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Blanco y en botella (I)
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Blanco y en botella (I)
VIENE DE AQUÍ
Una vasta llanura arenosa se alzaba frente a los dos fracciones. Apenas soplaba el viento, y la luna lucía, como siempre, atenta al eterno campo de cacería que constituía Hueco Mundo. Llevados hasta aquel lugar por la señal marcada en el localizador, los arrancars se hallaban ya en aquel mar silencioso, desde el cual apenas se distinguía el Amanecer, marcado en el horizonte como un punto lejano.
De repente, y rompiendo el pasajero silencio:
“¡Piiip, piiiip!”
El agudo sonido salió simultáneamente de los tres localizadores, dando paso a una voz infantil y algo más seria de lo habitual en ella:
- ¿H..la? Espro queno hAya problMas de transmIsión... No Hemo usdo mUcHo essTtos trastoss… úlTimamente, pero debrían FuncinaRr…- dijo Lynorie, con voz distante y distorsionada, apenas inteligible por los filtros del artilugio – UnN seGundOo, quE prUebo una coosillaAa…- pasó un instante, y el más absoluto silencio dio paso al ruido de numerosas ruedecillas y botones pugnando por calibrar el mecanismo. Tras apenas unos tres segundo, quedó todo listo, dando paso a la voz, ahora pura e incorrupta, de la pequeña arrancar.
- Bien, ya está listo. Perdonad las molestias… esto pasa cuando dejas el trabajo en manos de otros… - se disculpó, más enfadada con los rasos que habían trastocado los filtros que realmente arrepentida.
- ¡A ver! Vamos directos al grano. ¿Veis el puntito rojo en la pantallita del localizador? ¿Eeehh? – dijo alargando las palabras, como queriendo asegurarse de que entenderían un mecanismo tan sumamente simple como el que tendrían ahora entre sus manos. – Pues ahí se encuentran vuestros dos objetivos.
El punto indicaba un lugar a aproximadamente un kilómetro frente a ellos, que coincidía con una pequeña elevación montañosa; sobre la cual el ojo hábil podría llegar a observar una distante figura, con forma ligeramente humanoide, de pie y atenta a sus alrededores.
“¡Ding dooong, piiip!”
El nuevo timbre dio paso a la voz del artífice y organizador de la misión, en una voz ya algo más relajada que anteriormente:
-Bien, dejémonos de charla. Lo único más que necesitáis saber es que esas dos presencias pertenecen a un par deAdjuchas. Por razones que desconocemos, se encuentran juntos, como si viviesen en una cierta simbiosis. Me temo que eso lo tendréis que comprobar vosotros. – El localizador quedó mudo durante unos instantes – De uno de los adjuchas apenas tenemos información…poder hollow desconocido…forma desconocida…Del otro... no creo que fuere una buena idea enfrentarse a él uno a uno y sin liberar…ese tipo lleva demasiado tiempo alimentándose cualquier hollow medianamente poderoso que encuentre. Y recordad que su poder no está sellado…Demonios, sois fracciones, no creo que necesitéis tantas explicaciones… - quedó pensativo, como tratando de recordar algún detalle que se le escapase. Al no hacerlo, finalizó. -¡Ála!, ¡A trabajar! Recordar no destrozármelos demasiado; sin vida no me valen.
Y de repente, por una extraña razón que por el momento desconocían nuestros integrantes en escena, los dos individuos allí presentes comenzaron a sentir una especie de delicioso aroma espiritual, proveniente de la dirección apuntada en los localizadores, y que les incitaba a acercarse más a aquel lugar que les esperaba con ansiedad…
----------------------------------------------------------------------
[OFF (editado): Este post está abierto para Kuma, Kakihara Asano y Tatsomaru, aunque debido a indisposición de Kuma para responder por el momento, lo damos por extraviado, habiéndolo perdido de vista los otros dos arrancars al salir del Amanecer. El orden de posteo será el de entrada en el tema anterior, es decir:
(
Kakihara
Tatsomaru.
(Taira)---> Hasta nuevo aviso posteo tras vosotros. En caso de ser necesario un cambio se avisará debidamente. De momento, y ante la “escasez de información”, podéis dedicaros a intercambiar impresiones, avanzar, describir al personaje humanoide sobre la cima, etc…queda a elección propia ^^.]
Última edición por Hideyori Taira el Miér Ene 19, 2011 11:53 pm, editado 4 veces
Hideyori Taira- Desaparecido
- Post : 574
Edad : 32
Re: Blanco y en botella (I)
[OFF: De acuerdo. No te preocupes y gracias por avisar ^^.
Seguiremos de la siguiente manera. A efectos de roleo, Kuma se halla "desaparecido", habiéndolo perdido de vista los otros dos arrancars en escena al abandonar el Amanecer. Así, no se te veda el posterior acceso si resulta que vuelves antes de lo previsto, y en caso de no hacerlo tampoco pasaría nada. Simplemente decidiste no acompañarlos en el último momento.
Con todo esto, supongo que sobra decir que el orden de posteo seguirá normalmente, saltándole el turno a Kuma. Así pues, es tu turno, Kakihara Asano.
PD: Mantengo estos posts por el momento a falta de una mejor solución y para el entendimiento de futuros lectores.]
Seguiremos de la siguiente manera. A efectos de roleo, Kuma se halla "desaparecido", habiéndolo perdido de vista los otros dos arrancars en escena al abandonar el Amanecer. Así, no se te veda el posterior acceso si resulta que vuelves antes de lo previsto, y en caso de no hacerlo tampoco pasaría nada. Simplemente decidiste no acompañarlos en el último momento.
Con todo esto, supongo que sobra decir que el orden de posteo seguirá normalmente, saltándole el turno a Kuma. Así pues, es tu turno, Kakihara Asano.
PD: Mantengo estos posts por el momento a falta de una mejor solución y para el entendimiento de futuros lectores.]
Hideyori Taira- Desaparecido
- Post : 574
Edad : 32
Re: Blanco y en botella (I)
Llegaron a una planicie arenosa sin mucho viento mientras la luna los observaba desde lo alto... Miró a su alrededor solo estaba aquella fracción... se llamaba Tatsumaru le parecía... Al otro al gigantón medio oso lo habían perdido hacía tiempo...
"Mejor, más fiesta para mi" Pensó mientras una tétrica sonrisa afloraba en su tez a la par que escupía el cigarrillo ya apagado a causa del viaje. Estaba en proceso de sacar otro cigarrillo cuando aquella especie de aparato empezó a hablar. Kakihara se puso a cuclillas para estar más cómodo durante la explicación de aquel arrancar con tantos humos de superioridad.
Cuando acabó de hablar saco tranquilamente otro cigarrillo y dándole una larga calada miró a Tatsumaru.
-Bien, cual es el plan? Dijo con tu típica sonrisa maníaca pero mientras decía eso una fuerte fuerza pareció empujarle hacía el lugar localizado pero como si todavía estuviera lejos... de momento era fácil de soportar... esperaba que no fuera a más.
"Mejor, más fiesta para mi" Pensó mientras una tétrica sonrisa afloraba en su tez a la par que escupía el cigarrillo ya apagado a causa del viaje. Estaba en proceso de sacar otro cigarrillo cuando aquella especie de aparato empezó a hablar. Kakihara se puso a cuclillas para estar más cómodo durante la explicación de aquel arrancar con tantos humos de superioridad.
Cuando acabó de hablar saco tranquilamente otro cigarrillo y dándole una larga calada miró a Tatsumaru.
-Bien, cual es el plan? Dijo con tu típica sonrisa maníaca pero mientras decía eso una fuerte fuerza pareció empujarle hacía el lugar localizado pero como si todavía estuviera lejos... de momento era fácil de soportar... esperaba que no fuera a más.
Kakihara Asano- Post : 19
Edad : 35
Re: Blanco y en botella (I)
Se encontraban en un lugar hinospito, sin una brizna de aire, tan solo la blanca arena que reflejaba la luz de una luna que estaba sola en un cielo negro, el paraje estaba totalmente en silencio; pero eso no significaba que estuvieran solos, a su vera solo se encontraba la otra fraccion....Kakihara Asano..., Tatsomaru no sabia bien que pensar de ese individuo, parecia bastante desequilibrado.
En aquel momento ambos escuchamos provinentes de nuestros aparatos esa voz de nuevo....despues de la explicacion solo quedaba pensar cual era el siguiente paso a dar, lo meditó por un momento mientras escuchaba como la fraccion a su lado se reia solo.
-Bien, cual es el plan? Dijo Kakihara, mientras una sonrrisa se le dibujaba en la cara.
-La mision es simple, localizar y capturar, sabemos donde estan, a 1 kilometro aproximadamente desde nuestra posicion, lo primero sera establecer contacto visual y estudiar el modo de capturarlos.
Comento como un profesor que instruye a su alumno.Tatsomaru quedo un segundo pensativo antes de continuar.
-No subestimes la fuerza de lo que nos espera, y ahora, sigueme. Dijo con voz clara y resonante.
Donde se encontraba la figura de tatsomaru ahora solo habia un poco de arena levantada producto del impulso provocado por el "sonido" de la fraccion, esperaba no dejar atras a su compañero.
Esa sensacion...en sus entrañas...que nostalgia....
En aquel momento ambos escuchamos provinentes de nuestros aparatos esa voz de nuevo....despues de la explicacion solo quedaba pensar cual era el siguiente paso a dar, lo meditó por un momento mientras escuchaba como la fraccion a su lado se reia solo.
-Bien, cual es el plan? Dijo Kakihara, mientras una sonrrisa se le dibujaba en la cara.
-La mision es simple, localizar y capturar, sabemos donde estan, a 1 kilometro aproximadamente desde nuestra posicion, lo primero sera establecer contacto visual y estudiar el modo de capturarlos.
Comento como un profesor que instruye a su alumno.Tatsomaru quedo un segundo pensativo antes de continuar.
-No subestimes la fuerza de lo que nos espera, y ahora, sigueme. Dijo con voz clara y resonante.
Donde se encontraba la figura de tatsomaru ahora solo habia un poco de arena levantada producto del impulso provocado por el "sonido" de la fraccion, esperaba no dejar atras a su compañero.
Esa sensacion...en sus entrañas...que nostalgia....
Tatsomaru- Desaparecido
- Post : 197
Edad : 37
Re: Blanco y en botella (I)
Desde lo alto de aquel peñasco, la blanca figura se revolvía impaciente. Su cuerpo, cubierto por completo de tatuajes de color arenisco se contorsionaba con fluidez a medida que sus músculos se contraían, preparados para la inminente carnicería.
Su figura humanoide aún se asemejaba vagamente a la de un gigantesco reptil, de mirada fría y atenta, observante de aquellos intrusos en su territorio de caza. Esperaba que estos se acercasen. Mientras; arrastraba su larga cola cubierta de púas de color rojizo, arañando la dura piedra bajo él y desprendiendo livianas esquirlas de roca, que salían flotando en la noche, mecidas por el viento.
Las criaturas que llegaba a atisbar en la lejanía parecían indecisas, como planeando un modo de enfrentarse a la ansiosa bestia Adjuchas. Esta casi llegaba a comprenderlos, no siendo en su totalidad uno de aquellos hollows inferiores, guiados únicamente por sus instintos. De hecho, quizás él mismo guardase alguna que otra trampa para los allí presentes. Al fin y al cabo, uno no sobrevivía mucho tiempo en Hueco Mundo dejándose guiar únicamente por la fuerza.
Así que ahí seguiría, atento y acechante; esperando que la presa se acercase lo suficiente como para poder darle caza bajo la eterna luna llena…
[OFF: Siento el post corto, pero me temo que no tengo mucho más que añadir hasta que decidais avanzar o algo por el estilo...]
Última edición por Hideyori Taira el Miér Ago 04, 2010 10:37 pm, editado 2 veces
Hideyori Taira- Desaparecido
- Post : 574
Edad : 32
Re: Blanco y en botella (I)
Kakihara se encogió de hombros ante la escueta y simple respuesta de su compañero...
"Bien, esto me pasa por preguntar..." Pensó mientras se autoapuntaba que aquel compañero suyo no era un gran genio estratega... sin duda aquella seria una misión difícil...
Antes de que pudiera responder a la suprema evidencia que su compañero le había dedicado se puso a correr como alma que lleva al diablo. Realizó una larga calada a su cigarrillo mientras el humo se colaba entra las dos rendijas a los lados de su boca.
Una vez realizado esto, Kakihara se puso a correr detrás de el con su Sonido. Aquel tal Tatsomaru era bastante más veloz que Kakihara que iba con una sorna sonrisa en su boca.
"Maldito velocista.... así solo llegaremos delante del objetivo sin saber nada...pero bueno yo mismo me lo he buscado"Pensó mientras una especie de frenesís animal ,que cada vez le costaba más de dominar, le impulsaba a ir hacia el lugar de encuentro...
Miró a lo alto del peñasco, allí estaba el Menos, quieto... que debía pensar... a Kakihara le daba igual, mientras pudiera ejercer dolor y recibirlo ya le bastaba. Mientras se apagaba el cigarrillo en la lengua, cosa que le producía dolor... o lo que pare el era placer... todo dependía del punto de vista.
Siguió a Tatsomaru un poco de lejos al ser más lento mientras esperaba más indicaciones de su compañero, siempre se le había dado mejor seguir ordenes que darlas...
"Bien, esto me pasa por preguntar..." Pensó mientras se autoapuntaba que aquel compañero suyo no era un gran genio estratega... sin duda aquella seria una misión difícil...
