Qué años aquellos... (Academia) [Flashback]

Aoki caminaba por los pasillos comprobando los horarios de las clases... - ¿Y ahora...? Pff, mas espadas... Como me cansan las clases prácticas de zanjutsu, con lo simple que es el kidou... o mejor aún, descansar al refugio de alguna sala de entrenamiento, ahí si que se está bien... y mejor con compañía femenina... -. La última anotación la hacía mientras seguía con la mirada el despampanante bamboleo del trasero de una esbelta estudiante shinigami que pasaba a su lado... algún día esa sería su perdición.

El Instituto Shinō de Artes Espirituales... más conocido como Academia shinigami... cientos de estudiantes ingresan cada año, y menos de la mitad se gradúan. Cientos de shinigamis, ellos vestidos de azul y blanco y ellas cambiando el azul por el rojo, entran y salen a diario, destrozan monigotes de entrenamiento a espadazos, o los chamuscan con kidou. Otros tantos estudian como locos en aulas, unas pequeñas, y otras no tan pequeñas, y casi a diario, algún que otro capitán o teniente se pasa por alguna que otra clase para dar alguna que otra charla sobre lo que les espera una vez acabada la academia, o sobre las misiones al mundo real que se realizan como prácticas.

Los pasillos son largos, con muchas ventanas a un lado, y puertas al otro. Laboratorios, salas de entrenamiento, de experimentos, y sobre todo, aulas con gradas y enormes pizarras, generalmente llenas de formulas, de explicaciones sobre el kidou, o las zampakutous o el flujo de reiatsu de los shinigamis, así como la división estamental que rige en la sociedad de almas. Los shinigamis en potencia, solían llevar los libros en las manos, ya que no eran más de dos para el mismo día, o algún otro, en una pequeña mochila

Aoki paseaba por uno de estos largos pasillos rumbo a su próxima clase de zanjutsu. No era su especialidad, y, aunque no se le acababa de dar mal, hoy no se le apetecía. En kidou, del que él tenía un mejor manejo, le era más ameno, sin contar con el hecho de que las chicas solían decantarse por los hechizos, y evitaban estar en una sala con hombres sudando... pero las clases eran las clases, y había que ir si algún día quería llegar a ser alguien en la sociedad de almas...

Además, la clase de hoy, después de todo, no era la peor, pues había rumores de que dentro de poco habría una incursión al mundo humano, una de esas misiones de entrenamiento que consiste en ir, ver que tal todo, matar algún miserable hollow que por allí pudiese haber, y volver. Pero el simple hecho de volver al mundo real después del tiempo pasado, era incluso gratificante para Aoki. Por norma general, a los shinigamis le entusiasmaba el hecho de volver a donde nacieron, aunque la localización de la misión esté a kilómetros de su casa... pero desde luego, más lejos estaba la sociedad de almas...

- Haber si con suerte al menos, me toca en un grupo de chicas... - pensaba Aoki, como siempre en sus cosas, y sus líos con chicas... conocía muchas de las shinigamis de su promoción (por no decir todas), pero tenía "especial" amistad con otros cuatro jóvenes futuros shinigamis, a los que conoció el primer año de academia... Iban, los cinco, por el quinto. Realmente no era "especial" amistad, sino más bien amistad a secas. El termino amistad, no llegó a forjarlo con el resto de chicos y no sabía aplicarlo a las chicas...

Por costumbre, quedaban los cinco en la puerta del aula donde se suponía que era la clase diez minutos antes, pues la puntualidad se llevaba muy estricta, e incumplirla conllevaba graves sanciones... Aoki llegó quince minutos antes, y, evidentemente, aún no había nadie así que simplemente, se dedicó a esperar, apoyado en la ventana y mirando hacia lo lejos. El aire que mecía su flequillo, despeinado como siempre, era agradable y fresco. Matinal. Y a lo lejos, se veían los primeros distritos del rukongai. Cerró los ojos y esperó a que llegasen sus compañeros, abriéndolos solo para girarse y seguir con la mirada alguna chica que pasase por su espalda (si, las reconocía por sus pasos...)

[OFF: En principio este post está abierto para Aoki Murakami, Katsu Ryuga, Gennosuke Shin y Yamato Hitsuya, y si al señor Mise no le importase, nos gustaría su apoyo como teniente al cargo de la misión...]

[EDITO: Además va a entrar Kuchiki Washiru, nueva entrada ^^ Editad, yo ya lo he hecho, y antes de postee otro, será Washiru quien postee.]

Otra mañana fructífera. El joven Yamato caminaba por los pasillos de la Academia de Shinigami acompañando a una joven de cabello blanquecino charlando animadamente. El shinigami portaba su boken en el cinto mientras que con un libro abierto le explicaba a la chiquilla algunas de las características que debía conocer para realizar una kata correctamente.

