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por Amai Satou Mar Dic 14, 2010 9:49 pm
Yo no se si esto puede subirse aquí, pero me apetecía escribir algo de mis... cosas.
Uno de mis hobbits (?) recientemente descubiertos es escribir. Relatos cortitos de entre 3 y 7 páginas, generalmente, dependiendo de lo inspirado que esté y de cuanto me de el tema de sí... Hasta ahora solo se lo he dejado leer a gente cercana, pero quiero más opiniones, de gente q no me tenga tanto aprecio, y que sepa criticármelo como es debido... Simplemente, que si tenéis un rato, os lo leáis y me comentéis qué os parece... si mola, pos algún día subo alguno más alegre... Por cierto, suelo escribir en primera persona, porque me es más fácil meterme en situación, porque creo que es más fácil introducir al lector, y porque me sale así del alma, que no os sorprenda ^^
Accidental 1:
Ah! Otra cosa, curiosamente es el primer relato que escribo desde el punto de vista de una chica, así que el resto de los que suba, serán de hombre, y generalmente con mi propia persona como protagonista... ^^ Este relato se me ocurrió hace tiempo, y curiosamente, todo fue porque iba "tamborileando con mis dedos en el volante", me distraje un instante, y supongo que me asusté al pensar lo que podría haber pasado. Acto seguido se me vino el relato entero... y hace un par de días, cuando se me ocurrió el siguiente, recordé este... y los escribí los dos seguidos. Me resulta realmente duro, incluso a mí, pero tengo la teoría de que en una ocasión así, tienes que despertarte completamente descolocado respecto al tiempo. Creo que debes haber perdido la noción del mismo, y quizá no sepas qué ha pasado exactamente... no lo se, ni lo he vivido, ni quiero, es simplemente mi modo de verlo, y así lo he plasmado.
Muchas veces pienso que mi virtud y a la vez defecto, es la capacidad de explotar un instante corto de tiempo (de hecho tengo un relato en el que un viejo viudo recoge la mesa y se acuesta, y son 5 páginas, o así...) en el que no pasa absolutamente nada, recreándome solo en el ambiente, y los detalles... a veces es bueno, y a veces no ^^. Incluso he descrito escenas detenidas, en la que el tiempo no avanza. Ya subiré alguno, en el que se note más que este... aunque este realmente son dos escenas de unos pocos minutos cada uno... no avanza mucho... Pienso que, donde en un libro pone "me dí una ducha", yo personalmente prefiero escribir unas pocas páginas describiendo la ducha, los momentos anteriores y posteriores a la misma... básicamente por eso no me siento capaz de escribir un libro, sería demasiado lento...
Meto estas cosillas pa que os toméis un respiro entre uno y otro en verdad... xDD
Accidental 2:
Éste es más cortito, pero ya llevaba un par de horas escribiendo, y aún me supone un esfuerzo mental bestial, y no daba pa mas... aunque también me gustó como quedó. Éste se me ocurrió al ver, hace un par de días, una corona de flores en el quitamiedos... y quise tratar de meterme un poco en la sensación que habrán sufrido los seres cercanos. Es mera curiosidad por vivir otras vidas, y que en el fondo no quiero vivir, y prefiero, simplemente imaginarlas, aterrarme del sufrimiento, y ver un poco más feliz mi propia vida, con otros ojos... ver lo afortunado que soy, y poder sonreír ante pormenores, que en otra ocasión le daría más importancia de la que tiene...
PD: Estoy malito, así que tengo ganas de sentarme delante del pc y no moverme en tol dia... esa es la causa por la que salen posts como éste... Si os apetece, os invito a que os sentéis 10 minutitos, leed un rato, y olvidáos de vuestra agetreada vida de "no tengo tiempo de sentarme a leer un post tranquilamente" ^^
Uno de mis hobbits (?) recientemente descubiertos es escribir. Relatos cortitos de entre 3 y 7 páginas, generalmente, dependiendo de lo inspirado que esté y de cuanto me de el tema de sí... Hasta ahora solo se lo he dejado leer a gente cercana, pero quiero más opiniones, de gente q no me tenga tanto aprecio, y que sepa criticármelo como es debido... Simplemente, que si tenéis un rato, os lo leáis y me comentéis qué os parece... si mola, pos algún día subo alguno más alegre... Por cierto, suelo escribir en primera persona, porque me es más fácil meterme en situación, porque creo que es más fácil introducir al lector, y porque me sale así del alma, que no os sorprenda ^^
Accidental 1:
- Spoiler:
Las 1:08 AM - 09/07/08
Las gotas de lluvia se estrellan incesantemente contra el parabrisas de mi coche. Por su parte, los limpiaparabrisas no dan abasto retirando agua y el adjetivo para describir la visibilidad empieza a acercarse peligrosamente a “nula”.
