Otoño en Tokio.

El cielo se veía oscuro, a pesar de ser media tarde. La contaminación de los coches y otras fábricas de la ciudad se juntaban con las nubes propias de aquella época del año, las cuales, si bien no presagiaban lluvia, si dejaban ver que los días de verano habían pasado para no volver hasta dentro de un año.

A Chiesa le encantaba mirar el cielo humano cada vez que se encontraba en el mundo real. Era tan vivo y cambiante, al contrario que el cielo casi permanentemente fijado en una suave primavera continua que se podía disfrutar en el Seiterei. Si, era bastante agradable y nadie le echaba más cuenta, pero a él le encantaba la variedad de poder mirar al cielo y poder ver cada vez algo diferente, como una puerta distinta por la que escapar.

De todas formas, tenía un poco de tiempo mientras que sus novatas compañeras llegaban a aquel lugar, situado en las afueras de la gran urbe de Japón, donde la afluencia de gente era considerable pero no extrema como en el mismo centro o los barrios más famosos de la Capital del Este.

Además, tenía que acostumbrarse a la energía del mundo humano, más limitada que la de la Sociedad de Almas, y sobre todo, a la presencia de un limitador que hacía que su energía disminuyera drásticamente, hasta que quedara como un 10 % de su energía actual.
Tendría que aprender a acostumbrarse más rápidamente a esos cambios, pues ya era el máximo responsable de aquella sección, y normalmente, cada vez que pasara algo de relevancia en el mundo humano, posiblemente le tocaría ir a él. Por suerte, había vivido una época relativamente tranquila, donde aparte de la II y la III Guerra contra Marcus, no había habido ataques de demasiada relevancia contra ninguno de los mundos.

Pero parecía que aquello iba a acabar pronto.

Las nauseas se apropiaban de mi cuerpo, sentía fatiga y dolor de cabeza. Nunca antes escucho de un shinigami que se marease al cruzar el portal.

La brisa contaminada no me hizo sentir mejor, me arrodille en el suelo esperando a que se me pasara y a comprender que es lo que estaba observando.

El mundo humano era distinto, quizás por la zona, quizás por que nunca había estado allí.
Todas aquellas personas me incomodaban, sabía que no podían vernos pero no podía dejar de sentirme como el centro del mundo, como si llamase la atención.

El cielo se veía distinto, Chiesa - sama también lo estaba observando y parecía gustarle, que es lo que tenia el cielo del mundo humano que lo hacia tan especial?

Gire mi cabeza esperando a ver si Shimozuru Hoshi se unía al grupo

Al fin estaba en el mundo humano, que raro era aquello, llegue sin demasiados problemas, el aire allí era pesado debido a la contaminación, además ¿que eran esas cosas blancas en el cielo? ¿nubes?.

Que raro se me hacía todo, en comparación con la Sociedad de Almas, las nubes se movían parecían vivas, en un momento brillaba el sol, en otro momento era tapado por esas nubes asumiendo el mundo en oscuridad, ademas corría mucho mas viento que en la Sociedad de Almas, la gente parecía pasar frío, vestidas con esas ropas, pasaban por su lado sin percatarse de nada.

Como si no existiese nada más que ellos, niños correteando por todos sitios, con risas de oreja a oreja, ¿eso era el mundo real?, si así era, me encantaba ¿y esos animales peludos? ¿Gua-gua? Eso decían los niños señalándolos, me encantaban esos gua-gua, además a mis oídos llegaba un música encantadora, provenian de unos pequeños animales alados con plumas, de nuevo estaba en mi mundo... mi cabeza había sido desconectada, había olvidado que no había ido allí a mirar eso, estaba allí para servir a mi División, estaba allí con Chiesa-Sama y aquella chica, qu parecía pasarlo mal, allí arrodillada, ahora me miraba y no pude evitar mirar a otro lado sonrojada... no soportaba que me miraban fijamente, así que volví a mirar a nuestro Capitán, que parecía disfrutar tanto o mas que yo allí, daba al menos esa impresión mirando ese cielo nublado con una media sonrisa.