-Tienes que tener en cuenta que cuanto más firme sea tu equilibrio más facilmente podrías realizar un ataque con éxito usando este movimiento -explicaba el muchacho señalando un par de imágenes en el libro de texto, sin embargo la mirada confusa de la joven lo hizo suspirar levemente. -A ver, coge esto con ambas manos -le indicó mientras se ponía a su espalda colocando entre las de ella su boken.

La joven era bastante menuda y más pequeña que Yamato así que sin demasiada dificultad se colocó tras ella y puso sus manos en las muñecas de la joven estudiante colocándolas en una posición correcta en la empuñadura. El muchacho se mantuvo unos segundos afianzando el agarre de la pequeña en el boken para luego colocar sus manos sobre los hombros de ella para que los relajara. Ahora inclinándose levemente sobre ella tomando el arma con sus manos poniéndolas sobre las de ella.

-Debes realizar un corte descendente en una diagonal hacia la derecha para luego subir de nuevo en la misma dirección. Ambos movimientos deben ser firmes -dijo moviéndose tras ella haciendo que la muchacha se moviera al mismo tiempo mientras asentía ante su explicación. -Lo has entendido? -preguntó mirando a la joven.

Tras volver a repetir el movimiento una vez más la chica asintió enérgicamente ante su pregunta y le dedicó una sonrisa. Yamato la correspondió y retomó el boken volviendo a colocarlo en su lugar.

-Practica lo que te he explicado y haz algún que otro ejercicio de fuerza o serás tan delicada que no podrás sostener una wakizashi decentemente -terminó con una mueca de burla a lo que ella respondió con un toque de su puño en el brazo de Yamato. -Auch! -se quejó exagerando y se despidió de la joven que corrió pasillo abajo hacia su clase.

Al llegar delante de la que le tocaba al joven vio a uno de sus amigos mirando por la ventana. Se acercó y lo saludó con un movimiento de mano y una media sonrisa en el rostro.

-Hio Aoki. Buscando aún alguna chica que te aguante? -preguntó con aire burlón mirando al grandullón con una media sonrisa confiada en su rostro.

Un corrillo de gente se había formado en la puerta de una de las clases. En medio, impertérrito como la hierba mecida por el viento, Gennosuke ingnoraba estoicamente las brabuconadas de algunos compañeros que querían hacer de él objeto de mofa.

Estudiante 1: -¿Un shinigami que no puede usar kidoh? ¡Ah, no eres más que un farsante, un enchufado por pertenecer a una familia noble! ¡Vamos, niño rico, a ver qué puedes hacer!-

El alumno le propinó un empujón a Gennosuke en el pecho que hizo que éste se echase un paso atrás. Gennosuke clavó su mirada en los ojos del estudiante, atravesándolo con una mirada digna de un animal salvaje; mirada que no se extendía al resto de su rostro, permaneciendo totalmente serio y calmado. Su voz, calmada e impasible como el agua de un río, sonó con total convencimiento.

Gennosuke: -No tengo intención de pelear contigo.....pero te garantizo que no volverás a tocarme.-

Las pupilas de Gennosuke se dilataron ligeramente, entrando el estudiante en un estado de profunda concentración, advirtiendo todo lo que sucedía a su alrededor.

Gennosuke: -Seikuuken.....-

El estudiante, airado por la tácita provocación de las palabras del joven Shin, arremetió de nuevo contra él, dispuesto a empujarle más fuerte.

Estudiante 1: -¡¿Te crees muy gracioso, niño ric...?!-

El estudiante se detuvo desconcertado, al percatarse de que no había empujado nada. Gennosuke parecía no haberse movido pero, por alguna extraña razón, la mano del muchacho se había desviado de su trayecto. Gennosuke suspiró, cansado de la situación que tantas veces se repetía debido a su total incapacitación a la hora de manejar reiatsu. Comenzó a andar mientras la gente se echaba a un lado, dejándole paso.

Gennosuke aún no había desactivado el Seikuken, la principal técnica defensiva del estilo Shin-ryu que su padre adoptivo le había enseñado, por lo que pudo percibir perfectamente cómo cuatro estudiantes, contando al bravucón, se le intentaban echar encima. Girándose hasta quedar de medio lado, Gennosuke desvió rápida,suave e imperceptiblemente los puños de sus adversarios con la mano, tras lo cual dió un salto para poner distancia entre él y los cinco alumnos.

Tal era la situación cuando apareció un profesor, provocando que los curiosos salieran en desbandada.

Profesor: -¡¡Qué demonios está ocurriendo aquí!!-

Gennosuke se adelantó un paso e hizo una reverencia al profesor.