Antes de que pudiera responder a la suprema evidencia que su compañero le había dedicado se puso a correr como alma que lleva al diablo. Realizó una larga calada a su cigarrillo mientras el humo se colaba entra las dos rendijas a los lados de su boca.
Una vez realizado esto, Kakihara se puso a correr detrás de el con su Sonido. Aquel tal Tatsomaru era bastante más veloz que Kakihara que iba con una sorna sonrisa en su boca.
"Maldito velocista.... así solo llegaremos delante del objetivo sin saber nada...pero bueno yo mismo me lo he buscado"Pensó mientras una especie de frenesís animal ,que cada vez le costaba más de dominar, le impulsaba a ir hacia el lugar de encuentro...
Miró a lo alto del peñasco, allí estaba el Menos, quieto... que debía pensar... a Kakihara le daba igual, mientras pudiera ejercer dolor y recibirlo ya le bastaba. Mientras se apagaba el cigarrillo en la lengua, cosa que le producía dolor... o lo que pare el era placer... todo dependía del punto de vista.
Siguió a Tatsomaru un poco de lejos al ser más lento mientras esperaba más indicaciones de su compañero, siempre se le había dado mejor seguir ordenes que darlas...
Kakihara Asano- Post : 19
Edad : 35
Re: Blanco y en botella (I)
Tatsomaru se detuvo subitamente cuando alcanzo la distancia de 20 metros entre el y el objetivo, un par de segundos despues Asano aparecio a su lado. Desde esa distancia ya podiamos ver nitidamente al Adjuchas, y sentir el peso de su presencia.
Estabamos muy cerca, con este rango deseaba mas incarle el diente a esa carne que mutilarla para capturarlo, sin embargo aquella sensacion no podria con Tatsomaru...su razon era mucho mas fuerte que sus instintos primitivos y primarios. Le esvozo una ironica sonrrisa a Asano y dijo:
Nos estaba esperando...nunca tuvimos un factor sorpresa; analicemos la situacion, no conocemos ni sus poderes, ni su rango de ataque, nisiquiera el nivel de su fuerza, y hasta que tengamos mas informacion propongo mantenernos separados y atacar a distancia
Tatsomaru no dejaba de observar a la criatura; inmobil en lo alto de esa roca, sin inmutarse por nuestro acercamiento, eso, no le transmitia seguridad, esperaba poder solventar ese encuentro sin tener la necesidad de liberar todo su poder, aunque si la situacion lo requiriese su espada iluminaria el hueco mundo como si se tratase del nacimiento de una estrella y desintegraria hasta la mas minima presencia espiritual del lugar con tal de llevar acabo su encomendada mision.
Queria pensar que podia apoyarse en el poder de Asano pero desconocia las habilidades de ese individuo y si era posible convinarlas con las suyas.
Tenemos una ventaja y es que somos dos, eso nos podria facilitar el trabajo si sabemos coordinarnos, no podra ir por los dos al mismo tiempo, cuando ataque a uno, sera la oportunidad del otro; no debemos matarlo; pero que eso no frene tu espada.
La tension no era una caracteristica de Tatsomaru, siempre se mantenia alerta pero, nunca bajo tension, eso solo nubla los sentidos, el preferia vislumbrar al objetivo por sus ojos pero conocer todo su entorno por sus otros sentidos, el susurrar de una pequeña brisa que levantaba un poco de arena; esa pequeña brizna de aire era perfecta si queria deducir donde apareceria el enemigo tras un rapido movimiento, solo tendria que sentir como se modificaba la direccion del viento y localizaria de nuevo en sus profundos ojos verdes a su objetivo. La tierra que pisaban reflejaba la luz de la luna y en el cielo se presentaba una inmensa luna que iluminaba su terreno; la vision era magnifica, a pesar de que lo que predominaba en el hueco mundo era la oscuridad, por fortuna, aquel emplazamiento se encontraba estrategicamente situado.
Intercambio una mirada con el Adjuchas y pudo alcanzar a ver como la criatura lo escudriñaba de arriba a abajo, intentando hacer lo mismo que Tatsomaru habia hecho hace un segundo, estudiar a su enemigo. Y mientras la elegante mirada de Tatsomaru se tornaba firmeza dijo:
Al final el Hueco mundo no va a resultar tan aburrido despues de todo...
Estabamos muy cerca, con este rango deseaba mas incarle el diente a esa carne que mutilarla para capturarlo, sin embargo aquella sensacion no podria con Tatsomaru...su razon era mucho mas fuerte que sus instintos primitivos y primarios. Le esvozo una ironica sonrrisa a Asano y dijo:
Nos estaba esperando...nunca tuvimos un factor sorpresa; analicemos la situacion, no conocemos ni sus poderes, ni su rango de ataque, nisiquiera el nivel de su fuerza, y hasta que tengamos mas informacion propongo mantenernos separados y atacar a distancia
Tatsomaru no dejaba de observar a la criatura; inmobil en lo alto de esa roca, sin inmutarse por nuestro acercamiento, eso, no le transmitia seguridad, esperaba poder solventar ese encuentro sin tener la necesidad de liberar todo su poder, aunque si la situacion lo requiriese su espada iluminaria el hueco mundo como si se tratase del nacimiento de una estrella y desintegraria hasta la mas minima presencia espiritual del lugar con tal de llevar acabo su encomendada mision.
Queria pensar que podia apoyarse en el poder de Asano pero desconocia las habilidades de ese individuo y si era posible convinarlas con las suyas.
Tenemos una ventaja y es que somos dos, eso nos podria facilitar el trabajo si sabemos coordinarnos, no podra ir por los dos al mismo tiempo, cuando ataque a uno, sera la oportunidad del otro; no debemos matarlo; pero que eso no frene tu espada.
La tension no era una caracteristica de Tatsomaru, siempre se mantenia alerta pero, nunca bajo tension, eso solo nubla los sentidos, el preferia vislumbrar al objetivo por sus ojos pero conocer todo su entorno por sus otros sentidos, el susurrar de una pequeña brisa que levantaba un poco de arena; esa pequeña brizna de aire era perfecta si queria deducir donde apareceria el enemigo tras un rapido movimiento, solo tendria que sentir como se modificaba la direccion del viento y localizaria de nuevo en sus profundos ojos verdes a su objetivo. La tierra que pisaban reflejaba la luz de la luna y en el cielo se presentaba una inmensa luna que iluminaba su terreno; la vision era magnifica, a pesar de que lo que predominaba en el hueco mundo era la oscuridad, por fortuna, aquel emplazamiento se encontraba estrategicamente situado.
Intercambio una mirada con el Adjuchas y pudo alcanzar a ver como la criatura lo escudriñaba de arriba a abajo, intentando hacer lo mismo que Tatsomaru habia hecho hace un segundo, estudiar a su enemigo. Y mientras la elegante mirada de Tatsomaru se tornaba firmeza dijo:
Al final el Hueco mundo no va a resultar tan aburrido despues de todo...
Tatsomaru- Desaparecido
- Post : 197
Edad : 37
Re: Blanco y en botella (I)
[OFF: Me tomo la libertad de añadir una representación (hecha por mí ^^) del Adjuchas, para que podáis explayaros más en la descripción si así lo deseáis. Lo sé, no es perfecta, pero aún tengo que coger práctica.]
Los dos arrancars hacían sus cavilaciones frente a aquel ser de aspecto humanoide, encontrándose ya a una distancia más que cercana para poder observarle con más detenimiento. Este, mientras tanto, continuaba con aquel movimiento acechante, como rondando a una presa lo suficientemente suculenta como para despertar en él un instinto primario subyacente a su propia conciencia.
Sin embargo, esperaba…
Algo similar a una mueca de sadismo se dibujó en su rostro animalesco. Podrían ser arrancars, Espadas, o el mismísimo Marcus-sama, pero habían caído en su trampa como un hollow cualquiera. Los, al parecer, extrañamente olvidadizos arrancars, habían pasado por alto un pequeño detalle:
El Adjuchas no estaba solo.
Sobra decir que el propio Menos era consciente del detalle. De hecho, era la causa de aquella circunstancia. Que en aquel punto en concreto del desierto se hallasen dos seres de extraordinario poder no era una coincidencia. Y eso era algo que nuestros compañeros del Amanecer pronto comprobarían.
Cesando su armónico vaivén sobre el peñasco en el que se encontraba, el Adjuchas se irguió, tomando una pose algo más humana y diciendo, en una voz siniestra y afilada, y mirando a Kakihara:
- Nos vemos.
Al instante, y sin dar opción a reaccionar, el suelo bajo los pies del antes mencionado Fracción desapareció, abriéndose así un pasaje oscuro hacia las entrañas de la tierra. Al tiempo que esto sucedía, una enorme columna hueca de arena se alzaba a su alrededor, a modo de barrera, impidiendo cualquier tipo de ayuda por parte de su compañero o una posible vía de escape.
Así, el arrancar cayó en una especie de caverna subterránea, la cual apenas pudo vislumbrar durante unos segundos, ya que la entrada a aquel mundo de oscuridad absoluta se cerró prácticamente al instante. Lo poco que pudo haber distinguido en ese breve lapso de tiempo sería una madriguera palpitante y cubierta de una sustancia aparentemente orgánica; de cuyas paredes sobresalían innumerables bocas repletas de dientes de aspecto aterrador, además de largas y penetrantes púas de más de tres metros de arista.
De este modo, y antes de verse sumido en la más densa oscuridad, el arrancar podría simplemente darse cuenta de que se encontraba en una especie de jaula de los horrores, con amenazantes mandíbulas por donde quiera que mirase, y atrapado en una trampa mortal de la que difícilmente saldría con la sola fuerza. No había posibilidad de escape.
Sólo le quedaba resistir hasta conocer lo suficiente de aquel lugar como para lograr salir con vida y de una sola pieza. El par de segundos de tenue iluminación de los que dispuso debieron haberle sido suficiente como para darse cuenta de aquello; y quizás también de que una descomunal mandíbula se tensaba a su espalda, intentando despegarse de la pared a la que se hallaba anclada para engullir aquel advenedizo que había ido a parar a sus dominios…
Al otro lado de la escena, el Vasto lorde lanzaba una mirada desafiante al ahora solitario Tatsomaru, como dando a entender la obviedad de lo que acontecería a continuación. Tras ello, y manteniendo la vista en su objetivo, descendería del peñasco de un salto, cayendo entre un mar de arena que al instante se revolvió inquieto, rodeándolo.
Volvió a sonar la voz viperina y envolvente del Menos:
- Bueno. Creo que esto nos deja a ti y a mí…- dijo, alargando las palabras y con un tono para nada tranquilizador. – Mi nombre es Anwaru Kemet. Eso es todo lo que necesitas recordar ahora…
Al instante, el Adjuchas trazó un arco con el brazo derecho, acabando este en dirección a Tatsomaru, y levantando con él una enorme columna de arena en movimiento, con la plena consistencia de un sólido rígido. De este modo, el ataque se acercaría al Fracción por su lado izquierdo, trazando la trayectoria propia de un látigo de metro y medio de diámetro a la altura de la cintura.
Aquel ataque quizás cogiese a Tatsomaru desprevenido, al no haber mostrado su poder en demasía el tal Kemet, y desconociendo por tanto el Fracción los límites del mismo. Sin embargo no pretendía ni esperaba tumbar al enemigo de un golpe, siendo el ataque un mero aviso de lo que se podría llegar a encontrar a continuación…
Los dos arrancars hacían sus cavilaciones frente a aquel ser de aspecto humanoide, encontrándose ya a una distancia más que cercana para poder observarle con más detenimiento. Este, mientras tanto, continuaba con aquel movimiento acechante, como rondando a una presa lo suficientemente suculenta como para despertar en él un instinto primario subyacente a su propia conciencia.
Sin embargo, esperaba…
Algo similar a una mueca de sadismo se dibujó en su rostro animalesco. Podrían ser arrancars, Espadas, o el mismísimo Marcus-sama, pero habían caído en su trampa como un hollow cualquiera. Los, al parecer, extrañamente olvidadizos arrancars, habían pasado por alto un pequeño detalle:
El Adjuchas no estaba solo.
Sobra decir que el propio Menos era consciente del detalle. De hecho, era la causa de aquella circunstancia. Que en aquel punto en concreto del desierto se hallasen dos seres de extraordinario poder no era una coincidencia. Y eso era algo que nuestros compañeros del Amanecer pronto comprobarían.
Cesando su armónico vaivén sobre el peñasco en el que se encontraba, el Adjuchas se irguió, tomando una pose algo más humana y diciendo, en una voz siniestra y afilada, y mirando a Kakihara:
- Nos vemos.
Al instante, y sin dar opción a reaccionar, el suelo bajo los pies del antes mencionado Fracción desapareció, abriéndose así un pasaje oscuro hacia las entrañas de la tierra. Al tiempo que esto sucedía, una enorme columna hueca de arena se alzaba a su alrededor, a modo de barrera, impidiendo cualquier tipo de ayuda por parte de su compañero o una posible vía de escape.
Así, el arrancar cayó en una especie de caverna subterránea, la cual apenas pudo vislumbrar durante unos segundos, ya que la entrada a aquel mundo de oscuridad absoluta se cerró prácticamente al instante. Lo poco que pudo haber distinguido en ese breve lapso de tiempo sería una madriguera palpitante y cubierta de una sustancia aparentemente orgánica; de cuyas paredes sobresalían innumerables bocas repletas de dientes de aspecto aterrador, además de largas y penetrantes púas de más de tres metros de arista.