Cuando ya los 3 se encontraban en el mundo humano, y a pesar de que Erianne parecía encontrarse algo mal por el viaje o por la transición entre aquellos mundos, Chiesa aprovechó para empezar a hablar y a dejar claras las directrices que iba a seguir aquella prueba.

- Bueno, nuestro principal cometido va a ser mantener el orden en el mundo humano. - Se había colocado de frente a sus subordinadas, explicándoles el montaje que tenía preparado. - Y por aqui, afortunadamente, no suelen pulular muchos hollows de gran nivel, sino que suelen andar los de bajo nivel, cazando desprevenidas y confundidas presas.

El capitán charlaba divertido mientra se regocijaba de alguna manera, en los rostros espectantes de Erianne y Hoshi, pues él era el que haría el juego divertido.

- Así que vuestro cometido va a ser matar a estos arrancars de bajo nivel. Intentando siempre, claro está, desestabilizar lo menos posible el mundo humano, por lo que habrá que gastar el menor reiatsu posible. - Tras explicar esto, sacó de un pequeño bolsillo una especie de ampolla, la cual manejaba fácilmente en su mano. - ¿Que cual es la gracia de todo esto? - Preguntaba retóricamente mientras rompía la ampolla que había sacado - Pues que esta ampolla, cedida gracialmente por el 12º escuadrón, es un atrayente de hollows. En cuestión de un minuto, este lugar estará infectado de ellos.

Tras decir eso, sacó su zanpakutoh de su vaina, disponiendose a luchar contra cualquier cosa que se acercara, lo que se preveía que fuera en gran cantidad. Y lanzó una mirada terrorífica a sus compañeras.

- Recordad, tenemos los limitadores, pero sobre todo, quien libere su shikai será duramente castigada.

[[OFFROL: es Erienne, no Erianne, no hay ninguna A en mi nombre xD ]]

''Ah genial mi capitan, no espere a que su subordinada shinigami descanse'' - pense.

- Si solo son Hollows de bajo nivel no hay necesidad ninguna de liberar mi shikai - desenfunde mi katana de la funda carmesí. - Si además esa ampolla es del 12º escuadron no creo precisamente que se anden con lindezas de atraer a pocos

Me levanté precipitada al escuchar aquellos sonidos, gemidos, pisadas lentas, otras mas rápidas. Mi sed de sangre estaba aumentando, la adrenalina se había dispersado por todo mi cuerpo, ya no sentía nauseas, todo lo que quería ahora mismo era combatir y destrozar a mis enemigos.

Tenia que calmar mi cuerpo, tenia que mirar de que parte provenían, pero se escuchaba desde todas las direcciones posibles, no prestaba mucha atención ni a mi capitán ni a mi compañera, por eso debía calmarme, debía actuar sin precipitarme y hacerlo todo como me habían enseñado todos estos años atrás. Tenía que ganarme el respeto de mis compañeros y el de mi capitán.

¿Estaba loco? ¿como se le ocurre atraer hollows? Agarré con firmeza mi Zanpakutou, desenvainando con un solo dedo, miraba a todos lados, estaba confundida, ¿por que hacía eso Chiesa-Sama? No tenia gracia, no se debía de jugar así con la vida de las personas, cualquier hollow podía hacer daño a esas personas, incluso podía aparecer peores cosas que los hollow, era un riesgo totalmente injustificado.

¿Por qué? - dije mirándole sin percatarme de que ya había allí dos hollow, que fueron abatidos por Chiesa.

No había tiempo de discutir, era mi capitán no podía recriminarle nada, mi misión era clara, protegerlo con mi vida, a él y todas esas personas ajenas a lo que pasaba. Allí estaba yo con mi Zanpakutou en las manos, aparecieron por tres mas, dos que abatió sin problemas aquella chica y otro que partí en dos, pero sin acabar con esos 10 mas, que no tardaron en ser 13, nos estaban rodeando poco a poco, me precipité contra otros dos hollows abatiendolos, pero no paraban de salir, una cosa la tenía clara, no debía de perder el campo visual establecido con el maestro ni con aquella mujer, podían estar en apuros y necesitar mi ayuda, al igual que yo podía necesitar la suya.

