Solicitando audiencia

- Así que finalmente llegué, mas este es un incómodo acertijo, y de los buenos. – comentó para sí mismo el arrancar. Ante él se hallaba un enigma digno del más enrevesado oráculo. Una enorme puerta debía dar paso a la estancia donde, en teoría, Marcus le recibiría, mas el inexpugnable portón no estaba dotado de ninguna manivela, pomo, o artilugio similar para ser abierta.

La nube de la incertidumbre comenzó a turbiar su juicio, y sentía como su cerebro contenía más sangre de lo habitual, debido, evidentemente, al enorme proceso asimilador llevado a cabo por el particular individuo ante la puerta de entrada. – Estoy seguro de que estoy olvidando algo…una contraseña, un método... ¡algo…! – Taira se sentía profundamente turbado por no ser capaz de resolver el problema ante el que se hallaba, hasta el punto de incluso llegar a exclamar la mayor herejía jamás pronunciada por ningún ser vivo: – Dios…esto es peor incluso que el hecho de que se te caiga una galleta al… - Suspiró, y con una mueca de incredulidad y una sonrisa en la cara se lamentó: - Seré imbécil.

Y con ese pensamiento en mente anuló su estado de atracción al techo por estar en fase y cayó de forma inexplicablemente sigilosa al suelo, encontrando la ansiada vía de entrada a la estancia y haciendo uso de ella tras haber llamado a la misma.

Nada más entrar, se arrodilló y presentó ante el Espada 0:

- Marcus-sama, ante usted se presenta Hideyori Taira, actual 1er arrancar de la 4º Sección, que solicita permiso para entrar y recibir una audiencia.

Y así, Taira esperó pacientemente la respuesta del Espada, inmóvil aunque firme, frente al que sería juez de sus merecimientos.

Nada más abrir la puerta, Taira pudo ver el rostro del arrancar, pero no era realmente el rostro del arrancar que deseaba ver.

Delante suya se encontraba Eiffero, fracción personal y consejero de Marcus, de cuerpo largo y fino, quien miró con ojos inquisidores e inteligentes al recién llegado.

- ¿Quien eres y que deseas? - Contestó con una seca pregunta. Pregunta, por otro lado, inútil. Quizás Marcus fuera más desprendido en algunos momentos y despistado, si podría llamarse de alguna manera, al no preocuparse por los demás miembros que no consideraba realmente importantes, pero Eiffero estaba siempre atento a todo, observándolo todo, controlando todo lo que podía en aquel edificio, así que ya conocía las aptitudes y fuerza de aquel arrancar.

Sin embargo, tan solo estar cerca de Marcus hacía que las personas débiles fallaran más rápido y con más asiduidad que en otra situación. La fracción lo sabía y se aprovechaba de aquello. Debía de andar inteligentemente y con ojo para servir lo mejor posible a Marcus-sama.

- Eiffero, no te preocupes, déjale pasar. - La voz del espada 0 se escuchó a las espaldas de su fracción, quién simplemente, sin dejar de mirar al invitado, abrió la puerta y permitió el paso de Taira. Y allí pudo ver sentado en su trono, en una pose bastante formal, a Marcus, quien tan solo dijo.

- Bueno, ¿qué es lo que te trae por aqui?

Taira no pudo más que reprimir un gesto de sorpresa al encontrarse, de repente, con un arrancar alto y delgado frente a frente. ¿Le examinaba…? Obviamente no. Aquel individuo ya parecía conocer hasta el más mínimo detalle cada flujo de reiatsu que recorría su cuerpo.

Sin duda, debía haberse estado informando acerca de él desde que Taira comenzó a destacar entre los rasos. No cabía esperar menos de la fracción personal del Espada 0.

- ¿Quién eres y qué deseas? – La pregunta del meticuloso arrancar sonó fuerte y tajante, como un hachazo en la nuca de la determinación de Taira. Hachazo que, con la frialdad que merecía la situación, consiguió esquivar.

Tan sólo una media sonrisa se dibujo en su rostro, dando a entender que se daba por saludado y por considerado hostil por Eiffero. Casi era un halago.

