sa seru, Majutsu Shi. — "conjura, Hechiera", ordenó Karaiko, y su shikai se liberó.
Su katana negra comenzó a brillar y se elongó, hasta formar una vara recta que casi en su ápice se bifurcaba en dos cabezas de dragón, cuyas bocas se apuntaban, formando una pequeña pero luminosa chispa entre ellas. Sin embargo el último resquicio de esperanza de nuestro malherido capitán se desvaneció junto a su shikai.
La kampakuto recuperó su forma original, tras brillar de nuevo, resbalándose de las débiles manos de Karaiko-sama, clavándose en el suelo que lo vería claudicar. Hincó una rodilla en el suelo. Abrió los ojos pero no alcanzó a ver nada, tan sólo la más pura blancura. "¿Es esto el cielo?", pensó. "Idiota, siempre estuviste en él. Ésto es el infierno.", le confesó su compañera de fatigas, junto a la que el cuerpo de Karaiko acabó por derrumbarse, inconsciente.
________________________________
OFF: Siento la enorme tardanza. Espero que os guste el final de Karaiko-sama. ^^
El poco reiatsu que restaba en el maltrecho cuerpo de nuestro Capitán se estaba concentrando poco a poco en su único brazo hábil. Karaiko-taicho esperaba el momento justo para que Okami no pudiera volver a usar su habilidad y evadir de nuevo su ataque. Fue en el último momento cuando su espada se iluminó y Karaiko pronunció el conjuro:
— Hado 88: Shiryū Gekizoku Shintenraihō. — gritó.
De la punta de su kampakuto, erigida al cielo, directamente hacia el monstruoso lobo que le atacaba, nació una chispa que pronto creció en un enorme descarga eléctrica, tomando la forma de un dragón gigantesco que se acercaba a la arrancar a vertiginosa velocidad. Karaiko-taicho sonrió. Esa era su última opción para intentar algo. Hora de gastar su último cartucho.
Dio un paso atrás, aprovechando el ataque a Okami, y cerró los ojos, sujetando su arma frente a él, con la punta apuntando hacia el suelo. Se concentró un segundo y reunió las pocas fuerzas que le quedaban. Era un momento clave, debía aguantar, debía usar bien el poco reiatsu que le quedaba y plantar cara por última vez. Quien sabe, con un poco de suerte podría incluso herirlos lo suficiente como para escapar milagrosamente de allí.
— Sōki sa seru, Majutsu Shi. — "conjura, Hechiera", ordenó Karaiko, y su shikai se liberó.
Su katana negra comenzó a brillar y se elongó, hasta formar una vara recta que casi en su ápice se bifurcaba en dos cabezas de dragón, cuyas bocas se apuntaban, formando una pequeña pero luminosa chispa entre ellas. Sin embargo el último resquicio de esperanza de nuestro malherido capitán se desvaneció junto a su shikai.
La kampakuto recuperó su forma original, tras brillar de nuevo, resbalándose de las débiles manos de Karaiko-sama, clavándose en el suelo que lo vería claudicar. Hincó una rodilla en el suelo. Abrió los ojos pero no alcanzó a ver nada, tan sólo la más pura blancura. "¿Es esto el cielo?", pensó. "Idiota, siempre estuviste en él. Ésto es el infierno.", le confesó su compañera de fatigas, junto a la que el cuerpo de Karaiko acabó por derrumbarse, inconsciente.
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OFF: Siento la enorme tardanza. Espero que os guste el final de Karaiko-sama. ^^
Narrador- Post : 85
Edad : 44
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
La arrancar descendía a una velocidad vertiginosa desde el aire sobre el herido capitán a una larga distancia. Con el golpe y el retroceso de Karaiko consiguió alejarse de sus zarpas aunque la sangre aún bañaba su hocico deseando aún más. Sus garras buscaban desgarrar de nuevo la carne del herido capitán pero debía contenerse. El suculento sabor del shinigami no sería para ella. Lástima.
Sin embargo, el exceso de confianza le jugó una mala pasada a la lupina. Aún cayendo por el aire, buscando no hacer demasiado daño al ya maltrecho enemigo, este elevó la zanpakutou recitando un hadou de bastante poderoso pero aún habiendo conocido por encima las habilidades de los shinigami, el estallido de reiatsu que la loba captó antes de que el dragón de rayo se formara la había pillado con la guardia completamente bajada. Había cometido un error, y la enorme descarga que recibió fue el castigo por su exceso de confianza.
El enorme crinos calló sobre la arena del desierto clavando una rodilla recuperando con dificultad el aliento notando sus músculos entumecerse. Gruñó fieramente y se levantó con cierta dificultad a tiempo para ver al capitán precipitarse contra el suelo desapareciendo su shikai en el momento en que tocaba la arena con el cuerpo. Aquel maldito capitán había luchado hasta las últimas instancias y le respetaba por aquello. Una presa digna de un poderoso cazador. Aquello hizo que la lupina gruñera caminando pesadamente hasta el shinigami. Cuando estuvo a su lado, selló su resurrección pudiéndose ver mejor las heridas que tenía en su cuerpo y chasqueó la lengua escupiendo algo de sangre a un lado molesta.