De este modo, y antes de verse sumido en la más densa oscuridad, el arrancar podría simplemente darse cuenta de que se encontraba en una especie de jaula de los horrores, con amenazantes mandíbulas por donde quiera que mirase, y atrapado en una trampa mortal de la que difícilmente saldría con la sola fuerza. No había posibilidad de escape.
Sólo le quedaba resistir hasta conocer lo suficiente de aquel lugar como para lograr salir con vida y de una sola pieza. El par de segundos de tenue iluminación de los que dispuso debieron haberle sido suficiente como para darse cuenta de aquello; y quizás también de que una descomunal mandíbula se tensaba a su espalda, intentando despegarse de la pared a la que se hallaba anclada para engullir aquel advenedizo que había ido a parar a sus dominios…
Al otro lado de la escena, el Vasto lorde lanzaba una mirada desafiante al ahora solitario Tatsomaru, como dando a entender la obviedad de lo que acontecería a continuación. Tras ello, y manteniendo la vista en su objetivo, descendería del peñasco de un salto, cayendo entre un mar de arena que al instante se revolvió inquieto, rodeándolo.
Volvió a sonar la voz viperina y envolvente del Menos:
- Bueno. Creo que esto nos deja a ti y a mí…- dijo, alargando las palabras y con un tono para nada tranquilizador. – Mi nombre es Anwaru Kemet. Eso es todo lo que necesitas recordar ahora…
Al instante, el Adjuchas trazó un arco con el brazo derecho, acabando este en dirección a Tatsomaru, y levantando con él una enorme columna de arena en movimiento, con la plena consistencia de un sólido rígido. De este modo, el ataque se acercaría al Fracción por su lado izquierdo, trazando la trayectoria propia de un látigo de metro y medio de diámetro a la altura de la cintura.
Aquel ataque quizás cogiese a Tatsomaru desprevenido, al no haber mostrado su poder en demasía el tal Kemet, y desconociendo por tanto el Fracción los límites del mismo. Sin embargo no pretendía ni esperaba tumbar al enemigo de un golpe, siendo el ataque un mero aviso de lo que se podría llegar a encontrar a continuación…
Última edición por Hideyori Taira el Miér Ago 04, 2010 10:41 pm, editado 1 vez
Hideyori Taira- Desaparecido
- Post : 574
Edad : 32
Re: Blanco y en botella (I)
[OFF: Visto que la espera se está haciendo demasiado larga, Tatsomaru, continuaremos tú y yo por tu parte y nos saltaremos por el momento el turno de Kakihara, hasta que éste vuelva a postear. Así evitamos tener el post anclado y vamos avanzando un poco. Un saludo y disculpad el off.]
Hideyori Taira- Desaparecido
- Post : 574
Edad : 32
Re: Blanco y en botella (I)
-Nos vemos.
El semblante de Tatsomaru ni se inmuto al ver a Kakihara desaparecer por un agujero bajo la arena, tampoco dio razones para preocuparse...supongo que si estuviera en peligro o herido habria gritado... y aun asi, mi mision es mi preocupacion al fin y al cabo el tambien es una fraccion.
- Bueno. Creo que esto nos deja a ti y a
mí…- dijo, alargando las palabras y con un tono para
nada tranquilizador. – Mi nombre es
Anwaru Kemet. Eso es todo lo que necesitas recordar ahora…
-Vaya que interesante...puedes hablar, es algo que no esperaba lo admito, eso me hace pensar que tu nivel de inteligencia es mucho mas alto de lo que estimaba.
Al instante, el Adjuchas trazó un arco con el brazo derecho, acabando
este en dirección a Tatsomaru, y levantando con él una enorme columna
de arena en movimiento, con la plena consistencia de un sólido rígido.
De este modo, el ataque se acercaría al Fracción por su lado izquierdo,
trazando la trayectoria propia de un látigo de metro y medio de diámetro
a la altura de la cintura.
-Demasiado lento...
Apesar de llevar la inciativa Tatsomaru no le tomo gran dificultad esquivar ese ataque mediante su sonido, al fin y al cabo, la velocidad era su fuerte.
El nivel actual de poder del Adjuchas era muy similar al de Tatsomaru siendo el de este ultimo ligeramente superior, teniendo en cuenta tambien, que Tatsomaru aun mantenia sellado su poder.
Tatsomaru aparecio en el punto opuesto al que se encontraba hace un momento, ahora estaba ala espalda del Adjuchas a tan solo medio metro de distancia, y rodeado de cinco destelleantes espadas fantasmales que le rodeaban y apuntaban directamente a la criatura.
-Evitemos destrozos innecesarios....podemos hacer esto por las buenas o puedo mutilarte las extremidades hasta que no seas capaz de realizar ninguna resistencia.
Tatsomaru observaba con una mirada fria como el acero la espalda del Adjuchas, aun sin su espada desenvainada, tan solo con cinco "filos fantasma" rodeandole y a menos de un metro de distancia de el cuerpo de su objetivo.
-Pensandolo mejor...dudo que aceptes mi peticion; de modo que...
Cuatro de las cinco espadas fantasmales se lanzaron en direccion a sus extremidades buscando perforar los musculos para impedir el movimiento del mounstruo.
El semblante de Tatsomaru ni se inmuto al ver a Kakihara desaparecer por un agujero bajo la arena, tampoco dio razones para preocuparse...supongo que si estuviera en peligro o herido habria gritado... y aun asi, mi mision es mi preocupacion al fin y al cabo el tambien es una fraccion.
- Bueno. Creo que esto nos deja a ti y a
mí…- dijo, alargando las palabras y con un tono para
nada tranquilizador. – Mi nombre es
Anwaru Kemet. Eso es todo lo que necesitas recordar ahora…
-Vaya que interesante...puedes hablar, es algo que no esperaba lo admito, eso me hace pensar que tu nivel de inteligencia es mucho mas alto de lo que estimaba.
Al instante, el Adjuchas trazó un arco con el brazo derecho, acabando
este en dirección a Tatsomaru, y levantando con él una enorme columna
de arena en movimiento, con la plena consistencia de un sólido rígido.
De este modo, el ataque se acercaría al Fracción por su lado izquierdo,
trazando la trayectoria propia de un látigo de metro y medio de diámetro
a la altura de la cintura.
-Demasiado lento...
Apesar de llevar la inciativa Tatsomaru no le tomo gran dificultad esquivar ese ataque mediante su sonido, al fin y al cabo, la velocidad era su fuerte.
El nivel actual de poder del Adjuchas era muy similar al de Tatsomaru siendo el de este ultimo ligeramente superior, teniendo en cuenta tambien, que Tatsomaru aun mantenia sellado su poder.
Tatsomaru aparecio en el punto opuesto al que se encontraba hace un momento, ahora estaba ala espalda del Adjuchas a tan solo medio metro de distancia, y rodeado de cinco destelleantes espadas fantasmales que le rodeaban y apuntaban directamente a la criatura.
-Evitemos destrozos innecesarios....podemos hacer esto por las buenas o puedo mutilarte las extremidades hasta que no seas capaz de realizar ninguna resistencia.
Tatsomaru observaba con una mirada fria como el acero la espalda del Adjuchas, aun sin su espada desenvainada, tan solo con cinco "filos fantasma" rodeandole y a menos de un metro de distancia de el cuerpo de su objetivo.
-Pensandolo mejor...dudo que aceptes mi peticion; de modo que...
Cuatro de las cinco espadas fantasmales se lanzaron en direccion a sus extremidades buscando perforar los musculos para impedir el movimiento del mounstruo.
Tatsomaru- Desaparecido
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Re: Blanco y en botella (I)
Tatsomaru había esquivado su ataque y aparecido a la espalda del Menos, amenazándole ahora con varias espadas de luz que cercaban a ambos en un plano horizontal.
A pesar de ello, el movimiento no había pillado desprevenida a la criatura humanoide: si había comenzado con un ataque lento, era por el mero hecho de iniciar el combate y vislumbrar así la capacidad de maniobra de su oponente. Era hábil, sí, pero quizás pecaba de ingenuo.
Cuatro de las espadas se arrojaron contra las extremidades del Adjuchas, como tratando de sellar sus movimientos.
- Será iluso…
Al instante, Kemet se envolvió en una columna de arena, rodeándole a grandes velocidades y formando una firme barrera contra los proyectiles del arrancar. La colisión entre las dos fuerzas fue breve: tras unos segundos de intentar perforar la superficie, tres de las cuatro espadas se deshicieron bajo la fuerza corrosiva de la arena, mientras que la última logró penetrar en su interior, incidiendo en el antebrazo izquierdo de Kemet.
Así pues, el Menos dejó escapar un gruñido ante la sangrante lesión, a medida que realizaba su siguiente movimiento de manera casi instantánea a lo recién acontecido. Recurriendo a su poder, y en un movimiento que Tatsomaru difícilmente habría percibido, las arenas a los pies del Fracción habían comenzado a arremolinarse alrededor de sus piernas, ciñéndose en el instante preciso a las extremidades desde el suelo hasta las rodillas, y restringiendo así su movimiento y que pudiera siquiera doblar las articulaciones.
Al tiempo que esto acontecía, el Menos ya estaba lanzando un duro golpe con una cola llena de púas que atravesó la barrera de arena sin dificultad, como si ésta le permitiese el paso. El feroz movimiento rotatorio vino acompañado de la acción de agazaparse del hollow, hundiendo sus garras en el suelo arenisco, que rápidamente y bajo sus designios se ciñó a sus muñecas, sirviendo de punto de sujeción para darle consistencia y respaldo al golpe.
La cola, por su parte, se abalanzaba directa al muslo derecho del arrancar, buscando con las mortíferas púas clavarse en el músculo y quedar en él empotrada.
El resto del cuerpo del hollow, recordemos, quedaría aún tras la barrera de arena en movimiento, agazapado y esperando el inminente impacto para hacerse con su presa, si es que el golpe impactaba como tenía previsto y quedaba sujeto a la pierna de su rival, al hundirse las púas en la carne de aquella presa indómita y confiada…
Última edición por Hideyori Taira el Miér Ago 04, 2010 10:42 pm, editado 1 vez
Hideyori Taira- Desaparecido
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Re: Blanco y en botella (I)
-Esto es...problematico... Tatsomaru se contemplaba sujeto al suelo y totalmente inmobil debido a un extraño efecto del poder de la criatura, la arena se habia arremolinado alrededor de sus extremidades bloqueandole la mobilidad.Al tiempo que esto acontecía, el Menos ya estaba lanzando un duro golpe
con una cola llena de púas que atravesó la barrera de arena sin
dificultad, como si ésta le permitiese el paso. El feroz movimiento
rotatorio vino acompañado de la acción de agazaparse del hollow,
hundiendo sus garras en el suelo arenisco, que rápidamente y bajo sus
designios se ciñó a sus muñecas, sirviendo de punto de sujeción para
darle consistencia y respaldo al golpe.
La amenazante cola se aproximaba con fuerza, esto obligo a Tatsomaru a desenvainar su espada y utilizar esta junto con el "filo fantasma" que aun no habia lanzado clavandolas en la arena en la trayectoria entre la cola y la pierna del Arrancar.
-Me has hecho desenvainar mi espada...asi que...asume las consecuencias de tus actos..."por mano de la naturaleza, por destreza, por arte, lo que antes era pasivo, ¡ahora toma parte! destello "
Una inmensa irradiacion de luz cubrio el cielo del hueco mundo, una inmensa columna de llamas blancas que se arremolinaban envolvian al arrancar, una autentica explosion de energia luminosa que podia contemplarse desde zonas muy lejanas del hueco mundo, que trasnformo la noche eterna en dia y que competia en brillantez con el de las propias estrellas.
El flameando torbellino de llamas albinas fue aminorando su velocidad...y derrepente comenzo a replegarse en sentido contrario fluyendo hacia el interior del que surjia; cuando todo haz de llamas fue absorbido por la figura que se hallaba en un pekeño crater producido por la revolucion de la resurreccion. La figura echa enteramente de luz se quedo estatica un segundo y entonces libero toda la energia contenida, desprendiendo un inmenso fogonazo de luz que inundo las bastas tierras del hueco mundo.
Cuando luz se volvio de nuevo tenue se observo la figura resurgida de ese espectaculo, Tatsomaru ahora lucia una melena algo mas larga, su torso estaba descubierto y su blanca piel se cubrio de tatuajes de color esmeralda...y en sus manos dos katanas que destelleaban, la fusion entre material y energia.
Mas ligeras que una pluma y con un filo mas cortante que el propio acero.
- Esto sera rapido Kemet....no me veras llegar, pero te aseguro que me veras marcharme...
-"Final Flash"!!! - Las espadas de Tatsomaru comenzaron a brillar con suma intensidad y al hacer un corte en el aire proyecto de ellas 3 cortes verticales en direccion a Kemet, Tatsomaru sabia que no podia matarlo, asi que trato de realizar el atake muy muy desviado para que solo le atrapara de lleno uno de los 3 cortes y para que este golpe solo se realizase en uno de los lados de su torso para poder amputar sus miembros y herirlo grabemente sin matarlo.
con una cola llena de púas que atravesó la barrera de arena sin
dificultad, como si ésta le permitiese el paso. El feroz movimiento
rotatorio vino acompañado de la acción de agazaparse del hollow,
hundiendo sus garras en el suelo arenisco, que rápidamente y bajo sus
designios se ciñó a sus muñecas, sirviendo de punto de sujeción para
darle consistencia y respaldo al golpe.
La amenazante cola se aproximaba con fuerza, esto obligo a Tatsomaru a desenvainar su espada y utilizar esta junto con el "filo fantasma" que aun no habia lanzado clavandolas en la arena en la trayectoria entre la cola y la pierna del Arrancar.