Gennosuke: -No ha sucedido nada, sensei. Mis compañeros han tropezado y me disponía a ayudarles a levantarse.-

Los cuatro alumnos lanzaron miradas envenenadas a Gennosuke, pero procuraron borrárlas de sus rostros cuando el profesor les miró inquisitivamente.

Profesor: -¿Es eso cierto, Yamaoka?-

Estudiante 2: -Sí, sensei, sólo ha sido un accidente...-

Profesor: -¡Bien, pues os quiero a cada uno en vuestras respectivas clases u os juro que os expulsaré de por vida! ¡Vamos!-

Los cinco estudiantes hicieron una reverencia al profesor y se marcharon. Por suerte, Gennosuke no compartía su camino con el resto. Relajándose y desactivando el Seikuken, el joven shinigami acusó la tensión que provocaba la técnica. Tras cruzar algunos pasillos, llegó ante la puerta de la sala donde le tocaba su siguiente clase. Allí fuera esperando, como de costumbre, estaban dos de las cuatro únicas personas en toda la academia a las que podía catalogar de "amigos": Murakami Aoki y Hitsuga Yamato. Lo cierto es que Yamato era algo más que un amigo....era un rival. Siempre estaban compitiendo por ver quién era más hábil en combate. La ventaja que le daba a Gennosuke el físico y su severa y disciplinada instrucción en Kenjutsu la suplía perfectamente Yamato con su habilidad y su kidoh.

Gennosuke llegó al lado de sus amigos y compañeros, los saludó con la mano, se apoyó contra la pared y se dejó caer hasta quedar sentado en el suelo. Frunciendo el entrecejo, cerró los ojos y se pasó la mano por el pelo, francamente harto del trato que recibía en la academia.

Gennosuke: -Esta tarde me volverá a tocar pelear.... Cinco idiotas han decidido que querían pisotearme por no saber usar kidoh y creo que les ha cabreado no haber podido hacerlo. ¿Os apuntais a la fiesta?-

La actitud de Gennosuke pasaba de ser fría e impasible con la mayoría de la gente, quienes se mofaban de él, a ser cálida y amable con los tres shinigamis que le habían aceptado tal y como era, a quienes no les importaba su "carencia".

Ryuga Katsu se encontraba en la enfermería, asistiendo a la última sesión de rehabilitación de su pierna izquerda, hacía una semana había sufrido un accidente durante una de sus clases de Taijutsu, parece ser que el instructor tenía parte de razón al advertirles que los movimientos de luxación no entraban en la disciplina que se enseñaban en la academia, aun así Katsu no había sido el que se llevó la peor parte.


Después de recibir la regañina de gran parte del departamento de rehabilitación y disculparse, aunque no siendo sincero, por su "irresponsabilidad al poner en peligro tanto a si mismo como a sus compañeros" se dirigió hacia su próxima clase que, a decir verdad, no tenía ni idea de cual era, por lo que se dedicó a pasearse los pasillos hasta encontrar a sus amigos, que siempre esperaban fuera unos momentos antes de el inicio de las clases.

Mientras cruzaba los pasillos se cruzó con un grupo de shinigamis que parecía volver de algún tipo de pelea uno de ellos le señaló pero Katsu pasó de largo.


-Ese niñato rico es un ca...- Alcanzó a escuchar de pasada.

Al primero que vió fue a Aoki, es decir, como para no verlo, menudo mastodonte era en comparación con Katsu sin añadir que éste era el más menudo de su grupo, se acercó hacia ellos trotando mientras agitaba la mano dereha por encima de su cabeza.


- Hola!, siento la tardanza, se me ha vuelto a olvidar que clase tocaba, jeje - Dijo con la mano derecha tocandose la parte trasera de su cabeza en gesto de vergüenza.

Trás saludar a sus otros tres compañeros de clase cambió de tema

- Por cierto Gennosuke, he visto a un grupo de shinigamis quejandose de un tal "niñato rico", ¿no habrás tenido nada que ver no? -Dijo con una sonrisa.

Washiru vio desde lejos la tangana que se montaba alrededor de una de las puertas de las clases que se organizaban por aquel largo pasillo. Había salido de unas prácticas y se encontraba de camino, pero aunque no se encontraba cerca de la acción si pudo escuchar las palabras que se dirigieron los estudiantes, tanto el grupo amenazante como Gennosuke.

La cosa se solucionó pronto, y cuando aún estaba a varios metros, el alboroto ya se había disuelto por la presencia de un profesor, quienes les había permitido una salida relativamente honrosa a aquellos bravucones, aunque ellos no se dieran cuenta.

