Reunión Urgente (Tenientes del Gotei 13)

Gennosuke esperó un instante por si alguien quería añadir algo más a lo que habían contado Katsu y Kato. Cuando vió que el "informe" había concluido se levantó para que todos pudieran verle bien, tomando tácitamente la palabra.

Gennosuke: -Antes de que nadie pueda decir nada, sugiero que dejemos este tema aparcado para cuando se pueda hablar de ello con tranquilidad. No me cabe duda de que Kato-fukutaichô asumirá plenamente las consecuencias de sus actos, pero habiendo una shinigami raptada opino que deberíamos organizar una partida de búsqueda para rescatarla y pedir autorización a los capitanes para llevarla a efecto.-

El joven Shin guardó un momento de silencio para que sus palabras calaran hondo. A continuación, explicó las razones de sus palabras. Su voz era tranquila pero firme, dando a entender que creía en sus palabras y no eran una simple representación.

Gennosuke: -Seguro que algunos os estaréis preguntando el por qué de mis palabras y otros probablemente me esteis tildando mentalmente de loco. Pero os puedo decir que hay muchas posibilidades de que nuestra compañera siga viva. Si realmente hubieran querido matarla, lo habrían hecho en el acto en lugar de llevársela.-

Gennosuke salió de su sitio y comenzó a andar, observando a los presentes, mientras dirigía sus pasos hacia donde estaba Kato. Sus manos gesticulaban lo justo y necesario para dar énfasis a sus palabras, mientras evaluaba con la vista como las recibían los diferentes tenientes.

-Soy consciente de que podría ser una trampa y que no estuviesen esperando, pero........¿Alguno tiene el valor para decir que esa es razón suficiente para no acudir al rescate de una compañera? Además.....-

Gennosuke se paró finalmente al lado de Kato y le puso una mano amistosa en el hombro.

Gennosuke: -¿Qué mejor manera habría para Kato-fukutaichô de enmendar su error que esta?-

Con lentitud se acercó a uno de los sitios libres que había quedado, sentandose en este con los codos hincado en la mesa, tapandose la boca mientras miraba a los presentes en total silencio, ya había hablado antes, por lo que no diría mucho más, debia enterarse más o menos de lo que pasaba por la sociedad de almas en general, su escuadrón es cierto que tenía sus problemas, pero se podían solucionar con facilidad.

El que el barrio Zaraki, sitio donde se había criado, fuese nombrado le llamó la atención, le pareció raro que viviendo allí o al menos una vez cada mucho tiempo, en el que iba a visitar su antiguo hogar, no había sentido nada raro, pero en cuanto dijo lo de un Hollow en el barrio Zaraki y la muerte del capitán, entonces si que se le hizo desconcertante...¿como habrían llegado allí y porqué? y sobre todo ¿como no se había enterado antes de algo asi?...aunque tal vez le hubiese pillado de misión, cualquier cosa parecía ya ser posible.

Entonces Kato empezó a contar algo sobre dos espadas, le extrañaba que no fuesen hollows normales y corrientes, normalmente, según tenía entendido, los espadas no solían bajar por las buenas al mundo humano, y por lo visto la batalla fue bastante dura puesto que llevaban los limitadores, mala suerte la verdad sea dicha.

De nuevo siguió relatando, asi que Kato había detenido un ataque de un capitán...¿y era Teniente?...joder, le habría gustado ver eso, un teniente deteniendo el ataque de un capitán, sin duda le habría costado, aunque su rostro endureció al escuchar que habían atrapado a una shinigami, una verdadera lástima la verdad, sabía que mandarían a alguien, pero no podía evitar pensar en lo que le harían a la shinigami de mientras, no quería ni imaginarselo sabiendo como eran los Hollows, ya que nunca había visto a un arrancar, no sabía como eran, tampoco de sus capacidades, pero por las cosas que oía...debían ser muy fuertes.

Cuando Shin empezó a hablar del tema, agachó un poco la cabeza, ocultando sus ojos con su pelo, se sentía pequeño entre ellos, impotente de no poder hacer nada, todos y cada uno de ellos eran más poderosos que Seikuro, ¿que podía hacer él a parte de molestar y entorpecer a los que vayan?.

Por unos momentos miró a los presentes de reojo, aun con sus ojos ocultos entre las sombras, ya que el silencio se había hecho, y él no iba a decir absolutamente nada al respecto, no tenía voz allí, era un tercer oficial, así que prefirió dejar los asuntos de los tenientes para los tenientes, luego hablaría con su taicho todo al respecto y le daría un informe, ella sabría que hacer con la información porque él parecía no entender las cosas bastante bien, todo estaba hecho un lío...¿que querrían los arrancares?, ¿atraerlos a Hueco Mundo o tener una presa?...si fuese aqui, ya se imaginaba a los del 12º escuadron experimentando con los arrancares...¿que les impedía a los arrancares experimentar con nosotros?.

De nuevo Seikuro miró a Kato, la verdad es que no estaba de acuerdo con la idea de Shin, habían más formas de enmendar un error y esa le parecía un poco...precipitada, por no decir incluso suicida, seguramente la shinigami estaba custodiada, y también podía ser posible que los arrancares estuviesen preparados para su llegada, ¿pero quien era él para opinar ahi?, Kato era el que tenía la última palabra de si quería enmendar su error de esa forma u de otra.

-Entrar en Hueco mundo es un suicidio- Susurró para si mismo, aunque no estaba seguro de si alguien le había oido o no, seguro que si, pero, tampoco importaba tanto, harían lo que les daría la gana, eran sus superiores despues de todo.

Shuyin atendió a la entrada del tullido con una sonrísa, Katsu comenzó su explicación, conforme la explicación iba avanzando, la cara del teniente del doceavo pasaba de sonrísa a "Mueca", y dicese de la mueca que podría poner una rica señora al aplastar con su delicado trasero mierda de burro.

la primera frase que le truncó fue...
"Conscientes de la llamada de auxilio de..."
No, no era consciente, es más... ¿Un shinigami había pedido auxilio por arrancars? ¿Amai Satou? No sabía si le sonaba, pero acababa de grabar su nombre a fuego, a partir de hoy, ese chico acababa de entrar en su lista negra de shinigamis.

La cara de Shuyin mejoró levemente al escuchar lo de los "Espadas" disfrazados de shinigami, así que aquellos indios con arcos y taparrabos habían aprendido a disfrazarse de niños pequeños con espada... Peculiar, muy peculiar, supongo que simularían su agujero cambiandolo por alguno "natural".

Cuando escuchó que la liberación del límete no llegó, Shuyin frunció el ceño. ESO SÍ era un problema. ¿En qué coño estaban pensando los shinigamis de aquel puñetero sitio? La idea de colocar un "limite" a Shuyin siempre le había parecido espantosa, a fin de cuentas, el mundo DEBÍA sufrir las consecuencias de su poder, sus enemigos no tenían ninguna interferencia... Y comían gente... ¿Por qué lo tenían ellos que se dedicaban a salvarla? Era como jugar al tenis dandole tu raqueta al enemigo y usando tu la mano. Aquello podía costar la vida a más de un shinigami valioso, podía costarle la vida a ÉL mismo.

