Conociendo al 6º [Washiru/Hoshimoto]

El sol calentaba con suavidad el Seireitei, haciendo que el ambiente se tornara primaveral por las dependencias y los jardines adyacentes. Gracias, a ello, muchos shinigamis se encontraban entrenando en el exterior o simplemente paseando y disfrutando de un agradable tiempo libre, siempre que sus ocupaciones se lo permitieran. O siempre que pudieran escaparse de ellas.

Washiru ya había acabado con el papeleo rutinario de la división y hasta la tarde no tendría ninguna tarea nueva por hacer, así que en aquel clima de tranquilidad y relajación generalizada, decidió que sería buena idea dar un paseo hasta la sexta división.
La elección del destino no era nada banal, pues debido a los problemas con los capitanes, o mejor dicho, con la falta de ellos, se estaba rumoreando con bastante insistencia que las divisiones sufrirían cambios, siendo el más importante de ellos que cada nueva división sería la unión de dos de las divisiones actuales. Ahora la 9ª división trabajaría codo con codo con la 6ª. Y nada mejor que conocer de antemano que y con quien se iba a encontrar en esta posible nueva etapa.

La verdad es que si se llevaba a cabo, sería una noticia con cierta sensación agridulce. Si bien tenía ganas de volver a tener un capitán por encima suyo, alguien que guiara al escuadrón y marcara una pauta clara, y que además le despejara de aquella carga de tener que mantener una división, la razón por la que se producían aquellos acontecimientos era triste. El Gotei se encontraba de alguna manera, colapsando en sí mismo. Si desde la gran batalla las cosas habían estado siendo difíciles, esta nueva reforma hacía ver que no se había conseguido mejorar lo que se tenía tras la guerra, sino que iba decayendo lenta, pero continuamente.

Sus pensamientos se volvían oscuros por momentos, pero el sol le hacía dejar esos pensamientos a un lado. La luz y el calor que provocaba el reflejo de ésta sobre los blancos edificios hacía que se centrara en las cosas que podían ir bien. Pues ahora, no solo tendría un capitán, sino que además sería Izumi-taichô, una de las capitanas de nuevo cuño que había demostrado más tesón y determinación en hacer que todo volviera a florecer como era antes. Sería increíble trabajar bajo el mando de alguien tan preparado y decidido.

Ya se encontraba delante de uno de los edificios de la división. Tras admirar tranquilamente la arquitectura de aquel lugar, entró con algo de indecisión. Nunca le había gustado demasiado entrar en las dependencias de otros escuadrones si no era por un motivo claro, alguna orden que obedecer o tarea que ejecutar. Manías raras para él, y para casi cualquiera que entrara en ´las dependencias del 11º escuadrón.

Al llegar a uno de los jardines, vio varias personas alrededor de una fuente que se encontraba en el centro de aquel verde patio. Ya que estaba allí, podía hablar con cualquiera de ellos, para ver que ánimo o que espíritu había en la división con la que tendría que trabajar mano a mano muy pronto.

- Buenos días, me llamo Kuchiki Washiru y soy el teniente de la 9ª división. – Le dijo al chico de pelos enmarañados, uno de los shinigamis que se encontraba por allí. No le gustaba el detalle de que hubiera variado su uniforme shinigami, pero su mirada parecía decidida y clara. - ¿Eres un shinigami de esta división?

Ese día no era como cualquier otro. El sol iluminaba todo el Seireitei dándole un toque de calidez y tranquilidad muy raro de ver normalmente. Eso hizo a Hoshimoto levantarse de buen humor, para variar un poco los monótonos días que venía atravesando. No solo eso, al levantarse en medio de los pastizales de entrenamiento donde suele dormir, pudo notar que una suave brisa mañanera traía con sigo un buen presagio sobre ese día. Posteriormente, tras juntar sus cosas y sacudirse un poco sus ropajes llenos de polvo por sus usuales entrenamientos nocturnos (y hasta mañaneros), decidió dirigirse hacia las dependencias de su escuadrón para darle una pausa momentánea a sus prácticas y chequear si había algún asunto pendiente en el Seireitei donde pudiera ayudar.

Como el día estaba tan placentero, no dudó en ir caminando con un paso lo suficiente lento como para apreciar con detenimiento el hermoso clima. Cuando estaba ya por las cercanías de las dependencias, lo sorprendió el notable número de shinigamis de la 9na división. Intrigado, terminó por consultarle a sus compañeros sobre el hecho para enterarse así de que pronto se unificarían físicamente los escuadrones en grupos de dos.
Eso en parte lo alegraba en gran medida ya que, por la falta de dirigentes, el tomar esas medidas agilizarían mucho las actividades de la Sociedad de Almas. Sin embargo, el hecho de la falta de capitanes lo puso algo triste, recordando los momentos anteriores a la gran guerra entre el Hueco Mundo y el Seireitei. Momentos tan pacíficos que le dieron más de un siglo para dedicarse a entrenar su cuerpo y espíritu para estar preparado ante las exigencias de su escuadrón y, más importante, las suyas propias.

Sin embargo, estos pensamientos pasaron por su mente durante un tiempo muy limitado, ya que ahora solo pensaba que debería pasar algo más de tiempo dentro del escuadrón. Había estado entrenando tanto tiempo que recién en ese momento se enteraba de esa decisión acerca de la fusión de divisiones. Aunque tampoco pudo reflexionar mucho sobre ello porque, a pesar de estar pacíficamente absorto en sus pensamientos mientras observaba la bella fuente que se encuentra en medio del jardín de sus despenas, un shinigami se dirigió a él con suma cortesía; haciendo que se de vuelta para pasar a prestarle suma atención.