- Chiesa-Sama, creo que sería mejor no separarnos, son torpes y lentos, pero nos ganan por mucho en número, apenas puedo contarlos ya... entre los 3 podemos establecer un perímetro de defensa,e ir abriendo sus defensas tomando nosotros la ventaja.

Dicho eso di yo el primer paso, tomé con ambas manos mi Zanpakutou lanzando mandobles contra aquellas criaturas. Debía de proteger a los inocentes humanos que seguían ajenos a todo, de un giro abatí a otro hollow que se acercó demasiado a Chiesa, yo defendía el flaco derecho, tenían que tener confianza en mi, daría mi vida en ese momento si fuera necesario para salvar la de cualquiera de ellos, mi maestro era importante en la Sociedad de Almas, aquella mujer, lo sería, con el tiempo estoy convencida de que será imprescindible, apretando mis dientes continué purificando las almas de aquellos hollows, aquellos que osaban acercarse demasiado a mi Capitán y compañera.

El capitán saltaba de edificio en edificio, derrotando hollows por doquier.
Había sido teniente y aprendiz de Hiroaki Samura, el mejor espadachín del Gotei 13 y eso debía de notarse claramente ahora, cuando el manejo de la espada era primordial, sin ser socorrido por hechizos de kidoh o por su shikai o bankai.

Todavía el nivel de hollows era bastante controlabe. Exactamente no sabía cuantos traería consigo aquel cebo, pues no había preguntado demasiado al shinigami que se la proporcionó, pero todavía había reservas para mas hollows. Esperaba que para los suficientes.

- Espero que sigas con tu afirmación cuando acabe todo esto - Contestó a Erienne, pues parecía que el ejercicio le resultaba muy fácil. Reacción más lógica parecía ser la de la pequeña Hoshi, quien dudaba sobre los hechos de su capitán.
Cada shinigami tenía que pensar por si mismo, pero aún así debía aceptar las órdenes de su capitán, el cual hacía las cosas por alguna razón.
- ¿Porque preguntas? Porque has de estar preparado en cualquier momento. Incluso aunque estes solo, incluso si estás atrapado, incluso si estas herido, incluso cuando tengas algo que proteger. Siempre debes salir a luchar a ganar, con todas tu fuerza y espíritu. A partir de ahora no habrá ninguna excusa para el fracaso. - Contestó a Hoshi, mientras los tres shinigamis seguían diezmando la población de hollows que venían a por ellos, aunque a pesar de eso, cada vez eran más numerosos.

Mientras blandía su espada por doquier contra cualquiera de esos monstruos, seguía, a veces, hablando para el mismo, mascullando entre dientes. - Sobre todo cuando tienes algo que proteger.

Aquello se estaba poniendo más interesante. Chiesa - sama tenía razón, debía estar preparada en todo momento, te puedes encontrar en situaciones peores, con desventaja, y aun así debías luchar, y eso es lo que yo pretendía hacer.

Utilizaba movimientos simples y rápidos, así lograba cansarme menos. No tenía ningún prerrequisito a la hora de elegir el hollow que iba a morir, simplemente el más cercano es el que saboreaba el filo de mi espada. También me fijaba en los más cercanos a los humanos, si veía algún humano cerca de un hollow intentaba matarlo cuanto antes o llamar su atención. Nunca se sabe que clase de estupideces pueden hacer estos bichos.

Había perdido de vista a Chiesa y a Hoshi, no sabía si estarían en el mismo sitio o se habrían movido, estaba demasiado pendiente a la situación y su entorno. Además Chiesa sama parecía moverse bastante rápido, o al menos eso había oído.

