Buscando información sobre la máscara [TRAMA]

Mise llegó al escuadrón junto a Yoruko y Satou, entraron directamente en la biblioteca, desde una puerta que daba al jardín. Al llegar a la sala principal, el capitán indicó con un gesto que las otras personas eran sus acompañantes, por lo que los guardas se abstuvieron de pedirle a Amai una autorización. Shuseki se movía rápido, conocía aquel lugar mejor que cualquier otro en el mundo, había llegado a pasar casi días enteros investigando entre todos aquellos libros. No tardaron en llegar a la sección, pues era la primera de todas, un enorme cartel que leía "Historia" les daba la bienvenida. Se introdujeron a traves de un largo pasillo creado por dos enormes estanterías y pararon cerca del final. Había varias notas informativas que dividían la sección para facilitar la búsqueda.

-Debe de estar por aquí...

Los dedos de Mise pasaban rápido por la tapa de cada libro, extrayéndolos unos centímetros mientras sus ojos escudriñaban los numerosos títulos que se agolpaban. Finalmente cogió uno, asintiendo levemente con la cabeza, parecía que había encontrado el que buscaba. Era un ejemplar bastante viejo, con algo de polvo por su situación en aquel angosto pasillo. Antaño debió tener un color azul marino de tonos fuertes, pero el desgaste hacía que se acercase más al gris. El capitán sopló sobre él, haciendo que el polvo se quitase y descubriendo el título.

"Kaito Rizumu, el shinigami maldito."

Las páginas empezaron a avanzar a gran velocidad, el capitán las pasaba una tras otra, sin detenerse a leer, buscando algo. Al final paró y colocó su índice con fuerza sobre el libro. Las páginas desplegadas mostraban dos imagenes, eran dibujos de una máscara sospechósamente parecida a la que Yoruko le había enseñado. El primer dibujo la mostraba de perfil y el segundo de frente, ambos tenían numerosas anotaciones técnicas: ancho, alto, colores (el dibujo estaba en blanco y negro) y otros aspectos aparentemente irrelevantes. Mise le acercó el libro abierto a la capitana.

-¿Qué le parece?

En ese momento la joven capitana seguía el paso de un capitán perdido en sus pensamientos. A medida que se iban acercando a las dependencias del 8º escuadrón una punzada de preocupación le atravesó el estómago. La expresión de Mise-taicho la había hecho pensar que tal vez el asunto sería mucho más delicado de lo que en un principio parecía. No sabía nada de lo que estaba pasando en Europa y el que Kato se fuera de una manera tan sonriente no la tranquilizó en absoluto.

Con el fin de relajarse y alejar sus pensamientos de una imaginación bastante catastrofista se agarró a las mangas de su haori apretando el paso para mantener el ritmo del capitán. Hubiera preferido ir con dos o tres shumpo pero no estaba segura de que sus acompañantes pudieran llevar su ritmo por lo que tuvo que reprimirse. Aquello no estaba bien. Pero pronto sabrían algo más de lo que los arrancar pretendían.

Entraron en la biblioteca y Yoruko esperó pacientemente al capitán al principio de las estanterías. Allí solo era un estorbo por lo que dejó que el bibliotecario buscara a sus anchas sin agobiarle. Le dedicó una media sonrisa a Amai para tranquilizarle ya que podía comprender lo nervioso que estaría con dos capitanes después de todo lo que había pasado. Estaba algo unida a aquel muchacho después de haberle hecho el entierro del alma tanto tiempo atrás. Suspiró levemente y cerró los ojos antes de abrirlos de nuevo justo cuando Mise volvía a acercarse a ellos.

Sus ojos pasearon rápidamente por la hoja leyendo las anotaciones de altura y demás para luego levantar la máscara q aún tenía en las manos para compararlas una al lado de la otra.

