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Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
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Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
El sol brillaba en lo alto de un cielo ya casi despejado, reflejándose en los charcos producidos por la lluvia que abandonó el distrito poco antes del amanecer. El viento soplaba muy suavemente en los oídos de las personas que iban y venían de un tenderete a otro, manoseando los productos puestos a la venta y atentos a los rateros, que ya desde bien niños comenzaban a aprender la profesión.
-¡Anguilas! ¡Pescado fresco! ¡Señora, todo muy barato!
Aquella cantinela de voces que se escuchaban a diario bajo el sol del Rukongai, consecuencia de la turba que originaba el mercado, cobraba mayor fuerza cuando avanzaba, apretujado entre la gente que parecía desesperarse ante las ofertas. Alguien lo empujó y tuvo que agarrarse al muslo de una mujer rolliza para no caer. Ésta torció el cuello para mirarlo con los ojos marrones entrecerrados, espetándole un par de groserías que lo hicieron enrojecer y apartarse a toda prisa, temiendo recibir algún bofetón. Pronto la multitud lo arrastró lejos, hacia el delicioso aroma proveniente de las tabernas, saturadas también de gente.
-Uh. Uhm...- movió la naricita, olfateando el aire- Atsuage...
Entonces sintió que estaba aproximándose. Clavó los talones en el suelo y miró aprensivamente a uno y otro lado de la ancha avenida, pero por su altura no era cosa fácil adivinar por qué dirección lo sorprendería su perseguidora. Cerca. Más cerca ahora.
Gimió quedamente y echó a correr, abriéndose paso a través de la muchedumbre, colándose entre los huecos que dejaban los cuerpos de los mayores. Unos dedos se cerraron en el aire cuando trataron de asirlo por la nuca, pero él no se molestó en mirar hacia atrás. Sabía que no era ella.
Afortunadamente, la shinigami era una verdadera inútil cuando se trataba de rastrear a alguien, incluso a su propia zanpakutou. Shirobi, en cambio, no tenía grandes dificultades para saber cuándo se encontraba cerca.
Más aprisa corrió, haciendo estallar en lluvia los charcos cuando los pisaba, ignorando a la gente protestona. Ya no sentía como amenaza su presencia, pero le gustaba aquello. Hacía mucho que no podía correr libremente. Y no quería parar.
De pronto algo se cruzó en su camino.
-¡Quita! ¡QUIIIIITAAAA!
No fue capaz de parar a tiempo y chocaron.
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
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Edad : 34
Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
Otra vez se encontraba en aquél maldito lugar, pero las tornas habían cambiado. Muchas personas cuando veían al niño vestido con el traje de shinigami se apartaban para dejarlo pasar, mientras que otros le miraban con infinito desprecio.
Aquella mañana Ren había decidido visitar el mercado, su lugar favorito. Paseaba alegremente entre los puestecillos arrastrando a su osito de peluche y saludando con una alegre sonrisa a los tenderos que conocía.
Se paró en el puesto de las golosinas y pidió una manzana con caramelo. El tendero quiso regalarsela, pero él negó con la cabeza y sacó una moneda de oro de un bolsillo interno y se la dio al hombre. Con una amplia sonrisa y armado con su manzana siguió andando.
Unos gritos sonaron en la lejanía y se fueron aproximando, pero Ren tal concentrado en disfrutar del dulce como estaba no los oyó. El golpe hizo que Ren y la manzana cayeran al suelo separados. Otokonoko miró alternativamente al chaval con el que había tropezado y a la manzana con cara de enfado y dos grandes lágrimas formándose en sus ojazos.
-Mi....mi manzana- dijo entre pucheros.
Aquella mañana Ren había decidido visitar el mercado, su lugar favorito. Paseaba alegremente entre los puestecillos arrastrando a su osito de peluche y saludando con una alegre sonrisa a los tenderos que conocía.
Se paró en el puesto de las golosinas y pidió una manzana con caramelo. El tendero quiso regalarsela, pero él negó con la cabeza y sacó una moneda de oro de un bolsillo interno y se la dio al hombre. Con una amplia sonrisa y armado con su manzana siguió andando.
Unos gritos sonaron en la lejanía y se fueron aproximando, pero Ren tal concentrado en disfrutar del dulce como estaba no los oyó. El golpe hizo que Ren y la manzana cayeran al suelo separados. Otokonoko miró alternativamente al chaval con el que había tropezado y a la manzana con cara de enfado y dos grandes lágrimas formándose en sus ojazos.
-Mi....mi manzana- dijo entre pucheros.
Renshū Otokonoko- Raso Yu
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Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
Shirobi se dio un buen golpe al caer, derrapando unos centímetros por la arena húmeda y dorada. Se sentó en el suelo, quejándose a viva voz de no sé qué golpe en la rodilla y no sé qué gente con mala voluntad. Aquella vocecita próxima hizo que interrumpiera su quejicoso discurso y mirase, con ojos muy abiertos, a la persona con la que había chocado.
Se trataba de un niño de su edad... bueno, de la edad que le gustaba aparentar a él. Tenía una carita redonda y tierna, el cabello rubio, los ojos de miel golosa, que parecían caramelos. Se dio cuenta de sus lágrimas.
-¿Por qué lloras? ¡Si el que se ha hecho daño soy yo!- protestó, frunciendo el ceño mientras se abrazaba a la rodilla afectada- Y... ¡y encima me van a pillar por tu culpa! ¡Y me van a arrear en la cabeza! Y... y... ¡Y los hombres no lloran!
A pesar de sus palabras, la mirada de Shirobi brilló a causa de las contagiosas lágrimas, mirando al otro chico como si él fuera el culpable de todos sus males.
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
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Edad : 34
Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
Renshu se olvidó de la manzana al ver al chiquillo herido y se puso de pie de un salto -Eh, ¿estás bien? ¿te has hecho daño? si quieres te llevo al cuarto escuadrón para que te curen la herida- Dijo acercándose a mirar la herida -Auch, ¡eso tiene que doler muchísimo!. Espera, ¿estás jugando al pilla-pilla? no, eso no puede ser, el pilla-pilla no te pegan...mmm...¿te persigue alguien malo?- continua hablando, mientras ofrece su mano al chaval para ayudarlo a levantarse.
-Mi nombre es Renshu Otokonoko, shinigami del segundo escuadrón. ¡Encantado de conocerte!- Dice, siempre sonriente, mientras en un acto reflejo limpia las motas de polvo que manchan su peluche. -Yo te puedo ayudar....si quieres, claro. No está bien forzar a la gente a ser ayudado. Mi maestro me lo ha dicho muchas veces ¿sabes?-
La gente a su alrededor se para para mirar que es lo que están haciendo y luego sigue su camino. Uno o dos transeúntes ofrecen su ayuda, pero Renshu los rechaza con un gesto amable y una sonrisa.
-Mi nombre es Renshu Otokonoko, shinigami del segundo escuadrón. ¡Encantado de conocerte!- Dice, siempre sonriente, mientras en un acto reflejo limpia las motas de polvo que manchan su peluche. -Yo te puedo ayudar....si quieres, claro. No está bien forzar a la gente a ser ayudado. Mi maestro me lo ha dicho muchas veces ¿sabes?-
La gente a su alrededor se para para mirar que es lo que están haciendo y luego sigue su camino. Uno o dos transeúntes ofrecen su ayuda, pero Renshu los rechaza con un gesto amable y una sonrisa.
Renshū Otokonoko- Raso Yu
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Edad : 35
Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
El muchacho de cabellos azules se sorbió la nariz y se enjugó las lágrimas con la manga de su camisa, para después alzar la barbilla, muy dignamente.