Intente moverme de sitio para ver desde otro punto de vista la batalla, aquello era como estar en el Valhala, intenté inspeccionar la zona buscando un punto de vista más alto.

Subí a lo alto de un arco de piedra, así llamaría mas la atención de los Hollows, pero al menos ya podía ver a mi capitán y a Hoshi, ahora al menos conocía la situación.

Allí seguía, movimientos simples y rapidos, esperando nuevas ordenes de mi capitán

No dejaban de venir hollows, desde luego aquel artefacto funcionaba a la perfección, los shinigamis de la 12º división eran geniales, se esforzaban mucho sus trabajos, hacían investigaciones extraordinarias, desarrollaban cosas inimaginables.

Y estos estúpidos hollows, que diferente eran a las demás almas, a nosotros los shinigamis, su aspecto macabro, su limitada inteligencia... su grandiosamaldad, no me gustaba matar, pero estos se lo mmerecíandesde luego, mataban sin razón, cconsumíanalmas de niños, mujeres... no les importaba nada, por eso los purificaba partiendo su mascara blanca en dos, quería ayudar a esas personas, a mi divisón a la Sociedad de Almas y por que no... a mi misma, miré a Chiesa- Taicho, se divertía, aquello que me acababa de decir, asentí... tenía razón, nosotros eramos la protección de los humanos y almas contra aquella teterroríficaslmas, no podíamos vacilar a la hora de destruir esos hollows, teníamos que estar preparados.

- Cuenta conmigo, mi capitán... - me dije a mi misma en un pensamiento, algo cambió dentro de mí, sus palabras... que razón tenía, me sentía cómoda, sentía que podía ayudar a los demás, debía de hacerme fuerte, debía mejorar hasta convertirme en alguien admirable, este era mi destino, proteger a los demás, ayudarlos, defenderlos... basar mi vida en ellos -Quiero hacerme mas fuerte Chiesa-Taicho, enseñame... muéstrame el camino. -dije en un susurro, que seguro que el capitán no escucharía.

Agarré con fuerzas mi Zanpakutou, tracé un medio arco ascendente hacía la mascara de aquel hollow que se acerco demasiado, luego me giré para cortar aprovechando el giro la mascara de otro, sin dar tiempo a reaccionar al hollow de mi derecha, tomé con una mano mi Zanpakutou, moviendola con fuerza hasta purificarlo con un preciso corte, aunque contundente. Rechisté al ver como tres hollow se acercaban a Erienne, estaba segura de que ella los acabaría sin problemas, pero no me podía arriesgar, ademas ¿eramos un equipo no? Nuestra vida por la del otro, quería ayudarla aunque ella se valiese sola, como había demostrado cortando un incontable número de hollows.

- Oh Señor, Máscara de Carne y Hueso, toda creación, batir de alas, aquellos que llevan el nombre de hombre, verdad y temperamento. A través de este muro sin destino de sueños desatados pero con la leve ira de tus garras. -dije perfectamente, se me daban bien los kidoh, no tan bien como mi hermana que parecía nacer con ese don pero era bastante buena - Hadou 33... Soukatsui – maté a dos de los hollows con ese kidoh, el otro había saltado, pero al alzar su cabeza tubo una visión horrorosa, allí estaba yo, había seguido sus movimientos y mi velocidad era mayor que la de él, saltando sobre él, no le dio tiempo a nada más, pues lo corté en dos, miré de nuevo a Erienne, la cual seguía purificando hollows con facilidad, al igual que Chiesa-Taicho, que allí estaba, me tranquilizaba su presencia, no se esforzaba, aquello parecía ser un juego, no tenía que hacer ningún esfuerzo.

La cosa iba poniéndose cada vez más interesante, yendo la diversión en crescendo. Los hollows, a pesar de que no eran gran problema, si acababan siendo una molestia por su gran número. No demasiado si te divertías eliminándolos y, además, este era tu trabajo.