- Cuidado, mirad al suelo, no vayáis a tropezaros de nuevo - Les comentó justo cuando pasaban por su altura, con el suficiente volumen para los que estuvieran alrededor loe escucharan sin problemas, mientras seguía mirando al frente con el aplomo y la percha noble que le solía caracterizar. Había escuchado perfectamente las despectivas palabras que habían lanzado a Gennosuke por pertenecer a una familia noble y él no iba a dejarles irse sin haber puesto su granito de arena para que su humillación fuera mayor.

Tan solo unos gruñidos respondieron al sarcástico comentario, pues esta vez no tenían nada que reprochar, pues no sólo estaba la circunstancia de que el Kuchiki fuera mejor que ellos, sino que ser el sobrino de una capitana daba un status más que importante en la Academia, aunque en la práctica no sirviera de mucho.

Ya resuelto el incidente, y pareciendo que era el último que llegaba de los que se solían juntar por la Academia, le saludó.

- Buenos días a todos - El saludo fue formal y algo neutro, algo normal en él, sobre todo en aquel tiempo, aunque luego fuera algo, aunque no demasiado, más suelto, todavía las estrictas maneras de la nobleza, no del todo bien vistas en la Academia, seguían viéndose claramente en el estudiante.

Aoki se relajaba mirando por la ventana a la lejanía. Desde la ventana, a veces, miraba al suelo, en busca de algún cuerpecillo digno de apuntar en la lista de "chicas monas" del seireitei... Realmente, Aoki llevaba esta fachada, no del todo incierta, pero si que la mostraba más de lo que realmente era él mismo, pudiendo llegar a ser un buen consejero en momentos difíciles, y aunque la época de academia, fue un poco cabeza hueca, con el tiempo aprendería a distinguir entre chicas del montón y las que merecía la pena llegar a conocer, siendo, aunque no lo parezca las segundas las mas abundantes... Pero por ahora le iba realmente bien con su forma de actuar. Y se divertía como nadie, evadiendo problemas por encima de una mano marcada en rojo en su mejilla...

En sus cavilaciones escuchó los pasos de una chica a sus espaldas... además era profesora, un poco más madura, pero de aparente misma edad. Su habilidad para reconocer a chicas sin mirarlas no tenía límites... Cuando pasó Aoki se giró ligeramente, para mirarla de reojo. Era alta, un poco menos que Aoki, y llevaba una carpeta en su mano derecha. Aoki le mantenía en el pelo una mirada tanto lasciva, mientras en su interior, se relamía... y antes de poder imaginar más, pudo sentir como el frío acero de la daga de la ironía se clavaba en su costado desprotegido. La mujer pasaba por el lugar como distracción para facilitar el ataque a quemarropa de Yamato.

Aoki se retorció ligeramente, como si te pinchan en un costado con una aguja, y haces el amago de apartarte. Después le dedicó una cariñosa mirada de esas de "¿Porqué no te vas un rato a darle por saco a otro?"... pero contuvo el comentario, más que nada, porque lo hacía a posta, y seguro que tendría preparada alguna respuesta.

- ¡Hombre, Yamato! ¡Ya pensé que no venías! Me iba a dar hasta pena... - se limitó a comentar cargado de ironía y antes de que que pudiesen comenzar con el rifirrafe de indirectas y sarcasmo, llegó el tercer componente del grupo. Parecía venir de una gresca, como empezaba a ser habitual. La gente no se daba cuenta de que no podían hacer nada contra él, y seguían insistiendo en insultarle por ser noble... No es que Aoki adorase a los nobles que, de hecho, les cargaban aquellos que se pavoneaban de serlo, pero Gennosuke lo llevaba con humildad, quizá solo alguien en su situación podría llevarlo de esa forma. Ahora le hablaba a Shin.

- ¡Jeje! Nosotros somos cinco, y podríamos patearles, así que mas les vale no columpiarse... Aunque creo que te bastas y te sobras solo, ¿no? - Le dijo sonriente... Con él no había malos rollos. Bueno, a decir verdad tampoco los había con Yamato, pero tenían un trato... interesante.

Como si viniesen en fila india, llegó el cuarto componente del quinteto que parecía animado al que simplemente le dijo - ¿¡Pero veníais juntos?! - y comenzó a reírse sonoramente apoyado con los codos en el marco de la ventana, de espaldas a fuera. Y como si el destino quisiese corroborar su broma, apareció al fondo del pasillo Washiru, otro noble, y, como buen Kuchiki, llevaba el nombre con orgullo, un poco menos humildemente que Gennosuke, aunque tampoco vacilaba de su puesto, que era lo principal para que se pudiese ser amigo de Aoki. Aunque era al que más "remilgado" del grupo. Serio, regio y recto eran adjetivos adecuados para él. Aoki solo sonrió le señaló con las dos manos y recobró su comentario mirando a los otros tres. - ¿¡Veis?! ¡En fila india! -

Cuando ya llevaban un rato de cháchara, del fondo del pasillo, por el otro extremo, volvía la profesora rubia. Le dedicó una mirada inquisitiva a Aoki y se detuvo firme delante del grupo. Parecía que se había dado cuenta del acto de antes... de veras algún día le costaría caro. Les miró a los cinco, uno a uno, con desdén y les anunció con voz autoritaria.

