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Empleados del hogar...
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Empleados del hogar...
Bueno, hace ya algún tiempo, hablamos de lo divertido que sería ver a ciertos personajes poner una lavadora, fregando el suelo, o limpiando por debajo del sofá... je, je, je... je...
La cosa es así: es un momento ajeno a la historia, que no se tendrá en cuenta luego en el rol y que yo (y quizás ayuda de algún otro narrador) os llevaré, os iré poniendo pruebecillas. La intención es reirnos un rato, así que haced posts divertidos y no tratéis de libraros así como así de las tareas que os sean asignadas ^^ Será disponible para arrancars y shinigamis, y las pruebas serán simples, al estilo de: limpiar la chimenea, cambiar un pañal, arreglar el tejado, desatascar el WC y cosas así.
******************************************************************************************************************
Os meto en ambiente... Una mansión enorme al fondo de fachada blanca, incontables balcones, cinco plantas, y arriba de la entrada (dos grandes portones separados por una columna), un rosetón con una imagen religiosa. Jardines extensos se divisan por detrás suya, con arboles con formas de animales, o formas geométricas, y un típico laberinto para disfrute de los pequeños... delante, unas escaleras inmensas dan a una fuente no menos grande, acorde con lo vasto del entorno, con figuras esculpidas de delfines, ranas y tortugas. Finalmente, un muro de setos limita la extensa parcela, con una majestuosa cancela donde se leen las iniciales F.F. (Foster Flink)
El clima es agradable, veraniego. Tras la tregua acordada entre ambos máximos diligentes de ambos bandos, tras una acalorada reunión de contenido secreto entre Koyuki y Marcus (en la que ciertos individuos aseguran haber escuchado gemidos al pasar cerca del cuarto en el que se reunieron) ambos en enviado algunos de sus chicos a llevarse bien en comunidad, y han elegido este caserío para ponerlos "a prueba". La información de la que disponen es que es una mansión del siglo XVI, en la que una pobre viuda cuida de sus siete hijos, de un año el menor, y 23 el mayor. Además, en la casa viven dos mayordomos de raza negra, uno de cada género, y más que acostumbrados a tratar con los chicos, por si necesitasen algun tipo de ayuda los "invitados"
A escasos metros de la fuente, se abren frente por frente una garganta y una puerta espiritual, de las que empezarán a llegar los arrancars y shinigamis enviados.
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Id entrando los que queráis, narrando vuestra aparicion en el fabuloso jardín y dentro de una o dos semanas, cierro la entrada, os presento a los personajes formalmente, y os comenzaré a poner pruebas (yo pongo prueba, vosotros contestais como lo haceis y yo u os complico la prueba, u os doy otra si lo dejais solucionado...). Siempre podeis preguntar a los mayordomos... ustedes allá... xDDD
Si en algún momento queréis dejarlo, no tenéis más que decirlo ya m inventaré algo pa sacaros, y si alguien quiere entrar, ya m inventaré algo pa meterle.
No hay turno de posteo ni presiones, es solo para divertiros, así que tomadlo con calma... el que más postee, más pruebas hará y mejor se lo pasará, simplemente ^^ (eso también quiere decir, q quizá tarde un par de día en responder a las pruebas que valláis haciendo... ^^)
PD: no mateis a nadie, que os veo venir queridos arrancars...
PD2: Seguramente dejaré un par de semanas, que se que hay gente muy liada de examenes... ^^
ENTRAD QUERIDOS MIOS....
La cosa es así: es un momento ajeno a la historia, que no se tendrá en cuenta luego en el rol y que yo (y quizás ayuda de algún otro narrador) os llevaré, os iré poniendo pruebecillas. La intención es reirnos un rato, así que haced posts divertidos y no tratéis de libraros así como así de las tareas que os sean asignadas ^^ Será disponible para arrancars y shinigamis, y las pruebas serán simples, al estilo de: limpiar la chimenea, cambiar un pañal, arreglar el tejado, desatascar el WC y cosas así.
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Os meto en ambiente... Una mansión enorme al fondo de fachada blanca, incontables balcones, cinco plantas, y arriba de la entrada (dos grandes portones separados por una columna), un rosetón con una imagen religiosa. Jardines extensos se divisan por detrás suya, con arboles con formas de animales, o formas geométricas, y un típico laberinto para disfrute de los pequeños... delante, unas escaleras inmensas dan a una fuente no menos grande, acorde con lo vasto del entorno, con figuras esculpidas de delfines, ranas y tortugas. Finalmente, un muro de setos limita la extensa parcela, con una majestuosa cancela donde se leen las iniciales F.F. (Foster Flink)
El clima es agradable, veraniego. Tras la tregua acordada entre ambos máximos diligentes de ambos bandos, tras una acalorada reunión de contenido secreto entre Koyuki y Marcus (en la que ciertos individuos aseguran haber escuchado gemidos al pasar cerca del cuarto en el que se reunieron) ambos en enviado algunos de sus chicos a llevarse bien en comunidad, y han elegido este caserío para ponerlos "a prueba". La información de la que disponen es que es una mansión del siglo XVI, en la que una pobre viuda cuida de sus siete hijos, de un año el menor, y 23 el mayor. Además, en la casa viven dos mayordomos de raza negra, uno de cada género, y más que acostumbrados a tratar con los chicos, por si necesitasen algun tipo de ayuda los "invitados"
A escasos metros de la fuente, se abren frente por frente una garganta y una puerta espiritual, de las que empezarán a llegar los arrancars y shinigamis enviados.
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Id entrando los que queráis, narrando vuestra aparicion en el fabuloso jardín y dentro de una o dos semanas, cierro la entrada, os presento a los personajes formalmente, y os comenzaré a poner pruebas (yo pongo prueba, vosotros contestais como lo haceis y yo u os complico la prueba, u os doy otra si lo dejais solucionado...). Siempre podeis preguntar a los mayordomos... ustedes allá... xDDD
Si en algún momento queréis dejarlo, no tenéis más que decirlo ya m inventaré algo pa sacaros, y si alguien quiere entrar, ya m inventaré algo pa meterle.
No hay turno de posteo ni presiones, es solo para divertiros, así que tomadlo con calma... el que más postee, más pruebas hará y mejor se lo pasará, simplemente ^^ (eso también quiere decir, q quizá tarde un par de día en responder a las pruebas que valláis haciendo... ^^)
PD: no mateis a nadie, que os veo venir queridos arrancars...
PD2: Seguramente dejaré un par de semanas, que se que hay gente muy liada de examenes... ^^
ENTRAD QUERIDOS MIOS....
Murakami Aoki- Post : 763
Edad : 34
Re: Empleados del hogar...
Yoruko estaba contenta. Un poco nerviosa pero contenta al fin y al cabo. El comandante la había hecho llamar para que fuera el mundo humano, y la joven capitana hacía mucho tiempo que no tenía la oportunidad de usar su gigai. Se le hacían raras algunas costumbres humanas pero después de todo vivir en una mansión donde hay mayordomos y niños como de complicado podía ser? Pobre ingenua...
