El hombre sin rostro.

Miyamoto Genryuusai, eso lo tenía claro, tenía un nombre.

Era shinigami, si es que aquella palabra guardaba alguna relación con un significado real, o con un significado que pudiera ser conocido a través de la captación de dicha palabra por el sistema auditivo de una persona normal, de un ser humano, "shinigami" casi sonaba a marca de cuchillos, cuchillos shinigami y cuchillas de afeitar, shinigami... qué palabra tan curiosa.

El significado de la palabra era, ni más ni menos, que dios de la muerte, sin embargo él estaba muerto ¿suponía ello que la inmortalidad no se alcanzaba si no se dejaba atrás la máscara física que conformaba el cuerpo humano como confinamiento del alma inmortal? porque en esencia eso era él mismo, un alma, y sin embargo, a pesar de ser un alma, podía morir.

Un alma inmortal que puede morir, ¿no supone eso la contradicción automática de la inmortalidad? ¿no sería mejor hablar de longevidad extrema? no era que fuesen inmortales, además eso, había más como él, con habilidades diferentes a las suyas pero con una misma naturaleza, todos ellos eran shinigamis, todos ellos eran almas con un poder mayor o menor y todos ellos combatían al mal.

Esa era la línea de pensamiento que seguía su cerebro a medida que se aproximaba a las dependencias del capitán de la 5ª división cuyo nombre desconocía, se suponía que todo el mundo conocía, como poco, los nombres de los capitanes de la Sociedad de Almas (otro nombre curioso) pero él nunca había prestado atención a los nombres, sólo prestaba atención a los actos.

Si el capitán era bueno, le recordaría.

- hmmm... ¿Dónde se habrá metido? -

El joven Amai se había acercado esa misma mañana a hablar con su capitán. Lo de siempre, papeleo, con el mismo tema de siempre: el capitán escaqueado... Satou ya estaba hecho a aquella situación, así que simplemente se encogió de hombros, dejó el montón de papeles sobre la mesa y salió del cuarto... para toparse de frente con un tipo siniestro, con sombrero y la cara vendada. Volvió al cuarto del respingo.

- ¡Dios que susto! ¡¿Quien eres?! El capitán no está... -. Por un momento se preguntó, "¿aliado o enemigo?". Su reiatsu era shinigami, pero sabido lo de los arranacars que se hicieron pasar por miembros del primero, ya no estaba seguro de nada...

Cuando cayó en la cuenta de que pudiera ser un enemigo, sujetó su boken con fuerza con la mano zurda, y preparó para un posible ataque por parte del... ¿enmascarado?

Miyamoto no se molestó en contestar, al obtener la información de que en aquellos momentos el capitán no se encontraba en sus dependencias se limitó a darse la vuelta sin prestar atención al relevante hecho de que su forzoso interlocutor había agarrado su... boken, al parecer la suya no era la única zampakutou que tenía una forma extraña al estar sellada.

Dando un golpe en el suelo con el bastón el enmascarado shinigami se limitó a mostrar su reiatsu como identificación, algo sencillo, algo que expresase que no tenía intención de atacar y que era parte del Gotei 13, aquello debería hacer que el shinigami cuyo nombre desconocía se relajase.

Después comenzó a caminar pausadamente en la dirección en la que había aparecido alejándose del, a efectos prácticos, vacío despacho del capitán, cuando repentinamente cayó en algo, ese hombre llevaba el brazalete de teniente de la quinta división en el brazo izquierdo, lo que significaba que tal vez podría serle útil de alguna manera.

- Teniente... - la voz de Miyamoto sonaba como una lija, - me gustaría entrenar.

Aquellas sencillas palabras fueron las primeras palabras de Miyamoto desde su llegada al quinto escuadrón, se giró y se quedó "mirando al teniente" si es que con aquella venda era capaz de ver algo.

[[OFF: DEJAD DE BASURIZARME EL ROLEO WAPO CON ESTE HOMBRE SIN CARA! En el avatar, si suponemos que mi brazo izquierdo está hacia abajo, el fondo puede parecer la venda con la que se ata la insignia ¬¬ y fin del tema. PAra cuadrar el roleo, supongamos que el chico (Amai) llevaba una venda en el brazo, por alguna otra razón que no es que fuera teniente, y daba pié a confusiones.]]

El reiatsu de aquél hombre enmascarado sintión como una suave brisa al cuerpo en tensión de Amai. Realmente, que el enemigo estuviese delante de sus narices no era tranquilizante, pero aquél reiatsu, sin el menor atisbo de ofensa, y de tintes "shinigamicos", si es que esa palabra existía, hacía saber que era aliado.

Aquel... ¿chico? Se notaba que era del género masculino, pero en absoluto conseguía ponerle en pie una edad... No estaba seguro de si era un hombre, un señor, un muchacho... ni la más remota... en fin, que a unos pasos, aquel tipo misterioso se detuvo, se giró, miró la venda que Amai llevaba en su brazo y le trató de teniente. La boca de Amai se arrugó, y sus ojos se abrieron más de lo que parecía que pudiese llegar a hacer.

- ¿Te-teniente? Yo no... - y miró su brazo. Luego sonrió. - ¡Ah! Esto es un vendaje simple. Un arañazo en un entrenamiento... - se casi disculpó. Teniente del quinto... no sonaba nada mal. Pero puesto ocupado. Luego escuchó algo que tampoco sonaba mal... "Entrenamiento".