Aunque me importa más bien poco. Escucho música a todo volumen revolviéndome en una extraña especie de baile al otro lado de mi apretado cinturón. Éste me oprime los pechos con su cuero, pero la ley es la ley, y mejor esto que una multa de sabe-dios-cuantos euros. La radio da una de las famosas canciones conocidas de Madonna, cuyo título no me he molestado en memorizar. La tarareo con disimulo, y tamborileo el ritmo con la punta de mis dedos sobre la palanca de cambio entre cambio de marcha y cambio de marcha. Dirijo una mirada rápida al retrovisor. No se ve absolutamente nada. Aumento un grado la velocidad de los limpiaparabrisas, dejándolos al tope.
Voy sola en el coche, y cuando acaba la canción, el silencio se hace durante unos segundos en los que es mi único acompañante, antes de volver a arrancar la voz agrietada del locutor de ése programa de radio que escucho siempre a mi tardía hora de vuelta del trabajo. Al pensar en la palabra trabajo, algo en mi cabeza se retuerce, devolviéndome el dolor intenso que tenía hace solo un par de horas. Esa estúpida de Macarena no hace más que incordiarme todo el día. Que si “Hazme unas fotocopias de esto”, que si “Tienes que revisar aquello”, que si “Tráeme un maldito café”, que si “Está demasiado caliente”. Tocapelotas. De verdad, un día le envenenaré su maldito café descafeinado de máquina. En fin, ya se acabó por hoy.
He ignorado por completo todo lo que ha dicho el locutor, y vuelve a arrancar otra canción, esta vez una de Sergio Dalma. No soporto su voz, tan rota y tan… que parece que se ha tomado un vaso de absenta… Voy a tener que hacer algo con el trabajo, me arruina el día… o bueno, la noche. Me sonrío yo sola por mi comentario. Miro a mi lado, y sobre el asiento del copiloto el aire cargado del interior del vehículo se agolpa, formando una presencia invisible junto a la que me siento realmente cómoda.
La soledad me agrada, me relaja, me deja un rato al día para mí, para pensar en mis cosas. Suelto el volante para cambiar de emisora, y suena una voz femenina, bonita, que canta en inglés. No la reconozco, pero es más agradable que ese hombre. Antes de retomar el volante, meto un mechón de pelo detrás de mi oreja y me masajeo el cuello cansado. La soledad… pienso en voz alta, camuflando mis palabras en un suspiro. Es necesario dedicarse al menos un ratito para una misma al día.
Circulo por una carretera de doble sentido, y ya hace rato que no pasa ningún coche, hasta que de fondo veo un cúmulo de luces. Al estar más cerca, se ve con claridad una enorme caravana de quizá varios kilómetros siguiendo a un camión de estos enormes que van despacio. Al pasarlo, miro por el retrovisor una vez más, simplemente para pensar No veas la cola y evidentemente, el retrovisor sigue empapado, y no se ve absolutamente nada.
Al volver la vista al frente siento una luz intensa que me deslumbra, que debe ser de alguno de los coches de la inmensa cola con las largas puestas, y siento que algo sacude levemente mi cabeza. El fogonazo me hace entrecerrar los ojos por un momento, pero no hay problema porque iba en línea recta, con no desviarme no debe pasar nada…
Pero el deslumbre es más fuerte de lo que pensé y me cuesta abrir los ojos. Me siento como mirando al sol a la cara, de tu a tu. Cierro con fuerza los dedos de mi mano izquierda sobre el volante, o al menos eso intento y con la derecha me froto los ojos para despejarme del fogonazo.
Pero no siento el volante. Y mi mano no frota mis ojos.
Vuelve mi intenso dolor de cabeza, que lo siento como si el mejor jugador de baseball me golpease con un bate una y otra vez.
Mi mirada se vuelve nítida poco a poco. No siento el volante entre mis dedos, ni los pedales bajo mis pies. Siento la tensión, pero no oigo la lluvia.
Finalmente siento el mullido de mi lugar de reposo. No se que ha pasado, ni en qué momento me he bajado del coche… ¿He tenido un accidente?
Busco a mi alrededor. Algún ATS, la sirena de una ambulancia, trasiego de gente con chalecos reflectantes o algo que me de una pista, pero para mi sorpresa, mis oídos se reactivan como por arte de magia, y escucho el pitido característico de estas máquinas de los hospitales de pantalla verde con la línea marcando las constantes vitales…
“PIP”
“PIP”
“PIP”
Al menos se que estoy viva… Me encuentro boca arriba, y justo delante de mí está una de esas lámparas con cuatro focos que dan luz en las operaciones. Definitivamente debo estar en un hospital. Trato de incorporarme, pero mi cuerpo no responde correctamente. Solo mi brazo derecho consigue reaccionar, y en vez de conseguir levantarme, termino rodando en la estrecha camilla y aterrizando sobre el inmaculado suelo con mi mejilla. Mis piernas siguen sobre la cama, y en un movimiento brusco para tratar de bajarme por completo, tiro la mesita que estaba junto a mi camilla. En la caida, he perdido la vía del suero, y un pinchazo intenso se dispara desde mi antebrazo a mi cerebro en forma de dolor. Junto conmigo cae un florero con unas pocas margaritas, y un almanaque. Para colmo, a mis labios llega el sabor de la sangre que escapa de mi nariz por el golpe.