-Parece ser que se trata de la misma máscara, Mise-taicho. Pero qué quiere decir? De que trata este libro? Debemos preocuparnos? -las palabras salían levemente de sus labios mirando al capitán para después fijarla en la máscara y luego en el dibujo. Ahora solo había más preguntas en su mente, más dudas y menos seguridad.

Satou hizo todo el camino a la espalda de sendos capitanes. Su mente divagaba por los acontecimientos. Se encontraba en un laberinto, un típico laberinto tenebroso, y en el cual una niebla hace que no se distingan bien los caminos. Casi no recordaba que le resultaba tan inquietante, si el hecho de que le salvase un arrancar, si el haber estado cerca de la muerte, su fallo garrafal contra la arrancar del pelo verde. Empezó a preguntarse si de veras estaba capacitado para el puesto, si valía, y si alguna vez podría llegar a dominar el bankai, algo que ansiaba desde hacía ya tiempo, y que se le hacía mas lejano por momentos, pero una vez mas, se vio obligado a apartar todos esos pensamientos, que solo le entorpecería en lo que ahora se encontraba.

Si le preguntasen por el camino seguido, no sabría contestar, pues cuando volvió en si, ya caminaba por las instancias del octavo escuadrón. Tenía el techo alto, y había libros por todos lados. Era un sitio interesante. Fue en el escuadrón donde intentó entrar en principio, pero vistas sus habilidades en kidou, fue admitido en el quinto. Una vez más dudó de sus habilidades, y una vez mas apartó los dichosos pensamientos.

Tras largo rato tras los capitanes, empezaba a costarle andar, y cada paso lo sentía como si tuviese que correr cien metros. Se encontraba en una situación agotadora, y la fatiga trataba de asomar a su rostro.

Entraron en un pasillo largo, del que casi no se veía el final. Satou, miraba a un lado y a otro, comprobando algunos títulos... "Hollowificación", "La guerra", "Estudios para la mejora de la Sociedad de Almas", "Límites en el mundo real" y muchísimos mas títulos de libros que parecían interesantes. También había algunos del mundo real, literatura clásica sobretodo. Se detuvo unos instantes frete a un libro grueso, con el lomo rojo y con dos kanjis grandes en dorado: "BANKAI"... - Quizá necesite la ayuda del octavo escuadrón... - pensó para sí mismo -Te vas a quedar atrás... - le advirtió saya. Con un ligero sobresalto volvió la vista hacia el frente donde ambos capitanes se detuvieron. Se incorporó con varias zancadas y al llegar, Hokori-taichou le dedicó una sonrisa tranquilizante. Era una buena shinigami y muy cercana, aun siendo capitana. Mise ojeaba las páginas de un libro para después mostrarlo abierto con una imagen de la máscara que buscaban los arrancar, a los otros dos shinigamis junto con la máscara original. Satou no necesitó ni mirar la original, ya se la conocía, y no tuvo nada que añadir tras las preguntas de Hokori-taichou.

Satou se quedó mirando fijamente la máscara de la imagen, y esperó las contestaciones de Mise-taichou

[OFF: Puf perdonadme de nuevo, pero es que estas fechas son muy malas]

Mise mostró pacientemente la imagen tanto a la capitana como al shinigami que los acompañaba. No había demasiado que ver u objetar, pues no había duda que la máscara era exactamente la misma que la que ellos poseían. La joven Yoruko comparó ambas varias veces para estar segura. Después llegó la pregunta, el capitán suspiró levemente, preparándose para explicar o mejor dicho, para seguir mostrando.