Kato prosiguió con la explicación, llegando al quid de por que había terminado él en el mundo humano, parecía que tenía que ver con el asunto de su difunto Capitán vacío, y por supuesto, se lo esperaba cuando le señaló a él, para que explicase lo que había averiguado de la garganta.

Prosiguió, y explicó su intención de interrogar a uno de los arrancars, y como, tal interés, le llevó a detener un ataque... De un Capitán... El chico había impedido la posible muerte de un Espada.

"Pfffff." Comentó Shuyin tapando la boca con la palma de su mano para amortiguar el sonido de una soberana carcajada.
No pido evitar derramar algunas lágrimas por la rosa contenida, y mover su cuerpo arriba y abajo para liberar aquella descarga de información que le estaba produciendo aquella reunión.

"... Un motivo.... De lo más...peculiar... No les cortemos la cabeza... No... Salvemos a los Espadas, no te preocupes Kato, seguro que ellos habrían hecho lo mismo." La última parte iba cargada de ironía, dando a entender que, cualquiera en su lugar, le hubiera cortado el pescuezo sin esperar sacar siquiera un último gritito de horror.

Por lo visto el asunto a partir de ahí tan solo empeoró, llegaron más arrancars, y se llevaron a un shinigami de género indefinido cuya habilidad para correr no pareció ser tan buena como la del resto, aquello volvió a sacar la risilla del teniente, que tuvo que volver a taparse la boca.

Cuando se enteró de que otro escuadrón tenía a un arrancar distraído, la situación al menos, mejoró, Shuyin fingió recuperar el interés.

"De modo que... hay uno de esos engendros vivos ¿Eh? Espero que terminéis rápido con él, me gustaría realizarle... ciertas... "pruebas..." Explicó con rostro alegre y semblante deslumbrante.

Cuando Kato dijo que asumiría las consecuencias, Akira dejó escapar un silbido, moviendo la mano como si hubiese aceptado el mayor de los sacrificios.

"Tienes suerte de que sea otro el que decide los castigos... Ya que, de ser mi decisión, fallos así se pagan con la vida, o al menos... Y en tu caso por ser un teniente y miembro de importancia, con un dedo, para que el error no se olvide." Explicó Shuyin dando un ejemplo de psicosis y educación ejemplar.

Shuyin esperó n poco, y Gennosuke, teniente del onceavo, fue el siguiente en hablar, un montón de charla patriotica que terminó con un "Es un suicidio" por parte del oficial de la segunda, un tipo sensato. Shuyin sonrió.

Cuando Gennosuke preguntó "-¿Alguno tiene el valor para decir que esa es razón suficiente para no acudir al rescate de una compañera?-" Shuyin levantó la mano como loco, como el empollón que sabe la respuesta que te hace subir nota en clase, y se levantó. Era su turno.

Observó a todo el mundo, y relajó el cuello moviéndolo a ambos lados, para comenzar a hablar.

"La pillaron, ese es motivo suficiente, en cualquier circunstancia estaría muerta, el mero hecho de no haberse suicidado ella misma es lo que hace de ella lo que es, un estorbo... un estorbo vivo.

Shuyin miró alrededor, contemplando a los otros shinigamis.

"En cuanto a Kato, bueno, ya veremos como puede enmendar algo así... Si es que se puede..." Explicó observando al chico de reojo, y prosiguiendo con su fría lógica, Shuyin era un tipo práctico, ni sentimental, por lo que aquella charla posiblemente estuviese alterando a más de uno.

"Sin embargo...Algo si es cierto... No podemos permitir que esos Espadas nos tomen a broma, se rieron de algunos de vosotros, de haber sido de mi, ahora mismo estaría encerrado buscando la manera de hacerlos atragantarse con sus bífidas lenguas... Sin embargo, dado que la brujería no es mi afición, más bien la investigación, proseguiré. Esos seres se sobrepasan, no entienden que, pueden recibir el mismo miedo que causan, y tampoco podemos permitir que avancen a nuestra costa, si tienen a un shinigami, tienen datos, no de ellos, si no de CADA UNO de nosotros, y la información es algo que se paga muy caro en este mundo."

Shuyin miró al grupo de shinigamis.

"...Y odio pagar los errores de otros..."

Sonrió complacido, siguiendo con su discurso.

"Por lo tanto, si buscáis a alguien dispuesto a bajar al infierno para azotar a un par de diablillos, estaré encantadísimo de presentarme candidato."

Retomó su seriedad, y esta vez, su tono de voz se tornó casi amenazante.

"Admito ser un tipo con mal sentido del humor...Y, sinceramente, pese a que me da igual ir acompañado, suelo trabajar mejor solo, lo cual no significa que quiera ir en este estado... Pero sí... Que los errores cuando se va "acompañado" de mi, se pagan bastante caros."

Se tornó amistoso.

"De modo que, yo iré."

La reunión transcurría con relativa tranquilidad. En algunos comenzaban a florecer nervios a causa del desconocimiento profundo de la situación, así como el porqué de la reunión.

Kenzo… el nombre que hizo a Kato saltar por los aires. Nadie en ese cuarto entendía el porqué, ni tan siquiera Aoki, pero seguro que el disciplinado Shihoin tenía un buen motivo para armar ese alboroto. Parece que el enfado no le duró mucho, pues consiguió calmarse tras una sonora carcajada por un no merecido comentario del teniente del duodécimo.

Por ese entonces, solo faltaba en la sala el teniente de la sexta división, pero según tenía entendido, no era el más… apropiado para el cargo. Lo corroboró la esbelta justiciera aprendiz de la gran Kaori-taichô, Norikito como le había apodado Shujin-san… Luego, Washiru, apuñaló al grandullón con un tono rebosante de cinismo, y dio pie a que alguien explicase el porqué de la reunión.

Las puertas se abrieron de par en par, haciendo el silencio en la sala. El malherido Katsu se apoyaba como buenamente podía sobre una muleta, con la mayor parte del cuerpo vendado, y respirando con dificultad. Aoki se lanzó a por él con presteza esquivando el cuerpo de los demás shinigamis de la sala, hasta situarse junto a Katsu. Se arrodilló a su lado, y le sostuvo sobre su hombro, con una mano en su costado y la otra en su abdomen, transmitiéndole ese reiatsu curativo del que disponía el ahora máximo diligente de la cuarta sección.

- Descerebrado, deberías descan… - Y antes de que pudiese acabar de advertirle, Katsu comenzó con su retaila de hechos.

- Si nadie tiene ninguna pregunta, debería retirarme a descansar si no me necesitan más... -
- Y aunque la tengan… - dijo soltando el aire en señal del esfuerzo al tiempo que lo cargaba en su hombro y se giraba para salir por la puerta, no sin antes, mirar a Kato y comentarle en tono neutro - Acaba la explicación tu, Kato… Enseguida vuelvo… - Y abandonó la habitación, sentando a Katsu en el suelo, junto a la entrada.

- Estás loco, dejé dicho que vinieses si te encontrabas en facultades, pero obviamente no lo estás. Ahora mismo te vuelves al escuadrón, si o si. No me hagas llamar a Sakurai y portate bien… - a lo que añadió una sonrisa bravucona. Se giró para encarar al shinigami de su misma sección, de cabello castaño y ojos intensamente azules.