- A clase holgazanes. - y entró sin decir nada más dejando la puerta abierta. - Prometo que no le he hecho nada... - Se excusó Aoki...

[OFF: bueh, charlad de lo que os de la gana, y meteros las puyas que queráis, y luego, ya iremos entrando...]

Aquel postulante a shinigami soltó una carcajada al ver el movimiento de su amigo como evitando un puñal que se le clavaba en el costado. Su respuesta fue aguda pero dejó una más ingeniosa de Yamato para otro momento. Ya caería. El joven se cruzó de brazos con aire arrigante y arqueó una ceja sonriendo.

-Ya... Pero no te preocupes que Gennosuke puede darte la paliza por mi, casi con el mismo cariño aunque carezca de mi estilo -comentó riendo girando la cabeza al ver al susodicho pasar por su lado.

Le observó sentarse frunciendo levemente el ceño. Lo cierto es que aquello era demasiado normal para el gusto del muchacho. El que se mofaran de alguien por sus carencias le parecía una falta grave cuando todos y cada uno de ellos seguían siendo estudiantes y por ello tenían faltas por un lado o por otro. Hasta los capitanes más poderosos empezaron en la academia sin ser unos genios. Eso era lo normal, pero siempre había capullos que no llegaban a comprender eso y volvían para que les partieran la cara por deporte o simplemente porque eran idiotas. Sin embargo, quería quitarle hierro al asunto así que su sonrisa se ensanchó y tomó su boken elevándolo hacia el cielo con una mano en la cintura.

-No te preocupes, mi bella doncella, yo protegeré tu honra ante esos desgraciados! -dijo con todo el dramatismo del mundo. Le faltaba el relámpago detrás y la ola rompiendo a su espalda.

Durante unos segundos de cortesía, como si se hubiera pausado la imagen, Yamato mantuvo la compostura aunque al poco tiempo rompió a reír a carcajada limpia llevándose las manos a su abdomen. Las carcajadas se escuchaban en el pasillo y algunos muchachos se giraban para ver quien armaba tanto escándalo aunque al divisar al grupo negaron con la cabeza y prosiguieron con sus tareas.

Cuando apareció el cuarto del grupo Yamato le colocó un brazo por encima de los hombros en gesto fraternal y miró a Gennosuke con una mueca confiada.

-De quién sino iban a hablar metiendo niñato y rico en la misma frase? -comentó con sarcasmo.

Al parecer aquella mañana nadie se libraba de las pequeñas puyas del sarcástico estudiante. A los pocos instantes Washiru, el último del grupo que faltaba hizo su aparición con calma, como siempre hacía. Era el más tranquilo de los cinco pero secretamente los otros cuatro tenían una apuesta por ver quien conseguía emborracharlo alguna noche y dejarle en una habitación a oscuras con una joven e "inocente" shinigami. Era un plan maestro, pero todavía no se había llevado a cabo. Yamato le devolvió el saludo al Kuchiki con la mano y una sonrisa.

Ante el comentario de Aoki de nuevo sorprendido por la forma de llegar de sus amigos Yamato volvió a reir con ganas antes de cuadrarse al ver a la profesora que los miraba de manera inquisitva. Como si hubieran hecho algo malo. Yamato repasó mentalmente lo que había estado haciendo durante toda la semana y no recordó nada que hubiera podido molestar a cualquiera de los profesores por lo que tragó saliva nervioso y miró a Aoki de reojo.

-Ya, claro... Y ahora es cuando yo te creo... -respondió en un susurro de manera mordaz antes de entrar en clase como la preciosa e intimidatoria profesora había ordenado de manera tan elegante.

Gennosuke aguardó tranquilamente sentado en el suelo con los ojos cerrados y los brazos cruzados los comentarios sarcásticos de su amigo. Una profesora andaba cerca y no era conveniente montar una escenita delante de ella.

Cuando la misma entró en la clase, ordenándoles entrar también, Gennosuke se puso de pie y esperó a que la profesora estuviera fuera de la vista.

MOMENTO CÓMICO ON

Un restallido como el de un trueno se escuchó en toda la academia mientras Yamato yacía muerto en el suelo con un enorme chichón humeante en la cabeza. Gennosuke tenía un pie apoyado en su espalda, los ojos en sombras, un puño humeante alzado y una enorme vena latiéndole en la frente.

