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Elayne Corwin
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Elayne Corwin
Arrancar
- Nombre: Elayne Corwin, pero suelen llamarla "Lain".
- Sexo: Femenino.
- Edad real: Unos doscientoscincuenta años.
- Edad aparente: 26
- Descripción física:
De piel pálida, con cierto matiz rosáceo, nariz pequeña y recta. Tiene los ojos del color del cielo nublado que sin embargo se vuelven de un tono algo más intenso cuando ve algo que le interesa o se excita ante la perspectiva de un suceso entretenido. Las expresivas cejas que tiene, así como sus doradas pestañas, suelen quedar tapadas por mechones del flequillo de su alborotado cabello rubio, que lleva tan corto que apenas las puntas le rozan los hombros. Sus labios, de un rosa pálido, suelen lucir casi de forma permanente sonrisas entre crueles y juguetonas. Por su expresión parece que siempre esté tramando alguna travesura.
Su cuerpo es atractivo -algunos dirían que apetecible- y bien proporcionado, siempre cubierto por el uniforme blanco de los Arrancar. Lleva las uñas cortas y no es dada a utilizar cosméticos ni nada similar, a pesar de sus viajes hacia el mundo humano.
El hueco que dejaron sus cadenas se sitúa en el centro del vientre, y los restos de su máscara le cubren la sien derecha y parte de esa zona del cráneo.
A veces se la ve con algun hollow de menor tamaño subido a la cabeza o pegado a su espalda, cosa a la que ella no parece prestarle demasiada atención.
Uniforme:
- Descripción psicológica:
Su actitud con los seres humanos solía ser esquiva o violenta, pero siempre se sintió fascinada por aquella espeluznante criatura que conoció de niña, y ahora que está en el Hueco Mundo siente que por fin ha encontrado un lugar apropiado para ella. Fue como volver a casa tras pasar una larga temporada en el extranjero.
A pesar de mostrarse sociable y confiada con el resto de Arrancar, no es capaz de entablar ningún lazo duradero con nadie, bien porque la consideran una lunática o porque conocen lo poco seguro que resulta permanecer cerca de ella, ya que entre sus aficiones se encuentra la experimentación con especímenes vivos (o todo lo vivo que pueda estar alguien del Hueco Mundo). Al mínimo descuido inmoviliza al que tenga a mano y prueba con él diferentes sustancias que ha obtenido de varios ejemplares de hollows, o bien hace cortes profundos aquí y allá si está motivada. Que el paciente pierda alguna extremidad en el proceso no es, desde luego, nada que ella considere una secuela grave. Pero dejando de lado lo inquietante que puedan resultar sus juegos, Elayne es alguien bastante activo y, a menudo, servicial. Suele realizar tareas que quizá otros encontrarían denigrantes o demasiado arriesgadas, y se comporta de un modo cercano incluso con los desconocidos. No parece sentirse molesta nunca por el trato que recibe de los demás, aunque sea despreciativo.
Con escasa capacidad para pensar previamente lo que va a decir y muy propensa a expresar verdades poco convenientes, tiene suerte de que la mayoría la tome por loca y no le den crédito, pues, en boca de otro, sus comentarios podrían traer consecuencias graves. El que sea tan atrevida y curiosa la ha llevado en más de una ocasión a ganarse un puñetazo en la cara, pero lejos de amedrentarse suele insistir hasta obtener lo que buscaba. No aguanta la indecisión, y cuando no sabe cómo actuar es impulsiva y poco prudente.
Es cierto que está desquiciada: ama la violencia y los actos macabros, disfruta provocando dolor y quizá más todavía recibiéndolo, pero esta retorcida forma de ser suya no destaca gran cosa en el mundo al que pertenece. No conoce más sufrimiento que el que origina, siempre sonríe de esa forma tan peculiar y ríe por cosas que sólo ella encuentra graciosas, incluso en los momentos más tensos o en los que debería temer por su vida. No es alguien que entienda de preocupaciones, y es probable que ello le traiga problemas en un futuro cercano.
- Historia:
Resurrección
- Aspecto de la zanpakutou:
- Palabras para liberar: "Atraviesa la oscuridad y alcánzalos, Espasmo".