- ¿Nombre? -
- Kaito Hiru. Siento no haber podido detenerle, llevo todo el camino diciéndole que… -
- No te preocupes, pero asegurate de que vuelve a la sección. - y le dedicó otra mirada amable.

Volvió a entrar al cuarto, mientras oía como se alejaban los pasos de ambos shinigamis, acompasados con los golpecitos de las muletas en el entarimado suelo del escuadrón.

- Bueno, ¿por donde íbamos? Ah! Si… la aparición de Kato… - lo siguiente que escuchó en boca de Shihoin fue un “lo que ocurrió a continuación”, seguido de una pausa… Continuó con su relato desde que llegó al mundo humano. Aoki le escuchaba cruzado de brazos desde el otro lado de la habitación, junto a la puerta, y asintiendo casi a cada una de las palabras, cambiando levemente el gesto ante unas, y satisfecho ante otras… hasta las palabras… “llevándose a la pobre Hatsushiki con ellos”. ¡¿Había dejado que secuestrasen a una shinigami delante de sus narices?!

Tal y como acabó su discurso, miró al frente, a todos los presentes, para asegurar que cargaría con las consecuencias. Gennosuke propuso un descenso al Hueco Mundo, que Akira pareció apoyar. Aoki sabía que ir a ese condenado desierto era un suicidio, y no iba a permitirlo. Kato miraba a unos y otros, comprobando las reacciones de cada uno, y al posar la mirada sobre los ojos de Aoki, éste se lanzó a la carrera, apartando a Lyra con una mano y a Noriko con la otra, para llegar hasta Kato, tomarle por el Keikogi, y levantarle un par de palmos del suelo con ambas manos. Las columnas que Aoki tenía por brazos se tensaron de sobremanera, marcándo los músculos y venas a lo largo del mismo, hasta sus manos, con el puño cerrado con semejante fuerza que las articulaciones comenzaban a tomar un tono blancuzco por la falta de sangre.

- ¿Qué dejaste que raptasen a una shinigami delante de tus narices? ¡¿Desde cuando a un “Dios de la velocidad” Shihoin como tu se le escapa una presa?! ¡Deberías saber que si la llevaron a Hueco Mundo ya debe estar muerta! - le gritaba a poco más que medio metro de su cara. Giró su cara para mirar al resto de la sala, que miraban la escena pasmados. - Y vosotros deberíais saber que ir a Hueco mundo a por un shinigami, primero, dad por sentado que nos lo van a prohibir, y segundo, es una muerta asegurada, o una guerra como la de hace dos semanas, y no estamos para más bajas… -

Desde su elevada posición, Aoki soltó las vestiduras de Kato dejándolo caer de pie sobre el mismo sitio en el que se encontraba antes.

Giró todo su cuerpo para encarar ahora a los presentes con un gesto duro, que ni siquiera el mismo Aoki sabía que tenía. - Ahora bien, lo que hay que hacer es trazar un plan de acción inmediato para asaltar al primer arrancar que pise mundo humano, y de eso si que se va a encargar Kato, con la ayuda del capitán Kobayashi, para enmendar sus errores, y que le sirva a modo de disculpa. -

Aoki desconocía el efecto q sus impetuosas acciones causarían en los presentes, pero había que ponerse en marcha pronto. Y había que empezar por el arrancar capturado. Aoki esperó que sus actos no repercutiesen en la amistad con Kato, pues simplemente, le dolió ver a un tan antiguo compañero metido en semejante embrollo, y lo último que quería, es que acabase muerto y desangrado en las arenas de Hueco Mundo. No iba a permitir eso para ninguno de sus comañeros shinigamis, mucho menos para sus amigos…

La armonía de aquella aburrida y pesada reunión se rompió derrepente con la entrada del teniente Katsu. Lyra le dedicó una mirada sorprendida, realmente tenía un aspecto lamentable, era sorprendeten siquiera el hecho de que pudiera moverse. El teniente irrumpió la conversación y comenzó a relatar los hechos acontecidos en Europa que, a pesar de no ser algo que ocurría cada día, no le pareció de suficiente importancia como para convocar a todos los tenientes. El hecho de que dos arrancars se hubieran disfrazado de shinigamis hería profundamente su orgullo.

"Asquerosas víboras"

Pronto llegó la verdadera razón de aquella reunión. Kato, con una aparienza realmente apesadumbrada, tomó la palabra cuando el malherido teniente del séptimo escuadrón se la cedió. Al parecer el cauce de la batalla en el mundo humano había cambiado a causa de un error de este. Se había dejado llevar por el instinto y a causa de esto había destruido una posibilidad perfecta para matar a uno de los espada de Hueco Mundo (cosa que de por si no ocurre muy a menudo) pero además, por su culpa una shinigami había sido raptada y llevada a Hueco Mundo, donde ahora mismo se estaría pudriendo.

Para colmo tuvo que escuchar las desagradables palabras del teniente del doceavo escuadrón, algo que le ponía realmente de los nervios. Lyra, realmente cabreado por toda aquella situación, lanzaba miradas asesinas y furibundas a Akira cada vez que abría la boca, era dificil no saltarle al cuello. Lyra se resopló inquieto y comenzó a crujirse los dedos uno a uno.

"Si tan solo lo hubiera conocido antes de que fueramos shinigamis..."

Aun asi, el rubio no era el único que estaba a punto de perder los estribos. Al lado suya un furioso Aoki prácticamente se abalanzó contra Kato, agarrandole de su keikogi y levantandole en peso. Entonces comenzó a gritarle a el para, poco después, cargar contra el estúpido plan de ir a Hueco Mundo. Cuando se calmó un poco propuso otro plan, no demasiado lúcido tampoco a vista de Lyra.

El teniente del tercero se cruzó de brazos mirando a su alrededor. Ir a Hueco Mundo era un suicidio, el hecho de enfrentarse contra cientos de hollows y arrancars en una guerra en su propio terreno era algo bastante pobre mirado desde el punto de vista estratégico, aunque la otra opción propuesta, hecha por el furioso Aoki tampoco era mucho mejor.

-Aunque asaltaramos al primer arrancar que pasara por delante nuestra, ¿que ganaríamos con ello a parte de un par de heridas? Podríamos matarlo a si por que si en una innecesaria e improductiva lucha-. Lyra tragó saliva-. Y si no que vamos a hacer, ¿raptarlo? Esas bestias de hueso no tiene sentimientos de compañerismo, casi le haríamos un matándolo directamente. Además, aunque consiguieramos información sobre si esa shinigami del noveno escuadrón esta viva o muerta... ¿no tendríamos que entrar en Hueco Mundo igualmente?.

"Aunque, con tal de ver como un hollow le arranca al teniente del doceavo esa viperina y venenosa lengua que tiene"

Noriko escucho los comentarios de cada uno de los shinigamis que estaban en aquella sala, con la cabeza agachada, pero no por vergüenza, si no pensativa, pensaba en todo lo que había ocurrido. Sin duda aquel teniente de la quinta sección merecía un castigo, como todos aquellos que fallan una misión, y más cuando pierde a un compañero. Con los brazos cruzados escucho el comentario de Akira, uno que le llego a lo profundo.