-Me has hecho desenvainar mi espada...asi que...asume las consecuencias de tus actos..."por mano de la naturaleza, por destreza, por arte, lo que antes era pasivo, ¡ahora toma parte! destello "
Una inmensa irradiacion de luz cubrio el cielo del hueco mundo, una inmensa columna de llamas blancas que se arremolinaban envolvian al arrancar, una autentica explosion de energia luminosa que podia contemplarse desde zonas muy lejanas del hueco mundo, que trasnformo la noche eterna en dia y que competia en brillantez con el de las propias estrellas.
El flameando torbellino de llamas albinas fue aminorando su velocidad...y derrepente comenzo a replegarse en sentido contrario fluyendo hacia el interior del que surjia; cuando todo haz de llamas fue absorbido por la figura que se hallaba en un pekeño crater producido por la revolucion de la resurreccion. La figura echa enteramente de luz se quedo estatica un segundo y entonces libero toda la energia contenida, desprendiendo un inmenso fogonazo de luz que inundo las bastas tierras del hueco mundo.
Cuando luz se volvio de nuevo tenue se observo la figura resurgida de ese espectaculo, Tatsomaru ahora lucia una melena algo mas larga, su torso estaba descubierto y su blanca piel se cubrio de tatuajes de color esmeralda...y en sus manos dos katanas que destelleaban, la fusion entre material y energia.
Mas ligeras que una pluma y con un filo mas cortante que el propio acero.
- Esto sera rapido Kemet....no me veras llegar, pero te aseguro que me veras marcharme...
-"Final Flash"!!! - Las espadas de Tatsomaru comenzaron a brillar con suma intensidad y al hacer un corte en el aire proyecto de ellas 3 cortes verticales en direccion a Kemet, Tatsomaru sabia que no podia matarlo, asi que trato de realizar el atake muy muy desviado para que solo le atrapara de lleno uno de los 3 cortes y para que este golpe solo se realizase en uno de los lados de su torso para poder amputar sus miembros y herirlo grabemente sin matarlo.
Tatsomaru- Desaparecido
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Re: Blanco y en botella (I)
El ataque parecía proceder con vibrante perfección hasta que el arrancar decidió dejar de lado su inmovilidad, interponiendo entre el atacante y él sendas cuchillas en posición vertical.
Siendo tan escaso el tiempo que tuvo Kemet para reaccionar, apenas pudo frenar el avance de su ataque, evitando a duras penas que el miembro fuera seccionado por completo. Así pues, los filos clavados en la arena ofrecieron la resistencia suficiente para que, llegada la colisión, la velocidad de llegada de la cola permitiese a las espadas atravesar el miembro unos quince centímetros, transversalmente.
- Gggrrrrhh…Bastardo…- gruñó el Menos retirando de inmediato la cola y devolviéndola a la seguridad del torbellino arenisco que le protegía, al menos, en teoría. El reiatsu del enviado del Amanecer había empezado a elevarse tímidamente momentos antes, lo que no auspiciaba nada tranquilizante.
Y en efecto, liberó.
Aún tras la sólida barrera que la columna de arena ofrecía, Kemet pudo ser testigo de cómo su adversario irradiaba un intenso resplandor blanco en el momento de liberacón, tras lo cual el fenómeno pareció revertirse, dando paso a la verdadera forma de su rival. Obviando lo meramente estético, tal y como su espíritu cazador le incitaba a hacer, Kemet sólo se dignó en observar las nuevas armas del arrancar, además de un sustancial incremento en su reiatsu.
Así, y reincorporándose ante el más que posible ataque, aguardó ansioso a contemplar las habilidades de aquel individuo que parecía tener tantos aires de grandeza para con él. Desconocía los límites del poder de su liberación, pero Kemet era, al fin y al cabo, un cazador nato, por lo que no se dejaría intimidar fácilmente, aún por muy adversas fueran las circunstancias. La embestida del Fracción, por su parte no se hizo esperar:
Bajo el nombre de “Final Flash”, tres brillantes cortes verticales aparecieron de las espadas de Tatsomaru, arremetiendo contra la vibrante barrera arenisca que mantenía el Menos. A una distancia mayor, la barrera posiblemente hubiera podido hacer frente al ataque, pero a tan escasa distancia esta se deshizo en diminutas partículas, dejando paso a los tres imprecisos proyectiles.
Lo cierto es que si el ataque lo hubiera lanzado un hollow ciego y tetrapléjico, la puntería no habría sido mucho peor. Dos de los proyectiles pasaron de largo por el lado izquierdo de Kemet, no suponiéndole pues amenaza alguna. Sin embargo, el tercero sí iba bien encaminado. Kemet no sabía si era por pura probabilidad que el Fracción fuese a acertar un golpe, o porque el ataque tuviese la simple intención de herir, en lugar de pretender ser mortal; pero el caso es que allí se hallaba él, con apenas un segundo de reacción y frente a un tajo de luz lanzado a bocajarro.
Así pues, debió optimizar cada uno de sus movimientos para reducir daños: al tiempo que entornaba su cuerpo hacia su derecha (exponiendo pues el lado izquierdo de su cuerpo al ataque), colocó su brazo izquierdo verticalmente de modo que le protegiese torso y cabeza, al tiempo que hacía lo propio con la cola ya herida, cubriendo lo que quedaba del cuerpo expuesto.
Aún si el ataque no era desbordantemente poderoso, desde aquella distancia las consecuencias del mismo para Kemet fueron terribles: la cola, ya de por sí mutilada, quedó reducida a un breve muñón manante de sangre, mientras que el brazo, que había quedado escasamente cubierto por la cola; quedó inservible y desfigurado tras el impacto.
El hedor de la sangre comenzó a cubrir el campo de batalla, alentando los más primitivos instintos la bestia enfurecida y mutilada. Un charco de sangre se extendía a los pies del Menos, tiñendo la árida superficie de carmesí. Durante unos instantes, el Vasto Lorde se limitó a recuperar la concentración, tras lo cual gritó:
- Túu…¿acaso crees que puedes vencerme tan fácilmente…? Te…¡¡matarééé!! – de repente, su reiatsu se elevó con creces. La presión espiritual en el ambiente se volvió más densa y asfixiante, y la arena comenzó a arremolinarse violentamente contra todo alrededor de la figura humanoide del Menos.
- ¡¡Gggrrrraaaaaaahhhhh!! – un intenso rugido de dolor emergió de entre las arenas. El reiatsu de aquel individuo fluctuaba de forma desequilibrada: tan pronto continuaba su vertiginoso ascenso como descendía drásticamente, al tiempo que parte de la silueta del hollow, ahora borrosa, se recomponía.
Tras unos segundos, la tormenta de arena desapareció, dejando ver a una figura un tanto más aterradora que la anterior: los ojos, inyectados en sangre, amenazaban con devorar al arrancar; los músculos, ya regenerados, palpitaban con imparable frenesí; y la boca, ansiosa de aferrarse al sabor de la carne, segregaba saliva deseante de corroer el macabro bocado. Todo ello como complemento a un Vasto Lorde furibundo y ya fuera de sí, que iniciaba su próximo ataque sin dar pie a la contemplación.
Al instante, Tatsomaru se vio envuelto en una pequeña cúpula de arena a velocidades vertiginosas, quedando su área de movimiento, en teoría, restringida. Al tiempo que esto acontecía, Kemet ya se hallaba en embestida, empuñando una colosal naginata materializada a partir de arena, con una hoja de proporciones desmesuradas, y con la que efectuaría un corte a mediana altura a lo largo de todo el plano horizontal del interior de la cúpula. El ataque, lejos de ser premeditado, era fruto de la ira y los instintos asesinos de aquel primigenio rey de las arenas, movido por la furia de la batalla y el voraz hambre hollow, que no parecía ir a detenerse hasta que se viese forzado materialmente a ello…
Por otra parte, y bajo las furiosas arenas del desierto; la pestilente plaga de fauces y púas extendida por una aún desconocida criatura habían logrado reducir al Fracción de la 10º Sección a una palpitante extensión de aquella masa informe y viscosa que cubría la tenebrosa caverna. Si el arrancar continuaba con vida, o si su albedrío se habría visto corrompido por la desquiciada voluntad del Menos que allí pululaba; eso era un misterio. Lo que sí era seguro era que su capacidad de combatir o rebelarse a los oscuros designios de aquella criatura era nula, no pudiendo, pues, ofrecer resistencia alguna a su captura o dominación.
Durante un breve instante, el pequeño localizador que portaba el Fracción resonó, dando paso a una voz aguda e infantil:
- ¡Maldito inútil! ¡Sólo tenías que encargarte de traerlo sin morir! – Lynorie parecía más incrédula que desesperada. Se negaba a admitir que su querido Taira estuviera a la altura de algún que otro individuo, y le repateaba sobremanera, como a él, la ineficiencia en el trabajo. - ¡Aaghhh! Tendré que llamar a alguien competente para que termine el trabajo. – la voz se hace más débil ahora - ¡Tú, raso, inútil! ¡Tráeme un cuervo blanco! ¡Ya! - a continuación, la voz se tornaría más un suspiro para sí mismo que para nade más: - Espero que el cabeza hueca de Reiko no esté ocupado haciendo de las suyas…
A continuación, la voz se apagó y el comunicador quedó cubierto por una deslizante y purpúrea sustancia orgánica, que empezaba a sintetizar el cuerpo del arrancar. Con ello, la cueva volvió a quedar sumida en el más absoluto de los silencios...
[OFF: Lo siento por Kakihara, pero tenemos que mantener la trama en movimiento. Si vuelve, tendrá que esperar a que el hollow sea derrotado y le saquemos de allí. Si no, ...]
Con la entrada de Akagami Reiko al post, los turnos quedarán así: Reiko, Tatsomaru, Taira.
Última edición por Hideyori Taira el Dom Abr 04, 2010 12:33 am, editado 2 veces
Hideyori Taira- Desaparecido
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Re: Blanco y en botella (I)
[OFF: Bueno por petición me uno para seguir con la trama bajo tierra]
Kenzo había desaparecido en alguna habitación del amanecer cuando un mensaje llegó a los oídos del fracción. Era la "enana de Taira" como él la llamaba. Aún recordaba el follón que montaron al ir a buscarla al Bosque Menos bastantes años atrás, un follón divertido cabe añadir. Dado que no tenía ninguna misión en ese momento, y que realmente la 9º Sección necesitaba su ayuda, Reiko abandonó en amanecer siguiendo la dirección que le marcaba su localizador.
El fracción avanzaba como si fuese el Nautilus de aquel mar de arena, haciendo uso continuo de su sonido, sin resistencia ninguna y dejando una estela de salitre en vuelo por allí por donde pasaba. A lo lejos podía ya ver una enorme montaña en medio de aquella inmensidad, bien podría ser el faro de aquel océano de muerte. Una vez estuvo a contados metros de la montaña, el localizador le indicó que debía ir hacia abajo. En condiciones normales nunca se le hubiese ocurrido, pero aquel aparato no solía mentir.
Tenía bajo él un suelo de naturaleza y grosor desconocidos, y desconocía la profundidad de lo que hubiese bajo él; pero una vez más aquel cachivache le indicaba que su objetivo estaba a unos 18 metros en una determinada dirección, por lo que se podría apostar un brazo a que en ese lugar tendría sitio para materializarse, así que lo hizo.
-Agh, aquí no se ve nada.Mmm ya se...-Se encontraba en una cueva carente de luz de ningún tipo frente a dios sabe qué bicho acechando en la oscuridad, pero una bombilla se encendió en su cabeza, no literalmente claro, eso hubiese sido una solución demasiado sencilla.
Reiko cerró ambos puños e inició sendos ataques bala, pero sin llegar a lanzarlos. La definición de bala es reiatsu endurecido y lanzado a alta velocidad, claro que además da luz. Reiko llegó a la conclusión de que manteniendo los bala en sus puños conseguiría dos guantes de boxeo ultraduros y luminiscentes, ¿qué más se podía pedir?
Una vez puesta en práctica su teoría Reiko pudo ver con bastante clarida lo que ocurría a unos 5 metros de distancia.La escena rozaba lo macabro, enormes fauces y pinchos tapizaban las paredes de aquella cueva, acechando, esperando un movimiento en falso del arrancar para actuar, y a sus pies, un Kakihara Asano inconsciente o muerto...realmente a Reiko eso le daba igual.Por el momento permaneció expectante, observando y analizando el terreno y las posibles amenazas.
Kenzo había desaparecido en alguna habitación del amanecer cuando un mensaje llegó a los oídos del fracción. Era la "enana de Taira" como él la llamaba. Aún recordaba el follón que montaron al ir a buscarla al Bosque Menos bastantes años atrás, un follón divertido cabe añadir. Dado que no tenía ninguna misión en ese momento, y que realmente la 9º Sección necesitaba su ayuda, Reiko abandonó en amanecer siguiendo la dirección que le marcaba su localizador.
El fracción avanzaba como si fuese el Nautilus de aquel mar de arena, haciendo uso continuo de su sonido, sin resistencia ninguna y dejando una estela de salitre en vuelo por allí por donde pasaba. A lo lejos podía ya ver una enorme montaña en medio de aquella inmensidad, bien podría ser el faro de aquel océano de muerte. Una vez estuvo a contados metros de la montaña, el localizador le indicó que debía ir hacia abajo. En condiciones normales nunca se le hubiese ocurrido, pero aquel aparato no solía mentir.