De repente, una voz poderosa y no dotada de poca autoridad se elevó sobre las pesquisas de la fracción, permitiendo el paso a Taira e interrogando acerca de los motivos de su visita. Sin duda, aquella voz estaba a la altura del poderoso reiatsu que llevaba sintiendo desde que entró en la sala.

Marcus-sama, el Espada 0, desprendía autoridad y respeto desde su trono. Desde su posición, Taira no pudo menos que constatar que el temible arrancar era el ser más poderoso y digno de servir pleitesía de todo Hueco Mundo.

El lugar de cada uno estaba claro, mas ello, lejos de asustar a Taira, reforzó su determinación en cuanto a realizar la petición por la cual se había presentado ante el Espada. Frente a él, más que nunca tenía claro que deseaba escalar entre la organización de Hueco Mundo y aumentar su poder para, de ese modo, poder brindárselo a Marcus-sama y, por qué no, para su satisfacción personal.

Así que, finalmente, decidió incorporarse y presentar su situación a la espera de ser juzgada:

- Marcus-sama – comenzó.- creería pertinente relatar mi historia como arrancar y mi leal servicio a la 4º Sección durante todos estos años, mas entiendo que todo ello es poco menos que insignificante para usted, mera parafernalia de la situación y de la cual, estoy seguro, os podrá poner al tanto vuestro siempre atento consejero. – el guiño literario a Eiffero, mostrando que sospechaba la labor de indagación realizada por el consejero, era indudable. Prosiguió.

– Por ello, iré al grano. Durante los últimos meses, y teniendo en cuenta mis esfuerzos por aumentar mi poder, he concebido que mi situación actual como 1er arrancar no hace honor a las capacidades que, en mi opinión, puedo y estoy desarrollando. – Se arriesgaba a parecer vanidoso, mas le era de imperiosa necesidad hablar con claridad y sinceridad al Espada 0, y que de esta forma él pudiera entender su situación y tenerla en consideración.

- Este es el motivo por el cual me presento ante usted, y no es menos que para presentar mi petición de cambio de Sección y rango, al de Fracción de la ahora maltrecha y desocupada 9º Sección. – Tras ello, calló. No era necesario decir más. Claras las posiciones e intenciones, sobraba la palabrería inútil.

Así que, esperando el veredicto del Espada 0, inclinó levemente la cabeza como muestra de lealtad y sumisión a la decisión allí sancionada, y esperó con acallada ansiedad la respuesta final.

El arrancar miró al recién llegado.
Trataba a Eiffero con altanería y un poco de chulería, moviendo la ironía por delante de aquel sufrido y atento sirviente, o mejor dicho, amigo. Un amigo que ahora estaría seguramente que trinaba. Era demasiado serio, cuadrículado y ordenado para aguantar esas cosas.

Pero sabía algo de ese arrancar y posiblemente tuviera razón. Hay algunas secciones libres y él había demostrado que podría valer. Podría darle él la oportunidad, pero había que responder ante los resultados, ante lo que pudiera pasar.

- Entonces, quieres una división para ti solito, para dirigirla, aunque no sea bajo nombre de espada, ¿no? - Normalmente no hacía mucho caso a los que venían pidiendo más relevancia o un puesto más grande, porque, había descubierto con los años que la gente que quería más importancia, normalmente no la merecía. Aunque ahora estamos probablemente ante una honrosa excepción.

- ¿Tienes alguna idea sobre a que dedicar la sección? ¿o tienes algunos arrancars que querrías llevarte? - Interrogaba, pues antes de conceder un cargo tan importante, aunque pudiera merecérselo, tenía que ver exactamente que no era ningún desquiciado.

Off- siento mucho haber tardado tanto, pero ya se sabe, demasiado tiempo ocupado en navidades.

Tras unos breves instantes que a Taira se le antojaron siglos, la voz del Espada 0 se volvió a alzar en la sala, dirigiendo una serie de inquisidoras interrogantes, con el fin, parecía, de realizar un juicio final sobre las aptitudes del solicitante. “Nada fuera de lo normal”- pensaba el, aunque seguro, ahora ligeramente tenso arrancar.

En efecto, no lo era. Si algo tenía claro era que Marcus no se dignaría a perder su tiempo, y menos a otorgar un rango de semejante calibre al primero que pasara por ahí. Por eso era quien era y ocupaba el lugar que ocupaba.