- La pillaron, ese es motivo suficiente, en cualquier circunstancia estaría muerta, el mero hecho de no haberse suicidado ella misma es lo que hace de ella lo que es, un estorbo... un estorbo vivo.- dijo Shuyin

En cierto modo Noriko hubiese pensado igual que el teniente Akira, en el momento en que ella se viese a si misma acorralada, sin escapatoria, secuestrada y sin poder alguno para soltarse, sin duda se hubiese suicidado para no causar un estorbo a los demás. Ella jamás querría ser la carga de nadie.

Noriko dio un paso al frente al escuchar que algunos se animaban a bajar. Ella estaba dispuesta, estaba dispuesta a ir a por una compañera, a acudir en auxilio, a ser de utilidad, a tener una meta mas alta, a comprobar si verdaderamente había mejorado en algo sus habilidades. Aunque sabia que aquella causa estaba perdida, era un suicidio y aparte, lo mas seguro es que fuese demasiado tarde para ella.

- Yo me uno a la causa – dijo sin haberlo consultado con su capitana

- Y vosotros deberíais saber que ir a Hueco mundo a por un shinigami, primero, dad por sentado que nos lo van a prohibir, y segundo, es una muerta asegurada, o una guerra como la de hace dos semanas, y no estamos para más bajas… - dijo Aoki, como si hubiese leído sus pensamientos

- Pero por que la secuestrarían, si quisiesen matarla lo mas rápido para ellos hubiese sido matarla allí mismo- dijo Noriko.

También es posible que aquello fuese una trampa, y quisieran que bajasen todos los shinigamis, aun así Noriko estaba algo confusa, tanta gente allí y cada uno con opiniones distintas, deberían de tomar una acción ya y así todo esto se calmaría.

Escucho luego las palabras de Lyra.

- Si esta muerta no creo que debamos bajar, es una lucha sin causa, la venganza solo generara mas venganza e ir sin un buen plan a atacar directamente a su hogar es un completo suicidio. Pase lo que pase, sea el plan que sea, yo me comprometo a ser de utilidad. Bajare si hace falta, aunque pierda la vida en ello – dijo con un puño sobre su pecho.

Al fin y al cabo ella solo sabia pelear, si se quedaba por la sociedad de almas serviría de poco. Ella estaba allí para que le ordenasen el objetivo de la batalla, y aunque fuese una compañera shinigami, un motivo suficiente para luchar, es cierto que seria una carnicería, y por intentar salvar una compañera perderían a más de un compañero.

Hasta hace un momento todo había ido de manera bastante convencional, es que aún no se había revelado la verdadera razón de la reunión y que era lo que se esperaba de ellos, también había una gran posibilidad de que aquella reunión fuese mas que todo informativa y que simplemente se llegue a algún tipo de acuerdo entre todos los tenientes, algo mas de palabras que de hechos. Quizas era por eso que Kenzo buscaba noticias mas concretas en lugar de los rumores o informaciones parciales que eran las que iban compartiendo en voz alta sus compañeros de función, tampoco es que hubieran contradicciones entre ellas sino que para Kenzo era mejor una versión mas oficial de los hechos, el testimonio de uno de los involucrados sería de lo mas oportuno, un poco mas de paciencia y ya vendría algo.

Los pasos tranquilos y quizás hasta algo parsimoniosos pero constantes y seguros del teniente de la octava división lo llevaron hasta un sitio disponible allí, a la espera que algo más interesante se arme repentinamente. Pocos momentos después sus pensamientos y deseos de tener mas información parecían haberse materializado ante sus ojos.

La llegada del teniente de la sétima división, Katsu el cual tenía gran parte que ver en el asunto y que además era un testigo presencial en el asunto hacía su aparición para la sorpresa de muchos, lo que Kenzo había oído era que el debería estar en reposo por un incidente ocurrido días atrás. Su parte en la historia había sido fundamental pero dado el estado de salud en el que se encontraba prefirió dejarle la palabra a Kato, aquello era completamente comprensible. Sería mejor que descansara si quería mejorar.

Tras aquel preámbulo por fin Kenzo se enteró de toda la historia y la situación actual… menudo embrollo y problema en el que se habían metido. Kenzo no sabía parte de la historia porque había sido recientemente ascendido pero de todas maneras no había sido una situación favorable de ninguna manera… una shinigami secuestrada, y lo peor, que uno de los suyos había evitado la muerte de un Espada, eso si que era una novedad. Obviamente el sentimiento de indignación en Kenzo era grande, para ser sinceros no podía entender con claridad los motivos que habían llevado a Kato a semejante decisión, lo mas probable es que en realidad no había excusa suficientemente buena para tratar de justificar aquel hecho, otro compañero había también sufrido las consecuencias de su decisión.

Las acciones de Aoki y la manera en que le pidió explicaciones a Kato reflejaban de manera parcial parte de lo que Kenzo sentía, en fin, ya se tendría que idear alguna sanción o darle la oportunidad de redimirse, cosa que el mismo ya había pedido, eso era lo mínimo que podía haber hecho. Kenzo coincidía con muchas de las ideas expresadas por Akira aunque quizás no las expresaría asi, ciertamente aquel tipo de errores donde la lealtad parecía ponerse en juego no podían dejarse pasar a la ligera, de el también salió la propuesta de ir a Hueco Mundo, eso seguramente sería el debate del resto de la reunión.

El rostro tranquilo y neutro de Kenzo se paseaba por el salón observando como sus compañeros se expresaban acerca de aquella propuesta, muchos en contra y otros a favor. La situación era compleja, para Kenzo valía la pena ir a Hueco Mundo para saber mas de la compañera pero sin saber con certeza si aun vivía o no hacía una decisión mas difícil de tomar.

-Me parece que Aoki tiene razón, creo que será bastante complicado que nos dejen ir a una misión a Hueco Mundo… por lo menos sin estar seguros si esta viva o no. Por otro lado no hay forma de saberlo a menos que vayamos allá a averiguarlo, eso no nos deja demasiadas opciones no?... asi que si se da el permiso para ir, iré de todas maneras. Si prefieren esperar a que algún Arrancar pise el mundo humano y planear algo a partir de allí… pues iré allí también-

Después de haber dado su opinión se quedó tranquilo esperando ver que era lo que se decidía. Parecía coincidir con Noriko y también en cierta manera con Lyra pero así es como pensaba Kenzo, estaba dispuesto a hacer lo que se le ordenara, además había estado buscando algo que hacer asi que cualquier cosa sería mejor que no hacer nada. Solo quedaba esperar…

(off: bueno, como hibari anda desaparecido......creo que me toca postear a mí)

El teniente del 11º escuadrón había permanecido en silencio, observando la escena mientras sus ojos se iban entrecerrando cada vez más en una terrible expresión con cada palabra que llegaba a sus oídos.

Finalmente, Gennosuke aporreó la mesa con fiereza, reduciéndola a trozos de madera y astillas. Su mirada se fijó en todos y cada uno de aquellos que habían objetado en contra de la opción de ir a salvar a aquella shinigami. Su voz salió tan afilada como una espada y tan cargada de rabia que casi podía herir físicamente. No podía creer lo que estaba oyendo.