Tenía bajo él un suelo de naturaleza y grosor desconocidos, y desconocía la profundidad de lo que hubiese bajo él; pero una vez más aquel cachivache le indicaba que su objetivo estaba a unos 18 metros en una determinada dirección, por lo que se podría apostar un brazo a que en ese lugar tendría sitio para materializarse, así que lo hizo.
-Agh, aquí no se ve nada.Mmm ya se...-Se encontraba en una cueva carente de luz de ningún tipo frente a dios sabe qué bicho acechando en la oscuridad, pero una bombilla se encendió en su cabeza, no literalmente claro, eso hubiese sido una solución demasiado sencilla.
Reiko cerró ambos puños e inició sendos ataques bala, pero sin llegar a lanzarlos. La definición de bala es reiatsu endurecido y lanzado a alta velocidad, claro que además da luz. Reiko llegó a la conclusión de que manteniendo los bala en sus puños conseguiría dos guantes de boxeo ultraduros y luminiscentes, ¿qué más se podía pedir?
Una vez puesta en práctica su teoría Reiko pudo ver con bastante clarida lo que ocurría a unos 5 metros de distancia.La escena rozaba lo macabro, enormes fauces y pinchos tapizaban las paredes de aquella cueva, acechando, esperando un movimiento en falso del arrancar para actuar, y a sus pies, un Kakihara Asano inconsciente o muerto...realmente a Reiko eso le daba igual.Por el momento permaneció expectante, observando y analizando el terreno y las posibles amenazas.
Akagami Reiko- Desaparecido
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Edad : 35
Re: Blanco y en botella (I)
Tatsomaru no permitia que la situacion trastornara su calma, su actitud siempre ha sido analizar la situacion y responder en consecuencia. Tras realizar su "Final Flash" habia conseguido herir al Menos; pero tambien enagenarlo, hasta el punto de realizar una nueva modificacion de si mismo, a los ojos de Tatsomaru aquello se asimilaba a su propia resurreccion, parecia que de nuevo las tornas de poder habia vuelto a equilibrarse.
- Túu…¿acaso crees que puedes vencerme tan
fácilmente…? Te…¡¡matarééé!! –
La criatura ahora presentaba un gigantesco aspecto mucho mas grande que antes aunque aun preservaba su integridad de humanoide, al menos, fisicamente, mentalmente esa criatura que habia regenerado las heridas del "Final Flash" ahora se encontraba desvocada y atacaba solo por instinto animal de supervivencia.
Eso podria enfocarse como una ventaja a la hora de atacar, ya que ahora no pensaba en una estrategia, sin embargo era igual de peligroso para el propio Arrancar; ya que se comportaba como un animal herido que lucha por sobrevivir y no hay voluntad de lucha mas grande que esa.
- De nuevo esto vuelve a ponerse interesante
Un torbellino de arena se arremolino alrededor de Tatsomaru creando una especie de area cerrada muy pequeña la cual anulaba la capacidad de que el arrancar pudiera moverse libremente por fuera de ese espacio, y lo peor de todo, ahora habia perdido la visión de su objetivo.
El arrancar en un debil intento por salir de alli realizo un corte en la barrera, que no tardo en regenerarse de arena, no podria realizar un hueco lo suficientemente grande para salir de alli antes de que ese escudo se recompusiera y no tenia espacio suficiente para arriesgarse a un ataque mas potente si salir el mismo herido junto con la barrera.
La situacion se torno aun mas dramatica cuando Tatsomaru tuvo un segundo para observar por la diminuta rendija que habia hecho su arma al Vasto Lorde por fuera materializando en arena una inmensa naginata y alzandola para asestar un terrible golpe.
De no haber visto eso Tatsomaru no podria haber prevenido el ataque con la suficiente antelacion, y aun sabiendo que iba a asestarle tal golpe, tampoco podia predecir por donde realizar la guardia para evitar ser seccionado.No habia tiempo para pensar por donde asestaria el golpe....
-Maldición...no pensaba tener que convertirme en un fantasma con alguien como tu...
Aunque el area de movimiento era muy reducida, no precisaba de mas, de modo que, si no podia cubrir todos los angulos para evitar el ataque, evitaria que el ataque le tocase. Tatsomaru comenzo a moverse en sentido circular a gran velocidad hasta el punto de que su imagen desaparecio, su velocidad era demasiado alta como para que una vision pudiera recrear su imagen en un punto determinado ya que tecnicamente ahora no se encontraba materialmente en ningun sitio.
El ataque del Adjuchas fue un corte horizontal que secciono por completo ala altura de la cintura todo lo que se encontraba dentro del torbellino, la intrusion del arma impidio que la arena continuase girando, con lo que la arena se realentizo y dejo a la vista a Tatsomaru el cual ya se hallaba detenido y en pie y se encontraba en una zona que habia atravesado el arma pero si ninguna herida.
A pesar de que el Menos no habia visto lo que habia sucedido dentro, Tatsomaru sabia que el tenia constancia de que su arma no habia cortado nada dentro de la barrera.
-No poder matarte empieza a ser un inconveniente el cual estoy apunto de pasar por alto.
La imagen del Arrancar desaparecion en un parpadeo de Kemmet, derrepente ya no estaba ahi, Tatsomaru se encontraba ahora detenido justamente detras de la criatura a punto de asestar un corte a la altura del muslo del menos con intencion de seccionar toda la pierna.
-Es hora de volver al amanecer...juntos.
- Túu…¿acaso crees que puedes vencerme tan
fácilmente…? Te…¡¡matarééé!! –
La criatura ahora presentaba un gigantesco aspecto mucho mas grande que antes aunque aun preservaba su integridad de humanoide, al menos, fisicamente, mentalmente esa criatura que habia regenerado las heridas del "Final Flash" ahora se encontraba desvocada y atacaba solo por instinto animal de supervivencia.
Eso podria enfocarse como una ventaja a la hora de atacar, ya que ahora no pensaba en una estrategia, sin embargo era igual de peligroso para el propio Arrancar; ya que se comportaba como un animal herido que lucha por sobrevivir y no hay voluntad de lucha mas grande que esa.
- De nuevo esto vuelve a ponerse interesante
Un torbellino de arena se arremolino alrededor de Tatsomaru creando una especie de area cerrada muy pequeña la cual anulaba la capacidad de que el arrancar pudiera moverse libremente por fuera de ese espacio, y lo peor de todo, ahora habia perdido la visión de su objetivo.
El arrancar en un debil intento por salir de alli realizo un corte en la barrera, que no tardo en regenerarse de arena, no podria realizar un hueco lo suficientemente grande para salir de alli antes de que ese escudo se recompusiera y no tenia espacio suficiente para arriesgarse a un ataque mas potente si salir el mismo herido junto con la barrera.
La situacion se torno aun mas dramatica cuando Tatsomaru tuvo un segundo para observar por la diminuta rendija que habia hecho su arma al Vasto Lorde por fuera materializando en arena una inmensa naginata y alzandola para asestar un terrible golpe.
De no haber visto eso Tatsomaru no podria haber prevenido el ataque con la suficiente antelacion, y aun sabiendo que iba a asestarle tal golpe, tampoco podia predecir por donde realizar la guardia para evitar ser seccionado.No habia tiempo para pensar por donde asestaria el golpe....
-Maldición...no pensaba tener que convertirme en un fantasma con alguien como tu...
Aunque el area de movimiento era muy reducida, no precisaba de mas, de modo que, si no podia cubrir todos los angulos para evitar el ataque, evitaria que el ataque le tocase. Tatsomaru comenzo a moverse en sentido circular a gran velocidad hasta el punto de que su imagen desaparecio, su velocidad era demasiado alta como para que una vision pudiera recrear su imagen en un punto determinado ya que tecnicamente ahora no se encontraba materialmente en ningun sitio.
El ataque del Adjuchas fue un corte horizontal que secciono por completo ala altura de la cintura todo lo que se encontraba dentro del torbellino, la intrusion del arma impidio que la arena continuase girando, con lo que la arena se realentizo y dejo a la vista a Tatsomaru el cual ya se hallaba detenido y en pie y se encontraba en una zona que habia atravesado el arma pero si ninguna herida.
A pesar de que el Menos no habia visto lo que habia sucedido dentro, Tatsomaru sabia que el tenia constancia de que su arma no habia cortado nada dentro de la barrera.
-No poder matarte empieza a ser un inconveniente el cual estoy apunto de pasar por alto.
La imagen del Arrancar desaparecion en un parpadeo de Kemmet, derrepente ya no estaba ahi, Tatsomaru se encontraba ahora detenido justamente detras de la criatura a punto de asestar un corte a la altura del muslo del menos con intencion de seccionar toda la pierna.
-Es hora de volver al amanecer...juntos.
Tatsomaru- Desaparecido
- Post : 197
Edad : 37
Re: Blanco y en botella (I)
Y la enorme naginata arenisca atravesó la cúpula de lado a lado sin resultado alguno, como si lo único que hubiese en su interior fuera aire. Para el Vasto lorde, este resultado resultó del todo incomprensible, dado que no conocía las habilidades reales de su oponente.
Su ataque, lleno de furia e incontrolado, le había dado al arrancar la oportunidad que necesitaba para sentenciar el combate. Perdido en la ira y la voracidad, y con sus sentidos embotados por la creciente sed de sangre, el Menos fue incapaz de reaccionar al ataque por la espalda.
Así pues, la pierna cercenada voló frente a sus ojos, cayendo como a cámara lenta frente a él y deshaciéndose en arena al precipitarse contra el suelo. Kemet no pudo sino caer irremediablemente al suelo desértico, sangrando abundantemente por la ya segada extremidad y perdiendo la vida a cada instante que pasaba.
La vista nublada y las fuerzas que le abandonaban hacían ver al Menos que estaba ahora en manos de aquel extraño arrancar de inexplicables capacidades.
- Arrancar…- una tos seca y sangrante detuvo por un momento las palabras del Menos. – Tu nombre…dímelo.
E instantes después, cayó inconsciente, inmóvil sobre la arena. Poco a poco, su aliento iría perdiendo el calor y sus palpitaciones irían disminuyendo, fruto del desangramiento; y su vida acabaría, de no ser sometido a un tratamiento inmediato. Había, pues, que actuar con celeridad; planteamiento cerciorado por la nueva entrada en escena de un pitidito ya bien característico y la consecuente voz infantil:
- ¡Bien, Tatso-san! – la arrancar tenía la extraña manía de acortar los nombres hasta el extremo de lo ridículo - A ver…tendrás que traerlo ya mismito a la 9º Sección si quieres que esto haya servido para algo. ¡Y ráaapido!! ¡Que se nos vaaaa!! – y, sin mayor intervención, se cortó el mensaje, dejando al arrancar frente a la última indicación que recibiría durante aquella corta y misteriosa aventura.
Al otro lado del campo de batalla, y bajo las arenas del desierto, la macabra caverna tenía un nuevo visitante. Teletransportado de forma temeraria al interior de la cueva, Reiko había ingeniado una manera de oponerse a la opresiva oscuridad. A su alrededor, afilados miembros orgánicos y terribles fauces se estremecían, estirándose para intentar asestar el tan codiciado bocado.
Junto a sus pies se encontraba Kakihara Asano, anterior enviado a la misión y ahora bajo el dominio y posesión de cualquiera que fuera la criatura que habitaba en aquella cueva de los horrores. Sus piernas y torso habían comenzado a cubrirse con una masa pegajosa y densa, como si la propia caverna tratase de engullir al arrancar y asimilarlo como una parte propia. Sin embargo, aquello no pareció importar a un Reiko que, lejos de preocuparse por el estado del arrancar, parecía más que concienciado para el combate. Seguramente fuese lo mejor.
Pocos segundos después de haber pisado el suelo gelatinoso de la cueva, una mandíbula deforme y grotesca surgió tras de él desde el suelo y se lanzó hacia la pierna del Fracción, con la clara intención de asestar un mordisco al gemelo derecho de Reiko. Al tiempo que esto ocurría, una enorme y alargada púa salió disparada desde la pared más cercana, intentando incidir en el costado izquierdo del arrancar a una velocidad increíble.
Era difícil predecir qué era exactamente lo que se ocultaba entre las tinieblas de la caverna, pero si algo estaba claro era que el ingenioso Fracción iba a tener que resistir las acometidas de aquel depredador algo más de tiempo. Al menos hasta que pudiese conocer lo suficiente de su presa como para poder cumplir con su misión y salir con vida de aquella voraz madriguera…
[OFF: Tatsomaru, a ser posible, a partir de aquí seguirás en la 9º Sección, contestando en el mismo post del que vinimos. Yo me ocuparé de editar y poner los links aquí mismo cuando lo hagas ^^.
Hideyori Taira- Desaparecido
- Post : 574
Edad : 32
Re: Blanco y en botella (I)
Poco a poco la misteriosa cueva bajo el desierto iba tomando forma en la cabeza de Reiko, aunque aquello, a primera impresión del arrancar, se asemejaba más a una jaula de los horrores. Sus pasos eran cautelosos como los de un gigante caminando sobre un lago helado ya que el suelo estaba cubierto de alguna sustancia orgánica, pegajosa en cierto modo.
Mientras el viscoso manto iba cubriendo lentamente a Kakihara al margen del interés de Reiko, éste seguía avanzando por la cavidad en busca de algo más consistente que aquella gelatina hambrienta. Y sus deseos se hicieron realidad, aunque en forma de amenaza, pero por suerte Reiko ya tenía asumido que no todo se puede tener.