- Aspecto de la resurrección:
Elayne toma la zampakutoh por la empuñadura y la lanza con energía al aire, aguardando que el extremo puntiagudo del arma caiga sobre su cabeza mientras cruza los brazos sobre el pecho. En lugar de atravesar con violencia su cuerpo, la espada se desintegra y la envuelve con una luz blanca, hasta que se deja ver su nuevo aspecto: Un traje ajustado de tonos blancos y negros -algunas partes recuerdan a un tablero de ajedrez-, con curiosos adornos de cantos cortantes, el cabello cubierto por una especie de sombrero de clown y las manos terminadas en unos guantes de afilados dedos como cuchillas. Su rostro parece una pálida máscara humana, y el ojo blanco situado en el centro de la frente de su sombrero parpadea como si tuviera vida. Al fijarnos podemos apreciar que su silueta irradia un fulgor blanquecino, y de vez en cuando libera pequeños chispazos.
Elayne generalmente suele emplear para luchar las zarpas en las que acaban los dedos de sus guantes, tan afiladas como cuchillas, además de ayudarse con la extensa lámina de metal maleable que prende de su gorro como una cinta y a la que sabe encontrarle diversos usos.
Cúpula de cristal: La joya que representa un ojo, alojada en la parte frontal de su sombrero, proyecta un escudo formado por un campo eléctrico que adopta la misma carga que las radiaciones emitidas por los ataques dirigidos hacia esa zona y las desvía, resguardando a quienes se encuentren dentro, pero permitiendo atacar a distancia desde su interior. El rango que cubre es de aproximadamente dos metros y medio. La resistencia de esta barrera protectora no es infinita, ya que si el poder del atacante es superior, se disolvería o a duras penas resistiría un par de golpes. Como toda técnica que requiere su esfuerzo, si quisiera volver a alzar el escudo debería transcurrir al menos un tiempo para que pueda recuperar la concentración y reunir la energía necesaria para ello.
Contención: Se alzan cuatro paredes de luz para formar una celda rectangular alrededor del enemigo, quien se ve ligado por brillantes cadenas que retienen sus movimientos. Los muros se encuentran cubiertos por un voltaje de medio nivel capaz de generar fugaces sacudidas, sin otro fin que el de mermar la resistencia del apresado, ya que no reaccionarían en el caso de que no intentase traspasarlos. Esta técnica consume una cantidad poco despreciable del reiatsu de Elayne, por lo que suele emplearla para escapar de combate o para que otro remate la faena. La duración del encierro depende del poder del sujeto, pero generalmente es reducida (nunca suele llegar al minuto).
Flagelo: Concentra la energía eléctrica en la cinta de aluminio que está enganchada a lo alto de su gorro, la cual puede dirigir hacia el atacante que se encuentre a un radio de tres metros y así transmitirle una secuencia de calambrazos que, conducidos por los nervios y alcanzando los músculos, afectaría su movilidad, además de la poco agradable sensación que experimentaría. Podría causar parálisis temporal en una zona que halla sido alcanzada repetidas veces durante el combate (por ejemplo: al primer golpe podría aparecer una sensación molesta de hormigueo, al segundo que note la zona dormida, y a partir del tercero el músculo quedaría agarrotado y comenzaría a paralizarse. Los efectos no se prolongarían por más de cinco minutos a no ser que vuelva a ser tocado en el mismo sitio) .
Generales:
- Poder Hollow:
Estímulo: Es capaz de liberar impulsos eléctricos y ajustar la intensidad de éstos, para lo que ha de mantener contacto directo con la piel. No se daña a sí misma con las corrientes que crea, aunque se podría dar el caso de que llegue a lesionarse involuntariamente si intenta emplearlas en condiciones poco favorecedoras.
Las pequeñas chispas causan efecto de entumecimiento, calambres, quemaduras leves o aflojarían la fuerza de los músculos de la zona afectada por unos instantes. Un aumento de la descarga sería capaz de herir de una forma más seria a su oponente o dejarle inconsciente, pero no podría, ni mucho menos, lastimar a alguien de gravedad.
- Rango y sección: Arrancar de la Séptima Sección.
- Nombre: Elayne Corwin, pero suelen llamarla "Lain".
- Sexo: Femenino.
- Edad real: Unos doscientoscincuenta años.
- Edad aparente: 26
- Descripción física:
De piel pálida, con cierto matiz rosáceo, nariz pequeña y recta. Tiene los ojos del color del cielo nublado que sin embargo se vuelven de un tono algo más intenso cuando ve algo que le interesa o se excita ante la perspectiva de un suceso entretenido. Las expresivas cejas que tiene, así como sus doradas pestañas, suelen quedar tapadas por mechones del flequillo de su alborotado cabello rubio, que lleva tan corto que apenas las puntas le rozan los hombros. Sus labios, de un rosa pálido, suelen lucir casi de forma permanente sonrisas entre crueles y juguetonas. Por su expresión parece que siempre esté tramando alguna travesura.
