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La Cacería de Alastor (Grupo 1) [TRAMA]
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La Cacería de Alastor (Grupo 1) [TRAMA]
[Ambientación: https://www.youtube.com/watch?v=Lqih21z5B4I&NR=1 ]
Las instrucciones habían sido entregados y los arrancar, con el fin de atacar al enemigo por todos los flancos habían sido divididos en varios grupos. Poco sabían ellos de lo que les depararía semejante cacería, siendo lo más cercano a una guerra civil que había sufrido Hueco Mundo en toda su historia. Pero el traidor debía caer, eso era lo más importante de todo.
El terreno jugaba en favor de los sublevados. Ante los enviados de Marcus cada grupo liderado por una o dos fracciones, arrancar notables dentro de las masas que seguían al Amo del desierto Hollow, se podía ver un vasto terreno de rocas escarpadas, parecido a un bosque retorcido y extremadamente siniestro. Como el bosque de menos que se encontraba bajo sus pies, las ramas de roca se confundían y mezclaban entre sí tejiendo un intrincado telar que se presentaba ante ellos más amenazante que cualquier otra criatura que poblase las arenas. Si eran lo suficientemente precavidos.
Justo en el linde, pocos troncos se podían distinguir de las escarpadas estalagmitas que surgían del suelo apuntando al cielo como brazos extendidos hacia la luna llena. El orbe celeste, teñido de un color rojizo, como una predicción de la sangre arrancar que se derramaría en el albo terreno. Se escuchaba el ulular del viento entre las ramas rocosas creando la ilusión de voces siniestras y gruñidos que amenazaban a cualquiera que osase poner un pie en su territorio... O tal vez no eran ilusiones...
La gran mezcla de reiatsus permitía a los más avispados distinguir varios de poderosas emanaciones y otros muchos que no presentarían mucho problema para cualquiera de los guerreros que habían decidido acabar con los insurrectos. Eso sí, eran muchos, muchos más. La oscuridad impenetrable no permitía ver más allá que a unos metros una vez se internaban en el bosque fosilizado. En algunos momentos, las ramas parecían cernirse sobre ellos para intentar aferrarlos con fiereza y desgarrar su carne. Puede que solo fuera la forma en que la luz de la luna incidía sobre las duras y afiladas ramas.
Todos sabían que no tardarían en escuchar los gritos de dolor de los combatientes, y solo les quedaba esperar que no fueran un aliado, pues el número, a pesar de las apariencias, era siempre importante. Ahora, solo quedaba esperar a la resistencia. A los guardianes que presentarían cara a los enviados por Marcus, el primer arrancar, a terminar con aquellos que osaban rebelarse a su poder y dominio. Ahora... Solo quedaba esperar...
[OFF: Siento muchísimo el retraso pero por fin llega la ansiada trama arrancar!!! Bien!!! Bueno los miembros del grupo que posteen una o dos rondas en el orden que quieran. Pronto, vendrá alguien a presentar batalla. Lo más importante, a divertirse y que se lo pasen bien! ^ ^]
Narrador- Post : 85
Edad : 44
Re: La Cacería de Alastor (Grupo 1) [TRAMA]
Elayne se sentía cada vez más ansiosa.
No por primera vez, la mujer de cabellos rubios giró la cabeza para mirar a su espalda, hacia las ventanas abiertas del pasillo, inundadas de la luz que el enorme satélite nocturno enviaba hacia ellos. Salpicando el cielo, revoloteaban las aves mensajeras de El Amanecer, dejando el ambiente inundado con el eco de sus gorjeos y el reiterado mensaje. Pero era un cuervo en especial el que atraía la atención de Elayne, apoyado en el alféizar en encantadora actitud indolente. Contemplaba el exterior con sus ojos dorados como si divisara algo más extraordinario que el desierto blanco.
Lain se aproximó a base de tímidos pasos, irrumpiendo en ese pequeño rincón y contaminando la preciada intimidad del Arrancar. Cuando quedó junto a él, expuesta al viento que se colocaba desde fuera, no supo qué decir. Era muy difícil hacerle saber lo que le estaba rondando por la cabeza en aquellos momentos. Además, había algo en la postura corporal de Klauss, en su manera de hacer como que ignoraba su presencia, que le hacía temer que ya fuera tarde para muchas cosas. "¿Cómo puedo decírselo?" Se estremeció levemente y se volvió hacia el joven con una mirada que intentaba comunicar su necesidad.
-Oye...- comenzó, dubitativa- Hay algo muy importante de lo que me gustaría hablar contigo, ahora...
Extendió la mano para tomar la del hombre, pero apenas pudo acariciar los dedos pálidos de éste. Algo hubo en aquel intento de acercamiento que debió molestarle profundamente. Del labio partido de la mujer, brotaron un gemido dolor y la gota de sangre que salpicó la manga del uniforme blanco del cuervo, que la había abofeteado sin ni siquiera alterar la línea recta y desapasionada que eran sus labios. Los ojos azules de Elayne se tiñeron de amargura, y sintió que un doloroso resentimiento la invadió cuando Klauss, sin mediar palabra, le dio la espalda para marcharse junto a su grupo. Quizá morirían aquella noche, y ni siquiera entonces había querido escucharla.
El rechazo era demasiado desgarrador para alguien como ella.
"Está bien, muérete. ¿A quién le importa? No seré yo la que te eche de menos. Eres detestable, Klauss. Eres perverso y te odio."
Volviendo la mirada al final del pasillo, musitó algo que nadie llegó a escuchar y echó a andar sin esperar la orden del Fracción que los lideraría. Sólo quería abandonar cuanto antes aquel edificio infinitamente horrible, lleno de desagredecidos. "Cómo os odio." El olor de la sangre se había vuelto más profundo e intenso, y parecía exudar ahora de las mismas paredes. "Cómo os odio a todos..."
Bañada por la fría luz lunar, bajó los vetustos pero bien conservados peldaños de piedra alba hasta que las suelas de su calzado se hundieron en la arena del desierto.
A medida que se alejaba del castillo, la madeja de reiatsus desconocidos se hacía más densa. "Peligro." Volvió a sentir que una descarga abrasadora recorría su cuerpo. Luego se esfumaba. Se detuvo; la luz de la luna reflejada en la arena la cegó un momento y levantó los ojos hacia el único astro perceptible en su mundo. El plateado habitual se había convertido en una claridad azafranada orlada de oro.
"¿De qué forma estúpida vas a morir esta vez, Lain?"
Recorrió con un vistazo la vasta extensión de arena que se presentaba ante ella como un enigma inescrutable. Debía continuar. Se humedeció los labios con aire ausente mientras ignoraba el deseo de romper a llorar. Y echó a andar de nuevo.