-Sí duele, pero yo aguanto- dijo para hacerse el fuerte, sacando pecho. Observó la mano que le tendía Renshu, y tras una pequeña vacilación la tomó y logró incorporarse, sacudiéndose después la parte trasera del pantalón con un par de palmadas de la otra mano. Al escuchar que era un shinigami hizo una pequeña exclamación de asombro- ¿Tan pequeñito y estás ya en el Gotei? ¡Debes ser muy fuerte, Ren-chan!
Y por lo que él sabía, los shinigamis del Segundo Escuadrón tenían fama de ser gente de sangre fría, muy disciplinada y competente. Ojalá Hotaru nee-san fuera igual en vez de pasarse el día bebiendo.
-Nee... yo soy Shiro- sentía cómo el rubor se le subía a las mejillas, como cada vez que se entusiasmaba por algo. Hacía mucho, mucho tiempo que no conseguía hacer un amigo, sobretodo porque los niños del Rukongai solían meterse con él por el color de su pelo... y luego se iban chillando asustados si quemaba algo. Miró el osito de peluche de Otokonoko, admirado, pues nunca había visto uno tan bien cuidado, y ese además era muy bonito. Volvió en sí al recordar que estaba escondiéndose de Hotaru.- ¡Ren, me persigue una persona horrible! En cuanto me pille seguro que me cuelga bocabajo y me da unos azotes ¡Tienes que ayudarme a escapar de ella!
Le agarró de la muñeca y puso carita suplicante, buscando convencerle de que se pusiera de su lado.
-Tú eres un shinobi, ¿a que sí? Seguro que con tu ayuda puedo darle esquinazo.
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
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Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
El pequeño shinigami se sonrojó ligeramente y sonrió al otro mientras se pasaba un dedo por su naricilla al recibir el alago. Miró la herida y se arrancó la manga izquierda, improvisando una venda que puso en la rodilla de Shirobi -Así no se te llenará de polvo-
Agarró la mano del niño, dejarlo solo en esa zona del rukongai podía ser peligroso, y más si le decía que le estaban persiguiendo -¡Ven, sígueme!- se encaminó por la calle de la que había venido, una estrecha calle lateral, pero también llena de gente y puestecillos. Anduvo hasta llegar al puesto donde había comprado la manzana con caramelo, compró dos, las pagó y le tendió una a Shirobi mientras él le daba un mordisco a la suya, después, siguió caminando -Así mejor, ¿no crees?- dijo con una sonrisa aún más amplia. -Que te cuelguen boca abajo tiene que ser entretenido, nunca me han colgado de esa manera...lo que sí que no es divertido es que te den azotes...los azotes duelen.-
Se metió en una pequeña callejuela. -No sé como es el reiatsu de la persona que te persigue, así que no sé de donde puede venir. ¿sabes como es su reitsu? ¿tienes una muestra? ¿si condenso los hilos espirituales sabrías decirme cual de ellos es de de esa persona?-
Agarró la mano del niño, dejarlo solo en esa zona del rukongai podía ser peligroso, y más si le decía que le estaban persiguiendo -¡Ven, sígueme!- se encaminó por la calle de la que había venido, una estrecha calle lateral, pero también llena de gente y puestecillos. Anduvo hasta llegar al puesto donde había comprado la manzana con caramelo, compró dos, las pagó y le tendió una a Shirobi mientras él le daba un mordisco a la suya, después, siguió caminando -Así mejor, ¿no crees?- dijo con una sonrisa aún más amplia. -Que te cuelguen boca abajo tiene que ser entretenido, nunca me han colgado de esa manera...lo que sí que no es divertido es que te den azotes...los azotes duelen.-
Se metió en una pequeña callejuela. -No sé como es el reiatsu de la persona que te persigue, así que no sé de donde puede venir. ¿sabes como es su reitsu? ¿tienes una muestra? ¿si condenso los hilos espirituales sabrías decirme cual de ellos es de de esa persona?-
Renshū Otokonoko- Raso Yu
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Edad : 35
Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
Se dejó arrastras por Renshu, agarrado a su manita, y aceptó con agrado el dulce que había comprado para él. A Shirobi le gustaba ese niño, hablaba sin palabrotas y además le trataba muy bien; de pronto sintió celos de la suertuda de su zanpakutou.
"Si Ren-chan fuera mi compañero seguro que no me metería en tantas peleas... No, no lo haría; iríamos a jugar y me invitaría a comer cosas ricas. Y a Ren... a Ren no le gusta que llore." A Hotaru tampoco, pero ella lo arreglaba gritándole o dándole una patada en su trasero, y eso dolía además de resultar humillante.
Asentía y negaba con la cabeza, respondiendo así a los comentarios y las preguntas del pequeño shinigami, teniendo la boca demasiado ocupada en la deliciosa manzana caramelizada.
Cuando salió el tema del reiatsu pasó unos momentos pensativo, dándole un gran mordisco al fruto y masticando con las mejillas abultadas, igual que una ardilla glotoneando nueces.
-Hmmm...- tragó con cierta dificultad y se pasó la lengua por las muelas, notándolas pegajosas por el caramelo.- Se me ocurre una idea... ¡pero tienes que prometerme que serás mi amigo si te la digo! Porque es un secreto muy secretoso, Ren...
Su mirada estaba cargada de gravedad, y no era para menos; aquel era un asunto de extrema importancia.
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
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Edad : 34
Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
-¡Por supuesto que te lo prometo!- Ren estaba feliz, comía una manzana y estaba haciendo un amigo ¿Qué más se podía pedir?...bueno. Realmente por pedir, podría pedir muchas cosas, pero otra cosa sería que se hicieran realidad -Nunca, nunca, nunca contaré a nadie lo que me digas, ¡ni siquiera al Maestro!¡Ni a mamá!. Así me caiga un rayo y me parta en trescientos dos trocitos- dijo con gesto serio, muy convencido de sí mismo.
La calle a la que entraron también estaba muy transitada. Ren miró a los tejados de las casa y la distancia que había entre ellos. -Hay mucha gente, podemos continuar por los tejados, estaremos más expuestos, pero iremos más rápido- dijo señalandolos -¿qué te parece?-
La calle a la que entraron también estaba muy transitada. Ren miró a los tejados de las casa y la distancia que había entre ellos. -Hay mucha gente, podemos continuar por los tejados, estaremos más expuestos, pero iremos más rápido- dijo señalandolos -¿qué te parece?-
Renshū Otokonoko- Raso Yu
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Edad : 35
Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
Ren le prometió que no diría nada y él lo creía, porque ser fulminado por un rayo y que se esparcieran tus restos en trescientos dos trocitos no era algo sobre lo que juraría alguien en vano. Agarró el meñique de Renshu con el suyo y sellaron el pacto de secreto.
-Ahora nos une un compromiso, Ren- decía con toda la solemnidad que pueda reflejar un niño de diez años - ¡Y como hombres debemos respetarlo!
Dio otro bocado a su propia manzana, manchándose la boca con el sirope y alzando la cabeza para mirar en la dirección que señalaba el dedo de su nuevo mejor amigo. Le parecía una buena idea, sobretodo porque quería ver cómo se movía un auténtico shinobi por los tejados. Pero antes tenía que mostrarle una cosa.
Se acercó al niño rubio para susurrarle algo al oído, cubriéndose la boca con la mano izquierda por si hubiera algún espía en la zona que pudiera leerle los labios.
-Te voy a enseñar mi secreto, Ren-chan.
Luego le sonrió con timidez y le ofreció su mano para que la agarrase y poder así guiarle a una zona más apartada, libre de miradas indiscretas.