Llegó a la antesala espiritual para ver que estaba sola. Aún no se había presentado nadie aunque estaba muy segura de que Sotaicho le había dicho que irían más shinigami. Bueno, la puntualidad no es que fuera algo que todos tenían así que simplemente se adelantó para hacerse con el sitio y explorar un poco. También así podría elegir habitación con vistas! Todo estaba calculado. Frotándose las manos sonriendo recorrió el camino por el Dangai con calma mirando a su alrededor "disfrutando" del paseo. Como ya se venía diciendo, hacía mucho que Yoruko no tenía la oportunidad de ir al mundo humano y menos para placer. Eran como unas vacaciones. Había dejado a Himeko y a Seikuro con todo el papeleo así que estaba libre de responsabilidades.
Salió de las puertas espirituales para ver delante de ella la garganta que habían abierto los del otro bando. Se tensó levemente pero después de todo había una alianza por lo que no tendrían que pelear entre ellos. Además, no permitiría que los arrancar le fastidiaran la experiencia. Miró a su alrededor observando los jardines, la fuente, los árboles de animales sorprendida por el lugar y la extensión del sitio.
-Vaya! Esto sí que es grande... -exclamó poniendo una mano por encima de sus ojos para poder otear el horizonte donde se perdía el laberinto. -Esto va a ser genial!
En cierta medida, tenía curiosidad por saber quienes la acompañarían de su propio bando y del contrario. ¿Qué pretendían exactamente Marcus y Koyuki-sotaicho con todo eso?
Llegó a la antesala espiritual para ver que estaba sola. Aún no se había presentado nadie aunque estaba muy segura de que Sotaicho le había dicho que irían más shinigami. Bueno, la puntualidad no es que fuera algo que todos tenían así que simplemente se adelantó para hacerse con el sitio y explorar un poco. También así podría elegir habitación con vistas! Todo estaba calculado. Frotándose las manos sonriendo recorrió el camino por el Dangai con calma mirando a su alrededor "disfrutando" del paseo. Como ya se venía diciendo, hacía mucho que Yoruko no tenía la oportunidad de ir al mundo humano y menos para placer. Eran como unas vacaciones. Había dejado a Himeko y a Seikuro con todo el papeleo así que estaba libre de responsabilidades.
Salió de las puertas espirituales para ver delante de ella la garganta que habían abierto los del otro bando. Se tensó levemente pero después de todo había una alianza por lo que no tendrían que pelear entre ellos. Además, no permitiría que los arrancar le fastidiaran la experiencia. Miró a su alrededor observando los jardines, la fuente, los árboles de animales sorprendida por el lugar y la extensión del sitio.
-Vaya! Esto sí que es grande... -exclamó poniendo una mano por encima de sus ojos para poder otear el horizonte donde se perdía el laberinto. -Esto va a ser genial!
En cierta medida, tenía curiosidad por saber quienes la acompañarían de su propio bando y del contrario. ¿Qué pretendían exactamente Marcus y Koyuki-sotaicho con todo eso?
Hokori Yoruko- Post : 387
Edad : 39
Re: Empleados del hogar...
Mientras recorria la oscura garganta hacia el luminoso final, recordaba como el cuervo blanco se habia posado en el balcón de sus dependencias, con un mensaje proviniente del propio Marcus-sama con una curiosa invitacion.
Al salir de la garganta la visión de Tatsomaru totalmente blanca fue tornandose nitida a los pocos segundos, cerro los ojos y sintio el tibio ambiente, hacia una temperatura agradable, el suelo firme que no se hundia bajo sus pies, el aroma del aire que se impregnaba de la fragancia de cada arbol que rozaba; era todo lo contrario al hueco mundo, le reportaba al fraccion una cierta sensacion de nostalgia.
- Que delicia...
Dio unos pasos al frente, se detuvo, y volvio la cabeza hacia atras, al lado e la apertura de la garganta se encontraba una puerta espiritual, Tatsomaru levanto una ceja como extrañado; ya era bastante inverosimil que un Arrancar haya sido invitado para realizar actividades domesticas...como para compartirlas con los miembros del Gotei 13.
Camino lentamente sobrepasando la fuente, acostumbrado a moverse a gran velocidad, ahora, le resultaba mucho mas agradable la lentitud. Notaba como el agua se pulverizaba al salir de la fuente y romper en la fria roca, y le humedecia levemente la cara, por un segundo era como sentirse de nuevo vivo.
-Estoy ansioso por comenzar. No puede ser mucho mas dificil que cazar a un Vasto Lorde.
Comento para si mismo y añadiendo al final una silenciosa sonrrisa burlandose para si mismo.
Parecia ser el primero de los miembros del hueco mundo, aunque parecia por las huellas del suelo y por el aroma femenino que impregnaba el aire que alli, ya tenia compañia esperandole.
Efectivamente; alcanzaba a ver una figura inspeccionando el jardin, con su atuendo caracteristico, era inconfundible, una shinigami, no una cualquiera, un capitan.
Que intenresante....ya hay dos piezas en el tablero...¿cuando comenzara la partida?
Al salir de la garganta la visión de Tatsomaru totalmente blanca fue tornandose nitida a los pocos segundos, cerro los ojos y sintio el tibio ambiente, hacia una temperatura agradable, el suelo firme que no se hundia bajo sus pies, el aroma del aire que se impregnaba de la fragancia de cada arbol que rozaba; era todo lo contrario al hueco mundo, le reportaba al fraccion una cierta sensacion de nostalgia.
- Que delicia...
Dio unos pasos al frente, se detuvo, y volvio la cabeza hacia atras, al lado e la apertura de la garganta se encontraba una puerta espiritual, Tatsomaru levanto una ceja como extrañado; ya era bastante inverosimil que un Arrancar haya sido invitado para realizar actividades domesticas...como para compartirlas con los miembros del Gotei 13.
Camino lentamente sobrepasando la fuente, acostumbrado a moverse a gran velocidad, ahora, le resultaba mucho mas agradable la lentitud. Notaba como el agua se pulverizaba al salir de la fuente y romper en la fria roca, y le humedecia levemente la cara, por un segundo era como sentirse de nuevo vivo.
-Estoy ansioso por comenzar. No puede ser mucho mas dificil que cazar a un Vasto Lorde.
Comento para si mismo y añadiendo al final una silenciosa sonrrisa burlandose para si mismo.
Parecia ser el primero de los miembros del hueco mundo, aunque parecia por las huellas del suelo y por el aroma femenino que impregnaba el aire que alli, ya tenia compañia esperandole.
Efectivamente; alcanzaba a ver una figura inspeccionando el jardin, con su atuendo caracteristico, era inconfundible, una shinigami, no una cualquiera, un capitan.
Que intenresante....ya hay dos piezas en el tablero...¿cuando comenzara la partida?
Tatsomaru- Desaparecido
- Post : 197
Edad : 37
Re: Empleados del hogar...
A ver, a ver, repitamos: ¿Por qué había aceptado tal invitación?
La respuesta estaba cargada de sentimiento y profundidad para nuestra joven arrancar: se aburría de ver todo el rato las mismas feas caras de los mismos tíos retrasados pululando por El Amanecer. Tenía un limite de tolerancia, y cuando recibió ese cuervo blanco, en el fondo hasta se alegró. Aunque la actividad propuesta no la entusiasmaba, pues suponía una de las actividades que las reprimidas mujeres humanas iban haciendo a lo largo de su penosa vida, confiaba por ello, que los hombres arrancar, por “su orgullo masculino”, rechazaran tal invitación.
