Entrenamiento de... ¿Anatomía? (cont)

Viene de aquí
https://soulsandswords.foroes.org/t706p30-entrenamiento-de-anatomia#14295

El gigantón atravesó las puertas con el, en comparación, diminuto shinigami en los brazos. A su espalda Noriko trataba de mantener la compostura de la paladín que era. Durante el camino su paso fue cuanto menos rápido, sorteando shinigamis, y lanzando shumpos cada vez que tenía la oportunidad.

Los shinigamis del cuarto escuadrón le miraban sorprendidos, en parte porque aquella mole alcanzara ese paso tan rápido, y en parte preguntándose qué le habría pasado al pobre muchacho. Cualquiera podría suponer que un solo golpe del teniente del cuarto escuadrón desmontaría a cualquiera, y más a ese chico.

Aoki miró a los ojos a la encargada de seguridad, y ambos asintieron en un profundo silencio. No era un saludo, era un permiso mudo que ambos entendieron perfectamente. El mismo que intercambió con la chica que estaba detrás de la ventanilla, a lo que acompaño una mirada silenciosa hacia Noriko. Ésta vez, además de un permiso, ella sería la que daría los datos.

Giró la esquina y de un shumpo desapareció.

Mientras tanto, la chica, como perpleja de la prisa de su teniente, dirigió la mirada hacia Noriko, y sin apartársela, apoyó unos papeles sobre el mostrador, y sacó una pluma. La chica tenía el pelo larguísimo, casi por las rodillas, de un color verde intenso a juego con sus ojos. Se la veía con desparpajo, confiada, segura de sí misma, y ante todo, sonriente. Valía para su puesto, y parecía saber tratar con la gente.

- ¿Usted es? - y esbozó una sonrisa aún más brillante, mostrando una fila de dientes perfectos, con los ojos completamente abiertos y con la pluma lista para escribir en la parte superior de la página. Era una chica atractiva, de las que no pasan desapercibidas en el cuarto escuadrón, y su keikogi no tenía mangas. Lo que si tenía era un escote muy pronunciado... Eso bien podría ser cosa de Aoki.

Una vez que la acompañante del teniente se presentó, Kaede -que es la chica del pelo verde en cuestión- tomó nota precisa de su nombre y escuadrón. - ¿Y sería tan amable de explicarme qué ha pasado con el chico y cual es su nombre? -. Y allí se quedó, expectante y con su sonrisa radiante.

La encargada de seguridad y Aoki parecían entenderse con solo la mirada. El teniente del 4º escuadrón entró dentro de lo que parecía ser la sala de urgencias. En unos momentos esperaba ver a Amai sano y salvo.

Aquella mujer la miraba espectante, Noriko hasta se sentía intimidada, como si estuviesen urgando en su mente. Tenía una sonrisa radiante para estar de custodia en una sala tan...triste. Seguramente que era en este sitio donde muchos shinigamis morían.

- Mi nombre es Amako Noriko, shinigami raso del sexto escuadrón. El herido es Amai Satou, shinigami raso del quinto escuadrón. Estábamos entrenando juntos en la zona de entrenamiento cuando recibió un golpe por mi parte que le dejó incapacitado.

La mujer comenzaba a escribir apresuradamente todo aquello que Noriko le iba contando, estaba nerviosa pero se mantenía en su sitio, impaciente por saber cómo se encontraría el joven.
Suponía que no podría entrar dentro de la sala, solo para curanderos, claramente.

- Si me disculpa me voy a sentar a esperar

Noriko cogió una de las sillas cercanas y se sentó sobre ella. A pesar de que no hacía frio ella tenía escalofríos y parecía tiritar a veces. EN sus pensamientos solo tenía presente a su capitana y a aquel maldito entrenamiento… Jamás debió aceptar con alguien con tan poca constitución. Además ella era muy burra y a veces no se contenía, y menos cuando era algo que a ella realmente le importaba muchísimo.

[[OFF: Quinta vez q me enfrento a este post, a ver si el pc no se me cuelga esta...]]

La pequeña Kaede anotaba todo lo que le decía Noriko, sin apartar la mirada de la shinigami y sin mirar siquiera lo que escribía. Curiosamente iba cuadrando las anotaciones en los recuadros especificados, con una letra diminuta para encajarlo todo bien. Parecía la chica perfecta para ese puesto.

A veces se sacudía la melena como para recolocársela y retomaba su estirada postura. Acabados de tomar los datos, acercó lo que había escrito a Noriko para que lo firmase. La shinigami solicitó tomar asiento, así que Kaede le dio los papeles para que los leyera con calma. Todo estaba perfectamente redactado, y como se mencionó anteriormente, todo en su correspondiente recuadro... Sorprendente...

Los pasillos estaban como siempre, como los de cualquier escuadrón. Algún shinigami pasaba, otros se quedaban en recepción, dos amigos que volvían de fuera charlando y riéndose... Cada uno tenía su propia vida... Vida que Amai quizá hubiese estado a punto de perder...

-------------------------------------------------------------------------------------------

Solo habían pasado siete u ocho minutos, cuando Aoki reapareció por la misma esquina que había desaparecido. Se venía desatando la cinta con la que solía... "recogerse" el pelo. Venía sudando, pero traía una tranquilizante cara de alivio.

Se dejó caer sobre el mismo banco que estaba Noriko y del golpe arrastró uno de los lados. Dejó caer su cabeza hacia atrás y cogió aire hasta hinchar completamente sus pulmones. Y como punto y final: Un profundo y largo suspiro.