---
[OffRol]: Lain va caminando, así que enseguida la pilláis me apetecía martirizarla un poco.
No por primera vez, la mujer de cabellos rubios giró la cabeza para mirar a su espalda, hacia las ventanas abiertas del pasillo, inundadas de la luz que el enorme satélite nocturno enviaba hacia ellos. Salpicando el cielo, revoloteaban las aves mensajeras de El Amanecer, dejando el ambiente inundado con el eco de sus gorjeos y el reiterado mensaje. Pero era un cuervo en especial el que atraía la atención de Elayne, apoyado en el alféizar en encantadora actitud indolente. Contemplaba el exterior con sus ojos dorados como si divisara algo más extraordinario que el desierto blanco.
Lain se aproximó a base de tímidos pasos, irrumpiendo en ese pequeño rincón y contaminando la preciada intimidad del Arrancar. Cuando quedó junto a él, expuesta al viento que se colocaba desde fuera, no supo qué decir. Era muy difícil hacerle saber lo que le estaba rondando por la cabeza en aquellos momentos. Además, había algo en la postura corporal de Klauss, en su manera de hacer como que ignoraba su presencia, que le hacía temer que ya fuera tarde para muchas cosas. "¿Cómo puedo decírselo?" Se estremeció levemente y se volvió hacia el joven con una mirada que intentaba comunicar su necesidad.
-Oye...- comenzó, dubitativa- Hay algo muy importante de lo que me gustaría hablar contigo, ahora...
Extendió la mano para tomar la del hombre, pero apenas pudo acariciar los dedos pálidos de éste. Algo hubo en aquel intento de acercamiento que debió molestarle profundamente. Del labio partido de la mujer, brotaron un gemido dolor y la gota de sangre que salpicó la manga del uniforme blanco del cuervo, que la había abofeteado sin ni siquiera alterar la línea recta y desapasionada que eran sus labios. Los ojos azules de Elayne se tiñeron de amargura, y sintió que un doloroso resentimiento la invadió cuando Klauss, sin mediar palabra, le dio la espalda para marcharse junto a su grupo. Quizá morirían aquella noche, y ni siquiera entonces había querido escucharla.
El rechazo era demasiado desgarrador para alguien como ella.
"Está bien, muérete. ¿A quién le importa? No seré yo la que te eche de menos. Eres detestable, Klauss. Eres perverso y te odio."
Volviendo la mirada al final del pasillo, musitó algo que nadie llegó a escuchar y echó a andar sin esperar la orden del Fracción que los lideraría. Sólo quería abandonar cuanto antes aquel edificio infinitamente horrible, lleno de desagredecidos. "Cómo os odio." El olor de la sangre se había vuelto más profundo e intenso, y parecía exudar ahora de las mismas paredes. "Cómo os odio a todos..."
Bañada por la fría luz lunar, bajó los vetustos pero bien conservados peldaños de piedra alba hasta que las suelas de su calzado se hundieron en la arena del desierto.
A medida que se alejaba del castillo, la madeja de reiatsus desconocidos se hacía más densa. "Peligro." Volvió a sentir que una descarga abrasadora recorría su cuerpo. Luego se esfumaba. Se detuvo; la luz de la luna reflejada en la arena la cegó un momento y levantó los ojos hacia el único astro perceptible en su mundo. El plateado habitual se había convertido en una claridad azafranada orlada de oro.
"¿De qué forma estúpida vas a morir esta vez, Lain?"
Recorrió con un vistazo la vasta extensión de arena que se presentaba ante ella como un enigma inescrutable. Debía continuar. Se humedeció los labios con aire ausente mientras ignoraba el deseo de romper a llorar. Y echó a andar de nuevo.
---
[OffRol]: Lain va caminando, así que enseguida la pilláis me apetecía martirizarla un poco.
Lain- Arrancar Sinister
- Post : 143
Edad : 34
Re: La Cacería de Alastor (Grupo 1) [TRAMA]
Jack no tardó en abandonar la imponente fortaleza arrancar para seguir los pasos de Lain. No por voluntad propia, como resulta evidente, sino por orden de su superior, Aaron Smith.
Poco conocía de Lain. De ella decían que estaba loca, pero nadie era Jack para juzgar a alguien por ello, y él era consciente. Sin embargo, si tenían que asumir las órdenes de la jefa y organizarse por grupos, por muy independiente que la arrancar se creyese, si Jack debía cumplir órdenes, ella no iba a ser una excepción.
No tardó en alcanzarla. Jack fue a paso rápido, y ella iba ensimismada y callada, con paso decidido pero no apresurado. Aunque loca, probablemente no fuese tonta, y sociable (pocos lo son en Hueco Mundo), así que Jack decidió mantener una distancia de seguridad en lugar de dirigirse a ella directamente. Se detuvo a unos 2 metros de ella, y le advirtió como creyó conveniente:
- ¡Eh, tú! ¿Quién narices te crees que eres? ¿Tienes algún pase especial para hacer lo que te de la puta gana? ¡Porque yo creo que no! La jefa ha sido clara y tajante. Iremos por grupos siguiendo las órdenes de nuestros caudillos. No vas a ser tú la única tia chachi que se vaya cuando quiera a hacer lo que le de la gana. ¡¿Me oyes?! ¡Así que, por orden de Aaron, detente! ¡No pienso repetirlo!
Jack estaba muy frustrado por los acontecimientos acaecidos en Francia. Por una parte, eso le otorgaba la furia y el sadismo perfectos para la batalla inminente. Por otra, no le hacía el más indicado para un trabajo en equipo. Aunque bien visto, nunca es el más indicado para ello. Maldito animal...
No iba a tolerar que Lain hiciese lo que quisiese si él no podía. Y por una vez iba a tomárselo en serio, pues era la jefa quien mandaba, y era algo que Jack respetaba hasta un punto inimaginable.
Permaneció inmóbil, mirando fijamente a Lain, quién aún le daba la espalda, esperando una respuesta.
[OFF ROL: ¡Lamento mucho mi tardanza! Este año sí que estoy jodido con la uni, como es lógico. He terminado mis exámenes, ¡así que Jack esta más vivo que nunca! XD]
Poco conocía de Lain. De ella decían que estaba loca, pero nadie era Jack para juzgar a alguien por ello, y él era consciente. Sin embargo, si tenían que asumir las órdenes de la jefa y organizarse por grupos, por muy independiente que la arrancar se creyese, si Jack debía cumplir órdenes, ella no iba a ser una excepción.