Satou era un obseso del entrenamiento, y cada día más. Aunque la voz del tipo sonaba áspera como nunca había escuchado, no podía resistirse a semejante invitación.

- Acepto la oferta. ¿Donde? - contestó, dejando los brazos en jarra.

El shinigami de rostro vendado levantó el bastón hasta la altura de su rostro, sin mediar palabra alguna el bastón dio paso a una shirasaya de color negro con dos muescas en el mango, tomando el mango de la shirasaya el shinigami desenvainó tomando la hoja en la mano derecha y la vaina de la misma en la izquierda, al tiempo que realizaba aquel movimiento elevaba su energía espiritual.

- Uno no puede elegir cuándo va a suceder un combate, sólo puede tomar las medidas necesarias para que dicho combate no tenga mayores consecuencias, - aquellas palabras significaban que el entrenamiento comenzaba en aquellos momentos, el shinigami que había admitido no ser el teniente de la quinta división había bajado por completo la guardia poniendo los brazos en jarra, Miyamoto no tenía intención de hacer de aquel entrenamiento una parodia con lo que sin mediar palabra alguna salió disparado hacia adelante iniciando la ofensiva.

El "entrenamiento" había comenzado.

[Lo movemos dónde quieras ^^ gracias por aceptar.]

Satou contempló con admiración la primera liberación del enmascarado. Aquella Shirasaya negra reluciente frente a la mirada fascinada del joven oficial del quinto escuadrón. Y en pleno asombro, el misterioso shinigami lanzó la primera acometida. Amai tratando de volver en sí, sacudió la cabeza, y con un solo shumpo recorrió los pocos metros de pasillo a su espalda, para posarse en el alfeizar de la ventana.

Aquella ventana daba a un patio interior, propiedad del quinto escuadrón y ambos debían saber eso. Sería un buen sitio para... jugar.

Amai, de un par de saltos más, se situó en el centro del lugar, esperando a que aquél hombre asomase la punta de su sombrero por el mismo ventanuco por el que había salido en chico.

- Bonita zampakutou... - dijo al tiempo que desenvainaba una reluciente hoja de lo que antes era un boken, ahora una katana que desprendía un cálido brillo blanco. Al terminar de desenvainar el casi metro y medio de hoja, Quedó, como en un espejo, una shirasaya, esta vez blanco, en una mano del moreno, y su vaina en la zurda. - Ambos convertimos un arma contundente en una shirasaya, ¿no te parece un combate interesante? -

Y en cuanto terminó el comentario, hizo chocar la parte sin filo de la hoja con la vaina, provocando un fuerte destello, como una de sus técnicas, para luego lanzárse a por el shinigami con un corte vertical de arriba a abajo. No estaba seguro de que aquella estratagema fuese a funcionar, pero lo primero que quería hacer era comprobar si aquél hombre después de todo, veía o no.

El desplazamiento del shinigami a lo largo del pasillo utilizando un movimiento de alta velocidad llamó la atención de Miyamoto, al parecer el shinigami tenía tablas en combate y afortunádamente había memorizado la longitud del pasillo de forma que su shunpo no le llevase inexorablemente a colisionar contra la pared.

Era una buena noticia, no tanto para el enmascarado como para su adversario, significaba que la acometida de Miyamoto no había tenido resultado alguno.

Su rival salió por una ventana que daba, curiosamente, a un patio interior, un entorno abierto para evitar así la incomodidad de combatir en un espacio reducido, era un movimiento hábil y Miyamoto tomó nota del mismo mentalmente.

Se asomó a la ventana, oía claramente las palabras de su interlocutor, no bajó, la distancia le proporcionaría el suficiente tiempo como para poder reaccionar en caso de emergencia, era curioso, su interlocutor tomaba también la shirasaya con la mano derecha al tiempo que tomaba la vaina con la mano izquierda.

¿Nittoryu?

Para más inri la transformación de las tonfas era exactamente igual a la transformación del bastón de Miyamoto pero de color blanco, aquello le hizo sonreir, claro que con el rostro cubierto era completamente imposible que alguien apreciase ese hecho.

Decidió bajar, quería la providencia que al hacerlo su cabeza estuviese inclinada hacia adelante de forma que el destello producido por el choque de la shirasaya con la vaina se viese amortiguado por el propio ala del sombrero sin disminuir fatalmente la visión.

- Ya veo... - el desplazamiento del shinigami así como el corte vertical fueron efectuados con una precisión magistral, sorprendéntemente Miyamoto esperó el ataque.

Al colisionar ambas hojas Miyamoto se hizo a un lado dejando que la mayor fuerza de su adversario venciese a su defensa al tiempo que el propio ataque hacía que el cuerpo del enmascarado shinigami fuese torciéndose, en un determinado momento del trayecto la muñeca de Miyamoto hizo que la dirección de la hoja cambiara de sentido, en lugar de bloquear perpendicularmente la hoja de su rival lo hacía, en aquellos momentos, con el canto de la hoja, acto seguido se limitó a girar rápidamente aprovechando que la mayor fuerza en el ataque de su adversario le llevaría inevitablemente a avanzar.

La intención era girar sobre el hombro derecho de su rival al tiempo que realizaba una estocada tratando de alcanzarle.