-Volvamos al Amanecer -dijo tomando al shinigami por el obi y girándose para con un sonido volver al castillo a terminar con su cometido.
Sin embargo, el exceso de confianza le jugó una mala pasada a la lupina. Aún cayendo por el aire, buscando no hacer demasiado daño al ya maltrecho enemigo, este elevó la zanpakutou recitando un hadou de bastante poderoso pero aún habiendo conocido por encima las habilidades de los shinigami, el estallido de reiatsu que la loba captó antes de que el dragón de rayo se formara la había pillado con la guardia completamente bajada. Había cometido un error, y la enorme descarga que recibió fue el castigo por su exceso de confianza.
El enorme crinos calló sobre la arena del desierto clavando una rodilla recuperando con dificultad el aliento notando sus músculos entumecerse. Gruñó fieramente y se levantó con cierta dificultad a tiempo para ver al capitán precipitarse contra el suelo desapareciendo su shikai en el momento en que tocaba la arena con el cuerpo. Aquel maldito capitán había luchado hasta las últimas instancias y le respetaba por aquello. Una presa digna de un poderoso cazador. Aquello hizo que la lupina gruñera caminando pesadamente hasta el shinigami. Cuando estuvo a su lado, selló su resurrección pudiéndose ver mejor las heridas que tenía en su cuerpo y chasqueó la lengua escupiendo algo de sangre a un lado molesta.
-Volvamos al Amanecer -dijo tomando al shinigami por el obi y girándose para con un sonido volver al castillo a terminar con su cometido.
Okami- Arrancar Lujuria
- Post : 609
Edad : 39
Re: La gran guerra desde retaguardia... [Flashback][TRAMA]
Y el maltrecho cuerpo del shinigami calló al suelo, fulminado, agotado tras el combate. Había sido digno, y seguramente, en vista de sus estado, en la guerra en sí, se habría llevado algunos arrancar por delante. Pero ya, su viejo y desvencijado cuerpo, había dado de sí todo lo que pudo, y finalmente, destrozado por el agotamiento, su unió a la moribunda arena.
Por otro lado, la inmensa lupina no se defendía mal. Para tener un cuerpo tan enorme lo manejaba con soltura, y sin desperdiciar ni una gota de su fabuloso potencial. De un solo mordisco casi le arranca el brazo a un capitán. Es una hazaña más que considerable, y casi debería arrancarlo del todo, y dejarlo de trofeo en su cuarto, pero visto su carácter, terminaría por comérselo. Era un capitán después de todo. Un sabroso y apetitoso capitán al que el mismísimo y correcto Folk, deseó hincarle el diente una vez en el suelo, aunque, entre su fuerza de voluntad, y lo rápido que Okami le cogió para llevárselo, pudo contenerse.
Alexander, en su forma de resurrección, no era tan ágil, debido a su gran tamaño, así que antes de partir revirtió su forma, entre crujir de huesos y articulaciones, fue menguando, menguando el color, el tono, las astas y las extremidades, volviendo al mayordomo, con las ropas desgarradas y varios hilos de sangre recorriendo su cuerpo.
De una forma o de otra, Okami, se había ganado el respeto de Folk en muy poco tiempo, que hasta ahora, solo Alina había sido capaz. Pero semejante poder, extasiaba a Folk, deseoso de más, y honorado de servir a semejante ser. Okami, pasó a convertirse para Folk en... - De acuerdo, Okami-sama -
Editado por Okami:
Por otro lado, la inmensa lupina no se defendía mal. Para tener un cuerpo tan enorme lo manejaba con soltura, y sin desperdiciar ni una gota de su fabuloso potencial. De un solo mordisco casi le arranca el brazo a un capitán. Es una hazaña más que considerable, y casi debería arrancarlo del todo, y dejarlo de trofeo en su cuarto, pero visto su carácter, terminaría por comérselo. Era un capitán después de todo. Un sabroso y apetitoso capitán al que el mismísimo y correcto Folk, deseó hincarle el diente una vez en el suelo, aunque, entre su fuerza de voluntad, y lo rápido que Okami le cogió para llevárselo, pudo contenerse.
Alexander, en su forma de resurrección, no era tan ágil, debido a su gran tamaño, así que antes de partir revirtió su forma, entre crujir de huesos y articulaciones, fue menguando, menguando el color, el tono, las astas y las extremidades, volviendo al mayordomo, con las ropas desgarradas y varios hilos de sangre recorriendo su cuerpo.
De una forma o de otra, Okami, se había ganado el respeto de Folk en muy poco tiempo, que hasta ahora, solo Alina había sido capaz. Pero semejante poder, extasiaba a Folk, deseoso de más, y honorado de servir a semejante ser. Okami, pasó a convertirse para Folk en... - De acuerdo, Okami-sama -
Editado por Okami:
Alexander Folk- Desaparecido
- Post : 262
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