No tardó en alcanzarla. Jack fue a paso rápido, y ella iba ensimismada y callada, con paso decidido pero no apresurado. Aunque loca, probablemente no fuese tonta, y sociable (pocos lo son en Hueco Mundo), así que Jack decidió mantener una distancia de seguridad en lugar de dirigirse a ella directamente. Se detuvo a unos 2 metros de ella, y le advirtió como creyó conveniente:
- ¡Eh, tú! ¿Quién narices te crees que eres? ¿Tienes algún pase especial para hacer lo que te de la puta gana? ¡Porque yo creo que no! La jefa ha sido clara y tajante. Iremos por grupos siguiendo las órdenes de nuestros caudillos. No vas a ser tú la única tia chachi que se vaya cuando quiera a hacer lo que le de la gana. ¡¿Me oyes?! ¡Así que, por orden de Aaron, detente! ¡No pienso repetirlo!
Jack estaba muy frustrado por los acontecimientos acaecidos en Francia. Por una parte, eso le otorgaba la furia y el sadismo perfectos para la batalla inminente. Por otra, no le hacía el más indicado para un trabajo en equipo. Aunque bien visto, nunca es el más indicado para ello. Maldito animal...
No iba a tolerar que Lain hiciese lo que quisiese si él no podía. Y por una vez iba a tomárselo en serio, pues era la jefa quien mandaba, y era algo que Jack respetaba hasta un punto inimaginable.
Permaneció inmóbil, mirando fijamente a Lain, quién aún le daba la espalda, esperando una respuesta.
[OFF ROL: ¡Lamento mucho mi tardanza! Este año sí que estoy jodido con la uni, como es lógico. He terminado mis exámenes, ¡así que Jack esta más vivo que nunca! XD]
Jack Vesper- Post : 64
Edad : 34
Re: La Cacería de Alastor (Grupo 1) [TRAMA]
Ahí sentado en su sillón improvisado podía observar de primera mano a los participantes de aquella cacería, e intentaba intuir sus estados anímicos a partir de sus caras y gestos corporales. En los rostros de los presentes había diversos sentimientos: ansia, indiferencia, orgullo... en general características egocéntricas cada vez más comunes en las nuevas y no tan nuevas generaciones de arrancar, y aunque el fracción no era precisamente viejo, contemplaba esas posturas "desde arriba", diferenciándose de ellos, actitud que paradójicamente encajaba en los perfiles antes mencionados.
Pero quizás lo que más le llamaba la atención era el mudismo e impasibilidad que se habían puesto de moda entre los arrancar. Ejemplos de esto eran Chris y Klauss, lo cual nos lleva a la escenita montada por este último, y no precisamente a base de gritos. El bofetón del arrancar de la 7º Sección le dolió hasta a Aaron al verlo. Sabía que no era quién para intervenir entre los asuntos que se trajesen Lain y el paliducho entre manos. Así que aunque recientemente había desarrollado un..., llamémosle afecto, hacia Lain, decidió no calentar los ánimos entre compañeros justo antes de la batalla.
Todos los participantes de la "gincana" salieron de la sala rumbo a sus posiciones, y Lain como si hubiese sido propulsada por una escopeta, la primera.
—Jack, párala antes de que comprometa la misión, hazme el favor.— Sin rechistar el segundo del fracción fue detrás de la Lain.
Se levantó de su asiento, y al cogerlo por el respaldo toda la estructura se desenredó volviendo a tomar la forma de una bata. Tranquilamente se la puso e inició el camino junto a los demás, rumbo al blanco arenal.
Nada más salir sintió un escalofrío por la espalda; la luna, ahora de color rojizo, inundó las pupilas del fracción, ¿por qué tendría ese color?, se preguntaba. Le resultaba inquietante a la vez que interesante; quizás ya se había derramado sangre suficiente para que la luna simpatizase con los cadáveres vistiéndose de rojo, o quizás era alguna especie de predicción, en cualquier caso el destino estaba sellado; ya no había vuelta atrás.
Y con esa filosofía en mente continuó el camino hasta llegar hasta Lain y Jack. Estaba bastante claro que Jack había hecho uso de sus dotes comunicativas, siempre lo hacía.
—Gracias, Jack. ¿Todo en orden, Elayne?—Hizo una pequeña pausa mientras examinaba a distancia la secuela del bofetón.—Esa minucia no afectará a tu concentración, ¿verdad?—El tono usado por el fracción era excesivamente paternal deliberadamente. Intentaba tranquilizarla, pero no quería que se tomase este gesto como algo general, por lo que dentro de lo que era se podía distinguir una especie de riña encubierta.
—Bueno, creo que ya conoces a Jack. Es mi segundo y un tipo directo como una línea recta, pero creo que os llevaréis bien.—Se ajustó los puños de la camisa y la corbata como preparación.—Muy bien, ¿alguna duda o comentario, o podemos iniciar el juego?—Quería asegurarse de que todo estaba en orden antes de adentrarse en aquella arboleda plagada de riscos y enemigos. Necesitaría a sus compañeros al cien por ciento.
Pero quizás lo que más le llamaba la atención era el mudismo e impasibilidad que se habían puesto de moda entre los arrancar. Ejemplos de esto eran Chris y Klauss, lo cual nos lleva a la escenita montada por este último, y no precisamente a base de gritos. El bofetón del arrancar de la 7º Sección le dolió hasta a Aaron al verlo. Sabía que no era quién para intervenir entre los asuntos que se trajesen Lain y el paliducho entre manos. Así que aunque recientemente había desarrollado un..., llamémosle afecto, hacia Lain, decidió no calentar los ánimos entre compañeros justo antes de la batalla.
Todos los participantes de la "gincana" salieron de la sala rumbo a sus posiciones, y Lain como si hubiese sido propulsada por una escopeta, la primera.
—Jack, párala antes de que comprometa la misión, hazme el favor.— Sin rechistar el segundo del fracción fue detrás de la Lain.
Se levantó de su asiento, y al cogerlo por el respaldo toda la estructura se desenredó volviendo a tomar la forma de una bata. Tranquilamente se la puso e inició el camino junto a los demás, rumbo al blanco arenal.
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Nada más salir sintió un escalofrío por la espalda; la luna, ahora de color rojizo, inundó las pupilas del fracción, ¿por qué tendría ese color?, se preguntaba. Le resultaba inquietante a la vez que interesante; quizás ya se había derramado sangre suficiente para que la luna simpatizase con los cadáveres vistiéndose de rojo, o quizás era alguna especie de predicción, en cualquier caso el destino estaba sellado; ya no había vuelta atrás.
Y con esa filosofía en mente continuó el camino hasta llegar hasta Lain y Jack. Estaba bastante claro que Jack había hecho uso de sus dotes comunicativas, siempre lo hacía.
