Tambores de guerra... [TRAMA]

La loba salió del palacio del Amanecer acompañada de su cachorro. Solo dos depredadores y el gran desierto de hueco mundo como coto de caza. A pesar de que se viera levemente preocupada, Okami estaba de buen humor. Hacía tiempo que no cazaba y aún tenía el sabor amargo de Jared en la lengua que le molestaba horrores. Así que dejando que las botas se hundieran en la arena miró por encima de su hombro a Scar y con una mano le indicó que se pusiera a su lado.

-No hay razón para que sigas por detrás de mí. Demuéstrame que eres un cazador digno, Cachorro... -dijo a modo de burla desapareciendo en un sonido sin siquiera darle tiempo al arrancar a reaccionar.

Tras ella, una estela de arena blanca se levantaba dejando ver por donde había marchado la veloz espada dejando un rastro más que claro para que se la pudiera seguir sin problema alguno. Las dunas pasaban por su lado y de vez en cuando giraba la cabeza entre zancada y zancada para mirar si venía detrás de ella aunque estaba segura de que sí.

Sonrió de nuevo, aunque pronto dejaría de hacerlo. Cambió de rumbo bruscamente, girando en un ángulo de 90 grados hacia la derecha. Había algo que tenía que comprobar por sí misma. Aún tenía la pequeña espina clavada de la falta de previsión por su parte. Cómo podía estar Alastor vivo sin que ella o Kenzo se hubieran dado cuenta? Aquel maldito inepto no tenía porque haberse enterado pero ella? Que se jactaba de tener la mejor pesquisa de todo Hueco Mundo? Maldita fuera la inteligencia de ese enorme Arrancar. Pronto se detuvo, en lo alto de una duna y se agachó apoyando una mano en la arena clavando una de sus rodillas olisqueando el aire. Sin duda olía a sangre.

-Dime, que hueles? -preguntó en el momento en el que Scar había aparecido a su lado, su voz ya no sonaba tan divertida, sino extremadamente alerta. -Cuántos son?

Si hubiera estado en forma de lobo, seguramente las orejas las tendría hacia arriba encaradas hacia el frente con la testa bien erguida. Sin embargo, sus fracciones no se habían equivocado y así lo confirmaba el aroma a sangre que le llegaba. El reiatsu de Alastor era inconfundible. Como olvidar el aroma de aquel junto al que había estado durante tanto tiempo, no como subordinada, sino como compañera. Gruñó levemente al revivir los recuerdos que tenía y se maldecía intentando adivinar en que había estado pensando ese maldito grandullón para orquestar todo esto. No había ninguna duda, había mucho más allí escondido que solo posiblemente el más grande de los anteriores Espada. Okami podía sentir, cerrando los ojos tras los cristales anaranjados de sus gafas, como había muchos más arrancar ocultos en aquel lugar. Sus reiatsus no parecían más débiles que cualquiera de los que eran alguien en El Amanecer, pero aún así, si Alastor había podido ocultarse tanto tiempo sin ser detectado, qué más podría estar ocultando?

Pronto una pregunta acudió a su mente. Estaría Marcus al tanto de ello? Seguramente, pero no tenía que preocuparse. Para cosas así estaban los nuevos Espada, aunque estuvieran en vías de extinción. El viento traía hacia la pareja el aroma de la sangre de Pretov y Enjeru que bañaba los árboles de piedra que se veían bajo la duna pero lo que había bajo ellos dormitaba, al menos, de momento. En la mente de Okami, los tambores de guerra empezaron a sonar. Sin duda, pronto habría una cacería a gran escala.

Había seguido a Okami desde la 6º sección, con bastante entusiasmo por cierto, ante la idea de poder cazar de nuevo acompañado por aquella actual espada, quien le había enseñado todo desde la caza y a quien le agradecía ser como era puesto que seguramente si en su momento no hubiese hecho nada, o bien haberlo matado cuando se despertó, recordaba que al principio casi ni sabía hablar, su nombre verdadero era una incógnita incluso para él.