Solamente dispuso de un instante para intuir los ataques que iba a recibir. Su espalda estaba libre por lo que no suponía que fuese a recibir un ataque por lo alto pero quizás menos uno a su pierna. Por otra parte, había cometido el pequeño desliz de estar demasiado cerca de una de las paredes, por lo que el ataque de la enorme púa fue mas o menos bien previsto por el fracción. De hecho, el ataque de la púa y la esquiva de ésta propició que Reiko pudiese evitar,casi de manera involuntaria, el ataque de la boca. ¿Como?
Al percibir el movimiento a su izquierda, miró hacia dicho lugar analizando la naturaleza del ataque. Al ser similar a una estocada, decidió esquivarlo avanzando lateralmente hacia la pared mientras la púa casi rozaba su pecho. En dicho momento, ya pudo percibir el movimiento ya finalizado de la boca, que se encontraba ahora a su derecha.
Agarró tenazmente la púa con la mano derecha, desvaneciéndose la bala que soportaba en ella, y con ayuda del "puño americano" de su mano izquierda, partió la púa con algo de esfuerzo. Una bombilla se encendió de nuevo en su cabeza y una figura misteriosa con pinta de gnomo irlandés, producto de su imaginación por supuesto, se apareció diciendo: ¡Siii! ¡Atraviésalo!. Y si el duende lo dice...Reiko lo hace.
Y de ese modo, se encaró a la boca y saltando sobre ella se orientó hacia la pared de donde había surgido la estocada, dejando a la fauce entre la pared y él. Al caer, atravesó a aquel engendro, quitándose futuras amenazas del camino. Y de nuevo ese maldito duende: ¡Más, más, más...! ¡Hasta que no quede nada!
-Tengo que ir al psicólogo... pero qué diablos...-Pensaba en voz alta mientras se erguía y reformaba la bala en su mano derecha.-Bala...-Reiko medio sonreía cuando el proyectil, surgido de su mano izquierda, cayó hacia la fauce en diagonal como si de un meteorito se tratase, reduciéndola a meros recuerdos y dejando huella en aquella estancia. Tras el disparo, recompuso la bala de la mano izquierda como anteriormente hizo,recuperando su fuente de luz.
Eliminadas las primeras amenazas siguió avanzando poco a poco, esta vez lo mas alejado de las paredes que pudiese.
Mientras el viscoso manto iba cubriendo lentamente a Kakihara al margen del interés de Reiko, éste seguía avanzando por la cavidad en busca de algo más consistente que aquella gelatina hambrienta. Y sus deseos se hicieron realidad, aunque en forma de amenaza, pero por suerte Reiko ya tenía asumido que no todo se puede tener.
Solamente dispuso de un instante para intuir los ataques que iba a recibir. Su espalda estaba libre por lo que no suponía que fuese a recibir un ataque por lo alto pero quizás menos uno a su pierna. Por otra parte, había cometido el pequeño desliz de estar demasiado cerca de una de las paredes, por lo que el ataque de la enorme púa fue mas o menos bien previsto por el fracción. De hecho, el ataque de la púa y la esquiva de ésta propició que Reiko pudiese evitar,casi de manera involuntaria, el ataque de la boca. ¿Como?
Al percibir el movimiento a su izquierda, miró hacia dicho lugar analizando la naturaleza del ataque. Al ser similar a una estocada, decidió esquivarlo avanzando lateralmente hacia la pared mientras la púa casi rozaba su pecho. En dicho momento, ya pudo percibir el movimiento ya finalizado de la boca, que se encontraba ahora a su derecha.
Agarró tenazmente la púa con la mano derecha, desvaneciéndose la bala que soportaba en ella, y con ayuda del "puño americano" de su mano izquierda, partió la púa con algo de esfuerzo. Una bombilla se encendió de nuevo en su cabeza y una figura misteriosa con pinta de gnomo irlandés, producto de su imaginación por supuesto, se apareció diciendo: ¡Siii! ¡Atraviésalo!. Y si el duende lo dice...Reiko lo hace.
Y de ese modo, se encaró a la boca y saltando sobre ella se orientó hacia la pared de donde había surgido la estocada, dejando a la fauce entre la pared y él. Al caer, atravesó a aquel engendro, quitándose futuras amenazas del camino. Y de nuevo ese maldito duende: ¡Más, más, más...! ¡Hasta que no quede nada!
-Tengo que ir al psicólogo... pero qué diablos...-Pensaba en voz alta mientras se erguía y reformaba la bala en su mano derecha.-Bala...-Reiko medio sonreía cuando el proyectil, surgido de su mano izquierda, cayó hacia la fauce en diagonal como si de un meteorito se tratase, reduciéndola a meros recuerdos y dejando huella en aquella estancia. Tras el disparo, recompuso la bala de la mano izquierda como anteriormente hizo,recuperando su fuente de luz.
Eliminadas las primeras amenazas siguió avanzando poco a poco, esta vez lo mas alejado de las paredes que pudiese.
Akagami Reiko- Desaparecido
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Edad : 35
Re: Blanco y en botella (I)
Siguiendo quizás a su estilo de lucha ofensivo, Reiko se decantó por esquivar la punzante estocada en la propia dirección en la que esta venía, es decir, hacia la pared. La púa pasó a contados milímetros del torso del arrancar, prosiguiendo su trayectoria apenas unos metros antes de ser arrancada de cuajo por medio de un violento movimiento de Reiko.
La imprevista mandíbula, por su parte, erraría en su mordisco al haber realizado el Fracción la esquiva lateralmente. Si aquello había sido el destino o pura casualidad, nunca lo sabríamos. El caso es que Reiko, habiendo percibido ya la presencia de dicha protuberancia asesina de la cueva, usó la misma púa que segundos antes le iba a atravesar para hacer lo propio con la mandíbula.
El método fue de lo más circense. Empleando la misma voltereta que le colocaría a una distancia más prudencial de la pared, cayó junto a la mandíbula, empalándola al mismo tiempo que aterrizaba en el suelo. Toda una acrobacia, vamos.
No contento con ello, el Fracción se tomó la licencia de rematar al amorfo atacante mediante un Bala. Craso error.
Segundos después de que la carnívora extremidad explotara en un festival de sangre y tendones lacerados, la cueva empezó a temblar. Como si hubiesen tomado vida propia, las paredes de la misma parecieron devorarse a sí mismas en un proceso que comenzaba a estrechar el habitáculo en el que Reiko se encontraba, encerrándolo inexorablemente cada vez más entre una horda de púas sangrantes; tentáculos manantes de una especie de bilis, por supuesto corrosiva para todo lo ajeno a la propia cueva; y como no cabía ser de otra forma, montones de mandíbulas hambrientas. Decenas de ellas.
Al tiempo que esto ocurría, algo más pareció moverse al fondo de la palpitante estancia. Algo distinto. Una aberración de la naturaleza se escondía entre las tinieblas, agitando incontables e irreconocibles extremidades y segregando toda clase de vapores pútridos y nauseabundos. Parecía invitar al Fracción a atreverse a acometer contra él, no ya por sus movimientos, sino por la continua presión que comenzaban a ejercer unas paredes que se cerraban en torno a Reiko, y que le abrían un paso evidente en la dirección de aquel ser de pesadilla…
[OFF: Te dejo un "esbozo" del Menos para que puedas tomar un poco más de iniciativa. Lo verías en el momento en que sigas adelante por el pasaje que te abren las paredes. Disculpa la mala calidad del dibujo, espero que al menos te puedas hacer una idea del bicho ^^]:
La imprevista mandíbula, por su parte, erraría en su mordisco al haber realizado el Fracción la esquiva lateralmente. Si aquello había sido el destino o pura casualidad, nunca lo sabríamos. El caso es que Reiko, habiendo percibido ya la presencia de dicha protuberancia asesina de la cueva, usó la misma púa que segundos antes le iba a atravesar para hacer lo propio con la mandíbula.
El método fue de lo más circense. Empleando la misma voltereta que le colocaría a una distancia más prudencial de la pared, cayó junto a la mandíbula, empalándola al mismo tiempo que aterrizaba en el suelo. Toda una acrobacia, vamos.
No contento con ello, el Fracción se tomó la licencia de rematar al amorfo atacante mediante un Bala. Craso error.
Segundos después de que la carnívora extremidad explotara en un festival de sangre y tendones lacerados, la cueva empezó a temblar. Como si hubiesen tomado vida propia, las paredes de la misma parecieron devorarse a sí mismas en un proceso que comenzaba a estrechar el habitáculo en el que Reiko se encontraba, encerrándolo inexorablemente cada vez más entre una horda de púas sangrantes; tentáculos manantes de una especie de bilis, por supuesto corrosiva para todo lo ajeno a la propia cueva; y como no cabía ser de otra forma, montones de mandíbulas hambrientas. Decenas de ellas.
Al tiempo que esto ocurría, algo más pareció moverse al fondo de la palpitante estancia. Algo distinto. Una aberración de la naturaleza se escondía entre las tinieblas, agitando incontables e irreconocibles extremidades y segregando toda clase de vapores pútridos y nauseabundos. Parecía invitar al Fracción a atreverse a acometer contra él, no ya por sus movimientos, sino por la continua presión que comenzaban a ejercer unas paredes que se cerraban en torno a Reiko, y que le abrían un paso evidente en la dirección de aquel ser de pesadilla…
[OFF: Te dejo un "esbozo" del Menos para que puedas tomar un poco más de iniciativa. Lo verías en el momento en que sigas adelante por el pasaje que te abren las paredes. Disculpa la mala calidad del dibujo, espero que al menos te puedas hacer una idea del bicho ^^]:
Hideyori Taira- Desaparecido
- Post : 574
Edad : 32
Re: Blanco y en botella (I)
Aquella mandíbula estalló en puré de carne y sangre mientras Reiko observaba el espectáculo. Poco después de ese momento todo empezó a temblar. Instintivamente Reiko miró al suelo, como advirtiendo que algo iba a salir bajo sus pies, pero en lugar de eso, las paredes de la cueva cambiaron de forma, forzando al arrancar a adentrarse en la cueva, abriendo ante él una especie de pasillo.
Manteniendo una guardia de manos propia de algún arte marcial, avanzaba haciendo uso de la iluminación que el mismo proporcionaba. Las paredes amenazaban con comérselo vivo y mientras, Reiko trataba de ignorar la presencia de las formas de decoraban aquella cavidad, las mismas que lo querían de merienda. De repente se detuvo en seco, y adoptó una postura erguida, sin guardia alguna; había localizado algo, algo con lo que esperaba poder combatir cara a cara, lo cual supondría que habría encontrado a su objetivo. Pero cuando el enemigo abre sus puertas...
-Ciertamente tentador...-Se decía a si mismo mentalmente.-Un poco más...-Y poco a poco se fue acercando hasta que frente a él tuvo al hollow a unos 5 metros.
Nunca había visto algo así, era grotesco rozando lo repugnante. Tres cabezas, un brazo "normal", una especie de maza en el otro brazo, y garras y jugos poco deseables por doquier era la descripción más benévola para la anatomía de aquel ser. Lo cierto es que podría desenvainar y mantener un foco de luz, pero no veía necesario el uso de su zampakutou, por lo que simplemente esperó unos instantes frente a aquel ser en la misma postura despreocupada a la que había pasado; analizando al enemigo, tentándole.
-Tío, necesitas redecorar esta choza si quieres que las féminas se acerquen, aunque de todos modos con esa cara no creo que ligues mucho, ¿no? -Y siguió hablando en tono burlón a la vez que amigable como si nada-Mira te propongo un trato, tengo un amiguete que esta organizando una fiestecilla, y había pensado que a lo te gustaría unirte. Ya sabes conocerías gente y tal, y si le caes bien lo mismo te hace un cambio de look.-Aquellas útimas palabras de Reiko sonaron un tanto macabras y la sonrisa de su cara ayudaba a enfatizar esto.-Bueno, ¿que va a ser "precioso"?, ¿vendrás con el tito Reiko a "divertirte"...o tendré que sacarte a pasear yo mismo?-Su expresión era la misma que hacía un instante, desafiante,incomprensiblemente despreocupado, cómico y en cierto modo, atemorizante.
Se quedó frente a la criatura esperando una respuesta, aunque no esperaba palabra alguna por otra parte, ¿hablará en estéreo? se preguntaba; pronto lo descubriría...
Manteniendo una guardia de manos propia de algún arte marcial, avanzaba haciendo uso de la iluminación que el mismo proporcionaba. Las paredes amenazaban con comérselo vivo y mientras, Reiko trataba de ignorar la presencia de las formas de decoraban aquella cavidad, las mismas que lo querían de merienda. De repente se detuvo en seco, y adoptó una postura erguida, sin guardia alguna; había localizado algo, algo con lo que esperaba poder combatir cara a cara, lo cual supondría que habría encontrado a su objetivo. Pero cuando el enemigo abre sus puertas...
-Ciertamente tentador...-Se decía a si mismo mentalmente.-Un poco más...-Y poco a poco se fue acercando hasta que frente a él tuvo al hollow a unos 5 metros.
Nunca había visto algo así, era grotesco rozando lo repugnante. Tres cabezas, un brazo "normal", una especie de maza en el otro brazo, y garras y jugos poco deseables por doquier era la descripción más benévola para la anatomía de aquel ser. Lo cierto es que podría desenvainar y mantener un foco de luz, pero no veía necesario el uso de su zampakutou, por lo que simplemente esperó unos instantes frente a aquel ser en la misma postura despreocupada a la que había pasado; analizando al enemigo, tentándole.