—Gracias, Jack. ¿Todo en orden, Elayne?—Hizo una pequeña pausa mientras examinaba a distancia la secuela del bofetón.—Esa minucia no afectará a tu concentración, ¿verdad?—El tono usado por el fracción era excesivamente paternal deliberadamente. Intentaba tranquilizarla, pero no quería que se tomase este gesto como algo general, por lo que dentro de lo que era se podía distinguir una especie de riña encubierta.
—Bueno, creo que ya conoces a Jack. Es mi segundo y un tipo directo como una línea recta, pero creo que os llevaréis bien.—Se ajustó los puños de la camisa y la corbata como preparación.—Muy bien, ¿alguna duda o comentario, o podemos iniciar el juego?—Quería asegurarse de que todo estaba en orden antes de adentrarse en aquella arboleda plagada de riscos y enemigos. Necesitaría a sus compañeros al cien por ciento.
Aaron Smith- Desaparecido
- Post : 330
Edad : 35
Re: La Cacería de Alastor (Grupo 1) [TRAMA]
El poco alentador viento del desierto, suspirando entre las montañas de arena, evocaba de forma curiosa llamadas vagamente articuladas. Aquella corriente nocturna, además, había realizado la extraña hazaña de embriagar el ambiente con un intenso aroma salado, como si cualquier otro olor hubiese sido arrancado violentamente del mapa.
Elayne caminaba absorta entre estas apreciaciones y otros muchos pensamientos, cuando una voz rotunda, real, comenzó a reprenderla a sus espaldas.
Se detuvo bruscamente, como si hubieran tirado de una soga que tuviera atada al cuello, y sus brazos se balancearon con languidez por un momento, antes de que quedasen inmóviles a ambos costados de la cadera. Bajó la cabeza, suspiró, y retorció los labios con amargura.
-Ah, pero no pretendía irme sola...- masculló casi para sí misma. Permaneció un rato de esta guisa, cabizbaja y con la mirada perdida, clavados los talones en la alfombra nacarada y estéril que era a la vez hogar y campo de batalla para muchos. Esperaba que el propietario de aquella voz masculina terminara de acercarse, que la golpeara o la ordenase volver hasta el castillo, pero no hizo nada de eso. Mientras tanto, se preguntaba cuál sería el nombre de aquel Arrancar, en qué Sección trabajaría. "Me gustaría saberlo", pensaba, "porque sería triste morirse y no saber quién estaba a tu lado entonces. Aunque si te mueres, supongo que eso da un poco igual..."
Rió quedamente, algo desquiciada. Algunas veces ciertamente se le iba la cabeza, otras sólo actuaba. Ahora mismo no sabía diferenciar en qué estado se encontraba realmente.
Escuchó con pasividad la llegada de Aaron, sin abandonar todavía su inmovilidad. Fue consciente de que le hacía una pregunta y... ¡oh! Claro. Lo había visto.
Se lamió el corte del labio inferior en un gesto involuntario, sin saber si sentirse avergonzada, molesta o agradecida. Movida por un repentino trance de lucidez, consciente de la misión y su compañía, dio ágilmente media vuelta para encarar a los dos hombres.
Ensayó para ellos su mejor sonrisa.
-¡Señor Smith, me alegro mucho de volver a verle!- saludó efusivamente, abriendo con desmesura sus ojos azules, batiendo las doradas pestañas con algo parecido a la coquetería.- Es todo un placer trabajar con usted, ¡prometo dar lo mejor de mí en esta misión!
Se dobló con exagerada rapidez para realizar una reverencia, provocando que el cabello rubio le cayera sobre el rostro y le dificultara la visión. Tras incorporarse, con algunos mechones revueltos para acrecentar la impresión que daba de enajenada, dio unos pasos hasta Jack, lo observó, se apartó el pelo de la cara y lo volvió a mirar. En apenas unos segundos sonrió, se le escapó una risita, esbozo otra simpática sonrisa y tomó las manos del hombre de particular aspecto entre las suyas, estrechándoselas.
-¡Es un placer conocerle por fin, señor Jack! He oído hablar de usted. Llevémonos bien, ¿quiere? Me alegra estar en su equipo. ¡Espero hacerlo bien y no decepcionarles!
Y tras este alarde repentino e inesperado -tal vez no tanto para Aaron, teniendo en cuenta su anterior encuentro- de hiperactividad y euforia, se colocó a un lado del Fracción y le observó con la más sincera admiración, sin el más leve signo de preocupación o amargura en el rostro. Casi parecía que se iba a la feria y no a participar en una peligrosa batalla por la hegemonía de El Amanecer. De haberla dejado, se habría puesto a dar saltitos.
-¿Cuál será mi posición, señor? Soy mejor a distancia corta, o incluso media, pero no poseo muy buena puntería. Si alguno de los dos es más hábil atacando desde la lejanía, puedo tratar de mantener al enemigo apartado de él, dejarle espacio para que actúe más cómodamente-informó, solícita y deseosa de resultar útil-. Dígame qué debo hacer, Señor Smith. Cumpliré lo mejor que pueda todas sus órdenes.
Elayne caminaba absorta entre estas apreciaciones y otros muchos pensamientos, cuando una voz rotunda, real, comenzó a reprenderla a sus espaldas.
Se detuvo bruscamente, como si hubieran tirado de una soga que tuviera atada al cuello, y sus brazos se balancearon con languidez por un momento, antes de que quedasen inmóviles a ambos costados de la cadera. Bajó la cabeza, suspiró, y retorció los labios con amargura.
-Ah, pero no pretendía irme sola...- masculló casi para sí misma. Permaneció un rato de esta guisa, cabizbaja y con la mirada perdida, clavados los talones en la alfombra nacarada y estéril que era a la vez hogar y campo de batalla para muchos. Esperaba que el propietario de aquella voz masculina terminara de acercarse, que la golpeara o la ordenase volver hasta el castillo, pero no hizo nada de eso. Mientras tanto, se preguntaba cuál sería el nombre de aquel Arrancar, en qué Sección trabajaría. "Me gustaría saberlo", pensaba, "porque sería triste morirse y no saber quién estaba a tu lado entonces. Aunque si te mueres, supongo que eso da un poco igual..."
Rió quedamente, algo desquiciada. Algunas veces ciertamente se le iba la cabeza, otras sólo actuaba. Ahora mismo no sabía diferenciar en qué estado se encontraba realmente.
Escuchó con pasividad la llegada de Aaron, sin abandonar todavía su inmovilidad. Fue consciente de que le hacía una pregunta y... ¡oh! Claro. Lo había visto.
