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Nueva sangre a la arena
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Nueva sangre a la arena
Las salas del Amanecer estaban invadidas por un sepulcral silencio; los pasillos, antaños cargados de susurros sibilinos y conspiraciones contra semejantes, habían quedados devorados por aquella extraña ausencia de ruidos. La luz, que se colaba por pequeñas rendijas otorgaban a la sala principal de aquel palacio entre mares de arena, un aspecto lugubre y tétrico; la silla central, antaño con dueño se encontraba completamente vacía.
La vieja fracción estaba a la izquierda de la silla, escrutando las auras de los arrancars que aún seguían vivos. Estaba de brazos cruzados, plantada de frente a todo el que llegaba, con su habitual porte desafiante y uno de sus retoños pegado a sus pies, enrollando sus tentáculos alrededor de su pierna. Los gorgojeos de la criatura se convirtieron en el único rumor de la sala conforme la rabia de su madre iba creciendo. No le gustaba lo que veía. Endebles criaturas, asustadizas, debiles y desorientadas, que buscaban con desesperación que alguien le dijera qué hacer. Aquello era intolerable.
-Maldita panda de críos... No me extraña que seamos el hazme reir de este mundo -musitó apretando los dientes-.
La vieja fracción suspiró contenida. La supervivencia favorecía a los fuertes, el poder acudía a quienes podían ostentarlo pese a todas las consecuencias, la gloria sólo se conseguía somentiendo el poder a uno mismo y Scatha, había sobrepasado todas las barreras posibles. Había sobervivido, la cabeza del Traidor decoraba su sala de trofeos; el poder era un familiar conocido para ella y ahora, aspiraba a la más atroz gloria. Gloria sangrienta que entregaría a Hueco Mundo.
Aquel era el primer día del resto de una regencia de terror.
Offrol: lamento este post tan sumamente corto. Ando muy mal de tiempo.
Todo arrancar debe postear su presencia en este post para dar comienzo a las tramas del nuevo salto temporal.
La vieja fracción estaba a la izquierda de la silla, escrutando las auras de los arrancars que aún seguían vivos. Estaba de brazos cruzados, plantada de frente a todo el que llegaba, con su habitual porte desafiante y uno de sus retoños pegado a sus pies, enrollando sus tentáculos alrededor de su pierna. Los gorgojeos de la criatura se convirtieron en el único rumor de la sala conforme la rabia de su madre iba creciendo. No le gustaba lo que veía. Endebles criaturas, asustadizas, debiles y desorientadas, que buscaban con desesperación que alguien le dijera qué hacer. Aquello era intolerable.
-Maldita panda de críos... No me extraña que seamos el hazme reir de este mundo -musitó apretando los dientes-.
La vieja fracción suspiró contenida. La supervivencia favorecía a los fuertes, el poder acudía a quienes podían ostentarlo pese a todas las consecuencias, la gloria sólo se conseguía somentiendo el poder a uno mismo y Scatha, había sobrepasado todas las barreras posibles. Había sobervivido, la cabeza del Traidor decoraba su sala de trofeos; el poder era un familiar conocido para ella y ahora, aspiraba a la más atroz gloria. Gloria sangrienta que entregaría a Hueco Mundo.
Aquel era el primer día del resto de una regencia de terror.
Offrol: lamento este post tan sumamente corto. Ando muy mal de tiempo.
Todo arrancar debe postear su presencia en este post para dar comienzo a las tramas del nuevo salto temporal.
Scatha- Espada Sinister
- Post : 95
Edad : 41
Re: Nueva sangre a la arena
Era un salón espacioso, de muros altos y techos devorados por las sombras. Por entre las cortinas de pesado tejido irrumpían algunos estoques de luz plateada, dispersando un poco las tinieblas y otorgándole a la estancia el aspecto de un sueño. Elayne movió los pies, inquieta, arrancando un chirrido de las baldosas con la suela de sus botas negras pulidas para la ocasión. Una expresión de infundada diversión se había abierto paso en su rostro al cruzar el umbral de la puerta, una máscara de piel tensa sobre los músculos que notaba sujetos como por alfileres. Sentía el corazón oprimido por las cadenas del miedo, le temblaban las manos y el cabello se le pegaba en la frente por el sudor. Los ojos azules se removían en sus órbitas tras cada pestañeo nervioso, mirando aquí, allá, en todas partes, alerta ante todos los Arrancar reunidos en la sala.
"Son muchos. Aquí. Están aquí..."