-Tío, necesitas redecorar esta choza si quieres que las féminas se acerquen, aunque de todos modos con esa cara no creo que ligues mucho, ¿no? -Y siguió hablando en tono burlón a la vez que amigable como si nada-Mira te propongo un trato, tengo un amiguete que esta organizando una fiestecilla, y había pensado que a lo te gustaría unirte. Ya sabes conocerías gente y tal, y si le caes bien lo mismo te hace un cambio de look.-Aquellas útimas palabras de Reiko sonaron un tanto macabras y la sonrisa de su cara ayudaba a enfatizar esto.-Bueno, ¿que va a ser "precioso"?, ¿vendrás con el tito Reiko a "divertirte"...o tendré que sacarte a pasear yo mismo?-Su expresión era la misma que hacía un instante, desafiante,incomprensiblemente despreocupado, cómico y en cierto modo, atemorizante.
Se quedó frente a la criatura esperando una respuesta, aunque no esperaba palabra alguna por otra parte, ¿hablará en estéreo? se preguntaba; pronto lo descubriría...
Akagami Reiko- Desaparecido
- Post : 145
Edad : 35
Re: Blanco y en botella (I)
Poco a poco, mientras el Fracción se iba aproximando a aquella abominación de ser, las paredes tras él se iban cerrando, agotando el espacio a sus espaldas y forzándole a acercarse cada vez más a su enemigo.
Reiko avanzaba con precaución, evitando abalanzarse sobre su adversario por mucha presión que aquella jaula opresora ejerciera sobre él. Durante un momento, pareció observarle, centrándose en identificar cada uno de los muchos miembros peligrosos que la criatura poseía; tarea nada fácil, por cierto.
Aquel amasijo de púas, ojos y mandíbulas manantes de corrosiva saliva no ofrecían una visión demasiado tranquilizadora, y eso por no mencionar las tres cabezas voraces que surgían de su cuerpo:
Una de ellas era similar a la de un ave rapaz, sin dientes aparentes pero con un afilado pico y una especie de cuchilla que adornaba los dos laterales de su cuello, cual espada de doble filo. Otra ofrecía un aspecto algo más compacto, con sendos colmillos como estacas a los laterales de la cabeza, y una apertura como un tajo longitudinal por la parte superior del cuello, de la cual supuraba una especie de ácido corrosivo que bañaba gran parte del cuello y la cabeza. Por último, y centrada en el torso del Adjuchas, se encontraba su tercera cabeza, blindada con una máscara blanca y repleta de pústulas y pequeñas púas.
Así pues, la única repuesta que recibiría Reiko a su larga parrafada de provocaciones jocosas sería el ataque hacia su pecho de la primera de las cabezas, precedido por el intento de agarrar su tobillo izquierdo con uno de los muchos tentáculos extensibles que adornaban el cuerpo del Menos.
El arrancar no tendría gran posibilidad de retirada o esquivo hacia atrás, pues las paredes móviles y hambrientas se habían ido acercando lentamente, hasta el punto de encontrarse Reiko a apenas un metro de la mandíbula más cercana. De este modo, posiblemente su única opción sería defenderse de los ataques o intentar acercarse como buenamente pudiera, con la intención de derrotar a su enemigo antes de ser consumido por aquella pesadilla hambrienta...
Reiko avanzaba con precaución, evitando abalanzarse sobre su adversario por mucha presión que aquella jaula opresora ejerciera sobre él. Durante un momento, pareció observarle, centrándose en identificar cada uno de los muchos miembros peligrosos que la criatura poseía; tarea nada fácil, por cierto.
Aquel amasijo de púas, ojos y mandíbulas manantes de corrosiva saliva no ofrecían una visión demasiado tranquilizadora, y eso por no mencionar las tres cabezas voraces que surgían de su cuerpo:
Una de ellas era similar a la de un ave rapaz, sin dientes aparentes pero con un afilado pico y una especie de cuchilla que adornaba los dos laterales de su cuello, cual espada de doble filo. Otra ofrecía un aspecto algo más compacto, con sendos colmillos como estacas a los laterales de la cabeza, y una apertura como un tajo longitudinal por la parte superior del cuello, de la cual supuraba una especie de ácido corrosivo que bañaba gran parte del cuello y la cabeza. Por último, y centrada en el torso del Adjuchas, se encontraba su tercera cabeza, blindada con una máscara blanca y repleta de pústulas y pequeñas púas.
Así pues, la única repuesta que recibiría Reiko a su larga parrafada de provocaciones jocosas sería el ataque hacia su pecho de la primera de las cabezas, precedido por el intento de agarrar su tobillo izquierdo con uno de los muchos tentáculos extensibles que adornaban el cuerpo del Menos.
El arrancar no tendría gran posibilidad de retirada o esquivo hacia atrás, pues las paredes móviles y hambrientas se habían ido acercando lentamente, hasta el punto de encontrarse Reiko a apenas un metro de la mandíbula más cercana. De este modo, posiblemente su única opción sería defenderse de los ataques o intentar acercarse como buenamente pudiera, con la intención de derrotar a su enemigo antes de ser consumido por aquella pesadilla hambrienta...
Hideyori Taira- Desaparecido
- Post : 574
Edad : 32
Re: Blanco y en botella (I)
-Hmm...-Reiko no pudo evitar soltar un suspiro ante la nula capacidad de comunicación de aquel ser. Ante el ataque de sarcasmo y mofa del arrancar el adjuchas simplemente respondía con un ataque.
-Qué previsible...-pensaba el fracción.
Ante el agarre de su tobillo izquierdo, Reiko simplemente respondió con una mirada menospreciadora hacia el menos, valga la rebundancia. Era poco original, poco adecuado, y sobre todo poco efectivo. Pero la situación se tornó un tanto interesante cuando la cabeza con forma de ave rapaz se abalanzó contra el pecho del arrancar.
-¡Je...! Ven aquí pajarito.-Ahora si que se estaba divirtiendo, y su sonrisa era la prueba, aunque bien podría haber sido muestra de sarcasmo o burla; o quizás una mezcla de todas ellas.
El pie izquierdo estaba inmóvil por lo que decidió rotar sobre ese pie hacia la izquierda, adelantando el pie derecho en dirección al menos, pero mirando hacia lo que antes era la izquierda del fracción. Justo después de dicho movimiento, inclinó el torso hacia atrás en el instante que la cabeza iba a golpear, y antes de que las cuchillas de los laterales del cuello de aquel ser pudiesen alcanzar su pecho, propinó un derechazo aprovechando el giro que había realizado al inicio de la esquiva.
La luz de la bala aún en el puño de Reiko mostraba a un ser retorciéndose de dolor, y lo que parecía una mandíbula rota, aunque Reiko no podía afirmarlo. Tras deshacerse aparentemete de esa cabeza, uso la bala de su derecha para librarse del tentáculo que le tenía sujeto,, y aprovechando la nube de polvo resultante, avanzó rápidamente hasta la parte baja de la cabeza que poseía máscara, que debía ser sin duda el centro neurálgico de aquel ser.
En su movimiento, recompuso sin dificultad la bala recién lanzada, y ahora se encontraba bajo el mentón de aquel ser, agachado y listo para realizar un gancho de izquierda potenciado por sus piernas hacia la parte baja de la cabeza con máscara. Reiko no escatimó en fuerza pero tampoco reunió la suficiente para arrancarle la cabeza, tenía que dejarlo inconsciente sin partir su máscara y esa fue la primera forma que se le ocurrió. ¿Funcionaría?
-Qué previsible...-pensaba el fracción.
Ante el agarre de su tobillo izquierdo, Reiko simplemente respondió con una mirada menospreciadora hacia el menos, valga la rebundancia. Era poco original, poco adecuado, y sobre todo poco efectivo. Pero la situación se tornó un tanto interesante cuando la cabeza con forma de ave rapaz se abalanzó contra el pecho del arrancar.
-¡Je...! Ven aquí pajarito.-Ahora si que se estaba divirtiendo, y su sonrisa era la prueba, aunque bien podría haber sido muestra de sarcasmo o burla; o quizás una mezcla de todas ellas.
El pie izquierdo estaba inmóvil por lo que decidió rotar sobre ese pie hacia la izquierda, adelantando el pie derecho en dirección al menos, pero mirando hacia lo que antes era la izquierda del fracción. Justo después de dicho movimiento, inclinó el torso hacia atrás en el instante que la cabeza iba a golpear, y antes de que las cuchillas de los laterales del cuello de aquel ser pudiesen alcanzar su pecho, propinó un derechazo aprovechando el giro que había realizado al inicio de la esquiva.
La luz de la bala aún en el puño de Reiko mostraba a un ser retorciéndose de dolor, y lo que parecía una mandíbula rota, aunque Reiko no podía afirmarlo. Tras deshacerse aparentemete de esa cabeza, uso la bala de su derecha para librarse del tentáculo que le tenía sujeto,, y aprovechando la nube de polvo resultante, avanzó rápidamente hasta la parte baja de la cabeza que poseía máscara, que debía ser sin duda el centro neurálgico de aquel ser.
En su movimiento, recompuso sin dificultad la bala recién lanzada, y ahora se encontraba bajo el mentón de aquel ser, agachado y listo para realizar un gancho de izquierda potenciado por sus piernas hacia la parte baja de la cabeza con máscara. Reiko no escatimó en fuerza pero tampoco reunió la suficiente para arrancarle la cabeza, tenía que dejarlo inconsciente sin partir su máscara y esa fue la primera forma que se le ocurrió. ¿Funcionaría?
Akagami Reiko- Desaparecido
- Post : 145
Edad : 35
Re: Blanco y en botella (I)
¡Biiiiinggg!!
La cabeza atacante crujió, desfigurada por el impacto reforzado del puño del arrancar, y dejando la mandíbula inferior colgada, inerte. Al parecer la embestida había resultado ser todo un fracaso.
Y no sólo eso, sino que además el Fracción había acabado librándose del agarre de su enemigo, dirigiéndose ahora justo al centro neurálgico de aquel engendro, que momentos antes se creía vencedor, y que sin embargo ahora no podía más que intentar reaccionar, fuese como fuese, al ataque en forma de puño carmesí. Cosa que hizo.
Poco antes de que llegase el ataque del arrancar, su rival interpuso una desfigurada extremidad en forma de brazo, y de cuyos dedos surgían diversas herramientas de muerte. Además, y a media distancia entre el supuesto “hombro” del que surgía la extremidad, y el final de la misma, había brotado una especie de garra, que lograría agarrar a Reiko de la muñeca una vez el ataque de este hubiese atravesado la palma de la mano que el Menos había interpuesto en su trayectoria.
De este modo, quedaría Reiko con su brazo atravesando hasta el codo la palma de la mano enemiga; con su muñeca sujeta por la garra que brotaba del brazo, y recibiendo el inesperado ataque de uno de los dedos, con forma de serpiente, y que buscaría el cuello de su enemigo para hincar en él sus afilados colmillos.
Finalmente, y justo en el mismo momento en que dicha cabeza serpentina se lanzaba a por su presa; el Menos utilizó una de las ventajas que le otorgaban su enorme multitud de miembros con capacidades ofensivas:
Colocando su “brazo izquierdo” por el flanco derecho de Reiko, el hollow entornó aquella mole de pinchos y nervios hacia su oponente, haciendo encarar a una enorme boca en ella presente justo a mediana altura del costado del Fracción. Posiblemente lo único que lograría percibir el boxeador de los puños de bala sería un destello carmesí a su derecha, instantes antes de surgir el Cero desde la antes mencionada mandíbula.
Así pues, y sujeto su brazo izquierdo y teniendo que defenderse de sendos ataques en apenas unas décimas de segundo, ¿sería Akagami Reiko capaz de salvar la vida esta vez…?
La cabeza atacante crujió, desfigurada por el impacto reforzado del puño del arrancar, y dejando la mandíbula inferior colgada, inerte. Al parecer la embestida había resultado ser todo un fracaso.
Y no sólo eso, sino que además el Fracción había acabado librándose del agarre de su enemigo, dirigiéndose ahora justo al centro neurálgico de aquel engendro, que momentos antes se creía vencedor, y que sin embargo ahora no podía más que intentar reaccionar, fuese como fuese, al ataque en forma de puño carmesí. Cosa que hizo.
Poco antes de que llegase el ataque del arrancar, su rival interpuso una desfigurada extremidad en forma de brazo, y de cuyos dedos surgían diversas herramientas de muerte. Además, y a media distancia entre el supuesto “hombro” del que surgía la extremidad, y el final de la misma, había brotado una especie de garra, que lograría agarrar a Reiko de la muñeca una vez el ataque de este hubiese atravesado la palma de la mano que el Menos había interpuesto en su trayectoria.
De este modo, quedaría Reiko con su brazo atravesando hasta el codo la palma de la mano enemiga; con su muñeca sujeta por la garra que brotaba del brazo, y recibiendo el inesperado ataque de uno de los dedos, con forma de serpiente, y que buscaría el cuello de su enemigo para hincar en él sus afilados colmillos.
Finalmente, y justo en el mismo momento en que dicha cabeza serpentina se lanzaba a por su presa; el Menos utilizó una de las ventajas que le otorgaban su enorme multitud de miembros con capacidades ofensivas:
Colocando su “brazo izquierdo” por el flanco derecho de Reiko, el hollow entornó aquella mole de pinchos y nervios hacia su oponente, haciendo encarar a una enorme boca en ella presente justo a mediana altura del costado del Fracción. Posiblemente lo único que lograría percibir el boxeador de los puños de bala sería un destello carmesí a su derecha, instantes antes de surgir el Cero desde la antes mencionada mandíbula.
Así pues, y sujeto su brazo izquierdo y teniendo que defenderse de sendos ataques en apenas unas décimas de segundo, ¿sería Akagami Reiko capaz de salvar la vida esta vez…?