Marcus-sama parecía esperar expectante la respuesta de nuestro, ahora, particularmente poco particular arrancar. Taira sabía que de sus próximas palabras podía depender el tan deseado puesto. Era lógico, teniendo en cuenta que lo poco que el Espada 0 tenía de él para poder juzgarle eran los breves minutos que llevaba en la sala, obviando, por supuesto, cualquier información que pudiese haberle aportado su consejero al que, por cierto, y habiéndolo mencionado, no parecía haberle sentado demasiado bien la ligereza en las palabras de nuestro protagonista.

Pero rodeos aparte, la situación parecía estar llegando a su momento culminante. Taira debía medir sus palabras pues, aunque la individualidad es un rasgo imprescindible en un líder, sabía de sobra que según que situaciones merecían dejarla aparte y actuar como dicta el código: simple pero completo y respetuoso pero directo. Así pues, comenzó a responder a la primera pregunta que, directa cual estocada, había lanzado Marcus-sama:

- La deseo señor, y lo hago como medio de explotar mis habilidades al máximo y servir como más productivo sea a la causa arrancar. Sea de fracción o espada, las consecuencias directas son las mismas, mas no aspiraré por el momento a aquello para lo cual no estoy capacitado. No incluyo entre mis hábitos el decepcionar, y entiendo que mis pocos méritos no me hacen merecedor de ponerme a la altura de los otros espadas, al menos no por el momento. – la pregunta, por su forma directa y precisa, había cogido a Taira desprevenido.

No esperaba que Marcus-sama hiciese mención del título de espada, ya que tanto él como Taira conocían perfectamente la situación del solicitante y sus aspiraciones. Quizás sólo fuese un modo para medir la codicia del protagonista, esperando que, en caso de ser desmesurado en sus acciones, se abalanzara sobre la posibilidad de llegar a lo más alto de un día al siguiente. Mas Taira no era de ese tipo de individuos, y no pudo menos que responder con toda la sinceridad y modestia que le había sido posible.

La segunda pregunta, por su parte, parecía dar a entender la situación de su aceptación como modo de averiguar cuán improvisada (o no) era su iniciativa, y cuán alocado podría ser como para presentarse ante el Espada sin las ideas claras. Sin embargo, Taira pareció encontrar un atisbo de interés en la pregunta a la que fue sometido. Quizás había logrado despertar el interés de Marcus-sama, siendo optimistas. Eso nunca lo sabría.

Así que, finalmente, y tras pensar brevemente su respuesta, comentó:

- En principio, y aunque sigo calibrando distintos rangos de actuación para la sección en caso de serme otorgado el puesto, mi idea principal se basa en enfocarlo a una sección dedicada a las operaciones de refuerzo y apoyo rápido a las tropas que estén realizando alguna misión ya sea en el exterior o interior de Hueco Mundo. – dicha la idea principal, sólo quedaba profundizar brevemente en ella, esperando la aprobación de su superior o su aportación de una idea distinta en caso de no serle de agrado.

- De este modo, y aún teniendo secciones especializadas en los campos de combate o infiltración, consideraría conveniente la creación de un grupo de operaciones que pueda acudir en apoyo de los agentes de campo de manera lo más inmediata posible, para de este modo conseguir desequilibrar la balanza a nuestro favor antes de que el enemigo pueda reforzar su posición o causar alguna baja indeseada entre los nuestros. – poco más quedaba por añadir al primer matiz de la pregunta, por lo que Taira decidió dejar por concluido el mismo y pasar al siguiente.

- Sólo desearía, en cuanto a arrancars que llevarme conmigo, que me acompañase la pequeña Lynorie. Es una joven aunque prometedora arrancar, y tiene una asombrosa habilidad y facilidad para crear Gargantas, la cual siempre me pareció de lo más útil, y cuanto menos pertinente en el rango de actuación en el que, como ya le he comentado, querría basar la Sección. - aquella arrancar era una de las que más aprecio le evocaban, llegando a considerarla una hermana pequeña al haberla protegido y enseñado durante largos años, antes incluso de haber sido arrancarizado.