¿Como irían las chicas? Un rápido vistazo le bastó para descubrir que aunque estuvieran algo apuradas por el movimiento y agilidad que necesitaba el shinigami cuando se enfrentaba a tal cantidad de enemigos, las dos lo estaba haciendo bastante bien. La decisión prometía ser dificil, aunque ya iba guardando las trazas de sus planes para el futuro.

Incluso Hoshi-chan hacía kidoh para deshacerse de los hollows. Ya mostraba trazas de versatilidad, lo cual le haría mucha falta. Quizás el entrenamiento de Bastian le había hecho ser más centrado en determinadas cualidades, como el manejo de la espada, pero el ser un shinigami hacía que tuvieras que tratar muchos más aspectos.

Quizás alguna de ellas fuera en el futuro mejor capitana de lo que él era ahora. Aunque tampoco les había puesto todavía un buen límite. Así que se apresuró a correr hacia los hollows que se encaminaban hacia el sitio. Cada vez venían más, ¿serían las chicas capaces de aguantar?

[[OFF ROL : A esas horas escribes tu parte?]]

Hoshi ya había podido demostrar sus dotes con el Kidoh, lastima que yo en ese ambito fuese tan pobre de conocimientos. Con mucho esfuerzo consegui pasar las pruebas pero preferiría no hacer ninguno por miedo a hacer algo torpe, y desde lo alto de un arco lo mas probable es que aumentaran las posibilidades de caerme.

Sin embargo otra parte de mi decia que debía demostrar mis conocimientos y dar lo mejor de mi misma...

¿Que debería hacer? Al menos si no lo usaba hasta ultimo recurso podría dar la imagen de: ''no me hacía falta usar el kidoh para estos simples hollows'' ... eso jamás ocurriría.

Esto no se veía fin, no estaba cansada pero ... la espada no es que pesara como una pluma, y los hollows no parecían rendirse y tampoco que aquello acabase.

Quizás debería intentar un ataque en área, moverme más rápido y atacar el mayor numero posible de hollows.

Baje de nuevo del arco al suelo, esperé a que varios Hollows me rodeasen, mis espaldas estaban cubiertas por la pared del arco, así que no me podrían flanquear. Intentaba hacer los ataques en modo torbellino, golpeando a más de un enemigo, al menos los retenía por mas tiempo. Así podría pensar con mayor facilidad como parar todo esto.

Tampoco se veía que Chiesa estuviese por la labor de acabarlo, parecía entretenerse.

Aquello parecía no tener fin, donde mataba un hollow aparecían 3, eran torpes pero insistentes, si esto seguía así terminaríamos teniendo problemas, puede que aguantemos horas, quizás algún día, pero tarde o temprano acabaríamos falleciendo allí, quizás Chiesa-Taicho tuviera algún plan, algo planeado, alguna vía de escape, de acabar aquello... ¿pero cual sería? No parecía lógico que pudiese controlar los hollows, vienen y vienen por si solos, somos shinigamis, no arrancar, no podemos controlarlos.

Decidida a acabar con ello, miré a los lados, no podía parar ni un segundo a pensar, nos rodeaban, intentaban matarnos como hollows que son, aunque el resultado siempre era el mismo, acababan muertos, tenía que hacer algo así que con la zurda tomé mi Zanpakutoh y con rapidez me precipité contra los hollows, mi sorpresa fue grande al ver a Erienne cortando a varios hollows a la vez, ¡ese era el plan! Por fin lo tenía... si matábamos de esa forma no tendrían tiempo de salir, acabarían por ceder.

No pares de acabar con ellos de esa forma Erienne -dije con un grito, aunque sin perder mi característica sonrisa – tarde o temprano dejarán de salir si acabamos con ellos en gran número.