Se lamió el corte del labio inferior en un gesto involuntario, sin saber si sentirse avergonzada, molesta o agradecida. Movida por un repentino trance de lucidez, consciente de la misión y su compañía, dio ágilmente media vuelta para encarar a los dos hombres.
Ensayó para ellos su mejor sonrisa.
-¡Señor Smith, me alegro mucho de volver a verle!- saludó efusivamente, abriendo con desmesura sus ojos azules, batiendo las doradas pestañas con algo parecido a la coquetería.- Es todo un placer trabajar con usted, ¡prometo dar lo mejor de mí en esta misión!
Se dobló con exagerada rapidez para realizar una reverencia, provocando que el cabello rubio le cayera sobre el rostro y le dificultara la visión. Tras incorporarse, con algunos mechones revueltos para acrecentar la impresión que daba de enajenada, dio unos pasos hasta Jack, lo observó, se apartó el pelo de la cara y lo volvió a mirar. En apenas unos segundos sonrió, se le escapó una risita, esbozo otra simpática sonrisa y tomó las manos del hombre de particular aspecto entre las suyas, estrechándoselas.
-¡Es un placer conocerle por fin, señor Jack! He oído hablar de usted. Llevémonos bien, ¿quiere? Me alegra estar en su equipo. ¡Espero hacerlo bien y no decepcionarles!
Y tras este alarde repentino e inesperado -tal vez no tanto para Aaron, teniendo en cuenta su anterior encuentro- de hiperactividad y euforia, se colocó a un lado del Fracción y le observó con la más sincera admiración, sin el más leve signo de preocupación o amargura en el rostro. Casi parecía que se iba a la feria y no a participar en una peligrosa batalla por la hegemonía de El Amanecer. De haberla dejado, se habría puesto a dar saltitos.
-¿Cuál será mi posición, señor? Soy mejor a distancia corta, o incluso media, pero no poseo muy buena puntería. Si alguno de los dos es más hábil atacando desde la lejanía, puedo tratar de mantener al enemigo apartado de él, dejarle espacio para que actúe más cómodamente-informó, solícita y deseosa de resultar útil-. Dígame qué debo hacer, Señor Smith. Cumpliré lo mejor que pueda todas sus órdenes.
Lain- Arrancar Sinister
- Post : 143
Edad : 34
Re: La Cacería de Alastor (Grupo 1) [TRAMA]
Eso había sido lo más raro que Jack había presenciado en muchísimo tiempo, y eso que trabajaba para la 12º sección. No sabía como interpretar lo que acababa de ver. ¿Estaba actuando? ¿Era bipolar? ¿Estaba horriblemente enferma? ¿Había actuado con sinceridad y de corazón?... ¿O era un poco de todo? Jack no sabía con que opción quedarse, la verdad que no tenía ni idea de como reaccionar. Aquella muchacha le había cogido las manos con suavidad y gentileza, y había mostrado entusiasmo por Jack. ¡Entusiasmo! Lo más parecido al aprecio que Jack había encontrado en Hueco Mundo era la relación que Okami tenía con él, y poco más. Nadie había mostrado nunca emoción por su presencia, de hecho suele darse lo opuesto. Pero Jack no sabía interpretar este hecho para bien o para mal, ya que no conocía las intenciones de joven. Miró a Aaron, desconcertado, para ver como se lo estaba tomando su superior. Y éste no parecía muy extrañado ni sobresaltado, parecía tomarselo con total normalidad. Aunque claro, Aaron no es un personaje que brille por su expresividad, precisamente, pero Jack sentía que aquello era distinto, veía que había cierta normalidad en la relación entre ambos, cierta naturalidad y confianza.
Permaneció inmóvil los brevísimos segundos en los que discurrió en todo esto, aunque para él se hicieron algo interminables. Lain les miraba con una infantil mirada de impaciencia y alegría que tenía a Jack totalmente fuera de sí. Fuese como fuese, debía reaccionar rápido y no quedar como un capullo, y menos delante del jefe, en una situación como esta. Si se quedaba sin respuesta ante un hecho como este, ¿qué podrían esperar de él para la batalla?
¿Qué reacción más básica que corresponder el gesto? Claro, siempre a su manera. Jack pensaba que podría omitir su incertidumbre... y se equivocó.
- Sí... parece que por fín hemos coincidido, ¿no?... Ya... ya era hora, joder. Yo soy prácticamente un combatiente cuerpo a cuerpo, poseo habilidades para incapacitar no a mucha distancia, pero sin gran poder ofensivo. Pero en las distancias cortas me desenvuelvo mejor. Este... este árido desierto no es un paisaje que me reconforte, pero me siento más... relajado de noche. De todos modos no te entusiasmes, espera las órdenes del jefe, y aparca tu infantil ilusión. Nos jugamos la vida en esta mierda.
Tenía que ser duro y mal educado si quería aparentar el tipo y las formas. Pero no estaba nada seguro de querer ser duro con Lain. Por primera vez en demasiado tiempo, Jack no sentía la necesidad de despreciar a su prójimo, o subestimarle. Quedó muy interesado por Lain. Pero no estaba nada seguro de si podía permitirse todos estos sentimientos.
Tras sus algo torpes y básicas palabras, miró hacia Aaron esperando indicaciones concretas, mientras sentía la mirada de ilusión de Lain clavándose en él de una forma absolutamente desconocida.
Permaneció inmóvil los brevísimos segundos en los que discurrió en todo esto, aunque para él se hicieron algo interminables. Lain les miraba con una infantil mirada de impaciencia y alegría que tenía a Jack totalmente fuera de sí. Fuese como fuese, debía reaccionar rápido y no quedar como un capullo, y menos delante del jefe, en una situación como esta. Si se quedaba sin respuesta ante un hecho como este, ¿qué podrían esperar de él para la batalla?
¿Qué reacción más básica que corresponder el gesto? Claro, siempre a su manera. Jack pensaba que podría omitir su incertidumbre... y se equivocó.
- Sí... parece que por fín hemos coincidido, ¿no?... Ya... ya era hora, joder. Yo soy prácticamente un combatiente cuerpo a cuerpo, poseo habilidades para incapacitar no a mucha distancia, pero sin gran poder ofensivo. Pero en las distancias cortas me desenvuelvo mejor. Este... este árido desierto no es un paisaje que me reconforte, pero me siento más... relajado de noche. De todos modos no te entusiasmes, espera las órdenes del jefe, y aparca tu infantil ilusión. Nos jugamos la vida en esta mierda.
Tenía que ser duro y mal educado si quería aparentar el tipo y las formas. Pero no estaba nada seguro de querer ser duro con Lain. Por primera vez en demasiado tiempo, Jack no sentía la necesidad de despreciar a su prójimo, o subestimarle. Quedó muy interesado por Lain. Pero no estaba nada seguro de si podía permitirse todos estos sentimientos.