-Verá capitana, existe una historia muy desconocida en la Sociedad de Almas, cuyo único relato abierto al público es éste que tenemos. Existen varios libros más sobre el tema, pero la mayoría se perdieron con el tiempo o fueron destruidos, los pocos que quedan están en la sala de máxima seguridad.-Lo había vuelto a hacer, se había ido por las ramas. Como si un rayo de iluminación divina tocara su mente, Mise bajó la cabeza y tras ir al índice del libro, comenzó a pasar páginas. Mientras siguió hablando.-Bueno, la historia que nos atañe data sobre la primera época de la Sociedad de Almas, tiempo ha. Según cuentan, el duodécimo escuadrón pudo arrancar la máscara de un hollow sin acabar con él y esto les permitió hacer numerosos experimentos. Descubrieron entre otras cosas que, el reiatsu del hollow no es tan diferente del nuestro como pensamos, sino que podrían ser dos partes de una dualidad. Es decir, que tanto shinigamis como hollows poseen el mismo reiatsu, pero para que me entiendan, es como si uno tuviera carga positiva y el otro negativa. ¡Ah! Aquí está...

De nuevo el capitán desplegó el libro ante los ojos de sus acompañantes. En una de las páginas se encontraba ilustrada la cara de un shinigami. Era joven, no más de 25 años aparentes, pelo largo y envuelto en una coleta y mirada y rostro serenos. En el pie de página podía leerse un nombre: Kaito Rizumu.

-Este shinigami fue el primer voluntario que se ofreció para probar el nuevo "arma" del Gotei 13. Leere lo que dice para aclarar las cosas: Mise carraspeó un poco y acto seguido comenzó a leer en alto.

[...]La doceava división había descubierto, tras numerosos experimentos, que la máscara del hollow mantenía intacto su reiatsu y que éste reaccionaba positivamente si se le aplicaban muestras de energía shinigami. No solo eso, si no que podía observarse un claro aumento de flujo y potencia en el interior de aquel objeto. [...]
Kaito Rizumu, 4º Oficial del 6º Escuadrón, fue el primer voluntario que se presentó para ponerse aquella máscara. Esto se realizó en alto secreto y en una sala de máxima seguirdad, por lo que no se tienen datos de aquella sesión de prueba. Sin embargo, varios informes posteriores revelan que aquel shinigami sobrevivió y no solo eso, también llevaba la máscara sobre su rostro siempre que se le veía. Fue apodado Kaito "El Enmascarado" y se tiene constancia de que en varias misiones de alto riesgo fue el único superviviente, completando todas y cada una de las tareas que se le mandaban. [...]

La muerte de éste shinigami es la polémica central de éste tema, según datos de la época. Kaito escapó de la Sociedad de Almas y durante dos meses pudo mantenerse oculto. Tras éste tiempo fue apresado por dos capitanes y ejecutado días después. No se sabe donde puede encontrarse la máscara, pués en el momento de su arresto el shinigami no la llevaba con él.

Shuseki cerró las tapas del libro sonoramente, mirando a Yoruko y a Satou seriamente. Ahora eran un poco más conscientes de lo que habían encontrado, pero aún necesitaban una última información.

-Según informes secretos recuperados, la máscara no solo aumentaba el poder de Kaito, sino que como reiatsu negativo que poseía, su agresividad también se potenció hasta el extremo. Se sabe que fue el único superviviente de las misiones porque él mismo mató a sus compañeros y que se escapó porque ya lo habían condenado por asesinato. Lo que hasta ahora no estaba claro era si la máscara había desaparecido, siendo destruida por el paso del tiempo o por el contrario, perdura hasta nuestros días. Por lo visto ya tenemos la respuesta...

Tras la oleada de información, Mise guardó el libro en su sitio y esperó a que tanto Yoruko como Satou organizaran sus cabezas y dieran alguna respuesta.

Yoruko casi podía sentir la máscara palpitando en su mano. Conforme Mise-taicho iba revelando los detalles que tenían que ver con aquel extraño objeto más preguntas se reveleban en su mente. Frunció el ceño levemente asintiendo de vez en cuando ante las explicaciones del capitán mientras asimilaba lo mejor que podía la hondonada de información que le llegaba por su parte.