Su cuerpo es atractivo -algunos dirían que apetecible- y bien proporcionado, siempre cubierto por el uniforme blanco de los Arrancar. Lleva las uñas cortas y no es dada a utilizar cosméticos ni nada similar, a pesar de sus viajes hacia el mundo humano.
El hueco que dejaron sus cadenas se sitúa en el centro del vientre, y los restos de su máscara le cubren la sien derecha y parte de esa zona del cráneo.
A veces se la ve con algun hollow de menor tamaño subido a la cabeza o pegado a su espalda, cosa a la que ella no parece prestarle demasiada atención.
- Spoiler:
Uniforme:
- Spoiler:
- Descripción psicológica:
Su actitud con los seres humanos solía ser esquiva o violenta, pero siempre se sintió fascinada por aquella espeluznante criatura que conoció de niña, y ahora que está en el Hueco Mundo siente que por fin ha encontrado un lugar apropiado para ella. Fue como volver a casa tras pasar una larga temporada en el extranjero.
A pesar de mostrarse sociable y confiada con el resto de Arrancar, no es capaz de entablar ningún lazo duradero con nadie, bien porque la consideran una lunática o porque conocen lo poco seguro que resulta permanecer cerca de ella, ya que entre sus aficiones se encuentra la experimentación con especímenes vivos (o todo lo vivo que pueda estar alguien del Hueco Mundo). Al mínimo descuido inmoviliza al que tenga a mano y prueba con él diferentes sustancias que ha obtenido de varios ejemplares de hollows, o bien hace cortes profundos aquí y allá si está motivada. Que el paciente pierda alguna extremidad en el proceso no es, desde luego, nada que ella considere una secuela grave. Pero dejando de lado lo inquietante que puedan resultar sus juegos, Elayne es alguien bastante activo y, a menudo, servicial. Suele realizar tareas que quizá otros encontrarían denigrantes o demasiado arriesgadas, y se comporta de un modo cercano incluso con los desconocidos. No parece sentirse molesta nunca por el trato que recibe de los demás, aunque sea despreciativo.
Con escasa capacidad para pensar previamente lo que va a decir y muy propensa a expresar verdades poco convenientes, tiene suerte de que la mayoría la tome por loca y no le den crédito, pues, en boca de otro, sus comentarios podrían traer consecuencias graves. El que sea tan atrevida y curiosa la ha llevado en más de una ocasión a ganarse un puñetazo en la cara, pero lejos de amedrentarse suele insistir hasta obtener lo que buscaba. No aguanta la indecisión, y cuando no sabe cómo actuar es impulsiva y poco prudente.
Es cierto que está desquiciada: ama la violencia y los actos macabros, disfruta provocando dolor y quizá más todavía recibiéndolo, pero esta retorcida forma de ser suya no destaca gran cosa en el mundo al que pertenece. No conoce más sufrimiento que el que origina, siempre sonríe de esa forma tan peculiar y ríe por cosas que sólo ella encuentra graciosas, incluso en los momentos más tensos o en los que debería temer por su vida. No es alguien que entienda de preocupaciones, y es probable que ello le traiga problemas en un futuro cercano.
- Historia:
- Spoiler:
Aspiró una bocanada del aire impregnado de infaustos sonidos de aquella sala olvidada del Hueco Mundo. La ponzoña espiritual era tan grande y densa que los rayos de la rubicunda luna pugnaban por abirse camino en una marea de polvo que inundaba los solitarios pasillos. Unos pasos firmes se escuchaban entre juramentos de seres asesinos y famélicos. El caminante estaba envuelto en un misterio de sombras; sus oídos se mostraban sordos ante los gritos y gruñidos, y sus ojos obviaban la existencia del mar de pupilas que lo contemplaban tras extrañas máscaras de hueso.
Una túnica blanca colgaba de uno de sus alargados brazos -y la diferencia de tamaño entre ambos casi hacía parecer a la prenda un vestido de muñeca-, nueva e impoluta, hecha a medida para algo que acababa de nacer. O tal vez sería más preciso decir que era algo que había mutado. Identificando su sensación entre las emocines humanas, podría decirse que estaba satisfecho, feliz y ansioso. Pero él no era humano, desde luego, así que comparó ese hormigueo que le recorría las extremidades como la excitación previa al derramamiento de sangre. Sonrió con una boca llena de puntiagudos dientes.
El trayecto concluyó ante una diminuta celda carente de puerta, con forma rectangular. Al otro lado, un cuerpo desnudo e inclinado sobre sí mismo, de un tono rosa pálido bajo aquella tenue iluminación. Se acercó para apreciar el resultado de su obra.