Tras pasar por un par de puestos y sortear a los compradores de la zona, ambos dieron a parar a un callejón que formaban la parte trasera de una tasca y el lateral de un taller de carpintería. Los ruidosos parroquianos hacían llegar sus voces hasta ahí, y los olores de la cerveza y la resina componían una mezcolanza extraña. Shirobi indicó a Ren que tomase asiento en unas cajas de maderos astillados y que disfrutase de la exhibición. Él se colocó a un par de metros de distancia, andando con pasos seguros y tal vez un poco fanfarrones.
-¡Ya verás! Esto es mucho mejor que una simple muestra de reiatsu.
Realizó una exagerada y aparatosa demostración de movimientos y palabras complicadas, que imitaban -o al menos el crío lo pretendía- los pasos de un actor del teatro kabuki. Todos aquellos aspavientos eran innecesarios, pero Shirobi encontraba que era mucho más divertido ofrecer espectáculo que transformarse sin más. Detuvo su excéntrica danza y cruzó ambos brazos sobre el pecho; una repentina llamarada de tonalidades albas y azules lo cubrió, volviendo confusa su figura. La llama creció y creció, y cuando estuvo a punto de rozar las paredes de los edificios... se extinguió, mostrando que el lugar de Shirobi no lo ocupaba él, sino otra persona.
-¡Jajajajá! ¿Qué te parece, Ren-chan? ¿¡A que es fabuloso!?
Tampoco su voz correspondía a la de un niño, aunque era bastante dulce. Shirobi pestañeó coquetamente sobre unos ojos de verde claro, sonrió con una boca de labios rosados y agitó con suavidad la cabeza, provocando que los rizos de la cabellera blanca como la nata batida se movieran graciosamente. Ahora era una chica joven, bastante alta y extraño su aspecto como para ser japonesa. Llevaba el uniforme shinigami.
-¿Ves? Estoy escapándome de esta mujer- explicó, señalándose a sí mismo.- Ahora los dos no solamente tenemos el mismo aspecto, sino también el reiatsu...¡incluso olemos igual! Hehehe... Qué divertido es hacer esto cuando no puede mirarme.
Se paseó de un lado para otro del callejón, no imitando los andares de la Hotaru original, que eran más bien ordinarios, sino copiando el agradable contoneo de las muchachas que a veces veía andar por el Rukongai.
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
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Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
-Sí, un compromiso comprometedor. Hasta la tumba con él- dijo muy seriamente. Sacando pecho, henchido de orgullos ya que pocas eras las veces que le decían hombre.
Se sentó encima de una caja alta, sus pies quedaron colgando y dio otro bocado a la manzana, a la espera de lo que Shirobi quisiera mostrarle. Cuando vio su transformación su sorpresa fue tan grande que se cayó de espaldas. El chaval se había transformado en una muchacha alta, bastante atractiva y Shirobi la hacía andar de la manera provocativa de las jovencitas del rukongai.
-¿Cómo has hecho eso?¿Puedes transformarte en la gente? ¡Si te transformas en mí es como si fuéramos gemelos!- dijo feliz -¡No te distraigas Renshu, has prometido ayudar a este chaval, así que ponte manos a la obra y no me hagas quedar mal o te arrepentirás!- dijo una voz dentro de su cabeza. El semblante de Otokonoko cambió y se puso serio -Tienes razón Muchi- dijo respondiendo a su zampakutou en voz alta. Se concentró en el reiatsu que le había enseñado el ahora transformado chaval y rastreó a sus perseguidora, esta estaba más cerca de lo que pensaban y había aumentado la velocidad con la que se acercaba a ellos.
-¡vámonos shirobi!¡está mas cerca de lo que creíamos!- cogió la mano de shirobi y realizó un par de shumpos cortos en los dos primeros tejados, teniendo siempre presente el reiatsu de la otra shinigami, para pasar a realizar otros de medía distancia, la mayor distancia que podía recorrer con un shumpo. Se alejaban cada vez más del Gotei y gracias a que no los hizo continuos consiguió interponer un poco más de distancia con el enemigo.
Se sentó encima de una caja alta, sus pies quedaron colgando y dio otro bocado a la manzana, a la espera de lo que Shirobi quisiera mostrarle. Cuando vio su transformación su sorpresa fue tan grande que se cayó de espaldas. El chaval se había transformado en una muchacha alta, bastante atractiva y Shirobi la hacía andar de la manera provocativa de las jovencitas del rukongai.
-¿Cómo has hecho eso?¿Puedes transformarte en la gente? ¡Si te transformas en mí es como si fuéramos gemelos!- dijo feliz -¡No te distraigas Renshu, has prometido ayudar a este chaval, así que ponte manos a la obra y no me hagas quedar mal o te arrepentirás!- dijo una voz dentro de su cabeza. El semblante de Otokonoko cambió y se puso serio -Tienes razón Muchi- dijo respondiendo a su zampakutou en voz alta. Se concentró en el reiatsu que le había enseñado el ahora transformado chaval y rastreó a sus perseguidora, esta estaba más cerca de lo que pensaban y había aumentado la velocidad con la que se acercaba a ellos.
-¡vámonos shirobi!¡está mas cerca de lo que creíamos!- cogió la mano de shirobi y realizó un par de shumpos cortos en los dos primeros tejados, teniendo siempre presente el reiatsu de la otra shinigami, para pasar a realizar otros de medía distancia, la mayor distancia que podía recorrer con un shumpo. Se alejaban cada vez más del Gotei y gracias a que no los hizo continuos consiguió interponer un poco más de distancia con el enemigo.
Renshū Otokonoko- Raso Yu
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Edad : 35
Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
Sólo habían un par de chiquillos gritones jugando con canicas, pero ni rastro del mocoso de pelo azul. Hotaru chasqueó la lengua y se apartó de esa calle, aventurándose por otra casi vacía. Se le hacía raro no tener la pesada odachi a la espalda.
"Como te pille, niño de las narices, zorro embustero y tocapelotas... ¡Te juro que me hago un abrigo contigo!"
Impaciente y de mal humor, rastreó cada una de las avenidas y callejones cercanos, lanzándose a por la menor pista que encontrase. Llevaba así un buen rato, y es que el maldito de Shirobi había aprendido a esconderse muy bien de ella. Pero debía seguir buscándole igualmente, porque la última vez que se escapó la armó bien buena, y además lo hizo con su aspecto, lo que provocó que no pudiera pasearse por cierto sector del Rukongai en una buena temporada.
Un vendedor ambulante de pimientos estaba poniendo a prueba la paciencia de Hotaru cuando ésta se llevó una agradable sorpresa. El idiota de Shiro había tomado el aspecto de alguien que se le hacía mucho más fácil de seguir: ella misma.
Apartó al vendedor desconsideradamente y echó a correr en aquella dirección, guiada por su propio reiatsu.
-Esta vez no te me escapas...
Muy ufano por las alabanzas de Ren, Shirobi sonrió ampliamente sin ser consciente de que no había tomado una decisión demasiado inteligente transformándose en su portadora. Cuando el pequeño del Segundo Escuadrón le advirtió que debían escapar, no pudo reprimir un gritito asustado.
-¡Ren-chan, no dejes que me atrape, me hará mucho daño!- lloriqueó sin abandonar la forma de la shinigami de cabellos blancos, corriendo algo encorvado dado la diferencia de altura que había entre ellos ahora. El avance por los tejados se le hacía un poco torpe por los nervios, pero afortunadamente Otokonoko tiraba de él y no lo dejaba atrás.-¡Buaaaa! ¡Que no nos pille, que no nos pilleeeee!
"Como te pille, niño de las narices, zorro embustero y tocapelotas... ¡Te juro que me hago un abrigo contigo!"
Impaciente y de mal humor, rastreó cada una de las avenidas y callejones cercanos, lanzándose a por la menor pista que encontrase. Llevaba así un buen rato, y es que el maldito de Shirobi había aprendido a esconderse muy bien de ella. Pero debía seguir buscándole igualmente, porque la última vez que se escapó la armó bien buena, y además lo hizo con su aspecto, lo que provocó que no pudiera pasearse por cierto sector del Rukongai en una buena temporada.