Sintió como un escalofrío le recorrió la espalda al escuchar las últimas palabras de Mise-taicho. No podía llegar a imaginarse que tipo de poder tenía la capacidad de controlar de una manera tan brutal a un antiguo oficial del Seireitei. Todo aquello era nueva información para ella pero según estos últimos eventos los arrancar tenían demasiados conocimientos para que eso fuera tranquilizador. Suspiró quedamente llevándose una mano a su barbilla aún sosteniendo la máscara con la otra y bajó la mirada para meditar sobre lo que acababa de oír.

-Kaito Rizumu... -susurró la joven capitana para sí misma mientras fruncía el ceño.

Aquel nombre le sonaba demasiado como para que fuera solo una mera coincidencia. Tendría que revisar los archivos del 2º escuadrón en cuanto llegase y por supuesto avisar al comandante era la prioridad en este momento. Si los arrancar estaban al tanto de este tipo de objeto podría significar que tenían más información que ellos. Maldita sea. Chasqueó la lengua molesta y una nueva punzada de preocupación pinzó su pecho.

-Supongo que aquel experimento fue cancelado. Aunque creo que los del 12º deberían tener algo más en sus registros... -decía sin apartar la mira del suelo mientras daba toquecitos en su barbilla con el dedo índice. -Aún así, me resulta tremendamente extraño que la máscara pudiera quedar oculta durante tanto tiempo sin que se supiera de su existencia. El que estuviera emplazada en aquel lugar ha tenido que traer consecuencias. Si aquellos arrancar iban detrás de este objeto... Debemos informar a Koyuki-sôtaichô de todo esto.

Su voz se perdió en el hilo de sus pensamientos. Chasqueó la lengua de nuevo y se quitó la mano de la barbilla. No era el momento de ponerse a pensar en aquello. Era el momento para meditar sobre la embergadura de todo lo que estaba pasando. Qué recursos podría estar usando Hueco Mundo para conseguir aquella máscara a pesar de que todo hubiese sido frustrado por el joven shinigami que estaba a su lado. Le dedicó una leve mirada a Amai y entonces se acordó de lo que el joven shinigami había dicho momentos antes.

-Tengo un mal presentimiento, vuelvo al dangai, Mise-taicho. Os dejo todo esto a vosotros -respondió casi forzando la máscara en las manos del joven Amai.

Segundos más tardes ya había desaparecido de las instalaciones del 8º escuadrón usando su veloz shunpo. Iba a toda velocidad llevándose una mano a su vientre cogiéndose fuertemente del obi con aquel pinchazo atenazando su interior. Esperaba con todas sus fuerzas que no hubiera pasado nada. Que todos volvieran sanos y a salvo de aquel peligroso encuentro.

Amai quedó aturdido por la ola de información. Llegó un momento en el que no era capaz de captar más que palabras sueltas. Por suerte para él fueron suficientes para saber más o menos de que iba la cosa. Tampoco es como si ambos capitanes tuvieran mucha idea. Era un caso antiguo, en el que se implicaban hollows, shinigamis, y el duodécimo escuadrón. Oyó algunas cosas más, pero estaba tan saturado que no las asimiló. Independientemente, tenía que seguir luchando por el simple hecho de mantenerse de pie, y el dolor de la herida de su costado, parece que volvía. Lo contuvo apretándose en el lugar dolorido con su mano izquierda, y de éste modo agunataría un rato más. Realmente, aguantaría lo que fuese necesario, sin emitir quejido, ni expresarlo, por no incomodar (más) ni preocupar (más) a los presentes.

Las cabilaciones de Hokori-taichou arrasaron con las pocas neuronas que quedaban en pie tras la avalancha de información que azotó justo antes la cabeza de Amai, aunque una vez más fue capaz de seguirlas, aunque con mayor dificultad.