-Lain, Lain, Lain- llamó con el extraño efecto de eco que tenía su voz siempre. La mujer se enderezó un poco, todavía abrazándose a sí misma. Las facciones de su cara estaban ocultas bajo el auspicio del cabello rubio que nacía desde su cráneo-. Por fin, por fin, fin, fin...
Unos ojos azules parpadearon con cansancio, fijándose en la criatura que estaba parada ante ella con la rigidez del hierro. No sabía cuánto tiempo había transcurrido durante sus transformaciones, pero pudo reconocerle. Se dejó poner el uniforme con la ayuda de sus peligrosas manos, ya que ella sola se estaba haciendo un lío. Tendría que practicar un poco antes de recuperar la soltura de sus movimientos; todos sus músculos parecían torpes, dormidos.
-Ha sido desagradable- comentó. Guardó silencio unos segundos, antes de proseguir. Le extrañaba el sonido de su propia voz. ¿Siempre había sido así?-. Era como si estuviesen tirando de mí hacia el exterior, pero un muro de cemento no me dejase ver la luz, y me aplastaba. Qué incómodos resultan estos procesos, ¿verdad? Pensé que iba a rebentarme contra esa cosa tan sólida. Y entonces vendrías y te encontrarías con mermelada de Elayne- sus articulaciones crugieron al ponerse en pie. De manera automática, sin dedicarle siquiera una mirada a su fino diseño, se colgó la zanpakutoh al cinto de tela negra.- ¿Crees que es gracioso? Mermelada de Elayne...- torcio el gesto-. Creo que me está entrando hambre.
-Vamos...mos, mos.- ordenó sin más preámbulos aquel tipo enorme, ignorando los comentarios de la Arrancar-. Nos están esperando.
-¡Ando, ando, ando!- dijo ella divertida, haciendo coro de las repeticiones que resonaban en aquel espacio que se disponían a abandonar, caminando tras él. Mientras comprobaba mediante el tacto que todo estuviera donde debía estar, Elayne se sentía triunfante y muy complacida. ¡Por fin había conseguido convertirse en aquello! No es que no le hubiera gustado ser un hollow, pero ahora podría cuidar de sí misma sin tener a Zelman de niñera detrás de ella todo el día, vigilando su dieta de forma estricta y obligándola a permanecer la mayoría del tiempo alejada del resto de criaturas del Hueco Mundo. ¡Cómo iba a divertirse ahora!
Le encantaba el desierto de arena blanca desde esa nueva perspectiva, y pronto se sintió cómoda atravesándolo a paso ligero. Despegaba hacia el cielo con el leve impulso de sus pies descalzos, saltando tan alto que, pensó, quizá podría rozar la luna con la punta de los dedos si alzaba los brazos lo suficiente. Pero debería dejar el experimento para otro día, pues Zelman tenía mucha prisa en llegar a su destino. "Te estarán esperando cuando cambies", le había dicho en algun momento del confuso pasado, "Estarán impacientes por verte". No podía retrasarse más, se dijo, si habían tenido la consideración de esperar su llegada a lo largo de todos esos años.
Soñaba despierta con todas las cosas que podría hacer con su nuevo cuerpo cuando Zelman le pinchó un costado para llamar su atención, empleando para ello una uña alargada y filosa. Extrañamente, la punzada no hizo brotar ninguna gota de sangre de su piel.
Al dirigir la vista hacia el lugar que le señalaba, topó con la visión de ciclópeos troncos hechos de una especie de mineral translúcido, con ramas que se bifurcaban y se proyectaban hacia arriba, como dedos huesudos de la mano de una vieja. No podía alcanzar a ver la copa de esos árboles por mucho que echara la cabeza hacia atrás. Pero enseguida se olvidó de ello al sentir la presencia de incontables... ¿Qué era aquello? Algunos parecían hollows simples, y otros eran como Zelman, pero por lo menos había un tipo de criatura que no podía identificar. Con un arrebato de inusual timidez, se ocultó detrás de su acompañante de los brillantes pares de ojos que les observaban. ¡Eran tantos!
-No seas miedosa- le ordenó, alzándola del suelo con facilidad y colocándola ante él. En la oscuridad el eco también la animaba: "¡Osa!, ¡osa!, ¡osa!, ¡osa!". Pues se atrevería si le insistían tanto.
Dio dos pasos, y se detuvo. Nadie se movía. Encogiéndose de hombros, siguió andando, hasta sumergirse en la extraña atmósfera que creaba ese bosque. Juntó las manos tras su espalda para evitar la tentación de tocar los árboles. Enormes, oscuros y ligeros como sábanas, los que moraban en ese lugar cerraban su procesión, manteniéndose a cierta distancia. Se paró en seco, afianzando los pies en la tierra. Una brusca ráfaga de viento le zarandeó los oídos. Era tan fuerte que le parecía que casi le arrancaba el cabello de la cabeza. Luego cesó.