Por ello, cuando posó sus pies descalzos a través de la Garganta, por primera vez en mucho tiempo, en el mundo humano… estaba un pelín más relajada que de costumbre. Notaba dos presencias allí, que se dispuso a analizar, tras observar atentamente su alrededor.
Lo primero que notó fue el pequeño ahogo que le dio al respirar un aire con tan bajo índice de contenido espiritual. No lo recordaba tan bajo en esencias espirituales… aunque claro, en aquella época era una miserable hollow.
Segundo, la decoración de la casa, y la casa en sí… horrible. ¿¡A que venía un ambiente tan… tan… bucólico?! ¡Hasta los matorrales tenían formas de animales! ¡Y lo peor de todo es que ninguna de esas formas era de serpiente!
Se crujió los dedos, y con una torva sonrisa, murmuró para sí:
-Dame cinco minutos, y hago de este jardín un “Edén”-
Además, mientras inspeccionada sigilosamente el jardín, tan esquiva como una serpiente, pudo apreciar a los otros dos “invitados”.
Uno era un arrancar (un tío, por lo que ni siquiera recordaba su cara, todas les parecían iguales…) y otra una shinigami.
“Genial, aunque sea mujer me la quiero cargar, y al otro… también” pensó funestamente.
Sus planes de no encontrarse con algún hombre… habían fracasado.
La respuesta estaba cargada de sentimiento y profundidad para nuestra joven arrancar: se aburría de ver todo el rato las mismas feas caras de los mismos tíos retrasados pululando por El Amanecer. Tenía un limite de tolerancia, y cuando recibió ese cuervo blanco, en el fondo hasta se alegró. Aunque la actividad propuesta no la entusiasmaba, pues suponía una de las actividades que las reprimidas mujeres humanas iban haciendo a lo largo de su penosa vida, confiaba por ello, que los hombres arrancar, por “su orgullo masculino”, rechazaran tal invitación.
Por ello, cuando posó sus pies descalzos a través de la Garganta, por primera vez en mucho tiempo, en el mundo humano… estaba un pelín más relajada que de costumbre. Notaba dos presencias allí, que se dispuso a analizar, tras observar atentamente su alrededor.
Lo primero que notó fue el pequeño ahogo que le dio al respirar un aire con tan bajo índice de contenido espiritual. No lo recordaba tan bajo en esencias espirituales… aunque claro, en aquella época era una miserable hollow.
Segundo, la decoración de la casa, y la casa en sí… horrible. ¿¡A que venía un ambiente tan… tan… bucólico?! ¡Hasta los matorrales tenían formas de animales! ¡Y lo peor de todo es que ninguna de esas formas era de serpiente!
Se crujió los dedos, y con una torva sonrisa, murmuró para sí:
-Dame cinco minutos, y hago de este jardín un “Edén”-
Además, mientras inspeccionada sigilosamente el jardín, tan esquiva como una serpiente, pudo apreciar a los otros dos “invitados”.
Uno era un arrancar (un tío, por lo que ni siquiera recordaba su cara, todas les parecían iguales…) y otra una shinigami.
“Genial, aunque sea mujer me la quiero cargar, y al otro… también” pensó funestamente.
Sus planes de no encontrarse con algún hombre… habían fracasado.
Zyra Equidna- Post : 69
Edad : 34
Re: Empleados del hogar...
[OFF: Va, empiezo con vosotros… kukuku. Siento la demora]
El sol brillaba alto, sin dejar que el enorme caserón diese prácticamente sombra. El palo de un reloj de sol cercano a la majestuosa fuente, marcaba un punto cercano a las 12 del medio día. Los pájaros viajaban bailarines de un árbol a otro, posándose en sus ramas, en los setos, y bebiendo del agua que salpicaba los alrededores de la fuente. De fondo, se oían los ladridos fuertes de un canino, aunque no se viese el mismo.
La oscuridad de la garganta se hacía eterna junto a la intensa luminosidad de las puertas espirituales. Ambos, portales por los que vendría una ayuda a la señora de ese semi-palacio. La primera en aparecer fue del bando shinigami. Hokori-sama puso pie en mundo humano, y tan grácil como ella era, se paseó por el jardín, mirándo los árboles, los pájaros. Parecía sorprendida por el esplendor de la zona, lo bien cuidado y sobretodo, lo extenso.
Una vez apartada del punto de entrada, el siguiente “participante” hizo su aparición, esta vez, provino de la garganta, ese pasillo de oscuridad infinita donde nada se podía vislumbrar en su interior. Tatsomaru pisó la fina arena bajo sus pies, sin nadie a su alrededor. Bordeó la fuente con paso tranquilo, deteniendose a mirar los detalles de los adornos del jardín. Entonces, desde lejos, vió a la capitana que se había adelantado, absorta en su alrededor…
La joven Yoruko-taichô sintió entonces el tirón de su manga. Antes de darle tiempo para ver de qué se trataba, un niño de no más de cinco años que utilizaba su elegante haori níveo a modo de pañuelo para su húmeda nariz. Si, efectivamente, se estaba sonando los mocos en su ropa. Ésta iba a ser la primera de muchas.
Mientras tanto, Zyra hacía acto de presencia. Parecía molesta, lo cual no era raro en ella, al percatarse de que ya había allí un hombre, Tatsomaru, pero casi pareció relamerse en su fuero interno al comprobar la presencia de la shinigami. ¿Hambre tal vez? O simple voracidad… Voracidad… A sus espaldas, un sonido de pasos a la carrera llegaba a sus oídos. Para cuando se dio cuenta, un mastín se abalanzó sobre ella, poniendo ambas patas delanteras enfangadas sobre su impoluto traje blanco, y haciéndola caer, para, en el suelo, lamerle la cara con una lengua impregnada de babas.
Tatsomaru se sonrió al ver ambas escenas, pero poco duró su gesto antes de ser empapado por el agua de la fuente. Ya tendría su ropa mojada para al menos unas horas. Dentro de la fuente, un chico de pelo corto castaño, que rondaría los diez años, se agarraba el tobillo con ambas manos, y gesto dolorido. Los chorros se detuvieron, y el agua se calmó. A su lado, un patinete torcido. El chico empezó a llorar a voz en grito.
Con semejante numerito, con esas tres escenas, una voz salió desde dentro del caserón.
- ¿Sois los nuevos ayudantes? - Preguntó una chica, joven, de piel morena y cabello canoso, completamente blanco, con su conveniente uniforme de sirvienta. Estaba asomada a uno de los ventanales de la fachada, abierto de par en par. - Enseguida estoy con vosotros. -
No había pasado ni un minuto cuando el portón de la entrada principal se abrió completamente, dejando ver a la chica de antes, acompañada por un estirado mayordomo, con su traje, del mismo color de piel que la chica y el pelo igualmente canoso. Parecían hermanos. Ambos hicieron una pronunciada reverencia.
- Traed aquí a los niños y al perro, por favor. - Dijo el mayordomo con una voz que parecía sacada de una máquina, absolutamente normal, y alejada de tener un tono en concreto. A sus espaldas, el vestíbulo era más grande de lo que podría ser una casa normal. La decoración típica de las casas antiguas, con candelabros en las paredes, una enorme alfombra roja en el centro de la habitación, un montón de puertas en varios niveles de la estancia, y una escalera al fondo que los conectaba, la cual se dividía por la mitad al encontrarse con la pared para dar a la zona este y oeste cada uno de los brazos. Típica mansión.