Gennosuke: -"Bajar a Hueco Mundo es un suicidio"...."Nos lo van a prohibir".........¿Desde cuando los tenientes del Gotei13 son un atajo de cobardes? ¡Claro que es un plan suicida, maldita sea! ¿Y qué preferiríais? ¿Abandonar a un compañero que podría seguir con vida? ¡Perfecto! ¡Fantástico! ¿Qué más dará un shinigami menos? ¡¡Después de esto espero no volveros a oir a ninguno hablar de los arrancar como si fuesen monstruos....!! ¡¡¡PORQUE SON IGUALES QUE VOSOTROS!!!-

El teniente del 11º escuadrón señaló al arrancar preso al decir sus últimas palabras, mientras le fulminaba con la mirada. Desde aquél fatídico día en que perdió a la que fue su primera familia, jamás había podido aceptar la existencia de hollows, mucho menos de arrancars.

Gennosuke se dirigió hacia la salida con gesto furioso y se paró justo antes de salir para girarse y volver a mirar a todos los presentes esta vez. Su voz sonó más seria y calmada, pero claramente tenía mayor intención de hacer daño.

Gennosuke: -Quien no sea capaz de arriesgar su vida por un compañero, no debería tener derecho a llamarse a sí mismo shinigami. Si el Gotei13 no es capaz de remover cielo y tierra para salvar la vida de cualquier shinigami, entonces todos los ideales y convicciones sobre los que fue edificado han muerto. Voy a solicitar a los capitanes el permiso para organizar una partida de búsqueda. Quien quiera apuntarse, será bienvenido. El resto.............seguid autojustificandoos como más os plazca. Por mi parte prefiero perder la vida en combate sabiendo que hago lo que creo que es correcto a existir cruelmente sobre la vida de mis camaradas por ser "estratégico".-

Gennosuke salió dando un portazo. Su enfado estaba claro y pobre de aquél que intentase detenerle. Podría ir contra las normas, podría terminar encarcelado, muerto o algo peor....pero jamás perdería su orgullo y amor propio. Por muy difícil que fuese la empresa, Gennosuke estaba convencido de que abandonar a un compañero anteponiendo semejante excusa les dejaba a la altura de los propios arrancars y eso era algo que le repugnaba.

(Off: bien, señores, me temo que Genno-chan se ha encabronado mucho y ha decidido irse a la reunión de capitanes. Sorry por las molestias y, por dios, no intenteis detenerle porque no le cuesta nada soltarle un monumental soplamocos a quien haga falta . Quien quiera seguirle............es bienvenido.)

[off: saltad mi turno esta ronda por favor, llevo unos dias pensandome que poner pero no se me ocurre nada, siento la espera u_u]

Turno de Erienne. -Kato-

Erienne está sin conexión al parecer, así que turno de Akira. -Kato-

La paciencia de Shuyin Akira se estaba agotando, agotando a una velocidad demasiado elevada, y se habría levantado para irse ya, de no ser gracias a que Kato lo hizo, claro que lo hizo... Trajo al "juguete".
Shuyin se regodeó por dentro, y Kato pareció imaginarselo, pues notó su mirada clavada en él cuando examinaba al arrancar se arriba abajo.

No pudo evitar, de cualquier modo, contestar al arrancar con una más que marcada sonrisilla.
"Si bueno, tu te lo estarás pasando seguro mucho mejor que ella, la SS tiene la costumbre de dar las últimas voluntades a cualquiera antes de "devolverme" lo que es mio." Dejó caer Shuyin, dejando entender que, tarde o temprano, aquel desdichado pasaría a sus manos, donde debería haber estado siempre... Y ese día, desearía tener algo en lo que creer.

Desvió su mirada del sujeto, para centrarla en los shinigamis, y cortar el hipnotizante contacto ocular que, de permanecer activo, lo haría lanzarse sobre él con demasiada rapidez.

"Ni un pelo." Contestó alegremente Shuyin a Kato, refiriéndose a que podía "esperar" antes de lanzarse sobre aquel sujeto... En realidad, DEBÍA esperar.

Tras la cómica situación, tocaba la reacción de Shin, aquel sujetillo que actualmente ocupaba el mayor cargo en el escuadrón onceavo.
Mientras iba hablando, Shuyin iba sonriendo, pasando la risilla a una carcajada, y dando palmas, animando al de por sí, agobiado teniente.

Quien no sea capaz de arriesgar su vida por un compañero, no debería tener derecho a llamarse a sí mismo shinigami.

Shuyin Akira silenció, llevandose una mano al mentón, y pareciendo pensativo.
"Oh... Tendré que pensar otro nombre entonces." Explicó mirando al techo de la sala, y meciéndose adelante y atrás, el teniente del onceavo había logrado darle algo que hacer, necesitaba un sustituto de nombre para el de "shinigami".

Cuando el sujeto abandonó la sala, aparentemente, no dispuesto a "Pensar" y mentando así la palabra estrategia, Shuyin aplaudió con fuerza.
"¡Desde luego, todo un miembro del onceavo escuadrón, mucho cuerpo, poco "de arriba"! Estoy realmente impresionado, ese chico me cae bien, no quiero que se muera..." Explicó con una mueca de fastidio.

Se sentó de nuevo y examinó al arrancar con la mirada de arriba abajo... Una, dos, doce veces.
Parecía que volvía a estar pensativo.

[FDI: Siento la intromisión y la escasa longitud del post, pero es un post dentro de otro post y es un tanto extraño de escribir xD]

Sus pasos resonaron, certeros y decididos por el pasillo.
Estaba cabreada, altamente molesta y a punto de gritar o destrozar cosas.
Menos mal que a ella no la detuvo nadie. Y no solo por el haori que cubría sus hombros, Kaori era como una hierba salvaje, como una fiera en cierta medida, y tenerla controlada era una tarea casi titánica, solo rendía cuentas ante sus superiores. Por eso despachó a los shinigamis del primer escuadrón con un seco movimiento de cabeza y un bufido de advertencia. El enfado que sentía era tal que hubiera sido capaz de golpear a cualquiera por insubordinación, pero no, no iba a ser como Hayato, no podía comportarse así. Pero si estaba lo suficientemente encendida como para golpear cosas. La puerta de la sala de reunión de tenientes acababa de dar fe de ello. Los ojos de la capitana echaban chispas y más cuando oyó lo que oyó. Una especie de burla por parte de una de las personas a las que debía de llevarse consigo. Definitivamente eso de la tolerancia no era algo que estuviese de moda entre los altos cargos. Una mueca apareció en su rostro y levantó el rostro para hacerse oír.

- Akira Kato, Aoki, conmigo. Ya- ni siquiera se molestó en usar los cargos oficiales, el desengaño que acababa de llevarse en la sala de capitanes había convertido su típico entusiasmo en brutalidad y las burlas solo echaban más leña al fuego. Una ojeada al arrancar le fue suficiente para continuar su frase- y traed “eso” con vosotros- había decidido volver a la puerta sin más, pero si tuvo un momento para reconocer cierta energía espiritual. Se volvió, como presa de un ataque de ira y de dos pasos se colocó frente a la muchacha que pertenecía a su escuadrón y que no le había pedido permiso para estar allí- ¿Qué demonios haces tú en esta sala?- estaba tan cerca que sus narices casi se tocaban, definitivamente no era un buen momento para cabrear a Kaori y encontrarse a una shinigami rasa en una reunión de tenientes no era precisamente un buen amortiguador- que sea la última vez que te vea jugando a los altos cargos, porque no veo emblema en tu brazo. Cuando lo tengas, podrás codearte con los mayores, pero de momento deberás conformarte con lo que tienes. Espero que esté más que claro- y sin más salió nuevamente de la estancia, sin esperar a nadie. Si realmente estaban hechos de la pasta que hacía falta para ser tenientes la seguirían sin oponer resistencia. Empezaba a cansarse.