Gennosuke: -¿A quién llamas bella doncella, Baka?-

Gennosuke pasó por encima de Yamato en dirección a la puerta, haciéndo que este se doblase hacia atrás al apoyar su peso en el pie que tenía sobre la espalda de su compañero.

MOMENTO CÓMICO OFF

Gennosuke carraspeó un instante y sonrió a sus amigos.

Gennosuke: -Sé perfectamente que puedo con ellos, pero pensé que os gustaría un poco de entrenamiento vespertino.....siempre y cuando Aoki no tenga alguna chica a la que acosar.-

El joven miembro de la familia Shin hizo un ademán con la cabeza.

Gennosuke: -Venga, entremos antes de que la profesora decida castigarnos después de clase.-

La pregunta formulada, cuya respuesta era de conocimiento general, recibió la respuesta de Yamato, aunque pareció que a Gennosuke no le hizo tanta gracia como a Katsu...

- Pues tienes razón la verdad-respondió al comentario de Yamato-san.


Mientras pronunciaba estas palabras, vió a la profesora acercarse, le dio un golpecito en el costado a Yamato en modo de aviso y para liberarse del abrazo fraternal del mismo. Al quedarse la profesora mirando se deslizó ligeramente detrás de los dos más corpulentos, Aoki y Yamato. No es que tuviese problemas con la autoridad ni mucho menos, pero prefería pasar desapercibido ante los profesores, sobre todo si surgía algún problemilla.

Al entrar notó a Gennosuke algo tenso por lo que se acercó a él diciendole en voz baja:

- Relájate, ya quedaremos mas tarde para enseñarles a esos inútiles como se pelea -dijo al tiempo que le daba un par de golpecitos en la espalda.

Dicho esto se dirigió a su sitio de siempre siguiendo a sus compañeros y evitando las miradas de la profesora mientras que, por diversión, pensaba en movimientos de combate apropiados para el tamaño de aquellos en los que su mirada se posaba.

Aquellos tres gamberros seguían con sus bromas, mientras Washiru y Katsu se mantenían algo más al margen, sobre todo el Kuchiki, quien había llegado el último y no se enteraba demasiado de las tonterías que se hacían unos a otros, aunque eso no era nada nuevo para él, pues nunca había tenido un comportamiento tan abierto como el que ellos tenían, más que nada porque en su entorno, debido a la rigidez y la formalidad con la que se trataba a toda persona, incluso entre la misma familia. Y si ya salimos fuera de ella, era ya el caso extremo con sufijos extremadamente respetuosos y reverencias exageradamente respetuosas.

Menos mal que ese ambiente había cambiado en la Academia, donde por fin notaba que podía ser algo más que un florero con una apellido y se esforzaba en ello, aunque todavía costaba hacerse a aquel cambio.

Sonriendo, por el cuidado que debían de mantener todos, decidió seguir a sus compañeros.

- Como nos castigue la profesora por vuestra culpa, os vais a enterar. - Dijo, en su tono normal, pues todavía no estaba acostumbrado a los tonos irónicos y muchas veces sus respuestas no daban a entender realmente ese sarcasmo que el quería imprimir a sus frases.
Sobre todo, porque su rostro impasible no dejaba mucho lugar a ninguna interpretación que pareciera una broma para la gente que no le conocía en profundidad.

[OFF: Siento muchisimo la tardanza, he estado con algo de fiebre y tengo que entregar mañana un proyecto de fin de curso. Mañana a no más tardar postearé]

Mise caminaba presto por los pasillos de la Academia, bajo su brazo derecho llevaba una carpeta marrón de la que sobresalían varios papeles. Estaban en fecha de prácticas, lo que significaba dos cosas: la primera que los escuadrones acabarían nutridos de nuevos miembros; y la segunda que un oficial o teniente se haría cargo de las mismas, evidentemente él era ese teniente. Normalmente un tercer oficial podría encargarse sin problemas de llevar las prácticas a buen puerto, pero en ese año la promoción tenía en sus filas varias promesas, por lo que se había decidido que las pruebas serían más duras.

Cuando llegó a la clase asignada, se encontró con la puerta abierta, por lo que aprovechó para echar un rápido vistazo a lo que se iba a encontrar. Nada extraño ¿Y qué esperaba?. Entró negando con la cabeza su propia estupidez y dejó la carpeta sobre la mesa y sobre ésta, su particular sombrero de paja. Ahora que estaba frente a los alumnos pudo ver todas y cada una de las nuevas caras que engordarían las filas del Gotei 13. Cogió aire y comenzó, no quería perder tiempo.