Un vendedor ambulante de pimientos estaba poniendo a prueba la paciencia de Hotaru cuando ésta se llevó una agradable sorpresa. El idiota de Shiro había tomado el aspecto de alguien que se le hacía mucho más fácil de seguir: ella misma.
Apartó al vendedor desconsideradamente y echó a correr en aquella dirección, guiada por su propio reiatsu.
-Esta vez no te me escapas...
Muy ufano por las alabanzas de Ren, Shirobi sonrió ampliamente sin ser consciente de que no había tomado una decisión demasiado inteligente transformándose en su portadora. Cuando el pequeño del Segundo Escuadrón le advirtió que debían escapar, no pudo reprimir un gritito asustado.
-¡Ren-chan, no dejes que me atrape, me hará mucho daño!- lloriqueó sin abandonar la forma de la shinigami de cabellos blancos, corriendo algo encorvado dado la diferencia de altura que había entre ellos ahora. El avance por los tejados se le hacía un poco torpe por los nervios, pero afortunadamente Otokonoko tiraba de él y no lo dejaba atrás.-¡Buaaaa! ¡Que no nos pille, que no nos pilleeeee!
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
- Post : 1085
Edad : 34
Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
-No lo entiendo, no tiene sentido. Nos alejamos de ella, pero cada vez está más cerca y no puedo ir más rápido, voy a mi máxima velocidad. Si activo mi shikai seremos más fáciles de detectar, pero seré más rápido...- siguió avanzando arrastrando consigo a Shirobi -...de todas maneras, si nos alcanza te defenderé. ¿Qué prefieres que haga?-
Los tejados cada vez se distanciaban más unos de otros, se acercaban al límite habitado del rukongai y se acercaban cada vez más a la zona en la que Renshu había pasado los peores 100 años tras su muerte. En soledad, buscando lo que fuese para comer y viéndose obligado a robar para sobrevivir. Si no fuese por que estaba intentando ayudar a su amigo ni se acercaría a aquella zona, pero para su desgracia no era así. El último tejado se acabó y entraron en un extenso arrozal, el agua les llegaba hasta las rodillas y les hacía ir todavía más lento, algunos arboles se alzaban entre el mar de arroz y un sendero lo surcaba como si de un río se tratase. -¡Vamos! parece que hemos conseguido algo de distancia- mintió intentando animar al otro chaval
Los tejados cada vez se distanciaban más unos de otros, se acercaban al límite habitado del rukongai y se acercaban cada vez más a la zona en la que Renshu había pasado los peores 100 años tras su muerte. En soledad, buscando lo que fuese para comer y viéndose obligado a robar para sobrevivir. Si no fuese por que estaba intentando ayudar a su amigo ni se acercaría a aquella zona, pero para su desgracia no era así. El último tejado se acabó y entraron en un extenso arrozal, el agua les llegaba hasta las rodillas y les hacía ir todavía más lento, algunos arboles se alzaban entre el mar de arroz y un sendero lo surcaba como si de un río se tratase. -¡Vamos! parece que hemos conseguido algo de distancia- mintió intentando animar al otro chaval
Renshū Otokonoko- Raso Yu
- Post : 162
Edad : 35
Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
El mar de tejados se transformó de pronto en un terreno sembrado de arroz. Un terreno pésimo por el que moverse, cuya desventaja pronto descubrió el kitsune. Los pasos húmedos sonaban bajo las suelas de sus sandalias, un chapoteo que salpicaba agua sucia y destrozaba el cultivo.
-Yo... ¡Yo no sé!- jadeó, apenas viendo lo que tenía delante por la cortina de lágrimas que le nublaba la visión.-Ren... no creo que aguante mucho...corriendo...
El sol relumbró sobre la superficie del agua, obligándole a entrecerrar los ojos. El corazón le latía muy aprisa, y la carrera provocaba que le doliera la garganta con cada bocanada de aire. Estaba cansado.
Quiso mirar por encima del hombro, sólo una vez, para asegurarse de que en la distancia no se recortaba ninguna figura que los estuviera persiguiendo. Dio un mal paso y se le torció el tobillo, cayendo irremediablemente hacia delante.
-¡Ay!
Aspiró el aire cargado de olor a tierra y observó el color turbio del agua, enderezándose para que su cara no la tocase. Los pliegues del uniforme empapado se pegaban de un modo desagradable a su piel. No podía más.
-No puedo seguir, Ren...no puedo.
Comenzó a sollozar, cubriéndose el rostro con las manos húmedas y frías.
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
- Post : 1085
Edad : 34
Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
-¡No llores!. Dijiste hace nada que los hombres no lloran, tú eres un hombre o mujer, no lo sé a ciencia cierta, pero no debes llorar. Has de ser fuerte- mientras decía estas palabras le ayudó a levantarse.
Aquel reiatsu estaba cada vez más próximo. -Apóyate en mi hombro. Saldremos al camino que allí la visibilidad es mejor. Yo te defenderé, no lo dudes- respondió sonriendo mientras cargaba a Shirobi. Cuando llegó lo dejo sentado en medio del camino, miró la torcedura y sonrió, no parecía nada grave. Dejo el peluche al lado Shirobi -¡Cuídalo Makoto!- dijo, hablándole al peluche. Después le dio la espalda al muchacho y se metió en el arrozal despidiéndose de ambos -No te preocupes Shirobi, cuando venga aquí la atacaré por sorpresa, ¡al estilo shinobi!- tras decir esto redujo al máximo posible su emisión de reiatsu al mínimo.
Aquel reiatsu estaba cada vez más próximo. -Apóyate en mi hombro. Saldremos al camino que allí la visibilidad es mejor. Yo te defenderé, no lo dudes- respondió sonriendo mientras cargaba a Shirobi. Cuando llegó lo dejo sentado en medio del camino, miró la torcedura y sonrió, no parecía nada grave. Dejo el peluche al lado Shirobi -¡Cuídalo Makoto!- dijo, hablándole al peluche. Después le dio la espalda al muchacho y se metió en el arrozal despidiéndose de ambos -No te preocupes Shirobi, cuando venga aquí la atacaré por sorpresa, ¡al estilo shinobi!- tras decir esto redujo al máximo posible su emisión de reiatsu al mínimo.
Renshū Otokonoko- Raso Yu
- Post : 162
Edad : 35
Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
Corría. La tierra seca se levantaba en nubes cobrizas bajo sus rápidos y furiosos pasos. El viento soplaba en sus oídos, pegaba el uniforme a su piel de tal forma que parecía que se abrazara a su pecho y a sus rodillas. Sentía el rastro de reiatsu cada vez más nítido, cercano; parecía alentarla a que siguiera adelante.
Hotaru sonrió con los ojos entrecerrados ante el sol. Sonrió peligrosamente, atisbando la figura que se recortaba en mitad del camino; su propia silueta.
"Ya te tengo." Se impulsó con un shunpo, sin apartar la mirada de enfrente. Shirobi seguía inmóvil, ¿ya se había rendido? Daba igual. "Ya te tengo."
El kitsune, todavía ocupando el aspecto de la shinigami, estaba cabizbajo y se cubría el rostro con ambas manos. Llorando. Eso enfadó todavía más a Hotaru.
Siguió corriendo, incansable, rodeada por el mar de arroz.
Hotaru sonrió con los ojos entrecerrados ante el sol. Sonrió peligrosamente, atisbando la figura que se recortaba en mitad del camino; su propia silueta.