Shuyin observó la espectacular entrada de la Capitana, y como, sin saludar, con un tono de voz que dictaba mucho de ser siquiera minimamente cortés, y con toda la seguridad del mundo, entraba en la sala, le pedía bordemente que la siguiese, y le echaba una reprimenda a Noriko, fue esta la única vez que sonrió. Era divertido ver echar reprimendas.

A Kato le faltó tiempo para agarrar cuerpo del arrancar, y, como buen bebe pollito, echar a andar detrás de mama gallina rumbo al escuadrón de Capitanes.
Tal sumisión le hizo llevarse la mano a la boca del estómago, reprimiendo una arcada. No es que la obediencia en sí le fuese molesta, es que, la obediencia ciega a personas sin modales le era algo horrible.

Observó a su alrededor, y con un gesto de la mano, se despidió de los Capitanes allí presentes.

"(Tengo que convencer a esta panda de patanes para acabar siendo Capitán del doceavo escuadrón... Cuando lo consiga, ya hablaré con esta chica sobre "educación"... Si emprendo ahora mismo una trifulca con ella, solo saldré sancionado, y la excusa de la locura tan solo serviría para quitarme puntos ante los altos cargos... Como suele decirse... Haz oídos sordos... Pero recuerda... Recuerda para cuando tengas poder para impartir justicia.)"

Con este pensamiento en mente, Shuyin Akira sonrió de modo sarcástico, y comenzó a andar tras las dos "señoritas", con sus ojos fijos en el arrancar que Kato transportaba en su fornido brazo.

La palabra "eso" era algo de lo poco que también le había parecido acertado.

Tras las contundentes palabras del curandero, algunos shinigamis votaron a favor, en contra otros. Nadie tenía muy clara la postura que la sociedad de almas debía tomar… Aunque, se dedicaron prácticamente a echar por tierra cada nueva opción alegando algo de lógica aplastante, ir a Hueco Mundo es un suicidio, matar arrancar como venganza no está bien, acabar con cada arrancar que pise el mundo real tampoco, y tomarles de rehenes es inútil. Pero nadie se atrevía a dar una opción válida.

Aoki se mantenía firme dándole la espalda a Kato - sin ningún tipo de connotación - y encarando al resto de shinigamis. Había que trazar un plan de acción, había que decidirse por lo que se debería hacer… pero, bien pensado, casi daba igual su propuesta, la decisión sería tomada por los de “arriba”.

Cada uno tomó su pequeño turno de palabra para expresar su postura. Aoki miró a Kato por encima de su hombro - una vez más, sin connotaciones -, buscando sus ojos. Cuando los encontró, estaban vacíos, casi muertos…

- Kato, - e hizo una pausa para que el Shihoin prestase atención - vuelve en tus cabales. No te he zarandeado para recriminártelo, lo he hecho para que dejes de culparte de una maldita vez y te espabiles, te pongas las pilas, enfríes tu cabeza, y empieces a pensar de una forma más… práctica. No estoy enfadado con lo que ha pasado, sino con como te lo has tomado. - Eran esos sus motivos, aunque quizá no los supo expresar de forma correcta. A modo de punto y final para la mente de Kato, colocó una puntilla que esperaba sirviese de tope a sus desbocados pensamientos. - Vuelve en ti. -

El moreno dios de la muerte, advirtió a los presentes de que iba a traer al rehén arrancar y abandonó la sala. Solo fueron unos minutos, pero, salvo algún comentario al que Aoki no prestó especial atención, reinó el silencio. Luego entró con el arrancar a cuestas y lo lanzó contra una columna, dándole órdenes y hablándole con voz imperante. Parecía que se había relajado… parecía que, al menos un poco, había “vuelto en sí”.

Gennosuke, en un arrebato, destrozó mesa que se disponía para los tenientes en las reuniones. En un principio pareció impaciencia, pero poco se tardó en saber, que era parte de su abrupto carácter, y que no toleraba “abandonar” a una compañera a su suerte… quizá, no quería reconocer su muerte, y partió hacia la sala de capitanes. Era una locura interferir con los peces gordos, que Aoki trató de evitar tan solo lanzando su nombre en grito, lo cual no bastó, pues ni siquiera giró la cabeza… Ahora, quizá de un momento a otro, podría entrar algún capitán a darnos las represalias, o incluso, dependiendo de los modales del noble, de mismísimo Comandante.

Entre tanto, Akira, parecía contenerse interiormente con violencia, para no coger al arrancar y abrirlo allí mismo para saciar su curiosidad.

De repente y casi sin venir a cuento, la tensión espiritual se acrecentó enormemente, sintiéndose el enfado del propietario desde antes de casi destrozar las puertas de la sala. La imponente Kaori-taichô - La dama de hierro - irrumpió en la sala, e inmediatamente Aoki clavó su rodilla en el suelo, en gesto de respeto. La figura majestuosa de la capitana del sexto escuadrón se imponía de sobremanera en la mente de Aoki, que la respetaba al igual que la gran - o pequeña, según se mire - Yoruko-taichô. El enfado que llevaba sobre los hombros, se contrarrestaba con el delicioso perfume que exhumaba, dando sentido literal a su nombre, “Fuente de perfume”. Se imponía con una voz poderosa y firme, que podría acobardar a la más gran alimaña del Hueco mundo, y de su garganta salieron tres nombres, el del curandero entre ellos. Aoki se estremeció. Deseó con todas sus fuerzas no tener nada que ver con el motivo de su enfado.

Levantó la mirada y se colocó de postura erguida, a escasos metros de la capitana. Irremediablemente su vista se desvió hacia los labios de Kaori, adornados con un punto de sangre fresca en su comisura. Aun con su cuerpo, sintió terror de qué podría haberla hecho sangrar, y más si cabe, curiosidad de si el responsable seguiría con vida…

- Izumi-taichô. - Contestó al tiempo que asentía con gesto serio y con los puños cerrados a ambos lados de su cadera.

Aoki tomó aire cuando la capitana se dirigió a Noriko, lo contuvo durante la represión, y lo soltó de golpe cuando salió diligente de la sala… Lanzó un vistazo rápido a Kato y a Akira, que salieron detrás, y se encaminó tras ellos, sobresaliendo el busto sobre sus cabezas en fila india por los pasillos hacia la reunión de capitanes, no sin antes dejar una mirada de despedida a los tenientes que se quedaban en la sala con mirada de incertidumbre.