Oigo ruidos de pasos a poca distancia, supongo que vendrán a por mí, pero mi cuerpo se hiela por completo al sentir, o más bien no sentir, mi brazo derecho. Miro a mi hombro y a partir de él, no hay nada más. Mi hombro vendado sobresale de mi torso y no se mueve en absoluto. No hay brazo más allá.
Entre lágrimas de dolor y tristeza mis ojos captan por accidente la fecha actual: 4 de diciembre de 2013. Han pasado más de cinco años desde aquel día, y no los he sentido pasar. He perdido cinco años de experiencia, de vida. No se qué será de mi familia, de Alex, de mi jefa…
Un grupo de enfermeras irrumpen en mi estancia. Parecen felices de que haya despertado. Me abrazan para aplacar mi llanto y en cuestión de segundos entra una persona más, en la que clavo mi mirada. Mi madre. Corre hacia mí. Aparta a las enfermeras. Su abrazo es cálido, como cuando era pequeña… oigo más pasos en el pasillo. Parece que sí hay una luz al final del túnel.
Mi nombre es Amanda. Perdí el brazo izquierdo y la movilidad en la parte inferior de mi cuerpo en un accidente de tráfico el 9 de Julio del 2008. Tras más de cinco años en coma, no me he enterado hasta hace unos pocos días, y lo único que siento hoy, 8 de diciembre de 2013, es alegría de conservar un brazo con el que guiar mi silla de ruedas, de haber despertado, de conservar mi cerebro intacto, y lo que es más, de estar viva.
Ah! Otra cosa, curiosamente es el primer relato que escribo desde el punto de vista de una chica, así que el resto de los que suba, serán de hombre, y generalmente con mi propia persona como protagonista... ^^ Este relato se me ocurrió hace tiempo, y curiosamente, todo fue porque iba "tamborileando con mis dedos en el volante", me distraje un instante, y supongo que me asusté al pensar lo que podría haber pasado. Acto seguido se me vino el relato entero... y hace un par de días, cuando se me ocurrió el siguiente, recordé este... y los escribí los dos seguidos. Me resulta realmente duro, incluso a mí, pero tengo la teoría de que en una ocasión así, tienes que despertarte completamente descolocado respecto al tiempo. Creo que debes haber perdido la noción del mismo, y quizá no sepas qué ha pasado exactamente... no lo se, ni lo he vivido, ni quiero, es simplemente mi modo de verlo, y así lo he plasmado.
Muchas veces pienso que mi virtud y a la vez defecto, es la capacidad de explotar un instante corto de tiempo (de hecho tengo un relato en el que un viejo viudo recoge la mesa y se acuesta, y son 5 páginas, o así...) en el que no pasa absolutamente nada, recreándome solo en el ambiente, y los detalles... a veces es bueno, y a veces no ^^. Incluso he descrito escenas detenidas, en la que el tiempo no avanza. Ya subiré alguno, en el que se note más que este... aunque este realmente son dos escenas de unos pocos minutos cada uno... no avanza mucho... Pienso que, donde en un libro pone "me dí una ducha", yo personalmente prefiero escribir unas pocas páginas describiendo la ducha, los momentos anteriores y posteriores a la misma... básicamente por eso no me siento capaz de escribir un libro, sería demasiado lento...
Meto estas cosillas pa que os toméis un respiro entre uno y otro en verdad... xDD
Accidental 2:
- Spoiler:
Me siento sobre el barro. Frente a mí se extiende uno de estos famosos campos de Andalucía, uno cualquiera, de esos que en primavera se ven brillar en colores amarillentos del trigo. De esos que cuando el viento los azota, bailan con gracia de un lado a otro, formando olas de tonos sepia. Esos campos minados de olivos, estratégicamente colocados, y con una medidísima distancia entre unos y otros, que llegada la fecha se varean y libran de los frutos codiciados por los hombres. Esos prados de cultivo, que se ven de algodones a veces, de girasoles, y de casi todo lo imaginable. Todo lo que tengo delante mía es prado, aunque reseco por la época del año. Se acerca navidad.
Una flor arrancada baila entre mis dedos temblorosos. El fango empieza a calar mis pantalones de pana, y el aire a meterse entre las pocas rendijas que deja mi chaquetón.