"Ya te tengo." Se impulsó con un shunpo, sin apartar la mirada de enfrente. Shirobi seguía inmóvil, ¿ya se había rendido? Daba igual. "Ya te tengo."
El kitsune, todavía ocupando el aspecto de la shinigami, estaba cabizbajo y se cubría el rostro con ambas manos. Llorando. Eso enfadó todavía más a Hotaru.
Siguió corriendo, incansable, rodeada por el mar de arroz.
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
- Post : 1085
Edad : 34
Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
Los nervios atenazaban a Renshu, en cuanto vio a la figura en el horizonte quiso salir de su escondrijo y hacerle frente, pero se contenía ya que si no el plan que trazó se iría al traste y tener que pensar en otro no le apetecía.
Su presa se acercaba inexorablemente y con algo de suerte no lo habría detectado, avanzó un poco entre las matas del arrozal para estar más próximo a ella y cuando pasó por su lado sacó su kukri de la manga derecha del traje y dando un salto potente salió de entre las hierbas dispuesto a asestar un golpe letal que nunca llegó, ya que no calculó bien y las raíces de las plantas se le enredaron en los pies provocando la caída de Ren entre su enemigo y shirobi -¡Maldita sea, me has tendido una trampa!.¡Ja! ¡La próxima vez no te será tan fácil!- tomo aire y muy confiado siguió hablándole -¡No te atrevas a ponerle tus manos encima "tabla de planchar", o te enfrentaras a la ira del dragón!- dijo mientras se levantaba, apuntando con su arma a la shinigami.
Su presa se acercaba inexorablemente y con algo de suerte no lo habría detectado, avanzó un poco entre las matas del arrozal para estar más próximo a ella y cuando pasó por su lado sacó su kukri de la manga derecha del traje y dando un salto potente salió de entre las hierbas dispuesto a asestar un golpe letal que nunca llegó, ya que no calculó bien y las raíces de las plantas se le enredaron en los pies provocando la caída de Ren entre su enemigo y shirobi -¡Maldita sea, me has tendido una trampa!.¡Ja! ¡La próxima vez no te será tan fácil!- tomo aire y muy confiado siguió hablándole -¡No te atrevas a ponerle tus manos encima "tabla de planchar", o te enfrentaras a la ira del dragón!- dijo mientras se levantaba, apuntando con su arma a la shinigami.
Renshū Otokonoko- Raso Yu
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Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
Una mancha confusa asaltó su campo de visión, provocando que la shinigami frenase en el último momento para evitar el impacto. Sus manos buscaron instintivamente el wakizashi que portaba siempre en el cinto, pero al adivinar la identidad del agresor sus dedos se quedaron paralizados antes de siquiera rozar la vaina del arma. Retrocedió otro paso y miró con incredulidad y confusión al niño que se había interpuesto en su caída entre su zanpakutou y ella.
Sólo fue capaz de articular una pregunta.
-¿Pero quién cojones eres tú?
No se había dado cuenta para nada de que allí hubiera alguien más, pero lo que realmente le sorprendía era que estuviera enfrentándola por defender a Shirobi. Sus pupilas se desplazaron inmediatamente hacia el kitsune, exigiéndole una explicación. Éste sólo pudo reaccionar dando un gritito y encogiéndose todavía más, como si temiera recibir algún golpe.
Sólo fue capaz de articular una pregunta.
-¿Pero quién cojones eres tú?
No se había dado cuenta para nada de que allí hubiera alguien más, pero lo que realmente le sorprendía era que estuviera enfrentándola por defender a Shirobi. Sus pupilas se desplazaron inmediatamente hacia el kitsune, exigiéndole una explicación. Éste sólo pudo reaccionar dando un gritito y encogiéndose todavía más, como si temiera recibir algún golpe.
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
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Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
Renshu se levantó y se limpió el polvo, teniendo mucho cuidado con no cortarse con el kukri, un arma que tenía la ventaja de ser una mezcla entre hacha y espada, con otra peculiaridad, una media luna en la parte final de la hoja que permitía desarmar al enemigo con facilidad cuando las armas enemigas se atascaban allí.
Una vez terminado aquello miró a la mujer con gesto fiero o por lo menos es lo que pretendía, ya que la forma con la que fruncía el ceño y mostraba los dientes parecía que estaba en el váter más que otra cosa.
Aún así la postura defensiva que había adoptado denotaba que no era la primera vez que cogía un arma. Las piernas abiertas, un pie más adelantado que el otro, algo encogido para hacer que fuese aún más difícil de golpear (dado su tamaño), tronco ladeado, el arma agarrada con fuerza en la mano izquierda como si de un hacha se tratase, el centro de gravedad adelantado y el brazo derecho atrasado para dar estabilidad, como si fuese un timón.
-¡No se dicen palabrotas!- dijo el pequeñin -Eso es lo que decía mi maestro, aunque de vez en cuando se le escapasen.- guardó silencio unos segundos, recordando algunas palabrotas dichas por la persona que le enseñó. -Repito, ¡no dejaré que te lleves a Shirobi!¡Bakudō #1: Sai!- atacó -Recuerda el nombre de la persona que te ganó. Mi nombre es Renshu Otokonoko, shinigami del segundo escuadrón!...¡ríndete y reconoce tu derrota!- termina de decir, henchido de orgullo.
[OFF]: tu me dirás si te ha dado o no (aunque he presupuesto que sí ), de todas maneras, el kido de Ren es tan malo que con hacer un poco de fuerza puedes romperlo XD
Una vez terminado aquello miró a la mujer con gesto fiero o por lo menos es lo que pretendía, ya que la forma con la que fruncía el ceño y mostraba los dientes parecía que estaba en el váter más que otra cosa.
Aún así la postura defensiva que había adoptado denotaba que no era la primera vez que cogía un arma. Las piernas abiertas, un pie más adelantado que el otro, algo encogido para hacer que fuese aún más difícil de golpear (dado su tamaño), tronco ladeado, el arma agarrada con fuerza en la mano izquierda como si de un hacha se tratase, el centro de gravedad adelantado y el brazo derecho atrasado para dar estabilidad, como si fuese un timón.
-¡No se dicen palabrotas!- dijo el pequeñin -Eso es lo que decía mi maestro, aunque de vez en cuando se le escapasen.- guardó silencio unos segundos, recordando algunas palabrotas dichas por la persona que le enseñó. -Repito, ¡no dejaré que te lleves a Shirobi!¡Bakudō #1: Sai!- atacó -Recuerda el nombre de la persona que te ganó. Mi nombre es Renshu Otokonoko, shinigami del segundo escuadrón!...¡ríndete y reconoce tu derrota!- termina de decir, henchido de orgullo.
[OFF]: tu me dirás si te ha dado o no (aunque he presupuesto que sí ), de todas maneras, el kido de Ren es tan malo que con hacer un poco de fuerza puedes romperlo XD
Renshū Otokonoko- Raso Yu
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Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
Aquel shinigami en miniatura compuso una pretendida expresión de ferocidad, de la cual Hotaru se habría partido de risa de no ser por el cabreo que llevaba encima. Recompuesta de la sorpresa inicial, chasqueó la lengua y miró despectivamente a aquel retaco de pelo rubio, sin tomarse para nada en serio su lograda posición defensiva.
-Me limpio el culo con lo que diga tu maestro, ¿estamos? Y ahora aparta de mi camino si no quieres...
Sus muñecas fueron impulsadas hacia atrás, quedando amarradas a la espalda por una soga invisible. Sí, un maldito criajo la había inmovilizado... "Tócate los cojones... un puto crío". Para cuando alzó la mirada hacia él, que orgulloso como un pavo real sacaba pecho, la vena que latía en su sien parecía que fuera a estallarle, tal era su grado de enfado.