Tras sus algo torpes y básicas palabras, miró hacia Aaron esperando indicaciones concretas, mientras sentía la mirada de ilusión de Lain clavándose en él de una forma absolutamente desconocida.
Jack Vesper- Post : 64
Edad : 34
Re: La Cacería de Alastor (Grupo 1) [TRAMA]
Lánguida, cabizbaja y desordenada en su peinado, definitivamente se trataba de Lain. Aaron sen tía curiosidad por este reencuentro, pese a las circunstancias, y el nuevo encuentro con Jack podría desvelar algunos detalles sobre la personalidad de la joven. No es que el científico esperase un rayo de luz divino que lo guiase hasta el conocimiento absoluto de la personalidad de Lain, ni siquiera un despunte de eso, simplemente se limitaba a tomar lo que el encuentro le ofreciese. Fue acercándose con su eternamente calmado pero firme paso hasta llegar a la altura de ambos. Enseguida Lain se giró hacia él y lo saludó con entusiasmo. Estaba claro que Aaron no era un tipo muy emotivo pero en el fondo se alegraba de verla.
—Hola Elayne-san, ¿que tal todo?—Saludó añadiendo una muletilla por convenio social.
Entonces Lain se dirigió hacia Jack con el mismo entusiasmo, ¿de dónde venía tanta euforia? ¿qué había sido de la insegura y confusa chica que conoció en la 12º Sección? Aaron aún no tenía respuestas para estas preguntas.
No pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa al ver la situación en la que el comportamiento de Lain había puesto a Jack. Él, siempre directo, duro, maleducado, noqueado momentáneamente por un comportamiento aparentemente tan sincero que costaba creer que fuese cierto allí, en Hueco Mundo. Tras las presentaciones y reencuentros el tema de la conversación se encauzó hacia algo más inmediato, la batalla. A pesar de lo que el lector pueda pensar, a pesar de que crean que el hecho de ser científico implica cierta organización y trabajo en grupo; el fracción de la 12º sección carecía de dichas aptitudes.
Cuando estaba en el laboratorio, él sabía qué había que hacer y cual era el paso siguiente, lo sabía y no necesitaba consultar con nadie. Simplemente ordenaba. Además, al no pertenecer a una sección orientada directamente al combate, no prestaba atención a estrategias o formaciones, lo cual no quiere decir que no las conociese. Simplemente confiaba en su potencial para su propia supervivencia y en que sus aliados se bastasen; y evitaba que se estorbasen entre ellos. Normalmente en aquel lugar eso era suficiente.
Pero se enfrentaban a arrancars supuestamente organizados, al fin y al cabo antes dormían bajo el mismo techo que ellos, por lo que decidió proponer un mínimo de estrategia, y cuando digo mínimo, me refiero a algo casi tan nulo como el peso de una pluma.
—Bien, resulta que yo también combato desde cerca, aunque siempre me quedarán mis queridas gemelas.—Así era como llamaba a sus dos pistolas, desarrolladas por él, y que habían sido cargadas con energía equivalente a un único cero cada una, solo por si acaso.
—Así que...¿qué os parece la estrategia de "todos hacia delante y en sincronía"? Si hay varios enemigo nos dispersamos y punto.—De nuevo el "¿Qué os parece?" era un convenio social, dado que en aquel momento el era el que mandaba, aunque de todos modos no hubiese muchas más opciones para tres combatientes especializados en el cuerpo a cuerpo.
—Vamos allá.
Dicho esto, echó una última mirada a los rostros de sus compañeros, se giró hacia la enorme arboleda e inició la marcha bajo la luz carmesí de la dueña de Hueco Mundo. Aún estaban algo lejos de la zona, deberían acercarse un poco más para intentar vislumbrar algo.
[OFF: We need a narrator!! Doy por supuesto que me seguís, despues del narrador seguimos con los turnos asi que suponed que al llegar a una distancia prudente, en la que vea algo o no, me paro sin decir nada^^]
—Hola Elayne-san, ¿que tal todo?—Saludó añadiendo una muletilla por convenio social.
Entonces Lain se dirigió hacia Jack con el mismo entusiasmo, ¿de dónde venía tanta euforia? ¿qué había sido de la insegura y confusa chica que conoció en la 12º Sección? Aaron aún no tenía respuestas para estas preguntas.
No pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa al ver la situación en la que el comportamiento de Lain había puesto a Jack. Él, siempre directo, duro, maleducado, noqueado momentáneamente por un comportamiento aparentemente tan sincero que costaba creer que fuese cierto allí, en Hueco Mundo. Tras las presentaciones y reencuentros el tema de la conversación se encauzó hacia algo más inmediato, la batalla. A pesar de lo que el lector pueda pensar, a pesar de que crean que el hecho de ser científico implica cierta organización y trabajo en grupo; el fracción de la 12º sección carecía de dichas aptitudes.
Cuando estaba en el laboratorio, él sabía qué había que hacer y cual era el paso siguiente, lo sabía y no necesitaba consultar con nadie. Simplemente ordenaba. Además, al no pertenecer a una sección orientada directamente al combate, no prestaba atención a estrategias o formaciones, lo cual no quiere decir que no las conociese. Simplemente confiaba en su potencial para su propia supervivencia y en que sus aliados se bastasen; y evitaba que se estorbasen entre ellos. Normalmente en aquel lugar eso era suficiente.
Pero se enfrentaban a arrancars supuestamente organizados, al fin y al cabo antes dormían bajo el mismo techo que ellos, por lo que decidió proponer un mínimo de estrategia, y cuando digo mínimo, me refiero a algo casi tan nulo como el peso de una pluma.
—Bien, resulta que yo también combato desde cerca, aunque siempre me quedarán mis queridas gemelas.—Así era como llamaba a sus dos pistolas, desarrolladas por él, y que habían sido cargadas con energía equivalente a un único cero cada una, solo por si acaso.
—Así que...¿qué os parece la estrategia de "todos hacia delante y en sincronía"? Si hay varios enemigo nos dispersamos y punto.—De nuevo el "¿Qué os parece?" era un convenio social, dado que en aquel momento el era el que mandaba, aunque de todos modos no hubiese muchas más opciones para tres combatientes especializados en el cuerpo a cuerpo.
—Vamos allá.
Dicho esto, echó una última mirada a los rostros de sus compañeros, se giró hacia la enorme arboleda e inició la marcha bajo la luz carmesí de la dueña de Hueco Mundo. Aún estaban algo lejos de la zona, deberían acercarse un poco más para intentar vislumbrar algo.