- Quizás se comporte de forma infantil en algunas ocasiones, mas la conozco desde hace tiempo y puedo afirmar que sabe estar a la altura de las circunstancias cuando estas lo requieren. En cualquier caso, yo personalmente me haría cargo de su instrucción y sus faltas. – y con ello finalizó. Largas habían sido sus respuestas, mas con ello trataba de mostrar al Espada 0 todo lo que tenía en mente en aquel momento.

Así pues, contestadas las preguntas de Marcus-sama, volvió a delegarle la palabra mediante la misma pose usada anteriormente, esperando la que podría ser la decisión final del Espada con respecto a su petición.

[OFF] Ok no te preocupes. Y siento el post denso, quería soltar ya las ideas principales a ver si lo vamos avanzando

Marcus asentía mientras escuchaba hablar al arrancar llegado a la sala para pedir la creación de la virtualmente desaparecida 9ª sección. Y la verdad es que por lo menos parecía discurrir con claridad y lógica.

Una lógica que parecía seguir un camino correcto, claro y conciso. Parecía mentira que hubiera estado en la sección del depravado y desconcertante Tatsuya Kenzo, aunque aquella nueva espada a veces o desconcertaba con una retorcida inteligencia, no falta de razón, pero la conducía por caminos tan oscuros e imprevistos que muchas veces perdía la función original, la de dar luz o hacerse entender a los demás y hacer ver sus ideas al resto de la gente. Pero lo que conseguía era totalmente caos y pérdida en quien quería saber que pensaba o como actuaba.

Quizás eso era lo que quería.

Pero sigamos con Taira. Le había enseñado un plan previamente diseñado, en un área que quizás necesitaba un impulso y que ayudaría enormemente a el Amanecer. Pero solo si era llevado bien.

- Entonces, para llevar correctamente ese escuadrón deberías tener trato directo y bastante buena comunicación con otras secciones, como las dos de infiltración e información, en los distintos planos existentes, y además, saber coordinarte correctamente con ellas - Le comentó, quizás con un tono algo inquisidor. Una sección así sería importante, pero inútil si no se informaba debidamente, inútil si no venía nadie a refrendarla. Así que había que saber exactamente y como iba a manejarla.

- ¿Conoces a los espadas de la 1ª sección o de la 4ª? ¿Sabes como maneja el orden la espada de la 6? - Preguntó, quizás sin que le importara demasiado la respuesta, pues lo que importara era la forma de comportarse. Ya había demostrado confianza y previsión en las anteriores preguntas. - Para una sección así debes de conocer todo los detalles y mantenerte lo suficiente alerta y atento para que todo fluya.

Quizás el espada se estaba haciendo de rogar demasiado, pero tras la entrada de nuevas espadas, los cambios habían sido tremendos para todos y seguro que el más pequeño hollow que caminara por allí había podido distinguirlos. Y ahora más cambios no sería lo más adecuado, pero si eran necesarios, no había que dudar ni un solo segundo. Pero solo si se estaba seguro de ello.

La respuesta del Espada 0 no se hizo de rogar, continuando así con una serie de interrogantes con el fin de, parecía, atar los cabos sueltos y sacar algo tangible de entre la maraña de ideas ahí expresadas.

Ni siquiera a nuestro protagonista se le pasaba por alto el hecho de que toda la reunión resultaría inútil si no lograba asentar unas bases de funcionamiento para la 9º Sección. Una organización seria y estable no podía ser construida a partir de castillos de humo, y eso es algo que el Espada 0 parecía tener muy en cuenta a la hora de tomar decisiones. De este modo, y sin más dilación, Taira respondió.

- Entiendo. Es evidente que, dada la importancia que cobraría la velocidad de reacción ante los acontecimientos, una transmisión de información fluida e inmediata sería vital. Sin ella, la función de refuerzo podría ser igualmente realizada por cualquier otro individuo. – contestó Taira, al tiempo que asentía levemente tras la primera afirmación de Marcus-sama, dando a entender su entendimiento y conformidad con lo mencionado.