Delante, una lúgubre figura se dibujaba oscura sobre el brillo de una luna derrotada por la desazón. Sentado en algo que parecían cráneos deformes, aquel misterioso personaje fijó sus ojos en la mujer y con ellos exploró cada centímetro de su cara.
-¿Tienes miedo?- preguntó, gastándose un tono repugnante. Parecía estar masticando huesos. Elayne respondió que sí, pues consideró que decir lo contrario sería una falta de respeto. Pero no debió sonar muy convincente-. Mientes de un modo delicioso.
-Pues siempre oí que las mentiras eran amargas. Aunque claro, alguien habrá que le guste ese sabor. Personalmente prefiero los dulces, o el picante. Incluso a veces...- sus labios se sellaron de un modo tan eficaz como si se los hubieran grapado. De hecho, parecía que eso mismo hubiesen hecho, porque no podía abrir la boca por mucho que lo intentase. Al final desistió.
Transcurrieron unos minutos en silencio. Ogius -o algo así entendió que se llamaba- abandonó su asiento y rondó enderedor de ella, inspeccionándola como si fuera una mercancía. O un arma. Finalmente le dio el visto bueno; la caricia que le regaló en la mejilla no sólo resultó grotesca, sino también horrible y amenazadora.
-Escucha con atención, niña.
Y Elayne escuchó, sin interrumpirle una sola vez, ignorando cualquier cosa que fuera agena a la cavernosa voz de la criatura. Al salir del bosque, aunque algo apabullada por la cantidad de información e instrucciones que había recibido durante lo que le parecieron horas, recordaba casi todo lo que era importante.
Guardando silencio mientras partía hacia su nuevo hogar comprendió que no poseía mayor control sobre su nueva vida del que tenía la mecha de una vela sobre el fuego.
"¿También esta vez acabaré quemada?"
---
Nueva York. Época actual
El suelo de la ruinosa finca crugía bajo el peso de un gato negro, que se había colado por el hueco de una pared de la planta inferior al sentir el olor de la sangre. El rostro desencajado y sin vida de un hombre de mediana edad se reflejó dos veces en las oscuras pupilas del felino, que comenzó a raspar a lametazos el charco de líquido carmesí que se había formado bajo el cadáver. Ya estaba seca, y no sabía como una rata, pero el animal tenía hambre. El festín, sin embargo, no se prolongó demasiado, pues algo lo espantó.
-¡Bicho cabrón!- maldijo el fantasma que una vez se había movido con ese cuerpo. Sabía que aunque los humanos vivos no podían advertir su presencia, los animales sí. El gato desapareció escaleras abajo, con el pelaje del lomo encrespado. El malhumorado espectro continuó con sus improperios, aunque ya nadie los oía. Y esque cuando uno muere, no está especialmente para tirar cohetes. Mucho menos si te han asesinado.
Bill, que así se llamaba el hombre, tuvo la mala suerte de encontrarse demasiado borracho hace tres noches como para no darse cuenta de que aquella mujer que tan cariñosa se había mostrado con él era la misma que le había robado la cartera cuatro meses atrás. En el primer encuentro él se había quedado profundamente dormido antes de que llegasen a hacer nada interesante. Lo dejó tirado en aquel garaje mugriento, roncando, y se había largado con su dinero. Pero en esta ocasión las cosas no habían salido igual. Bill se había puesto demasiado pesado con la chica y, ésta, que por lo visto ya se había encarado con más de una presa insolente, sacó un revolver de su bolso y descargó un par de tiros en el pecho del hombre. Y, como no, otra vez se fue con su botín. No le fastidiaba tanto la falta de escrúpulos de la ladrona asesina como el hecho de que se retrasaban en venir a buscarle. Porque alguien iría a por él, ¿no? Si toda la gente que moría se quedaba en el mundo real las calles parecerían tan abarrotadas como vagones de metro en hora punta. Estaba seguro de que debía ir a algun lado, el cielo, si tenía suerte, o al menos reencarnarse en un cuerpo nuevo. Había leído el artículo de un periódico de dudosa fiabilidad que hablaba sobre la teoría del más allá. Cualquier cosa sería mejor que quedarse en ese polvoriento lugar durante tiempo indefinido. No, no le gustaba seguir en el más acá.