Canalizó su rabia y la expulsó en forma de una pequeña explosión de reiatsu, que desintegró las ligaduras espirituales que la mantenían maniatada y amenazó con empujar al pequeño Ren hacia atrás.
-¿Qué decías, mocoso?
Se crugió los nudillos y avanzó amenazadoramente hacia él, más que dispuesta a darle una tunda.
-¡Nooo!- la shinigami vio cómo su propio doble se lanzó a por ella, rodeándole la cintura con los brazos e hincando las rodillas en el suelo- ¡No, Hotaru, noo! Ren-chan es mi amigo, ¡no lo mates!
Mantener el equilibrio y tratar de sacárselo de encima no era tarea fácil. La mujer comenzó a resoplar y largar varios insultos que nada tenían que envidiar a las bocas sucias de los marineros.
-¡Quita, joder, quita!
Logró desembarazarse de su abrazo finalmente, apartándole de una patada que dejó a Shirobi tendido de espaldas en el suelo. Cuando pudo sentarse intercambió una mirada tensa con su portadora y... rompió a llorar.
-¡Buaaaa, buaaaa, eres un monstruo! ¡Bwaaaah!
-¡Agh! ¡Deja de hacer eso con mi aspecto, maldito hijo de perra!- gritó autoritariamente la peliblanca, tratando de ser escuchada por encima del llanto estridente que la sacaba de quicio- Deja de... ¡oh, demonios! ¿No vas a parar nunca?
-¡¡¡BUAAAAAA!!! ¡Me maltratas! ¡Y nos quieres pegar! ¡Y...!
-¡Está bien, está bien! No te haré nada, joder... ni al otro crío tampoco, ¡pero cierra la puta boca de una vez!
Y tan repentinamente como comenzó, Shirobi dejó de berrear, sorbiéndose la nariz y enjugándose las lágrimas con el dorso de las manos, recogiéndolas de las delicadas mejillas, ahora tan rojas como la grana.
-Snif...¿L-lo prometes?... snif... ¿p-rometes que... que no le harás daño a-a Ren-chan?- la mujer asintió de mala gana, cruzando los brazos sobre el pecho y haciendo un tremendo esfuerzo por mantener la calma- E-entonces acepto... snif... tus disculpas....
Ah, que era ella la que se tenía que disculpar, después de haber estado buscándole como loca por el Rukongai y tener que soportar que un medio metro le lanzase un bakudo... Bonito, muy bonito. Se dio la vuelta para que no le vieran su cara de mala hostia; lo último que quería era tener un dolor de cabeza por culpa de sus gritos y lloriqueos.
Shirobi terminó de tranquilizarse y recuperó su aspecto favorito, el de un niño de cabellos azules y facciones pícaras.
-Ren, vamos, ¡Hotaru nos invita a comer en muestra de arrepentimiento y buena voluntad!
-Me limpio el culo con lo que diga tu maestro, ¿estamos? Y ahora aparta de mi camino si no quieres...
Sus muñecas fueron impulsadas hacia atrás, quedando amarradas a la espalda por una soga invisible. Sí, un maldito criajo la había inmovilizado... "Tócate los cojones... un puto crío". Para cuando alzó la mirada hacia él, que orgulloso como un pavo real sacaba pecho, la vena que latía en su sien parecía que fuera a estallarle, tal era su grado de enfado.
Canalizó su rabia y la expulsó en forma de una pequeña explosión de reiatsu, que desintegró las ligaduras espirituales que la mantenían maniatada y amenazó con empujar al pequeño Ren hacia atrás.
-¿Qué decías, mocoso?
Se crugió los nudillos y avanzó amenazadoramente hacia él, más que dispuesta a darle una tunda.
-¡Nooo!- la shinigami vio cómo su propio doble se lanzó a por ella, rodeándole la cintura con los brazos e hincando las rodillas en el suelo- ¡No, Hotaru, noo! Ren-chan es mi amigo, ¡no lo mates!
Mantener el equilibrio y tratar de sacárselo de encima no era tarea fácil. La mujer comenzó a resoplar y largar varios insultos que nada tenían que envidiar a las bocas sucias de los marineros.
-¡Quita, joder, quita!
Logró desembarazarse de su abrazo finalmente, apartándole de una patada que dejó a Shirobi tendido de espaldas en el suelo. Cuando pudo sentarse intercambió una mirada tensa con su portadora y... rompió a llorar.
-¡Buaaaa, buaaaa, eres un monstruo! ¡Bwaaaah!
-¡Agh! ¡Deja de hacer eso con mi aspecto, maldito hijo de perra!- gritó autoritariamente la peliblanca, tratando de ser escuchada por encima del llanto estridente que la sacaba de quicio- Deja de... ¡oh, demonios! ¿No vas a parar nunca?
-¡¡¡BUAAAAAA!!! ¡Me maltratas! ¡Y nos quieres pegar! ¡Y...!
-¡Está bien, está bien! No te haré nada, joder... ni al otro crío tampoco, ¡pero cierra la puta boca de una vez!
Y tan repentinamente como comenzó, Shirobi dejó de berrear, sorbiéndose la nariz y enjugándose las lágrimas con el dorso de las manos, recogiéndolas de las delicadas mejillas, ahora tan rojas como la grana.
-Snif...¿L-lo prometes?... snif... ¿p-rometes que... que no le harás daño a-a Ren-chan?- la mujer asintió de mala gana, cruzando los brazos sobre el pecho y haciendo un tremendo esfuerzo por mantener la calma- E-entonces acepto... snif... tus disculpas....
Ah, que era ella la que se tenía que disculpar, después de haber estado buscándole como loca por el Rukongai y tener que soportar que un medio metro le lanzase un bakudo... Bonito, muy bonito. Se dio la vuelta para que no le vieran su cara de mala hostia; lo último que quería era tener un dolor de cabeza por culpa de sus gritos y lloriqueos.
Shirobi terminó de tranquilizarse y recuperó su aspecto favorito, el de un niño de cabellos azules y facciones pícaras.
-Ren, vamos, ¡Hotaru nos invita a comer en muestra de arrepentimiento y buena voluntad!
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
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Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
Le había salido, por fin le había salido un hadou de una forma decente y se vanagloriaba de ello. Se giró para mirar a su amigo -¿Has visto eso, Shirobi?, ¿eh?, ¿eh?, ¡¿a que soy bueno?!- comentó muy feliz.
De repente sintió un golpe de reiatsu lleno de ira e intenciones asesinas, el choque de energía hizo que se tambaleara y que su "magnífica" guardia se perdiera, alejándose un par de pasos de la malvada shinigami que se había liberado de la técnica y se dirigía a su persona con un tono no muy amable -¡ups!- dijo, con el rostro de -¿perdón?- preguntó intentando esbozar una sonrisa. La shinigami se acercó con no muy intenciones. No, definitivamente las intenciones homicidas y el sufrir daño no era plato de gusto para nadie, o por lo menos para él.
Una sombra salió de detrás suya y paró a la enrabietada shinigami, shirobi había saltado desde detrás para salvar a Renshu de la maldad de la mujer. El pequeño se giró y le dedicó una mirada llena de odio al peluche. "Te dije que cuidaras de él, me has fallado Makoto". Detrás suya escuchó a una de las shinigamis llorar y volvió a prestarles atención. Shirobi, o el que él pensaba que era Shirobi, se encontraba en el suelo llorando, siendo increpada (¿o era increpado?...tampoco tenía claro ese punto), por si misma.
