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Escritores Amateur
por Takemura Ryusei Lun Dic 27, 2010 6:22 am
Bueno, como comenté en el otro post, sería interesante crear un hilo donde colgásemos nuestros relatos y estuviesemos sujetos a las críticas. A mi personalmente me gusta que critiquen mis relatos, para bien o para mal. No soy ningún experto ni me las doy de escritor ni mucho menos; es más ultimamente me falta la inspiración o motivación de seguir haciendolo y solo me sale basura.
Así voy a colgar uno y espero críticas.
Es un relato de terror (mi género favorito) y tiene mucha influencia Lovecraftiana la verdad. Si tuviese que darle un título ese sería seguramente "La Ciudad Negra". Sin más dilación os lo presento:
Espero que esto sirva para que los demás también se animen y cuelguen. Espero críticas.
PD:Como guinda voy a poner un par de estrofas de un poema que solo puedo definir como "poema épico". Tiene mucha historia porque aprendí a escribir en verso debido a un personaje de una partida que era un escaldo vikingo y bueno tenía que inventarme mis poemas. Ahí va:
Que no encuentre ante sí enemigo el guerrero (a12)
Que su espada quiebre y no pueda abatir (b12)
El cruel sonido de su mandoble fiero (a12)
Sobre furia y acero escucho blandir. (b12)
Noble sin duda es la hazaña que acontece (a12)
No hay temor que empañe su determinación (b12)
Caen a sus pies mientras su roja ira crece (a12)
Sin piedad arrojados a su perdición. (b12)
Ya me comentaráis...
Así voy a colgar uno y espero críticas.
Es un relato de terror (mi género favorito) y tiene mucha influencia Lovecraftiana la verdad. Si tuviese que darle un título ese sería seguramente "La Ciudad Negra". Sin más dilación os lo presento:
- Spoiler:
La Ciudad Negra
Hay un sueño que se repite en las noches más oscuras, cuando los perros gimen y los gatos maúllan. Una ciudad sin nombre, un laberinto de ladrillos, de callejones grises, de torres sin vida. Gobernada por el silencio, severo amo que castiga con cruel vehemencia a todo aquel que ponga fin a su reino. Un abismo de olores perdidos en cuyo negro pozo tan solo se percibe el regusto salado del pescado podrido.
Huyo aterrado por sus oscuras calles, perseguido, por un cazador tan terrible que mi mente, en un intento por mantenerme cuerdo, olvida todo retazo de su rostro tras despertarme.
Grito pidiendo ayuda, más sé que nadie hay que me responda. La sonrisa burlesca y macabra de gárgolas con expresiones innombrables me ridiculizan desde las alturas y me susurran oscuras promesas a cambio de mi rendición. Una rendición que de buen grado aceptaría si el miedo no fuese más fuerte que la desesperación.
Pero los pasos silenciosos de mi perseguidor me empujan a seguir corriendo, azotado por las colas del látigo de un terror más antiguo que la misma noche. La sangre de mis rodillas gatea por el suelo, gotea de mis codos destrozados y mis miembros torcidos. Quiero rendirme, quiero poner fin a esta lucha que se repite cada noche sin luna y me aleja un poco más del umbral de la cordura al que no hago más que aferrarme.
Pero no importa cuánto lo desee, pues el temor de que si mi incansable perseguidor me alcanza no habrá vuelta atrás es demasiado grande. Desconozco mi destino si eso ocurriera, pero mi mente enferma me susurra cosas que prefiero no contar. Huyo, solo huyo. Y no importa si me escondo en los parapetos más oscuros o en las ventanas más altas de las negras torres, él sabe cómo encontrarme. Como si mi miedo dejase un olor, una impronta en su mente más profunda que la del vientre materno, como si el único objetivo de su vil existencia fuese dar caza a mi persona.
Rezo a cualquiera que pueda oírme para que la noche acabe pronto y la luz del día aparezca como un jinete blanco para rescatarme de esta pesadilla; pero mis súplicas son ignoradas por unos dioses caprichosos. Estoy solo; completamente solo. Yo y mi oscuro acechador. En ocasiones estallo en llanto preguntándome que maldad imperdonable he debido cometer en una vida pasada para merecer un castigo tan cruel como en el que me encuentro. Acaso he muerto y mis ausencias en la casa de un dios que no es el mío me han premiado con una eterna tortura en el peor de los infiernos.
Las húmedas pisadas de mi perseguidor espantan dichos temores y me impelen a iniciar de nuevo mi desesperada carrera. Como un necio, sueño con encontrar la salida de esta prisión sin nombre donde me hallo encerrado, pero cada callejón, cada camino, cada puerta de hierro herrumbrosa acaba sin salida. No hay señales que me indiquen adonde dirigirme, no hay nada que me empuje a pensar que ya he pasado por ese camino. Podría detenerme y girar en redondo y encontraría un camino distinto al que me llevó a este maldito lugar. Como si la negra fortaleza donde estoy recluido tuviera conciencia y cambiase para mi tortura. Hay días en los que pienso que esta ciudad tiene vida propia, como una tortuga dentro de un caparazón, como un monstruo que encuentra un macabro y sádico disfrute en el terror y la desesperación que me provoca.
Y la peor tortura a la que me somete se gesta los escasos días en los que conjeturo haber dado esquinazo a mi vil perseguidor, me encojo en un frío rincón y mis lágrimas se convierten en llanto ante tal hazaña. Las horas pasan y su fétida sombra no se burla de mí desde las lejanas esquinas ni las altas torres. Su olor a agua estancada no profana mis fosas nasales y su terror incontrolable no viola mi alma.