Para su sorpresa, no era nada menos que el teniente de la 9na división, el cual se presentó de ese modo y, tras echarle una pequeña mirada, le preguntó si era un shinigami del 6to escuadrón. Ante este inesperado encuentro, Hoshimoto se inclinó apoyando una de sus rodillas en el suelo para rendir sus respetos hacia su superior. -¡¡Buenos días Kuchiki-Fukutaicho!! ¡Es un placer poder conocerlo!- Aunque, tras darse cuenta de que su saludo fue un poco más enérgico de lo que había predestinado, hizo una suave respiración para calmarse y luego mirarlo para dirigirse a él nuevamente. -Ante su pregunta: Sí, soy del 6to escuadrón, mi nombre es Sarevilo Hoshimoto y sería un honor para mi si le pudiera ayudar en algo.-
Tras estas palabras, sólo siguió observándolo con una sonrisa de emoción en el rostro mientras esperaba la respuesta del teniente.

Tras empezar a hablar con el shinigami, éste respondió de manera enérgica y vigorosa, dando a demostrar que tenía espíritu y voluntad para estar allí, lo cual le vendría bien en más de una ocasión en la que las cosas no salieran como desearía.

-Siento asaltarte así – Le comentó en principio, disculpándose por ser tan directo en ir hacia él. – Simplemente me gustaría conocer algo a la gente y los trabajos de la 6ª división. Saber cómo funcionan las cosas por aquí.

El teniente se mostraba algo disperso, con la mente divagando, pues realmente se sentía muy apurado de estar en aquella situación. Realmente no había salido muchas veces fuera de su división y el estar en un entorno que no entraba dentro de su vínculo cercano, le hacía dudar.

Se sentía como si fuera terreno inhóspito, como si por ser shinigami de otra división tuviera menos derecho a andar por allí que los que si pertenecían al escuadrón. Y aquella sensación le carcomía por dentro, causándole un desasosiego leve pero continuo.
Pero de todas formas había venido convencido en calmar su alma, no en agitarla aún más, por lo que no debía de dejar que las dudas. Además, el acierto en lo que había visto en el shinigami debía de hacerle andar con más seguridad. Sarevilo respondía con fuerza y sinceridad a sus requerimientos, así que debía de hablarle de igual forma.

Volvió a subir la mirada para fijarla directamente en los ojos del shinigami para enfrentarlo con mayor firmeza.

- Han circulado rumores de que se iban a unir varias divisiones, entre ellas la 6ª y la 9ª. ¿Ha llegado alguna información por aquí? – Preguntó Washiru, esperando sacar más información que la escasa que tenía en un principio. – Oficialmente no se ha comentado nada todavía, pero ya se está comentando con mucha vehemencia.

El teniente desvió su mirada para volver a vislumbrar aquel jardín de la 6ª división, que parecía un lugar bastante concurrido y con mucha algarabía. No sería una mala idea el trabajar con gente que desprendía esa energía, tantas ganas de ser activa. Sonriendo muy levemente, apenas de una manera perceptible, acorde con su rostro normalmente imperturbable.

- Mejor ir adelantándose a los acontecimientos y estar preparado si llegara a pasar, ¿no crees?

Ante sus palabras de presentación, el teniente agregó que estaba allí para observar las actividades del 6to escuadrón. Esto le hubiera causado cierta curiosidad a Hoshimoto de no ser por lo que había escuchado esa misma mañana sobre la posible unión de ambos escuadrones. Por eso, tras escuchar esas palabras se puso de pié y, con una sonrisa en el rostro provocada por la alegría de poder ayudar a su superior, hizo un gesto circular con el brazo como para señalar a todos los shinigamis que se encontraban en ese momento en el jardín.

-Normalmente, los shinigamis que se encuentran en su tiempo libre tratan de disfrutar el día lo más que pueden. Por eso es muy normal verlos de buena actitud y siempre sonriendo- Le dijo al shinigami ahora esbozando su propia enorme sonrisa. -Sin embargo...- Adhirió cambiando su semblante para ahora comenzar a hablar de una forma más seria, pero aún así respetuosa. -Esto es a causa de la gran cantidad de labores que solemos tener diariamente- Dijo y cruzó los brazos adoptando una pose pensativa. -Primero que nada, están los turnos rotativos destinados a los cuidados de las dependencias del escuadrón; luego, los entrenamientos rutinarios que otorga la capitana Izumi en persona dejan exhaustos a todos los shinigamis que participen en ellos; y finalmente están las interminables misiones destinadas a mantener el orden y la justicia en la Sociedad de Almas- Tras decir esto, Hoshimoto volvió a sonreír y contempló el jardín una vez más.

-Aunque todos los que estamos aquí compartimos el mismo sentimiento de querer ayudar, con lo que podamos, a mantener la paz y el orden en el mundo. Por lo que todos estos trabajos no representan una carga para nosotros... o por lo menos para la mayoría-
Tras esto, volvió su mirada al rostro del teniente para descubrir que este también lo estaba mirando. Tras lo cual le preguntó si tenía algún tipo de información sobre los rumores de la unión de escuadrones.
-Para serle sincero, acabo de enterarme de eso este mismo día. Pero todo lo que oí son simples rumores- Llegó a decir antes de que su compañero le preguntara qué opinaba sobre el tema.
- A mi me encantaría que los escuadrones se combinaran. ¡Así todos podríamos ayudarnos mucho mejor!- Soltó antes de una corta risa para luego hacer otra reverencia a su superior sin sacar la vista de su rostro.
-Usted siempre será bienvenido en el 6to escuadrón-