Consiguió disimular su recelo al mirar el rostro de algunos cuantos. No conocía a la mayoría. Desde la desaparición de Marcus habían ido marchándose Arrancar e incorporándose otros nuevos a sus filas. No es que se llevase especialmente bien con sus antiguos compañeros, pero un poco de familiaridad al menos la habría hecho sentirse reconfortada.
"Y... y allá..."
Junto al trono se alzaba una de las Espadas, observándoles. Elayne había oído que era ciega pero no necesitaba sus ojos para saber quiénes estaban allí. Se atrevió a echarle un vistacito rápido. Algo en ella recordaba a una esfinge; quizá por lo de monstruo con rostro de mujer. Había escuchado cosas aberrantes de Scatha y no dudaba que fueran ciertas. Hasta comentaban que tenía una sala de trofeos con las cabezas de los Arrancar que había matado...
Sus pupilas describieron un zig-zag veloz. El Señor Yoel debería haber llegado ya para ocupar el lado opuesto de la gran silla, pero todavía no había aparecido. Tal vez había sido el siguiente en sufrir un ataque en sus habitaciones, tal vez él también había desaparecido como Marcus y las otras Espadas y ellos todavía no se habían enterado.
Tal vez luego irían a por la pobre de Elayne.
Volvió a escudriñar los rostros más próximos, buscando al culpable de su crimen imaginario. Porque podía ver que sus enemigos estaban aquí, y también allá.
"Están en todas partes..."
"Son muchos. Aquí. Están aquí..."
Consiguió disimular su recelo al mirar el rostro de algunos cuantos. No conocía a la mayoría. Desde la desaparición de Marcus habían ido marchándose Arrancar e incorporándose otros nuevos a sus filas. No es que se llevase especialmente bien con sus antiguos compañeros, pero un poco de familiaridad al menos la habría hecho sentirse reconfortada.
"Y... y allá..."
Junto al trono se alzaba una de las Espadas, observándoles. Elayne había oído que era ciega pero no necesitaba sus ojos para saber quiénes estaban allí. Se atrevió a echarle un vistacito rápido. Algo en ella recordaba a una esfinge; quizá por lo de monstruo con rostro de mujer. Había escuchado cosas aberrantes de Scatha y no dudaba que fueran ciertas. Hasta comentaban que tenía una sala de trofeos con las cabezas de los Arrancar que había matado...
Sus pupilas describieron un zig-zag veloz. El Señor Yoel debería haber llegado ya para ocupar el lado opuesto de la gran silla, pero todavía no había aparecido. Tal vez había sido el siguiente en sufrir un ataque en sus habitaciones, tal vez él también había desaparecido como Marcus y las otras Espadas y ellos todavía no se habían enterado.
Tal vez luego irían a por la pobre de Elayne.
Volvió a escudriñar los rostros más próximos, buscando al culpable de su crimen imaginario. Porque podía ver que sus enemigos estaban aquí, y también allá.
"Están en todas partes..."
Lain- Arrancar Sinister
- Post : 143
Edad : 34
Re: Nueva sangre a la arena
Cambios, cambios y más cambios, la realidad que en teoría debería tocarles vivir a los congregados en aquel salón. Si, precisamente eso era lo que necesitaban los arrancars que habían sobrevivido a las últimas peripecias en las que se había visto envuelto Hueco Mundo (traiciones, deserciones y litros de sangres por doquier). El mosquetero sabía todas estas cosas, no necesitaba que nadie se las dijese, sin embargo también era consciente que si nadie tomaba las riendas de la situación, todo podía acabar en desastre. En uno aún mayor del que les había tocado vivir y eso sería decir suficiente.
Aunque claro, no pensaba ser el quien se involucrase en aquella búsqueda de subir en la escala de los uniformes blancos, ¡lo qué le faltaba! Llegó la sala de la reunión con tiempo de sobra para acodarse en una de las paredes y cruzar los brazos sobre el pecho, en una actitud muy propia de él, la verdad es que esos actos tan multitudinarios le aburrían y se dio cuenta de ella cuando alrededor sólo tenía a débiles recién llegados, ¿qué había sido de las fracciones y los espada, habían muerto todos menos aquella furia llamada Scatha y el arrancar de pelo blanco, Yoel?
Negó con la cabeza, en un gesto prácticamente imperceptible. Si aquello era realmente así, el asunto iba a ponerse muy pero que muy peliagudo, porque si quería un segundo de abordo, su cara sin ojos apuntaría directamente a él, aunque no parecía ser el caso. La peculiar fémina se estaba quejando de cuán débiles eran todos, “críos, hazmerreír los había llamado”.