En las escaleras jugaban dos niños más, uno, pelirrojo, de unos siete u ocho años, que tenia en sus manos una figura de acción de un soldado, y una niña con tirabuzones esmeradamente peinados, rosas, de no más de tres, con una muñeca regordeta a la que peinaba concentrada en la labor.
- Bueno a Cody y a Stevenson ya los conocéis, - dijo ella señalando primero al menor y luego al mayor, para luego volverse a los que jugaban en la escalera. - y ellos son Miranda y Luke. Venid a saludar, chicos.
Luego, los cuatro se colocaron dos a cada lado de los mayordomos, e hicieron una reverencia y volver a lo que estaban haciendo antes, o sea, jugar. - Aún quedan dos más, están en su cuarto. No os preocupéis, ya les conoceréis. - añadió el mayordomo, a lo que continuó - Por cierto, no os hemos dicho nuestros nombres. Yo soy Marcoh, y ella es Mara, esperemos que no os desesperéis demasiado. - dijo con una amplia sonrisa divertida, que le acompañó Mara.
Luego, Marcoh sacó una pizarra en la que había un número considerable de frases, y la miró con gesto pensativo. Torcía el morro rascándose la barbilla, y consultando algunas cosas con Mara. Tras casi un minuto tenso, ambos levantaron la mirada, y señalaron a Tatsomaru. Había que reconocer que ambos tenía un toque estrafalario.
- Te ha tocado, por ser el chico, tu serás quien se encargue de reparar el tejado. - comenzaron a dar órdenes sin pararse. Parecía que había mucho que hacer en semejante caserón. Luego, ella señaló a Zyra - Tu parece que le has caido bien al perro, sácalo a pasear por el jardín un rato, y luego lávalo en el estanque de detrás de casa. Allí hay jabón. ¡Ah! Y no dejes nada “sucio” por ahí - con sonrísa pícara y Marcoh a Hokori - Y tu pareces haber hecho migas con los niños. Están los cuatro por aquí, encargate de ellos un rato, hasta la hora de comer. Cuidado, a veces son muy revoltosos. - y dadas las órdenes, hicieron otra reverencia, y ambos se fueron cada uno hacia un lado, desapareciendo del vestíbulo, confiando en que cada uno sabría lo que tiene que hacer…
son los niños… y el perro… ya os dirán el nombre ^^
Pelirrosa 3 - [color=pink]Miranda
Rubio 5 - Cody
Pelirrojo 7 - Luke
Pelo corto castaño 10 - Stevenson
Pelo-pincho rubio 14 - Audri
Pelo azul 17 - Vanny (Vanessa)]
El sol brillaba alto, sin dejar que el enorme caserón diese prácticamente sombra. El palo de un reloj de sol cercano a la majestuosa fuente, marcaba un punto cercano a las 12 del medio día. Los pájaros viajaban bailarines de un árbol a otro, posándose en sus ramas, en los setos, y bebiendo del agua que salpicaba los alrededores de la fuente. De fondo, se oían los ladridos fuertes de un canino, aunque no se viese el mismo.
La oscuridad de la garganta se hacía eterna junto a la intensa luminosidad de las puertas espirituales. Ambos, portales por los que vendría una ayuda a la señora de ese semi-palacio. La primera en aparecer fue del bando shinigami. Hokori-sama puso pie en mundo humano, y tan grácil como ella era, se paseó por el jardín, mirándo los árboles, los pájaros. Parecía sorprendida por el esplendor de la zona, lo bien cuidado y sobretodo, lo extenso.
Una vez apartada del punto de entrada, el siguiente “participante” hizo su aparición, esta vez, provino de la garganta, ese pasillo de oscuridad infinita donde nada se podía vislumbrar en su interior. Tatsomaru pisó la fina arena bajo sus pies, sin nadie a su alrededor. Bordeó la fuente con paso tranquilo, deteniendose a mirar los detalles de los adornos del jardín. Entonces, desde lejos, vió a la capitana que se había adelantado, absorta en su alrededor…
La joven Yoruko-taichô sintió entonces el tirón de su manga. Antes de darle tiempo para ver de qué se trataba, un niño de no más de cinco años que utilizaba su elegante haori níveo a modo de pañuelo para su húmeda nariz. Si, efectivamente, se estaba sonando los mocos en su ropa. Ésta iba a ser la primera de muchas.
Mientras tanto, Zyra hacía acto de presencia. Parecía molesta, lo cual no era raro en ella, al percatarse de que ya había allí un hombre, Tatsomaru, pero casi pareció relamerse en su fuero interno al comprobar la presencia de la shinigami. ¿Hambre tal vez? O simple voracidad… Voracidad… A sus espaldas, un sonido de pasos a la carrera llegaba a sus oídos. Para cuando se dio cuenta, un mastín se abalanzó sobre ella, poniendo ambas patas delanteras enfangadas sobre su impoluto traje blanco, y haciéndola caer, para, en el suelo, lamerle la cara con una lengua impregnada de babas.
Tatsomaru se sonrió al ver ambas escenas, pero poco duró su gesto antes de ser empapado por el agua de la fuente. Ya tendría su ropa mojada para al menos unas horas. Dentro de la fuente, un chico de pelo corto castaño, que rondaría los diez años, se agarraba el tobillo con ambas manos, y gesto dolorido. Los chorros se detuvieron, y el agua se calmó. A su lado, un patinete torcido. El chico empezó a llorar a voz en grito.
Con semejante numerito, con esas tres escenas, una voz salió desde dentro del caserón.
- ¿Sois los nuevos ayudantes? - Preguntó una chica, joven, de piel morena y cabello canoso, completamente blanco, con su conveniente uniforme de sirvienta. Estaba asomada a uno de los ventanales de la fachada, abierto de par en par. - Enseguida estoy con vosotros. -
No había pasado ni un minuto cuando el portón de la entrada principal se abrió completamente, dejando ver a la chica de antes, acompañada por un estirado mayordomo, con su traje, del mismo color de piel que la chica y el pelo igualmente canoso. Parecían hermanos. Ambos hicieron una pronunciada reverencia.
- Traed aquí a los niños y al perro, por favor. - Dijo el mayordomo con una voz que parecía sacada de una máquina, absolutamente normal, y alejada de tener un tono en concreto. A sus espaldas, el vestíbulo era más grande de lo que podría ser una casa normal. La decoración típica de las casas antiguas, con candelabros en las paredes, una enorme alfombra roja en el centro de la habitación, un montón de puertas en varios niveles de la estancia, y una escalera al fondo que los conectaba, la cual se dividía por la mitad al encontrarse con la pared para dar a la zona este y oeste cada uno de los brazos. Típica mansión.
En las escaleras jugaban dos niños más, uno, pelirrojo, de unos siete u ocho años, que tenia en sus manos una figura de acción de un soldado, y una niña con tirabuzones esmeradamente peinados, rosas, de no más de tres, con una muñeca regordeta a la que peinaba concentrada en la labor.