-Buenos días a todos. Mi nombre es Mise Shuseki y soy el actual teniente de la octava división y el responsable de evaluar sus prácticas, que por cierto este año se han endurecido por su buen hacer durante el curso, enhorabuena. Bien, les leere la información básica y a continuación les comunicaré los grupos que se han creado.- Abrió la carpeta y cogió el primer papel, tras carraspear un poco comenzó a leer. -"Este año las prácticas para shinigami contarán con varios factores más a evaluar. Si bien el objetivo final será el mismo, acabar con un hollow, el procedimiento ha variado ligeramente. En esta ocasión no se les proporcionará a los integrantes del curso el lugar de acción, sino que tendrán que rastrear por sí mismos al hollow. También se crearán varios grupos, cada cual tendrá que acabar con el hollow de la manera que se especifique. Solo si se cumple éste último requisito se podrá pasar a formar parte de uno de los escuadrones. [...]

El resto de la lectura no fueron más que las típicas formalidades sobre la entrega, valor y compañerismo. El teniente miró a la clase, cerciorándose de que todos eran conscientes de lo que debían hacer y de cómo lo debían hacer. No obstante pudo observar varias caras un tanto alegres y no le molestaba, pero no pudo reprimirse para advertirlos de que no era un juego.

-Bien señores, a continuación les indicaré los grupos pero antes quiero decirles unas palabras. Las prácticas no son como todo lo que han podido estudiar y hacer hasta ahora, ni mucho menos. En el mundo humano no habrá espadas de madera, ni muñecos a los que acertar con kidoh. En el mundo humano hay hollows reales y en movimiento, que no dudarán en ir a por ustedes a la mínima oportunidad, si no se aplicán al máximo no solo no conseguirán pasar las prácticas, si no que se expondrán a un serio riesgo de muerte. Y creanme que no soy un fatalista, pués han habido casos de muertes de estudiantes durante sus prácticas...-Tras el pequeño discurso Mise cogió el segundo papel de la carpeta, que contenía los números de los grupos y sus integrantes, así como el objetivo de su hacer.-Bien veamos:

"-Grupo 1: Shin Gennosuke y Hitsuga Yamato. Zona Este de Karakura, el hollow a rastrear se asemeja a un rinoceronte. Es muy resistente al kidoh, tendrán que acabar con él...con Kidoh. Les supervisará Shuichi Kenji, cuarto oficial del tercer escuadrón, está esperando ya en el mundo humano.

-Grupo 2: Kuchiki Washiru y Muramaki Aoki. Zona Oeste, el hollow a rastrear es acuático, tendrán que capturarle bajo el agua, se les restringe el uso de kidoh. A ustedes dos les superviso yo.

-Grupo 3: Ryuga Katsu e Imari Kaito. Zona Norte, el hollow a rastrear tiene la capacidad de ocultarse en el subsuelo. Tendrán que acabar con él haciendo que se muestre, tampoco podrán usar kidoh. Les supervisa Houjo Satoko, quinto oficial del quinto escuadrón, les está esperando en Karakura.

[...]"

Una vez la lista hubo acabado, Mise se quedo en silencio y esperó las reacciones. Esperaba no tener que decirles a los alumnos que debían partir de inmediato y de hecho no pensaba hacerlo, simplemente esperaría a que su grupo se juntara con él y el resto marcharan.

Y Aoki, con su más que destacable cuerpo, se dispuso a entrar en el aula, no sin antes divisar al fondo del pasillo un shinigami, algo mayor, con un sombrero de paja. Se fijó en él, simplemente porque le llamaba la atención... es más, llamaba la atención a todo el mundo, pues muchos a sus espaldas se giraban para quedársele mirando. Aoki sonrió, entrelazó sus dedos por detrás de su cabeza para apoyarla, y pasó a su clase, entrando de los últimos.

Una vez dentro, se colocó donde siempre, con sus compañeros, a la derecha del todo, cerca de una shinigami interesante con la que en ocasiones intercambiaba cartas, y en otras algo más. Además, él la enseñaba a ella a usar su espada, y ella le enseñaba a él a dominar el kidou. Quizá fuese por eso por lo que le gustaba el kidou... algo tendría que ver.