Salió de sus pensamientos nada más que Okami hizo el sonido, aunque antes se había puesto a su lado por lo que le había dicho, como siempre lanzada a por la primera victima, aunque si fuese así no habría dejado su rastro, algo habría pasado ¿no?

Tras un segundo de ni siquiera pensarselo salió corriendo de allí, a una velocidad bastante alta, no llegando al sonido pero casi rozando aquella velocidad, sus ojos amarillos puestos al frente mientras que las imagenes difuminadas pasaban alrededor de él era lo que más podía ver, como las partículas de polvo en el aire iban más rápido de la cuenta porque él también iba rápido, agarrando su zampakutoh con una mano, recordando aquella forma de correr a la de los samurais, lo que había sido en su vida anterior.

Al llegar escuchó las palabras de Okami atentamente, de forma inmediata hizo desaparecer primero su máscara hollow de su cara, para luego llevarse la mano a su segunda máscara, dejando salir su nariz ya que las máscaras para olfatear le molestaban hasta cierto punto, entonces fue cuando empezó a olfatear el aire.

-Huelo...sangre...si, se ha derramado sangre...y hay...decenas de ellos, no sabría decir exactamente cuantos...- Acto seguido se tapó la nariz con las dos máscaras, mirando hacia la procedencia del olor, desenvainando su zampakutoh por si había alguien allí, por si realmente les hacía falta entrar en combate contra alguien fuerte, su hambre había desaparecido, la adrenalina empezaba a recorrer su cuerpo.

Un leve gruñido salió de su garganta dando a entender que estaba en alerta, vale que pudiese regenerarse rápido, pero tampoco quería dejarse herir asi por las buenas y mucho menos sabiendo que con aquello sus energías se gastarían mas rápido de lo normal, y precisamente quería tener aguante.

Su reiatsu salía de él de forma lenta, pausada, pero al mismo tiempo ocultándose, como si fuese un inhibidor para su propio cuerpo, no era que lo hubiese suprimido, si no que lo había aminorado por si necesitaban usar una estrategia de emboscada o algo por ese estilo, era más seguro que fuesen a por el que menos reiatsu tenía si se trataban de enemigos, ya que no conocía los olores tampoco podía diferenciar entre ellos.

Su zampakutoh estaba oculta tras su brazo, la parte que no cortaba de la misma apoyada en el arrancar, mientras miraba con sus ojos amarillos donde olia la sangre, ¿que habría pasado?, ¿eran los primeros que se daban cuenta? porque sabiendo como eran los hollows normales y los carroñeros no le extrañaba que al menos los cadaveres o los heridos estuviesen ya en estado de descomposición avanzada, era ley de vida segun había oído, según el, escusas para justificar a una presa débil que no ha sabido dar la talla...pronto se vería lo que había pasado, hasta entonces, mantenerse en guardia por si tenía que cubrir a Okami era casi una obligación, él se podía regenerar rápido, por lo que si era herido sería simplemente un estorbo menos, al menos si el ataque se podía catalogar como estorbo.

La loba le observó por unos instantes cuando empezó a gruñir y le cubrió la máscara con la mano mientras siseaba para que se callara. No podía arriesgarse a que Alastor se decidiera a atacarlos pues seguramente ya sabrían que estaban allí. Okami chasqueó la lengua levemente y volvió a cerrar los ojos aspirando el aroma del aire dejando que su pesquisa se extendiera por toda la planicie. Scar tenía un buen olfato y su pesquisa era algo a tener en cuenta pero se le escapaban aún los aromas más tenues. Sin embargo, la Espada podía identificar cada olor que llegaba a su fina nariz por el aire que mecía sus cabellos en aquel momento.

Tenía razón parecían ser decenas pero no eran más que criaturas desorganizadas, casi podía sentir el pulso acelerado de la mayoría de ellas en su reiatsu. Okami hundió la mano en la arena cerrando el puño después de una manera lenta, casi ritualista. A los pocos segundos abrió sus ojos bicolor mirando por encima de sus gafas hacia la formación rocosa y siseó para que Scar se callara.