- Bueno a Cody y a Stevenson ya los conocéis, - dijo ella señalando primero al menor y luego al mayor, para luego volverse a los que jugaban en la escalera. - y ellos son Miranda y Luke. Venid a saludar, chicos.
Luego, los cuatro se colocaron dos a cada lado de los mayordomos, e hicieron una reverencia y volver a lo que estaban haciendo antes, o sea, jugar. - Aún quedan dos más, están en su cuarto. No os preocupéis, ya les conoceréis. - añadió el mayordomo, a lo que continuó - Por cierto, no os hemos dicho nuestros nombres. Yo soy Marcoh, y ella es Mara, esperemos que no os desesperéis demasiado. - dijo con una amplia sonrisa divertida, que le acompañó Mara.
Luego, Marcoh sacó una pizarra en la que había un número considerable de frases, y la miró con gesto pensativo. Torcía el morro rascándose la barbilla, y consultando algunas cosas con Mara. Tras casi un minuto tenso, ambos levantaron la mirada, y señalaron a Tatsomaru. Había que reconocer que ambos tenía un toque estrafalario.
- Te ha tocado, por ser el chico, tu serás quien se encargue de reparar el tejado. - comenzaron a dar órdenes sin pararse. Parecía que había mucho que hacer en semejante caserón. Luego, ella señaló a Zyra - Tu parece que le has caido bien al perro, sácalo a pasear por el jardín un rato, y luego lávalo en el estanque de detrás de casa. Allí hay jabón. ¡Ah! Y no dejes nada “sucio” por ahí - con sonrísa pícara y Marcoh a Hokori - Y tu pareces haber hecho migas con los niños. Están los cuatro por aquí, encargate de ellos un rato, hasta la hora de comer. Cuidado, a veces son muy revoltosos. - y dadas las órdenes, hicieron otra reverencia, y ambos se fueron cada uno hacia un lado, desapareciendo del vestíbulo, confiando en que cada uno sabría lo que tiene que hacer…
son los niños… y el perro… ya os dirán el nombre ^^
Pelirrosa 3 - [color=pink]Miranda
Rubio 5 - Cody
Pelirrojo 7 - Luke
Pelo corto castaño 10 - Stevenson
Pelo-pincho rubio 14 - Audri
Pelo azul 17 - Vanny (Vanessa)]
Murakami Aoki- Post : 763
Edad : 34
Re: Empleados del hogar...
El grito de un niño dolorido en una fuente, los mocos de un crio y los ladridos de un perro rompieron la tranquilidad del fraccion en un mero instante.
El empapado Tatsomaru quedo perplejo por la situacion que se habia desarrollado en los siguientes minutos a su llegada, ninguna batalla entre shinigamis y arrancars podria dar un giro tan drastico como el que dio aquella situacion en ese preciso momento. La familia casi al completo habia hecho aparicion en un instante. - Esta situacion se a desarrollado con una velocidad digna del mejor "sonido".... jajaja- Tatsomaru bromeaba para si mismo, en fin, estaba alli por una razón, y una de sus obligaciones ya habia sido encargada, reparar el tejado.
Primero de todo, no podia ponerse manos a la obra con aquella ropa empapada, de modo que comenzo a irradiar calor a su alrededor calentando el aire circundante levemente, para secarse; acto seguido, dio unos pasos encaminandose a la mansion cuando tropezco con un patinete doblado.
(off: como no se a especificado presupondre que es un patinete metalico)
Agarro el juguete que presuponia habia chocado contra la fuente haciendo que el niño callera dentro; tenia el soporte doblado asi como el eje de una de sus redecitas, enderezarlo y arreglarlo seria un juego para el Fracción.
Elemental Forge... El susurro escapo de los labios de Tatsomaru mientras sus manos comenzaban a irradiar grandes cantidades de calor y le permitian malear el metal del juguete como si se tratase de barro. Una vez enderezadas el calor se disipio y sus manos se tornaron de un blanco espectral, absorbiendo el calor empleado en la forja, y endureciendo el metal para completar su reparación.
Una vez hecho esto se encamino hacia la mansión con el juguete en la mano y lo dejo al lado de Stevenson.
-Cuidalo muchacho.
Acto seguido se dirigio dentro de la imponente mansion escaleras arriba apreciando los detalles de la instancia que lo rodeaba; era lo que cualquier persona corriente pensaria de una mansion si pensara en una, candelabros, alfombras de tonos claros recorriendo los escalones de aquellas imponentes escaleras, lamparas de araña, mesas de caoba, y un inmenso surtido de adornos que para su gusto, recargaban en exceso la decoracion. Subio las escaleras esperando encontrar un acceso o buardilla para el tejado; efectivamente en el piso superior de la mansión se hallaba una pequeña trampilla de entrada a un trastero entre esa planta y el tejado. El fracción subio cautelosamente a la oscura estancia, llena de polvo telarañas y cajas viejas, aparte de eso, completamente vacio. Estaba completamente hecho de madera, lo que la reparacion del tejado seria sumamente delicada, a primera vista, las vigas y las viguetas no presentaban daños aparentes, ni de humedad ni de deterioro; con lo que el problema deberia encontrarse en la cubierta. Tatsomaru abrio un empovado tragaluz que permitia acceso al tejado, desde alli fuera, podia apreciarse que el tejado habia resultado muy dañado por las lluvias y el mal tiempo, faltaban muchas tejas y las que no faltaban estaban rotas o apunto de caerse. Por suerte para el contaba con unas habilidades optimas para reparar esos desperfectos; el tejado estaba realizado en teja roja, las tejas, como toda pieza similar de tejado, estan realizadas en arcillas cocidas, la materia prima podia ser la misma tierra y agua, y Tatsomaru se encargaria de coceras en sus manos.
-Manos a la obra jeje...
El empapado Tatsomaru quedo perplejo por la situacion que se habia desarrollado en los siguientes minutos a su llegada, ninguna batalla entre shinigamis y arrancars podria dar un giro tan drastico como el que dio aquella situacion en ese preciso momento. La familia casi al completo habia hecho aparicion en un instante. - Esta situacion se a desarrollado con una velocidad digna del mejor "sonido".... jajaja- Tatsomaru bromeaba para si mismo, en fin, estaba alli por una razón, y una de sus obligaciones ya habia sido encargada, reparar el tejado.
Primero de todo, no podia ponerse manos a la obra con aquella ropa empapada, de modo que comenzo a irradiar calor a su alrededor calentando el aire circundante levemente, para secarse; acto seguido, dio unos pasos encaminandose a la mansion cuando tropezco con un patinete doblado.
(off: como no se a especificado presupondre que es un patinete metalico)
Agarro el juguete que presuponia habia chocado contra la fuente haciendo que el niño callera dentro; tenia el soporte doblado asi como el eje de una de sus redecitas, enderezarlo y arreglarlo seria un juego para el Fracción.
Elemental Forge... El susurro escapo de los labios de Tatsomaru mientras sus manos comenzaban a irradiar grandes cantidades de calor y le permitian malear el metal del juguete como si se tratase de barro. Una vez enderezadas el calor se disipio y sus manos se tornaron de un blanco espectral, absorbiendo el calor empleado en la forja, y endureciendo el metal para completar su reparación.