- Está vivo... - soltó sin mirarla. Tenía en su cara dibujada una larga sonrísa. Se sentía realmente aliviado. - ¿Tu estás bien? - añadió, esta vez sí, mirándola de reojo.

Y en aquella sala, donde para ella no existía nadie más, comenzaba a dar vueltas sobre una misma silla. Con su mano sujetándose su barbilla, ¿quedaba alguna esperanza para ella? Si, en este caso no hablábamos de aquel joven shinigami que estaba decidiéndose entre la vida y la muerte. Estábamos hablando de los pensamientos de culpabilidad que ahora recaían sobre ella.

Quizás el 6º no era su mejor escuadrón, ella quizás es una de las que más problemas tenga ahora con la propia justicia. ¿Qué haría? Quizás Kaori se enfadaría si le comentaba este percance, o quizás se enfadaría si lo obvia. Los shinigamis del 11º escuadrón eran quizás más rudos que ella, y quizás más de una vida acabaría en uno de esos entrenamientos. Pero ella no era de ese escuadrón, ella prometió defender a quien pudiese, sin embargo a Amai no lo pudo defender. ¿Iba a darle más quebraderos de cabeza a su capitana? No, ella ya tenía suficientes papeleos. ¿Entonces? Hace mucho tiempo, los samuráis más nobles morían en el campo de batalla, pero ella ahora mismo no podía ir a morir a un campo de batalla, además eso sería lo opuesto a lo que ella desearía. Ya que ella entrena para que nadie pueda derrotarla y llegar a proteger a todo el mundo, si perdiese en un campo de batalla sus expectativas habrían caído de una manera bestial para ella. ¿Entonces? Quizás no pasaba nada si la que le derrotase fuese ella misma ¿Entonces? Seppuku, quizás eso era lo más honorable. Aunque en el 4º escuadrón quizás no pudiera cometerlo, quizás allí pudiesen salvarle la vida aunque ella desearía que no fuese así.

Pero… El seppuku o harakiri como bien dice la palabra es cortar el vientre. Si cortas tu vientre y después giras tu katana hasta llegar a tu corazón es imposible que te puedan salvar la vida, expulsaría todo lo maligno que habita en ella. ¿Y si no lograba llegar hasta el corazón? No habría nadie que le rebanara el escuezo para darle una muerte honorable. Pero ella sí que podría, estaba hecha al dolor y al sufrimiento, pues su entrenamiento siempre lo requería así.

Pero aquello no le devolvería la vida a Amai. Sus pupilas estaban dilatándose, estaba escuchando tan solo su cabeza, sus propias preguntas y sus propias respuestas, ella a si misma se hacía de la persona que interroga y el criminal. Además…. Kōsen quizás no se lo fuese a permitir. Pero era su decisión. Por un momento se calmó, o mejor dicho, pudo salir de su mundo caótico y pudo escuchar las risas de un par de shinigamis que pasaban por allí. Si la mirada matase, ella los habría matado al instante, aquellos dos jóvenes acallaron sus comentarios y sus risas y se marcharon del lugar. Parecían haberse percatado de la situación.

Decidió sentarse un rato, no sabría cuanto más iba a tener que esperar, y por un momento, pensó que se iba a desmayar. Cerró los ojos y cuando los abrió se encontró de nuevo frente aquella majestuosa catedral.
Pero ahora las palomas blancas no volaban sobre la fuente, en su lugar los cuervos merodeaban aquel lugar. El cielo estaba oscuro, completamente desiertas las calles. Lo que antes parecía un mercado de abundante fruta ahora estaba toda podrida. Las nubes estaban apunto de estallar en llantos e inundar aquel lugar de su fuerte lluvia. Un fuerte viento parecía gritar el nombre de aquel joven que estaba desmoronando su mundo, todo en lo que ella deseaba se había perdido. ¿Proteger a alguien? Cómo lo iba a hacer si iba a matar a un compañero suyo.

Sabía donde encontrarla a ella. Fue directa a la catedral, que continuaba en pie firme y luminosa. Era como el último resquicio de luz que quedaba en aquel mundo. Por dentro la catedral estaba igual que siempre, sus bancos perfectamente abrillantados de aquel color a madera cereza. En frente de ella, a unos cuantos metros al terminar los bancos unas escaleras que llevaban a un trono, un trono de oro reluciente, bajo los pies se podía leer una placa que yacía el mensaje:
Her ligger datter av guden Odin, Valkyrie

Ella, tan brillante como siempre, estaba sentada sobre aquel trono, de piernas cruzadas agarrando a su lanza. Su casco violeta parecía impedirle la visión, pero aunque ella no pudiese ver… podía percatarse de todo cuanto le rodeaba.

- Abre tus ojos, Noriko – aquella bella mujer se levantó de su asiento y caminaba con pasos sinuosos hasta la joven pelirroja - ¿Por qué te creas en tu propio mundo un Apocalipsis si ni siquiera lo ha habido ahí fuera? – le agarró de la barbilla y acercó su rostro – Despiertate – Abrió el casco y una luz le cegó los ojos.

Frente a ella estaba Aoki, mostraba un rostro más confiado, mas calmado. Y entonces, le dio las buenas noticias.

Con cara de cansancio asintió a Aoki ante aquella pregunta. Tenía ganas de brincar, pero no era lo correcto.

- ¿Puedo visitarle?