Un sorpresivo ruído le hizo girarse, pero no vio nada. Pensando que se trataría del mismo gato que había espantado antes, se puso a gritar amenazas para disuadirle de que se acercara. Muerto o no, no le hacía gracia que se alimentasen con su cuerpo. Tras un montón de escombros, identificó una sombra negra que parecía estar al acecho. Sonriendo con malicia y sintiéndose muy astuto, el fantasma se acercó del único modo que podía hacerlo un espectro: sigilosamente. Sólo quería darle un buen susto al bichejo, y eso resultaría bastante divertido comparado con la actividad que estaba teniendo durante la espera.
-¡Te pillé, gato estúpido!- gritó a la vez que se abalanzaba sobre el escondite. Lo que allí encontró lo dejó sin habla de puro terror.
-Miau- soltó una inmensa boca de hueso, que sonrió burlonamente antes de atenazarlo entre sus sombrías fauces.
Ardiendo entre el bosque de altos edificios y rascacielos, el sol bañó cansinamente la ponzoñosa ciudad cada vez con menos energía, hasta que al final el manto del cielo se tiñó de colores más oscuros e íntimos.
-¡Alfileres, cariño!- el hollow se volteó para mirar a la mujer que le llamaba la atención, todavía en pleno proceso de devorar al espíritu que había cazado. La Arrancar, con los codos apoyados en el alféizar de la única ventana que no estaba tapiada, le ordenó con voz dulce-: No hagas tanto ruído cuando masticas. No puedo escuchar bien mis pensamientos.
Ahora que había un poco más de silencio, Elayne volvió a sumergirse en la bruma de recuerdos humanos que siempre la rodeaba cuando iba al mundo de los vivos. Su memoria no era muy buena, pero contaba con nítidas imágenes de ella cuando era pequeña, con muchos otros niños que no tenían familia o habían sido abandonados. Incluso podía sentir el olor a humedad y miedo del hospicio si se esforzaba.
También estaba la casa de los Corwin, que la habían adoptado cuando cumplió nueve años; la risueña expresión de Marguerite haciendo pan de pasas, el porte soberbio de Malcom, sus apuntes de medicina. Y el hospital...
Y, en todos y cada uno de esos escenarios, siempre había cabida para Zelman. Aquel ser ambiguo e inhumano que, llegó a creer, se trataba de algo creado por su mente enferma. ¡Pero vaya si había resultado real! Tanto que por obra y esfuerzo de él se había terminado por convertir en un Arrancar. No hacía preguntas ni cuestionaba sus decisiones; él se había asegurado de que todo funcionara como debía, y ella sólo tenía que seguir sus instrucciones. Era fácil. Se había unido a la Séptima Sección, y entendía el porqué: De entre todos los Espadas, el suyo era el más independiente de todos, tanto que muy pocos se habían llegado a relacionar con él. Eso le permitía a Elayne gozar de una libertad de movimientos muy apropiada para cumplir con lo que Zelman y sus compañeros querían que hiciera. Si alguien de El Amanecer lo supiera...
Algo se frotó contra sus piernas y ronroneó de forma grotesca. Era Alfileres.
-Rico, ¿eh?- sonrió al complacido hollow mientras acariciaba su máscara-. Volvamos entonces.
Alejando el pasado con una sacudida de cabeza, Elayne abrió una Garganta lo suficientemente amplia para que pudieran pasar tanto el hollow como ella. El viaje fue rápido y cómodo y, como era costumbre en ella, se sintió contenta de volver a casa.
Resurrección
- Aspecto de la zanpakutou:
- Spoiler:
- Palabras para liberar: "Atraviesa la oscuridad y alcánzalos, Espasmo".
- Aspecto de la resurrección:
Elayne toma la zampakutoh por la empuñadura y la lanza con energía al aire, aguardando que el extremo puntiagudo del arma caiga sobre su cabeza mientras cruza los brazos sobre el pecho. En lugar de atravesar con violencia su cuerpo, la espada se desintegra y la envuelve con una luz blanca, hasta que se deja ver su nuevo aspecto: Un traje ajustado de tonos blancos y negros -algunas partes recuerdan a un tablero de ajedrez-, con curiosos adornos de cantos cortantes, el cabello cubierto por una especie de sombrero de clown y las manos terminadas en unos guantes de afilados dedos como cuchillas. Su rostro parece una pálida máscara humana, y el ojo blanco situado en el centro de la frente de su sombrero parpadea como si tuviera vida. Al fijarnos podemos apreciar que su silueta irradia un fulgor blanquecino, y de vez en cuando libera pequeños chispazos.
- Spoiler:
Elayne generalmente suele emplear para luchar las zarpas en las que acaban los dedos de sus guantes, tan afiladas como cuchillas, además de ayudarse con la extensa lámina de metal maleable que prende de su gorro como una cinta y a la que sabe encontrarle diversos usos.