- Asimismo, tendré en especial consideración las Secciones por usted mencionadas, al tiempo que procuraría, con la menor dilación posible, establecer unos patrones de actuación para las situaciones que requieran la respuesta de la 9º Sección, haciéndoselas llegar al resto de secciones. De este modo, espero, conseguiríamos actuar tan pronto como el debido aviso nos sea transmitido. – claro estaba que debería estar en contacto más directo, si cabe, con aquellas secciones delegadas a la primera fila de actuación y a la recopilación de información. Por otra parte, y aunque no menos importante en su opinión, podría resultar útil el marcar una rutina y medio de actuación para los propios “agentes de campo”, de modo que pudiesen hacer llegar su petición de refuerzos de forma inmediata y precisa, y organizar así, desde la 9º Sección, el correcto envío de apoyo de las tropas destinadas a alguna misión.

Tras ello, realizó una breve pausa a modo de receso, como modo de asegurarse que había dejado todo lo más claro que podía hasta el momento, y continuó, contestando a las posteriores preguntas, algo menos trascendentes que la anterior indicación, aunque también merecedoras de ser tenidas en cuenta:

- Por desgracia, no tengo el placer de haber coincidido con Enjeru-sama, 1º Espada, por el momento. Con Tatsuya-sama, sin embargo, sí he mantenido contacto recientemente, y espero poder volver hacerlo tras esta reunión y su vuelta de Europa. – se arriesgó a ampliar brevemente la información, para mostrar su seguridad en ese aspecto - Con las relaciones y rápido intercambio de información con su Sección no tendría problema alguno, pues en caso de no encontrarse disponible el 4º Espada también puedo contactar fácilmente con su fracción, al que tengo el placer de conocer sobradamente.

- Por otra parte, de la 6º Espada, Okami, sólo alcanzo a conocer su, al parecer, bien merecida fama de cazadora – decidió obviar la referencia a algún que otro comentario de Tatsuya-sama en cuanto a su atractivo físico, por estar fuera de lugar, se entiende.

Así, finalmente, y tomando la última intervención del Espada 0 como una mezcla entre advertencia y recomendación, decidió no añadir nada más, esperando haber aclarado lo suficiente, y atendiendo, algo más tranquilo que anteriormente, a la siguiente intervención de Marcus-sama.

- Jeje - Una corta y fina risa salió de los labios del arrancar nº 0, aunque se tratara más de una sonrisa de afirmación que de divertimento o humor. El arrancar parecía sereno, calmado y puesto en su sitio. Lo único malo es que quizás decía lo que Marcus quería oír, y eso es algo que al espada le dejaba intranquilo, como si todo fuera demasiado sobre ruedas.
Quizás fueran los años y la experiencia de tratar con todos aquellos espadas más parecidos a divas que a guerreros.

- Claro y con los conocimientos adecuados. Veo que sabes que pasos hay que seguir. - Marcus abrió sus brazos al aire, como si de una antigua representación teatral shakesperiana se tratara, para luego, dejar de mirar al infinito y centrar más la mirada en el arrancar con quien charlaba, para proseguir con su privada audición. - Mas, he de advertirte, como un padre lo haría a un hijo. Los espadas de los que has hablado, a pesar de un indudable poder e inteligencia e instinto, no dejan de ser muy especiales en el trato.

- Los arrancars se dejan llevar por su naturaleza hollow demasiadas veces, y muy pocos son los que se dejan llevar por el gusto exquisito de la simple y llana razón. - Tras la charla más directa, ahora se dedicaba a divagar un poco mientras paseaba por la sala. Eiffero, simplemente le miraba desde la lejanía de la puerta. La fracción realmente odiaba cuando el espada se volvía tan teatrero. - Incluso he de reconocer que muchas veces yo me dejo llevar por lo natural del instinto. Pero recuerda, nada mejor que la lógica y la razón para conseguir los propósitos. Yo lo he tenido que aprender a base de derrotas. O más bien, a base de empates, diría yo. Así que sigue tu razón, y no los trates demasiado lógicamente.

Tras dar un pequeño paseo, Marcus vuelve a su asiento, para sentarse más tranquilamente y, hablando totalmente sereno, le contestó.

- Con todo esto, creo que he dejado claro, que tienes mi permiso y bendición para actuar como fracción de una sección sin espada y llevarla como creas necesario. - Llevar una sección sin el rango adecuado podría ser una engorrosa y complicada tarea, la cual podría privarle de toda oportunidad de convertirse en espada si no la realizaba correctamente, aunque sin más perjuicio que el descalabro profesional, sin comparación a la responsabilidad de un espada. Pero también brindaba una inigualable oportunidad para convertirse en uno.