Hideyori Taira- Desaparecido
- Post : 574
Edad : 32
Re: Blanco y en botella (I)
Todo iba según lo previsto, había conseguido llegar al punto desde el que lanzaría su gancho pero en el último momento el engendro interpuso su "brazo" derecho para intentar parar el golpe, claro que el fracción no iba a detener su puño por eso y continuó según lo previsto. Conclusión: el brazo derecho del adjuchas obtuvo un bonito orificio y su cabeza un bonito gancho en el mentón, pero a cambio consiguió inmovilizar el brazo derecho de Reiko.
Reiko sonrió ante la irrelevancia de tener un brazo preso, pero esa sonrisa e esfumó en el preciso instante en que pudo percibir por el rabillo de su ojo derecho un destello rojo mientras contemplaba además como una especie de serpiente atacaba a su cuello. Dedujo, a partir de su dominio de los ataques de kidoh hollow, que se trataba de un cero(y no de una bala) ya que llevaba un segundo siendo conjurado y aún permanecía en el foco del mismo.
Por mucho que le fastidiase, en aquella situación se hacía obligado el uso de su poder hollow, ya que aunque consiguiese liberarse de la presa con facilidad, la amenaza de un cero(por flojo que fuese) no le dejaba muchas opciones; y de hecho prefería usar dicho poder a recibir el impacto de la avalancha carmesí.
Decidió aprovechar las ventajas de las que disponía y esperó hasta el último momento posible para intentar que el menos lanzase el cero a su propia mano creyendo que el fracción estaba aún ahí. De este modo en el momento en que la cabeza de serpiente iba a alcanzarle, desapareció de la vista del menos dejando un pequeño halo negro para reubicarse en su espalda, a una distancia de 10 metros aproximadamente, cuidando no tener ninguna pared cerca.
Así pues, apoyó la rodilla derecha en el suelo mientras su pierna izquierda se flexionaba 90 grados para posibilitar la postura. Extendió sus puños en horizontal hacia delante, juntándolos mientras se producían interacciónes entre las dos balas de sus puños. En el momento en que sus puños estuvieron juntos, las dos balas se fusionaron, dando lugar a una única bala de unos 50 centímetros de diámetro envuelta al igual que sus predecesoras en descargas "eléctricas" del mismo color que ésta.
-Death Canyon...-Sin mediar palabra alguna más que esas dos, nombre dado por Reiko a la simple técnica que estaba efectuando, lanzó el proyectil hacia la espalda de su objetivo. La bala viajó a la velocidad de una bala convencional, que a una distancia de tan solo 10 metros, hacía el tiempo de vuelo casi cero.
¿Sería el fin de aquella abominación?
[OFF: El Death Canyon no es más que dos balas juntas, es decir, se tarda más tiempo en lanzarla y tiene el poder de las dos juntas. Le he puesto nombre para darle algo de vidilla,y teniendo en cuenta además el intensivo entrenamiento de cero/bala que realizó en su pasado, es perfectamente viable.Si hay problemas lo cambio de todos modos]
Reiko sonrió ante la irrelevancia de tener un brazo preso, pero esa sonrisa e esfumó en el preciso instante en que pudo percibir por el rabillo de su ojo derecho un destello rojo mientras contemplaba además como una especie de serpiente atacaba a su cuello. Dedujo, a partir de su dominio de los ataques de kidoh hollow, que se trataba de un cero(y no de una bala) ya que llevaba un segundo siendo conjurado y aún permanecía en el foco del mismo.
Por mucho que le fastidiase, en aquella situación se hacía obligado el uso de su poder hollow, ya que aunque consiguiese liberarse de la presa con facilidad, la amenaza de un cero(por flojo que fuese) no le dejaba muchas opciones; y de hecho prefería usar dicho poder a recibir el impacto de la avalancha carmesí.
Decidió aprovechar las ventajas de las que disponía y esperó hasta el último momento posible para intentar que el menos lanzase el cero a su propia mano creyendo que el fracción estaba aún ahí. De este modo en el momento en que la cabeza de serpiente iba a alcanzarle, desapareció de la vista del menos dejando un pequeño halo negro para reubicarse en su espalda, a una distancia de 10 metros aproximadamente, cuidando no tener ninguna pared cerca.
Así pues, apoyó la rodilla derecha en el suelo mientras su pierna izquierda se flexionaba 90 grados para posibilitar la postura. Extendió sus puños en horizontal hacia delante, juntándolos mientras se producían interacciónes entre las dos balas de sus puños. En el momento en que sus puños estuvieron juntos, las dos balas se fusionaron, dando lugar a una única bala de unos 50 centímetros de diámetro envuelta al igual que sus predecesoras en descargas "eléctricas" del mismo color que ésta.
-Death Canyon...-Sin mediar palabra alguna más que esas dos, nombre dado por Reiko a la simple técnica que estaba efectuando, lanzó el proyectil hacia la espalda de su objetivo. La bala viajó a la velocidad de una bala convencional, que a una distancia de tan solo 10 metros, hacía el tiempo de vuelo casi cero.
¿Sería el fin de aquella abominación?
[OFF: El Death Canyon no es más que dos balas juntas, es decir, se tarda más tiempo en lanzarla y tiene el poder de las dos juntas. Le he puesto nombre para darle algo de vidilla,y teniendo en cuenta además el intensivo entrenamiento de cero/bala que realizó en su pasado, es perfectamente viable.Si hay problemas lo cambio de todos modos]
Akagami Reiko- Desaparecido
- Post : 145
Edad : 35
Re: Blanco y en botella (I)
Desapareciendo en el último instante, Reiko se libró por poco de recibir un Cero a bocajarro. En su lugar, el proyectil impactó en el brazo con que el Menos le había agarrado, desintegrándolo y golpeando, a su vez, al largo cuello de la cabeza de ave rapaz, aquel que le había atacado instantes antes.
Así que ahí quedó el Menos, con un brazo y una cabeza menos, valga la redundancia; sangrando abundantemente y con su aún intacto enemigo a sus espaldas y preparando su próximo ataque. Pese a que la desmesurada hemorragia en ambos miembros quedó cortada momentos después por una maraña de tejidos orgánicos que surgían de su propia piel; poco pudo hacer el adversario de Reiko para esquivar su ataque en forma de Bala. Y una doble, cabe añadir.
Bajo el nombre de Death Canyon, el ataque de Reiko incidió de lleno en la espalda de la abominación hollow, atravesando la columna y perdiéndose en la oscuridad de las entrañas de la bestia. Al instante, del agujero abierto por el ataque empezó a manar sangre, cual boca de incendios arrancada del suelo. Litros y litros del fluido escapaban a cada segundo, deshaciéndose al mismo tiempo, de una manera un tanto extraña, todos y cada uno de los tejidos y músculos del Menos.
En un proceso relativamente rápido, el enorme cuerpo de aquella bestia de pesadilla, así como la totalidad de las fauces, estacas, y biomasa de la cueva, se fueron descomponiendo en vasos sanguíneos que volvían al interior del cuerpo del hollow, internándose en su tórax. De este modo, y en apenas unos segundos, la infinidad de amenazas y miembros palpitantes del oscuro lugar se concentró en un solo lugar:
Ya en el suelo yacía una especie de semilla, de tamaño similar al de una pelota de tenis, y adornada por algún que otro pinchito y finísimo tentáculo juguetón. Su color era el blanco más absoluto, idéntico al de una máscara hollow excepto por algunas delgadas rayas rojas y el color sangriento de los pequeños tentaculitos.
Daba una imagen casi entrañable…inocente e inofensiva. Es decir, todo lo contrario que cuando su aspecto se había desarrollado en la forma de una cueva hambrienta y una quimera antropomorfa.
Así que ahora lo único que le quedaría a Reiko por hacer sería recoger dicho espécimen y devolverlo a las dependencias de la 9º Sección. Y en cuanto al derrotado 10º Fracción… lo cierto es que eso quedaba al total antojo del arrancar. Al fin y al cabo, Taira buscaba de él que le trajese la codiciada criatura; el hecho de que con ello librara a Asano de ser consumido por completo por aquella semilla-hollow, era un mero efecto secundario.
Y quizás era esa una manera cruel de pensar, sí, pero lo cierto es que la semilla del pragmatismo y la ambición hacía ya siglos que había enraizado en el corazón de los Hideyori…
[OFF: Por mi parte, queda finalizado este hilo de la Trama. En cuanto postees aquí cerramos y nos vemos en la 9º Sección.]
Así que ahí quedó el Menos, con un brazo y una cabeza menos, valga la redundancia; sangrando abundantemente y con su aún intacto enemigo a sus espaldas y preparando su próximo ataque. Pese a que la desmesurada hemorragia en ambos miembros quedó cortada momentos después por una maraña de tejidos orgánicos que surgían de su propia piel; poco pudo hacer el adversario de Reiko para esquivar su ataque en forma de Bala. Y una doble, cabe añadir.
Bajo el nombre de Death Canyon, el ataque de Reiko incidió de lleno en la espalda de la abominación hollow, atravesando la columna y perdiéndose en la oscuridad de las entrañas de la bestia. Al instante, del agujero abierto por el ataque empezó a manar sangre, cual boca de incendios arrancada del suelo. Litros y litros del fluido escapaban a cada segundo, deshaciéndose al mismo tiempo, de una manera un tanto extraña, todos y cada uno de los tejidos y músculos del Menos.
En un proceso relativamente rápido, el enorme cuerpo de aquella bestia de pesadilla, así como la totalidad de las fauces, estacas, y biomasa de la cueva, se fueron descomponiendo en vasos sanguíneos que volvían al interior del cuerpo del hollow, internándose en su tórax. De este modo, y en apenas unos segundos, la infinidad de amenazas y miembros palpitantes del oscuro lugar se concentró en un solo lugar:
Ya en el suelo yacía una especie de semilla, de tamaño similar al de una pelota de tenis, y adornada por algún que otro pinchito y finísimo tentáculo juguetón. Su color era el blanco más absoluto, idéntico al de una máscara hollow excepto por algunas delgadas rayas rojas y el color sangriento de los pequeños tentaculitos.
Daba una imagen casi entrañable…inocente e inofensiva. Es decir, todo lo contrario que cuando su aspecto se había desarrollado en la forma de una cueva hambrienta y una quimera antropomorfa.
Así que ahora lo único que le quedaría a Reiko por hacer sería recoger dicho espécimen y devolverlo a las dependencias de la 9º Sección. Y en cuanto al derrotado 10º Fracción… lo cierto es que eso quedaba al total antojo del arrancar. Al fin y al cabo, Taira buscaba de él que le trajese la codiciada criatura; el hecho de que con ello librara a Asano de ser consumido por completo por aquella semilla-hollow, era un mero efecto secundario.
Y quizás era esa una manera cruel de pensar, sí, pero lo cierto es que la semilla del pragmatismo y la ambición hacía ya siglos que había enraizado en el corazón de los Hideyori…
[OFF: Por mi parte, queda finalizado este hilo de la Trama. En cuanto postees aquí cerramos y nos vemos en la 9º Sección.]
Hideyori Taira- Desaparecido
- Post : 574
Edad : 32
Re: Blanco y en botella (I)
-Fácil, extrañamente fácil...-estos pensamientos sorevolaban la mente del fracción al ver que su ataque había sido un tanto más devastador de lo esperado. Quizás sobrevaloró a su oponente o quizás se subestimó a sí mismo, pero la conclusión fue que todo parecía haber acabado en aquella extraña cavidad, el paseo por el circo de los horrores había acabado junto a aquel ser, dejando en su lugar, una especie de semilla en medio de una cueva de lo más normal.
Reiko sacó de su túnica una bolsita hermética que casualmente había metido antes de partir, se acercó a la susodicha "semilla" y la introdujo en la bolsa cuidando de no pincharse, fijando la bolsa a su cinto mediante un curioso artilugio metálico.Tras eso, se dirigió hacia la "salida" cogiendo a Kakihara del cuello de sus ropas al parar por su lado. Llevó arrastrando al bulto hasta llegar a lo que parecía ser una chimenea de salida, así que arrojó el cuerpo al aire de manera que al salir a la superficie cayese en tierra firme. Tras esto, saltó fuera de la cueva y antes de tocar de nuevo el suelo ya estaba volando de nuevo rumbo al amanecer.
Muchos podrían acusarle de inhumano o poco "solidario" pero no estaba entre sus objetivos salvar al arrancar, ni tampoco le apetecía, para que lo vamos a negar; en la opinión de Reiko, mucho había hecho ya sacándole de la cueva.
Reiko sacó de su túnica una bolsita hermética que casualmente había metido antes de partir, se acercó a la susodicha "semilla" y la introdujo en la bolsa cuidando de no pincharse, fijando la bolsa a su cinto mediante un curioso artilugio metálico.Tras eso, se dirigió hacia la "salida" cogiendo a Kakihara del cuello de sus ropas al parar por su lado. Llevó arrastrando al bulto hasta llegar a lo que parecía ser una chimenea de salida, así que arrojó el cuerpo al aire de manera que al salir a la superficie cayese en tierra firme. Tras esto, saltó fuera de la cueva y antes de tocar de nuevo el suelo ya estaba volando de nuevo rumbo al amanecer.
Muchos podrían acusarle de inhumano o poco "solidario" pero no estaba entre sus objetivos salvar al arrancar, ni tampoco le apetecía, para que lo vamos a negar; en la opinión de Reiko, mucho había hecho ya sacándole de la cueva.
Akagami Reiko- Desaparecido
- Post : 145
Edad : 35
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