A mi espalda una carretera, o más bien autovía, por la que esporádicamente pasa algún coche a más de 100 kilómetros por hora. Está bien asfaltada y su color se ha tornado más oscuro a causa de la incesante lluvia de todo el fin de semana.
Apoyo mi espalda contra el quitamiedos, dándole la espalda a la SE-30. Está helado. Aspiro el aire húmedo, y mis fosas nasales se impregnan de ese aroma a tierra mojada, igualmente típico de estos lares. Miro al cielo y no veo más que nubes negras ocultando a un teórico sol que se esconde tras ellas, proporcionándole un brillo intenso y calor. Un calor que muchos ansiamos.
Con mi tabique nasal en paralelo al horizonte, la primera gota de la que se anuncia una non-grata tormenta cae sobre mi mejilla. La siento. Siento la gota. Fría. La siento surcar mi mejilla, resbalarme como si fuese una de ésas tantas lágrimas que he derramado, y como si fuese una llamada a otras tantas que terminaran por desbocarse. La sensación es conocida, y a la vez estremecedora. Tantas gotas de agua recorriendo mi cara durante tantas noches, y ahora, incluso cuando mi llanto cesa, el mismísimo cielo, como si dios se sentase impasivo sobre su trono de nubes, hace que mi cara se vuelva a humedecer. ¿Es que a caso mi tez no puede estar seca? La gota corre hasta mi mentón, y, como para hacerle compañía, una lágrima escapa de mi ojo para dibujar un trayecto similar, y terminar encontrándose. Finalmente, ambas caen sobre mi abrigado pecho, y el camino trazado por mi propio llanto, se ve borrado por las numerosas gotas que caen del cielo.
Miro a mi derecha, y el vasto campo rodea a la autovía como las sombras acechan en la noche una pequeña hoguera en el centro del bosque. Miro a mi izquierda y se dibuja una escena simétrica a la anterior. Por un momento me siento eje de simetría. Y aún con la fuerza de la tierra y la naturaleza, la carretera, creación del hombre, se abre camino entre su esplendor, y la divide en porciones.
Lo único que distingue un lado de otro, es que, a mi izquierda, a menos de un metro, colgada de la señal que indica el kilómetro de carretera, yace una esplendorosa corona de flores, que a pesar de las lluvias ha sabido resistir.
Mi pelo ya está completamente empapado. Y mi llanto, empieza a ser desconsolado. Recojo las piernas doblando las rodillas, y arrastro un terrón de barro con mis talones, haciendo el surco en la tierra y dejando claramente marcada la huella de mis botas del 44. Rodeo mis piernas flexionadas con ambas brazos, y entierro mi nariz entre mis rodillas. Estoy hecho un hobillo, no puedo moverme… no quiero moverme… Mis hombros se encogen cada dos por tres a causa del frío, de la lluvia y del llanto. No puedo controlar a mis descontroladas lágrimas, y ni siquiera a mi propia saliva, que en pleno grito, escapa acumulada bajo mi lengua. Gritos que se traga el campo, que aplacan la lluvia, que no llegan ni tan siquiera a mis propios oídos…
En un movimiento tembloroso, extiendo mi brazo, flor en mano, hacia la corona de flores. “PAULA” se puede leer en el centro. MI Paula… Por más que lo pienso, no puedo perdonarme que cogiese el coche después de la fiesta. Debería haberlo llevado yo… Ella insistía mientras se balanceaba en que no estaba tan borracha, acompañando cada frase con una risa tonta. Quizá no estuviese “tan”, pero si lo suficiente.
Si yo la hubiese llevado a casa, quizá esto no habría pasado, quizá no llevaría esta mierda de año que llevo… Quizá si no la hubiese dejado irse… Hay tantos “quizás” atormentándome, y no puedo hacer más que encogerme y hacerme el muerto bajo esta incesante lluvia…
Éste es más cortito, pero ya llevaba un par de horas escribiendo, y aún me supone un esfuerzo mental bestial, y no daba pa mas... aunque también me gustó como quedó. Éste se me ocurrió al ver, hace un par de días, una corona de flores en el quitamiedos... y quise tratar de meterme un poco en la sensación que habrán sufrido los seres cercanos. Es mera curiosidad por vivir otras vidas, y que en el fondo no quiero vivir, y prefiero, simplemente imaginarlas, aterrarme del sufrimiento, y ver un poco más feliz mi propia vida, con otros ojos... ver lo afortunado que soy, y poder sonreír ante pormenores, que en otra ocasión le daría más importancia de la que tiene...
PD: Estoy malito, así que tengo ganas de sentarme delante del pc y no moverme en tol dia... esa es la causa por la que salen posts como éste... Si os apetece, os invito a que os sentéis 10 minutitos, leed un rato, y olvidáos de vuestra agetreada vida de "no tengo tiempo de sentarme a leer un post tranquilamente" ^^
Amai Satou- Desaparecido
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