Una vez hecho esto se encamino hacia la mansión con el juguete en la mano y lo dejo al lado de Stevenson.
-Cuidalo muchacho.
Acto seguido se dirigio dentro de la imponente mansion escaleras arriba apreciando los detalles de la instancia que lo rodeaba; era lo que cualquier persona corriente pensaria de una mansion si pensara en una, candelabros, alfombras de tonos claros recorriendo los escalones de aquellas imponentes escaleras, lamparas de araña, mesas de caoba, y un inmenso surtido de adornos que para su gusto, recargaban en exceso la decoracion. Subio las escaleras esperando encontrar un acceso o buardilla para el tejado; efectivamente en el piso superior de la mansión se hallaba una pequeña trampilla de entrada a un trastero entre esa planta y el tejado. El fracción subio cautelosamente a la oscura estancia, llena de polvo telarañas y cajas viejas, aparte de eso, completamente vacio. Estaba completamente hecho de madera, lo que la reparacion del tejado seria sumamente delicada, a primera vista, las vigas y las viguetas no presentaban daños aparentes, ni de humedad ni de deterioro; con lo que el problema deberia encontrarse en la cubierta. Tatsomaru abrio un empovado tragaluz que permitia acceso al tejado, desde alli fuera, podia apreciarse que el tejado habia resultado muy dañado por las lluvias y el mal tiempo, faltaban muchas tejas y las que no faltaban estaban rotas o apunto de caerse. Por suerte para el contaba con unas habilidades optimas para reparar esos desperfectos; el tejado estaba realizado en teja roja, las tejas, como toda pieza similar de tejado, estan realizadas en arcillas cocidas, la materia prima podia ser la misma tierra y agua, y Tatsomaru se encargaria de coceras en sus manos.
-Manos a la obra jeje...
Tatsomaru- Desaparecido
- Post : 197
Edad : 37
Re: Empleados del hogar...
¿Qué era eso? ¿Era un shinigami? ¿Era un arrancar que deseaba morir al abalanzarse así sobre ella? No… ¡era un maldito chucho, lleno de barro, pulgas y babas! ¡Muchas babas! ¡Demasiadas babas!
-¡Maldito saco de pulgas, deja de lamerme!- exclamó medio histérica, deseando acabar con ese trozo de carne con patas, mediante el relajante arte de la estrangulación. Ganas no la faltaban, pero las voces de Marcoh y Mara la sacaron durante un momento de su concentración asesina, y antes de que se diera cuenta, el maldito perro había corrido obedientemente al lado de Marcoh, para tumbarse a su lado, moviendo felizmente el rabo, mirando a Zyra desde lejos… que estaba aún tirada en suelo.
Algo que no tardo en solucionar la airada arrancar, que se levantó como si el suelo la estuviera quemando. Una vez en pie contempló, impotente, las marcas de huellas que cubrían, el que había sido hasta entonces, su limpísimo traje blanco.
Levantó la mirada con autentico odio y la clavó en el perro, que ni siquiera acuso el impacto de tal mirada. De hecho ladeó la cabeza de tal forma, que cualquier otro que no hubiese sido Zyra habría estado de acuerdo en resaltar que era adorable. Incluso gimió un poco, amistoso y moviendo aún más el rabo en dirección a la arrancar, que ahora mismo se estaba planteando como asesinar a ese chucho y hacer pareciera un accidente… o no tanto, pero vamos, ¡que le quería muerto!
Sin embargo, las palabras de los dos criados, la obligó a apartar a regañadientes la mirada del perro. Y no era para menos… ¿Además, de donde habían salido tantas chinches? (Niños, en el vocabulario de Zyra). Esas caritas de angelitos le dieron más miedo que algunos de los hollows más peligrosos con los que se había topado a lo largo de su vida.
Sin embargo, su tarea no fue por allí, tal y como temía… sino por derroteros aún más peliagudos. El chucho.
…
…
…
Le miró, y el perro también, como si hubiera entendido las palabras de Mara. Sacó su babosa lengua por la boca en una amistosa mueca, que Zyra transformó en una declaración de guerra.
Pero ella no se iba a dejar amedrentar, ¡ella no iba a ser menos que ese arrancar y esa shinigami! ¡Cumpliría con su deber para que se deshicieran en alabanzas con ella, por su esmerado trabajo con el mal nacido perro!
A partir de ese momento, todo lo que había a su alrededor careció de importancia. Sabía que el resto de personas se dispersaban en diferentes direcciones, pero algo en especial había captado la atención de la arrancar con un brillo en sus extraños ojos serpentinos. Del cuello del chucho se podía distinguir un mugroso collar negro, del que colgaba una suicísima correa. No era para menos, ya que las patas no era lo único fangoso del maldito saco de pulgas… ¡su pelaje daba asco! ¿Pero donde coño se había metido en ese perro? ¿Y desde hace cuanto no olía el jabón? Desde luego, no iba a volver a dejarle que se pusiera sobre ella, ¡ni un solo pelo volvería a rozarla! ¡Su dignidad (y propia limpieza) estaban en juego!
Así que tras esos segundos en los que se dedico a analizar al mugriento can, se lanzo casi a la velocidad de un Sonido para agarrar la correa con expresión de victoria… que no tardo se borrada por la sorpresa, cuando un potente tirón que casi la arranca el brazo, la empezó a arrastrar a toda prisa por el jardín, mientras los alegres ladridos del perro le indicaban que esto no había hecho sino comenzar…
-¡Maldito saco de pulgas, deja de lamerme!- exclamó medio histérica, deseando acabar con ese trozo de carne con patas, mediante el relajante arte de la estrangulación. Ganas no la faltaban, pero las voces de Marcoh y Mara la sacaron durante un momento de su concentración asesina, y antes de que se diera cuenta, el maldito perro había corrido obedientemente al lado de Marcoh, para tumbarse a su lado, moviendo felizmente el rabo, mirando a Zyra desde lejos… que estaba aún tirada en suelo.
Algo que no tardo en solucionar la airada arrancar, que se levantó como si el suelo la estuviera quemando. Una vez en pie contempló, impotente, las marcas de huellas que cubrían, el que había sido hasta entonces, su limpísimo traje blanco.
Levantó la mirada con autentico odio y la clavó en el perro, que ni siquiera acuso el impacto de tal mirada. De hecho ladeó la cabeza de tal forma, que cualquier otro que no hubiese sido Zyra habría estado de acuerdo en resaltar que era adorable. Incluso gimió un poco, amistoso y moviendo aún más el rabo en dirección a la arrancar, que ahora mismo se estaba planteando como asesinar a ese chucho y hacer pareciera un accidente… o no tanto, pero vamos, ¡que le quería muerto!
Sin embargo, las palabras de los dos criados, la obligó a apartar a regañadientes la mirada del perro. Y no era para menos… ¿Además, de donde habían salido tantas chinches? (Niños, en el vocabulario de Zyra). Esas caritas de angelitos le dieron más miedo que algunos de los hollows más peligrosos con los que se había topado a lo largo de su vida.
Sin embargo, su tarea no fue por allí, tal y como temía… sino por derroteros aún más peliagudos. El chucho.
…
…
…
Le miró, y el perro también, como si hubiera entendido las palabras de Mara. Sacó su babosa lengua por la boca en una amistosa mueca, que Zyra transformó en una declaración de guerra.