-Silencio, cachorro... O sabrán los débiles que estamos aquí. Alastor... ya lo sabe -concluyó poniéndole la mano en el brazo haciendo que bajara el arma.

Okami se quedó mirando hacia el una negrura extrañamente formada en mitad del bosque. Casi se podía ver el humo saliendo de las fosas nasales del gran animal, esperando pacientemente el momento del encuentro. Era cierto que Alastor podría haber salido de la negrura para enfrentar a Okami pero, a pesar que sus compañeros la loba no había sobrevivido por hacerse la héroe o la inconsciente. Para ella, no había derrota en una retirada a tiempo si al final era ella quien vencía. Como reza el dicho (y no es que Okami lo conociera sino que su instinto le decía que obrar así era lo más sensato) "Huye y sobrevive para luchar en otra guerra". Y eso es lo que iba a hacer precisamente. Pero parecía que la batalla de miradas que ambos se tenían no iba por ese camino. Tanto Okami como Alastor comprendían que el enfrentamiento era inminente y que tal vez, si detuviese a la nueva Espada podría retrasarlo pero seguramente otro tipo de cosas pasarían por la mente del ex-Espada. Okami no lo entendía y le maldecía por dentro por haber hecho tal estupidez pero sus razones tendría. No había más que hacer. Había traicionado a Marcus y para ella, eso era imperdonable.

-Cachorro, volvemos al Amanecer... Tenemos una caza que organizar -Okami se puso en pie dejando que la arena que había cogido momentos antes escapara por entre sus dedos dejando que los granos se los llevara el viento.

Qué podía significar aquel gesto ni siquiera la propia Espada lo sabía pero aún así lo hizo. Se giró tras soltar un leve suspiro negando con la cabeza y volvió a desaparecer de un sonido. Era el momento de que volvieran a luchar, y en la mente de la arrancar sonaban tambores de guerra...

Okami le tapó la máscara por alguna razón, no se quejó ante ello, puede que en una situación cotidiana lo hubiese hecho, pero estaban de caza y ella era la jefa asi que solo le quedaba mantenerse callado, mirando hacia la procedencia de los olores mientras que Okami hacía aquella especie de ritual, podía pasar con ella una gran cantidad de años que nunca descubriría ni la mitad de sus costumbres en la caza, era por eso que se había ido de viaje...al menos una de las razones, entender a la loba.

Alastor, sabía que ese nombre le sonaba de algo, pero como de muchas cosas no se acordaba, y para que Okami reaccionase así sin duda debía ser alguien fuerte...y para que decir que no...entretenido de combatir contra él, en su viaje por hueco mundo se había encontrado de todo, pro nunca a parte de Okami se había enfrentado contra alguien más fuerte que él y para que decir que no, aquella idea de enfrentarse al peligro de aquella manera le entusiasmaba, pero, si Okami creía que no era buena idea, seguramente era por alguna razón.

"Y yo con hambre...que putada" Fue lo único que pensó, con ese pequeño gruñir de estómago mientras miraba de reojo a Okami que miraba hacia donde estaba Alastor, ¿que tipo de arrancar sería para que Okami no quisiese destrozarlo? de verdad que le intrigaba aquello y no era para menos, a Okami siempre la había visto como una depredadora imponente que no tenía piedad a la hora de matar, que si luchaba contra alguien siempre había sido letal, pero, con aquel arrancar que, vale, tenía gran poder, pero no dejaba de ser asesinable, Okami estaba siendo muy cuidadosa.

Entonces le dijo de ir al Amanecer, un poco en contra de su instinto le siguió con un sonido.

No sabía porque, pero en su cabeza se repetían algunas imagenes, dos ejercitos enfrentandose entre si, las espadas cruzandose y los gritos de muertes tanto de un bando como de otro...si era supersticioso cualquiera diría que era un mal augurio...o tal vez bueno, pero como no lo era no le dió la más minima importancia.