Tan mortal a la par que tan predecible, la peligrosa Scatha… aunque tanto mejor para él, sino se había percatado de sus niveles de reiatsu o de su peculiar forma de ser en el combate (Chris era uno de los soldados más disciplinados en varios kilómetros a la redonda) y manejo de la espada, tanto le daba, sus responsabilidades desaparecerían en la bruma como por ensalmo, aunque tal vez el otro que se había alzado como líder si que tuviera algo que decir, Yoel.
Acarició su Centinela Oscuro con lentitud, casi con aire pacaminoso. Esperaba que la que se había proclamado líder dijese algo útil, algo que ayudase a reconstruir la antigua gloria, sino, estaría tan poco preparada como aquellos de quienes se quejaba. Meneó la cabeza y observó a su alrededor, parecía ser que el decorado había cambiado, el salón se iba volviendo más concurrido y nuevas caras hacían su aparición. Algunos asustados, otros intrigados. Aquella era la vida de los habitantes de Hueco Mundo.
Se mesó el cabello y volvió a centrar sus ojos verdes, levemente rasgados y de un color tóxico, antinatural, en aquella mujer tan extraña. Estaba deseando que llegasen todos, saber cuál sería el siguiente movimiento, apretó el puño que tenía libre y volvió a preguntarse, por enésima vez, la cuestión que tanto le había preocupado (una palabra quizás demasiado fuerte para el vocabulario del francés, pero no se me ha ocurrido otra) desde hacía un tiempo, “¿dónde estará Okami?”
Aunque claro, no pensaba ser el quien se involucrase en aquella búsqueda de subir en la escala de los uniformes blancos, ¡lo qué le faltaba! Llegó la sala de la reunión con tiempo de sobra para acodarse en una de las paredes y cruzar los brazos sobre el pecho, en una actitud muy propia de él, la verdad es que esos actos tan multitudinarios le aburrían y se dio cuenta de ella cuando alrededor sólo tenía a débiles recién llegados, ¿qué había sido de las fracciones y los espada, habían muerto todos menos aquella furia llamada Scatha y el arrancar de pelo blanco, Yoel?
Negó con la cabeza, en un gesto prácticamente imperceptible. Si aquello era realmente así, el asunto iba a ponerse muy pero que muy peliagudo, porque si quería un segundo de abordo, su cara sin ojos apuntaría directamente a él, aunque no parecía ser el caso. La peculiar fémina se estaba quejando de cuán débiles eran todos, “críos, hazmerreír los había llamado”.
Tan mortal a la par que tan predecible, la peligrosa Scatha… aunque tanto mejor para él, sino se había percatado de sus niveles de reiatsu o de su peculiar forma de ser en el combate (Chris era uno de los soldados más disciplinados en varios kilómetros a la redonda) y manejo de la espada, tanto le daba, sus responsabilidades desaparecerían en la bruma como por ensalmo, aunque tal vez el otro que se había alzado como líder si que tuviera algo que decir, Yoel.
Acarició su Centinela Oscuro con lentitud, casi con aire pacaminoso. Esperaba que la que se había proclamado líder dijese algo útil, algo que ayudase a reconstruir la antigua gloria, sino, estaría tan poco preparada como aquellos de quienes se quejaba. Meneó la cabeza y observó a su alrededor, parecía ser que el decorado había cambiado, el salón se iba volviendo más concurrido y nuevas caras hacían su aparición. Algunos asustados, otros intrigados. Aquella era la vida de los habitantes de Hueco Mundo.
Se mesó el cabello y volvió a centrar sus ojos verdes, levemente rasgados y de un color tóxico, antinatural, en aquella mujer tan extraña. Estaba deseando que llegasen todos, saber cuál sería el siguiente movimiento, apretó el puño que tenía libre y volvió a preguntarse, por enésima vez, la cuestión que tanto le había preocupado (una palabra quizás demasiado fuerte para el vocabulario del francés, pero no se me ha ocurrido otra) desde hacía un tiempo, “¿dónde estará Okami?”
Chris Renoir- Post : 144
Edad : 40
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Jue Abr 30, 2015 3:40 am por Kenta
» Ethernia Ehlysea {Afiliación Élite}
Dom Mayo 25, 2014 7:56 am por Invitado
» Foro RPG Naruto (Élite) (caida de botones)
Dom Mayo 25, 2014 6:04 am por Invitado
» holau gente ^^
Lun Mayo 12, 2014 6:03 am por taider kend
» Foro RPG Naruto (Élite)
Sáb Mayo 03, 2014 7:20 am por Invitado
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