No acertaba a encontrar el motivo del enfado de la dama de hierro. Además, ¿que ocurriría cuando se volviesen a encontrar Kato y Hayato? ¿Otra discusión? Aoki no estaba seguro de poder defenderle frente a los máximos dirigentes del gotei…

[OFF: Siento el retraso, pero estoy de vacaciones… quiero tomarme unas vacaciones de verdad (T.T), xo bueh, a ver si me liquido esto ya, porque si no, no puedo subirlo hasta el lunes, y me da palo ataros a todos. Ayer tras unas horas de escritura (xq antes de ayer mi ordenador no se encendía), conseguí sacar algo medio decente… estoy sin internet (en un ciber), sin ordenador (se enciende y se apaga cuando le da la gana, y sin avisar), x la mañana en la piscina (sin enchufes) y con dos dedos jodidos (un tajo cortando sandía) lo que me pone las cosas difíciles para escribiros, pero asquí estoy y no os abandonaré!!!!]

[Saltadme el turno]

Lyra


KATO: Turno de Noriko, pues.

Yoruko: Turno de Kenzo. Noriko no puede contestar.

La intervención de Izumi-taichou supuso un punto y aparte en cuanto a las trifulcas de los tenientes shinigami, pese a lo fugaz de la misma.

Entró, cumplió con sus órdenes y se marchó, dejando la sala con tanta celeridad como con la que había entrado. Nadie se opuso a sus designios, y ni uno solo de los tenientes, salvo los mencionados por ella, pareció mover un músculo mientras su intervención duró. Todos aguardarían expectantes una explicación de lo acontecido.

Así pues, y tras unos segundos de indeleble silencio, una figura hasta ahora inadvertida tomó posición al frente de los shinigami, alzando su figura sobre todas las demás y disponiéndose a tomar la palabra y riendas de la reunión.

— Fukutaichōs. — comenzó. Su voz sonaba tranquila, aunque terriblemente decidida. No parecía el tipo de persona que aceptaba el no ser escuchado; o menos aún, obedecido. — Por favor, siéntense. — esperó a que todos lo hicieran. — Llegados a este punto, es mi labor el informarles del motivo de esta reunión, y de la intervención de la Capitana del 6º Escuadrón. — Tras una breve cesura, concluyó. — Mi nombre es Mizugame Zanshiro, Teniente del 1º Escuadrón.

Esperó unos segundos, como dejando reposar las palabras en las consciencias de los tenientes. Acto seguido, prosiguió:

— En primer lugar, queríamos con ello hacerles llegar el informe de la situación en que nos encontramos. Como segundos al mando, deben estar al tanto de la aparición, en el Mundo Humano, de formas arrancar de considerable poder. — Dejó caer las palabras cual martillos sobre el yunque. Era necesario que los Tenientes del Gotei 13 estuvieran preparados para lo que pudiera ocurrir si llegaba a repetirse una situación de semejante gravedad. — Pero creo que ello ha quedado más que solventado; así que trataremos ahora el segundo y último punto de este concilio.

— Por orden del Sotaichō y los consiguientes cambios en el Gotei 13, es mi deber informarles del ascenso de tres de sus compañeros a Capitanes de Escuadrón. — pasaron un par de segundos, en los que el tiempo pareció pararse. — Como podrán imaginar, se trata de los tenientes del cuarto, quinto y duodécimo Escuadrón, respectivamente: Murakami Aoki, Shihōin Kato, Shuyin Akira. — Esperó un instante para continuar, previendo un murmurio generalizado. — El ascenso ha sido verificado según las normas dispuestas para este tipo de casos, y cuenta con la consecuente aprobación de Koyuki-sotaichō y tres de los actuales Capitanes.

Y entonces calló, apartándose del lugar en que había intervenido, y desapareciendo de forma solemne por una puerta al fondo de la estancia, entre la confusión y el bullicio de la situación.
Aún tenía tareas que emprender, y el tiempo no era algo que el 1º Teniente se pudiera permitir desaprovechar. Así pues, su salida de escena sería poco llamativa, centrando la atención de los presentes en lo que se les acababa de dar a conocer.

¿Qué opinarían los Tenientes del ascenso de sus compañeros? ¿Despertaría ello sus ambiciones personales? Y, más importante aún: ¿Quiénes serían sus sucesores en el puesto…?

El rostro tranquilo y neutro de Kenzo se paseaba por el salón observando como sus compañeros se expresaban acerca de aquella propuesta, muchos en contra y otros a favor. La situación era compleja, para Kenzo valía la pena ir a Hueco Mundo para saber mas de la compañera pero sin saber con certeza si aun vivía o no hacía una decisión mas difícil de tomar.

Sus otros compañeros seguían dando sus respectivas opiniones, casi todos parecían tener un punto de vista similar. Nadie tenía intención alguna de dejar a la compañera secuestrada en aquel asqueroso y desagradable mundo donde los arrancares habitaban. Kenzo prefería no imaginarse lo que aquellas criaturas le harían a aquella shinigami, quizás varios tipos de tortura o sino quizás sería una especie de trampa o estratagema donde los arrancar estarían esperándolos atentamente para emboscarlos por sorpresa… un plan notablemente cobarde y trapero por donde uno lo viera pero ciertamente digno de unos seres para los cuales el significado de un pelea digna u honorable estaba completamente fuera de su entendimiento, seres que en realidad no tenían utilidad, no merecían vivir… obviamente debía de haber algo que podrían hacer… el teniente del octavo escuadrón esperaba que por lo menos llegaran a algún tipo de acuerdo en la reunión que estaban sosteniendo.

La indignación de uno de sus colegas se hizo evidente poco tiempo después, quizás sus declaraciones fueron algo exageradas producto de la presión y premura de las circunstancias actuales pero aquello era completamente comprensible… era cierto, tenían que armar y diseñar algún tipo de plan, solo los capitanes iban delante de ellos y debían ser un apoyo y no una carga. El teniente del onceavo escuadrón demostró el sentimiento que no habían hecho lo suficiente y con una expresión de evidente molestia y cólera dejó el salón donde todos los tenientes estaban reunidos para ir a “interrumpir” la reunión de los capitanes que se estaba llevando a cabo de manera simultanea a la de los tenientes. Kenzo solo observó aquellos hechos pensando en como sería la reacción de los capitanes al ver su comitiva interrumpida, quizás lo verían como un acto de falta de respeto o sino quizás también comprenderían la actitud del shinigami.

Lo que ocurrió a continuación si resultó una sorpresa. La capitana del sexto escuadrón entró fugazmente a la sala para la sorpresa de todos los presentes. Las miradas coincidieron en un solo punto y se enfocaron en la capitana que seguramente les traería otro tipo de noticias… por lo menos eso es lo que normalmente hubiera pensado Kenzo en aquel tipo de situaciones pero no, la capitana no hizo mas que llamar a tres de sus compañeros pidiéndoles que lleven un “espécimen” consigo. No había que pensar demasiado para suponer que serían llevados a la reunión de capitanes, lo que si mas bien era desconocido por todos era la razón… algo que había estado faltando desde el principio en el desarrollo de la reunión. Se retiraron con la misma prontitud con la que la capitana había arribado, sin detenerse a darles algún tipo de explicación.