Tomando esta vez mi Zanpakutoh con la diestra, y realicé golpes serpenteantes dirigidos a las máscaras, dos, seis, diez, con que rapidez acabábamos con ellos ahora, Erienne era magnifica usando su Zanpakutoh, con destreza realicé dos arcos descendentes girando sobre mi misma acabando con 7 hollows, aunque estaba algo cansada esta nueva idea me había repuesto las energías, podíamos acabar con ellos, estaba decidida, Chiesa-Taicho tendrá difícil elegir Teniente, incluso en el caso de que una de las dos “perdiéramos” como era lógico, seguro que quien fallara tendría la oportunidad de ir a otra división, a ejercer allí de teniente o incluso de capitán, dado el potencial que se desarrollaba allí, aunque eran simples hollows, siempre pensé en que la unión hacía la fuerza, por lo que siempre estuve cercana a Erienne por si alguna necesitara la ayuda de la otra, también propuse estrategias a seguir, realmente esperaba que ambas saliéramos de allí con un rango superior, pero sobre todo esperaba que saliéramos de allí con vida, tenía toda una vida por delante aun... al igual que ella eramos muy jóvenes... pero esto no acabaría así, eramos fuertes...

Veía como poco a poco con ese pensamiento la cosa había cambiado, matábamos con tanta rapidez que no tenían tiempo a recomponerse, ya no eran tantos, cada vez eran menos, pero aun seguían hay, así que no podíamos fallar, no ahora que estábamos tan cerca, eche un vistazo a Chiesa-Sama, allí estaba aun... que energía la suya, se divertía mucho.

Bastian seguía regalando espadazos a diestro y siniestro, divirtiendose con aquello, aunque cada vez parecía advertir que venían menos y menos hollows. Parecía que el efecto de aquella ampolla se estaba debilitando, o bien que los hollows que permanecían o vivian en aquella zona ya estaba acabándose.

La verdad es que no sería de extrañar, pues a pesar de que Tokio era una zona rica en aquellas bestias, las cuales parecían acudir como moscas a la miel en aquel paraje con tantas personas por metro cuadrado, no había lugar que pudiera tener tantos hollows juntos sin que tuviera lugar por allí casi una catástrofe de grandes proporciones. Si acaso el siguiente paso sería Huecco Mundo, pero hacer eso allí sería exagerado, incluso para los antiguos capitanes. Nadie estaba tan loco por ahora.

La cosa iba disminuyendo, y aunque a Chiesa aquello parecía entristecerle un poco, por la emoción del momento y de volver a pelear contra hollows de verdad y no artefactos de entrenamientos ni cachivaches parecidos, pues para esto es para lo que estaban hechos los shinigamis. Pero ahora a él le había tocado responsabilidad en su labor como dios de la muerte.

Ya apenas quedaban hollows y los pocos que había estaban siendo eliminados por sus dos lindas shinigamis, por lo que Chiesa pudo detenerse más a mirar y observar algo más atentamente que antes la labor de las dos, para despues, acercarse a ellas.

- ¿Que tal la experiencia? ¿Os habeis divertido? - Preguntó, todavía con gran energía por la batalla realizada, esperando que la experiencia hubiera sido igual de satisfactoria para ellas como lo había sido para él. Suponía que si era la primera vez que estaban en el mundo humano cazando hollows, les habría gustado. Y bastante.

Todo al fin había acabado, los pocos Hollows que quedaban fueron derrotados gracias a la ayuda de Hoshi y a mi espada.

-Si, como decirlo... ha sido una experiencia extraña... -dije

La verdad es que si que había sido un tanto extraña, supuse que iba a estar mas dubitativa, temblores, pánico, miedo, ansias... pero estuve más tranquila de lo que me imaginé en un primer momento.

-¿Hay alguna prueba más Chiesa - sama? - pregunté con ansias, esperando a que aquella respuesta satisficieran mis oídos y mis ganas de ''jugar''.

Yo nunca había sido así, siempre era ''aquella tímida chica de allí'' sin embargo aquí me encontraba, compitiendo por el puesto de Teniente con otra joven, al lado de mi capitán, destrozando a Hollows y aquello... aquello me estaba gustando.