Cúpula de cristal: La joya que representa un ojo, alojada en la parte frontal de su sombrero, proyecta un escudo formado por un campo eléctrico que adopta la misma carga que las radiaciones emitidas por los ataques dirigidos hacia esa zona y las desvía, resguardando a quienes se encuentren dentro, pero permitiendo atacar a distancia desde su interior. El rango que cubre es de aproximadamente dos metros y medio. La resistencia de esta barrera protectora no es infinita, ya que si el poder del atacante es superior, se disolvería o a duras penas resistiría un par de golpes. Como toda técnica que requiere su esfuerzo, si quisiera volver a alzar el escudo debería transcurrir al menos un tiempo para que pueda recuperar la concentración y reunir la energía necesaria para ello.
Contención: Se alzan cuatro paredes de luz para formar una celda rectangular alrededor del enemigo, quien se ve ligado por brillantes cadenas que retienen sus movimientos. Los muros se encuentran cubiertos por un voltaje de medio nivel capaz de generar fugaces sacudidas, sin otro fin que el de mermar la resistencia del apresado, ya que no reaccionarían en el caso de que no intentase traspasarlos. Esta técnica consume una cantidad poco despreciable del reiatsu de Elayne, por lo que suele emplearla para escapar de combate o para que otro remate la faena. La duración del encierro depende del poder del sujeto, pero generalmente es reducida (nunca suele llegar al minuto).
Flagelo: Concentra la energía eléctrica en la cinta de aluminio que está enganchada a lo alto de su gorro, la cual puede dirigir hacia el atacante que se encuentre a un radio de tres metros y así transmitirle una secuencia de calambrazos que, conducidos por los nervios y alcanzando los músculos, afectaría su movilidad, además de la poco agradable sensación que experimentaría. Podría causar parálisis temporal en una zona que halla sido alcanzada repetidas veces durante el combate (por ejemplo: al primer golpe podría aparecer una sensación molesta de hormigueo, al segundo que note la zona dormida, y a partir del tercero el músculo quedaría agarrotado y comenzaría a paralizarse. Los efectos no se prolongarían por más de cinco minutos a no ser que vuelva a ser tocado en el mismo sitio) .
Generales:
- Poder Hollow:
Estímulo: Es capaz de liberar impulsos eléctricos y ajustar la intensidad de éstos, para lo que ha de mantener contacto directo con la piel. No se daña a sí misma con las corrientes que crea, aunque se podría dar el caso de que llegue a lesionarse involuntariamente si intenta emplearlas en condiciones poco favorecedoras.
Las pequeñas chispas causan efecto de entumecimiento, calambres, quemaduras leves o aflojarían la fuerza de los músculos de la zona afectada por unos instantes. Un aumento de la descarga sería capaz de herir de una forma más seria a su oponente o dejarle inconsciente, pero no podría, ni mucho menos, lastimar a alguien de gravedad.
- Rango y sección: Arrancar de la Séptima Sección.
Última edición por Lain el Dom Mayo 16, 2010 2:58 am, editado 4 veces
Lain- Arrancar Sinister
- Post : 143
Edad : 34
Re: Elayne Corwin
Ante cualquier error que le encontréis a la ficha no dudéis en señalármelo y trataré de corregirlo lo mejor posible. Muchas gracias por vuestra atención y espero que no os de mucho trabajo ^^
Lain- Arrancar Sinister
- Post : 143
Edad : 34
Re: Elayne Corwin
Bueno, bueno...Vamos al lío ^^.
Lo primero, y antes de nada, debo reconocer que la historia me ha encantado: bien narrada, buena extensión y magnífica expresión, enhorabuena . Eso sí, debo reconocer que me ha quedado alguna que otra incógnita con según que evento, pero aún con el misterio supongo que todo queda dentro de lo correcto ^^.
Veamos...en cuanto a las habilidades:
1. Me temo que no están permitidos los poderes ilusorios de cualquier tipo, con lo que el tema de alucinaciones lo veo un tanto "al borde de lo legal". Consultaré con mis compañeros del staff, pero en principio, y basándome también en correcciones previas a esta sobre asuntos similares; deberías ir pensando en otra.
2. Creo que sobra decirlo, pero como única limitación a la "Cúpula de cristal" , no podrás usarla sistemáticamente para parar casi todos los golpes. Si se rompe, podrás volver a usarla, pero no al instante siguiente. Te llevaría unos minutos poder volver a usar la técnica. Quitando estas aclaraciones, todo perfecto.
3. Nada que objetar, pero quisiera que me aclarases la "celda de luz rectangular". ¿Es un efecto visual, y lo que apresan son sólo las cadenas? ¿O también sería una barrera?