Kenzo rodó los ojos en un signo de clara disconformidad, no por el hecho en si, no, era mas bien por la simple falta de información, el no saber que estaba pasando. Cualquiera hubiera imaginado que siendo tenientes ellos tendrían acceso a mayores datos e información que el resto de shinigamis de los escuadrones del Gotei 13 pero hasta ahora ese ciertamente no había sido el caso. Kenzo se encontraba en aquella cavilaciones cuando un personaje se movilizó hacia el frente, aparentemente tendría algo que comentarles. Era el teniente del primer escuadrón y asi como si nada empezó a hablar, a darles las noticias.

Básicamente se trataba de dos cosas. La primera si era preocupante, la aparición de arrancares de poder considerable no era nada a lo cual se debe tratar sin cuidado, por el contrario tendrían que hacer algo mas acerca de aquello. La segunda Kenzo la vio como un trámite mas burocrático que otra cosa.. era casi algo que se podría esperar. Ascensos en épocas difíciles era lo mas sensato para hacer frente a la situación y no se iba a poner a cuestionar la decisión de los capitanes que eran ampliamente capaces de decidir quien era apto para el cargo, Kenzo sabía que su oportunidad llegaría cuando sea oportuno asi que no sintió envidia o alguna cosa similar… no sabía si aquello pasaría con sus compañeros. Luego el teniente se fue, seguro tendría otras cosas que hacer.

-Creo que debemos tratar de organizar algo sobre los ataques de los arrancar al mundo humano no les parece?... sino es eso pues regresamos al tema de nuestra compañera secuestrada en Hueco Mundo … que podríamos hacer?- dijo Kenzo para tratar de ordenar los temas de conversación que se darían posteriormente. Seguro que las opiniones de sus compañeros no tardarían en llegar.

[Off: Me tomaré de minipostear]

Con todo lo ocurrido Lyra se quedó aturdido, apoyado contra una de las paredes de madera. Dado que los principales motivos de la trifulca se habían marchado de la sala la cosa se había calmado bastante, reinando un considerable silencio en la sala. El teniente del tercer escuadrón se limitó a escuchar las palabras del teniente del primer escuadrón, tres de sus compañeros habían sido ascendidos al rango de capitán. Estaba claro, a tiempos dificiles, soluciones desesperadas.

Había escuchado rumores sobre la valía de Kato y Aoki, en cambio, no estaba del todo de acuerdo con el ascenso de aquella peligrosa rata del 12º escuadrón. Lyra pensaba que, con que se le diera un solo boto de confianza la SS podría acabar con un puñar en la espalda dado por ese excéntrico teniente (próximamente capitán).

-Hmph.

[AUnque no me toque a mi pero ya llevo tiempo sin postear y deberia darle vidilla a esto]

Noriko habia escuchado las palabras de su capsin embargo ella permaneció allí inmóvil, sabía que había hecho mal. Pero aquello era mejor que simplemente dejar sin oidos al sexto escuadron en todo aquello ya que carecían en aquel entonces de un teniente que pudiese acudir.

No dijo nada cuando Izumi le soltó aquellas duras palabras, sabía que había obrado incorrectamente pero al menos había logrado tener iniciativa y tampoco se le había revelado ningun otro teniente ni le había ordenado abandonar la sala.

Había oido hablar de Kato, y ya había conocido anteriormente a Aoki el cual aun pensaba que tendria mucho que madurar pero que se desenvolveria bien en aquel terreno. De Akira tampoco podía opinar mucho, todos los del doceavo escuadron parecían siempre estar al borde de la locura, quizás habría que estar pendiente de este sujeto, pero por la prisa que se han tomado les debe correr mucha prisa para subirles el rango.

[OFF] Todos estamos muy liados, pero ésto se está demorando mucho más de lo que debería. El hilo es de Abril... ¬¬'

Queda instaurada la "Regla de los 3 días". Si dentro de 3 días nadie postea, saltad turno. Si vemos que aún así irá lento, reducimos el margen de días. Si no tenéis gran cosa que decir, postead, aunque sea poco, y así contribuimos con la agilidad del rol.

Washiru observaba todo aquella reunión callado y discreto, como manteniéndose en un segundo plano en el cual se sentía más cómodo que llamando la atención o hablando sin parar.

La discusión había empezado con el banal tema de la shinigami perdida. Aquel tema ya le estaba empezando a resultar cansino, pues no sabía si era al único al que le resultaba, más que una temeridad, una estupidez, el plantearse ir al mismo Hueco Mundo, donde tantos shinigamis habían caído no hace tanto, tan sólo por recuperar a una shinigami, la cual ni tan siquiera se sabía si seguiría viva o no. Todo apuntaba a que sería una misión suicida, donde los shinigamis caerían sin ninguna posibilidad de tener ningún saldo positivo o ni tan siquiera un tanto por ciento de volver tal y como habían salido, sin nada que perder.

Además, en toda consciencia shinigami debía de entrar que no somos tesoros a salvar ni objetivos de misiones, sino los medios para llevarlas a cabo, para salvar y proteger a los demás, no para ser salvados ni protegidos. Si a él le pasara lo mismo que a aquella shinigami, lo máximo a lo que le gustaría aspirar sería a poder resistir con honor y dignidad aquel trance, y, si fuera posible de alguna manera, llevarse por delante a algún arrancar por el camino, o por lo menos destrozar un poco el recinto en el que se encontrara.

Así que había que pasar inmediatamente a otro orden de cosas, pues, por mucho que se hablara de aquello, no se iba a llegar a ningún lado.
Lo importante ahora era lo que había comentado el teniente de la 1ª división y mano derecha de Koyuki Ryoto. A partir de ahora habría nuevos capitanes, que se sumaban a los que ya se habían conocido y ejercían como tales desde hace un tiempo, aunque la diferencia entre ambos no era tan abismal como pareciera por la diferencia de tiempo entre ambas ceremonias de nombramiento. Habría que ver como se desarrollaban los acontecimientos, pero no parecía una mala decisión. Sobre todo viendo que los tenientes que ascendían eran shinigamis de importantes escuadrones, que ejercía una labor inestimable para la Sociedad de Almas.

- Bueno, creo que tras todo esto, no hay mucho que comentar aquí. - Terminó, con un comentario monótono y frío de siempre, pero ahora reflejaba también, de alguna manera, su aburrimiento por una reunión que no estaba llegando a ningún sitio ni tenía ya mucho que exprimir.

Señores, id chapando, EL QUE SEA, sin turno, que postee y se largue, aquí no hay más que hacer ^^

Noriko ya había visto suficiente, no estaba cómoda allí además sentía que aquella reunión no tenía sentido alguno seguir por más tiempo. No era teniente, ni siquiera tercer oficial y ya se había ganado una bronca por ello, así que lo mejor era dejar el lugar en manos de otros, mejor largarse antes de tener más problemas.

- Señores, con su permiso, me retiro al sexto escuadrón.

Hizo su reverencia como siempre antes de abrir la puerta y marcharse de aquella reunión que le había parecido eterna, al final para nada, no se habían dejado muchas cosas claras, tan solo un nuevo ascenso.

OFF: Noriko ya se marchó, uno menos

Con un gruñido el teniente del tercer escuadrón se levantó y desapareció por la puerta de la habitación.




[Coño, pero que esto no había terminado ya?] [Escueto y concreto, no tengo ganas de calentarme la cabeza...]