Y poco a poco como una viscosa lombriz, la esperanza penetra bajo mi piel y deposita sus crueles huevos dispuestos a eclosionar en el momento que baje la guardia.
Y tarde o temprano las larvas de lo que una vez fue un destello de esperanza salen desgarrando mi epidermis y haciéndome creer inútilmente que aún puedo escapar de mi oscuro destino.
Salen reptando de mi cuerpo en el momento en que mi oscuro perseguidor aparece sobre mí con su negro rostro inexpresivo y su cadavérica sonrisa me arrebata todo atisbo de fe en una salvación que no llegará nunca. Es entonces cuando grito hasta que me sangran los oídos y mis cuerdas vocales se parten con un húmedo chasquido por el esfuerzo. Es ahora cuando mi mente se quiebra y olvida su rostro.
Ese grito es la llave que me arrastra entre dimensiones desgarrando el velo que separa realidad y vigilia, arrojándome abruptamente sobre mis mojadas sábanas. El tambor de guerra se detiene en mi pecho bañado por el sudor nocturno y los enfermizos rayos de sol penetran desde mi ventana como heraldos del fin de mi tormento. Hoy he tenido suerte. Hay días en los que regreso aún en la oscuridad de la noche. Y esos días, solo durante esos pocos días, siento algo más conmigo en la habitación. Algo que he traído en mi viaje a la ciudad sin nombre y ahora acecha en la penumbra de mi cuarto. Algo que apesta a agua estancada, salitre y pescado podrido…
Hay un sueño que se repite en las noches más oscuras, cuando los perros gimen y los gatos maúllan…
Espero que esto sirva para que los demás también se animen y cuelguen. Espero críticas.
PD:Como guinda voy a poner un par de estrofas de un poema que solo puedo definir como "poema épico". Tiene mucha historia porque aprendí a escribir en verso debido a un personaje de una partida que era un escaldo vikingo y bueno tenía que inventarme mis poemas. Ahí va:
Que no encuentre ante sí enemigo el guerrero (a12)
Que su espada quiebre y no pueda abatir (b12)
El cruel sonido de su mandoble fiero (a12)
Sobre furia y acero escucho blandir. (b12)
Noble sin duda es la hazaña que acontece (a12)
No hay temor que empañe su determinación (b12)
Caen a sus pies mientras su roja ira crece (a12)
Sin piedad arrojados a su perdición. (b12)
Ya me comentaráis...
Última edición por Takemura Ryusei el Mar Dic 28, 2010 2:34 am, editado 1 vez
Takemura Ryusei- Post : 146
Edad : 44
Re: Escritores Amateur
por Otsuka Isono Mar Dic 28, 2010 12:47 am
Ya te dije anoche cuando íbamos en el coche, que te iba a comentar... aunque nos pasamos todo el camino hablando de mil cosas.
Sabes que escribes bien (como me vuelvas a llamar mentirosa te vas a cagar por la pata baja...) porque elaboras mucho cada frase y formas unas metáforas de aquí te espero, figuras que embellecen el texto. En la prosa eres mucho más evocador que cuando escribes en verso, aunque he de decir, que cada vez que sacabas un papelito en la partida de Hombre-Lobo y le órdenabas a to' diox que se callase y escucharse, no tenía precio; porque todo el mundo sabía que habías escrito algo y tocaba el turno de escucharte.
Y siempre merecía la pena pasar 3 minutos en silencio. Sabes que mi favorito y el que me más me soprendió fue el que escribiste a Galatea; era evocador, intenso y estaba cargado de respeto y admiración. Fue muy muy bonito. Además personalmente (esto no viene a cuento) pero cada vez que venías con un folio nuevo con un poema, era como si realizases mi labor como narradora porque me daba la impresión de que merecía la pena escribir sobre las crónicas que jugabáis y eso era una gran ayuda (sabes que sufro con cada partida y me implico hasta que termino llorando a moco tendido).
Por decir algo negativo... No me gusta que pongas la métrica al lado de cada verso, rompe un poco la lectura de las estrofas porque la mirada se tuerce hacia los números. Aléjalos y ponlos entre paréntesis para que la continuidad se rompa.
Sabes que escribes bien (como me vuelvas a llamar mentirosa te vas a cagar por la pata baja...) porque elaboras mucho cada frase y formas unas metáforas de aquí te espero, figuras que embellecen el texto. En la prosa eres mucho más evocador que cuando escribes en verso, aunque he de decir, que cada vez que sacabas un papelito en la partida de Hombre-Lobo y le órdenabas a to' diox que se callase y escucharse, no tenía precio; porque todo el mundo sabía que habías escrito algo y tocaba el turno de escucharte.
Y siempre merecía la pena pasar 3 minutos en silencio. Sabes que mi favorito y el que me más me soprendió fue el que escribiste a Galatea; era evocador, intenso y estaba cargado de respeto y admiración. Fue muy muy bonito. Además personalmente (esto no viene a cuento) pero cada vez que venías con un folio nuevo con un poema, era como si realizases mi labor como narradora porque me daba la impresión de que merecía la pena escribir sobre las crónicas que jugabáis y eso era una gran ayuda (sabes que sufro con cada partida y me implico hasta que termino llorando a moco tendido).
Por decir algo negativo... No me gusta que pongas la métrica al lado de cada verso, rompe un poco la lectura de las estrofas porque la mirada se tuerce hacia los números. Aléjalos y ponlos entre paréntesis para que la continuidad se rompa.
Otsuka Isono- Post : 1242
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