4. Poder Hollow: Me remito al punto 1 para recomendarte que elijas una técnica más útil. Quedando restringidos los poderes ilusorios, no tendría sentido tener una habilidad así. Quizás quieras buscar algo más ofensivo o...bueno, a tu elección queda.
Pues eso es todo, muy buena ficha en términos generales. Creo que no me he dejado nada por comentar; de momento te agradecería que fuese aclarando las puntualizaciones anteriores. Volveré a pasarme en cuanto confirme el tema de las alucinaciones; pero de todos modos deberías ir pensando en algún otro poder.
Pues nada, un saludetee espero tu respuesta ^^!
Lo primero, y antes de nada, debo reconocer que la historia me ha encantado: bien narrada, buena extensión y magnífica expresión, enhorabuena . Eso sí, debo reconocer que me ha quedado alguna que otra incógnita con según que evento, pero aún con el misterio supongo que todo queda dentro de lo correcto ^^.
Veamos...en cuanto a las habilidades:
1. Me temo que no están permitidos los poderes ilusorios de cualquier tipo, con lo que el tema de alucinaciones lo veo un tanto "al borde de lo legal". Consultaré con mis compañeros del staff, pero en principio, y basándome también en correcciones previas a esta sobre asuntos similares; deberías ir pensando en otra.
2. Creo que sobra decirlo, pero como única limitación a la "Cúpula de cristal" , no podrás usarla sistemáticamente para parar casi todos los golpes. Si se rompe, podrás volver a usarla, pero no al instante siguiente. Te llevaría unos minutos poder volver a usar la técnica. Quitando estas aclaraciones, todo perfecto.
3. Nada que objetar, pero quisiera que me aclarases la "celda de luz rectangular". ¿Es un efecto visual, y lo que apresan son sólo las cadenas? ¿O también sería una barrera?
4. Poder Hollow: Me remito al punto 1 para recomendarte que elijas una técnica más útil. Quedando restringidos los poderes ilusorios, no tendría sentido tener una habilidad así. Quizás quieras buscar algo más ofensivo o...bueno, a tu elección queda.
Pues eso es todo, muy buena ficha en términos generales. Creo que no me he dejado nada por comentar; de momento te agradecería que fuese aclarando las puntualizaciones anteriores. Volveré a pasarme en cuanto confirme el tema de las alucinaciones; pero de todos modos deberías ir pensando en algún otro poder.
Pues nada, un saludetee espero tu respuesta ^^!
Hideyori Taira- Desaparecido
- Post : 574
Edad : 32
Re: Elayne Corwin
Confirmado. No se aceptan poderes ilusorios de ningún tipo...me temo que tendrás que buscar otro.
Hideyori Taira- Desaparecido
- Post : 574
Edad : 32
Re: Elayne Corwin
Vaya, es una lástima, eran las habilidade que más atractivas me resultaban a nivel interpretativo, pero las normas son las normas, así que ya pensaré en algo.
Le daré un par de vueltecitas a la cabeza. Gracias por la rapidez de respuesta, Taira ^^
Le daré un par de vueltecitas a la cabeza. Gracias por la rapidez de respuesta, Taira ^^
Lain- Arrancar Sinister
- Post : 143
Edad : 34
Re: Elayne Corwin
Bueno, editado. También le he cambiado el nombre a la Resurrección, pues el anterior con las modificaciones no tenía sentido.
Espero no haber empeorado la ficha y gracias de nuevo ^^
Espero no haber empeorado la ficha y gracias de nuevo ^^
Lain- Arrancar Sinister
- Post : 143
Edad : 34
Re: Elayne Corwin
Mi recomendación es que dentro de los ataques, intentes que tengan algo en común. Por ejemplo, el primero es un escudo proyectado, el segundo es un escudo de luz y el tercero de electricidad, al igual que el poder hollow. Creo que sería buena idea que, por ejemplo, el escudo de luz, se tratara de uno de electricidad y cosas así, para que los poderes no estuvieran desperdigados.
Marcus- Espada Soberbia
- Post : 88
Edad : 65
Re: Elayne Corwin
Gracias por la opinión, modificaré ahora la primera habilidad, que era la única que no tenía ningun añadido eléctrico, aunque no pensé que fuera muy importante.
EDIT: Editada la ficha.
EDIT: Editada la ficha.
Lain- Arrancar Sinister
- Post : 143
Edad : 34
Re: Elayne Corwin
Todo editado, correcto y coherente. Bienvenida a Hueco Mundo.
Hideyori Taira- Desaparecido
- Post : 574
Edad : 32
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