-¡Déjalo en paz!- dijo, lanzándose al ataque, con el arma en ristre. Ya sea por el destino o el azar, el rubio personaje pisó un guijarro que se deslizó al ser pisado, haciendo que Renshu cayera otra vez al suelo, solo que esta vez era bocarriba, y que el kukri saliera disparado de su mano hacia el arrozal. Ren levantó la cabeza para mirar si se habían percatado de su nuevo error y esbozó una estúpida sonrisa a la par que el rostro alcanzaba la tonalidad del tomate -Jejeje...mierda...¡Uy! no debo decir palabrotas...maldito Muchi, ¿donde te has escondido?...¡ajá, aquí estas!- se había levantado con toda la dignidad posible y se había ido rápidamente a buscar su arma -ala, ya te tengo...¡Eh!¡eh!...no seas malo....no..no..pero...jooooo...nooooo...- al parecer el serio espíritu que habitaba en el arma de shinigami estaba cabreado y regañaba al niño de tal manera que este empezó a llorar sin escuchar tan siquiera que la pelea había terminado y que además era invitado comer.
De repente sintió un golpe de reiatsu lleno de ira e intenciones asesinas, el choque de energía hizo que se tambaleara y que su "magnífica" guardia se perdiera, alejándose un par de pasos de la malvada shinigami que se había liberado de la técnica y se dirigía a su persona con un tono no muy amable -¡ups!- dijo, con el rostro de -¿perdón?- preguntó intentando esbozar una sonrisa. La shinigami se acercó con no muy intenciones. No, definitivamente las intenciones homicidas y el sufrir daño no era plato de gusto para nadie, o por lo menos para él.
Una sombra salió de detrás suya y paró a la enrabietada shinigami, shirobi había saltado desde detrás para salvar a Renshu de la maldad de la mujer. El pequeño se giró y le dedicó una mirada llena de odio al peluche. "Te dije que cuidaras de él, me has fallado Makoto". Detrás suya escuchó a una de las shinigamis llorar y volvió a prestarles atención. Shirobi, o el que él pensaba que era Shirobi, se encontraba en el suelo llorando, siendo increpada (¿o era increpado?...tampoco tenía claro ese punto), por si misma.
-¡Déjalo en paz!- dijo, lanzándose al ataque, con el arma en ristre. Ya sea por el destino o el azar, el rubio personaje pisó un guijarro que se deslizó al ser pisado, haciendo que Renshu cayera otra vez al suelo, solo que esta vez era bocarriba, y que el kukri saliera disparado de su mano hacia el arrozal. Ren levantó la cabeza para mirar si se habían percatado de su nuevo error y esbozó una estúpida sonrisa a la par que el rostro alcanzaba la tonalidad del tomate -Jejeje...mierda...¡Uy! no debo decir palabrotas...maldito Muchi, ¿donde te has escondido?...¡ajá, aquí estas!- se había levantado con toda la dignidad posible y se había ido rápidamente a buscar su arma -ala, ya te tengo...¡Eh!¡eh!...no seas malo....no..no..pero...jooooo...nooooo...- al parecer el serio espíritu que habitaba en el arma de shinigami estaba cabreado y regañaba al niño de tal manera que este empezó a llorar sin escuchar tan siquiera que la pelea había terminado y que además era invitado comer.
Renshū Otokonoko- Raso Yu
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Edad : 35
Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
Al no recibir respuesta de su amigo, Shirobi se giró y lo buscó con la mirada, deteniéndola en los arrozales. El niño estaba de espaldas a él, por lo que no advirtió que estaba llorando cuando fue trotando hasta su lado.
-Reeen-chaaan... ¿Iuh?- canturreó, colocándose a la derecha del niño. Al apreciar la mueca triste y las lágrimas, el kitsune dejó de sonreír, llevando una mano hasta uno de sus bracitos, preocupado- ¿Qué te pasa, Ren? ¿Por qué lloras? ¿Es por la tonta de Hotaru?
La shinigami, a unos metros de ellos, o no escuchó el comentario o prefirió hacer que lo ignoraba. El muchacho de cabellos azules unió las cejas en una mueca de angustia y acercó su cara a la de Otokonoko, hablándole bajito y con cariño, como le gustaría que se dirigieran a él cuando se encontraba afligido por algo.
-No te preocupes, Renshu. En realidad no es mala persona, no nos va a pegar- trató de animarle. Tomándose la licencia de hablar por su portadora, continuó- Es más, dice que siente haberte asustado, ¡y que nos va a invitar a comer lo que nos apetezca! ¿A que suena bien?
Le obsequió con una cándida sonrisa y le tendió una mano abierta para que la cogiera y caminase a su lado.
-¿Quieres, Ren? ¿Quieres que vayamos a comer algo rico todos juntos?
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
- Post : 1085
Edad : 34
Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
Su amigo se acercó a hablarle al ver que no se le respondía y se lo encontró llorando. Shuryō Muchi, su zampakotou, era de carácter seco y serio y que le hubiesen arrojando en el barro como si de un vulgar cuchillo se tratase no le sentaba muy bien.
-No...noo..oo es por ellaaaa...Sniff..es..mi armaa..aa.aa, que e...es..cruee..el conmigo...oo....- contestó entre llantos.
El muchacho intentaba calmarlo y animarlo insistiendo en que aquella mujer no era mala y que les invitaba a comer. Ren se secó las lágrimas y todavía hipando le respondió.
-¿De..de verdad..?- Otokonoko sorbió una vela de mocos que amenazaban con salir de su nariz -En..entonces ¿por qué.. huías de ella si no e...es maa..la?- le preguntó -¿E..era un jue...go?- le miró con sus dorados ojos todavía acuosos por las lágrimas -¿podemos co...mer un barco de sushi y taar..ta de postre?-
-No...noo..oo es por ellaaaa...Sniff..es..mi armaa..aa.aa, que e...es..cruee..el conmigo...oo....- contestó entre llantos.
El muchacho intentaba calmarlo y animarlo insistiendo en que aquella mujer no era mala y que les invitaba a comer. Ren se secó las lágrimas y todavía hipando le respondió.
-¿De..de verdad..?- Otokonoko sorbió una vela de mocos que amenazaban con salir de su nariz -En..entonces ¿por qué.. huías de ella si no e...es maa..la?- le preguntó -¿E..era un jue...go?- le miró con sus dorados ojos todavía acuosos por las lágrimas -¿podemos co...mer un barco de sushi y taar..ta de postre?-
Renshū Otokonoko- Raso Yu
- Post : 162
Edad : 35
Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
Vaaaaaya... así que era eso lo que pasaba. Shirobi entendía bien lo que era tener diferencias con tu compañero, y es que la relación entre arma y usuario era complicada, a pesar que ambos formaban parte de un Todo. Era una lástima que no fuera posible cambiar de portador, porque si tan mal se llevaban Ren y su zanpakutou, y tan poquito lo quería Hotaru a él, el intercambio podría considerarse como una solución favorable para todos.
-Ettooo... Es complicado explicar porqué Hotaru nee-chan estaba enfadada con Shiro- comenzó a decir, bajando la mirada tímidamente al suelo y juntando los dedos índice de ambas manos-. Tal vez Hotaru nee-chan tenía razones para enfadarse... porque Shiro a veces se va sin avisar y...
Un escalofrío recorrió al kitsune de pies a cabeza. Lentamente, con unas gotitas de sudor frío en la frente, alzó el rostro para mirar por encima del hombro, encontrándose a su espalda a la enojona shinigami. Las comisuras de su boca temblaron cuando trató de componer una expresión inocente en su infantil rostro, alargando los labios en una sonrisa.
-Te fuíste dejándome tirada en mitad de una pelea- concretó la mujer, que intimidaba con su pose altiva y el aire severo que mostraban sus rasgos en ese momento.
-P-pe... ¡Pero lo hice porque siempre estás peleando y ya nunca puedo ir a jugar!