Pero ella no se iba a dejar amedrentar, ¡ella no iba a ser menos que ese arrancar y esa shinigami! ¡Cumpliría con su deber para que se deshicieran en alabanzas con ella, por su esmerado trabajo con el mal nacido perro!
A partir de ese momento, todo lo que había a su alrededor careció de importancia. Sabía que el resto de personas se dispersaban en diferentes direcciones, pero algo en especial había captado la atención de la arrancar con un brillo en sus extraños ojos serpentinos. Del cuello del chucho se podía distinguir un mugroso collar negro, del que colgaba una suicísima correa. No era para menos, ya que las patas no era lo único fangoso del maldito saco de pulgas… ¡su pelaje daba asco! ¿Pero donde coño se había metido en ese perro? ¿Y desde hace cuanto no olía el jabón? Desde luego, no iba a volver a dejarle que se pusiera sobre ella, ¡ni un solo pelo volvería a rozarla! ¡Su dignidad (y propia limpieza) estaban en juego!
Así que tras esos segundos en los que se dedico a analizar al mugriento can, se lanzo casi a la velocidad de un Sonido para agarrar la correa con expresión de victoria… que no tardo se borrada por la sorpresa, cuando un potente tirón que casi la arranca el brazo, la empezó a arrastrar a toda prisa por el jardín, mientras los alegres ladridos del perro le indicaban que esto no había hecho sino comenzar…
Zyra Equidna- Post : 69
Edad : 34
Re: Empleados del hogar...
- Tatsomaru:
El joven arrancar se puso en marcha con celeridad. Y tras subir los cuatro pisos, cada uno con su respectivo tramo de escaleras, alcanzó el acceso al tejado. Hizo un rápido análisis del problema, y sin pensarselo dos veces se puso a reparar las tejas en peor estado. En poco tiempo tenía la parte trasera, que es a la que daba aquella especie de trastero, prácticamente reparada. Ahora se dirigía con cuidado a uno de los laterales.
Este era a todas luces el más afectado, faltaban muchas tejas, y las que quedaban estaban medio sueltas. Además, había un agujero considerable en el centro, de un par de metros de diámetro. Comenzó a reparar tal y como había hecho antes y cuando solo llevaba una docena, varias se deslizaron bajos sus pies haciéndole resbalar hasta el bordillo, y varias de estas se precipitaron al vacío. Por suerte Tatsomaru aún se mantenía sujeto, aunque visto el estado de las tejas, quizá no aguantasen mucho tiempo. Y dejarse caer no parecía una opción…
Justo delante suya, tras un amplio ventanal cerrado a cal y canto, la jovencita de la familia miraba con sorpresa al colgado. Parecía que estuviese leyendo algo, una de esas revistas juveniles de moda, sobre "trucos para estar guapa" y cientos de fotos de chicos con el torso desnudo, que parecen un anuncio de ropa interior masculina. Su cara cambió en un momento a otra mças atrevida, enarcando una ceja y ladeando la cabeza. Si sus ojos hablasen dirían algo así como... "Si te ayudo... ¿qué me das a cambio?"...
- Zyra Equidna:
Zyra parecía dispuesta a meter a ese perro en vereda, aunque no iba a ser un trabajo fácil. Pronto se percató de que el animal tenía una roñosa cadena sujeta a un roñoso collar, y fue lo que utilizó para darle el paseo… o más bien, para que el perro le diese el paseo a ella. El can tenía la fuerza de un hombre, más quizá, casi la de un caballo, y del primer tirón la arrancar fue al suelo sin remedio, y lastrada por el animalito del señor…
Ya había dado casi una vuelta a la mansión restregando la cara contra el suelo, cuando la cadena, se soltó del collar. Ella, según parecía, no la habría soltado jamás, Quizá hubiese esperado a que el animal se calmase, aunque pudiese estar varias horas tirando de ella, pero el destino quiso que fuese libre de ataduras… Y así fue y se metió en unos arbustos hasta perderse de vista.
Zyra ni siquiera hizo amago de seguirle, y de pie, justo donde el bicho la había dejado, se quedó a esperarle. Y entre suspiro y suspiro… ¡CLON! una teja se hizo añicos en su cabeza y otras tres o cuatro cayeron a su alrededor. Si comprobase de donde vino, vería a su “compañero” arrancar sujeto del borde del tejado… Y lo más divertido de seguro sería la cara de Zyra al ver la caza del animal a su cuidado… Traería en sus fauces una fallecida culebra, por supuesto con ese gesto tan alegre e ingenuo que el perro llevaba como cosido a la cabeza…
[OFF: Yoruko, cuando postees, te digo tu parte… Zyra, no sabía si sería demasiado decir que el perro tiraría de ti, pero ya lo has hecho tu… ¿me lees la mente? xDDD]
Murakami Aoki- Post : 763
Edad : 34
Re: Empleados del hogar...
La bochornosa situacion embargo al arrancar que se encontraba entre la espada o la pared, entre si dejarse caer al vacio o ser victima de una adolescente en plena hormonación.
Le mantuvo la mirada unos segundos mientras sopesaba los pros y los contras de la situacion, mientras tanto, su agarre se desquegrajaba poco a poco y sus manos no tendrian pronto a lo que agarrarse; de modo que accedio....
- ¿ Podrias hecharme una mano ?
Tatsomaru penso que aquella pregunta fue como firmar un pacto con el diablo...y estaba apunto de conocer cuales eran las clausulas.
Le mantuvo la mirada unos segundos mientras sopesaba los pros y los contras de la situacion, mientras tanto, su agarre se desquegrajaba poco a poco y sus manos no tendrian pronto a lo que agarrarse; de modo que accedio....
- ¿ Podrias hecharme una mano ?
Tatsomaru penso que aquella pregunta fue como firmar un pacto con el diablo...y estaba apunto de conocer cuales eran las clausulas.
Tatsomaru- Desaparecido
- Post : 197
Edad : 37
Re: Empleados del hogar...
Si su propósito había sido no ensuciarse más… ser arrastrada por un chucho apestoso, desbocado y loco, por todo el suelo del jardín, no facilitaba tal tarea. De hecho, ahora su traje era más marrón y verde, que blanco. Hasta su máscara reptiliana había perdido su magnífico aspecto, impoluto, para estar cubierta por una fina capa de polvo, que la hacia parecer una reliquia arqueológica… ¡recién sacada del suelo!
Pero bien dispuesta que estaba a eso, y a más, con tal de no soltar al maldito saco de pulgas. En algún momento se cansaría, y cuando lo hiciera, lo estrangularía con su propia correa… la misma correa que con un siniestro “click” le indicó el fin de parada. La correa se soltó, y el perro, ladrando como un poseso, se perdió por el jardín, mientras que Zyra intentaba quitarse toda la tierra que le había entrado por todos lados (boca, ojos, pelo, máscara, e incluso hasta en el escote…). No tenía arañazos, pues el Hierro la había protegido contra esta eventualidad… pero ojala el Hierro también fuera antimanchas…
En cuanto volviera a El Amanecer, utilizaría un poco de sutil amenaza, así como una pizquita de abuso de poder, y obligaría a algún arrancar raso a que la lavara la ropa, hasta dejarla como antes, o incluso mejor. No hay nada como maltratar a algunos hombres, para levantar efectiva y merecidamente la moral… de hecho, casi agradecía que le hubieran mandado a trabajar con el perro… servir a un hombre en la casa, como una mera criada, hubiera supuesto la destrucción de la casa, como mínimo, en un arrebato de reivindicación de principios. O eso la gustaba pensar… ya que oponerse tan abiertamente a las órdenes no era tampoco muy sensato.