Al fin había acabado, los hollows fueron aniquilados, al parecer la táctica había funcionado, habíamos acabado con la horda de hollows que amenazaban aquella extrañas y bonitas tierras, las palabras de Chiesa fueron claras, habíamos vencido, lo primero que hice fue mirar a Erienne, la observe detenidamente incluso di algunos pasos hacía ella, sí... estaba bien, eso era lo importante, ninguna habíamos recibido daños, en cuanto a nuestro capitán... por decir algo estaba como nuevo, llegué a dudar de si había luchado pues ya tenía su Zanpakutoh envainada y ni un solo cabello despeinado, que increíbles llegaban a ser los capitanes.

- ¿Que tal la experiencia? ¿Os habéis divertido?- Dijo Chiesa aparentando que le importaba.

-Si, como decirlo... ha sido una experiencia extraña... -contestó Erienne, denoté algo de entusiasmo y sonreí.

-Si, Chiesa-taicho, estoy perfectamente bien -dije como siempre con una sonrisa de oreja a oreja, además levanté un puño cerrándolo con fuerza, señal de que me lo pasaba bien – aunque no creo que esté bien, admito que me ha gustado mas la experiencia de ver este mundo que matar hollows reales, se que es nuestro trabajo como Shinigami y le aseguro que estoy feliz de ello, mataré tantos enemigos de la sociedad de almas como pueda, pero... este mundo es tan... vivo, es muy diferente al nuestro, esas nubes, este aroma a flores... me encanta Chiesa-Taicho.

Me gustaba decir lo que pensaba, me hacía sentir viva, dar mi opinión... pero me gustaba aun mas oír, quería tener amigos y estar rodeada de ellos, sentir sus inquietudes, ayudarles en todo lo posible, con los de mi División me sentía bien, eran parecidos a mi, estaba segura de que nuestro capitán deseaba darnos a conocer, saber mas de nosotras, nuestros puntos fuertes, pero sobre todo los débiles, para así ayudarnos a mejorar ¿estaré echa para un rango superior? ¿cuales serán sus tareas?... sea como sea la verdad es que estaba difícil, eran mis primeros días como shinigami, aun era una cría y aveces me comportaba como tal, pero no me faltaban ganas ni talento para ser Teniente, Oficial... o incluso Capitán.

Me quedé mirando a Chiesa esperando la siguiente prueba.


-¿Hay alguna prueba más Chiesa - sama? - dijo Erienne impaciente, sonreí... también ella estaba preparada para otra prueba, la cosa se ponía interesante.

El capitán de la 13ª división sonrió ante las afirmaciones de sus subordinadas. La verdad es que le había tocado a dos chicas con ganas de marcha, a pesar de la primera impresión que daban, pues parecían más apocadas y tímidas.

Quizás este viaje había despertado aquello que siempre quisieron ser y por lo que se habían metido en la 13ª división, pues es verdad es que el mundo humano siempre abría más los sentidos, le hacía volverse a uno más espiritual y observador.

Quizás sea por la diferencia de colores con la Sociedad de Almas, o por la multitud de sensaciones nuevas en forma de olores, pero incluso a una persona tan dispersa como Bastian la hacía más centrada y serena. Siempre dentro de los límites que le permitía su personalidad.

- Creo que no habrá más pruebas. - Contestó alegre, por la diversión que había tenido y por sus pequeñas shinigamis - Yo por mi seguiría, pero hay que poner la división en marcha rápido.

Tras comentar esto, la puerta de un portal hacia la Sociedad de Almas se abrió. Ya no tenían mucho más que hacer allí, aunque hubiera sido bonito hacer algo de turismo.

Quizás la próxima vez, cuando estén algo menos ocupados.

- Os diré los resultados en la división. ¿Ya sabeis que el cargo de teniente trae consigo el resolver el papeleo de estas últimas semanas? - Tras estas palabras, se metió en el portal, en el que unas carcajadas, propias de quien se suele reir de su propio chiste, todavía resonaban como un eco.