Al poco, la profesora ni había empezado a hablar cuando entró el shinigami del sombrero de paja, curiosas casualidades. Él fue quien comenzó la clase, y para sorpresa de muchos, y desagrado de algunos, les informaban de que en breves se comenzaría una misión en el mundo real. Hablaba de novedades, de evaluaciones, de precauciones y esas cosas que dicen los profesores a los alumnos, mientras Aoki, sin hablar por supuesto, se distraía a veces con el escote de su compañera. Una vez acabadas las presentaciones y las formalidades, pasó a decir los grupos... - Un ángel, una estrella, una bella durmiente, no pido más... - suplicaba e su fuero interno, seguro de que no iba a ocurrir. Tan seguro, que no ocurrió, sino que le tocó en el grupo a Washiru. - Bueh, no es la alegría de la huerta, pero sabe defenderse. He tenido suerte después de todo. - Pensó para sí en tono conformista. No era ni de lejos lo que había pedido, pero era de los pocos shinigamis en potencia del genero masculino con los que aceptaría compartir grupo... Sin más, salió al pasillo que se formaba entre una grada y la siguiente, y esquivando los revolucionados shinigamis, que iban de aquí para allá buscando a su pareja, consiguió llegar frente a Mise, y en una reverencia, sin llegar a ser exagerada, se presentó, - Soy Aoki -, sin más ni más, tan escueto como sonaba. Como se notaba que era un profesor y no UNA profesora...

El joven entró en el aula frotándose levemente la espalda con la mano mirando de reojo a Gennosuke pero se había divertido de lo lindo antes metiéndose con él. Ese dolor era un castigo más que merecido. Subió las escaleras hasta la fila que solía ocupar todo el grupo de amigos y que el resto de estudiantes respetaba de manera casi automática. No es que les amenazaran o algo por el estilo. Simplemente era mejor escuchar un cuchicheo en la clase desde un punto solo que desde puestos opuestos del aula.

Al llegar a su asiento se dejó caer sobre la silla apoyando los brazos sobre la mesa cruzados delante de él preguntándose que era lo que hacía allí Mise Shuseki, lo recordaba de alguna de las clases de kidoh y el que estuviera en aquella aula le resultaba extraño. Su ceño se frunció levemente pero al momento una enorme sonrisa se dibujó en su rostro.

-Tiene que estar aquí por las prácticas en el mundo humano... -dijo en voz baja con expresión ansiosa y emocionada.

Aunque poco a poco la sonrisa fue desapareciendo de su rostro hasta dejar una mueca de incredulidad cuando escuchó su destino en el examen. Sus cabeza se movió como si fuera un autómata con la mandíbula desencajada enfocando sus orbes sobre su compañero que casualmente estaba sentado a su lado, como siempre. Al final una sombra apareció sobre su cabeza y dio con la frente en el escritorio deprimido.

-Esto tiene que ser por haber reventado aquella pared con el hadou 33... Lo se... Destino cruel... -dijo con voz apagada pensando en lo que le quedaba por hacer contra un hollow resistente a kidou y un compañero negado para ello.

Gennosuke suspiró profundamente al escuchar lo que le había tocado en suerte. Confiaba plenamente en las aptitudes de Yamato......pero estaban en una clarísima desventaja teniendo en cuenta que Gennosuke era físicamente incapaz de usar ningún tipo de kidoh. En cuanto tuvo la oportunidad, se levantó y se dirigió disimuladamente hacia Mise Shuseki. Una vez estuvo delante de él, le hizo una respetuosa reverencia y se dispuso a hablar.

Gennosuke: -Mise-shisho, disculpe que le interrumpa pero desearía aclarar ciertos detalles la misión que se nos ha encomendado al grupo 1. El que tengamos que acabar con el hollow con kidoh.....¿implica que estamos limitados únicamente al uso de kidoh? ¿O se puede debilitar al objetivo por otros medios y dar el golpe de gracia con kidoh? Disculpe las preguntas, pero deseo saber las opciones que tiene mi grupo, dado que yo soy completamente incapaz de usar kidoh.-

Gennosuke notó un cierto rubor subirse a sus mejillas al decir las últimas palabras. Por suerte estaba inclinado, por lo que el teniente no podría notarlo.

El joven miembro de la familia Shin estaba preocupado. Si realmente estaban restringidos al uso de kidoh únicamente.....no estaba seguro de qué podría hacer él en esa situación.

Katsu fue el último en bajar dado que era del último grupo. Le había tocado con Imari Kaito, se conocían de antes pues habían entrado juntos en la academia y se llevavan bastante bien, en cuanto a su misión no tenía mucho en mente más que improvisar cuando llegasen al campo de batalla, solo era un hollow, ya habían salido al mundo real antes, además, el no poder usar kidoh no le preocupaba en lo más mínimo.


En el momento oportuno se dirigió hacia el oficial que había dado las instrucciones y vió como Kaito hacia lo mismo, al llegar a éste dijo:

- Imari Kaito y Ryuga Katsu, con su permiso nos dirigimos directamente hacia el Dangai


Tras ésto se dirigió hacia la puerta intercambiando saludos con su compañero y poniendose al dia del estado de ambos.