“En fin… en todo caso, eso no ha pasado” pensó, quitando esa abyecta posibilidad de su mente.
Tras haberse puesto de pie, y haberse quitado, mínimamente, algo de la arena que tenía encima como una segunda piel, y tras comprobar que intentar hacer algo más por su traje era un perdida de tiempo, se apoyó contra el árbol más cercano, agradeciendo su sombra, y tomándose un respiro: pues se negaba ir tras el perro. ¡Qué narices, que viniera él! Y en cuanto lo hiciera… lo estrangularía un poco. Solo un poco. Tenía que terminar el trabajo, como no. Ya después de terminarlo… quizás al chucho comiera algo nocivo, quien sabe…
Mientras una sibilina sonrisa se escurría por su rostro al pensar en la multitud de venenos que podría suministrarle tan generosamente al canino; una serie de tejas cayendo a su alrededor la sacó de su hermosa fantasía, lo cuál no era de extrañar. A una no todos los días le llovían tejas… y más aún cuando la acertaban en la cabeza con un sonoro “¡clon!”. La mirada de Zyra se ensombreció. Al parecer, no podía estar ni un minuto tranquila. Ya iba a fulminar con la mirada al osado que se había atrevido a cometer tal fechoría contra ella (tal estupidez solo podía cometerla algún hombre, desde luego), cuando el sonido de los arbustos moviéndose, así como un delator gemido, la hizo girar rápidamente la cabeza para ver reaparecer al maldito chucho, saliendo de entre los helechos, tan campante y satisfecho como siempre.
Zyra, que aún sujetaba la correa entre sus manos, la estiró cuanto pudo, lista para estrangularlo con una ansiosa sonrisa… pero esta se mudó de su rostro, quedando pálido y horrorizado.
Y es que la razón por la que el perro estaba tan contento y orgulloso es que había cazado. Si, al parecer era un perro cazador… y había pillado una serpiente, que yacía sin brillo, muerta, flácida y ensangrentada entre sus dientes.
Zyra dejo caer la correa con horror, y soltó un grito de pena, no dando crédito a lo que veía: la criatura más bella y hermosa del universo, estaba muerta entre unos babosos dientes… ahora si que la mirada que le dirigió al simpático can distaba del odio. Era pura ira homicida.
-Estás muerto, chucho- siseó, entre dientes.
Pero el perro agitó la cabeza, maltratando a la pobre serpiente, y toda furia se esfumó dejando a una Zyra desarmada ante tal espectáculo, pidiéndole a un simple chucho que no maltratara a la noble serpiente.
(OFF: Intuición nada más xDDD y como este topic es para hacer pasar unmal rato, ejem, digo divertirse con nuestros personajes en otro tipo de situaciones... pueeeees que quieres que te diga, me lo estoy pasando en grande, así que nuestras mentes se habrán conectado XDDDD Pero tranquilo, no he captado el numero de tu cuenta bancaria... tsk... xDDDDDD)
Pero bien dispuesta que estaba a eso, y a más, con tal de no soltar al maldito saco de pulgas. En algún momento se cansaría, y cuando lo hiciera, lo estrangularía con su propia correa… la misma correa que con un siniestro “click” le indicó el fin de parada. La correa se soltó, y el perro, ladrando como un poseso, se perdió por el jardín, mientras que Zyra intentaba quitarse toda la tierra que le había entrado por todos lados (boca, ojos, pelo, máscara, e incluso hasta en el escote…). No tenía arañazos, pues el Hierro la había protegido contra esta eventualidad… pero ojala el Hierro también fuera antimanchas…
En cuanto volviera a El Amanecer, utilizaría un poco de sutil amenaza, así como una pizquita de abuso de poder, y obligaría a algún arrancar raso a que la lavara la ropa, hasta dejarla como antes, o incluso mejor. No hay nada como maltratar a algunos hombres, para levantar efectiva y merecidamente la moral… de hecho, casi agradecía que le hubieran mandado a trabajar con el perro… servir a un hombre en la casa, como una mera criada, hubiera supuesto la destrucción de la casa, como mínimo, en un arrebato de reivindicación de principios. O eso la gustaba pensar… ya que oponerse tan abiertamente a las órdenes no era tampoco muy sensato.
“En fin… en todo caso, eso no ha pasado” pensó, quitando esa abyecta posibilidad de su mente.
Tras haberse puesto de pie, y haberse quitado, mínimamente, algo de la arena que tenía encima como una segunda piel, y tras comprobar que intentar hacer algo más por su traje era un perdida de tiempo, se apoyó contra el árbol más cercano, agradeciendo su sombra, y tomándose un respiro: pues se negaba ir tras el perro. ¡Qué narices, que viniera él! Y en cuanto lo hiciera… lo estrangularía un poco. Solo un poco. Tenía que terminar el trabajo, como no. Ya después de terminarlo… quizás al chucho comiera algo nocivo, quien sabe…
Mientras una sibilina sonrisa se escurría por su rostro al pensar en la multitud de venenos que podría suministrarle tan generosamente al canino; una serie de tejas cayendo a su alrededor la sacó de su hermosa fantasía, lo cuál no era de extrañar. A una no todos los días le llovían tejas… y más aún cuando la acertaban en la cabeza con un sonoro “¡clon!”. La mirada de Zyra se ensombreció. Al parecer, no podía estar ni un minuto tranquila. Ya iba a fulminar con la mirada al osado que se había atrevido a cometer tal fechoría contra ella (tal estupidez solo podía cometerla algún hombre, desde luego), cuando el sonido de los arbustos moviéndose, así como un delator gemido, la hizo girar rápidamente la cabeza para ver reaparecer al maldito chucho, saliendo de entre los helechos, tan campante y satisfecho como siempre.
Zyra, que aún sujetaba la correa entre sus manos, la estiró cuanto pudo, lista para estrangularlo con una ansiosa sonrisa… pero esta se mudó de su rostro, quedando pálido y horrorizado.
Y es que la razón por la que el perro estaba tan contento y orgulloso es que había cazado. Si, al parecer era un perro cazador… y había pillado una serpiente, que yacía sin brillo, muerta, flácida y ensangrentada entre sus dientes.
Zyra dejo caer la correa con horror, y soltó un grito de pena, no dando crédito a lo que veía: la criatura más bella y hermosa del universo, estaba muerta entre unos babosos dientes… ahora si que la mirada que le dirigió al simpático can distaba del odio. Era pura ira homicida.
-Estás muerto, chucho- siseó, entre dientes.
Pero el perro agitó la cabeza, maltratando a la pobre serpiente, y toda furia se esfumó dejando a una Zyra desarmada ante tal espectáculo, pidiéndole a un simple chucho que no maltratara a la noble serpiente.
(OFF: Intuición nada más xDDD y como este topic es para hacer pasar un
Zyra Equidna- Post : 69
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