Marcus estaba deseando comprobar como sería en este caso.

[Edit. siento tardar en contestarte siempre, pero es que escribes bien y tanto, que tengo que mentalizarme para hacer un post a la altura xDDD. Sigue así ]

Una privada risa, leve y fugaz cual suspiro, escapó entre los labios del Espada 0. Ello pareció aliviar la tensión en un ambiente, cabe recordar, ya de por sí cargado con la ingente cantidad de reiatsu emitido pasiva e involuntariamente por el señor del Amanecer.

A continuación, Marcus-sama prosiguió su intervención, tomando el papel de narrador en una breve interpretación de lo que la lógica y la razón suponían en los puestos de responsabilidad, no dejando por ello de aconsejarle en cuanto a su trato con los demás Espadas. Lo cierto es que se agradecía, aunque visto que su anterior Espada era Tatsuya Kenzo, la cosa no podía volverse mucho más inestable en cuanto a lo que el trato se refiere.

Mención aparte merece la no poca inestabilidad de nuestro particular protagonista, aunque no podía aquejársele la falta de seriedad cuando la situación lo requería; lo cual, si el lector alcanza a seguir el planteamiento, supone que siempre mantenía un controlado descontrol en cuanto a lo que auto-control se refiere. Todo ello unido a los conceptos de la lógica y la razón suponían unas bases de comportamiento que Taira no temería en asumir. A su manera, claro está. Cada cosa en su momento. Ni más, ni menos.

Divagaciones aparte, volvemos a la sala de reunión, en la que el sereno dirigente arrancar volvía a sentarse tras un breve recorrido por las inmediaciones de su trono. Tras ello afirmó, directo y sereno:

- Con todo esto, creo que he dejado claro, que tienes mi permiso y bendición para actuar como fracción de una sección sin espada y llevarla como creas necesario. – La frase, envuelta en un halo de autorrealización sólo perceptible a nuestro protagonista, surgió del Espada 0 cual divina intervención, no pudiendo Taira reprimir una marcada sonrisa de satisfacción. Todo ello ocurrió al tiempo que el otrora asesino de su familia realizaba una simbólica reverencia, no por ello carente significado.

Así pues, y a modo de conclusión, Taira se limitó a añadir, en una extraña formalidad que su propio sentido común le llevaba imponiendo desde que se inició la audiencia:

- Se lo agradezco, Marcus-sama. Le aseguro que no se arrepentirá de su decisión, y que daré todo lo que está en mí para conseguir reactivar la 9º Sección, con todo lo que ello conlleve. – no cabía menos que agradecer la oportunidad que le brindaba Marcus-sama ofreciéndole aquel voto de confianza.- No quisiera, pues, robarle más tiempo de el que ya me ha sido ofrecido, por lo que me dispondré de inmediato a organizar todo lo referente a mis nuevas tareas para poder poner en marcha las funciones de la 9º Sección a la mayor brevedad posible.

De este modo, y repitiendo una reverencia al Espada 0 a modo de despedida, se giró y encaminó hacia las dependencias de su ahora encomendada 9º Sección, no sin antes realizar una lenta y formal inclinación de cabeza dirigida a Eiffero, de tal manera que, manteniendo las formas, todo quedaba en su lugar.

Y así, ante la atenta mirada de Marcus-sama que, por qué no decirlo, parecía satisfecho ante los resultados de la audiencia, Taira abandonó la sala y se dispuso a emprender su recién adquirida tarea de restablecer la 9º Sección, planificando a cada paso cada una de las operaciones que debía seguir.

Ahora no se esperaría menos de él; y como el propio arrancar de cabellos blanquecinos afirmó con anterioridad, no incluía entre sus hábitos el de decepcionar…

[OFF: Gracce, aunque tampoco es para tanto ^^.
Me tomé la licencia de ir finalizando el post, ya que no creo que quede mucho por concretar y no tiene demasiado sentido alargarlo mucho más. Por mi parte cierro, si quieres dejarlo así o hacer lo propio ya como veas, a tu elección queda ]

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