[OFF: We need a narrator!! Doy por supuesto que me seguís, despues del narrador seguimos con los turnos asi que suponed que al llegar a una distancia prudente, en la que vea algo o no, me paro sin decir nada^^]
Aaron Smith- Desaparecido
- Post : 330
Edad : 35
Re: La Cacería de Alastor (Grupo 1) [TRAMA]
El viento susurra desde la arboleda, y levanta un fino manto de arena a los pies del grupo del Amanecer, destapando las primeras muestras del inminente cambio de paisaje. Entre el más puro desierto y la oscura arboleda se extiende una zona intermedia, fusión de ambos paisajes. El suelo está repleto de lo que parecen afloraciones de la parte superior del Bosque Menos, dando sustancialidad y consistencia al terreno.
La zona es completamente llana, sin formaciones rocosas ni vegetación, y se extiende a izquierda y derecha hasta más allá de donde la vista puede alcanzar. No se puede ver nada a través de las sombras proyectadas por los enormes árboles y solo se oye el sonido de la brisa que va amainando.
De fondo se escucha lo que parecen unos pasos, y el crujir de algunas ramas bajo los supuestos pies. Tras unos instantes de silencio, lleno con el bramido de algún que otro hollow al acecho, aparecen dos figuras encapuchadas. Visten raídas ropas grises y no muestran arma alguna. Ambas figuras esperan en la linde de la arboleda durante unos momentos, mirando a los tres arrancar desde la penumbra de sus capuchas. Tras esto, ambos arrojan al unísono sus capas al suelo y desenvainan sus ya visibles zampakutous. Pronuncian unas palabras—inaudibles para vosotros desde la distancia— y una ola de reiatsu os atraviesa levantando una barrera de arena que os impide ver más allá.
Cuando la arena vuelve a reposar sobre el suelo, es posible ver que las dos figuras han cambiado claramente.
A la izquierda, un chico ser de constitución media de poco más de metro setenta. En su rostro presenta seis ojos de un color negro intenso ocultos bajo su máscara, dispuestos verticalmente en dos grupos de tres. Sus manos son ahora afiladas patas de forma semejante a las de una araña, y al dejarlos caer alcanzan el suelo. A lo largo de su cuerpo presenta diversas piezas del mismo material que la máscara, a modo de armadura.
A la derecha, una chica de proporciones seductoras luce una armadura similar a la de su compañero. En este caso, tiene acoplado a cada uno de sus brazos unas tenazas que fácilmente podrían partir por la mitad el torso de un hombre fornido, y de la parte trasera de su cadera parte una cola de unos tres metros coronada por un aguijón con filo de un metro.
Tras poco tiempo se puede percibir que poseen una fuerza similar al de cualquier arrancar de nivel cercano a fracción, quizás un poco más. El grupo del Amanecer apenas dispondrá de diez segundos tras la resurrección de los enemigos, ya que ambos se abalanzan en una carrera vertiginosa contra los anteriores.
[Aaron: Por ahora voy a hacer de narrador por motivos obvios así que seguiré roleando pero sin inmiscuirme en las peleas, asi que nada, ¡a rolear! ]
La zona es completamente llana, sin formaciones rocosas ni vegetación, y se extiende a izquierda y derecha hasta más allá de donde la vista puede alcanzar. No se puede ver nada a través de las sombras proyectadas por los enormes árboles y solo se oye el sonido de la brisa que va amainando.
De fondo se escucha lo que parecen unos pasos, y el crujir de algunas ramas bajo los supuestos pies. Tras unos instantes de silencio, lleno con el bramido de algún que otro hollow al acecho, aparecen dos figuras encapuchadas. Visten raídas ropas grises y no muestran arma alguna. Ambas figuras esperan en la linde de la arboleda durante unos momentos, mirando a los tres arrancar desde la penumbra de sus capuchas. Tras esto, ambos arrojan al unísono sus capas al suelo y desenvainan sus ya visibles zampakutous. Pronuncian unas palabras—inaudibles para vosotros desde la distancia— y una ola de reiatsu os atraviesa levantando una barrera de arena que os impide ver más allá.
Cuando la arena vuelve a reposar sobre el suelo, es posible ver que las dos figuras han cambiado claramente.
A la izquierda, un chico ser de constitución media de poco más de metro setenta. En su rostro presenta seis ojos de un color negro intenso ocultos bajo su máscara, dispuestos verticalmente en dos grupos de tres. Sus manos son ahora afiladas patas de forma semejante a las de una araña, y al dejarlos caer alcanzan el suelo. A lo largo de su cuerpo presenta diversas piezas del mismo material que la máscara, a modo de armadura.
A la derecha, una chica de proporciones seductoras luce una armadura similar a la de su compañero. En este caso, tiene acoplado a cada uno de sus brazos unas tenazas que fácilmente podrían partir por la mitad el torso de un hombre fornido, y de la parte trasera de su cadera parte una cola de unos tres metros coronada por un aguijón con filo de un metro.
Tras poco tiempo se puede percibir que poseen una fuerza similar al de cualquier arrancar de nivel cercano a fracción, quizás un poco más. El grupo del Amanecer apenas dispondrá de diez segundos tras la resurrección de los enemigos, ya que ambos se abalanzan en una carrera vertiginosa contra los anteriores.
[Aaron: Por ahora voy a hacer de narrador por motivos obvios así que seguiré roleando pero sin inmiscuirme en las peleas, asi que nada, ¡a rolear! ]
Narrador- Post : 85
Edad : 44
Re: La Cacería de Alastor (Grupo 1) [TRAMA]
La luna, un rubí líquido y redondeado en el firmamento, resplandecía sobre la muralla de árboles de cuarzo e iluminaba la nube de arena producida a sus pies a causa del viento, que soplaba desde algún punto incierto del particular bosque que tenían ante si. Un silencio traicionero se filtraba a través de las sólidas ramas, enmarcado en el susurro de la brisa... y no se scuchaba nada más.
Incluso Elayne, acostumbrada a parlotear o echar a reír en los momentos menos oportunos, silenciaba ahora sus palabras y se mantenía bien cerca de Aaron, recordando a la imagen de un atormentado cachorrillo con las orejas agachadas y pegado a los talones de su amo.
No era el terrible desenlace que podía traer un enfrentamiento a su propia suerte lo que temía, sino a aquellos contra los que tendría que luchar. Porque, al fin y al cabo, ella también era una traidora de El Amanecer, conspiraba a espaldas de Marcus y colaboraba con la caída de su dictadura desde las sombras. Lo único que la diferenciaba con aquellos a los que tendría que dar muerte esa noche, con los que hoy combatirían a su lado y mañana serían enemigos, era que obedecían a distintos Señores. Tales pensamientos inspiraban en su mente un dilema difícil de ignorar... Porque esos rebeldes, Aaron, Jack y ella misma, no eran más que títeres manejados por las facciones que se disputaban el poder de Hueco Mundo, y estaban destinados a luchar entre ellos, aunque ninguno llegaría a paladear la recompensa que dejaría aquella guerra. Entonces, ¿por qué luchaba?