Aun procesando y poniendo ideas en orden, se vió con la máscara plantada en el pecho, sujeta con la mano de Hokori-taicho. Se notaba que estuvo en la úndecima división, pues simplemente sosteniendole la máscara contra el torso, le hizo retroceder un paso, para luego cogerla con la mano que le quedaba libre. Se produjo un mínimo roze con su piel, del que quizá ella ni si jactase. Ahora, en cambio, no parecía para nada haber participado en esa división de tipos enormes, y agresivos como animales. Su piel era suave y fría como la porcelana, y llamaba la atención lo cuidadas que estaban sus uñas. De veras parecía una mano de porcelana, de no ser porque tenía mas movilidad. Aun recordaba el día que le recogió del mundo humano, y el terror que le produjo. Como había cambiado las cosas...

El característico sonido del shumpo junto a su oido le impedió la entrada a ese mundo nostálgico que trataba de evocar su mente. Satou giró sobre sí mismo, para verla partir, pero ya no estaba... Ahora es cuando se nota que está en el segundo escuadrón... Devolvió la mirada a Mise-Taicho, para, tras ponerse rectísimo, preguntarle algo que debía saber para no meter la pata en un futuro próximo.

- Mise-taichou, he de suponer que esto es secreto y, hasta más saber, no debe salir de aquí, ¿no es así? - dijo disimulando los nervios que le rebosaban por estar a solas con un taichou. Pensó, por enésima vez, que toda esta movida se le venía grande, pero tenía que afrontarlo, pues, si quiería superarse a sí mismo, esto era una excepcional y completísima prueba de fuerza de voluntad, resistencia al reiatsu tan poderoso que cargaba el ambiente y al dolor. Del mismo modo, era una prueba para saber que tenía el valor suficiente para afrontar un problema de semejantes magnitudes sin perder la compostura. Y, nunca viene mal el reconocimientode un capitán. Para llegar a ser alguien, tenía que ser conocido por los más importantes.

Tras la respuesta del capitán, solo añadió: - ¿Ahora nos dirigimos al duodécimo escuadrón? -

[OFF, si quieres, y no vas a necesitar respuesta mía, responde, y cierra, vale??]

Mise arqueó una ceja ante el comentario de la capitana, era bastante perspicaz, deberían ir al duodécimo para intentar recuperar informes. Aunque habían pasado demasiados años. En cuanto a los Arrancar, no tenían pruebas de que fueran a por aquella máscara, pero aunque les interesara conseguirla, el por qué estaba fuera de las respuestas que poseían hasta ahora. Por lo que se sabía, esa máscara solo había funcionado con shinigamis así que desconocía totalmente el efecto que podría tener en un hollow, tal vez ninguno...pero sospechar no era lo suyo.

-[...]Debemos informar a Koyuki-sôtaichô de todo esto.

El capitán asintió con la cabeza y despidió a Yoruko con un gesto de su mano, que llego tarde. El shunpo de aquella muchacha era formidable, pero esas prisas no eran buenas, o quizás era él que se estaba haciendo viejo. Después la voz del shinigami que les acompañaba volvió a sonar, llevaba mucho tiempo en silencio, Mise le miró y de nuevo, bajó levemente la cabeza en señal de afirmación, aquella información era alto secreto, al menos de momento.

-¿Ahora nos dirigimos al duodécimo escuadrón?

Se rascó el mentón, debían informar al comandante, pero tampoco estaría de más ir al duodécimo. Podrían separarse, pero era bastante probable que a Satou le denegaran el acceso a los informes. Y por otra parte, no estaba seguro de cómo se tomaría el sotaicho que un capitán mandara a un tercer oficial, que ni siquiera era de su escuadrón, a informarle. Lo mejor sería que ambos fueran a la división de investigación y después él en persona llevara la información al comandante.

-Sí, ahí nos dirigimos. Vamonos, no hay tiempo que perder.

Tras dejar el libro en su sitio Mise comenzó a andar, seguido de Satou. Al contrario que la capitana del segundo, no irían con shunpos, si no dando un paseo rápido, al capitán le perdían aquellas costumbres.

[OFF: Bueno aquí ya se puede cerrar. Satou si quieres postea tu primero en el 12]