El niño alzó los puños en protesta, pero al ver la mano femenina que se extendía hacia él, produjo un ruidito inquieto y cerró los ojos, esperando recibir un capón en la cabeza. En contra de lo esperado, la peliblanca sólo le revolvió el pelo, suavizando el semblante con una sonrisa sesgada.
Shiro se quedó confundido en el sitio, viendo cómo la mujer daba media vuelta y echaba a andar hacia el camino, dirección al distrito del que habían escapado. Hotaru detuvo sus pasos y miró hacia atrás, dirigiéndoles un ademán impaciente a ambos muchachitos, para que la siguieran.
-¡Wiaah!- exclamó, jubiloso, con los ojitos brillantes de admiración. Tal vez la shinigami no le detestaba tanto como él creía. Dio un giro enérgico hacia su amigo- ¡Comeremos sushi y tarta si es lo que quieres, Ren! ¡Vamos, vamos!
Le apremió para que se enjugase las lágrimas y recuperase a Makoto, antes de cogerle de la mano y tirar de él hacia Hotaru, para poder alcanzarla.
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
- Post : 1085
Edad : 34
Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
Ya más tranquilo escuchó la respuesta del muchacho y frunció el ceño -Pero eso está mal Shiro-chan. No puedes dejar solo a tu amiga en medio de una pelea...por mucho que a ella le guste pelear.- le dijo a Shirobi y después se encaró a la mujer, que al parecer se llamaba Hotaru -Y tu deberías dejar que se divierta más. ¿Acaso no sois amigos?- sermoneó Renshu a ambos, olvidándose de la reprimenda recibida por parte de su arma.
El muchacho le había caído bien y la shinigami no parecía tan mala como se le había presentado momentos antes, se enfadaba con facilidad eso sí, pero si invitaba a algo tan caro como un barco de sushi solo había tres posibilidades: Era tonta (quedaba descartado en un principio), rica (tampoco tenía muchos abalorios, así que también lo descartaba) o buena persona (lo dudaba, pero era la respuesta que le quedaba). Así que hizo caso a Shiro y fue a por Makoto, lo recogió del suelo con cariño y limpió el polvo que se había adherido al pelo del peluche y salió corriendo para ponerse a su lado.
Andaban de regreso la zona habitada buscando un bar, cuando se le ocurrió una idea. Se rió quedamente en un tono maléfico y se puso al lado de la shinigami. Aprovechando que esta pasaba de él la cogió de la mano y le sonrió con la más tierna de las sonrisas de su repertorio. Sentía curiosidad por saber como reaccionaría la mujer ante aquello y se sintió obligado a comprobarlo, de ahí que le hubiese cogido de la mano. Ahora solo quedaba comprobar la reacción de la peliblanca.
El muchacho le había caído bien y la shinigami no parecía tan mala como se le había presentado momentos antes, se enfadaba con facilidad eso sí, pero si invitaba a algo tan caro como un barco de sushi solo había tres posibilidades: Era tonta (quedaba descartado en un principio), rica (tampoco tenía muchos abalorios, así que también lo descartaba) o buena persona (lo dudaba, pero era la respuesta que le quedaba). Así que hizo caso a Shiro y fue a por Makoto, lo recogió del suelo con cariño y limpió el polvo que se había adherido al pelo del peluche y salió corriendo para ponerse a su lado.
Andaban de regreso la zona habitada buscando un bar, cuando se le ocurrió una idea. Se rió quedamente en un tono maléfico y se puso al lado de la shinigami. Aprovechando que esta pasaba de él la cogió de la mano y le sonrió con la más tierna de las sonrisas de su repertorio. Sentía curiosidad por saber como reaccionaría la mujer ante aquello y se sintió obligado a comprobarlo, de ahí que le hubiese cogido de la mano. Ahora solo quedaba comprobar la reacción de la peliblanca.
Renshū Otokonoko- Raso Yu
- Post : 162
Edad : 35
Re: Día de mercado ~ [Renshū Otokonoko]
¿De verdad se merecía tener que soportar aquello?
Andar con dos mocosos por ahí... La gente podía pensar cualquier cosa, como que era una pervertida, o peor aun; una madre joven.
No le gustaban los niños, sinceramente. Eran ruidosos, sucios, impertinentes y además no tenían dinero. Podía aguantar la compañía de una persona que no se bañara o fuera realmente pesada, pero eso de no poder gorronearle a alguien era un auténtico incordio.
-Shiro... no te alejes demasiado.
El kitsune, entusiasmado, iba correteando por los alrededores, mirando los puestos callejeros, saludando a las señoras que compraban en el mercado y aplaudiendo a los artistas ambulantes. Ahora que había hecho un nuevo amigo y habían arreglado las cosas entre ellos dos -aunque poco tardarían en volver a discutir, seguramente- se lo veía realmente feliz. A Hotaru eso lo sorprendía porque, bueno... él era su zanpakutou. Le costaba comprender que un espíritu, morador de un arma, fuera capaz de sentir y ver el mundo como cualquier niño normal de diez años. Y le extrañaba sobretodo que fuera de aquel modo cuando se suponía que era parte de su propia alma.
Suspiró, incapaz de encontrar respuestas a sus preguntas. Mejor dejaba de darle vueltas y disfrutaba de la comilona que se iban a dar, que al fin y al cabo estaba hambrienta.
Sintió el contacto de algo cálido y suave rodeando su mano. Chasqueó la lengua con fastidio y volvió la mirada lentamente hacia abajo.
-Eh, ¿no te he dicho mil veces que no me agarres de la mano en públi...- donde esperaba encontrar a Shirobi, estaba el niño shinigami, abordándola con una sonrisa terriblemente adorable- ...co?- parpadeó, tragando saliva y sonrojándose levemente. La había pillado con la guardia baja. Cuando pudo reaccionar, comenzó a sacudir la mano y dar gritos- ¿¡Pero qué haces!? ¡Suelta, suelta, suelta!
Andar con dos mocosos por ahí... La gente podía pensar cualquier cosa, como que era una pervertida, o peor aun; una madre joven.
No le gustaban los niños, sinceramente. Eran ruidosos, sucios, impertinentes y además no tenían dinero. Podía aguantar la compañía de una persona que no se bañara o fuera realmente pesada, pero eso de no poder gorronearle a alguien era un auténtico incordio.
-Shiro... no te alejes demasiado.
El kitsune, entusiasmado, iba correteando por los alrededores, mirando los puestos callejeros, saludando a las señoras que compraban en el mercado y aplaudiendo a los artistas ambulantes. Ahora que había hecho un nuevo amigo y habían arreglado las cosas entre ellos dos -aunque poco tardarían en volver a discutir, seguramente- se lo veía realmente feliz. A Hotaru eso lo sorprendía porque, bueno... él era su zanpakutou. Le costaba comprender que un espíritu, morador de un arma, fuera capaz de sentir y ver el mundo como cualquier niño normal de diez años. Y le extrañaba sobretodo que fuera de aquel modo cuando se suponía que era parte de su propia alma.
Suspiró, incapaz de encontrar respuestas a sus preguntas. Mejor dejaba de darle vueltas y disfrutaba de la comilona que se iban a dar, que al fin y al cabo estaba hambrienta.
Sintió el contacto de algo cálido y suave rodeando su mano. Chasqueó la lengua con fastidio y volvió la mirada lentamente hacia abajo.
-Eh, ¿no te he dicho mil veces que no me agarres de la mano en públi...- donde esperaba encontrar a Shirobi, estaba el niño shinigami, abordándola con una sonrisa terriblemente adorable- ...co?- parpadeó, tragando saliva y sonrojándose levemente. La había pillado con la guardia baja. Cuando pudo reaccionar, comenzó a sacudir la mano y dar gritos- ¿¡Pero qué haces!? ¡Suelta, suelta, suelta!
Kawasumi Hotaru- Teniente Rei
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