"¿Y por qué no ibas a hacerlo? Es tu manera de demostrar gratitud, Elayne; tu pago por todos los planes que han hecho para ti, por todo el esfuerzo, el interés... ¿Por qué no ibas a querer luchar? Es el único medio para sobrevivir aquí... sí, porque Hueco Mundo es tu hogar, y como en toda casa hay unas reglas. Y si no las respetas..."
Por algún motivo desconocido e incomprensible para cualquier ser razonable, a ella le gustaba ese lugar. Le gustaba ser un Arrancar y no quería irse de ahí, aunque supiera sin margen de dudas que su misión, fuera victoria o fracaso, finalizaría con su muerte. Era un pensamiento bastante triste y la amargaba, si bien se había resignado a la realidad.
-Aunque nos juguemos la vida en esto- murmuró en un determinado momento, notando la piel de gallina en los brazos y el vello erizado de la nuca.- Aunque perdamos... La compañía es inmejorable.
Ah, qué sentimental, qué estúpido debía haber sonado eso... Ahora le daba vergüenza y no podía mirar a sus compañeros a la cara.
Se aclaró la voz y se adelantó un par de pasos, escudriñando la oscuridad de la siniestra arboleda. Jirones de niebla acariciaban los troncos de aspecto mineral con sus dedos helados, otorgándole un matiz, si cabe, más espectral a aquella fronda de dedos retorcidos que parecían ansiar el astro que brillaba en el cielo nocturno.
El aire se paralizó en sus pulmones cuando distinguió las dos figuras, que emergieron de las tinieblas envueltas en ropajes de desvaído color gris. La arena brincó entonces y se abalanzó sobre el grupo como un depredador, impidiéndoles divisar, por unos segundos, la imagen de sus oponentes. Cuando el efecto cesó, Elayne apreció la mutación en ambos cuerpos y contuvo un escalofrío; ya no habría marcha atrás. Desenvainó rápidamente su propia espada y ejecutó los movimientos necesarios para liberarla, pronunciando el comando con voz queda.
-Atraviesa la oscuridad y alcánzalos... Espasmo.
El arma se desintegró en mil luces que formaron una sola, cubriendo a la Arrancar de cabellos rubios como un manto cegador. La electricidad crepitó y crugió a través de su sangre y sus huesos, despertando el poder dormido en ella.
Antes de que su nuevo aspecto pudiera distinguirse con claridad, se arrojó hacia el enemigo, impulsada por la fuerza revitalizante de la corriente que se expandía por cada fibra de su ser, veloz como un relámpago que anuncia la tormenta.
Incluso Elayne, acostumbrada a parlotear o echar a reír en los momentos menos oportunos, silenciaba ahora sus palabras y se mantenía bien cerca de Aaron, recordando a la imagen de un atormentado cachorrillo con las orejas agachadas y pegado a los talones de su amo.
No era el terrible desenlace que podía traer un enfrentamiento a su propia suerte lo que temía, sino a aquellos contra los que tendría que luchar. Porque, al fin y al cabo, ella también era una traidora de El Amanecer, conspiraba a espaldas de Marcus y colaboraba con la caída de su dictadura desde las sombras. Lo único que la diferenciaba con aquellos a los que tendría que dar muerte esa noche, con los que hoy combatirían a su lado y mañana serían enemigos, era que obedecían a distintos Señores. Tales pensamientos inspiraban en su mente un dilema difícil de ignorar... Porque esos rebeldes, Aaron, Jack y ella misma, no eran más que títeres manejados por las facciones que se disputaban el poder de Hueco Mundo, y estaban destinados a luchar entre ellos, aunque ninguno llegaría a paladear la recompensa que dejaría aquella guerra. Entonces, ¿por qué luchaba?
"¿Y por qué no ibas a hacerlo? Es tu manera de demostrar gratitud, Elayne; tu pago por todos los planes que han hecho para ti, por todo el esfuerzo, el interés... ¿Por qué no ibas a querer luchar? Es el único medio para sobrevivir aquí... sí, porque Hueco Mundo es tu hogar, y como en toda casa hay unas reglas. Y si no las respetas..."
Por algún motivo desconocido e incomprensible para cualquier ser razonable, a ella le gustaba ese lugar. Le gustaba ser un Arrancar y no quería irse de ahí, aunque supiera sin margen de dudas que su misión, fuera victoria o fracaso, finalizaría con su muerte. Era un pensamiento bastante triste y la amargaba, si bien se había resignado a la realidad.
-Aunque nos juguemos la vida en esto- murmuró en un determinado momento, notando la piel de gallina en los brazos y el vello erizado de la nuca.- Aunque perdamos... La compañía es inmejorable.
Ah, qué sentimental, qué estúpido debía haber sonado eso... Ahora le daba vergüenza y no podía mirar a sus compañeros a la cara.
Se aclaró la voz y se adelantó un par de pasos, escudriñando la oscuridad de la siniestra arboleda. Jirones de niebla acariciaban los troncos de aspecto mineral con sus dedos helados, otorgándole un matiz, si cabe, más espectral a aquella fronda de dedos retorcidos que parecían ansiar el astro que brillaba en el cielo nocturno.
El aire se paralizó en sus pulmones cuando distinguió las dos figuras, que emergieron de las tinieblas envueltas en ropajes de desvaído color gris. La arena brincó entonces y se abalanzó sobre el grupo como un depredador, impidiéndoles divisar, por unos segundos, la imagen de sus oponentes. Cuando el efecto cesó, Elayne apreció la mutación en ambos cuerpos y contuvo un escalofrío; ya no habría marcha atrás. Desenvainó rápidamente su propia espada y ejecutó los movimientos necesarios para liberarla, pronunciando el comando con voz queda.
-Atraviesa la oscuridad y alcánzalos... Espasmo.
El arma se desintegró en mil luces que formaron una sola, cubriendo a la Arrancar de cabellos rubios como un manto cegador. La electricidad crepitó y crugió a través de su sangre y sus huesos, despertando el poder dormido en ella.
Antes de que su nuevo aspecto pudiera distinguirse con claridad, se arrojó hacia el enemigo, impulsada por la fuerza revitalizante de la corriente que se expandía por cada fibra de su ser, veloz como un relámpago que anuncia la tormenta.
Lain- Arrancar Sinister
- Post : 143
Edad : 34
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